Buenas tardes a todos. me llamo Barbara, soy escritora profesional, tengo libros publicados pero ninguno de carácter erótico, y preferí lanzadlo en una red tan erótica como esta.
Con el avance del relato podrán dibujarme en sus mentes, podrán sentirme en sus deseos, y podrán experimentarme plenamente.
Tengo 29 años, y la experiencia sexual de una mujer de 50, siempre fui la rebelde en una familia muy católica y estructurada, desde mi adolescencia sentí al sexo como una herramienta de rebeldía, ademas de placer interminable. Eso me llevo a acumular interminables experiencias, que les contare una a una, con detalles, con sensaciones, haciéndolos caer dentro de mi lujuria de ese momento y la excitación actual mientras escribo mis actos de placer. Si, estoy super excitada.
Quisiera empezar relatando un día normal, de esos que parecen comunes pero que nunca lo son. Habitualmente despierto a las 9 de la mañana, por suerte mi carrera artística me permite la independencia económica y de tiempo para vivir mi vida a pleno. Duermo desnuda, si, creo que es lo mejor, vivo en un sexto piso, en el Barrio de Villa Devoto, en La calle Pedro Moran, y mi primer acto es tomar una ducha donde generalmente comienza mi día tocándome apenas mis pechos y mis cola, juego al hockey así que mi cola es lo mas admirado, luego de la ducha, camino por mi departamento con las ventanas abiertas, no me molestan las miradas, me excitan, escojo ropa interior adecuada para el día, en un cajón repleto de texturas, colores y formas. Generalmente me encanta el negro y el violeta, pero inclusive a veces no uso tangas, dependiendo si quien voy a ver amerita semejante regalo.
Odio Tinder, creo que rompe la magia de cruzarse con alguien que te excita y poder seducirlo mas allá de una foto. Amo seducir. Fui secretaria en un consultorio de doctores, fui playera en una estación de combustible, fui recepcionista, vendedora en una concesionaria, trabaje en atención al cliente de una empresa ferroviaria, fui Secretaria de gerencia hasta que pude publicar mis libros e independizarme, pero en cada trabajo el sexo fue protagonistas.
Secretaria de Consultorio medico:
Con 19 años recién cumplidos, me lance a la búsqueda de mi primer trabajo, mi dentista me había recomendado a un centro medico, donde atendían 5 médicos, mi dentista siempre quiso estar conmigo, incontables veces me rozo las tetas con sus brazos o me apoyaba su miembro contra el hombro.
Recomendada tuve la entrevista con tres de esos cinco médicos, fui de camisa blanca, pollera negra super corta y tacos negros, maquillada delicadamente y con aros tipo argolla. mas tarde me confesarían que me contrataron ademas de por mis capacidades por mi físico. Me hicieron pasar a un consultorio, y mientras duraba la entrevista note que cada uno de ellos cuando no estaba preguntándome algo, se perdía en mis piernas, en mi escote, en mis labios, en mi pelo negro, en mis ojos color avellana, sentí que los tenia en el bolsillo, y asi fue, al dia siguiente me llamo uno de ellos para confirmar que había quedado seleccionada y empezaba en una semana, no sin antes aprender algunas practicas, estaba muy feliz, el sueldo no era gigante pero el comienzo. Mi forma de vestir no vario mucho, sabia que les encantaba ese estilo y lo mantuve, camisas, musculosas escotadas, pantalones incrustados en mi cola, tacos o sandalias.
Comencé a trabajar y fluyo todo muy bien, los pacientes se quedaban hablando conmigo, algunos médicos se ponían celosos, soy super simpática, me rió de todo, nada me ofende y siempre estoy predispuesta a una charla, aun cuando se que todo el objetivo es tenerme desnuda en una cama.
Al primer mes, un paciente que tenia cita semanal, llego tarde, cuando su medico ya no estaba, trate de explicarle que había llegado muy tarde, y menciono que por lo menos podía haberme visto, yo estaba de novia, pero era una relación pasajera, poco importante. Podría haberle dicho que tenia que cerrar el consultorio e irme a casa, pero lo cierto es que deje que la charla corra para ver donde terminaba. E 15 minutos estábamos riendo de todo, le ofrecí un café y me siguió a la cocina, pude ver su anillo de casado en varias oportunidades, seguimos charlando, hasta que me tomo de la cintura y solté una especie de exclamación que se asemejaba mas a un gemido que a un susto...el se dio cuenta, y no dudo en correr mi pelo largo y besarme el cuello, se apoyo contra mi, note que estaba listo, sus aparentes 45 años estaban a pleno debajo de ese pantalón, mis 19 años, ya me invitaban a la liberalidad absoluta, deje que avance, sin poder evitar respirar diferente ante cada contacto de sus manos con mi cuerpo. Mi corazón volaba, sensación que aprendí a disfrutar con el tiempo, en algunos minutos estaba con la camisa sin botones, no se en que momento la abrió de un tirón, con mi pollera retorcida en mi cintura y sus dedos dentro de mi concha. Su boca desesperadamente comió mi lengua, a la vez que me decía pendeja puta, solo hable una vez y fue para decir cógeme. Tras quince minutos, con la cara y las tetas llenas de su saliva estaba al borde del orgasmo, pero mi celular sonó, era mi novio esperándome en el auto, afuera. Eso me hizo acabar antes de pensar en atender o no, grite, me sacudí con sus dedos revolviendo todo mi interior, deje su mano mojada, estaba completamente perdía, sin noción de que estaba haciendo, pero quería mas. Me arrodille mientras mi teléfono seguía sonando y comencé a besarlo, a chuparlo con mi mayor delicadeza sin dejar de mirarlo, era una verga normal, nada grande pero estaba desesperado y eso me incendiaba, me sugirió atender el insistente llamado y así lo hice, con la pija apoyada en la frente, le avise a mi novio que bajaría en 15 minutos, no hubo tiempo para mas, mientras hablaba el paciente no resistió y uno tras otro los chorros de semen embestían mi rostro en diferentes partes, sus gemidos me daban ganas de que no pare de acabar nunca, su sabor era similar al ya conocido, pude notar que era muy espeso antes de que se empiece a diluir y resbalar por mi cara, lo seguí lamiendo unos minutos mas hasta que quedo flácida, mientras me arreglaba la ropa, me trajo servilletas para recoger la leche de mi cara y amorosamente el me la limpio, yo no paraba de sonreír y el caía enamorado de mi.
Coordinamos salida, se fue no sin darme un beso y prometerme una nueva aventura, dos minutos después yo habiendo chequeado mil veces mi vestuario, me perfume entera aunque el sabor de su semen estaba en lo profundo de mi garganta y mis pailas gustativas. Subí a la camioneta de mi novio y le di un beso de lengua como nunca. Morí de perversión, y dije amo esto. Nunca mas pare hasta hoy.
Ya verán....
Barbaro O.
Con el avance del relato podrán dibujarme en sus mentes, podrán sentirme en sus deseos, y podrán experimentarme plenamente.
Tengo 29 años, y la experiencia sexual de una mujer de 50, siempre fui la rebelde en una familia muy católica y estructurada, desde mi adolescencia sentí al sexo como una herramienta de rebeldía, ademas de placer interminable. Eso me llevo a acumular interminables experiencias, que les contare una a una, con detalles, con sensaciones, haciéndolos caer dentro de mi lujuria de ese momento y la excitación actual mientras escribo mis actos de placer. Si, estoy super excitada.
Quisiera empezar relatando un día normal, de esos que parecen comunes pero que nunca lo son. Habitualmente despierto a las 9 de la mañana, por suerte mi carrera artística me permite la independencia económica y de tiempo para vivir mi vida a pleno. Duermo desnuda, si, creo que es lo mejor, vivo en un sexto piso, en el Barrio de Villa Devoto, en La calle Pedro Moran, y mi primer acto es tomar una ducha donde generalmente comienza mi día tocándome apenas mis pechos y mis cola, juego al hockey así que mi cola es lo mas admirado, luego de la ducha, camino por mi departamento con las ventanas abiertas, no me molestan las miradas, me excitan, escojo ropa interior adecuada para el día, en un cajón repleto de texturas, colores y formas. Generalmente me encanta el negro y el violeta, pero inclusive a veces no uso tangas, dependiendo si quien voy a ver amerita semejante regalo.
Odio Tinder, creo que rompe la magia de cruzarse con alguien que te excita y poder seducirlo mas allá de una foto. Amo seducir. Fui secretaria en un consultorio de doctores, fui playera en una estación de combustible, fui recepcionista, vendedora en una concesionaria, trabaje en atención al cliente de una empresa ferroviaria, fui Secretaria de gerencia hasta que pude publicar mis libros e independizarme, pero en cada trabajo el sexo fue protagonistas.
Secretaria de Consultorio medico:
Con 19 años recién cumplidos, me lance a la búsqueda de mi primer trabajo, mi dentista me había recomendado a un centro medico, donde atendían 5 médicos, mi dentista siempre quiso estar conmigo, incontables veces me rozo las tetas con sus brazos o me apoyaba su miembro contra el hombro.
Recomendada tuve la entrevista con tres de esos cinco médicos, fui de camisa blanca, pollera negra super corta y tacos negros, maquillada delicadamente y con aros tipo argolla. mas tarde me confesarían que me contrataron ademas de por mis capacidades por mi físico. Me hicieron pasar a un consultorio, y mientras duraba la entrevista note que cada uno de ellos cuando no estaba preguntándome algo, se perdía en mis piernas, en mi escote, en mis labios, en mi pelo negro, en mis ojos color avellana, sentí que los tenia en el bolsillo, y asi fue, al dia siguiente me llamo uno de ellos para confirmar que había quedado seleccionada y empezaba en una semana, no sin antes aprender algunas practicas, estaba muy feliz, el sueldo no era gigante pero el comienzo. Mi forma de vestir no vario mucho, sabia que les encantaba ese estilo y lo mantuve, camisas, musculosas escotadas, pantalones incrustados en mi cola, tacos o sandalias.
Comencé a trabajar y fluyo todo muy bien, los pacientes se quedaban hablando conmigo, algunos médicos se ponían celosos, soy super simpática, me rió de todo, nada me ofende y siempre estoy predispuesta a una charla, aun cuando se que todo el objetivo es tenerme desnuda en una cama.
Al primer mes, un paciente que tenia cita semanal, llego tarde, cuando su medico ya no estaba, trate de explicarle que había llegado muy tarde, y menciono que por lo menos podía haberme visto, yo estaba de novia, pero era una relación pasajera, poco importante. Podría haberle dicho que tenia que cerrar el consultorio e irme a casa, pero lo cierto es que deje que la charla corra para ver donde terminaba. E 15 minutos estábamos riendo de todo, le ofrecí un café y me siguió a la cocina, pude ver su anillo de casado en varias oportunidades, seguimos charlando, hasta que me tomo de la cintura y solté una especie de exclamación que se asemejaba mas a un gemido que a un susto...el se dio cuenta, y no dudo en correr mi pelo largo y besarme el cuello, se apoyo contra mi, note que estaba listo, sus aparentes 45 años estaban a pleno debajo de ese pantalón, mis 19 años, ya me invitaban a la liberalidad absoluta, deje que avance, sin poder evitar respirar diferente ante cada contacto de sus manos con mi cuerpo. Mi corazón volaba, sensación que aprendí a disfrutar con el tiempo, en algunos minutos estaba con la camisa sin botones, no se en que momento la abrió de un tirón, con mi pollera retorcida en mi cintura y sus dedos dentro de mi concha. Su boca desesperadamente comió mi lengua, a la vez que me decía pendeja puta, solo hable una vez y fue para decir cógeme. Tras quince minutos, con la cara y las tetas llenas de su saliva estaba al borde del orgasmo, pero mi celular sonó, era mi novio esperándome en el auto, afuera. Eso me hizo acabar antes de pensar en atender o no, grite, me sacudí con sus dedos revolviendo todo mi interior, deje su mano mojada, estaba completamente perdía, sin noción de que estaba haciendo, pero quería mas. Me arrodille mientras mi teléfono seguía sonando y comencé a besarlo, a chuparlo con mi mayor delicadeza sin dejar de mirarlo, era una verga normal, nada grande pero estaba desesperado y eso me incendiaba, me sugirió atender el insistente llamado y así lo hice, con la pija apoyada en la frente, le avise a mi novio que bajaría en 15 minutos, no hubo tiempo para mas, mientras hablaba el paciente no resistió y uno tras otro los chorros de semen embestían mi rostro en diferentes partes, sus gemidos me daban ganas de que no pare de acabar nunca, su sabor era similar al ya conocido, pude notar que era muy espeso antes de que se empiece a diluir y resbalar por mi cara, lo seguí lamiendo unos minutos mas hasta que quedo flácida, mientras me arreglaba la ropa, me trajo servilletas para recoger la leche de mi cara y amorosamente el me la limpio, yo no paraba de sonreír y el caía enamorado de mi.
Coordinamos salida, se fue no sin darme un beso y prometerme una nueva aventura, dos minutos después yo habiendo chequeado mil veces mi vestuario, me perfume entera aunque el sabor de su semen estaba en lo profundo de mi garganta y mis pailas gustativas. Subí a la camioneta de mi novio y le di un beso de lengua como nunca. Morí de perversión, y dije amo esto. Nunca mas pare hasta hoy.
Ya verán....
Barbaro O.
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