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Quise ser sumiso y la sufrí. Parte 3 (final)

La parte 1 la encuentran aquí:
https://m.poringa.net/posts/relatos/3935084/Quise-ser-sumiso-y-la-sufri-Parte-1.html

La parte 2 la encuentran aquí:
https://m.poringa.net/posts/relatos/3936249/Quise-ser-sumiso-y-la-sufri-Parte-2.html

Estaba en una especie de trance desde que había entrado a ese lugar pero no había tenido un pico de excitación, en el momento que la escuché decir "Me llamo Vieja Puta" estuve a nada de acabar de golpe, así, sin estímulo genital ni nada. La pija se me endureció de tal forma que parecía que me la estaban retorciendo.

Dómina -Parate y quitate toda la ropa.
Yo dudé por un instante, como que no me recuperaba de ese pico de calentura. Y contesté: -Sí, mi ama.

Y así quedé desnudo, parado en el medio de esa habitación intimidante. Con mi Ama y la Vieja Puta caminando a mi alrededor como si fueran depredadores acechando a su presa.

Ama: -Conocés los límites de este pajero?
Vieja Puta: -No, me avisaron con poco tiempo.

Yo seguía ahí y ellas caminaban a mi alrededor mirándome y charlando como si estuvieran haciéndo un trámite en el banco.

Ama: -Yo te lo resumo. Novato. Vino por una lluvia. No le va el dolor, quiere abuso verbal y sentadas en la cara. No dijo si le gusta que le abran el culo, así que eso lo vamos a tener que averiguar nosotras.
Vieja Puta: - yo me encargo de eso. Dijo mirándome sin pestañear.

En ese momento sentí miedo. Si bien soy bisexual hoy en dia, nunca le agarré el gusto a que me penetren y en ese momento, con 23/24 años, no había probado más que la punta de algún dedo mío solo para saber qué se sentía.
Enseguida quise aclararlo pero cuando comencé a pronunciar me interumpieron.

Ama: -Vos no hablás a menos que te lo pidamos.
Yo: -Sí mi Ama dije con un tono preocupado.

Nunca había imaginado que no iba a tener control, ni voz ni voto en ese lugar. Pero ya estaba ahí, solo quedaba entregarse a lo que sea, mi mente iba a mil y analizaba todo lo que podia salir mal pero mi pija estaba en otra, seguía apuntando al horizonte.

Ama: - Ponete en cuatro patas.
Obedecí de inmediato.
Ama: - Lamé mis botas.
Le lancé una mirada de obediencia y lo hice. Nunca había lamido zapatos, me parecía una boludez, era algo que no me calentaba aunque era una creencia que estaba a solo unos segundos de cambiar. Lo había visto en películas y jamás me había llamado la atención pero porque había puesto la atención en el lugar equivocado. La magia no estaba en lamer las botas, o sentir el sabor de lo que fuera que iba a sentir, sino en obedecer la orden que acababa de recibir, y saber que con eso, hacía feliz a mi Ama.
Vieja Puta: - Así me gusta, odio a los pajeros desobedientes, que solo quieren coger y largar la leche. Se hace lo que decimos o te tiramos a la calle como un perro. Dijo con un tono de enojo, como con una furia que soltaba desde lo mas profundo de su persona.
Yo seguía lamiendo las botas de mi Ama, mi verga seguía dura como una roca. Sentí dos manos que me agarraban el culo, era la Vieja Puta que se había agachado atrás mío. Y mi Ama soltó una sonrisita que me sonó maléfica.

Vieja Puta: - Ponete en cuatro patas como te gusta que se pongan las mujeres que te cogés.
Apoyé la cabeza en el piso, arquée la espalda lo mejor que pude y levanté el culo como jamás había imaginado en la vida.
Vieja Puta: -Miralo, este lo lleva dentro. Lo hace mejor que yo.
Ama: - Será un diamante en bruto?
Vieja Puta - Veamos.

Mi cuerpo tembló, la Vieja Puta me estaba dando un beso negro! Mi Ama se había sentado en el trono y observaba en primer plano como me comían el culo. Me agarro la pija, no me pajeó, me apretó los huevos y me estrujó fuerte.

Vieja Puta: -Pajero cochino, sucio. Mirá lo que estás haciendo.

Me incorporé y noté algunos restos de líquido preseminal en el piso. Yo miré a mi Ama como si fuera que hice una hazaña, sonriendo como un imbécil.

Ama: - Qué esperás? Un aplauso? Limpialo ya. Dijo enojada.

Era evidente que la situación había despertado algo en mi Ama. Se puso de pie. -Los pajeros suelen ser tercos, se creen que se las saben todas pero en realidad tienen alma de virgo. Te venden que son los más cogedores del planeta pero sólo saben hacer una cosa bien, complacerse a sí mismos.

La Vieja Puta sonreía como con un gesto de burla, se veía que escuchar a mi Ama la motivaba. Ella estaba ahí para aprender y mi Ama sabía lo que hacía, cada palabra que salía de su boca estaba perfectamente premeditada.

Yo estaba de rodillas, mi Ama se agachó como si fuese a acariciar un perrito, me tomó fuerte del único pelo que tenía. Yo usaba la cabeza rapada y tenía la barba tupida. Pegó un tirón y dio como una especie de sentencia: -A mi me importa una mierda si vos lo disfrutás. La gente viene acá, pide cosas muchas veces sin saber si van a disfrutarlo. Empezá a rezar novato.

Me sentía desconcertado, como cuando despertás de un sueño y no sabés dónde estás y tardás un tiempo en reaccionar.

Vieja Puta: -Acostate boca arriba hijo de puta.
Lo hice inmediatamente. Mi Ama se había quitado la ropa y solo tenía el calzado puesto. La Vieja Puta se colocó unos guantes de latex.

No tuve ni tiempo de analizar la situación. Mi Ama se paró justo sobre mi cabeza, podía ver su concha de labios carnosos hacia afuera. No era una pussy común y corriente, era fija que esta había sobrevivido muchas guerras.

Se agachó de golpe y se sentó en mi cara, me puso esos labios curtidos sobre mi boca. Intenté acomodar un poco la cabeza para poder respirar mejor, ella se levanto un poco y acercó su cara a la mía, podía sentir si respiración, nuestras narices se rozaron. Y me escupió la boca.

Ama: -Pajero de mierda, vas a chuparme la concha ya. Y volvió a posar sus labios vaginales en mi boca.
Esa escupida me dejó en evidencia, era claro que me había gustado porque empece a comerle la concha como si no existiera un mañana.

Quise ser sumiso y la sufrí. Parte 3 (final)


La Vieja Puta tenía un primer plano de la situación, se coloco a mis pies y me separó las piernas. Escuché el sonido y sentí como escupía mi pija, me agarró de los huevos bien fuerte. Me dolía pero mi Ama estaba tan deliciosa que no me importaba. Me dio un chachetazo en la verga, dos, tres.
Mi Ama seguía presionando su increíblemente deciosa concha contra mi boca y la frotaba, adelante y atrás. Lamía sin parar, mi boca ya estaba bañada por sus jugos, primero lamía su concha y cuando se movía hacia adelante saboreaba su culo que se abría con apenas una pequeña presión de mi lengua. Yo no paraba de gemir, era incontenible.

La Vieja Puta se metió mi pija en la boca, la tenía durísima, parecía que jamás en la vida había tenido una erección similar. Podía sentir cómo se le ensanchaba la garganta para que entrara por completo mi verga. Me empezó a acariciar el esfinter, pero fueron solo dos segundos hasta que me metió un dedo de una. Tenía el guante lubricado con algo y se deslizó perfectamente. Yo me retorcí.

-No hace falta que mire para saber lo que estás haciendo Vieja Puta, mostrale quién manda. Dijo mi Ama.

La Vieja puta metió otro dedo, ya empezaba a sentir un dolor fuerte. Seguía retorciéndome, mis gemidos ya se empezaban a transformar en gritos. Mi Ama seguía refregándome la concha en la cara.

Ama: -Qué pasa pajerito? Te estás arrepintiendo? Acá tenés lo que pediste. Dijo como enojada, mientras largaba un pequeño chorro de pis en mi boca.

Para ese momento ya había dejado de pensar en todo, hasta había olvidado el deseo de la lluvia dorada que me había llevado a ese lugar. Y ese chorrito fue inesperado, me ahogué y di una arcada.

Mi Ama se detuvo, la Vieja Puta también.

-Novatos... dijo mi Ama con una risa pícara. Y empezó a mearme.
-Chupala bien hijo de puta!

Me agarró de la cabeza con ambas manos y meaba, parecía que me estaban dando con el chorro de una manguera. Apenas podía respirar. Al ver la situación, La Vieja Puta se puso violenta y me ensartó con mas fuerza dos dedos en el culo. Mientras lo hacía me daba una chupada de pija que jamás olvidaré en la vida. Se escuchaba que le daban arcadas, sentía la verga bañada en saliva y ella cabeceaba con fuerza sin parar, con la boca bien abierta. Podía percibir la vibración de su garganta cada vez que mi pija la atravesaba.

Culo

garganta profunda

No puedo asegurar cuánto tiempo estuvimos así pero me da la sensación de que fue una eternidad. Yo me ahogaba, tosía, me daban espasmos.

Mi Ama repetía una y otra vez: -Tragá hijo de puta, tragá todo. La Vieja Puta seguía mamando, apenas se detenía para tomar aire con fuerza y volver a cabecear mientras sus dedos escarbaban mi próstata.

Yo jamás en la vida me eché un meo tan largo como el que me dió mi Ama ese día. Asumo que habrá tomado unos cuantos litros de agua antes de que yo llegara.
La intensidad de toda la escena se fue reduciendo a medida que el chorro de pis disminuía. La Vieja Puta estaba exhausta, respiraba como si la hubieran ahorcado.

Ama: -Ahí tenés pajero de mierda. Conforme? Preguntó.
Yo terminaba de saborear ese meo celestial. -Sí. Dije recuperándome de semejante salvajismo.

Vieja Puta: -No te relajes tanto pajero, que te falta tragar el mío.

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Mi pija seguía totalmente dura, la sensación de excitación había desaparecido. Estaba en una especie de shock emocional.

Mi Ama se volvió a sentar en el trono. La Vieja Puta se paró justo arriba de mi cara, ni se agachó, empezó a mearme a distancia.

Vieja Puta: -Abrí la boca hijo de puta!

Y así estuvimos hasta que largó la última gota. Se sentó en el apoyabrazos izquierdo del trono, junto a mi Ama.

Ama: -Vení acá pajero, sentate delante nuestro.

Me senté frente a ellas, con las piernas abiertas.

Ama: -Ahora vas a largar esa leche que llevás adentro. Y como buen pajero que sos, te vas a pajear para nosotras. Ambas sonreían con una especie de ternura.

Empecé a masturbarme, mi pija seguía dura asi que no costó arrancar. Ambas me miraban. Yo no despegaba la vista de sus caras, no importaba otra cosa, quería inmortalizar sus rostros en mi cerebro.

Largué 4 o 5 chorros de leche, que ensuciaron el calzado de mi Ama.

Ama: -Sos inmundo, vení a limpiar esta asquerosidad.
Y sin dudarlo fui a lamer lo que había ensuciado.

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Jamás volví a repetir una situación similar ni volví a ese lugar perverso. No sé si querría volver a ahogarme en una cantidad meo semejante de esa manera, tal vez todavía no encontré a la persona correcta.

FIN.

2 comentarios - Quise ser sumiso y la sufrí. Parte 3 (final)

juliam +1
ufff muy buen relato! donde queda es lugar?! jejeje +10!
IgualKeVos +1
Fue hace tantos años que no lo recuerdo. La contacte a traves de la web de gemidos pero no aparece.
ChasqitoR +1
Buen relato y experiencia. Van puntos