Soy Martin , bisexual con un amante fogoso y estoy casado con una Ana la cual no sabe de mi condición y espero que nunca se entere, nuestra vida sexual hace tiempo entró en una rutina que consiste en desnudarnos, tocarnos un poco, penetrarla, acabar y es todo (nada de juegos, juguetes, sexo anal u oral, o sea nada de diversión), esta situación despertó en mí los deseos reprimidos de mi adolescencia, en la cual me imaginaba siendo penetrado por hombres .Después de esta breve introducción, vamos a la vida secreta de mi esposa la cual descubrí de casualidad, un día que perdí el colectivo que me lleva a mi trabajo. Volví a casa y cuando entro veo el auto de mi Sra. en el garaje, eso me llamó la atención porque ella ya debería haberse ido a su trabajo (es maestra rural), al entrar en la casa pude escuchar claramente gemidos y pequeños gritos ahogados que venían de nuestro dormitorio, y una vos ronca y fuerte de hombre que decía ”¿te gusta así de duro puta?, seguro que tu marido no te hace gozar como yo, ¿he, decime, él te hace esto que te gusta tanto?” y entonces escuché la voz entrecortada de mi Sra. diciendo “no, ya no me hace nada, ni siquiera me pide sexo, pienso que tiene otra o se volvió puto”. Cuando llegué a la puerta que estaba entreabierta vi a mi Sra. desnuda en la cama y al carnicero del barrio, parado con la pija bien dura, que la tomaba de la nuca y le penetraba la boca sin piedad, ella tenía los ojos con lágrimas y respiraba entrecortado por el esfuerzo que debía hacer para tragarse esa pija´ Antes de continuar les voy a describir cómo son de cuerpo mi Sra. y el carnicero para que se den una idea de lo que yo presencié, ella mide 1.55, delgada y lindas tetas no miden 100 pero son de buen tamaño, pezones rosados, piel blanca, ojos verdes y pelirroja, el carnicero 1.95 (jugó al básquet de joven), robusto con algo de panza, morocho y peludo, pelo largo y una pija gorda y cabezona, calculo que entre unos 18 a 20 cm. Bueno sigamos, lo que me sorprendió fue la actitud de mi Sra. era toda una puta, conmigo nunca se había comportado así, cuando el carnicero le soltaba la cabeza para que respire ella desesperada le tomaba la pija y se la chupaba y tragaba hasta que desaparecía en su boca, yo me excité con lo que veía y me comencé a masturbar tras la puerta, luego él le ordena con voz firme “pará, cambiemos”, y se acuesta boca arriba con su pija dura y recta como mástil apuntando hacia el techo, ella se pone de rodillas esperando que él se acomode, mientras se pellizcaba los pezones y se metía la mano en su concha mojada y luego se la chupaba, “ya está, vení cabalgala”, le ordena, ella de un salto estaba sobre él, se entierra esa pija dura y comienza a cabalgar mientras sigue pellizcándose los pezones, él dice “así no”, la toma de la cintura y la sube y baja con mucha fuerza, “así puta, como nos gusta a los dos”, mi Sra. toma el ritmo que le ordenó, él le suelta la cintura y comienza a pellizcarle los pezones, se los deja rojos, ella gime y con cada pellizco se queja de dolor pero le dice “me duelen los pezones, pero seguí, me gusta así, sos un macho de verdad, nada que ver con mi marido, ahora enderezate un poco y mordelos”. El carnicero entrecerraba sus ojos y disfrutaba de la terrible puta insaciable que estaba poseyendo a su antojo, y le dice “pará, ya me falta poco para acabar y llenarte de leche, pero quiero hacerte la cola, como la otra vez”, la empuja y ella cae sobre la cama boca abajo, la toma de la cintura y a lo bruto la pone en cuatro (ella parecía una marioneta en sus manos), le separa las piernas, le chupa el ano y le da lengua, luego la escupe y mete tres dedos, y dice “ahora sí, ya estas lista te voy a partir la cola como a vos te gusta putita”, ella le decía casi como rogando “si, dale papi, partimela, quiero que me la dejes dolorida como la primera vez”, él parado al lado de la cama separa las piernas para apoyarse bien, la trae hacia su cuerpo, le separa los glúteos, pone la punta de su pija en el ano de mi Sra., la toma con ambas manos de la cintura y empuja de una, ella arquea su espalda tirando la cabeza hacia atrás, y cuando intenta gritar él le tapa la boca con la mano, se quedan un momento quietos los dos, con sus cuerpos pegados y él comienza a hacerse hacia atrás muy despacio y cuando su pija casi sale de la cola de ella, vuelve a empujar su pija sin piedad, esta vez mi Sra. baja la cabeza y ya no grita solo gime fuerte. Después de cuatro penetradas duras, ella comienza a moverse sola, hacia adelante y atrás, siempre con movimientos fuertes y bruscos, él se inclina un poco sobre ella y le estruja las tetas con fuerza para luego comenzar a pellizcarle los pezones nuevamente, están así un corto tiempo, mientras que yo de la excitación de ver lo puta que es mi Sra. con otros no aguanté y me metí un pepino que había traído de la cocina, mientras lo hacía el carnicero aceleró las embestidas y arqueaba su espalda en cada una de ellas, mientras decía “hay puta, prepárate que voy a acabar, prepárate que te voy a llenar de leche”, ella respondía, “si amor, preñame con tu leche de macho”, él solo pudo decir “tomá puta” y tirándole de las tetas hacia atrás con fuerza, le hundió la pija hasta donde pudo y se quedó quieto, mi Sra. intentó quitárselo empujándolo con las manos pero él la apretó más y se lo impidió, estuvieron uso segundos así, ambos se relajaron y cuando él se hizo hacia atrás pude escuchar un “plop”, cuando su pija abandonó el ano de ella y su semen caía sobre las sábanas, quedaron tendidos uno al lado del otro y él dijo “ya tengo todo listo para el grupal que me pediste, se lo comenté a mis amigos y estuvieron de acuerdo, vamos a hacer un asado en la quinta que tiene mi amigo, el que es comisario en el cerro, inventale algo al boludo de tu marido, te busco en la esquina y vamos, los muchachos están calientes con vos”, ella respondió “bueno le voy a decir que me voy a hacer unas clases a lo de mi amiga, la que me cubre siempre y nos vamos, decime ¿así que tus amigos me tienen ganas?, él “si, porque yo les conté lo puta que sos, que te gusta la pija más que nada y que tu marido no te satisface, prepárate bien porque dos de ellos la tienen más grande que yo y a los cuatro nos gusta coger a lo bruto”, mi Sra. “buenísimo, vamos a bañarnos y después me avisas cuando será el grupal”. Apenas entraron al baño, me limpié la leche que había volcado sobre mí y salí de la casa sin hacer ruido, me fui a dar vueltas hasta que se hizo la hora en que yo volvía del trabajo, entré a casa la salude con un beso en la boca, ella se veía muy feliz y me saludo con un “hola amor, ¿todo bien hoy?”, yo le respondí “mejor que nunca querida”.
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