ERICA, MI HERMANASTRA II
- Les dejo el link de mi sitio para obtener el segundo capítulo de la historia, como el anterior https://hiphop911.webnode.com/
- O ir al link directo, que dejo en los comentarios.
Muchas gracias, espero lo disfruten y acá les dejo una yapa, como se merecen
Saludos
Amigos son los amigos
Lucas y Fernando habían planeado pasar un fin de semana juntos y con sus novias en una quinta en Nordelta.
Para que fuera sorpresa para sus novias, habían decidido no contarles nada hasta el último momento. Estuvieron semanas planeándolo. Y pagándolo.
Ambos eran contadores recibidos hace poco en la misma universidad y muy buenos amigos.
El primero, estaba de novio hace poco con una linda, pero no tan interesante chica, Natalia, cuya profesión era la diseño gráfico.
En cambio, la novia de Fernando sí era una auténtica bomba.
Mariel era abogada y gozaba de un cuerpo privilegiado. Una curvas envidiables y una belleza inigualable.
Hacía 2 años que salía con Fernando.
Y éste, como buen amigo que era de Lucas, le contaba tantas proezas eróticas que había realizado con ella, que no hacía más que generarle envidia a su compañero.
Una morocha infernal, tal como Fernando la tildaba.
Por supuesto que se lo contaba por su gran y fiel amigo. A los otros muchachos del grupo no les compartía semejante información, pero ellos eran como hermanos.
Lamentablemente, el destino les iba a jugar sucio.
Lucas, unos días antes del fin de semana en cuestión, se peleó Natalia de forma irreversible.
Parecía que la escapada de amigos, no llegaría a buen puerto.
No solo por faltar un integrante. No.
Lucas estaba bastante amargado también.
Los amigos, se querían morir.
Encima estaba todo pago y esperando por ellos.
Fernando, le comentó la situación a su novia y, ésta, no lo podía creer.
Todo el esfuerzo, tirado a la basura.
Pero le propuso una solidaria idea a su novio.
Utilizar ese fin de semana, para reanimar a Lucas.
A Fernando le pareció excelente.
Era un gran giro para la cuestión.
Solo no tenían que mostrarse tan amorosos entre ellos y, pasarla bien.
La morocha de ojos verdes, había tenido una gran y solidaria idea.
Al otro día, los amigos hablaban por teléfono.
-Fernando: Dale, boludo! Haceme caso, Mari es divina! La vamos a pasar bien
-Lucas: Estas seguro, chabon? Úsen la cabaña para ustedes mejor
-Fernando: No, ni en pedo ya está decidido, vamos a ir los 3!
-Lucas: Me voy a sentir re clavo bola, de verdad
-Fernando: La idea es que no... ch.. ho.. la.. se me corta, chau!
Lo dejó a su amigo en el teléfono.
Ya había decidido por los dos.
La escapada, se hacía.
Llegó el día y Fernando pasó a buscar con su auto a Lucas.
Era bien temprano, cuando salió con el bolso de ropa al hombro.
Ambos, lo esperaban en el auto.
Mariel, en un acto de gentileza, le dijo de pasarse al asiento trasero para que él viaje adelante.
-Lucas: No hace falta jaja. Soy en DJ acá
-Mariel: Pasá, dale! Además, yo puedo dormir un ratito
-Lucas: Bueno, gracias!.- Le dijo con onda y se pasó atrás.
Cuando élla se bajó del auto, él se llevó una sorpresa.
Estaba vestida muy pero muy linda.
Como fiel amigo que era, no miró demasiado. Pero el mini short de jean, desgastado y la blusa escotada que le quedaba por encima del ombligo, era demasiado para cualquiera.
Se sentó habiendo notado perfectamente lo terrible mujer que era Mariel.
Y pensó que el fin de semana iba a sufrir por duplicado.
-Fernando: Este finde, olvidate de todo y pasala como los dioses.- Le expresó con camaradería.
Y así partieron hacia la quinta.
Durante el viaje escucharon música y hablaron cosas de la vida.
Mariel era como un pibe más entre ellos. Se re prendía.
Lucas, en ocasiones, la miraba por el espejo.
En realidad, la vista se le iba sola.
Era una mujer muy atractiva.
Pero enseguida se daba cuenta que se trataba de la mujer de su amigo y dejaba de hacerlo.
Trataba de no pensar en las hermosas tetas que guardaba Mariel bajo la blusa, que además, no llevaba corpiño.
Peleando con sus demonios y los que se le estaban presentando ahora, soportó todo el viaje.
La buena noticia, era que tenía muy buena onda con novia de su mejor amigo.
Por supuesto que Mariel conocía perfectamente la situación y hacía todo lo posible para que él se sintiera a gusto con ellos.
Y así llegaron.
Se encontraron con una gran entrada y un terreno enorme.
Perfecto para tomar unas cervezas a la orilla del río que cruzaba la propiedad.
Guardaron las cosas y allá por las 11 del mediodía, se pusieron a hacer un asadito.
Lucas seguía triste por lo sucedido con Natalia.
Fernando, con una lata de cerveza en la mano, trataba de hacerle olvidar ese mal trago.
Mariel se había recostado un rato, mientras preparaban la comida.
Había trabajo hasta muy tarde el día anterior y quería estar con la mejor pila.
Y ahí estaban los amigos, bancándose en las peores.
-Fernando: Aflojá hermano, casi 3 al hilo llevas.- En alusión a las latas de cerveza
-Lucas: Jaja son las chiquitas... lo único que siento es ganas de ir al baño
-Fernando: Mirá todos los árboles que tenes jaja
-Lucas: No. Voy adentro. Llega a salir Mariel y me ve meando por ahí y voy a quedar como un energumeno.
-Fernando: Jajajaja
Se dirigió al baño de la casa.
Un silencio sepulcral se adueñaba de élla.
Al ingresar al baño y, dada la prisa que llevaba, se olvidó de tocar la puerta.
Cuando ingresó, se encontró con que Mariel estaba dentro.
Casi le da un infarto.
Estaba en ropa interior, de encaje, negra, parada mirándolo con sorpresa.
Tenía un rodete en el pelo y se disponía a darse una ducha.
Un cuerpo escultural se presentaba ante sus ojos.
-Lucas: Te pido mil disculpas... es la costumbre de vivir solo, perdón.- Expresó mirando para otro lado
Se había puesto rojo de la verguenza.
-Mariel: No, todo bien! No pasa nada jaja
Inmediatamente salió del baño.
Había la terrible cola y los hermosos pechos que tantas veces le había contado Fernando.
Estaba avergonzado por lo que pasó, pero no podía creer lo semejante bombóm que era ella.
La cola se la vio de costado. Media inclinada estaba.
Una excitación sin control se apoderó de él. Y también, culpa.
Después de todo, ese viaje lo hacía por él y se estaba calentando con la novia de su amigo.
Salió a hacer pis en el exterior de la vivienda.
Enseguida se acercó a Fernando en la parrilla.
-Lucas: Boludo, me la mandé!.- Le dijo con preocupación
-Fernando: Que paso?
-Lucas: Entré apurado al baño y ni miré... estaba por desvestirse Mariel. Me quiero morir!!
-Fernando: La viste en bolas?.- Le preguntó con sorpresa
-Lucas: No, pero casi... con la ropa interior. Es mi culpa! Cagame a piñas
-Fernando: Te dijo algo ella?
-Lucas: Nono, que no pasaba nada.-
-Fernando: Ya fue entonces jaja no hay problema
-Lucas: De verdad? Me quiero morir
-Fernando: Obvio jaja. Despreocupate! Además, no creo que esa ropa que llevaba puesto sea menos exhibicionista que las bikini que usa para tomar sol..
-Lucas: Como? Le dijo sorprendido
-Fernando: Que te acostumbres a verla entangada porque va a tomar sol todos los días!
Fua.
Que sorpresa.
Después de todo no había sido tan malo lo que pasó.
Ninguno había tenido problemas con su exabrupto.
Y ya podía olvidarse de sentir culpa por ver a la novia de su amigo semidesnuda.
Su día, empezaba a mejorar.
Mas tarde, lo dicho por Fernando se cumplió.
Mientras se cocinaban los choris, Mariel salió de la casa con una diminuta bikini color azul.
Lucas abrió los ojos como un sapo.
Casi se ahoga con la cerveza.
Obvio que trató de disimularlo un poco.
-Mariel: Cuanto le falta a la comi?.- Expresó acercándose a ambos.
Lucas intentaba no mirar. Se hacía el distraído, se rascaba la cabeza.
Fernando lo notó y se moría de risa.
Los pulposos pechos de Mariel brillaban al sol. Y para redondear la situación aún más, parte de un pezón, le quedaba descubierta.
-Fernando: 10 minutos, amor!
-Mariel: Bueno, me tiro al solcito mientras.- Exclamó con una bella y propagandística sonrisa.
Luego, caminó exhibiendo su espalda a los chicos.
Fue ahí que Lucas observó la finita tanga que se le metía en la cola.
Su ex novia Natalia, era linda. Pero lejos estaba de tener un cuerpo así.
-Fernando: Lindo, no? jaja
-Lucas: Callate, boludo jaja
-Fernando: Sos mi hermano, no me voy a enojar porque le veas el culo, salame!
-Lucas: Sos un hijo de puta jaja
-Fernando: Si a ella le molestara, primero te lo diría ella y luego yo. Pero está todo bien. Bellezas como ella, no pueden no ser apreciadas
Lucas estaba confundido. No lo tenía tan permisivo a su amigo.
Tal vez, solo pasaba con él, su hermano.
Pero estaba gratamente sorprendido de la situación.
Cuando Fernando no lo veía, le pegaba una terrible ojeada al culo de Mariel, que estaba reposado en una lona.
Sabía que, si se acercaba un poco más, le vería algo más, dado lo diminuta de la prenda inferior.
Ya a lo lejos, creía que le podía ver un poquito la zona de la vagina. Más precisamente, sus labios vaginales.
Pero no sabía si era fantasía o realidad. Aunque era suficiente para ponerlo a mil.
Al toque, Fernando comenzó a armar los sandwiches de vacío.
-Fernando: Tomá, llevale uno a Mariel!.-
-Lucas: Llevale vos, boludo. Está ahí tomando sol, ni da.
-Fernando: Dale, pajero, que yo estoy con esto. Llevale
Se quedó mirándolo como pensando si lo hacía a propósito para molestarlo.
Le daba mucha verguenza ir con ella en esos paños menores.
-Fernando: Sos un hdp, dale... no pasa nada.
-Lucas: Te vas a la mierda
Lucas, incrédulo por el actuar de su compañero, llevó el sandwich de vacío para ella.
Caminaba temblando ya.
Se veía a la legua, que ella se había aflojado el corpiño, para que el sol no le dejara marca en la espalda.
"La puta madre, quien me manda" se dijo asimismo.
No debía mirar, pero lo hacía.
Todo el camino hasta llegar a ella, miró fijamente sus terribles gambas y su culo entangado.
Se le hacía agua la boca viéndole la cola.
Y ahora sí, podía verle entre los cachetes, un poco de carnecita que no era cubierta por la tela.
La pija se le había parado bajo el short. El tema era que no se la vieran así.
-Lucas: Mari, un sanguchito??
Ella tenía las tetas aplastadas contra el piso, por lo que Lucas, quedó unos pasos detrás de ella para que se pudiera acomodar para recibir el sandwich.
-Mariel: Uh, sí!! Un hambre! jaja
Le veía los pechos de costado.
Se estaba muriendo por dentro.
Mariel se levantó, tapando el sol con una mano y cubriéndose las gomas con el corpiño suelto con la otra.
Quedó de cuclillas frente a él.
No podía creer el cacho de gomas que tenía delante. Casi descubiertas.
Era una escena muy hot.
Efectivamente, creía que había venido a sufrir.
Mariel tenía muy buena onda, por lo que le dio charla un breve instante, sin importarle que estaba casi en bolas delante de él.
Lucas trataba de mirar a otro lado, pero se tentaba y le miraba las tetas con ganas de zambullirse en el pliegue que le formaba.
-Mariel: No te preocupes por lo del baño ehh! No seas tonto!.- Le dijo amablemente.
-Lucas: Bueno, gracias y perdón!.- Le contestó algo nervioso
-Mariel: No te preocupes, quien no entró haciéndose pis a un baño ocupado alguna vez jaja
Complacido por la buena vibra que le transmitía su cuasi cuñada, volvió con su amigo.
No debía hacerse problema por nada.
Comieron y bebieron un rato más. Mariel se les unió también.
Pasaron una tarde copada.
Hablaron, rieron.
Casi que le hicieron olvidar el pésimo momento que estaba transitando.
En un momento, Lucas se quedó planchado en la reposera.
Estaba bajo el eucalipto, fresquito.
Luego de un rato se despertó.
Su amigo, yacía en la reposera, también.
Era a lo que habían venido, a tomarse un descanso de la rutina.
Como necesitaba mojarse un poco la cabeza, caminó hacia la canilla que estaba en la pared del costado de la casa.
Oír el curso del río era muy satisfactorio.
Pero aún más satisfactorio, era lo que ocurrió instantes después.
Algo lejos, dentro del río, estaba nadando Mariel. Y no parecía que llevara malla.
De arriba al menos.
Se quedó duro. Observando tan divina imagen en la que la morocha infernal era protagonista.
Como había bajo un poco la luz, no veía con exactitud sus tetas completas.
Pero si algo oscurito la zona de sus pezones.
Es excitó como nunca.
Sentía algo de culpa, pero no se privó de mirarla un ratito.
Estaba en tanga.
Cuando entraba y salía del agua, los pechos le rebotaban como dos globos.
Se los quería comer.
La pija se le había puesto tan dura, que decidió dejar de espiarla.
Era demasiado para soportar.
Ingresó en la casa y se sirvió un trago largo de agua helada. Lo que menos quería ahora, era una resaca.
No podía entender el bombón que se comía su amigo.
Y su erección, no bajaba.
Se sacó la remera, transpirada e iba a darse una duchita.
Ahí fue cuando Mariel entró en la cocina, toda mojada.
Por supuesto que se había puesto el corpiño, pero no dejaba de ser terrible.
Ya que, en el húmedo corpiño, se formaba el perfecto relieve de sus pezones duros.
¡Que tortura!
-Mariel: Te despertaste!.- Dijo con una sonrisa en el rostro
-Lucas: Jeje sí, deshidratado
-Mariel: Bien que estas tomando aguita entonces... no te queremos así jaja.- Dijo casi casi, como beboteando
Se quedó un poco.
Quizá le había parecido, pero que un minón así le hablara de esa forma, le pareció algo extraño.
Sobre todo, por ser novia de su amigo.
-Lucas: Jaja.- Se limitó a reirse
-Mariel: y como la estas pasando, nene?.- Le dijo acercándose un poco más a él.
Tenía sus grandes pechos adelante y hacía lo posible por concentrarse.
-Lucas: Bien, bien. Son unos genios ustedes.- Le dijo algo nervioso.
-Mariel: Lo que sea por un gran amigo de Fercho!.-
Acto seguido, realizó algo impredecible.
No solamente le habló con mucha ternura, sino que, además, se fue sobre él para darle un fraternal abrazo.
Se quedó duro. Congelado en llamas.
Producto del abrazo, sintió la piel de las gomas de 29 años de Mariel en su pectoral.
Si estaba caliente antes, ahora era peor.
No quiso ser maleducado. Y le devolvió levemente el abrazo, con mucha vergüenza.
Apenas la tomó de la cintura.
Ella le dio un beso en la mejilla y notó lo rojo que estaba.
-Mariel: Uhh te pusiste colorado jaja
Solo se limitó a reírse por lo bajo.
¿Y cómo no hacerlo?
No sabía que decirle.
Le gustaba la situación, pero no quería zarparse con su amigo.
¡Que dilema!
-Lucas: Paso al baño!.- Fue lo único que se le ocurrió ni bien ella lo soltó.
Encima era portadora de una mirada muy penetrante.
Intimidaba.
-Mariel: Ah sisi dale!
Inmediatamente se metió en el baño.
Respiró aliviado mirando el techo.
Se puso en pelotas y se metió en la ducha.
Tenía la pija como el obelisco apuntando al techo.
Unas ganas de pajearse terribles.
El agua fría lo ayudaba bastante.
Hacía mucho que no sentía tanta excitación.
Se le había puesto venosa y un poco de líquido le salía por la punta.
Se oyó golpes en la puerta.
De reflejo, se llevó sus manos para cubrirse, ya que la mampara era de vidrio y no se había empañado debido que se estba bañando con agua fría.
-Lucas: Si?
"Puedo pasar un toque?".- Era Mariel
-Lucas: Un minuto y salgo!.- Le dijo
-Mariel: Es un segundo... necesito entrar!!.- Parecía casi una emergencia como lo decía.
Cerró la ducha y agarró la pequeña toalla que estaba ahí.
-Lucas: Bueno, dale!.- No quería ser descortez
-Mariel: Mil gracias!.- Expresó y entró rápidamente.
Él quedó tras la puertita de vidrio, con la toalla empinada a su alrededor.
Ni en pedo se le iba a bajar.
Se puso a hacer pis.
No quería mirar demasiado pero se notaba la silueta de ella, sentada en el bidet.
En verdad necesitaba entrar.
-Mariel: Gracias, me moría por entrar! Bañate tranquilo eh!!.- Le dijo como si nada
-Lucas: Ya terminé igual!!
-Mariel: Bueno, mejor! Así me pego una duchita rápida yo.
Terminó de hacer lo que debía hacer y Lucas ya se disponía a salir.
-Lucas: Avisame así salgo!
-Mariel: Terminé yo eh, pasá tranquilo!.- Le dijo mientras se miraba al espejo.
¿Cómo salgo así con ella acá? pensó.
Como no quería hacer nada que le pudiera caer mal, salió en toalla como estaba.
Todo mojado y tratando de que no se viera lo parado que llevaba el miembro.
Al mismo tiempo, ella se iba a meter en la ducha.
Dado el poco espacio que había, el contacto con las piernas y cola de Mariel al pasar, era inevitable.
Se tocaron.
Vio como la delgada tira de la tanga se le metía entre los cachetes.
-Mariel: Uh ni secarte te dejé, perdón!!.- Le expresó entre risas
-Lucas: No hay problema! jaja.- Expresó para sortear la escena con ella ya dentro de la ducha.
-Mariel: Te pido un favor, porfis??.- Le dijo girando la cabeza como nena buena
Tragó saliva.
-Lucas: Si, decime!
-Mariel: Me traerías la toalla que dejé en la silla de la cocina?? me la olvidé!! jaja
-Lucas: Dale, me cambio y te la traigo
-Mariel: Genio!!.- Le dijo sonriendo de forma muy bella.
Directo a su habitación fue.
Otra vez respiración de alivio.
No podía ser que viviera tantas situaciones límite seguidas.
Se cambió rápidamente. Bermuda y remera y fue a buscarle la toalla antes de que Fernando lo viera e interpretara cualquier cosa.
Le golpeó la puerta del baño
-Mariel: Si??
-Lucas: Permiso!!
-Mariel: Sisi pasá!
-Lucas: Te la dejo apoyada acá!.- Por la pileta del baño
-Mariel: Ai no me la alcanzas así no mojo todo?
Uhh.
En su mente, pasaban mil cosas.
Tenía a terrible bombóm, desnuda, frente a él. Solo una leve capa de vidrio los separaba.
Entró con la toalla y se fue acercando con el brazo estirado.
Como se bañaba con agua caliente, se había empañado un poco el vidrio.
Aunque el color de su piel, se notaba perfectamente
-Lucas: Mari! tomá!
Se oyó que cerró la lluvia.
-Mariel: Ya te agarro!
Se quedó ahí parado mientras se veía a través del vidrio, como se escurría el pelo.
Sintió una punzada en el pecho, cuando notó como le rebotaron las gomas en un movimiento.
Estaba al borde de verla.
-Mariel: Como necesitaba este relax jeje.- Expresaba desde dentro. Como si nada
Parecía que el empañado iba a empezar a ceder ya que la estaba viendo más.
Que curvas.
Estaba parada con los pies juntitos y lucía unas caderas tremendas.
-Mariel: A ver pasame!
Lucas se acercó y puso su mano cerca de la abertura de la mampara.
Mariel la abrió un poco para agarrarla.
Lo suficiente como para que le vea un poco el costado de su cuerpo.
La cintura y las piernas, casi hasta la entre pierna.
Su piel era lisa y torneada.
Por poco y le ve la concha. ¡Que locura!
Ella estiró su brazo para tomar la toalla.
Con su otra extremidad se cubrió las gomas. Así como al mediodía cuando Lucas le llevó el sandwich.
Pero esta vez, mostró demás.
Lucas no pudo evitar mirar en la maniobra.
Pudo ver como se tapaba las tetas.
Solo una alcanzaba a ver, pero lo suficiente para notar como casi ni se cubría con la mano.
Sus dedos apenas le tapaban el pezón, que ahora sí pudo ver parte de él. Rosita.
Que ricura, pensó, coloradísimo.
Si bien era poco menos de medio cuerpo el que estaba expuesto, el corazón le latía a mil.
¿Si venía Fernando?
Para colmo, nunca terminaba de agarrar la toalla.
-Mariel: Gracias, nene!.- Exclamó finalmente tomándola.
Se la llevó a sus pechos y ahora así bajó su otra mano.
Una erupción volcánica ocurrió en el cuerpo de Lucas.
Cuando bajó la mano, le exhibió completamente las tetas por un segundo.
Nunca iba a olvidar esos perfectos pezones rosados.
Un par de tetas hermosas.
Abrió los ojos del tamaño de dos huevos.
Ella sonrió como si nada y se movió tras el vidrio para terminar de secarse.
Atónito, Lucas y su mástil salieron del baño.
Se preguntaba si Mariel se había dado cuenta de lo que había hecho.
¿Por qué se había destapado así?
Se le había puesto más dura que nunca por haberle visto las deliciosas tetas a la novia de su amigo.
Y más aún, porque había sido ella quien prácticamente se las mostró.
Se sentó un momento en la cocina a pensar lo que había ocurrido.
Se le hacía agua la boca con esas grandes y ricas tetas.
Sintió un deseo irrefrenable de querer chuparlas.
Pero claro, eso no iba a pasar nunca.
Mega caliente como estaba, iba a salir al fondo para volver con Fernando.
Cuando nuevamente, Mariel lo sorprendió en la cocina.
Estaba envuelta en una toalla que apenas le tapaba la conchita. Y arriba, parecía que las gomas se le iban a salir en cualquier momento.
¿Que le pasaba? ¿No le había bastado con descubrirse los pechos como si nada delante de la atenta mirada de Lucas?
-Mariel: Me pasas mi botellita de agua?.-
Él, como un esclavo, se la pasó.
Mariel estaba parada en la puerta de la cocina, esperando por el agua.
Como que le obstruía el paso.
Lucas, verde, le pasó la botella.
-Mariel: Una sed...- Exclamó y empezó a tomar del pico.
Levantó el brazo de tal manera para beber, que mientras lo hacía, la toalla que la cubría, parecía comenzar a deslizarse hacia abajo.
Lucas se petrificó ante esto.
Pero no podía quitar la vista de ella.
Mientras Mariel tomaba lentamente el agua, la toalla se le empezó a caer y estaban a punto de comenzar a quedar a la vista sus tetas.
Él transpiraba, pero no podía controlar su mirada.
Más y más piel blanca de sus voluptuosas tetas se veían.
Fue ahí que un color más rosadito fue apareciendo.
CONTINUARÁ
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Lucas y Fernando habían planeado pasar un fin de semana juntos y con sus novias en una quinta en Nordelta.
Para que fuera sorpresa para sus novias, habían decidido no contarles nada hasta el último momento. Estuvieron semanas planeándolo. Y pagándolo.
Ambos eran contadores recibidos hace poco en la misma universidad y muy buenos amigos.
El primero, estaba de novio hace poco con una linda, pero no tan interesante chica, Natalia, cuya profesión era la diseño gráfico.
En cambio, la novia de Fernando sí era una auténtica bomba.
Mariel era abogada y gozaba de un cuerpo privilegiado. Una curvas envidiables y una belleza inigualable.
Hacía 2 años que salía con Fernando.
Y éste, como buen amigo que era de Lucas, le contaba tantas proezas eróticas que había realizado con ella, que no hacía más que generarle envidia a su compañero.
Una morocha infernal, tal como Fernando la tildaba.
Por supuesto que se lo contaba por su gran y fiel amigo. A los otros muchachos del grupo no les compartía semejante información, pero ellos eran como hermanos.
Lamentablemente, el destino les iba a jugar sucio.
Lucas, unos días antes del fin de semana en cuestión, se peleó Natalia de forma irreversible.
Parecía que la escapada de amigos, no llegaría a buen puerto.
No solo por faltar un integrante. No.
Lucas estaba bastante amargado también.
Los amigos, se querían morir.
Encima estaba todo pago y esperando por ellos.
Fernando, le comentó la situación a su novia y, ésta, no lo podía creer.
Todo el esfuerzo, tirado a la basura.
Pero le propuso una solidaria idea a su novio.
Utilizar ese fin de semana, para reanimar a Lucas.
A Fernando le pareció excelente.
Era un gran giro para la cuestión.
Solo no tenían que mostrarse tan amorosos entre ellos y, pasarla bien.
La morocha de ojos verdes, había tenido una gran y solidaria idea.
Al otro día, los amigos hablaban por teléfono.
-Fernando: Dale, boludo! Haceme caso, Mari es divina! La vamos a pasar bien
-Lucas: Estas seguro, chabon? Úsen la cabaña para ustedes mejor
-Fernando: No, ni en pedo ya está decidido, vamos a ir los 3!
-Lucas: Me voy a sentir re clavo bola, de verdad
-Fernando: La idea es que no... ch.. ho.. la.. se me corta, chau!
Lo dejó a su amigo en el teléfono.
Ya había decidido por los dos.
La escapada, se hacía.
Llegó el día y Fernando pasó a buscar con su auto a Lucas.
Era bien temprano, cuando salió con el bolso de ropa al hombro.
Ambos, lo esperaban en el auto.
Mariel, en un acto de gentileza, le dijo de pasarse al asiento trasero para que él viaje adelante.
-Lucas: No hace falta jaja. Soy en DJ acá
-Mariel: Pasá, dale! Además, yo puedo dormir un ratito
-Lucas: Bueno, gracias!.- Le dijo con onda y se pasó atrás.
Cuando élla se bajó del auto, él se llevó una sorpresa.
Estaba vestida muy pero muy linda.
Como fiel amigo que era, no miró demasiado. Pero el mini short de jean, desgastado y la blusa escotada que le quedaba por encima del ombligo, era demasiado para cualquiera.
Se sentó habiendo notado perfectamente lo terrible mujer que era Mariel.
Y pensó que el fin de semana iba a sufrir por duplicado.
-Fernando: Este finde, olvidate de todo y pasala como los dioses.- Le expresó con camaradería.
Y así partieron hacia la quinta.
Durante el viaje escucharon música y hablaron cosas de la vida.
Mariel era como un pibe más entre ellos. Se re prendía.
Lucas, en ocasiones, la miraba por el espejo.
En realidad, la vista se le iba sola.
Era una mujer muy atractiva.
Pero enseguida se daba cuenta que se trataba de la mujer de su amigo y dejaba de hacerlo.
Trataba de no pensar en las hermosas tetas que guardaba Mariel bajo la blusa, que además, no llevaba corpiño.
Peleando con sus demonios y los que se le estaban presentando ahora, soportó todo el viaje.
La buena noticia, era que tenía muy buena onda con novia de su mejor amigo.
Por supuesto que Mariel conocía perfectamente la situación y hacía todo lo posible para que él se sintiera a gusto con ellos.
Y así llegaron.
Se encontraron con una gran entrada y un terreno enorme.
Perfecto para tomar unas cervezas a la orilla del río que cruzaba la propiedad.
Guardaron las cosas y allá por las 11 del mediodía, se pusieron a hacer un asadito.
Lucas seguía triste por lo sucedido con Natalia.
Fernando, con una lata de cerveza en la mano, trataba de hacerle olvidar ese mal trago.
Mariel se había recostado un rato, mientras preparaban la comida.
Había trabajo hasta muy tarde el día anterior y quería estar con la mejor pila.
Y ahí estaban los amigos, bancándose en las peores.
-Fernando: Aflojá hermano, casi 3 al hilo llevas.- En alusión a las latas de cerveza
-Lucas: Jaja son las chiquitas... lo único que siento es ganas de ir al baño
-Fernando: Mirá todos los árboles que tenes jaja
-Lucas: No. Voy adentro. Llega a salir Mariel y me ve meando por ahí y voy a quedar como un energumeno.
-Fernando: Jajajaja
Se dirigió al baño de la casa.
Un silencio sepulcral se adueñaba de élla.
Al ingresar al baño y, dada la prisa que llevaba, se olvidó de tocar la puerta.
Cuando ingresó, se encontró con que Mariel estaba dentro.
Casi le da un infarto.
Estaba en ropa interior, de encaje, negra, parada mirándolo con sorpresa.
Tenía un rodete en el pelo y se disponía a darse una ducha.
Un cuerpo escultural se presentaba ante sus ojos.
-Lucas: Te pido mil disculpas... es la costumbre de vivir solo, perdón.- Expresó mirando para otro lado
Se había puesto rojo de la verguenza.
-Mariel: No, todo bien! No pasa nada jaja
Inmediatamente salió del baño.
Había la terrible cola y los hermosos pechos que tantas veces le había contado Fernando.
Estaba avergonzado por lo que pasó, pero no podía creer lo semejante bombóm que era ella.
La cola se la vio de costado. Media inclinada estaba.
Una excitación sin control se apoderó de él. Y también, culpa.
Después de todo, ese viaje lo hacía por él y se estaba calentando con la novia de su amigo.
Salió a hacer pis en el exterior de la vivienda.
Enseguida se acercó a Fernando en la parrilla.
-Lucas: Boludo, me la mandé!.- Le dijo con preocupación
-Fernando: Que paso?
-Lucas: Entré apurado al baño y ni miré... estaba por desvestirse Mariel. Me quiero morir!!
-Fernando: La viste en bolas?.- Le preguntó con sorpresa
-Lucas: No, pero casi... con la ropa interior. Es mi culpa! Cagame a piñas
-Fernando: Te dijo algo ella?
-Lucas: Nono, que no pasaba nada.-
-Fernando: Ya fue entonces jaja no hay problema
-Lucas: De verdad? Me quiero morir
-Fernando: Obvio jaja. Despreocupate! Además, no creo que esa ropa que llevaba puesto sea menos exhibicionista que las bikini que usa para tomar sol..
-Lucas: Como? Le dijo sorprendido
-Fernando: Que te acostumbres a verla entangada porque va a tomar sol todos los días!
Fua.
Que sorpresa.
Después de todo no había sido tan malo lo que pasó.
Ninguno había tenido problemas con su exabrupto.
Y ya podía olvidarse de sentir culpa por ver a la novia de su amigo semidesnuda.
Su día, empezaba a mejorar.
Mas tarde, lo dicho por Fernando se cumplió.
Mientras se cocinaban los choris, Mariel salió de la casa con una diminuta bikini color azul.
Lucas abrió los ojos como un sapo.
Casi se ahoga con la cerveza.
Obvio que trató de disimularlo un poco.
-Mariel: Cuanto le falta a la comi?.- Expresó acercándose a ambos.
Lucas intentaba no mirar. Se hacía el distraído, se rascaba la cabeza.
Fernando lo notó y se moría de risa.
Los pulposos pechos de Mariel brillaban al sol. Y para redondear la situación aún más, parte de un pezón, le quedaba descubierta.
-Fernando: 10 minutos, amor!
-Mariel: Bueno, me tiro al solcito mientras.- Exclamó con una bella y propagandística sonrisa.
Luego, caminó exhibiendo su espalda a los chicos.
Fue ahí que Lucas observó la finita tanga que se le metía en la cola.
Su ex novia Natalia, era linda. Pero lejos estaba de tener un cuerpo así.
-Fernando: Lindo, no? jaja
-Lucas: Callate, boludo jaja
-Fernando: Sos mi hermano, no me voy a enojar porque le veas el culo, salame!
-Lucas: Sos un hijo de puta jaja
-Fernando: Si a ella le molestara, primero te lo diría ella y luego yo. Pero está todo bien. Bellezas como ella, no pueden no ser apreciadas
Lucas estaba confundido. No lo tenía tan permisivo a su amigo.
Tal vez, solo pasaba con él, su hermano.
Pero estaba gratamente sorprendido de la situación.
Cuando Fernando no lo veía, le pegaba una terrible ojeada al culo de Mariel, que estaba reposado en una lona.
Sabía que, si se acercaba un poco más, le vería algo más, dado lo diminuta de la prenda inferior.
Ya a lo lejos, creía que le podía ver un poquito la zona de la vagina. Más precisamente, sus labios vaginales.
Pero no sabía si era fantasía o realidad. Aunque era suficiente para ponerlo a mil.
Al toque, Fernando comenzó a armar los sandwiches de vacío.
-Fernando: Tomá, llevale uno a Mariel!.-
-Lucas: Llevale vos, boludo. Está ahí tomando sol, ni da.
-Fernando: Dale, pajero, que yo estoy con esto. Llevale
Se quedó mirándolo como pensando si lo hacía a propósito para molestarlo.
Le daba mucha verguenza ir con ella en esos paños menores.
-Fernando: Sos un hdp, dale... no pasa nada.
-Lucas: Te vas a la mierda
Lucas, incrédulo por el actuar de su compañero, llevó el sandwich de vacío para ella.
Caminaba temblando ya.
Se veía a la legua, que ella se había aflojado el corpiño, para que el sol no le dejara marca en la espalda.
"La puta madre, quien me manda" se dijo asimismo.
No debía mirar, pero lo hacía.
Todo el camino hasta llegar a ella, miró fijamente sus terribles gambas y su culo entangado.
Se le hacía agua la boca viéndole la cola.
Y ahora sí, podía verle entre los cachetes, un poco de carnecita que no era cubierta por la tela.
La pija se le había parado bajo el short. El tema era que no se la vieran así.
-Lucas: Mari, un sanguchito??
Ella tenía las tetas aplastadas contra el piso, por lo que Lucas, quedó unos pasos detrás de ella para que se pudiera acomodar para recibir el sandwich.
-Mariel: Uh, sí!! Un hambre! jaja
Le veía los pechos de costado.
Se estaba muriendo por dentro.
Mariel se levantó, tapando el sol con una mano y cubriéndose las gomas con el corpiño suelto con la otra.
Quedó de cuclillas frente a él.
No podía creer el cacho de gomas que tenía delante. Casi descubiertas.
Era una escena muy hot.
Efectivamente, creía que había venido a sufrir.
Mariel tenía muy buena onda, por lo que le dio charla un breve instante, sin importarle que estaba casi en bolas delante de él.
Lucas trataba de mirar a otro lado, pero se tentaba y le miraba las tetas con ganas de zambullirse en el pliegue que le formaba.
-Mariel: No te preocupes por lo del baño ehh! No seas tonto!.- Le dijo amablemente.
-Lucas: Bueno, gracias y perdón!.- Le contestó algo nervioso
-Mariel: No te preocupes, quien no entró haciéndose pis a un baño ocupado alguna vez jaja
Complacido por la buena vibra que le transmitía su cuasi cuñada, volvió con su amigo.
No debía hacerse problema por nada.
Comieron y bebieron un rato más. Mariel se les unió también.
Pasaron una tarde copada.
Hablaron, rieron.
Casi que le hicieron olvidar el pésimo momento que estaba transitando.
En un momento, Lucas se quedó planchado en la reposera.
Estaba bajo el eucalipto, fresquito.
Luego de un rato se despertó.
Su amigo, yacía en la reposera, también.
Era a lo que habían venido, a tomarse un descanso de la rutina.
Como necesitaba mojarse un poco la cabeza, caminó hacia la canilla que estaba en la pared del costado de la casa.
Oír el curso del río era muy satisfactorio.
Pero aún más satisfactorio, era lo que ocurrió instantes después.
Algo lejos, dentro del río, estaba nadando Mariel. Y no parecía que llevara malla.
De arriba al menos.
Se quedó duro. Observando tan divina imagen en la que la morocha infernal era protagonista.
Como había bajo un poco la luz, no veía con exactitud sus tetas completas.
Pero si algo oscurito la zona de sus pezones.
Es excitó como nunca.
Sentía algo de culpa, pero no se privó de mirarla un ratito.
Estaba en tanga.
Cuando entraba y salía del agua, los pechos le rebotaban como dos globos.
Se los quería comer.
La pija se le había puesto tan dura, que decidió dejar de espiarla.
Era demasiado para soportar.
Ingresó en la casa y se sirvió un trago largo de agua helada. Lo que menos quería ahora, era una resaca.
No podía entender el bombón que se comía su amigo.
Y su erección, no bajaba.
Se sacó la remera, transpirada e iba a darse una duchita.
Ahí fue cuando Mariel entró en la cocina, toda mojada.
Por supuesto que se había puesto el corpiño, pero no dejaba de ser terrible.
Ya que, en el húmedo corpiño, se formaba el perfecto relieve de sus pezones duros.
¡Que tortura!
-Mariel: Te despertaste!.- Dijo con una sonrisa en el rostro
-Lucas: Jeje sí, deshidratado
-Mariel: Bien que estas tomando aguita entonces... no te queremos así jaja.- Dijo casi casi, como beboteando
Se quedó un poco.
Quizá le había parecido, pero que un minón así le hablara de esa forma, le pareció algo extraño.
Sobre todo, por ser novia de su amigo.
-Lucas: Jaja.- Se limitó a reirse
-Mariel: y como la estas pasando, nene?.- Le dijo acercándose un poco más a él.
Tenía sus grandes pechos adelante y hacía lo posible por concentrarse.
-Lucas: Bien, bien. Son unos genios ustedes.- Le dijo algo nervioso.
-Mariel: Lo que sea por un gran amigo de Fercho!.-
Acto seguido, realizó algo impredecible.
No solamente le habló con mucha ternura, sino que, además, se fue sobre él para darle un fraternal abrazo.
Se quedó duro. Congelado en llamas.
Producto del abrazo, sintió la piel de las gomas de 29 años de Mariel en su pectoral.
Si estaba caliente antes, ahora era peor.
No quiso ser maleducado. Y le devolvió levemente el abrazo, con mucha vergüenza.
Apenas la tomó de la cintura.
Ella le dio un beso en la mejilla y notó lo rojo que estaba.
-Mariel: Uhh te pusiste colorado jaja
Solo se limitó a reírse por lo bajo.
¿Y cómo no hacerlo?
No sabía que decirle.
Le gustaba la situación, pero no quería zarparse con su amigo.
¡Que dilema!
-Lucas: Paso al baño!.- Fue lo único que se le ocurrió ni bien ella lo soltó.
Encima era portadora de una mirada muy penetrante.
Intimidaba.
-Mariel: Ah sisi dale!
Inmediatamente se metió en el baño.
Respiró aliviado mirando el techo.
Se puso en pelotas y se metió en la ducha.
Tenía la pija como el obelisco apuntando al techo.
Unas ganas de pajearse terribles.
El agua fría lo ayudaba bastante.
Hacía mucho que no sentía tanta excitación.
Se le había puesto venosa y un poco de líquido le salía por la punta.
Se oyó golpes en la puerta.
De reflejo, se llevó sus manos para cubrirse, ya que la mampara era de vidrio y no se había empañado debido que se estba bañando con agua fría.
-Lucas: Si?
"Puedo pasar un toque?".- Era Mariel
-Lucas: Un minuto y salgo!.- Le dijo
-Mariel: Es un segundo... necesito entrar!!.- Parecía casi una emergencia como lo decía.
Cerró la ducha y agarró la pequeña toalla que estaba ahí.
-Lucas: Bueno, dale!.- No quería ser descortez
-Mariel: Mil gracias!.- Expresó y entró rápidamente.
Él quedó tras la puertita de vidrio, con la toalla empinada a su alrededor.
Ni en pedo se le iba a bajar.
Se puso a hacer pis.
No quería mirar demasiado pero se notaba la silueta de ella, sentada en el bidet.
En verdad necesitaba entrar.
-Mariel: Gracias, me moría por entrar! Bañate tranquilo eh!!.- Le dijo como si nada
-Lucas: Ya terminé igual!!
-Mariel: Bueno, mejor! Así me pego una duchita rápida yo.
Terminó de hacer lo que debía hacer y Lucas ya se disponía a salir.
-Lucas: Avisame así salgo!
-Mariel: Terminé yo eh, pasá tranquilo!.- Le dijo mientras se miraba al espejo.
¿Cómo salgo así con ella acá? pensó.
Como no quería hacer nada que le pudiera caer mal, salió en toalla como estaba.
Todo mojado y tratando de que no se viera lo parado que llevaba el miembro.
Al mismo tiempo, ella se iba a meter en la ducha.
Dado el poco espacio que había, el contacto con las piernas y cola de Mariel al pasar, era inevitable.
Se tocaron.
Vio como la delgada tira de la tanga se le metía entre los cachetes.
-Mariel: Uh ni secarte te dejé, perdón!!.- Le expresó entre risas
-Lucas: No hay problema! jaja.- Expresó para sortear la escena con ella ya dentro de la ducha.
-Mariel: Te pido un favor, porfis??.- Le dijo girando la cabeza como nena buena
Tragó saliva.
-Lucas: Si, decime!
-Mariel: Me traerías la toalla que dejé en la silla de la cocina?? me la olvidé!! jaja
-Lucas: Dale, me cambio y te la traigo
-Mariel: Genio!!.- Le dijo sonriendo de forma muy bella.
Directo a su habitación fue.
Otra vez respiración de alivio.
No podía ser que viviera tantas situaciones límite seguidas.
Se cambió rápidamente. Bermuda y remera y fue a buscarle la toalla antes de que Fernando lo viera e interpretara cualquier cosa.
Le golpeó la puerta del baño
-Mariel: Si??
-Lucas: Permiso!!
-Mariel: Sisi pasá!
-Lucas: Te la dejo apoyada acá!.- Por la pileta del baño
-Mariel: Ai no me la alcanzas así no mojo todo?
Uhh.
En su mente, pasaban mil cosas.
Tenía a terrible bombóm, desnuda, frente a él. Solo una leve capa de vidrio los separaba.
Entró con la toalla y se fue acercando con el brazo estirado.
Como se bañaba con agua caliente, se había empañado un poco el vidrio.
Aunque el color de su piel, se notaba perfectamente
-Lucas: Mari! tomá!
Se oyó que cerró la lluvia.
-Mariel: Ya te agarro!
Se quedó ahí parado mientras se veía a través del vidrio, como se escurría el pelo.
Sintió una punzada en el pecho, cuando notó como le rebotaron las gomas en un movimiento.
Estaba al borde de verla.
-Mariel: Como necesitaba este relax jeje.- Expresaba desde dentro. Como si nada
Parecía que el empañado iba a empezar a ceder ya que la estaba viendo más.
Que curvas.
Estaba parada con los pies juntitos y lucía unas caderas tremendas.
-Mariel: A ver pasame!
Lucas se acercó y puso su mano cerca de la abertura de la mampara.
Mariel la abrió un poco para agarrarla.
Lo suficiente como para que le vea un poco el costado de su cuerpo.
La cintura y las piernas, casi hasta la entre pierna.
Su piel era lisa y torneada.
Por poco y le ve la concha. ¡Que locura!
Ella estiró su brazo para tomar la toalla.
Con su otra extremidad se cubrió las gomas. Así como al mediodía cuando Lucas le llevó el sandwich.
Pero esta vez, mostró demás.
Lucas no pudo evitar mirar en la maniobra.
Pudo ver como se tapaba las tetas.
Solo una alcanzaba a ver, pero lo suficiente para notar como casi ni se cubría con la mano.
Sus dedos apenas le tapaban el pezón, que ahora sí pudo ver parte de él. Rosita.
Que ricura, pensó, coloradísimo.
Si bien era poco menos de medio cuerpo el que estaba expuesto, el corazón le latía a mil.
¿Si venía Fernando?
Para colmo, nunca terminaba de agarrar la toalla.
-Mariel: Gracias, nene!.- Exclamó finalmente tomándola.
Se la llevó a sus pechos y ahora así bajó su otra mano.
Una erupción volcánica ocurrió en el cuerpo de Lucas.
Cuando bajó la mano, le exhibió completamente las tetas por un segundo.
Nunca iba a olvidar esos perfectos pezones rosados.
Un par de tetas hermosas.
Abrió los ojos del tamaño de dos huevos.
Ella sonrió como si nada y se movió tras el vidrio para terminar de secarse.
Atónito, Lucas y su mástil salieron del baño.
Se preguntaba si Mariel se había dado cuenta de lo que había hecho.
¿Por qué se había destapado así?
Se le había puesto más dura que nunca por haberle visto las deliciosas tetas a la novia de su amigo.
Y más aún, porque había sido ella quien prácticamente se las mostró.
Se sentó un momento en la cocina a pensar lo que había ocurrido.
Se le hacía agua la boca con esas grandes y ricas tetas.
Sintió un deseo irrefrenable de querer chuparlas.
Pero claro, eso no iba a pasar nunca.
Mega caliente como estaba, iba a salir al fondo para volver con Fernando.
Cuando nuevamente, Mariel lo sorprendió en la cocina.
Estaba envuelta en una toalla que apenas le tapaba la conchita. Y arriba, parecía que las gomas se le iban a salir en cualquier momento.
¿Que le pasaba? ¿No le había bastado con descubrirse los pechos como si nada delante de la atenta mirada de Lucas?
-Mariel: Me pasas mi botellita de agua?.-
Él, como un esclavo, se la pasó.
Mariel estaba parada en la puerta de la cocina, esperando por el agua.
Como que le obstruía el paso.
Lucas, verde, le pasó la botella.
-Mariel: Una sed...- Exclamó y empezó a tomar del pico.
Levantó el brazo de tal manera para beber, que mientras lo hacía, la toalla que la cubría, parecía comenzar a deslizarse hacia abajo.
Lucas se petrificó ante esto.
Pero no podía quitar la vista de ella.
Mientras Mariel tomaba lentamente el agua, la toalla se le empezó a caer y estaban a punto de comenzar a quedar a la vista sus tetas.
Él transpiraba, pero no podía controlar su mirada.
Más y más piel blanca de sus voluptuosas tetas se veían.
Fue ahí que un color más rosadito fue apareciendo.
CONTINUARÁ
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