Circa 2002.
Ella es Yani, la mejor amiga de mi mujer (Ale) pero no solo eso, vivía al lado de nuestra casa, y además era novia de uno de mis mejores amigos. De piel oscura intermedio, 1,60 mts aprox, flaca, con poca teta, un culito decente. Una chica muy tranqui y excelente amiga.
Nos conocíamos desde hace unos cuantos años, con mi mujer teníamos una hija pequeña. Yani y Manu llevaban casi el mismo tiempo que nosotros en pareja pero no vivían juntos.
Solíamos frecuentar un boliche donde pasaban hip-hop y reggaetón. En esa época todavía no había explotado el reggaetón en Argentina, era desconocido para la mayoría de la gente pero ahí ya prendía fuego la pista de baile.
Donde hay reggaetón hay perreo. Las chicas que solían ir a ese lugar fueron metiéndose en la onda y cuando sonaban los clásicos de la época pintaba el franeleo nasty que todos conocemos hoy en día. Era el momento exacto para sacar a relucir los pasos prohibidos.
Yo siempre soltaba a Ale, ya desde chico fui bastante liberal y al no ser celoso la dejaba jugar tranquila con quien ella quisiera pero no pasaba de un manoseo con disimulo y complicidas. Luego me engañó pero esa es otra historia.
Mi amigo Manu era un fumón, le daba duro al faso y andaba re loco flasheando todo el tiempo. En el boliche lo perdíamos todo el tiempo pero ya estábamos acostumbrados.
En un momento que yo perdí a Ale y mi amigo había desaparecido. Quedamos bailando con Yani. Ella empezó a perrear duro, ya saben, me refregaba el culo en la pija. Yo tenia un pantalón de plush (no se usan más jaja), que es una tela suave y ella una mini skirt ajustadita. Tenia la verga durísima, era imposible que ella no la sintiera pero le daba más duro al movimiento de cadera.
Prácticamente estaba por acabar, Yani se había emputecido y me hacía volar de calentura. Cada tanto me miraba y sonreía beboteando. Yo la tomaba de las caderas con ambas manos e iba a ritmo contrario al cual ella se movía, para poder apoyarla más duro. De repente aparece Ale y sin prestar atención a lo que sucedía se sumó al baile.
Yo estaba ahí entre las dos. Ale se puso delante mío y Yani quedó atrás. Había mucha gente esa noche y estabamos en el medio de la multitud. Mi mano izquierda posaba en la cintura de Ale y mi mano derecha en el muslo de Yani, bailábamos como si esa fuera la última vez. Las manos se movían, para ese momento caricias ya eran bastante descaradas. Ale puso su mano en su cola y me acarició la verga por encima del pantalón.
-Estás como loco, me susurró al oído. Tirando su cabeza hacia atrás buscando mi oreja. Me besó y alguien la tomó de la mano, se alejó bailando.
Quedé otra vez con Yani. Me doy vuelta, ella me habla pero el sonido fuerte de la música evitó que entendiera algo de lo que dijo. Estábamos muy alcoholizados, la tome de frente y seguimos con los cuerpos apretados, refregando acá y allá. Cada tanto me hacía el boludo y le acariciaba el culo. Ella me clavaba la mirada cada vez que sucedía.
Los dos muy sudados, franeleando sin parar. Cambia la canción y suena el hit del momento de Daddy Yanki. A mi nunca me gustó el reggaetón pero no dudo ni un instante en apoyar un culo cuando el ritmo invita. Explota el estribillo y siento una mano en la pija, hacía dos horas que estaba totalmente al palo y fue como un alivio, me solté aún más. Después de algunas caricias percibo que una mano me tira de la cintura del pantalón, otra se mete dentro y me agarra la pija de una. Ella bailaba como si nada sucediese, había que disimular. Conocíamos a medio mundo ahí adentro.
Me pajeó lindo unos cuantos segundos y quitó su mano. Sonrió mirándome a los ojos y se dio vuelta sacando el culito. Siguió el franeleo.
Volvió a girar y quedamos cara a cara. Metí la mano por debajo de esa diminuta pollera y sin mucho esfuerzo toqué esa tanga, estaba totalmente empapada. Así, son sus jugos recorriendo mis dedos, los llevé a mi boca y ella respondió como con un gesto de sorpresa exagerado, jugando. Volví a bajar mi mano y corrí esa tanguita, enseguida deslicé dos dedos en su concha húmeda. Apuntó su cara al techo y empinó una botella de Vodka.
Seguimos jugando un poco hasta que aparecieron Manu y Ale. Pero ya todo se había normalizado. Yani y yo actuaríamos como si nunca hubiese sucedido nada, hasta que coincidíamos otra vez en la pista de baile paea seguir jugando.
Así pasaron meses, hasta que cogimos por primera y única vez pero ese relato viene más adelante.
La segunda parte sigue aquí:
http://www.poringa.net/posts/relatos/3943627/La-mejor-amiga-de-mi-mujer-Parte-2-2.html
Ella es Yani, la mejor amiga de mi mujer (Ale) pero no solo eso, vivía al lado de nuestra casa, y además era novia de uno de mis mejores amigos. De piel oscura intermedio, 1,60 mts aprox, flaca, con poca teta, un culito decente. Una chica muy tranqui y excelente amiga.
Nos conocíamos desde hace unos cuantos años, con mi mujer teníamos una hija pequeña. Yani y Manu llevaban casi el mismo tiempo que nosotros en pareja pero no vivían juntos.
Solíamos frecuentar un boliche donde pasaban hip-hop y reggaetón. En esa época todavía no había explotado el reggaetón en Argentina, era desconocido para la mayoría de la gente pero ahí ya prendía fuego la pista de baile.
Donde hay reggaetón hay perreo. Las chicas que solían ir a ese lugar fueron metiéndose en la onda y cuando sonaban los clásicos de la época pintaba el franeleo nasty que todos conocemos hoy en día. Era el momento exacto para sacar a relucir los pasos prohibidos.
Yo siempre soltaba a Ale, ya desde chico fui bastante liberal y al no ser celoso la dejaba jugar tranquila con quien ella quisiera pero no pasaba de un manoseo con disimulo y complicidas. Luego me engañó pero esa es otra historia.
Mi amigo Manu era un fumón, le daba duro al faso y andaba re loco flasheando todo el tiempo. En el boliche lo perdíamos todo el tiempo pero ya estábamos acostumbrados.
En un momento que yo perdí a Ale y mi amigo había desaparecido. Quedamos bailando con Yani. Ella empezó a perrear duro, ya saben, me refregaba el culo en la pija. Yo tenia un pantalón de plush (no se usan más jaja), que es una tela suave y ella una mini skirt ajustadita. Tenia la verga durísima, era imposible que ella no la sintiera pero le daba más duro al movimiento de cadera.
Prácticamente estaba por acabar, Yani se había emputecido y me hacía volar de calentura. Cada tanto me miraba y sonreía beboteando. Yo la tomaba de las caderas con ambas manos e iba a ritmo contrario al cual ella se movía, para poder apoyarla más duro. De repente aparece Ale y sin prestar atención a lo que sucedía se sumó al baile.
Yo estaba ahí entre las dos. Ale se puso delante mío y Yani quedó atrás. Había mucha gente esa noche y estabamos en el medio de la multitud. Mi mano izquierda posaba en la cintura de Ale y mi mano derecha en el muslo de Yani, bailábamos como si esa fuera la última vez. Las manos se movían, para ese momento caricias ya eran bastante descaradas. Ale puso su mano en su cola y me acarició la verga por encima del pantalón.
-Estás como loco, me susurró al oído. Tirando su cabeza hacia atrás buscando mi oreja. Me besó y alguien la tomó de la mano, se alejó bailando.
Quedé otra vez con Yani. Me doy vuelta, ella me habla pero el sonido fuerte de la música evitó que entendiera algo de lo que dijo. Estábamos muy alcoholizados, la tome de frente y seguimos con los cuerpos apretados, refregando acá y allá. Cada tanto me hacía el boludo y le acariciaba el culo. Ella me clavaba la mirada cada vez que sucedía.
Los dos muy sudados, franeleando sin parar. Cambia la canción y suena el hit del momento de Daddy Yanki. A mi nunca me gustó el reggaetón pero no dudo ni un instante en apoyar un culo cuando el ritmo invita. Explota el estribillo y siento una mano en la pija, hacía dos horas que estaba totalmente al palo y fue como un alivio, me solté aún más. Después de algunas caricias percibo que una mano me tira de la cintura del pantalón, otra se mete dentro y me agarra la pija de una. Ella bailaba como si nada sucediese, había que disimular. Conocíamos a medio mundo ahí adentro.
Me pajeó lindo unos cuantos segundos y quitó su mano. Sonrió mirándome a los ojos y se dio vuelta sacando el culito. Siguió el franeleo.
Volvió a girar y quedamos cara a cara. Metí la mano por debajo de esa diminuta pollera y sin mucho esfuerzo toqué esa tanga, estaba totalmente empapada. Así, son sus jugos recorriendo mis dedos, los llevé a mi boca y ella respondió como con un gesto de sorpresa exagerado, jugando. Volví a bajar mi mano y corrí esa tanguita, enseguida deslicé dos dedos en su concha húmeda. Apuntó su cara al techo y empinó una botella de Vodka.
Seguimos jugando un poco hasta que aparecieron Manu y Ale. Pero ya todo se había normalizado. Yani y yo actuaríamos como si nunca hubiese sucedido nada, hasta que coincidíamos otra vez en la pista de baile paea seguir jugando.
Así pasaron meses, hasta que cogimos por primera y única vez pero ese relato viene más adelante.
La segunda parte sigue aquí:
http://www.poringa.net/posts/relatos/3943627/La-mejor-amiga-de-mi-mujer-Parte-2-2.html
2 comentarios - La mejor amiga de mi mujer. Parte 1/2.