Maxi y yo estábamos cenando en un restaurant de Puerto Madero, en Buenos Aires donde vivimos, para festejar un negocio que le salio a el , lo malo es que despues de esa salida mi marido tenia que viajar . Pasamos una noche excelente. Después de la cena, Maxi me llevó a bailar y nos divertimos mucho. Pero lamentablemente el tenia que trabajar al día siguiente, por lo que cerca de las 4 am volvimos , ya que viajaba y tenia que agarrar todo para su viaje,
nos despedimos, Habíamos estado bailando mucho, y de manera muy provocativa, por lo que yo me había quedado un poco excitada, por lo que apenas entrar a la habitación me quede frente al espejo mirando mi cuerpo y acariciándome. Tenia un vestido negro con rayas blancas ajustado a mi cuerpo. Se que me veía muy bien ya que mientras bailaba con Maxi me di cuenta que había varios chicos que no paraban de mirarme.
Incluso note que una chica me miraba fijo, y no eran celos lo que había en su mirada. En fin, con la tenue luz de la habitación, me miraba al espejo mientras acariciaba mi cuerpo, en especial mis pechos, que al apretarlos destacaban mucho mas de lo normal, asomándose ligeramente por el escote del vestido. Maxi no había podido quedarse a pasar la noche conmigo, pero no impediría queme divierta con mi juguete predilecto. Si bien tenia un tamaño mas bien pequeño, tenia una forma de vibrar que me volvía loca. Siempre imagine usarlo mientras estaba con Maxi, pero el es de mente muy tradicional, y ni siquiera puedo plantearle la idea de sumar un juguete a nuestros encuentros sexuales. Puse el juguete contra mis labios y acaricia mis pechos de tal forma que al cabo de pocos segundos mis pezones se encontraban totalmente erectos marcándose deforma exagerada en el vestido, sin nada que lo impida ya que no meguita usar corpiño.
Cuando me di vuelta para ir a la cama a disfrutar de mi cuerpo, me di cuenta que la ventana de la habitación se encontraba abierta. Pero cuando me di cuenta que desde el edificio de enfrente estaba siendo observada, sentí que moría de vergüenza. Un chico joven, aunque en ese momento no sabia que tan joven, me estaba mirando atentamente. Cuando advirtió que lo había descubierto, sentí su incomodidad e inmediatamente desvió la mirada, aunque cada tanto miraba de reojo. Su habitación estaba completamente a oscuras, pero la poca luz que ingresaba por su ventana me dejaba ver lo suficiente para saber que iba a tener un espectador, siempre que yo se lo permitiera, claro. Y así lo hice. En lugar de recostarme en la cama, acerque a la ventana una silla alta, e inmediatamente empecé a acariciar mi cuerpo frente a la ventana. Me asegure que desde mi posición no me viera nadie mas que el.
Pensaba regalarle un espectáculo. El chico dejo de disimular, y ahora estaba atento mirando a través de mi ventana, sin perderse detalle de lo que quería mostrarle. Con una mano sostenía el juguete, al cual besaba, lamia, e introducía en mi boca. Mi otra mano jugaba con mis pechos, pellizcando los pezones y manteniéndolos bien duros. Mi excitación iba en aumento y seguramente también la del chico misterioso. Maxi me había prometido que al día siguiente lo íbamos a pasar muy bien, y yo sabia lo que eso significaba, pero esta noche no iba a poder dormir sin desahogarme primero.
Tire hacia abajo del escote de mi vestido y de inmediato mis pechos salieron de su prisión, regalándole a mi espectador una vista de mis enormes pechos, con sus pezones parados. El, ya sin reparo, se había acercado a la ventana donde la luz de la calle lo iluminaba. Con una de sus manos agarraba su bulto y lo masajeaba. Yo acerque uno de mis pechos hacia mi boca y empecé a besarlo y a morder el pezón, siempre mirando hacia el chico. Acerque un poco mas la silla a la ventana, de tal manera de poder apoyar mis pies en el marco de esta. Mantenía mis piernas juntas, no pensaba mostrarle todo, pero en esa posición de seguro el podría apreciar mis piernas. Y sin duda eso lo excito mucho, ya que pude ver como bajaba el cierre de su pantalón y pocos instantes después su mano extrajo un miembro realmente grande y que se encontraba muy firme. Puse el juguete entre mis pechos y agarrando ambas tetas lo sostuve mientras le pasaba la lengua hasta finalmente meterlo en mi boca. Mi nuevo amigo ya estaba muy excitado y su mano se deslizaba por su pene observando como la vecina de enfrente le regalaba una imagen tan caliente de sus tetas. Y aunque yo también estaba muy excitada, decidí ponerle fin al juego. Me pare frente a la ventana y dejando mis tetas completamente descubiertas, le regale una ultima mirada mientras le tiraba un beso. El, mediante señas me suplicaba que siguiera, pero decidí que ya había hecho mucho. Aunque estaba yo muy excitada, seguramente el alcohol me había empujado a hacer eso, y no seria prudente seguir el juego.
Le di un ultimo vistazo a su miembro mientras cerraba la ventana y veo que el chico se inclina sobre la mesa y escribe algo sobre un trozo de papel. Aun recuerdo lo que decía. Yo sabia que su edificio se encontraba justo detrás del mío, había pasado frente a el muchas veces. Pero ese trozo de papel me decía mucho mas: “5B”. Sin duda el chico tenia la ilusión que fuera a visitarlo y continuar con el juego. No le hice caso, cerré la ventana, apague la luz, y me acomode en la cama junto a mi juguete. Levante mi vestido y note que mi tanga estaba muy mojada, mucho masque lo de costumbre. La situación realmente me había excitado mucho. Apoyo mi juguete sobre la tela mojada y acariciando mis pechos me dejo llevar por la imaginación. Me sorprendí a mi misma pensando no en Maxi, sino en el chico misterioso. Cambie mi tanga por una que estuviera seca, acomode mi vestido y antes que me diera cuenta estaba llamando al departamento 5B.
nos despedimos, Habíamos estado bailando mucho, y de manera muy provocativa, por lo que yo me había quedado un poco excitada, por lo que apenas entrar a la habitación me quede frente al espejo mirando mi cuerpo y acariciándome. Tenia un vestido negro con rayas blancas ajustado a mi cuerpo. Se que me veía muy bien ya que mientras bailaba con Maxi me di cuenta que había varios chicos que no paraban de mirarme.
Incluso note que una chica me miraba fijo, y no eran celos lo que había en su mirada. En fin, con la tenue luz de la habitación, me miraba al espejo mientras acariciaba mi cuerpo, en especial mis pechos, que al apretarlos destacaban mucho mas de lo normal, asomándose ligeramente por el escote del vestido. Maxi no había podido quedarse a pasar la noche conmigo, pero no impediría queme divierta con mi juguete predilecto. Si bien tenia un tamaño mas bien pequeño, tenia una forma de vibrar que me volvía loca. Siempre imagine usarlo mientras estaba con Maxi, pero el es de mente muy tradicional, y ni siquiera puedo plantearle la idea de sumar un juguete a nuestros encuentros sexuales. Puse el juguete contra mis labios y acaricia mis pechos de tal forma que al cabo de pocos segundos mis pezones se encontraban totalmente erectos marcándose deforma exagerada en el vestido, sin nada que lo impida ya que no meguita usar corpiño.
Cuando me di vuelta para ir a la cama a disfrutar de mi cuerpo, me di cuenta que la ventana de la habitación se encontraba abierta. Pero cuando me di cuenta que desde el edificio de enfrente estaba siendo observada, sentí que moría de vergüenza. Un chico joven, aunque en ese momento no sabia que tan joven, me estaba mirando atentamente. Cuando advirtió que lo había descubierto, sentí su incomodidad e inmediatamente desvió la mirada, aunque cada tanto miraba de reojo. Su habitación estaba completamente a oscuras, pero la poca luz que ingresaba por su ventana me dejaba ver lo suficiente para saber que iba a tener un espectador, siempre que yo se lo permitiera, claro. Y así lo hice. En lugar de recostarme en la cama, acerque a la ventana una silla alta, e inmediatamente empecé a acariciar mi cuerpo frente a la ventana. Me asegure que desde mi posición no me viera nadie mas que el.
Pensaba regalarle un espectáculo. El chico dejo de disimular, y ahora estaba atento mirando a través de mi ventana, sin perderse detalle de lo que quería mostrarle. Con una mano sostenía el juguete, al cual besaba, lamia, e introducía en mi boca. Mi otra mano jugaba con mis pechos, pellizcando los pezones y manteniéndolos bien duros. Mi excitación iba en aumento y seguramente también la del chico misterioso. Maxi me había prometido que al día siguiente lo íbamos a pasar muy bien, y yo sabia lo que eso significaba, pero esta noche no iba a poder dormir sin desahogarme primero.
Tire hacia abajo del escote de mi vestido y de inmediato mis pechos salieron de su prisión, regalándole a mi espectador una vista de mis enormes pechos, con sus pezones parados. El, ya sin reparo, se había acercado a la ventana donde la luz de la calle lo iluminaba. Con una de sus manos agarraba su bulto y lo masajeaba. Yo acerque uno de mis pechos hacia mi boca y empecé a besarlo y a morder el pezón, siempre mirando hacia el chico. Acerque un poco mas la silla a la ventana, de tal manera de poder apoyar mis pies en el marco de esta. Mantenía mis piernas juntas, no pensaba mostrarle todo, pero en esa posición de seguro el podría apreciar mis piernas. Y sin duda eso lo excito mucho, ya que pude ver como bajaba el cierre de su pantalón y pocos instantes después su mano extrajo un miembro realmente grande y que se encontraba muy firme. Puse el juguete entre mis pechos y agarrando ambas tetas lo sostuve mientras le pasaba la lengua hasta finalmente meterlo en mi boca. Mi nuevo amigo ya estaba muy excitado y su mano se deslizaba por su pene observando como la vecina de enfrente le regalaba una imagen tan caliente de sus tetas. Y aunque yo también estaba muy excitada, decidí ponerle fin al juego. Me pare frente a la ventana y dejando mis tetas completamente descubiertas, le regale una ultima mirada mientras le tiraba un beso. El, mediante señas me suplicaba que siguiera, pero decidí que ya había hecho mucho. Aunque estaba yo muy excitada, seguramente el alcohol me había empujado a hacer eso, y no seria prudente seguir el juego.
Le di un ultimo vistazo a su miembro mientras cerraba la ventana y veo que el chico se inclina sobre la mesa y escribe algo sobre un trozo de papel. Aun recuerdo lo que decía. Yo sabia que su edificio se encontraba justo detrás del mío, había pasado frente a el muchas veces. Pero ese trozo de papel me decía mucho mas: “5B”. Sin duda el chico tenia la ilusión que fuera a visitarlo y continuar con el juego. No le hice caso, cerré la ventana, apague la luz, y me acomode en la cama junto a mi juguete. Levante mi vestido y note que mi tanga estaba muy mojada, mucho masque lo de costumbre. La situación realmente me había excitado mucho. Apoyo mi juguete sobre la tela mojada y acariciando mis pechos me dejo llevar por la imaginación. Me sorprendí a mi misma pensando no en Maxi, sino en el chico misterioso. Cambie mi tanga por una que estuviera seca, acomode mi vestido y antes que me diera cuenta estaba llamando al departamento 5B.
4 comentarios - caliente como siempre