Como empezar.. esta es mi parte favorita. Hace unos dias me preguntaron si mis relatos eran autobiograficos, lo cual es coherente querer saber, pero prefiero dejarlo en la intriga.
Él 34 y yo, bueno mejor no saber. Recuerdo que me llevó a almorzar, y cuando terminamos empezamos a caminar, estábamos cerca de plaza Miserere, detrás de las vías del tren había un telo, y justo cuando pasábamos por ahí le comente que nunca había ido a uno, me ofreció llevarme pero tenia demasiada vergüenza, dude un poco y terminé diciéndole que no a lo que el me respondio "Bueno, conozco otros, te llevo a tu casa y si en el camino te arrepentis paramos". Claro, no podia dejar de pensar en la idea de garcharme a un hombre que doblaba mi edad.
Al llegar a mi casa me arrepentí, pero no importo, porque oportunidades nunca faltaron. A la semana siguiente vino a mi casa, nunca voy a olvidar ese día. Yo estaba vestida con una musculosa y minifalda, él llego con un peluche de conejo rosa para regalarme, me lo dió y se sentó. Como cualquier niña educada le agradecí mucho por el regalo, pero no solo con palabras.
Se sento en una silla que estaba contra la pared, y me dijo "Veni a la falda de papá", muy lentamente me acerque a él y me sente sobre sus piernas, pero me dijo "Así no bebé, con una pierna de cada lado" me agarro de la cintura para que me pare, me puso frente a él y me agarro de las piernas para que las abra y me ponga encima suyo. Una vez sentada, y con muchos nervios comenzzo a acariciarme la cara, el pelo, bajaba su mano lentamente por mi pecho sin llegar a tocarme las tetas. Me agarró de la nuca y comenzo a besarme, sin soltarme, no podia despegar mis labios de los suyos. Recuerdo que tenia un olor muy particular como a desodorante barato, pero eso no importaba, porque iba a estar con un hombre de verdad. Mientras me tenia agarrada de la nuca, con una mano me desabrocho el corpiño, me solto, comenzó a bajarme la remera mientras me decia con una voz bien de pajero, "pero que lindas tetas tiene mi bebé". nuevamente me beso mientras me manoseaba las tetas, empecé a sentir su calentura, estaba desesperado por tenerme. Agarró mis tetas de una forma muy firme, y me las empezo a chupar, las lamia, frotaba toda su cara por mis senos, mientras sentia como su otra mano iba bajando por mi espalda hasta llegar a mi cola, me levantó la pollera me miró y me dijo "ah, te pusiste la tanguita para mi?, que pendeja putita que sos". Yo estaba tan excitada que no podia siquiera responderle, solo salía una respiracion agitada de mi cuerpo, y pequeños gemidos. Sacó su mano de mi cola y me puso un dedo en la boca para que se lo chupe "Chupalo putita, dejalo bien lubricado, asi putita, como te gusta chupar", me decía. Me besó nuevamente y ese dedo todo lleno de saliva me lo empezo a meter en el culo, empece a hacer sonidos de incomodidas, y una vez que lo tenia adentro me dijo "Nunca te hicieron la colita", a lo que le respondí timidamente que no. Con la mano en mi culo todavia, me levantó un poco, logrando que me acerque más a él, pudiendo sentir su pija bien dura bajo el pantalon, no pude evitar mover mis caderas, mientras sentía la firmeza de su miembro, estaba muy mojada, nunca habia sentido algo así.
Me saco el dedo de la cola, me agarro me puso de espaldas, sobre la mesa, me bajo la tanga y comenzo a apoyarme, poco, pero de forma intensa. Me agarró del pelo, y me obligó a ponerme de rodillas, en frente a él, justo en mi cara, sacó su pija, y agarrandome de los cachetes me la metio en la boca, al principio se la chupé suavemente, pasando la lengua, como me gustaba a mí, pero para él no era suficiente, asi que comenzó a cogerme la boca, muy intensamente, toda la pija hasta el fondo, sentía como tocaba mi garganta, no podía casi respirar, al mismo tiempo intentaba mirarlo a los ojos, pero él no me miraba a mi, solo gozaba de mi boca.
En el único momento en que me miró, fue para levantarme, hacerme upa y llevarme a la cama, me sacó la tanga y comenzó a chuparme la concha, sentia el calor de su lengua, estaba muy mojada, me abrio el culo y tambien me lo chupó, recuerdo perfectamente la sensacion de su lengua haciendo fuerza para entrar en mi ano. Mi cuerpo no dejaba de gozar, aunque mi cabeza no entendía aun que estaba pasando, todas esas sensaciones que nunca antes había experimentado. Se levantó, mientras yo me quedaba en cuatro con la cabeza gacha, me agarro el culo, lo abrio y muy lentamente comenzo a meterme la pija, practicamente no sentia dolor, estaba muy tranquila, él seguia haciendo presión hasta que entró la cabeza y pegue un pequeño grito de dolor "shhh tranquila putita, ya entro la cabeza queda poquito" me decia él. Ahora estaba tensa, recien en ese momento entendí que me estaban haciendo la cola, siguió metiéndola dentro mío hasta que se escucho un largo gemido de placer, comenzo a cogerme, sentia cada centimetro de su pija moviendose adentro mío, seguia con dolor, pero dejo de importarme, empece a rogarle que me de más fuerte, con un poco de timidez lo hizo, pero no era suficiente, yo queria más, sentia como me chorreaba toda la concha, suplicaba, casi llorando que fuera más fuerte, no queria piedad, hasta que lo hizo, se escuchaba el sonido de sus huevos golpeando contra mi concha que ya no podía más de lo mojada e hinchada que estaba, nunca había sentido tanta excitación. Sentia mi culo muy dilatado, empezó a sacar toda su pija y metermela de golpe una y otra vez, hasta que me agarró de los hombros y me penetro muy fuerte, largando toda la leche dentro mío.
Él 34 y yo, bueno mejor no saber. Recuerdo que me llevó a almorzar, y cuando terminamos empezamos a caminar, estábamos cerca de plaza Miserere, detrás de las vías del tren había un telo, y justo cuando pasábamos por ahí le comente que nunca había ido a uno, me ofreció llevarme pero tenia demasiada vergüenza, dude un poco y terminé diciéndole que no a lo que el me respondio "Bueno, conozco otros, te llevo a tu casa y si en el camino te arrepentis paramos". Claro, no podia dejar de pensar en la idea de garcharme a un hombre que doblaba mi edad.
Al llegar a mi casa me arrepentí, pero no importo, porque oportunidades nunca faltaron. A la semana siguiente vino a mi casa, nunca voy a olvidar ese día. Yo estaba vestida con una musculosa y minifalda, él llego con un peluche de conejo rosa para regalarme, me lo dió y se sentó. Como cualquier niña educada le agradecí mucho por el regalo, pero no solo con palabras.
Se sento en una silla que estaba contra la pared, y me dijo "Veni a la falda de papá", muy lentamente me acerque a él y me sente sobre sus piernas, pero me dijo "Así no bebé, con una pierna de cada lado" me agarro de la cintura para que me pare, me puso frente a él y me agarro de las piernas para que las abra y me ponga encima suyo. Una vez sentada, y con muchos nervios comenzzo a acariciarme la cara, el pelo, bajaba su mano lentamente por mi pecho sin llegar a tocarme las tetas. Me agarró de la nuca y comenzo a besarme, sin soltarme, no podia despegar mis labios de los suyos. Recuerdo que tenia un olor muy particular como a desodorante barato, pero eso no importaba, porque iba a estar con un hombre de verdad. Mientras me tenia agarrada de la nuca, con una mano me desabrocho el corpiño, me solto, comenzó a bajarme la remera mientras me decia con una voz bien de pajero, "pero que lindas tetas tiene mi bebé". nuevamente me beso mientras me manoseaba las tetas, empecé a sentir su calentura, estaba desesperado por tenerme. Agarró mis tetas de una forma muy firme, y me las empezo a chupar, las lamia, frotaba toda su cara por mis senos, mientras sentia como su otra mano iba bajando por mi espalda hasta llegar a mi cola, me levantó la pollera me miró y me dijo "ah, te pusiste la tanguita para mi?, que pendeja putita que sos". Yo estaba tan excitada que no podia siquiera responderle, solo salía una respiracion agitada de mi cuerpo, y pequeños gemidos. Sacó su mano de mi cola y me puso un dedo en la boca para que se lo chupe "Chupalo putita, dejalo bien lubricado, asi putita, como te gusta chupar", me decía. Me besó nuevamente y ese dedo todo lleno de saliva me lo empezo a meter en el culo, empece a hacer sonidos de incomodidas, y una vez que lo tenia adentro me dijo "Nunca te hicieron la colita", a lo que le respondí timidamente que no. Con la mano en mi culo todavia, me levantó un poco, logrando que me acerque más a él, pudiendo sentir su pija bien dura bajo el pantalon, no pude evitar mover mis caderas, mientras sentía la firmeza de su miembro, estaba muy mojada, nunca habia sentido algo así.
Me saco el dedo de la cola, me agarro me puso de espaldas, sobre la mesa, me bajo la tanga y comenzo a apoyarme, poco, pero de forma intensa. Me agarró del pelo, y me obligó a ponerme de rodillas, en frente a él, justo en mi cara, sacó su pija, y agarrandome de los cachetes me la metio en la boca, al principio se la chupé suavemente, pasando la lengua, como me gustaba a mí, pero para él no era suficiente, asi que comenzó a cogerme la boca, muy intensamente, toda la pija hasta el fondo, sentía como tocaba mi garganta, no podía casi respirar, al mismo tiempo intentaba mirarlo a los ojos, pero él no me miraba a mi, solo gozaba de mi boca.
En el único momento en que me miró, fue para levantarme, hacerme upa y llevarme a la cama, me sacó la tanga y comenzó a chuparme la concha, sentia el calor de su lengua, estaba muy mojada, me abrio el culo y tambien me lo chupó, recuerdo perfectamente la sensacion de su lengua haciendo fuerza para entrar en mi ano. Mi cuerpo no dejaba de gozar, aunque mi cabeza no entendía aun que estaba pasando, todas esas sensaciones que nunca antes había experimentado. Se levantó, mientras yo me quedaba en cuatro con la cabeza gacha, me agarro el culo, lo abrio y muy lentamente comenzo a meterme la pija, practicamente no sentia dolor, estaba muy tranquila, él seguia haciendo presión hasta que entró la cabeza y pegue un pequeño grito de dolor "shhh tranquila putita, ya entro la cabeza queda poquito" me decia él. Ahora estaba tensa, recien en ese momento entendí que me estaban haciendo la cola, siguió metiéndola dentro mío hasta que se escucho un largo gemido de placer, comenzo a cogerme, sentia cada centimetro de su pija moviendose adentro mío, seguia con dolor, pero dejo de importarme, empece a rogarle que me de más fuerte, con un poco de timidez lo hizo, pero no era suficiente, yo queria más, sentia como me chorreaba toda la concha, suplicaba, casi llorando que fuera más fuerte, no queria piedad, hasta que lo hizo, se escuchaba el sonido de sus huevos golpeando contra mi concha que ya no podía más de lo mojada e hinchada que estaba, nunca había sentido tanta excitación. Sentia mi culo muy dilatado, empezó a sacar toda su pija y metermela de golpe una y otra vez, hasta que me agarró de los hombros y me penetro muy fuerte, largando toda la leche dentro mío.
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