Lo impensado

Contrariamente a lo que pensaba, después de esa noche de sexo con mario no volvimos a coger en el bar. Cuando llegue al día siguiente a trabajar, después de ese hermoso momento que pasamos, lo noté distante. Todo lo contrario a mi, que había llegado totalmente dispuesta a sentirlo nuevamente, a probar de ese macho gigante, de ese cuerpo rígido, de sus embestidas firmes que hacían que mi piel se erize, sus manos ásperas la recorrían toda y lo hacían suspirar de sentirme así. Estaba totalmente dispuesta, mi sonrisa y mirada cómplice lo siguieron toda la noche y al momento de cerrar lo seguí a la cocina desesperada y me abalance sobre su cinto y cierre, como quien se abalanza sobre el agua después de estar en el desierto. Pero el me retiro gentilmente y me dijo que en el auto camino a mi casa me explicaría.

Cerramos todo y subimos al auto, ahí comenzó a explicarme, que si bien le encantaba coger conmigo se iba a complicar, ser casado le limitaba los horarios y el hecho de ser amigo de mi papá lo complicaba con el horario de mi llegada a casa, el bar ya no era una opción. La noche anterior le comentamos a mi papá que hubo que limpiar un poco más y como el me traía a casa lo ayudé. Le dije que podríamos repetirlo al menos una vez por semana, pero el me decía que no se sentía seguro, que tarde o temprano mi papa sospechara algo y que el no quería que eso suceda.

Así pasaron dos semanas más de trabajo sin sexo y mis insistencias aumentaban, quería que me tome nuevamente, me conformaba con la vuelta a casa en la que podía saborear su pija en el auto un rato, pero ya no podía seguir así.

Un sábado al medio día, me encuentro con la sorpresa que mario llega a mi casa a almorzar, salí de mi habitación enseguida con un pijama short cortito que casi dejaban ver los cachetes de mi cola, amaba incomodarlo y calentarlo. Mi viejo me miró raro, pero era su amigo, no hizo ningún escándalo. Comenzó el almuerzo y mis miradas y gestos lo incomodaba bastante a mario, yo sonreía y continuaba. En un momento de charla con papá, el le comenta que mañana debía a ir a ordenar una casa vieja que había comprado en el campo para usarla de galpon o algo así. Yo escuchaba atenta y en un momento los interrupi diciendo _ yo podría ayudarte mario, si vas mañana domingo que es mi franco no tendría problema. Mario quedo muy serio casi sin poder decir nada, ante la mirada atenta de papá y mi sonrisa pícara. _ emm no se, no quisiera interrumpir tu descanso, dijo el. _ por mi no hay problema, no tengo pensado hacer nada. Y mi viejo contento y con mirada orgullosa, le dijo que me llevara, que me vendría bien hacer algo en vez de estar al pedo en casa. Que el me llevaría así de paso veía el lugar. Mario agradeció y accedió no muy convencido. Genial le dije sonriendo y continuamos almorzando con papá contento de mi gran gesto.

Al otro día pasando el medio día, papá me llevo hacia el campo a conocer el lugar y dejarme "trabajando". Luego de hablar con mario y mirar un rato el lugar se fue. Era una casa estilo granja con tierra y cosas viejas, mucho olor a encierro, pero no me molestaba, solo pensaba en su pija.

Bueno le dije , vamos a trabajar y sonreír ampliamente. Mario me tomo de la mano sin decir nada y me llevo para un especie de garage medio oscuro, apenas entraba algo de luz por el portón, estaba todo muy sucio y había millones de cajas y cosas viejas. En el medio de todo habia un colchón viejisimo y el me empujó sobre el, cai al piso en donde estaba el colchon y lo mire desde abajo con una mirada bien sexy y pícara, mientras el empezaba a sacarse la ropa. Yo tenía una remera por encima de mi ombligo que me la quité enseguida y un short de Jean. Mario ya desnudo, bajo despacio apoyando sus rodillas en el colchón, me tomo de los tobillos y tiró fuerte dejando mi cola hacia arriba y cuando ya desprendió mi short, me lo sacó con tanga y todo de un tirón. Mire hacia atrás y vi su verga como un mástil, le dije mmmm, y el serio se tiró encima mío empujó mi cola hacia adelante y me la puso, de tal forma que senti un ardor en mi concha. Ahhhh, gemi, comenzó a coger con algo de fuerza, tomo mi pelo y mi cabeza hacia atrás, mi boca quedó abierta al lado de su cabeza, ah, ah resoplaba yo por el tirón de pelo y por sus embestidas, y me dijo _ querés ser mi putita, yo te voy a hacer bien mi putita.

Empujo mi cabeza hacia ese colchón sucio apoyo sus brazos extendidos al lado mío y arranco una embestida tras otra, en el silencio de ese oscuro y sucio garage se escuchaban mis gritos y gemidos que se mezclaban con los goces del el, casi al mismo tiempo que su pija entraba y salía de mi , generando un calor en mi vagina indescriptible. Esos gemidos al unísono cambiaron cuando sus codos y antebrazos se apoyaron junto a mi, cargado su enorme pecho sobre mi espalda y hundiendo su pelvis y pija. Comenzó a clavarme en el colchón, nunca había sentido algo tan adentro, la metía hasta el fondo con fuerza dejando unos segundos todo adentro y se movía apenas para tomar impulso y seguia violandome, ay ay ay ahh paraa y mi grito se mezcló con un orgasmo increíble y una acabada mía que como si hubiesen regado una planta, porque mis jugos calientes pusieron su pijas más dura, sentí como se pinchaba adentro mío, como latia, se puso como loco. Ahhh como te gusta putita, se estiro más encima mío, me tomo de las muñecas y empezó a cogerme bien rápido y caliente. Me dolía pero debo admitir que me encantaba, estar en ese lugar, todo sucio, ese colchón, la forma que me dominaba, me sentía indefensa toda entregada a el y me volvía loca.

Mario saco de golpe su verga de adentro mío se puso de rodilla y observo como mi cola se levantó automáticamente dejando mi concha expuesta bien abierta y que junto a mi pelvis y cola temblaban de placer, es como si no pudiera controlarlo, era como una especie de orgasmo pero sin explotar. El paso toda la Palma de su mano por mi concha mientras con la otra se pajeaba y me decía _ sii cami, que hermosa perrita que sos, asi me gusta, que te la blanques, te voy a hacer a mi manera.

Entre mis temblores de placer y sus palabras casi exploto, estaba alucinada por ser su hembra, el dolor se redujo a placer por la forma en que me dominó, me había domado. Casi inconscientemente, me puse en 4, tome su hermosa y enjabonada verga y me la apoyé sobre mi cola, mario exclamó un _ ahh mi vida siii. Y me la metió haciendo bastante fuerza. Yo solte un ahhh , mientras mi voz se mezclaba entre placer y se quebraba con sonido a llanto, mi piel se erizo y el lo noto, me tomo de mis hombros y me empezó a hacer bien el culo, de forma más gentil, disfrutando, tirándose hacia atrás mientras miraba mi cola bien parada y con piel de gallina, haciendo que su cabeza llegue hasta el borde de mi ano y vuelva entrar ,sintiendo cada centímetro de su verga deslizarse por mis cachetes. Se volvió hacia delante haciendo que mis brazos no aguantarán y me apoye sobre el colchon con la cola bien parada hacia el y senti como me rebasaba de leche. La dejo un buen rato adentro y la saco despacio. Yo me quedé así sintiendo como me latía y como su leche salía en una cantidad increíble y bajaba por mi pierna.

Me levanto me beso y me dijo que desde ahora iba a ser su perra, que no tenía idea de las cosas que me iba a hacer. Sonreí, lo besé y me fui a cambiar.

Legue a casa casi sin poder caminar, tenía que disimularlo frente a papá. El orgulloso de la nena que ayudo a su me mejor amigo.

Gracias. 

12 comentarios - Lo impensado

Blues_Local1 +1
tremendo relato, hermosa putita sos cami!! dejo 10
MDM20000 +1
Muy buen relato van 10
LeoMorb +1
Hermoso relato. Me encantó... Gracias por calentarme la pija
leloir2010 +1
Que putita sos cami. Van puntitos
Viajerodiario +1
Una vez más me pusiste súper caliente.
Jonijoni88 +1
Que ganas de esa cola,me la imagino cogiendo y me pongo loco
Dr-Dalessio
Uffff que calentura que me dejaste, dejo un 10