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Mis dias en Cancun

No dejes de pasar por mi mejor post

http://www.poringa.net/posts/imagenes/4084661/Mi-amada-esposa.html

No te vas a arrepentir!




Lo que contare a continuación es la historia que viví con el hombre que me enseño lo que es sentirse mujer.



Me llamo Daniela, tengo veinticinco años, mido un metro sesenta, cabello negro, piel morena clara, ojos cafés, no considero que tenga un cuerpo espectacular, ni de modelo, pero tengo lo mío, un culo generoso y tetas un poco más grandes del promedio, ese siempre es el atractivo principal que ven en mí los hombres.



Actualmente vivo en la ciudad de México, estoy por acabar la carrera de Ingeniería Química, siempre he sido una chica muy estudiosa, soy una santa o actúo así para todos, pero por dentro solo busco el placer, me encanta sentirme puta, sentirme deseada, aunque no suelo demostrarlo a los demás, en mi vida han pasado muchos chicos, pero ninguno me ha marcado como Mauricio, lo conocí por esas casualidades de la vida en un viaje como regalo de graduación a Cancún, él es dueño de una pequeña pero hermosa casa cerca del mar y para mi suerte en esas vacaciones, mi vecino.



Mauricio es un hombre veinte años mayor que yo y tengo que reconocer que los años no le van mal, es un hombre que atrae, su piel es morena clara, es delgado y alto, su cabello tiene ese toque de blanco que en algunos hombres se ve sexy, pues él es de esos y como si fuera poco, unos ojos hermosos, tan azules que podrías quedarte viéndolos todo el día y honestamente fue lo primero que me atrapó de él…



Aún recuerdo aquel día, yo llegaba a instalarme en la casa de vacaciones, la que había alquilado por veinte días, él estaba fuera de su casa despidiendo a una mujer pelirroja, lo cual llamo mi atención, me quede viendo unos instantes la escena, hasta que él lo noto y nuestras miradas chocaron, en ese momento me dio tanta pena que me puse roja y apresuradamente entre con mis maletas a la casa cual niña asustada.



Al día siguiente me preparaba para ir a la playa que estaba a unos diez minutos de esa casa, cuando de pronto él se cruzó por mi camino y fue cuando comenzó la historia, se acercó a mí de pronto y se presentó:



-Buenos días hermosa, mi nombre es Mauricio.


Apenada por lo ocurrido el día anterior y con los nervios que me provocaba su presencia apenas conteste:



-Buenos días señor, mi nombre es Daniela…
-Señor? tan viejo me veo.


En se momento mi pena aumento más, no sabía cómo controlar la situación, me volví a sentir como tonta adolescente delante del chico que le gusta, solo pude regalarle una sonrisa y el siguió la plática:



-Veo que vas de salida, entonces no te entretengo, pero me gustaría que esta noche aceptaras una cena en mi casa, si te parece bien a las siete.


Cena en su casa? en casa de un desconocido?, aun no sabía porque, pero ese hombre me provocaba ganas de salir corriendo y a la vez me atraía como un imán, dentro de mí, buscaba alguna tontas excusa para zafarme, pero ninguna era lo bastante buena o al menos un poco creíble, así que solo respondí aun nerviosa:



-Claro, será un gusto.


Me fui directo a la playa pensando que es lo que acababa de hacer y a la vez con cierto grado de excitación. Regrese unas horas más tarde y para mi sorpresa encontré en la puerta de acceso una caja rosa con un listón muy lindo, la tome con cierta curiosidad y mirando alrededor, quien podría haber dejado eso?, pensé, tal vez se equivocaron de dirección…

Abrí la puerta, entré y puse la caja sobre la mesa, revisé la tarjeta que traía, tal vez en ella estuviera el nombre de la verdadera dueña de ese regalo y efectivamente traía el nombre, y era el mío!!!, la tarjeta decía:



"DANIELA

ÚSALO ESTA NOCHE, ESTOY SEGURO QUE TE VERAS HERMOSA, TE ESPERARE CON ANSIAS

ATT: MAURICIO.”



Me quede sin palabras, como un hombre que apenas había cruzado palabra conmigo me regalaría eso? Por qué? Minutos después abrí el delicado envoltorio de la caja, para mi sorpresa, un lindo vestido color azul turquesa, era hermoso, corrí a probármelo a mí cuarto, era ajustado y corto, con un escote pronunciado en la espalda, dejándola completamente desnuda, aprisionando mis pechos, por primera vez me veía sexy y me gusto la imagen que reflejó el espejo, pero como es que ese hombre que había visto una noche antes por primera vez y que solo cruzamos palabra por la mañana me regalaría un vestido así? y para qué? con qué intención?



Pronto sonó la alarma del reloj que marcaba ya las cinco de la tarde, tenía apenas dos horas para arreglarme, así que deje de pensar en los porqués y decidí tomar una ducha, busque en mi armario maleta una ropa interior adecuada, una tanga muy delgada color negro, decidí no usar brassier para no arruinar el escote, unos tacones altos negros que por suerte llevaba en la maleta, opté por alaciar mi cabello y recogerlo a un lado, dejando desnudo mi cuello para lucir unos aretes largos, muy finos, color plateado, me maquille un poco, solo lo justo y me pare frente al espejo, en verdad esa era yo?, la imagen parecía desconocida, me veía sexy, una chica sexy y provocativa, comencé a sentir excitación, de imaginar lo que pasaría por su cabeza al verme.



Pronto salí de la casa y me dirigí a su puerta, no tuve que esperar mucho, él ya estaba esperando, en cuanto abrió y nos encontramos cara a car, noté como sus ojos recorrieron mi figura, me quemaba con la mirada y solo pudo decirme:



-Que bien te queda ese vestido, te ves hermosa.
-Gracias - conteste y pase a su casa.


Aun nerviosa con lo ocurrido, ya que no es común que un hombre me diga eso, continué caminando, hasta llegar a la sala, en verdad hermosa, muy linda, todo muy limpio, todo en su lugar, muy elegante, pude deducir que vivía solo, asumí que no tenía familia, pero entonces quien era esa chica pelirroja?. En ese momento su voz me saco de mis pensamientos y me trajo a la realidad:



-Te gusta mi casa?
-Es muy linda Mauricio, vives solo?


En ese momento me di cuenta de lo inoportuno de mi pregunta y el solo dibujo una sonrisa en su rostro, me sentí tonta, yo y mi curiosidad.



-Si, podemos decir que vivo solo Daniela, esta no es solo mi casa de vacaciones, este mi hogar.
-Y no trabajas?


De nuevo… Daniela y sus preguntas, parecía un interrogatorio, lo cierto es que solo tenía curiosidad, no sabía porque, pero quería saber todo de él, volvió a sonreír y me dijo muy amablemente:



-Pasemos a la mesa, durante la cena contestare todas tus preguntas.


Lo seguí apenada, quien era yo para interrogarlo? una vez que llegamos a la mesa observé que había dos lugares listos, uno frente al otro, una mesa cuadrada de vidrio muy linda, el tomo una de las sillas y la acomodo para que yo tomara asiento, fue muy caballero de su parte, lo hice y pronto el serviría la cena, había preparado un bufete. Mientras comíamos, hablamos de diversos temas, nuestras vidas, me contó que era dueño de una cadena de hoteles y por eso vivía en esa casa, cerca de sus negocios…



Al terminar de cenar le ofrecí ayudar a limpiar, a lo cual él se negó rotundamente, dejando las cosas sucias para otro momento, entonces me llevo a la sala, sirvió dos copas de vino, tomamos asiento, yo quería resolver mis dudas, porque le vestido, porque la cena, porque con alguien que apenas conocía?, entonces me decidí y le dije:



-Mauricio puedo preguntarte algo?
-Lo que sea hermosa, pregunta.
-Por qué me regalaste este vestido?, es muy lindo y lo aprecio, pero por qué? sí apenas me conoces?

En su rostro solo se dibujó de nuevo esa sonrisa, esa que escondía algo.



-No te voy a mentir, desde el momento en que te vi, algo de ti llamó mi atención.
-Y que es lo que te llamó la atención?
-Acaso no es obvio?


En ese momento se acercó más a mí hasta quedar pegado a mi lado y yo le respondí un tanto molesta:



-Claro, eres como todos, solo ven un cuerpo bonito...
-Y acaso eso te molesta?, porque hasta donde sé, no opusiste resistencia a mi invitación, no me negaste el vestido y estas aquí esta noche con un desconocido y ahora me dirás que te molesta que vea tu cuerpo?


En ese momento me hervía la sangre, pero sabía que él tenía razón, que dentro de mí lo sabía y caí en su juego, entonces él se acercó más a mí todavía y al no tener una respuesta negativa comenzó a besar mi cuello, era riquísimo y lo deje seguir, después me beso los labios, tan profundamente como pudo, estaba literal sobre de mí, en ese momento reaccione y me pare:



-Que pasa, no te gusta?
-Sí, pero no te conozco y esto está mal.
-Que está mal? que me desees?... que quieras que un hombre de verdad te coja?


Mauricio se paró y me tomo de la cintura, comenzó a subir sus manos por mis piernas, hasta llegar a la línea donde comenzaba el vestido, que con sus movimientos comenzó a subir, me deje llevar y me dijo:



-Te quiero proponer algo, quiero que seas mi puta, se mi esclava, solo por esta noche.


No respondí, mi sangre hervía, yo tenía ganas, pero pensaba en lo correcto y lo incorrecto, en mi deseo, en que esto estaba mal, iba a dejar que un extraño me cogiera. El seguía tocando mi cuerpo y me llevo en dirección a su cuarto, tomo una corbata y me vendo los ojos, comenzó a besar mi cuello, a recorrer mi espalda desnuda con su boca, de mí solo emergían gemidos muy tenues y de pronto sentí como deslizo suavemente mi vestido dejándome indefensa, solo con la tanga, el silencio invadía la habitación, hasta que él dijo:



-Mira nada más, la que pone tantas resistencias, con esa tanga de puta y sin brassier, te parece que con eso no provocas a un hombre?, quiero que te acuestes, hoy yo seré tu amo y harás todo lo que yo ordene, solo quiero escuchar SI AMO, entendiste?
-Si amo – respondí apenas en un susurro, totalmente perdida y entregada.


No sabía porque, pero eso me causaba más excitación, ser la esclava de Mauricio, nunca había hecho esto con ningún hombre y con el todo parecía una locura excitante, por primera vez mostraba esa puta, esa puta que le gusta que la cojan, que le gusta chupar vergas, que le gusta que la miren, que la deseen, que se masturben imaginándola, esa que se toma fotos eróticas.



Mauricio continuó con lo suyo y comenzó a besar mis pezones, a pasar su lengua por ellos, a darles pequeños mordiscos, a apretar mis tetas, a gozarlas, sabía que eso era lo que lo atraía de mí y pregunte:



-Amo, te gustan mis tetas?
-Sabes que fue lo primero que te vi y son hermosas y son mías, quiero que te vengas mientras lamo tus pezones.


Un recorrido de electricidad recorrió mi cuerpo y solo escuche un gemido que venía de mí:



-Ahhhhhh!!!! amo, sigue por favor no pares.
-Te gusta?
-Si amo, me gusta


El continuó lamiendo mis pezones, mordisqueándolos, saboreándolos y yo solo podía gemir de placer, entonces le volvió a decir:



-Vamos mi puta quiero que te vengas para mí...


Sus palabras tenían demasiado poder en mí, el hecho de que él me tocara y me tratara así, era cada vez más excitante, yo sabía que algo de él me atraía desde el primer momento y creo que fue esto, su apetito sexual.



En cierto momento perdí control y termine en un orgasmo riquísimo, era la primera vez que alguien me hacía acabar con solo tocarme los pezones, el cuarto se llenó de gemidos por unos instantes, hasta que regrese a la normalidad. Fue entonces cuando intente quitarme la corbata que no me permitía ver y en ese momento él dijo:



-Que crees que haces?, aun no terminamos, eso fue solo el comienzo.


Me relató entonces como tomó una almohada y la puso en la esquina de la cama a modo de que yo pudiera montarme sobre ella con el culo hacia él, en ese instante solo escuche el ruido de una cámara y pude adivinar que Mauricio me estaba fotografiando, fue entonces cuando me acomode aún más para que pudiera tener un mejor plano, si iba ser su puta esa noche, me encargaría de ser una puta completa, en el momento que acabo de tomar las fotos, preguntó:



- Te está gustando esto hermosa?

- Si amo me encanta!!!... soy tu puta y tu esclava, no tengo control, hago lo que quieras, muero por tu verga.



No supe de donde salieron esas palabras, sólo salieron y a Mauricio pareció gustarle tanto que pude escuchar su respiración agitarse y pude sentir que me tocaba más desesperadamente, yo seguía sobre la almohada recostada y en ese momento el hizo de un lado mi diminuta tanga y paso su lengua por mi esfínter ahhhhhhhh!!!!!... Cuando escuchó mi suspiro decidió seguir, era una dulce tortura, el sabía perfectamente lo que hacía y a mí me encantaba, lo siguió haciendo hasta que le implore:



-Por favor amo, dame por el culo, te quiero sentir, quiero que seas en primero…


En ese momento el me enderezó en la cama a modo que pudiera quitarme la corbata que me impedía ver, ignorando mi petición, me puso de frente a él y me dijo con un toque de excitación:



-Tu turno mi putita hermosa, chupame la verga, quiero que me la chupes como nunca se lo has hecho a nadie...


Sus palabras fueron una perdición para mí, se bajó el pantalón y el bóxer, hasta dejar su verga desnuda, se podía notar que él ya estaba excitado y eso me calentaba más aun, saber que yo había provocado eso, me sentía una puta calienta vergas.



Me puse de rodillas frente a él y comencé a besar su verga, a tocarla, a meterla lentamente en mi boca, hasta que me acostumbre a su sabor y a ese olor a hombre que Mauricio tenia, seguí con lo mío, mientras el con su celular tomaba fotos, eso me gustaba, la idea de que las tuviera y pudiera masturbarse con ellas cuando quisiera, yo seguí con lo mío, dándole la mejor mamada que he dado en mi vida, cada vez más rápido, cada vez con más ganas de hacerlo venir en mi boca, cada vez con más esmero, dios! me encantaba su verga en mi boca.



Y justo en ese momento cuando yo creí que terminaría me ordenó levantarme del suelo y me plato tremendo beso en la boca, su sabor a hombre se mezclaba con muestra saliva, nuestras lenguas de movían perfecto, juntas, me sentía suya, como jamás me había sentido con nadie.



El corto el beso y me tiro de nuevo en la cama me ordeno abrir las piernas y yo obedecí, en ese momento él retiró la tanga negra que estaba bañada en mis jugos y olores, la llevo a su nariz y succiono el aroma como si se tratara de un perfume exquisito, eso me pareció tan perversamente exquisito que sentí una nueva oleada de flujos en mi sexo, regresó a donde estaba y comenzó a recorrer mis piernas, hasta que llegó a mi conchita que estaba inundada y comenzó a darme el mejor sexo oral de mi vida, era tan delicado y a la vez podía notar cuanto lo deseaba, Mauricio era un experto, me comía la conchita entera, saboreaba mis jugos y yo cual puta solo decía:



-Siii!!!... ahhhhhhhh!!!... chupamela, por favor!!!!.... no pares!!!!!... ahhhhhhhh!!!... así, sigue!!!!... ahhhh!!!


Eso pareció provocarlo tanto que me hizo correr en su boca, mientras él se deleitaba con el sabor como si fuera miel, cuando termino llevó sus labios a los míos y me dijo:



-Besame Daniela, saborea tus jugos, hermosa, sabes a mujer, a puta, a deseo.


Se recostó sobre mí y esta vez le implore:



-Por favor cogeme amo, por favor, quiero que me metas tu verga en mi conchita, estoy mojada por ti y quiero que dejes tu leche calientita en mí, por favor, soy tu puta y esclava, no tengo control, hago lo que quieras, muero por tu verga!


Al escuchar eso no lo dudó ni un segundo, se acomodó y metió su verga hasta el fondo, hasta que me la comiera toda, mi conchita se acostumbró rápido a él, mis gemidos aumentaron de volumen:



-Ahhhhhhhh!!!!... si!!!!, así!!!!!!... más rápido!!!!!... ahhhhhhhh... Cogeme más!!!!... ahhhhhhhh!!!


El pareció darme justo en el blanco y provocó que estallara en un orgasmo, mientras el hacía lo propio, me inundo de leche, solo sentí como escurría en mi concha, que ya estaba bien satisfecha, pero aún me faltaba una cosa que yo deseaba desde hacía tiempo y quería que fuera con él, con Mauricio, con mi amo, en cuanto recupere el aliento le dije:



-Mauricio por favor termina quiero ser tu puta completa, dame por el culo por favor, te lo suplicó, llename de tu verga el culo, quiero que seas el primero!


A pesar de que él era un desconocido, yo deseaba que fuera él, el que me diera por primera vez por el culo, en ese momento me preguntó si estaba segura, a lo cual dije que si muy segura de mis palabras. Me pidió ponerme en cuatro y comenzó a pasar de nuevo su lengua por mi esfínter, se sentía tan delicioso, tan exquisito, yo ya no aguantaba, ya quería tenerlo dentro y no tardaría mucho, cuando sentí como Mauricio comenzó a meter la punta de su verga, después un poco más, hasta lograr llenar mi culo con ella, el cuarto y la casa estalló en gemidos, yo era completamente una puta:



- Dale!!!!... Siii!!!!.... ahhhhhhhh... más duro!!!!... ahhhhhhhh!!!!.... Ahhhhhhhh!!!!

- Pero si eres toda una puta, te gusta que te den por el culo?

- Si me encanta!!!!!.... No pares!!!! ...ahhhhhhhh!!!



Cualquiera que pasara por la casa hubiera escuchado lo bien que la pasamos, Mauricio se corrió en mi culo y yo tuve un orgasmo donde nunca lo había sentido, termine llena de su lechita por mis dos agujeros y me convertí en su puta esa noche. Solo me acurruqué en sus brazos hasta quedarme dormida



Los días que me restaban de vacaciones los pasé con Mauricio fueron días del mejor sexo que he tenido, de experimentar cosas nuevas y de ser su puta, pero, sobre todo, me hizo sentir mujer como nadie lo había hecho.

Todo fue de maravillas hasta casi los últimos días…

Noté a Mauricio cambiado, su humor había cambiado, estaba disperso, incluso a la hora de tener sexo, no puedo aguantar una simple erección, algo no estaba bien, algo no encajaba.



Nos sentamos a la mesa, la misma donde habíamos comido la primera noche, el suspiró se encogió de hombros y con la vista enfocada en la nada misma me dijo



-Recuerdas esa mujer pelirroja? La que viste el día que llegaste?
-Si… es tu…
-Si!


Apresuró sus palabras para cortar las mías y que yo no dijera lo que él quería decir



-Es mi esposa… en verdad no hay mucho de amor… es casi todo dinero, ella viajó a ver unos asuntos en nuestra cadena de hoteles en Estados Unidos, se suponía que tardaría más, pero regresará mañana…


Solo tapé su boca para que no siguiera hablando, no quería saber, no soy tonta, vi muchas novelas y se cómo son estas historias…

Los dos días que me quedaron en Cancún fuimos completos extraños, solo su vecina, donde Mauricio tomó su rol de esposo con la pelirroja.

Un cruce de miradas, como el día que nos conocimos, apenas un cruce de miradas fue nuestra despedida.

Y así acaba esta historia, regresé a México donde en mi vida no pasan cosas como esas, terminé la carrera y él y yo nos convertimos en amigos íntimos, seguimos en contacto por mensajes, vídeo, llamas, fotos, algunos juegos subidos de tono y siempre que tengo vacaciones o un tiempo libre y su esposa está en negocios, regreso a visitarlo a esa casa en la playa donde me sentí mujer por primera vez.






Si eres mayor de edad me gustaría saber tu opinión sobre este relato, escríbeme con título ‘MIS DIAS EN CANCUN’ a dulces.placeres@live.com

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