El hacer el culo de la mujer ajena c el marido cerca, vuelve loco a cualquiera.
Estaba penetrando el ano de la yegua y le dije al marido que las nalgas sostenga.
Vino desesperado y la cara pegada rozaba c el tronco y su aliento en mi vara.
Taba sobre excitado, c el cinturón puesto.
Sólo se iba acercando a la entrada del ano, y mi verga parada palpó c su mano.
La saqué por completo y él lamía la aureola, su mujer dió un respingo y contrajo la cola.
Después ya sin tapujos, los labios en mi palo, sumando lengua y manos como un desesperado.
Su mujer se da cuenta de que no la penetro, que demora su clavo, se da vuelta, hace un gesto 😱
Le dice puto andate, este macho ya es mío, conseguite otro falo que te calme en tu hastío.
Lo corrí c firmeza y se quedó quietito, y le hundí la cabeza de la chota en el ano que ya no es el chiquito, entran dedos, la mano y también el pitito del cornudo pajero, más fino que mi dedo, la penetra bailando.
Solo cuando permito, se la pone en el ano. Ya no solo la cojo, sino que a los dos mando.
Organizo su cama, organizo su lecho, organizo a la dama, organizo su sexo.
La sumisión hermosa que tiene ésta pareja, a cualquier macho alfa más que perplejo deja.
Entregan todo el sexo a un tercero que mande, necesitan el orden porque el culo les arde.
En la vida social son pareja normal, pero en la intimidad su placer es animal.
Es un gran empresario y ella profesional, pero en privado rige dominación anal.
Ya pasado algún tiempo los penetro a los dos, se disputan mi leche c desesperación.
A veces sumo gente, pero es ocasional y a todos los sorprende la sumisión anal.
Cómo dispongo todo, los jodo por completo, introduzco en sus rectos casi cualquier objeto.
Y la gente se asombra, cómo moldeo sus colas, cómo elogian mi falo, tronco; cabeza y bolas.
El elixir peneano, lo beben c locura, alimenta su morbo, perversidad oscura.
Y mi rol queda claro, dar; disfrutar y ser.
Y sus colas sumisas no parar de coger.
4 comentarios - Dominación a un matrimonio.