Esas épocas del verano de aquel 2013 fue mi mejor racha sexual, si no era con Ivette, era con estela o con alguna otra, pero andaba en racha.
Volviendo hablar de Ivette, ya que con ella pase varios momentos de lujuria y este es otro de esos.
Gabriel no era su novio, llevaban apenas unas semanas de haberse conocido, él no era agraciado, pero tenía dinero por eso ella se juntaba con él para hacer negocios.
Este tipo obviamente andaba ardiendo de deseos por ella y esta lindura que sabe aprovechar sus encantos para lograr cosas, sacaba aprovecho de la situación.
Una noche estábamos tomando en su local, Ivette y yo ya teníamos unos tragos de más, les dije que me retiraba ya que al día siguiente tenía una reunión familiar desde muy temprano.
El para quedar bien con mi amiga se ofreció a llevarnos, pero Ivette dijo que ella me traería, así que él le presto el carro y nos pusimos en marcha.
T: ¡Hubieras dejado que me diera el rite!
I: Es que ya quería descansar de su presencia, ¡jajá!
T: ¡Uhm, que mala eres, jajá!
Pasamos por unas cervezas mas ya que queríamos seguir tomando, Ivette me convenció de tomar más valiéndole gorro que me tuviera que despertar muy temprano.
Ella se estacionó una calle antes de mi casa y nos pusimos a tomar, ese día ella llevaba una calza gris que simulaba un pantalón de mezclilla, en esa época estaban muy de moda todo se le transparentaba, yo estaba cachondísimo observándola, entre platica y platica le comencé a acariciar sus piernitas, ella al principio no decía nada y seguía hable y hable hasta que…
I: ¡Cabron ya déjame las piernas!
T: ¡Perdón, pero me encantan!
I: Si ya lo sé, ¡pero ya tengo novio y estamos en el carro de su socio!
T: ¡Pero, ya hasta tríos hemos hecho!
I Pues sí, pero no quiero salirle con mamadas a mi novio, además traigo un carro ajeno.
T: ¡Vamos por unas cervezas todo por la decepción jajá!
Fuimos por un six más y seguimos tomando, ella confiada en que ya no haría yo nada fue perdiendo poco a poco ante las redes del alcohol y la noche.
Mis manos no solo acariciaban sus piernas si no también subían hasta sus nalgas, me acerqué y la comencé a besar.
Ella se resistió un poco pero después estábamos dándonos unos besos muy ricos, recliné el asiento de ella, le abrí su escote y comencé a besarle en medio de las tetas, mis manos acariciaban sus piernitas, estaba excitadísimo.
T: Que buena estas, uhm, ¡no me canso de ti!
I: Siempre se hace lo que quieres, ¡uhm!!
Me volvía loco así que le fui bajando su calza junto la tanguita, mi lengua comenzó a recorrer sus muslos hasta llegar a su depuradita vagina.
I: Dios, ¡nos van a ver!
T: Tranquila, uhm, mejor relájate.
La lamia con desesperación ella se convulsionaba muy rico, mis manos levantaron su blusa y desabroché su sostén, ¡mientras mi lengua entraba y salía de su ya húmeda vagina!
I: ¡Siempre te sales con la tuya canijo!
T: Mi amor sabes que me encanta cogerte.
I: Estas muy chavito, ¡pero coges riquísimo!!
T: Ves cómo te gusta, ¡uhm!!
Devore su vagina con mucha pasión, mis dedos entraron varias veces provocándole sensaciones enormes de placer, miraba de re ojo para verificar que seguíamos estando solos.
Apretaba su clítoris con fuerza, s ele inflaba fenomenal, su vagina escurría fluidos que caían en el carro de su pobre pretendiente.
T: ¡Ahora te toca mi amor!
I: ¡Eres un enfermo sexual!
Me bajé el pantalón y me subí encima de ella, la comencé a penetrar lentamente, mientras mi lengua saboreaba sus ricas tetas, ella mordía sus labios y me acariciaba el trasero.
Yo me apoyaba en el volante del carro y se la metía más duro, nos besábamos pasionalmente, recliné el asiento del copiloto me recosté y ella se fue directo a mamármela.
Me daba ricas chupadas, ella es una experta mamando y yo disfrutaba su arte.
Con sus tetas también me acariciaba la verga mientras con su lengua lamia mi cabecita, tragaba hasta que mi verga tocaba su garganta era maravilloso como se comía mi verga.
T: ¡Ivette, uhm, ah!!
I: ¡Mmm!! ¡Rico!!
T: ¡Uf! ¡Así!
Ella se quitó el mayón totalmente, me dio la espalda y se subió en mí, ambos nos movíamos rápidamente mis manos apretaban sus tetas ella se apoyaba con la puerta y con el frente del carro para moverse más rápido…
I: ¿Así te gusta? ¡Esto es lo que querías!
T: ¡Ivette, uhm, que rico nena!!
En medio del éxtasis abrí la puerta del carro, me salí y ella se empinó en cuatro acomodándose entre los dos asientos.
T: ¡Que culazo de mujer eres!
I: ¡Me halagas, uhm!!
Yo la tomé de la cintura y comencé a dejársela ir rápidamente, le agarraba del cabello y con la otra le daba nalgadas.
I: ¡Tyson, uhm, que rico, ah!!
T: Toma, uhm, ¡tómala toda!!!
Ella se movía más y más rico, yo la embestía fuertemente, ambos empezamos a escurrir, el éxtasis final llegó.
Ambos nos corrimos juntos, mis fluidos y los de ella llenaban el carro de su pretendiente de nuestro sexo, la llené de leche totalmente.
Ella tuvo un gran orgasmo, terminamos y nos recostamos en los asientos a beber cerveza, unos minutos después, nos despedimos y quedamos en vernos nuevamente para coger.
Tyson
Volviendo hablar de Ivette, ya que con ella pase varios momentos de lujuria y este es otro de esos.
Gabriel no era su novio, llevaban apenas unas semanas de haberse conocido, él no era agraciado, pero tenía dinero por eso ella se juntaba con él para hacer negocios.
Este tipo obviamente andaba ardiendo de deseos por ella y esta lindura que sabe aprovechar sus encantos para lograr cosas, sacaba aprovecho de la situación.
Una noche estábamos tomando en su local, Ivette y yo ya teníamos unos tragos de más, les dije que me retiraba ya que al día siguiente tenía una reunión familiar desde muy temprano.
El para quedar bien con mi amiga se ofreció a llevarnos, pero Ivette dijo que ella me traería, así que él le presto el carro y nos pusimos en marcha.
T: ¡Hubieras dejado que me diera el rite!
I: Es que ya quería descansar de su presencia, ¡jajá!
T: ¡Uhm, que mala eres, jajá!
Pasamos por unas cervezas mas ya que queríamos seguir tomando, Ivette me convenció de tomar más valiéndole gorro que me tuviera que despertar muy temprano.
Ella se estacionó una calle antes de mi casa y nos pusimos a tomar, ese día ella llevaba una calza gris que simulaba un pantalón de mezclilla, en esa época estaban muy de moda todo se le transparentaba, yo estaba cachondísimo observándola, entre platica y platica le comencé a acariciar sus piernitas, ella al principio no decía nada y seguía hable y hable hasta que…
I: ¡Cabron ya déjame las piernas!
T: ¡Perdón, pero me encantan!
I: Si ya lo sé, ¡pero ya tengo novio y estamos en el carro de su socio!
T: ¡Pero, ya hasta tríos hemos hecho!
I Pues sí, pero no quiero salirle con mamadas a mi novio, además traigo un carro ajeno.
T: ¡Vamos por unas cervezas todo por la decepción jajá!
Fuimos por un six más y seguimos tomando, ella confiada en que ya no haría yo nada fue perdiendo poco a poco ante las redes del alcohol y la noche.
Mis manos no solo acariciaban sus piernas si no también subían hasta sus nalgas, me acerqué y la comencé a besar.
Ella se resistió un poco pero después estábamos dándonos unos besos muy ricos, recliné el asiento de ella, le abrí su escote y comencé a besarle en medio de las tetas, mis manos acariciaban sus piernitas, estaba excitadísimo.
T: Que buena estas, uhm, ¡no me canso de ti!
I: Siempre se hace lo que quieres, ¡uhm!!
Me volvía loco así que le fui bajando su calza junto la tanguita, mi lengua comenzó a recorrer sus muslos hasta llegar a su depuradita vagina.
I: Dios, ¡nos van a ver!
T: Tranquila, uhm, mejor relájate.
La lamia con desesperación ella se convulsionaba muy rico, mis manos levantaron su blusa y desabroché su sostén, ¡mientras mi lengua entraba y salía de su ya húmeda vagina!
I: ¡Siempre te sales con la tuya canijo!
T: Mi amor sabes que me encanta cogerte.
I: Estas muy chavito, ¡pero coges riquísimo!!
T: Ves cómo te gusta, ¡uhm!!
Devore su vagina con mucha pasión, mis dedos entraron varias veces provocándole sensaciones enormes de placer, miraba de re ojo para verificar que seguíamos estando solos.
Apretaba su clítoris con fuerza, s ele inflaba fenomenal, su vagina escurría fluidos que caían en el carro de su pobre pretendiente.
T: ¡Ahora te toca mi amor!
I: ¡Eres un enfermo sexual!
Me bajé el pantalón y me subí encima de ella, la comencé a penetrar lentamente, mientras mi lengua saboreaba sus ricas tetas, ella mordía sus labios y me acariciaba el trasero.
Yo me apoyaba en el volante del carro y se la metía más duro, nos besábamos pasionalmente, recliné el asiento del copiloto me recosté y ella se fue directo a mamármela.
Me daba ricas chupadas, ella es una experta mamando y yo disfrutaba su arte.
Con sus tetas también me acariciaba la verga mientras con su lengua lamia mi cabecita, tragaba hasta que mi verga tocaba su garganta era maravilloso como se comía mi verga.
T: ¡Ivette, uhm, ah!!
I: ¡Mmm!! ¡Rico!!
T: ¡Uf! ¡Así!
Ella se quitó el mayón totalmente, me dio la espalda y se subió en mí, ambos nos movíamos rápidamente mis manos apretaban sus tetas ella se apoyaba con la puerta y con el frente del carro para moverse más rápido…
I: ¿Así te gusta? ¡Esto es lo que querías!
T: ¡Ivette, uhm, que rico nena!!
En medio del éxtasis abrí la puerta del carro, me salí y ella se empinó en cuatro acomodándose entre los dos asientos.
T: ¡Que culazo de mujer eres!
I: ¡Me halagas, uhm!!
Yo la tomé de la cintura y comencé a dejársela ir rápidamente, le agarraba del cabello y con la otra le daba nalgadas.
I: ¡Tyson, uhm, que rico, ah!!
T: Toma, uhm, ¡tómala toda!!!
Ella se movía más y más rico, yo la embestía fuertemente, ambos empezamos a escurrir, el éxtasis final llegó.
Ambos nos corrimos juntos, mis fluidos y los de ella llenaban el carro de su pretendiente de nuestro sexo, la llené de leche totalmente.
Ella tuvo un gran orgasmo, terminamos y nos recostamos en los asientos a beber cerveza, unos minutos después, nos despedimos y quedamos en vernos nuevamente para coger.
Tyson
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