El principio de la infidelidad

Como me arde la sangre ramera para acercarme lentamente por tu espalda y tomarte en mis brazos, acercar mi voz a tu oído y decirte "tu ahora eres mí ranera, te daré intensos orgasmos cuando estés por completo sometida a mi"
 Mientras terminaba mis palabras empecé a reccorer tu lasivo cuerpo empezando por pechos y suavemente abriendome paso para llegar a vulva tan delicadamente qué puedas empezar a liberar gemidos y poco a poco ir metiendo mis dedos en ella.
Te removere lentamente tus ropas para empezar a acariciar suavemente tu clítoris, y pezones.
Sentir como te mojas con cada movimiento
 Tan lento, tan firme que puedas gozar y recordar que tu eres mía y yo soy quien te da placer.

 En este momento en el que decidiste ceder ante la adrenalina y el morbo de engañar a tu pareja para alfin gozar un libre orgasmo.
Un orgasmo generado a partir del morbo creada por el deseo sexual no satisfecho y en la búsqueda del mismo. Que por tantos años deseabas y que se vio suprimido por le ineptitud de tu pareja.

 Te tomaré como mí mujer para que con solo recordar el roce de mis manos y el recorrido que lleve por tu cuerpo para que con el mínimo toque accidental en tus pechos y el robo de un beso de tus labios no sería suficiente para calmar tus impulsos de querer más y mas.

Porque ahora tú eres una zorra y mi pertenencia

0 comentarios - El principio de la infidelidad