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En ese momento me quería matar. Tati me miró sin entender por qué, mi hermana, había puesto esa cara de orto antes de meterse, dando un portazo, al baño.
"¿Qué le pasa a esta? ¿Está celosa de su hermano o de su amiga?", me dijo, riendo inocentemente. Yo le respondí: "Si, si... No sé que le pasa".
Pero me daba una idea...
Cuando cerré la puerta de mi habitación con una sensación de angustia que me cerró el pecho.
¡Qué cagada! ¿Como le explicaba a Romina que yo no busqué la situación que se había dado con Tati? ¿Que fue ella la que se metió en mi habitación y se me tiró encima...?
En el fondo sentía como si la hubiera traicionado. La verdad era que podría haberme resistido un poco...
Todo era muy confuso. ¿Por qué me sentía así? ¿Acaso mi hermana tenía algún derecho a pedirme que hiciera o no hiciera algo?
El problema era la charla pendiente que teníamos sobre todo lo que pasó y, más importante aún, sobre lo que íbamos a hacer de ahora en más.
Para mí, era claro que, lo que pasaba entre nosotros, era algo único. Era algo hermoso. La sensación en la piel, el desborde de emoción, la cabeza estallándo a la par de la excitación. El hecho de conocernos tanto, hace tanto tiempo, toda la vida. La sensación de poder entrar en la profunda intimidad del otro... Eran tantas cosas. Y muchas más, que son difíciles de explicar en palabras, cosas que pertenecen al imperio de los sentidos.
¿Qué hago? Me preguntaba. "Ya fué" me respondí. Ya estaban las cartas jugadas. No tenía ganas de seguir encerrado. El motivo por el que lo hacía ya no tenía sentido. Necesitaba refrescar la mente y la garganta un poco. Y si se daba, confrontar a mi hermana.
Me cambié un poco la ropa y bajé. Abajo había casi treinta personas. La mayoría chicas. La música sonaba fuerte. La luz estaba apagada y alguien había puesto un par de luces de colores con movimiento que giraban constantemente. Sobre el desayunador habían improvisado una especie de barra y Ludmila, una amiga de mi hermana que había hecho un curso de bartender, estaba ahí, sonriente y orgullosa de poder mostrar sus conocimientos. Morocha de pelo enrulado, cuerpo de formas generosas. Actitud de guerrera. Muy llamativa. Cuando me vió, me llamó por mi nombre y me abrazó efusivamente. Estaba bastante picadita también. Me dijo con mucha alegría "¿Llegaste? ¡Que bueno! ¿Que querés que te prepare?" Todo el tiempo sonriendo, con la boca muy abierta, y mirándome fijo a los ojos.
"Lo que quieras..." Le respondí sin muchas ganas.
Enseguida entendí por qué estaba tan alegre de que hubiera llegado. Dos flacos, que estaban a su lado, me miraron de reojo y se fueron para el otro lado del living.
"Gracias", me dijo, mientras me pasaba un trago, "me sacaste a estos dos plomos de encima"
Me quedé ahí, charlando un rato con ella, mientras me bajaba el vaso, casi, de una sola toma.
Unos metros más allá, Tati le perreaba al novio que, apenas le ponía una mano encima, ella, se la sacaba de un manotazo. Cuando me vió ahí en la barra, lo abrazó y empezó a transárselo. El novio le metía la lengua adentro desesperado y a ella se le notaba una mueca de risa en la comisura de la boca. Después era ella la que le metía la lengua en la boca y, a la distancia, me guiñaba un ojo. Me daba un poco de impresión la situación, pobre cornudo... pero me cagué de risa de lo zarpada que era Tati.
- ¿No la viste a Romi?- le pregunté a Ludmila después de un rato, porque no la veía por ningún lado.
- ¿Tu hermana?- me dijo - Que, ¿estás de cuida?
- No boluda, le quería decir algo...- le dije, aunque no sé en realidad si quería decirle algo o no. Solo quería verla para saber su reacción y también la mía.
- Estaba con un pibe por ahí, un amigo del novio de Tati. Creo que salieron afuera... Me parece que están... Bueno, no creo que esté para charlar ahora.- me dijo y largó una carcajada.
Yo le seguí la corriente, pero, en el fondo, un poco me derrumbaba. Creo que ahí entendí, en carne propia, la reacción de Romi cuando la vió a Tati salir de mi habitación.
Al trago que me preparó Ludmila, le siguieron 4 o 5 más. No sé en cuanto tiempo. El alcohol me pegó fuerte porque no había cenado nada. Me puse a charlar con la gente y a bailar, pero no era muy conciente de lo que hacía.
En algún momento se empezaron a ir de a poco.
Del cansancio que sentía me senté un ratito en un sillón, cabeceando. Cuando me despabilé, ya estaba amaneciendo y no quedaba nadie en casa. Estaba todo hecho un desastre.
Me levanté con la intención de irme a acostar a la cama.
Entonces empecé a escuchar los gemidos...
A medida que subía, más fuerte se escuchaban.
Para cuando terminé de subir, era obvio que esos gemidos venían de la habitación de mi hermana.
Llegué a la puerta de mi habitación, pero seguí de largo. El sonido de un encuentro sexual muy físico, que provenía del fondo del pasillo, se escuchaba nítidamente.
La puerta de la habitación de mi hermana ni siquiera estaba cerrada.
Al asomarme la escena era la siguiente: sentado en una silla, dándome la espalda y sin percatarse de mi presencia, estaba el amigo del novio de Tati. Montada encima de él, vestida únicamente con una bombacha, mi hermana, jugaba, meneándose, con la pija metida adentro. Se besaban con mucha calentura.
Ahí, Romina, me vió. Parado en la puerta. Observando la escena. Se concentró en el bulto de mi pija dura. Lo siguió besando, con mucha calentura, con mucha lengua, pero mirándome fijo a mí.
"¿Te gusta?", dijo. Y el chico le respondió "sí, me encanta..." Pero mi hermana, me hablaba a mí.
"Ahora vas a ver cómo te puedo poner loquito..." dijo, y se clavó la pija bien a fondo, aplastando la cola hasta donde pudo. Así, sintiendo todo el pedazo adentro empezó a gritarme "¿Te gusta?¿Te gusta?" Yo la miraba sorprendido, nunca me había imaginado a mi hermana así, con esa actitud. Saltaba y sus tetitas se sacudían con violencia hacia todas partes.
" Yo quería tu leche ¿Sabes? Que me acabaras así ", decía sin dejar de mirarme fijamente, aunque su cara, por instantes, se desfiguraba a causa del inminente orgasmo al que estaba llegando.
"Esta, es para vos..." Fue lo último que me dijo, antes de agarrarse sobre los hombros de su acompañante y empezar a saltar y gritar, por y para el increíble delirio de placer que estaba alcanzando.
Él, también acabó en ese movimiento tan irresistible. Ella se apoyó en su hombro y, todavía agitada por el orgasmo, dijo, levantando la cara hacía mí. "¿Te gustó? Lo podríamos haber disfrutado juntos..."
Y el flaco, que no entendía nada de lo que estaba pasando, le respondió. "No, Romi... Yo también acabé..."
..
Gracias por leer.
Esta historia tiene una continuidad de 2 o 3 fragmentos a la semana. Disculpen si queda en momentos de tanta intriga.
La historia continúa... Abajo el link.
Ahora vos podes expresar tu opinión:
Puntuar mi labor de 1 a 10.
Dejarme un comentario, bueno o malo.
Seguirme si te gustó la historia. (Subo material propio todas las semanas)
Acá sigue la historia:
https://poringa.net/posts/relatos/3927984/Solos-en-casa-Vacaciones-con-mi-hermana-6.html
El principio de esta parte:
https://poringa.net/posts/relatos/3915614/Solos-en-casa-Vacaciones-con-mi-hermana.html
El origen de esta Historia, acá:
http://www.poringa.net/posts/relatos/3893443/El-primer-secreto-con-mi-hermana-1.html
Otras historias:
https://poringa.net/posts/relatos/3775461/La-extrana-relacion-entre-mi-mujer-y-su-hermana-II.html
https://poringa.net/posts/relatos/3873512/Otra-noche-de-cuernos-La-cunadita.html
Más en:
https://poringa.net/martinfcd/posts
En ese momento me quería matar. Tati me miró sin entender por qué, mi hermana, había puesto esa cara de orto antes de meterse, dando un portazo, al baño.
"¿Qué le pasa a esta? ¿Está celosa de su hermano o de su amiga?", me dijo, riendo inocentemente. Yo le respondí: "Si, si... No sé que le pasa".
Pero me daba una idea...
Cuando cerré la puerta de mi habitación con una sensación de angustia que me cerró el pecho.
¡Qué cagada! ¿Como le explicaba a Romina que yo no busqué la situación que se había dado con Tati? ¿Que fue ella la que se metió en mi habitación y se me tiró encima...?
En el fondo sentía como si la hubiera traicionado. La verdad era que podría haberme resistido un poco...
Todo era muy confuso. ¿Por qué me sentía así? ¿Acaso mi hermana tenía algún derecho a pedirme que hiciera o no hiciera algo?
El problema era la charla pendiente que teníamos sobre todo lo que pasó y, más importante aún, sobre lo que íbamos a hacer de ahora en más.
Para mí, era claro que, lo que pasaba entre nosotros, era algo único. Era algo hermoso. La sensación en la piel, el desborde de emoción, la cabeza estallándo a la par de la excitación. El hecho de conocernos tanto, hace tanto tiempo, toda la vida. La sensación de poder entrar en la profunda intimidad del otro... Eran tantas cosas. Y muchas más, que son difíciles de explicar en palabras, cosas que pertenecen al imperio de los sentidos.
¿Qué hago? Me preguntaba. "Ya fué" me respondí. Ya estaban las cartas jugadas. No tenía ganas de seguir encerrado. El motivo por el que lo hacía ya no tenía sentido. Necesitaba refrescar la mente y la garganta un poco. Y si se daba, confrontar a mi hermana.
Me cambié un poco la ropa y bajé. Abajo había casi treinta personas. La mayoría chicas. La música sonaba fuerte. La luz estaba apagada y alguien había puesto un par de luces de colores con movimiento que giraban constantemente. Sobre el desayunador habían improvisado una especie de barra y Ludmila, una amiga de mi hermana que había hecho un curso de bartender, estaba ahí, sonriente y orgullosa de poder mostrar sus conocimientos. Morocha de pelo enrulado, cuerpo de formas generosas. Actitud de guerrera. Muy llamativa. Cuando me vió, me llamó por mi nombre y me abrazó efusivamente. Estaba bastante picadita también. Me dijo con mucha alegría "¿Llegaste? ¡Que bueno! ¿Que querés que te prepare?" Todo el tiempo sonriendo, con la boca muy abierta, y mirándome fijo a los ojos.
"Lo que quieras..." Le respondí sin muchas ganas.
Enseguida entendí por qué estaba tan alegre de que hubiera llegado. Dos flacos, que estaban a su lado, me miraron de reojo y se fueron para el otro lado del living.
"Gracias", me dijo, mientras me pasaba un trago, "me sacaste a estos dos plomos de encima"
Me quedé ahí, charlando un rato con ella, mientras me bajaba el vaso, casi, de una sola toma.
Unos metros más allá, Tati le perreaba al novio que, apenas le ponía una mano encima, ella, se la sacaba de un manotazo. Cuando me vió ahí en la barra, lo abrazó y empezó a transárselo. El novio le metía la lengua adentro desesperado y a ella se le notaba una mueca de risa en la comisura de la boca. Después era ella la que le metía la lengua en la boca y, a la distancia, me guiñaba un ojo. Me daba un poco de impresión la situación, pobre cornudo... pero me cagué de risa de lo zarpada que era Tati.
- ¿No la viste a Romi?- le pregunté a Ludmila después de un rato, porque no la veía por ningún lado.
- ¿Tu hermana?- me dijo - Que, ¿estás de cuida?
- No boluda, le quería decir algo...- le dije, aunque no sé en realidad si quería decirle algo o no. Solo quería verla para saber su reacción y también la mía.
- Estaba con un pibe por ahí, un amigo del novio de Tati. Creo que salieron afuera... Me parece que están... Bueno, no creo que esté para charlar ahora.- me dijo y largó una carcajada.
Yo le seguí la corriente, pero, en el fondo, un poco me derrumbaba. Creo que ahí entendí, en carne propia, la reacción de Romi cuando la vió a Tati salir de mi habitación.
Al trago que me preparó Ludmila, le siguieron 4 o 5 más. No sé en cuanto tiempo. El alcohol me pegó fuerte porque no había cenado nada. Me puse a charlar con la gente y a bailar, pero no era muy conciente de lo que hacía.
En algún momento se empezaron a ir de a poco.
Del cansancio que sentía me senté un ratito en un sillón, cabeceando. Cuando me despabilé, ya estaba amaneciendo y no quedaba nadie en casa. Estaba todo hecho un desastre.
Me levanté con la intención de irme a acostar a la cama.
Entonces empecé a escuchar los gemidos...
A medida que subía, más fuerte se escuchaban.
Para cuando terminé de subir, era obvio que esos gemidos venían de la habitación de mi hermana.
Llegué a la puerta de mi habitación, pero seguí de largo. El sonido de un encuentro sexual muy físico, que provenía del fondo del pasillo, se escuchaba nítidamente.
La puerta de la habitación de mi hermana ni siquiera estaba cerrada.
Al asomarme la escena era la siguiente: sentado en una silla, dándome la espalda y sin percatarse de mi presencia, estaba el amigo del novio de Tati. Montada encima de él, vestida únicamente con una bombacha, mi hermana, jugaba, meneándose, con la pija metida adentro. Se besaban con mucha calentura.
Ahí, Romina, me vió. Parado en la puerta. Observando la escena. Se concentró en el bulto de mi pija dura. Lo siguió besando, con mucha calentura, con mucha lengua, pero mirándome fijo a mí.
"¿Te gusta?", dijo. Y el chico le respondió "sí, me encanta..." Pero mi hermana, me hablaba a mí.
"Ahora vas a ver cómo te puedo poner loquito..." dijo, y se clavó la pija bien a fondo, aplastando la cola hasta donde pudo. Así, sintiendo todo el pedazo adentro empezó a gritarme "¿Te gusta?¿Te gusta?" Yo la miraba sorprendido, nunca me había imaginado a mi hermana así, con esa actitud. Saltaba y sus tetitas se sacudían con violencia hacia todas partes.
" Yo quería tu leche ¿Sabes? Que me acabaras así ", decía sin dejar de mirarme fijamente, aunque su cara, por instantes, se desfiguraba a causa del inminente orgasmo al que estaba llegando.
"Esta, es para vos..." Fue lo último que me dijo, antes de agarrarse sobre los hombros de su acompañante y empezar a saltar y gritar, por y para el increíble delirio de placer que estaba alcanzando.
Él, también acabó en ese movimiento tan irresistible. Ella se apoyó en su hombro y, todavía agitada por el orgasmo, dijo, levantando la cara hacía mí. "¿Te gustó? Lo podríamos haber disfrutado juntos..."
Y el flaco, que no entendía nada de lo que estaba pasando, le respondió. "No, Romi... Yo también acabé..."
..
Gracias por leer.
Esta historia tiene una continuidad de 2 o 3 fragmentos a la semana. Disculpen si queda en momentos de tanta intriga.
La historia continúa... Abajo el link.
Ahora vos podes expresar tu opinión:
Puntuar mi labor de 1 a 10.
Dejarme un comentario, bueno o malo.
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Acá sigue la historia:
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El principio de esta parte:
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El origen de esta Historia, acá:
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13 comentarios - Solos en casa. Vacaciones con mi hermana. 5
te dejo diez puntos.
😋
+ 10