Salí apurado del trabajo. En cualquier momento se largaba la lluvia y tenia que caminar varias cuadras hasta mi casa. Sin campera ni piloto a mitad de camino, pasa lo que tenía que pasar, se larga el agua. Sigo caminando, ya me quedaban unas pocas cuadras, hacia un poco de frío. voy pensando que el llegar me espera una ducha caliente y quizás una buena cena. En una cuadra oscura, la silueta de una mujer camina de frente hacia mí, ella también salió del trabajo hace unos minutos apurada porque la lluvia estaba apunto de largarse y se largó cuando ya estaba camino a su casa. Y se mojó de la cabeza a los pies. Solo pude sonreír a medida que nos acercabamos y ella como un espejo sonreia tambien. Como pude, dije hola y con timidez me respondió. Entonces frené la marcha que me llevaba camino a casa, a la ducha caliente y a la comida que me espera, ella también, se detiene por completo y nos quedamos hablando como si nos conocieramos de años, bajo el agua que caía como si fueran baldazos que alguna vecina tiraba desde la terraza. Todavia no me olvido de su cara, de su pelo todo mojado, de sus pezones marcados y apretados en una blusa que le quedaba hermosa. Así que me animé y la invité a mi casa pero ella no aceptó, por que me invitó a la suya, porque quedaba mas cerca y porque tenía cerveza. Acepté, Claro que acepte. Su casa estaba realmente cerca, a veces las cosas que deseas se dan, pero no de las formas que lo esperas y así fue con la ducha y mi cena. Apenas entramos al departamento me dijo que espere en la puerta, se sacó toda la ropa frente a mí, me dejó mas helado de lo que ya estaba. Era claro a que me habia invitado. Entró desnuda para no mojar el parquet a buscar toallas, me saqué toda la ropa en la puerta y esperé a que vuelva. Me miró de arriba abajo con cara de picardia y me llevo de la mano al baño. Y así, un viernes en la noche, dos desconocidos se bañaban juntos. Apenas sabía su nombre. Laura. Al parecer soltera, independiente, quizás un poco desordenada pero de algo estaban seguros mis ojos y mi piel, era una hermosa mujer, esbelta, de cuello largo, de tetas pequeñas , cintura marcada y una cola trabajada que era la frutilla del postre que estaba a punto de comer. Me frotaba los ojos porque no lo creía mientras me preguntaba porque una mujer así camina de regreso a su casa bajo la lluvia. No tardamos mucho en besarnos y acariciamos suavemente. su lengua se movía por adentro de mi boca como nunca otra lengua se había movido adentro de mi boca. Mis manos agarraban su cadera y la pegaba a mi cuerpo para que sienta mi erección. así nos estuvimos calentando un buen rato hasta que decidimos salir. Apenas nos secamos se sentó en el sillón con las dos piernas arriba abriendolas, dejando ver su Conchita totalmente depilada, dejando ver un poquito de su colits en una posición en que me invitaba hacerle sexo oral y no lo dude, me puse de rodillas, empecé besándole los muslos, luego las caderas, subí hasta sus pezones, bese su cuello, bese su boca y volví a bajar lento hasta el ombligo, seguí bajando por su pubis y luego jugué con los labios exteriores de arriba hasta abajo hasta que pude sentir su sabor y me calenté más. Me concentré con la punta de mi lengua en su clítoris, movimientos circulares y succiones variando la velocidad de más lento a más rápido. Ella gozaba como nunca y hace 30 minutos nos conocíamos. Bajé un poco mas, lentamente y ella entendió a dónde iba. levantó un poco más las piernas para descubrir su ano que estaba por ser lamido. Me costó un poco pero logré que se dilate, mientras ella disfrutaba lo que le hacía. Después de eso me pidió que me paré y ella aún sentada en el sillón agarró mi pene con sus dos manos y se metió el glande en la boca, chupaba la pija como una profesional, la babeaba y me hacia la paja mientras me repetia que le encantaba la pija que se estaba comiendo. Luego se dio vuelta sin bajarse del sillón dejándome ver su Conchita toda húmeda qué a esta altura chorreaba, me pidió que se la haga mia, que la penetre. pero ocurrió algo, yo no tenía preservativo. Asi que esperamos un poco, laura fue hasta el cuarto, luego a la cocina y volvió con las manos vacias. Estabamos muy calientes y las ganas nos ganaron. Así que volvió a su posición original de cuatro patas sobre el sillón y me dijo, ya fue. Yo también pensé lo mismo. La penetre a pelo , piel con piel, empecé despacio y fui acelerando el ritmo, le metí una nalgada. le gustó y me pidió más. le di más y mas. tenía las nalgas totalmente coloradas por los golpes pero ella lo disfrutaba y no hay nada mejor que sentir a la otra persona que la pasa bien con vos y disfruta. Me pidió cambiar de posición y sin dejar el sillón otra vez se dio vuelta y puso sus piernas sobre mis hombros, mordiéndose los labios me agarró la pija la acomodo y la introdujo y otra vez lo haciamos despacio, asegurandome que entre toda y vuelva a salir casi por completo para luego subir el ritmo. Esta vez la cosa esa estaba más caliente y yo lo podía sentir desde adentro, cada vez más humedad y cada vez más gritos, más gemidos de ambos. después de un rato de disfrutar de su cuerpo quise salir para no acabar y para enfriarme un poco pero no me dejó me abrazó con sus dos piernas para que no me pueda alejar y con sus manos volvió introducir mi pene en su vagina pero volví a salir, para ser sincero no quería acabar y menos quería acabar adentro suyo. Así que le dije que espere pero la calentura no la dejaba esperar y me pidió que se la ponga en la cola, que se la abra lo más que pueda y yo no me pude resistir a pesar de que sentía que faltaba poco para llegar al orgasmo. Entonces me la chupó con todos los jugos propios y ajenos y luego se dio vuelta agarrándose del respaldar escupió en sus dedos y se metió dos muy lentamente y con mucho cuidado en la colita, jugo un poco mientras yo miraba y me enfiraba. al sacarlos me dijo estaba lista. queria que le acabe adentro y si no iba a ser en la conchita igual queria sentir leche adentro suyo. Casi que me implora que le haga algo que yo tenía demasiada ganas de hacer, sexo anal. Y así fue, con una gran excitación escupí mi miembro y me apresure en apoyar el glande, frotando de arriba a abajo, con una mano la agarré de la cadera y con la otra del pelo largo que le llegaba hasta media espalda y poco a poco fui introduciendo cada centímetro hasta que entró toda y ella grito como la puta que era mientras le seguia dando nalgadas. No aguanté demasiado a ese ritomo, después de algunos minutos, solo pensaba en acabar. saqué mi pija para hacer algo que me sobrecalienta, mirar un ano dilatado por mi gruesa pija y así estaba, muy abierta. Volví a introducirla, pero esta vez solo la puntita, ya estaba al limite y al sentirla adentro le solté toda la leche en la colita, acabé como nunca. Gemiamos como animales salvajes. Para terminar se la volví a enterrar hasta el fondo y me quedé unos segundos así. Cuando estaba saliendo me pidió que no lo haga por que esta noche quería dormir con una pija dentro. Pero yo salí igual, queria ver como de su colita chorreaba por todas sus piernas toda la leche.
0 comentarios - Una gran fantasía mojada de mi marido