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Loco por mi hija



Nunca imaginé que contaría esta historia. Ni siquiera mi esposa lo sabe y me pregunto que diría si algún día leyera lo que estoy a punto de escribir. Seguramente me pediría el divorcio y jamás la volvería a ver… eso si bien me va y no termino en prisión.


Verán, hace ya algunos años que tuve relaciones con mi hija Diana. Diana hoy en día esta casada y tiene su propia familia pero eso no nos ha detenido para seguir viéndonos a escondidas y follar como locos.


Tener sexo con mi hija fue algo que jamás imaginé. Pero todo comenzó en aquél paseo a la cabaña de mi padre en medio del bosque.


De donde yo vivo a la cabaña del bosque eran alrededor de 6 horas en carro y apenas llevábamos 3 horas de camino.


Mi familia estaba súper emocionada con el viaje pero aún así mi esposa no paraba de regañar a nuestros hijos quienes no paraban de discutir en el asiento trasero del carro.


Cuando hice la segunda parada del viaje en una gasolinera, mi hija Diana aprovechó para cambiar asiento con su madre quien veía esto como una buena opción para calmar los ánimos entre nuestros hijos. Fue así que Diana terminó sentada junto a mí y emocionada fue poniendo la música que a ella le gustaba en el reproductor del auto.


Para ese entonces la noche ya se hacía presente (a mí siempre me ha gustado viajar de noche) y mi hija comenzaba a sentir los estragos del cansancio. Mi mujer y mi hijo dormían ya en el asiento trasero y mi hija no se acomodaba en su asiento.


-No logro acomodarme papi…- me decía inquieta y desesperada.


Yo no le tomaba importancia y seguía concentrado en la carretera pero cuando mi hija se las arreglo para terminar con su cabeza reposada sobre mi muslo derecho me sorprendí tanto que esto enseguida se vio reflejado en el volante.


-Cuidado papi…- me dijo mi hija al sentir el movimiento brusco del auto.


-Descuida hija… solo que…- pensé en hacerle ver que me sentía incómodo teniéndola de esa manera recostada pero…


-Que papi?- me preguntó alzando su carita para mirarme a los ojos con su cabeza aún reposada sobre mi muslo.


Que hermosa imagen, tan dulce e inocente. No pude retirarla de ahí y no me quedo más remedio que resignarme. Con una mano sostuve el volante y con la otra acaricie su cabello.


-Nada hija… duerme… - le dije y en ese momento mi hija cerró sus ojitos para dormir.


No habían pasado ni siquiera 15 minutos cuando mi hija, en medio de su sueño, se las arregló para pasar una mano debajo de su cabeza quedando como si fuera una almohada.


Cuando mi esposa esta lista para irse a la cama conmigo, casi siempre suele poner su mano sobre mi muslo como una seña ciega ante los ojos de nuestros hijos y creo que mi pene conoce tan bien esa señal que cuando mi hija paso su mano por debajo de su cabeza y quedo en contacto directo con mi muslo, mi pene sintió que había llegado el momento y comenzó a despertar!


Mi pene se movía por debajo de mi pantalón como si fuera una sumamente venenosa serpiente dispuesta a salir de cacería.


Un millón de pensamientos inundaron mi mente y de pronto sentí una enorme dificultad para concentrarme en el camino.


Terminé convenciéndome de que era una reacción involuntaria de mi cuerpo lo que me estaba haciendo sentir así de excitado y no las perversas fantasías que podían ocurrírseme en ese momento.


Miré el reloj del tablero y vi que faltaban tan solo 2 horas para llegar a la cabaña.


-Menos mal…- pensé pero, justo unos minutos después, mi hija volvió a acomodarse y su mano quedó en contacto con la cabeza de mi verga!


Pensé que se asustaría al sentirme pero era obvio que estaba dormida. En ese momento tuve que contenerme para no pisar el acelerador a fondo y me arrepentí de haberme llevado puesto aquél short cuyo material tan delgado permitía sentir todo.


Veía el reloj del tablero y parecía no avanzar. Mi hija seguía involuntariamente acomodándose de vez en cuando y mi verga ya rozaba su mejilla! En ese momento comencé a sentir pánico, no paraba de mirar el asiento trasero en busca de que ni mi esposa o hijo despertara. Recé porque eso no pasara mientras veía como mi hija continuaba completamente dormida.
Cuando faltaba 1 hora para llegar, el movimiento de la mano de mi hija y mi enorme excitación había hecho que mi verga estuviera justo debajo de ella! Pero eso no era lo peor, lo peor estaba por venir cuando mi hija le dio un ligero apretón a mi pene y me hizo gemir escandalosamente.


-Hmmm!!!


Rápidamente miré por el retrovisor, ninguno de los 2 se había despertado pero la que me preocupaba más en ese momento era sin lugar a dudas mi hija. Acaso estaba despierta???? Eso no podía saberlo ya que mi hija se encontraba con la cara mirando hacia el retrovisor.


Cuando vi la salida que debía tomar por la carretera supe que el camino lleno de baches que estaba cerca de la cabaña se aproximaba y con ello seguramente mi familia entera se despertaría. No tuve más remedio que despertar a mi hija antes de que su madre o su hermano lo hicieran y vieran lo que estaba pasando.


Cuando Diana levantó su cabeza, había una enorme mancha de líquido pre seminal en esa parte del short donde había estado ella.


En ese momento, mi hija me miró a los ojos e inocentemente me dijo:


-Lo siento mucho papi… me he quedado tan dormida que he babeado tu short…


Pronto mi mujer y mi hijo se despertaron y al llegar a la cabaña nos apresuramos a bajar todas las cosas del carro mientras los primeros rayos de sol ya se anunciaban. Una vez ya instalados, durante el desayuno, mis hijos hablaban de sus planes mientras yo no paraba de ver a Diana distinto. Se había convertido en una mujercita frente a mis ojos y yo ni siquiera lo había notado.


Justo entonces mi esposa posó su mano sobre mi muslo y casi me hizo saltar de la silla lleno de pánico.


Recién habíamos llegado a la cabaña y mi esposa ya quería sexo? Acaso habría notado la lujuria en mis ojos? En ese momento comencé a ponerme nervioso pero terminé por convencerme de que todo era producto de mi imaginación y al llegar a la habitación le metí una cogida de antología a mi esposa que estoy seguro jamás olvidará.


Eso sí, he de reconocer que mientras me la cogía, mi cuerpo estaba más que presente pero mi mente, mi mente estaba fantaseando con mi hija todo el tiempo.


-Nunca antes me habías follado tanto tiempo…- me dijo mi mujer cayendo exhausta en la cama. Y vaya que cayo exhausta pues fue el único momento de sexo que recibí aquél día pues, después de eso, mi mujer siempre argumento cansancio y yo no supe si en verdad estaba demasiado cansada o simplemente temía que la volviera a follar igual de salvaje que la última vez.


Al día siguiente mi suerte no sería la misma y mi vida cambiaría para siempre.


Mi mujer fue al pueblo más cercano donde tenía a una vieja amiga a quien quería visitar. Mi hijo, quien se llevaba bastante bien con el hijo de su amiga, decidió acompañarla y mi hija prefirió quedarse leyendo aquella novela de romance que había llevado consigo.


Yo mientras tanto salí a conseguir leña para la fogata. El clima había cambiado y había refrescado un poco así que preferí prever las cosas y estar preparado para la noche.


Justo entonces un viejo que vivía a 300 metros de nuestra cabaña me advirtió del cambió de clima.


-Aquí en Noviembre el clima cambia como loco… una tormenta se aproxima y no me extrañaría que comience a nevar… es lo malo de tener nuestras cabañas casi en la cima de este cerro…


No había pasado ni siquiera 1 hora de mi encuentro con aquél señor cuando empezó a nevar. Tomé el teléfono y llamé a mi mujer para advertirle de la tormenta de nieve y me dijo que su amiga le había ofrecido su hogar como refugio para esa noche y que le tomaría la palabra ya que los caminos se vuelven más peligrosos.


-Te llamaré mañana antes de irme…- me dijo y se despidió con un te quiero.


Prendí la fogata mientras mi hija Diana preparaba la cena. Estaríamos los 2 solos esa noche y supuse que lo mejor sería alejarme de ella para que no fuera a sospechar nada así que terminé yéndome a dormir muy temprano.


Esa noche soñé que le hacía el amor a una hermosa jovencita de tetas semi desarrolladas y culo de ensueño. Era una preciosa rubia que no tenía nombre para mí pero que sentía la había deseado toda la vida.


De pronto fui despertado por un peso de más en la cama. Miré a mi costado y era Diana acomodándose a mi lado debajo de las cobijas.


Mi verga ya estaba dura para ese momento debido al sueño que había tenido y el tenerla a un lado no ayudaría en nada.


-Hija, que haces?


-La ventana de mi habitación no cierra… esta trabada con algo… hace mucho frío…- me dijo inocentemente mientras seguía acomodándose.


-Que hay de la de tu hermano? No puedes dormir en esa?


-Sabes que le molesta mucho que use sus cosas… jamás me lo perdonaría.


No quise discutir más y me di la vuelta para evitar que mi hija sintiera mi erección en algún rozón involuntario que diera con su cuerpo.


Estaba bastante nervioso pero logré conciliar el sueño una vez más y en mi mente, aquella bella jovencita con la que había soñado volvió a aparecer inundando mi sueño de placer y lujuria.


En esa ocasión soñaba que tenía de espaldas a la bella jovencita y la penetraba salvajemente en su estrecha cola. Ella gritaba sin parar mientras yo la empalaba con mi gruesa verga y le pellizcaba sus pezones.


Continuamos follando hasta que al fin pude descargar toda mi leche en su vagina convulsionada. Se sentía tan real, tan verdadero que incluso podía sentir como los pelos de su concha rozaban mi palo y mis huevos que seguían sacando semen al por mayor.


-Wow!!!- pensé.- estoy teniendo uno de esos sueños húmedos que no tenía desde mi juventud…- y pronto me reproche a mí mismo y sentí que era sumamente inapropiado tenerlo justo cuando mi hija dormía conmigo así que me sacudí a mí mismo hasta despertar del todo y encontrarme abrazado a la espalda de mi hija quien no paraba de decir entre chillidos:


-Es muy grande... es muy grande papi…


Salté cubierto en pánico desalojando mi verga de entre sus muslos. Tiré las cobijas al suelo y en ese momento me percaté del daño que había hecho… Rápidamente prendí la luz y el espectáculo era avasallador…
Mi hija estaba inundada en una piscina semen y sangre virginal que corría por sus muslos!!!



-Lo siento tanto…- dije en voz baja casi sin creerlo.- Estaba soñando… creí que era tu madre a quien se lo hacía… precisamente por esto no quería que durmieras aquí… dormido soy otra persona… no tengo consciencia!!


Diana se sentó en silencio mirando hacia abajo. Seguí su mirada e iba directo a donde estaba mi verga cubierta de semen y sangre. Sentí que el piso se me movía y me senté en la cama mareado.


-Esto no esta pasando… debe ser un sueño…- me dije y en ese momento comencé a llorar como un bebé.


Pasaron unos segundos y finalmente mi hija habló:


-Yo sé que tú no querías hacerlo papi… te perdono…


Yo no paraba de llorar. Que podía hacer? En ese momento sentía que mi matrimonio y familia se venían abajo.


-Te juro que no le diré a nadie…- dijo mi hija y en ese momento mi llanto ceso.


Miré a mi hija, sus senos aún no desarrollado prometían mucho a futuro y su lindo rostro era el de una muñequita. Sus pezones eran grandes y estaban erectos para ese entonces. Mi mirada viajo hacia su cintura, era tan pequeña y parecía ser tan frágil, luego seguí bajando con la mirada y me topé con una pequeña mata de vellos púbicos rubios. Mi boca se hizo agua y me inundaron unas terribles ganas por probarla.


-Esto no estuvo bien…- le dije mirándola a los ojos.


-Lo sé papi pero te perdono…- me dijo mi hija respondiéndome la mirada.


-No debes perdonarme hija… no puedes…


-si puedo papi… ya lo he hecho.


-No amor, he estropeado tu primera vez… así no es como debía haber sido…


Mi hija no respondió, tan solo me miraba tratando de reflejar perdón en sus ojos.


-Solamente hay una forma de remediar mi error…


Mi hija me miró desconcertada.


-Debo hacer las cosas como se deben… borrar todo lo anterior y dejar en tu memoria las cosas bien hechas…


En ese momento tomé ambos pies de mi hija y la jalé al borde de la cama sorprendiéndola en el acto. Mi hija grito pero no pudo evitar que separara sus piernas llevándomelas a los hombros mientras mi boca hambrienta se iba a hundir en su entrepierna para comenzar a comerle su rica almejita.


-HMMMMMMMMMM… Papi espera!!!- gritó mi hija pero ya era demasiado tarde. Mi lengua recorría todo lo largo y ancho de su almeja.


Los gemidos de mi hija comenzaron a aumentar. Y aún cuando con sus manos trataba de empujarme, la fuerza que ponía cada vez era menor al grado de que temrinó por renunciar a resistirse y simplemente me dejo hacer.


Inhale fuertemente para embriagarme de su rico aroma. No pude evitar compararlo con el de su madre. Indiscutiblemente el aroma de mi hija era único. Clavé mi lengua en su concha durante varios minutos hasta que la hice contraerse de la emoción de su primer orgasmo.


-AAAHHHHHHHHH PAPIIIII QUE ME HACES?????????? HMMMMMMMMMMMMMMMM


Yo no tenía control alguno sobre mi persona. Mi hija no paraba de gemir y gritar.


-DETENTE PAPI DETENTE!!! HMMMM ME VOY A HACER PIPI!!!!!- Decía tratando de explicar las nuevas sensaciones que sentía.


Cuando mi hija terminó de convulsionarse de placer en la cama la deje reposar un poco mientras besaba cada centímetro de su piel desde los pies hasta su boca a la que hice mía con un beso sumamente apasionado.


-Déjame chupártela papi…-me dijo mi hija. Su mirada había cambiado, ahora todo era coquetería.- Todas en el cole hablando de ello y yo nunca lo he hecho… desde que sentí tu pene el carro no pude dejar de pensar en que tal vez tu y yo podíamos… tú sabes?


Realmente me sorprendió. Tal y como había pasado en algún momento por mi mente mi hija estaba despierta y había apretado mi verga conscientemente.


-Estabas despierta?


-Si… pero no me animaba a nada. Sentí tu pene palpitar debajo de mí, eso fue lo que me despertó… y en ese momento me dieron ganas de sacártela y probarla pero no podía hacer eso, no estando mamá y mi hermano presentes así que terminé por apachurrarla al menos para no quedarme con las ganas de saber que se siente tener un pene entre mis manos… ahora te pido que me dejes probarla… si no te pido a ti entonces a quien?


-Hija… cariño… vayamos más despacio… ni siquiera tu madre me la chupa después de tener relaciones…


-Pero yo no soy mi madre…- me dijo mientras con una mano tomaba mi verga y comenzaba a masturbarme.


El ver su pequeña mano tratando de lidiar con mi polla me hizo perder la cabeza y en menos de un segundo ya me encontraba recostado boca arriba dándole instrucciones para que me la chupara.
Una gota de líquido pre seminal rondaba por la cabeza de mi pene y mi hija se apresuró a lamerla con su lengua.


-Hmmm… justo como imaginé que sabría… delicioso!


Luego abrió la boca lo más que pudo y se engulló mi verga.


-AAAHHHHHHHHHHHHH- No pude evitar gemir y mi hija se engolosinó al grado que solo sacaba mi verga de su boca para preguntar si lo estaba haciendo bien!


Lo trae en la sangre!! Mi hija es una mama pollas profesional!! Podía sentir como mi polla iba a dar hasta la campana de su garganta y volvía. Ni siquiera tomaba aire!! En cuestión de minutos terminé explotando en su boca.


-Será mejor que la saques un poco hija… estoy a punto de venirme!!!! AAHHHHHHHHHH


Ella continuó mamando y haciendo caso omiso a mis palabras.


Mi verga hizo erupción como nunca. Vi como sus mejillas se llenaban de mi leche y sus ojos se abrían al máximo pero ninguna gota salía por la comisura de sus labios.


Al terminar me limpió todos los residuos con su lengua y tras darme un beso de pico en los labios me preguntó sabiendo perfectamente la respuesta:


-Lo he hecho bien?


-Eres maravillosa… la mejor mamada de mi vida y por mucho…- confesé.


-Por el momento porque estoy segura que mejorare mucho con un maestro como el que tengo… ya veras como con el tiempo logro meterme todo tu pene en la boca…


Usualmente la erección no regresa hasta pasados 30 o 40 minutos pero esa noche mi hija hizo que en 5 minutos volviera más fuerte que nunca.


-Quiero que me hagas sentir como una verdadera mujer papi…


-No tengo condones conmigo hija…- le dije esperando que no se molestara. Sabía que sería el más grande y placentero tabú follármela y embarazarla pero…


-Y es que acaso crees que con lo que me has metido hace rato no he quedado embarazada?? Con lo que me echaste dentro ya hasta puedo sentir 2 o 3 niños dentro de mí…-me dijo guiñándome el ojo.


Y esa misma noche le enseñe a mi hija como cabalgar mi verga…


A la mañana siguiente el teléfono me despertó. Estiré la mano y lo tomé sintiendo como mi hija estaba abrazada a mi cuerpo completamente desnuda y en ese momento recordé la memorable noche de sexo que habíamos tenido. Justo como esperaba, en el teléfono era mi esposa quien explicaba que los caminos estaban cerrados y que ella y mi hijo pasarían otro día en el pueblo con su amigo.


Mientras hablábamos mi hija Diana despertó y al oír que su madre no llegaría me sonrió con una sonrisa traviesa y después se metió entre las cobijas para chuparme la verga.


Tuve que contener la respiración para no gemirle en la bocina del teléfono a mi mujer cuando mi hija comenzó a mamármelo. No podía concentrarme en la conversación y tan solo me limitaba a decir: si, no, nose, claro…


Pronto mi esposa colgó y justo en ese momento destape a mi hija debajo de las cobijas y al verla tan sexy llegue al orgasmo explotando una vez más en su boca.


-AAAHHHHHHHHHHHHHHHH HMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMM


En ese momento mi hija me miraba a los ojos con sus preciosos ojos azules mientras continuaba mamando todo mi semen.


Luego de eso nos levantamos y disfrutamos de un tranquilo día en la cabaña como si fuéramos recién casados junto a la chimenea y sin parar de besarnos y acariciándonos todo el tiempo. Por la tarde salí por más leña y al regresar vi a mi hija saliendo de la habitación de su hermano con algo en la mano. 


Mi hija al verme enseguida lo escondió y actuó tratando de aparentar completa naturalidad. Me moría de ganas por preguntarle que traía pero pensé que lo mejor sería reservármelo. El teléfono sonó poco antes de las 9 de la noche. Era mi mujer para confirmarme una vez más que pasarían la noche en casa de su amiga. Mi corazón comenzó a acelerarse sin duda alguna tendría una noche más de sexo con mi hija y por ende mi pene se irguió de inmediato.


Cuando le di las buenas noticias a mi hija esta saltó a mis brazos y me dio un beso- no un beso de hija, un beso de mujer.- un beso apasionado que hacía que mi verga chorreara.


-Estoy muy emocionada papi… tengo una sorpresa para ti…- me dijo al oído.


-Me muero por saber lo que es…


La liberé de mis brazos y rápidamente fue a su habitación. Yo la seguí y mire atónito como se iba desvistiendo en el camino. Pronto hice lo mismo hasta quedar desnudo.


Mi hija se recostó en su cama y separó sus piernas. Sabía perfectamente que quería que le devorara su almejita como la noche anterior y no la hice esperar. Me fui de lleno y devore aquél manjar de dioses a mi antojo. Mi hija pronto llegó al orgasmo y yo seguí lamiendo su conchita hasta que se calmó.


Escuché ruidos por encima de donde estaba. Podía adivinar que mi hija estaba abriendo algo pero no queriendo perder la concentración seguí lamiendo su conchita sin mirar hacia allá.


-Estas listo para la sorpresa?- me preguntó. Yo asentí con la cabeza y ella me pidió que la mirase. La miré y mi hija sostenía en su boca un condón listo para usarse. Donde lo había conseguido?


-Mi hermano siempre trae uno consigo… - me dijo sonriente.


-Y que piensas hacer con eso? Creí que habías dicho que ya no importaba si me venía dentro o fuera…


-Si pero esto servirá para que me desvirgues…- Supongo que notó mi cara de confusión pues rápidamente aclaro lo siguiente.- ayer me desvirgaste de mi vagina pero hoy quiero que me lo hagas por detrás…


Vaya que era una enorme sorpresa!! Ni siquiera mi mujer me dejaba darle por el culo y ahora mi hija me pedía que se lo desvirgase!


-Pero hija, eso puede doler mucho…


-Lo sé pero con el lubricante del condón ayudará…


Enseguida mi hija tomó mi verga entre sus manos y comenzó a metérsela en la boca. Comenzó a chuparlo poco a poquito, tocaba la cabecita y lo sacaba hasta que le llego la desesperación y se metió toda la verga de un golpe a la boca. La chupaba como una maestra! Yo me quede atontado al ver como mi hija, la que no había chupado una verga antes me la mamaba como una perra en celo.

Fue entonces que me pare y la puse en la orilla de la cama. Enseguida le puse la verga en la boca para mirarla como se metía la verga a la boca y lo hacia como una maestra.


-Que bien lo chupas…!! HMMMM- Le dije y ella se lo saco de la boca y me preguntó.


-Mejor que mamá?


-Mucho mejor… HMMMM- Le dije y esto a ella parecía excitarle y enorgullecerla.


Ya cuando sentí que me venía, la puse en 4 patas sobre la cama y, tras ponerme el condón, apunté mi verga hacia su ano rosado que se abría cuando le separaba las nalgas al máximo de una manera riquísima.


-Puede que duela…- le advertí una vez más y ella respondió:


-No me importa… hazlo papi… desvírgame el culo.


Le puse la cabeza en la entradita de su cola y le comencé a refregar la verga. Ella suspiraba y gemía ligeramente hasta que le metí la cabeza de una faena y dio un chillido desgarrador:


-AAAUUUGGHHHHHHMMMM


Empuje un poquito mas y la verga se hundió ¼ parte en su culo.


-AAAUUUUUHHHH PAPITOOO LINDO ME ESTAS PARTIENDO EN 2!!


Comencé a bombear y conforme iba aumentando el ritmo más verga le metía al culo. Me suplico que se la enterrara toda de una buena vez y así lo hice. En cuestión de segundos mi hija tenía la verga entera clavada en el culo y yo, tomándola de las caderas, la perforaba a un ritmo avasallador.


-AAAHHHHHHHHHHHHHHHHH HMMMMM…- Los dos gemíamos escandalosamente. La cama brincaba con nuestros movimientos y mis manos se aferraban con toda mi fuerza en su estrecha cintura.


Sus nalgas golpeteaban contra mis huevos de una manera riquísima. Era el momento más excitante de nuestras vidas sin lugar a dudas.


-OOOOH Papi!!! HMMMMM


Cuando ya no podía más le anuncié que se la sacaría y sin darle tiempo saque mi verga de su culo, me quité el condón y, así, desnuda, se la hundí en la vagina para después de dos o tres bombeadas terminar llenándola de leche.


-Que estas haciendo???- me preguntó y le contesté.


-Cerciorándome una vez más de que salgas embarazada…HMMMMMMMMMMM


Al terminar caí rendido sobre la cama. No había duda de que estaba en el paraíso terrenal.


-Aún me arde el culo…- me dijo con una sonrisa y no pude aguantar besarla.


Mis pensamientos lentamente fueron regresando a mi esposa. Como había podido traicionarla desflorando a mi hija? De pronto sentí una enorme culpa.


A la mañana siguiente sonó el teléfono muy temprano. Era mi esposa quien me anunciaba que iba rumbo a la cabaña.


De un saltó salí de la cama y desperté a mi hija para que arregláramos todo como si nada incestuoso hubiera pasado ahí. Cuando mi mujer y mi hija arribaron a la cabaña no notaron nada fuera de lo común. Y, cuando volvimos a casa, yo continué follándome a mi hija sin usar protección hasta que un día salió embarazada.


A los 20 años, siendo madre soltera, mi hija contrajo matrimonio con una amigo de mi hijo quien estaba enamorado de ella desde hacía años.


Hoy en día mi hija tiene 4 hijos pero solamente podemos distinguir como mío al primero ya que de los otros 3 no se sabe bien la paternidad. Pero un dato interesante es que yo me la folló 3 veces más seguido que su marido.

5 comentarios - Loco por mi hija

cugtx
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Si-Nombre
Excelente post muy bueno gracias por compartir