pandemia me había alejado de Óscar,tuve que volver a mi pueblo y a una realidad muy diferente, encierro, charlas virtuales y alguna que otra propuesta de chicos con los que había estado, pero nada me seducía, quizás me estaba volviendo asexual. Me lo había planteado varias veces, pero el recuerdo de ese macho maduro me hacía estremecer, me di cuenta que no quería otra cosa que no sea con el, o quizás, pensé también con alguien mayor.
Los días transcurrían y decidí despejar mi mente, arranque el gym, cuando nos permitieron, y también a buscar trabajo. Debo admitir que buscaba la posibilidad de tener sexo con alguien maduro, estaba entre mis prioridades también, estando en casa era algo complicado, pero saliendo pensé que se me daría. En el gym había algunos pretendientes, pero eran todos de 30 años aprox. Quería algo mayor, no me convencían, y otro dato que me tiraba abajo era mi papá, me iba a buscar a casi todos lados. Estaba insoportable ja,. La solución llego casi sin pensarlo, su idea de cuidarme tanto termino haciendo todo lo contrario que el buscaba, pues termino, por decirlo así, entregandome en bandeja.
A papá no le gustaba mucho la idea que trabajara, lo ponía inseguro, por lo que le vino como anillo al dedo el comentario de su mejor amigo mario. El y papá son amigos de muchísimos años, es de venir a casa seguido, note en muchas ocasiones que me miraba la cola, pero lo tome como nada, pues el y mi viejo son casi hermanos.
Mario tiene un bar muy conocido en el pueblo y necesitaba una moza, papá al escuchar esto me recomendó y el como su mejor amigo, ni lo dudo.
Acepte no muy animada, pues estaría casi todo el tiempo vigilada por el amigo de papá, pero sabía que al bar van la mayoría de los hombres mayores del pueblo, era una mina de oro.
Pensé que iba a ser fácil, que en una semana tendría algún número de telefono, alguna invitación, no se, algo!. Pero nada, no tuve en cuenta que en un pueblo todos se conocen, y asi como yo no podía arriesgarme a encarar un tipo y quedar pintada, ellos menos se atreverían a encsrarme y que se arme un escándalo,.no se imaginaban que la nena del bar estaba entregada, y dios que lo estaba.
Ya no sabia que calza o tanga provocadora ponerme. Eran sonrisas y sonrisas, ponerles la cola al lado al levantar las mesas, escotes a más no poder. Había un tipo, unos 60 años, flaco pelo corto blanco, alto, que juró por dios que pensé que iba a terminar en su cama, me hablaba de una forma y me miraba que me sentía desnudada, note varias veces que se le paraba por encima del pantalón, llegaba a casa y me tocaba desesperada, pero no me decía nada.
Pasaro casi un mes y nada, un día hasta me lleve una pollera no tan corta pero muy reveladora, marcaba bien mi cola y dejaba ver el relieve de una tanga bien chica. La lleve en la mochila y me cambie en el bar, si salía de casa así mi papá iba a estar insoportable. Al salir del baño mario sonriendo me dijo, " si se entera papá que va a decir ", lo mire sonreír un poco y el noto mi preocupación, tranqui cami, me dijo, soy una tumba ja, volvió a sonreír, pero cuidado con los muchachos que están bastante locos por vos.
Volví hacia la barra y nos pusimos a charlar, me comentó que había varios hombres que estaban como locos, e reía y hacía chistes sobre eso, que antes no venían tan seguido, y otras cosas más. Me hablaba de otra forma, nada serio como lo hacía delante de papá. Al terminar la noche me llevo a casa como lo hacía casi siempre. Y antes de bajar me dijo, trae esa polleríta mañana otra vez que hasta a mi me gusto, con una sonrisa pícara la cual la devolví de la misma forma.
Si, al parecer mario me estaba coqueteando. Me acosté y me puse a pensar que sería muy raro que el me coja, para ambos, pero que a la vez podría ser bueno, pues el más que nadie no querría que mi viejo lo sepa. De todas formas dejaría ver que pasaba. Quizás mi idea de que alguien me la ponga me hacia ver cosas que no eran.
Al otro día volví a llevar la pollera y cuando salí del baño me miró y exclamó un siii! Y se reía, le dije ojo que le cuanto a papá, riendo y el contesto, no, queda todo acá en el bar , y soltó otra risa. Esa noche pasé casi todo el tiempo cerca de la barra, hablando, soltando chistes con el, mis dudas cada vez se despejaba más, pero más que nunca necesitaba que el diera el primer paso, asi que en un movimiento para dejar en claro lo que yo quería, pase por atrás de la barra donde estaba el a buscar algo, como el pasillo no era muy amplio me puse en puntas de pie parando la cola y se la pase por delante de el sintiendo sus piernas en mi, uh, perdon le dije. Se río y me dijo, no pasa nada, pasa todas las veces que quieras. Lo mire y me reí también. Ya estaba, mario me quería cojer. Estaba como loca, empecé a ir cada vez más al salón, cruzabamos miradas y nos reíamos, había una complicidad que estaba por explotar en cualquier momento. El tiene 46 años, robusto, morocho, ojos claros color miel, brazos grandes y una mirada profunda. En mi vida lo había mirado con las ganas de esa noche. En una incursión mía a la barra, me dice si al cerrar me quería tomar una cerveza con el, que quedaba entre nosotros. Le dije que si, obviamente y que total todo queda acá adentro. Nos reímos.
Cerramos el bar, y nos fuimos con una cerveza a la cocina en la parte de atrás nos paramos al lado de la mesa a tomar. Charlamos un rato y me pregunto si me habían encarado los "chicos del bar" ?, me reí y le dije que lamentablemente no. Apa mira la nena, me dijo. Bueno, nosotras también tenemos necesidades, le respondí. Y me dijo, con esa cola que tenes te ayudo sin pensarlo, aunque sea amigo de tu viejo.
A pesar de estar solos en la cocina muerta de deseo, fue cuando me dijo eso que sentí como me humedecida toda,. Me acerqué y puse mis dos manos en su cintura mirando hacia arriba, ya que mi cabeza llega a su pecho, es bastante alto. El puso una pierna entre las mías, me agarro con sus manos enormes la cara y me besó, sus labios son bien gruesos, y su lengua también, bajo una mano y me tocaba bien la cola levantado la pollera. Uhh decía mientras dos de sus gruesos dedos pasaban por encima de mi mojada concha, le pasé la mano por encima del Jean y sentí su bulto enorme y bien duro. Se empezó a sacar la camisa y yo mi remera, volvió a besarme mientras yo le desprendió el cinturón y los botones del pantalón, quedé mirándolo en boxer, era una bestia, piernas grandes y duras, su pecho bien grande y con pelos, un cuerpo macizo, y su verga se notaba por encima de su ropa interior bastante grande también. Me saco el corpiño y me besó y mordió las tetas, se sacó el bóxer y le agarre su pija con las manos, la cabeza me asustaba , era ancha, su tronco bien ventoso y sus huevos me enloquecieron, no tuve ni que areodillarme, me incliné y se la chupe, le pase la lengua por todos lados, acariciaba su cuerpo mientras el me tomaba de la cabeza y me la metía todo lo que podía en mi boca. Ahh ahh suspiraba y gozaba , me dio vuelta me puso contra la mesa, me levanto la pollera y me bajo la tanga,. Que hermosa cola que tenes pendeja, me decía y la abría con sus dedos, se agachó un poco y me penetro. Empezó despacio y cada vez más fuerte, me ataba la boca para que no se escuchen mis gemidos, me agarraba con las manos de la cintura y me la hundía cada vez más, sentía en mi concha una hermosa presión. Me cogia como una bestia, empecé a sentir en mi pierna como caían mis fluidos de lo caliente que estaba, acabé dos veces y el seguía, me besaba desde arriba agarrando mis pechos, pasando sus manos por mi panza acariciando mi cola, estaba extaciado con mi cuerpo y lo disfrutaba, notaba como aguantaba las ganas de acabar, me empujé de la mesa hacia atrás y lo lleve contra la pared, tire mis brazos hacia atrás tomándolo de sus piernas enormes y y le empecé a dar culazos en su pija metiendomela toda el se agachó más y se quedó quieto, agarro una silla abrió sus piernas y me sentó en su enorme verga, cerré mis piernas agarrada de las de el y salté varias veces en el hasta que sentí como me llenaba con su leche, aghh aghj gozabamos juntos y quedé acostada sobre su pecho y el besandome,. Su Vega todavía latía dentro mío. Nos cambiamos y me llevo a casa.
Obvio que todo quedó en el bar.
Gracias .
Los días transcurrían y decidí despejar mi mente, arranque el gym, cuando nos permitieron, y también a buscar trabajo. Debo admitir que buscaba la posibilidad de tener sexo con alguien maduro, estaba entre mis prioridades también, estando en casa era algo complicado, pero saliendo pensé que se me daría. En el gym había algunos pretendientes, pero eran todos de 30 años aprox. Quería algo mayor, no me convencían, y otro dato que me tiraba abajo era mi papá, me iba a buscar a casi todos lados. Estaba insoportable ja,. La solución llego casi sin pensarlo, su idea de cuidarme tanto termino haciendo todo lo contrario que el buscaba, pues termino, por decirlo así, entregandome en bandeja.
A papá no le gustaba mucho la idea que trabajara, lo ponía inseguro, por lo que le vino como anillo al dedo el comentario de su mejor amigo mario. El y papá son amigos de muchísimos años, es de venir a casa seguido, note en muchas ocasiones que me miraba la cola, pero lo tome como nada, pues el y mi viejo son casi hermanos.
Mario tiene un bar muy conocido en el pueblo y necesitaba una moza, papá al escuchar esto me recomendó y el como su mejor amigo, ni lo dudo.
Acepte no muy animada, pues estaría casi todo el tiempo vigilada por el amigo de papá, pero sabía que al bar van la mayoría de los hombres mayores del pueblo, era una mina de oro.
Pensé que iba a ser fácil, que en una semana tendría algún número de telefono, alguna invitación, no se, algo!. Pero nada, no tuve en cuenta que en un pueblo todos se conocen, y asi como yo no podía arriesgarme a encarar un tipo y quedar pintada, ellos menos se atreverían a encsrarme y que se arme un escándalo,.no se imaginaban que la nena del bar estaba entregada, y dios que lo estaba.
Ya no sabia que calza o tanga provocadora ponerme. Eran sonrisas y sonrisas, ponerles la cola al lado al levantar las mesas, escotes a más no poder. Había un tipo, unos 60 años, flaco pelo corto blanco, alto, que juró por dios que pensé que iba a terminar en su cama, me hablaba de una forma y me miraba que me sentía desnudada, note varias veces que se le paraba por encima del pantalón, llegaba a casa y me tocaba desesperada, pero no me decía nada.
Pasaro casi un mes y nada, un día hasta me lleve una pollera no tan corta pero muy reveladora, marcaba bien mi cola y dejaba ver el relieve de una tanga bien chica. La lleve en la mochila y me cambie en el bar, si salía de casa así mi papá iba a estar insoportable. Al salir del baño mario sonriendo me dijo, " si se entera papá que va a decir ", lo mire sonreír un poco y el noto mi preocupación, tranqui cami, me dijo, soy una tumba ja, volvió a sonreír, pero cuidado con los muchachos que están bastante locos por vos.
Volví hacia la barra y nos pusimos a charlar, me comentó que había varios hombres que estaban como locos, e reía y hacía chistes sobre eso, que antes no venían tan seguido, y otras cosas más. Me hablaba de otra forma, nada serio como lo hacía delante de papá. Al terminar la noche me llevo a casa como lo hacía casi siempre. Y antes de bajar me dijo, trae esa polleríta mañana otra vez que hasta a mi me gusto, con una sonrisa pícara la cual la devolví de la misma forma.
Si, al parecer mario me estaba coqueteando. Me acosté y me puse a pensar que sería muy raro que el me coja, para ambos, pero que a la vez podría ser bueno, pues el más que nadie no querría que mi viejo lo sepa. De todas formas dejaría ver que pasaba. Quizás mi idea de que alguien me la ponga me hacia ver cosas que no eran.
Al otro día volví a llevar la pollera y cuando salí del baño me miró y exclamó un siii! Y se reía, le dije ojo que le cuanto a papá, riendo y el contesto, no, queda todo acá en el bar , y soltó otra risa. Esa noche pasé casi todo el tiempo cerca de la barra, hablando, soltando chistes con el, mis dudas cada vez se despejaba más, pero más que nunca necesitaba que el diera el primer paso, asi que en un movimiento para dejar en claro lo que yo quería, pase por atrás de la barra donde estaba el a buscar algo, como el pasillo no era muy amplio me puse en puntas de pie parando la cola y se la pase por delante de el sintiendo sus piernas en mi, uh, perdon le dije. Se río y me dijo, no pasa nada, pasa todas las veces que quieras. Lo mire y me reí también. Ya estaba, mario me quería cojer. Estaba como loca, empecé a ir cada vez más al salón, cruzabamos miradas y nos reíamos, había una complicidad que estaba por explotar en cualquier momento. El tiene 46 años, robusto, morocho, ojos claros color miel, brazos grandes y una mirada profunda. En mi vida lo había mirado con las ganas de esa noche. En una incursión mía a la barra, me dice si al cerrar me quería tomar una cerveza con el, que quedaba entre nosotros. Le dije que si, obviamente y que total todo queda acá adentro. Nos reímos.
Cerramos el bar, y nos fuimos con una cerveza a la cocina en la parte de atrás nos paramos al lado de la mesa a tomar. Charlamos un rato y me pregunto si me habían encarado los "chicos del bar" ?, me reí y le dije que lamentablemente no. Apa mira la nena, me dijo. Bueno, nosotras también tenemos necesidades, le respondí. Y me dijo, con esa cola que tenes te ayudo sin pensarlo, aunque sea amigo de tu viejo.
A pesar de estar solos en la cocina muerta de deseo, fue cuando me dijo eso que sentí como me humedecida toda,. Me acerqué y puse mis dos manos en su cintura mirando hacia arriba, ya que mi cabeza llega a su pecho, es bastante alto. El puso una pierna entre las mías, me agarro con sus manos enormes la cara y me besó, sus labios son bien gruesos, y su lengua también, bajo una mano y me tocaba bien la cola levantado la pollera. Uhh decía mientras dos de sus gruesos dedos pasaban por encima de mi mojada concha, le pasé la mano por encima del Jean y sentí su bulto enorme y bien duro. Se empezó a sacar la camisa y yo mi remera, volvió a besarme mientras yo le desprendió el cinturón y los botones del pantalón, quedé mirándolo en boxer, era una bestia, piernas grandes y duras, su pecho bien grande y con pelos, un cuerpo macizo, y su verga se notaba por encima de su ropa interior bastante grande también. Me saco el corpiño y me besó y mordió las tetas, se sacó el bóxer y le agarre su pija con las manos, la cabeza me asustaba , era ancha, su tronco bien ventoso y sus huevos me enloquecieron, no tuve ni que areodillarme, me incliné y se la chupe, le pase la lengua por todos lados, acariciaba su cuerpo mientras el me tomaba de la cabeza y me la metía todo lo que podía en mi boca. Ahh ahh suspiraba y gozaba , me dio vuelta me puso contra la mesa, me levanto la pollera y me bajo la tanga,. Que hermosa cola que tenes pendeja, me decía y la abría con sus dedos, se agachó un poco y me penetro. Empezó despacio y cada vez más fuerte, me ataba la boca para que no se escuchen mis gemidos, me agarraba con las manos de la cintura y me la hundía cada vez más, sentía en mi concha una hermosa presión. Me cogia como una bestia, empecé a sentir en mi pierna como caían mis fluidos de lo caliente que estaba, acabé dos veces y el seguía, me besaba desde arriba agarrando mis pechos, pasando sus manos por mi panza acariciando mi cola, estaba extaciado con mi cuerpo y lo disfrutaba, notaba como aguantaba las ganas de acabar, me empujé de la mesa hacia atrás y lo lleve contra la pared, tire mis brazos hacia atrás tomándolo de sus piernas enormes y y le empecé a dar culazos en su pija metiendomela toda el se agachó más y se quedó quieto, agarro una silla abrió sus piernas y me sentó en su enorme verga, cerré mis piernas agarrada de las de el y salté varias veces en el hasta que sentí como me llenaba con su leche, aghh aghj gozabamos juntos y quedé acostada sobre su pecho y el besandome,. Su Vega todavía latía dentro mío. Nos cambiamos y me llevo a casa.
Obvio que todo quedó en el bar.
Gracias .
15 comentarios - El amigo de papa