Hola a todos. Decidí comenzar con estos relatos luego de leer miles que me motivaron, tengo unas cuantas anécdotas acumuladas en la vida, espero que a alguien le provoque algo de alguna forma.
Todo lo que tengo pensado escribir es real, si en algun momento hago ficción lo aclararé al comienzo del post
Para que me conozcan: soy Fede (nombre ficticio), hoy en día 41 años. Me considero un tipo elegante y con estilo desde siempre. Nunca fui un Brad Pitt pero tengo mi facha y mi encanto, algunos dirán "qué creído", nunca lo fui pero tengo que describirme y soy sincero. Tengo una pija de tamaño estándar y nunca fue un impedimento para proporcionar placer. Desde muy temprana edad tuve un despertar sexual, bisexual, cuckold, amante del buen arte pornográfico y muy pajero, tengo gustos muy amplios. Si tengo que elegir opto por una mujer, en cuanto a los hombres, es mas bien casual y de un momento específico. Me gusta prácticamente todo, pero llego a mi mayor excitación cuando veo la excitación de la otra persona.
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Esto sucedió ya hace muchos años, 2002 calculo. Soy de Merlo, zona oeste. En aquella época hacía trámites de gestoría y todos los días viajaba temprano, ya sea a capital, zona norte, sur, etc.
Mi opción principal era el tren Sarmiento, el colectivo tarda demasiado y más en hora pico. El tren arranca en Moreno, a solo dos estaciones de la mía pero para cuando llegaba a la estación de Merlo ya venía explotado de gente.
Subías a la fuerza y te acomodabas como podías. Con el tiempo me fui poniendo pillo, ya sabia donde y cuando entrar para quedar mas o menos cómodo. Un día como cualquier otro, subo al tren y en el kilombo de gente queda una mujer delante mío, ella estaba de espaldas. Yo me quitaba la mochila antes de subir y la llevaba en una mano para no ocupar mas lugar, ademas que se te trababa entre la gente y te podían robar sin que te dieras cuenta.
Esta mujer delante mío tendría unos 35 años, morocha, nada en especial. Tenia un jean ajustado pero no recuerdo que tuviera un culo monumental, asumo que sería un culito promedio.
Llegamos a la próxima estación, y si bien ya estabamos todos apretados, subió más gente y la apoyada que le di fue inevitable. No tenía donde moverme ni podía acomodarme. Yo me hice el boludo, ella giró la cabeza pero no dijo nada, y yo solo le dije en voz baja: -disculpame, están empujando.
El tren comenzó a andar y el movimiento de los vagones en esa época era mas pronunciado que los de hoy en día. Habremos recorrido unas cuadras nomás y yo estaba que no daba más. La pija apoyada en su culo, y con el roce incesante llevaron al desenlace ineludible. Tuve una erección, tenia la pija que explotaba. Me sentí incómodo al principio. El respeto es lo primero para mi y no queria que ella interpretara algún tipo de abuso pero realmente era imposible moverse. También tenía miedo que me vieran los de alrededor nuestro pero habia tanta gente que era imposible divisar lo que sucedía debajo, de nuestros hombros para abajo ya no se veía nada.
Pasaron dos, tres estaciones, yo ya empezaba a fantasear. Y ella ahí, ni se inmutaba. Como si estuviera parada sin gente alrededor. Cuando el tren llegó a Morón (cuarta estación), que bajó bastante gente, pude aflojarme un poco y hacerme a un lado pero no terminó de descender la gente que ya se metía otro contingente como si escaparan de una guerra. Yo ya me habia acomodado en el pasillo, de repente, pum! La misma mujer termina delante mío otra vez. Pero ahora que ya no estábamos tan cerca de la puerta ella tenía un mínimo de espacio adelante como para evitar un contacto con mi pija. Arranca el tren, otra vez se empieza a mover y en un momento siento otra vez ese culito. Yo ya no estaba al palo pero estaba ahi media despierta todavía. Paso un ratito y otra vez sentía su culito, mi verga estaba otra vez durísima, y una y otra vez me rozaba la pija con el culo, y otra vez, y otra vez. Yo me decía a mi mismo: -Un momento, acá está sucediendo algo raro (Al mejor estilo Homero).
Y asi fue, ella me estaba buscando. En tan solo un segundo perdí la verguenza y en el momento que se movió el tren le arrimo la verga. Cuando ella da el empujoncito para atrás como para rozarme yo estaba mas cerca que antes y fue una apoyada fuertísima. Una y otra vez, ya era mas que obvio que había intención. Mi excitación era tal que igualaba al estado en que estoy cuando cojo con alguien. Seguimos así hasta Floresta. Ya hacia el final, movía la cintura como si estuviera penetrando a alguien. Habrán sido unos 40 minutos de viaje en total. Ella bajó y yo solo la seguí con la mirada, desde abajo me miró cuando pasó por la ventana que tenía enfrente, me sonrió. Ella habia bajado en Floresta, y yo... yo estaba en otro planeta.
Quedé fascinado todo el día con ese momento, lo rememoraba una y otra vez. Y unos días más tarde descubrí que no fue algo tan al azar. Fue cuando aprendí que siempre había gente que buscaba viajar así... gente como yo que le gusta apoyar, y gente como ella que buscaban una apoyadita.
Lo hice durante años, incluso cuando deje de viajar en el Sarmiento porque habia cambiado de trabajo, cada vez que podía me levantaba temprano para enganchar la hora pico y viajaba hasta capital solo para sentir algun culito bien pegado, bajaba del tren y me tomaba otro ahí mismo de vuelta a casa.
Pero ya vendrán esas historias en otros relatos.
Todo lo que tengo pensado escribir es real, si en algun momento hago ficción lo aclararé al comienzo del post
Para que me conozcan: soy Fede (nombre ficticio), hoy en día 41 años. Me considero un tipo elegante y con estilo desde siempre. Nunca fui un Brad Pitt pero tengo mi facha y mi encanto, algunos dirán "qué creído", nunca lo fui pero tengo que describirme y soy sincero. Tengo una pija de tamaño estándar y nunca fue un impedimento para proporcionar placer. Desde muy temprana edad tuve un despertar sexual, bisexual, cuckold, amante del buen arte pornográfico y muy pajero, tengo gustos muy amplios. Si tengo que elegir opto por una mujer, en cuanto a los hombres, es mas bien casual y de un momento específico. Me gusta prácticamente todo, pero llego a mi mayor excitación cuando veo la excitación de la otra persona.
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Esto sucedió ya hace muchos años, 2002 calculo. Soy de Merlo, zona oeste. En aquella época hacía trámites de gestoría y todos los días viajaba temprano, ya sea a capital, zona norte, sur, etc.
Mi opción principal era el tren Sarmiento, el colectivo tarda demasiado y más en hora pico. El tren arranca en Moreno, a solo dos estaciones de la mía pero para cuando llegaba a la estación de Merlo ya venía explotado de gente.
Subías a la fuerza y te acomodabas como podías. Con el tiempo me fui poniendo pillo, ya sabia donde y cuando entrar para quedar mas o menos cómodo. Un día como cualquier otro, subo al tren y en el kilombo de gente queda una mujer delante mío, ella estaba de espaldas. Yo me quitaba la mochila antes de subir y la llevaba en una mano para no ocupar mas lugar, ademas que se te trababa entre la gente y te podían robar sin que te dieras cuenta.
Esta mujer delante mío tendría unos 35 años, morocha, nada en especial. Tenia un jean ajustado pero no recuerdo que tuviera un culo monumental, asumo que sería un culito promedio.
Llegamos a la próxima estación, y si bien ya estabamos todos apretados, subió más gente y la apoyada que le di fue inevitable. No tenía donde moverme ni podía acomodarme. Yo me hice el boludo, ella giró la cabeza pero no dijo nada, y yo solo le dije en voz baja: -disculpame, están empujando.
El tren comenzó a andar y el movimiento de los vagones en esa época era mas pronunciado que los de hoy en día. Habremos recorrido unas cuadras nomás y yo estaba que no daba más. La pija apoyada en su culo, y con el roce incesante llevaron al desenlace ineludible. Tuve una erección, tenia la pija que explotaba. Me sentí incómodo al principio. El respeto es lo primero para mi y no queria que ella interpretara algún tipo de abuso pero realmente era imposible moverse. También tenía miedo que me vieran los de alrededor nuestro pero habia tanta gente que era imposible divisar lo que sucedía debajo, de nuestros hombros para abajo ya no se veía nada.
Pasaron dos, tres estaciones, yo ya empezaba a fantasear. Y ella ahí, ni se inmutaba. Como si estuviera parada sin gente alrededor. Cuando el tren llegó a Morón (cuarta estación), que bajó bastante gente, pude aflojarme un poco y hacerme a un lado pero no terminó de descender la gente que ya se metía otro contingente como si escaparan de una guerra. Yo ya me habia acomodado en el pasillo, de repente, pum! La misma mujer termina delante mío otra vez. Pero ahora que ya no estábamos tan cerca de la puerta ella tenía un mínimo de espacio adelante como para evitar un contacto con mi pija. Arranca el tren, otra vez se empieza a mover y en un momento siento otra vez ese culito. Yo ya no estaba al palo pero estaba ahi media despierta todavía. Paso un ratito y otra vez sentía su culito, mi verga estaba otra vez durísima, y una y otra vez me rozaba la pija con el culo, y otra vez, y otra vez. Yo me decía a mi mismo: -Un momento, acá está sucediendo algo raro (Al mejor estilo Homero).
Y asi fue, ella me estaba buscando. En tan solo un segundo perdí la verguenza y en el momento que se movió el tren le arrimo la verga. Cuando ella da el empujoncito para atrás como para rozarme yo estaba mas cerca que antes y fue una apoyada fuertísima. Una y otra vez, ya era mas que obvio que había intención. Mi excitación era tal que igualaba al estado en que estoy cuando cojo con alguien. Seguimos así hasta Floresta. Ya hacia el final, movía la cintura como si estuviera penetrando a alguien. Habrán sido unos 40 minutos de viaje en total. Ella bajó y yo solo la seguí con la mirada, desde abajo me miró cuando pasó por la ventana que tenía enfrente, me sonrió. Ella habia bajado en Floresta, y yo... yo estaba en otro planeta.
Quedé fascinado todo el día con ese momento, lo rememoraba una y otra vez. Y unos días más tarde descubrí que no fue algo tan al azar. Fue cuando aprendí que siempre había gente que buscaba viajar así... gente como yo que le gusta apoyar, y gente como ella que buscaban una apoyadita.
Lo hice durante años, incluso cuando deje de viajar en el Sarmiento porque habia cambiado de trabajo, cada vez que podía me levantaba temprano para enganchar la hora pico y viajaba hasta capital solo para sentir algun culito bien pegado, bajaba del tren y me tomaba otro ahí mismo de vuelta a casa.
Pero ya vendrán esas historias en otros relatos.
12 comentarios - Lujuria en el tren Sarmiento. Capítulo 1