Suena AC/DC en los auriculares mientras trato de disimular mi incipiente erección. La culpable, esta vez, es una hermosa morocha, de piernas larguísimas, sentada frente a mi en el subte. Lleva un vestidito blanco y una bombacha del mismo color que se asoma, cada tanto, en ese triangulo divino que se forma entre sus muslos bronceados y la tela del vestido. Son los primeros días de calor en Buenos Aires luego del invierno y las mujeres aprovechan para mostrar un poco mas de piel.
Para mi alegría, la morocha no se baja en la penúltima estación, lo que indica que ambos bajaremos en la última, la que desemboca en el microcentro porteño. Ahora tengo un único objetivo, poder subir las escaleras detrás de ella para contemplarla de cerca.
Mientras cambio de canción en Spotify, no dejo de pensar en las cosas que hará la morocha en la cama. Cual será su posición preferida? Disfrutará del sexo anal? Dejará que terminen en su boca?
Cuando el subte se frena en el andén, rápidamente me acomodo cerca de ella para cumplir mi objetivo de escoltarla hasta la salida. De pie es aun mas linda, la clásica morocha argentina con mejor cola que tetas. Se abren las puertas y ella camina rápidamente hacia las escaleras. La sigo a un metro de distancia, cualquier podría decir que estoy invadiendo su espacio personal pero no puedo dejar que alguien mas se quede con el lugar detrás de ella en la fila.
Lo logré, estoy atrás suyo. Mi cara casi que se podría hundirse adentro de sus nalgas entre escalón y escalón. El movimiento de sus piernas genera una fricción en el vestido que hace que se marque fuerte el triangulito diminuto de su tanga. No hubiera pensado que una mujer de su edad, cerca de 45 años, este yendo a trabajar "entangada" de esa manera. Siento una envidia terrible por todo aquel que la haya tenido en cuatro, corrido su bombacha blanca casi transparente de tan mojada y besado hasta lo mas profundo de su colita. Imagino un anillo perfecto, totalmente depilado y escaso uso, por lo que habrá que hacer un trabajo de artesano con los dedos y la saliva hasta que el dolor vaya dejando lugar al placer. Será ella misma la que pedirá que poco a poco le metan el pene, y una vez acostumbrada desatará un huracán. Gritará que la hagas mierda, que quiere ser cogida como la puta que es. Disfrutará de las nalgadas y estirada de pelo. Se frotará solita el clítoris para mas placer, buscando acabar una y otra vez. Una vez satisfecha, ordenará que le acabes adentro del ano y le des la leche que tanto trabajo le costó. Pasado el shot de endorfinas que liberaron sus orgasmos, volverá a ser la dama fina y elegante que todo el mundo piensa que es, por lo menos hasta el próximo polvo.
Al llegar a la superficie, la pierdo entre la multitud, habrá sido menos de un minuto pero para mi fue una eternidad. Ella no lo sabrá nunca, pero alegró mi mañana y estará presente en mis pajas de los próximos días. La excitación fue tan grande que tengo que dar 2 vueltas manzanas antes de poder entrar a mi oficina por mas de que no quiera perder el tiempo ya que esa noche debía salir temprano del trabajo para cenar en lo de mi amiga Carla y su marido, Matías.
Ellos son un matrimonio mas grande que yo, casi 40 años ambos. Ganan bien, no tienen hijos y se pasan la vida viajando y, según Carla, experimentando sexualmente. Nunca indague mucho en el asunto para no quedar como el pendejo pajero, pero se que han hecho tríos, participado en pequeñas orgias y demás. Suelen hacerlo cuando están de viaje, el estar en un lugar donde nadie los conoce parece como que los liberara de sus creencias limitantes en cuanto al sexo.
Carla no es una mina hermosa, no está ni cerca de la belleza de la morocha del subte de esta mañana pero tiene lo suyo. No es flaca onda modelo, pero tampoco gorda. Tiene mucha carne digamos, y unas tetas grandes muy lindas que las sabe mostrar, siempre anda escotada. Además es una perra, tiene mucha actitud y es juguetona. Es provocadora al hablar y utiliza mucho el doble sentido, sabe lo que a un hombre le gusta escuchar. Y si bien somos amigos, siempre nos imagino haciendo una escapada de fin de semana para sacarnos las ganas. Esos viajes a un lugar de menos de 100 km con el único plan de garchar. Es una mina tan copada que creo que después de eso podríamos retomar la amistad como si nada, incluso mejor porque no habría mas tensión sexual.
Tuvimos una cena normal, como las que hacemos cada 2 semanas aprox. Hubo mucho vino y un rico asado. A la hora de los postres, yo había llevado una torta de una famosa pastelería del centro porteño. La fuimos a buscar con Carla a la cocina, mientras su marido se quedaba sacando los cortes de carne que sobraron de la parrilla. Ella la sacó de la heladera y paso la torta del paquete a un lindo recipiente que tenía.
-Carla: "Mmm que rico, con mucha crema como me gusta".- Me decía mientras tomaba un poco con su dedo índice y se lo llevaba a la boca. Fiel a su estilo provocador, lo chupó con devoción y una sensualidad increíble. "La crema esta espectacular, pero me gustaría untarla en algo mas grande"", seguía con su jueguito.
La verdad es que esa tipo de cosas eran muy comunes en Carla, se las vi hacerlas muchas veces en los 5 años que la conozco y con otras personas también, no solo conmigo. Por lo que no lo tomé como un intento de levante y antes nunca me hubiera calentado por esto pero ese día yo ya venía muy hot, en parte por la morocha del subte pero también por una situación con Sofi, una chica de la oficina. Así que en seguida sentí que el bóxer me estaba por estallar y, como a la mañana, trate de disimularlo como pude. Creí que lo había logrado, pero mas tarde me enteraría de que no.
-Yo: "jjajajaja que boluda que sos. Me voy al baño antes de que sigas con estas pavadas". Dije, tratando de escaparme y no vea mi pito a mil.
-Carla: "Pará, dejame que voy yo primero por favor. No aguanto más."
La dejo y mientras voy a ayudar a Matías a levantar la mesa.
-Matias: "De qué se estaba riendo adentro, hasta acá se escuchaba la risa de la otra loca jaja"
-Yo: "Nada, una típica boludez suya, sabes cómo es".
A los 10 minutos, mas o menos, sale Carla del baño y nos termina de ayudar a levantar las cosas. En ese momento no le di importancia a lo que tardó, pensé que seguro le había caído mal la comida.
-Carla: "Mati, que bueno estaba todo. Te salió buenísimo el asado, me parece que hoy tenes premio".
-Mati: "Gorda, no hables de eso adelante del pendejo que le va a dar asco imaginarselo jajaj".
-Carla: "Pendejo, no sabes como me coje este hdp cuando esta un poco tomado. Los otros días no, pero cuando esta en pedo me da vuelta", grita mientras se muerde los labios como recordando alguna que otra noche.
-Mati: "Basta Car, posta. Anda a traer el postre mejor."
Yo me quede mudo, era la primera vez que Carla hablaba así adelante de Mati. De hecho, era la primera vez que me contaba algo de como se la cogía a ella su marido. Si, me había contando antes de algún trio y eso, pero nunca hablaba de ellos 2. Incluso llegue a pensar de que ya no garchaban mas.
-Yo: "Y si, el champagne nos pone mimosos jaja", digo para descomprimir mientras encaro para el baño.
Una vez allí, veo una bombachita colgada en la ducha. Habré ido mas de 20 veces a lo de Car y nunca antes tuvo un descuido así(y eso que yo revisaba siempre jaja). Termino de hacer pis, tiro la cadena y voy rápido a agarrarla, la quiero oler, sentir la tela, imaginarme a la dueña usando la prenda, teniéndola puesta mientras coge. Me fascina la ropa interior femenina, he llegado a ser cosas de las que ahora me avergüenzo por el fetiche que tengo con las tangas.
Era chiquita, no tanto como la de esta mañana en el subte, pero lo suficiente como para ser una prenda que ella use en una noche de pasión. De Animal Print, imitando la piel de un leopardo. Cortando mi momento, toca la puerta Matías, así que la meto rápido en mi bolsillo y salgo. En el momento no pensaba con claridad, me dije que quizás ella no se daría cuenta de que la tanga no esté en la ducha. Así que me fui con mi trofeo. La cena termino como si nada hubiera pasado, yo quería apurarla para poder llegar a mi casa a jugar con mi pequeño botín.
Y así fue, me empecé a tocar con la bombacha de Car en la mano, rodeando mi pene con ella. Por el olor que tenía, podía deducir que ella se había calentado bastante y estaba empapada antes de sacársela. Las imágenes en mi cabeza iban desde la morocha del subte a Carla ida y vuelta, me la podía imaginar garchando con el marido fuerte, como suponía que le gustaría hacer el amor a ella.
Con una mano agarré mi cel y entré a su perfil de Instagram , vi que entre las historias destacadas estaban las de su ultima viaje a Cancún y hacia allá fui. Fiel a su estilo, había muchas fotos de ella en bikini mostrando las lindas tetas que tiene. En ese instante me olvide de la morocha, estaba yo solo con Car. Podía sentir el olor de su concha en la tanga, la imagine subida arriba mío. Cabalgando profundo, con fuerza, y sus lolas naturales rebotando. La imagine poseída, cogiendo a su pendejito lindo. Gimiendo como loca, gritando barbaridades y pidiéndome que le pegue, que le tire del pelo, que la asfixie. Perra total, así pienso que se debe comportar cuando tiene relaciones. Perdón, cuando garcha. Alguna vez me dijo: "no me gusta hacer el amor, a mi me gusta garchar".
-Car: "Ahora rompeme toda. Estos querías?", me la imagine diciendo en mi fantasía mientras salía de mi pija después de cabalgar y se acomodaba en cuatro.
-Yo: "Si putita. Tanto provocaste, ahora bancate.", le decía antes de pasar mi lengua por su ano y su concha en forma compulsiva.
-Car: "Ohhh asi, asi me gusta. Seguí, seguí, méteme un dedito en el culo."
Con un dedo busco saliva de mi boca y se lo meto un poquito. Pero hace gestos de dolor. Lo saco, y se lo meto en su boca. Lo chupa como si tuviera la crema de la torta.
-Car: "Ya está listo, metelo", dice al tiempo que saca mi dedo de su boca. "Ohhh, hdp. Mira como estas jugando con el culo de tu amiguita, chancho".
-Yo: "Car, te quiero hacer la cola", le digo.
-Car: "Shhh pendejo, vos seguí chupando!!", me grita mientras con sus manos me entierra la cabeza en su culito. "Eso hay que ganárselo, y todavía te falta mucha sopa. Haceme acabar en 4, dale".
Saco el dedo, y por unos minutos con la lengua recorro todo el camino entre su clítoris y el ano. Parecía encantarle pero le hice caso y corriendo un poco mas la tanguita de leopardo, se la metí.
Car: "Ohhh ahora si. Dame fuerteeeee, dale que estoy cerca de acabar", con una respiración cada vez mas agitada.
Seguí garchando mentalmente con ella, ayudándome de las fotos de su perfil cada tanto. Los detalles de encaje de la tanga se sentían muy ricos en el roce con la piel.
-Car: "Dame la lechita pendejo, dale!".
-Yo: "Si hdp, es toda tuya. Donde la queres?", le retruque.
-Car: "Toda en la boquita", susurraba mientras acercaba la lengüita bien cerca de la cabeza de mi pija.
Ella se había ganado la lechita, su crema pastelera. Lo justo era que de alguna forma se la dé. Cuando fue mucho para mi, decidí acabar en su tanga en homenaje. Así que la manché toda, la calentura era mucha
-Yo: "Ahhhhh, como me pones", le digo mientras acabo.
-Car: "Muy bien, así me gusta terminar cuando me cojo a pendejos calentones", imagino que diría mientras traga de a poco y juega con un resto que le cayo en las tetas.
Después de limpiarme, me tiro con los ojos cerrados en el sillón del living a descansar un poco. Pasado el éxtasis, empezaba la culpa de haberme robado la tanga, de haberla cogido con mis pensamientos. Cuando de repente me llega un WhatsApp: "Caíste pendejo, me parece que eso que te llevaste no es tuyo 🙂 "
Y así comenzó un juego prohibido con la perrita de Car. Continuará...
Para mi alegría, la morocha no se baja en la penúltima estación, lo que indica que ambos bajaremos en la última, la que desemboca en el microcentro porteño. Ahora tengo un único objetivo, poder subir las escaleras detrás de ella para contemplarla de cerca.
Mientras cambio de canción en Spotify, no dejo de pensar en las cosas que hará la morocha en la cama. Cual será su posición preferida? Disfrutará del sexo anal? Dejará que terminen en su boca?
Cuando el subte se frena en el andén, rápidamente me acomodo cerca de ella para cumplir mi objetivo de escoltarla hasta la salida. De pie es aun mas linda, la clásica morocha argentina con mejor cola que tetas. Se abren las puertas y ella camina rápidamente hacia las escaleras. La sigo a un metro de distancia, cualquier podría decir que estoy invadiendo su espacio personal pero no puedo dejar que alguien mas se quede con el lugar detrás de ella en la fila.
Lo logré, estoy atrás suyo. Mi cara casi que se podría hundirse adentro de sus nalgas entre escalón y escalón. El movimiento de sus piernas genera una fricción en el vestido que hace que se marque fuerte el triangulito diminuto de su tanga. No hubiera pensado que una mujer de su edad, cerca de 45 años, este yendo a trabajar "entangada" de esa manera. Siento una envidia terrible por todo aquel que la haya tenido en cuatro, corrido su bombacha blanca casi transparente de tan mojada y besado hasta lo mas profundo de su colita. Imagino un anillo perfecto, totalmente depilado y escaso uso, por lo que habrá que hacer un trabajo de artesano con los dedos y la saliva hasta que el dolor vaya dejando lugar al placer. Será ella misma la que pedirá que poco a poco le metan el pene, y una vez acostumbrada desatará un huracán. Gritará que la hagas mierda, que quiere ser cogida como la puta que es. Disfrutará de las nalgadas y estirada de pelo. Se frotará solita el clítoris para mas placer, buscando acabar una y otra vez. Una vez satisfecha, ordenará que le acabes adentro del ano y le des la leche que tanto trabajo le costó. Pasado el shot de endorfinas que liberaron sus orgasmos, volverá a ser la dama fina y elegante que todo el mundo piensa que es, por lo menos hasta el próximo polvo.
Al llegar a la superficie, la pierdo entre la multitud, habrá sido menos de un minuto pero para mi fue una eternidad. Ella no lo sabrá nunca, pero alegró mi mañana y estará presente en mis pajas de los próximos días. La excitación fue tan grande que tengo que dar 2 vueltas manzanas antes de poder entrar a mi oficina por mas de que no quiera perder el tiempo ya que esa noche debía salir temprano del trabajo para cenar en lo de mi amiga Carla y su marido, Matías.
Ellos son un matrimonio mas grande que yo, casi 40 años ambos. Ganan bien, no tienen hijos y se pasan la vida viajando y, según Carla, experimentando sexualmente. Nunca indague mucho en el asunto para no quedar como el pendejo pajero, pero se que han hecho tríos, participado en pequeñas orgias y demás. Suelen hacerlo cuando están de viaje, el estar en un lugar donde nadie los conoce parece como que los liberara de sus creencias limitantes en cuanto al sexo.
Carla no es una mina hermosa, no está ni cerca de la belleza de la morocha del subte de esta mañana pero tiene lo suyo. No es flaca onda modelo, pero tampoco gorda. Tiene mucha carne digamos, y unas tetas grandes muy lindas que las sabe mostrar, siempre anda escotada. Además es una perra, tiene mucha actitud y es juguetona. Es provocadora al hablar y utiliza mucho el doble sentido, sabe lo que a un hombre le gusta escuchar. Y si bien somos amigos, siempre nos imagino haciendo una escapada de fin de semana para sacarnos las ganas. Esos viajes a un lugar de menos de 100 km con el único plan de garchar. Es una mina tan copada que creo que después de eso podríamos retomar la amistad como si nada, incluso mejor porque no habría mas tensión sexual.
Tuvimos una cena normal, como las que hacemos cada 2 semanas aprox. Hubo mucho vino y un rico asado. A la hora de los postres, yo había llevado una torta de una famosa pastelería del centro porteño. La fuimos a buscar con Carla a la cocina, mientras su marido se quedaba sacando los cortes de carne que sobraron de la parrilla. Ella la sacó de la heladera y paso la torta del paquete a un lindo recipiente que tenía.
-Carla: "Mmm que rico, con mucha crema como me gusta".- Me decía mientras tomaba un poco con su dedo índice y se lo llevaba a la boca. Fiel a su estilo provocador, lo chupó con devoción y una sensualidad increíble. "La crema esta espectacular, pero me gustaría untarla en algo mas grande"", seguía con su jueguito.
La verdad es que esa tipo de cosas eran muy comunes en Carla, se las vi hacerlas muchas veces en los 5 años que la conozco y con otras personas también, no solo conmigo. Por lo que no lo tomé como un intento de levante y antes nunca me hubiera calentado por esto pero ese día yo ya venía muy hot, en parte por la morocha del subte pero también por una situación con Sofi, una chica de la oficina. Así que en seguida sentí que el bóxer me estaba por estallar y, como a la mañana, trate de disimularlo como pude. Creí que lo había logrado, pero mas tarde me enteraría de que no.
-Yo: "jjajajaja que boluda que sos. Me voy al baño antes de que sigas con estas pavadas". Dije, tratando de escaparme y no vea mi pito a mil.
-Carla: "Pará, dejame que voy yo primero por favor. No aguanto más."
La dejo y mientras voy a ayudar a Matías a levantar la mesa.
-Matias: "De qué se estaba riendo adentro, hasta acá se escuchaba la risa de la otra loca jaja"
-Yo: "Nada, una típica boludez suya, sabes cómo es".
A los 10 minutos, mas o menos, sale Carla del baño y nos termina de ayudar a levantar las cosas. En ese momento no le di importancia a lo que tardó, pensé que seguro le había caído mal la comida.
-Carla: "Mati, que bueno estaba todo. Te salió buenísimo el asado, me parece que hoy tenes premio".
-Mati: "Gorda, no hables de eso adelante del pendejo que le va a dar asco imaginarselo jajaj".
-Carla: "Pendejo, no sabes como me coje este hdp cuando esta un poco tomado. Los otros días no, pero cuando esta en pedo me da vuelta", grita mientras se muerde los labios como recordando alguna que otra noche.
-Mati: "Basta Car, posta. Anda a traer el postre mejor."
Yo me quede mudo, era la primera vez que Carla hablaba así adelante de Mati. De hecho, era la primera vez que me contaba algo de como se la cogía a ella su marido. Si, me había contando antes de algún trio y eso, pero nunca hablaba de ellos 2. Incluso llegue a pensar de que ya no garchaban mas.
-Yo: "Y si, el champagne nos pone mimosos jaja", digo para descomprimir mientras encaro para el baño.
Una vez allí, veo una bombachita colgada en la ducha. Habré ido mas de 20 veces a lo de Car y nunca antes tuvo un descuido así(y eso que yo revisaba siempre jaja). Termino de hacer pis, tiro la cadena y voy rápido a agarrarla, la quiero oler, sentir la tela, imaginarme a la dueña usando la prenda, teniéndola puesta mientras coge. Me fascina la ropa interior femenina, he llegado a ser cosas de las que ahora me avergüenzo por el fetiche que tengo con las tangas.
Era chiquita, no tanto como la de esta mañana en el subte, pero lo suficiente como para ser una prenda que ella use en una noche de pasión. De Animal Print, imitando la piel de un leopardo. Cortando mi momento, toca la puerta Matías, así que la meto rápido en mi bolsillo y salgo. En el momento no pensaba con claridad, me dije que quizás ella no se daría cuenta de que la tanga no esté en la ducha. Así que me fui con mi trofeo. La cena termino como si nada hubiera pasado, yo quería apurarla para poder llegar a mi casa a jugar con mi pequeño botín.
Y así fue, me empecé a tocar con la bombacha de Car en la mano, rodeando mi pene con ella. Por el olor que tenía, podía deducir que ella se había calentado bastante y estaba empapada antes de sacársela. Las imágenes en mi cabeza iban desde la morocha del subte a Carla ida y vuelta, me la podía imaginar garchando con el marido fuerte, como suponía que le gustaría hacer el amor a ella.
Con una mano agarré mi cel y entré a su perfil de Instagram , vi que entre las historias destacadas estaban las de su ultima viaje a Cancún y hacia allá fui. Fiel a su estilo, había muchas fotos de ella en bikini mostrando las lindas tetas que tiene. En ese instante me olvide de la morocha, estaba yo solo con Car. Podía sentir el olor de su concha en la tanga, la imagine subida arriba mío. Cabalgando profundo, con fuerza, y sus lolas naturales rebotando. La imagine poseída, cogiendo a su pendejito lindo. Gimiendo como loca, gritando barbaridades y pidiéndome que le pegue, que le tire del pelo, que la asfixie. Perra total, así pienso que se debe comportar cuando tiene relaciones. Perdón, cuando garcha. Alguna vez me dijo: "no me gusta hacer el amor, a mi me gusta garchar".
-Car: "Ahora rompeme toda. Estos querías?", me la imagine diciendo en mi fantasía mientras salía de mi pija después de cabalgar y se acomodaba en cuatro.
-Yo: "Si putita. Tanto provocaste, ahora bancate.", le decía antes de pasar mi lengua por su ano y su concha en forma compulsiva.
-Car: "Ohhh asi, asi me gusta. Seguí, seguí, méteme un dedito en el culo."
Con un dedo busco saliva de mi boca y se lo meto un poquito. Pero hace gestos de dolor. Lo saco, y se lo meto en su boca. Lo chupa como si tuviera la crema de la torta.
-Car: "Ya está listo, metelo", dice al tiempo que saca mi dedo de su boca. "Ohhh, hdp. Mira como estas jugando con el culo de tu amiguita, chancho".
-Yo: "Car, te quiero hacer la cola", le digo.
-Car: "Shhh pendejo, vos seguí chupando!!", me grita mientras con sus manos me entierra la cabeza en su culito. "Eso hay que ganárselo, y todavía te falta mucha sopa. Haceme acabar en 4, dale".
Saco el dedo, y por unos minutos con la lengua recorro todo el camino entre su clítoris y el ano. Parecía encantarle pero le hice caso y corriendo un poco mas la tanguita de leopardo, se la metí.
Car: "Ohhh ahora si. Dame fuerteeeee, dale que estoy cerca de acabar", con una respiración cada vez mas agitada.
Seguí garchando mentalmente con ella, ayudándome de las fotos de su perfil cada tanto. Los detalles de encaje de la tanga se sentían muy ricos en el roce con la piel.
-Car: "Dame la lechita pendejo, dale!".
-Yo: "Si hdp, es toda tuya. Donde la queres?", le retruque.
-Car: "Toda en la boquita", susurraba mientras acercaba la lengüita bien cerca de la cabeza de mi pija.
Ella se había ganado la lechita, su crema pastelera. Lo justo era que de alguna forma se la dé. Cuando fue mucho para mi, decidí acabar en su tanga en homenaje. Así que la manché toda, la calentura era mucha
-Yo: "Ahhhhh, como me pones", le digo mientras acabo.
-Car: "Muy bien, así me gusta terminar cuando me cojo a pendejos calentones", imagino que diría mientras traga de a poco y juega con un resto que le cayo en las tetas.
Después de limpiarme, me tiro con los ojos cerrados en el sillón del living a descansar un poco. Pasado el éxtasis, empezaba la culpa de haberme robado la tanga, de haberla cogido con mis pensamientos. Cuando de repente me llega un WhatsApp: "Caíste pendejo, me parece que eso que te llevaste no es tuyo 🙂 "
Y así comenzó un juego prohibido con la perrita de Car. Continuará...
1 comentarios - El inspector de tangas - Cap 1