I
No lo podía creer, por días la pendeja me había privado de sexo y ahora estaba por traerme a su amiguita la petarda. Me había regalado una pajita sí, pero iba a ser difícil aguantar los instintos con dos diosas sexuales ocupandome la casa.
Pasé toda la noche pensando en todas las posibilidades que el mañana podría traer, sabía que María no quería que me pasara de degenerado (al fin y al cabo estuvo pajeandome para sacarme la calentura) pero todos los sucesos de los días anteriores y el increíble atractivo de lo que sería mi compañía el día siguiente no me dejaban dejar de pensar en como sería si mientras conversamos con unas cervecitas María me lleva a la cocina y se agacha ahí mismo con su amiguita en la sala... O como sería la misma situación con la zorrita de Camila... O tal vez si me llamaran desde su cuarto y al entrar me dan la bienvenida en cuatro, con la carita en el piso y sacando cola lo más que puedan.
"¿Por qué no nos cojes a las dos lindo?"
Escuchaba en mi mente...
Un hombre puede soñar.
Me desperté un poquito sudado, sin recordar ningún sueño pero sin sorprenderme si hubiera imaginado ese trío al dormir. Me tomé una ducha rápida y como siempre salí en toalla hacia el cuarto.
En el camino me vio María y se acercó.
María- ¡Ya estas levantadito! ¿Te entusiasma la visita?
Me reí nerviosamente.
María- Seguro que ya estabas deseando tener contacto con la sociedad ¿no? ¿O es que te pone contentito que venga una amiguita?
Se me acercó y se prendió de mi cuello de una forma muy sexy que me la estaba parando.
María- Te tenes que portar bien vos... No quiero que me traigas vergüenza andando de pajero con mi amiga...
Si no quería ya estaba fallando, que provocadora era esta mina.
Mirándome fijo a los ojos me tanteó la verga y después se agachó.
Hablando a la altura de mi pija dijo:
María- Y vos también portate bien.
Para terminar de matarme le dio unos golpecitos y un besito por encima de la toalla. Era increíble lo que vivía...
De repente se sintió el sonido de un mensaje en su celular.
Se paró y dio la vuelta hacia la puerta.
María- Tengo que ir a buscar a Camila a la parada que la muy boluda no entiende como llegar, ya vengo wacho.
Y así como así se desvaneció por la puerta.
Paralizado quedé por lo que había ocurrido, evidentemente María me daba señales conflictivas, pero así como hacia eso no puedo dejar de decir que disfrutaba mucho de esa actitud de putita que emanaba sin esforzarse ni un poco.
Me vestí y prendí la tele en el living, esperando la llegada de María y su amiguita la petarda, que no tardaron en hacerse aparecer.
María- ¡Llegamos!
Anunció como si no me viera sentado en la sala. Su amiga por su parte se limitó a sonreír por el entusiasmo de María y mirar al piso, se la veía mucho más reservada que a la perrita sedienta que protagonizaba aquel video, pero su cuerpo aunque sea vestido y su carita la identificaban como la inconfundible autora de aquel pete magistral.
Yo- Ya veo jajaja.
Me paré a saludar y mis ojos conectaron con los de Camila. Al ver esa carita mirándome tuve que aguantar con la fuerza de todo el universo no pasarme de la raya.
Todo lo que quería decir en ese momento era "¿no me queres llevar a mi para el fondo divina?" pero en vez me limité a presentarme.
Yo- Matías, mucho gusto.
Choqué mejillas con ella.
Camila- Camila... Igualmente...
II
Apronté unas boludeces para comer, las serví en la mesita de la sala de estar y volví a la cocina a lavar unos platos. La verdad es que usualmente dejaría todo en la mesada para lavar después pero ahora no sabía si las chicas me querían entre ellas o si la conversación era cosa de mujeres, de cierta forma me sentía un poco intimidado.
María- Deja quieto eso Mati que después lo lavamos... Vení, sentate con nosotras.
Eso al menos me sacaba un poco de tensión de encima. Dejé el resto de los platos como estaban y me aparecí en la sala, sentandome en una sillita que teníamos en el living y que venía sin ver mucho uso estos meses.
Yo- ¿De qué hablaban?
María- No sabes, le empecé a hablar de Kadaver, la nueva de Netflix aquella, y me salió con el novio... Lo que son las minas ¿no?
Los dos reímos pero Camila permaneció callada, claramente avergonzada.
Así que tenía novio, ¿y esto será de antes o después que se grabó desnuda peteando a tres pibes? Supongo que uno podría ser el dueño de esa colita, pero honestamente me gustaba más creer que andaba de putita con desconocidos.
Camila- Jejeje, ¡Bueno bo! Hace tiempo que no la veo a mi amiga - me dijo - es normal que quiera compartir estas cosas...
Yo- Sí sí, tenes razón... Si quieren las dejó tranquilas yo no tengo drama.
Me acerqué a picotear alguna papita.
María- No, quedate... Si te llame es porque te quiero acá.
Yo- Bueno pero capaz a tu amiga le incómoda bo.
Los dos miramos a Camila.
Camila- N-no no, no pasa nada... no me molesta.
Cada vez que la miraba estaba más adorable, había algo sobre la yuxtaposición de su actitud tímida con el cuerpazo impactante que tenía (y ni que hablar lo que le agregaba el saber que se podía poner tan juguetona) que me mataba de amor, me daban ganas de agarrarla y comerla a besos.
Yo- Bueno... ¿Y qué pasó con el novio entonces?
Esta vez los tres reímos. Si quedaba alguna tensión en mi había desaparecido.
María- Si zorra, ahora podes contar.
Camila- Bueno es que... Estamos teniendo problemas...
Tras decir eso agarró su vaso y se aferró a el como si este le diera el valor para hablar.
Camila- Mirá Matías, la cosa es así. - me habló pero miro a María, buscando aprobación - hace un tiempito salí con mis amigas y terminamos en una fiesta con desconocidos.
Increíble, me iba a contar del video.
Yo- ¿sin tu novio fue esto?
Dije con curiosidad, para apaciguar mis dudas sobre los Co-protagonistas del video.
María- ¡Ey! ¿Qué pasa machito? ¿No puede salir sola la piba?
La miré como diciendo "¿Me estás cargando?"
María rió.
Camila- S-sí, sin el...
Se había mandado una escapadita sexual... Que divina.
Como vio que nadie hablaba continuó su historia.
Camila- Fuimos a bailar nomas, y la pasamos bien... Tomamos, bailamos linda música, todo.
Yo- Y supongo que te jodieron mucho los pibes...
La empujaba a que avanzara en la historia, María notó mis intenciones y no parecía gustarles.
Camila- Lo normal supongo... Lo que pasa es que después al día siguiente empezaron a circular unos mensajes en WhatsApp de que yo había hecho no sé qué y que era bien puta... - se calló - y ta, le terminaron llegando a mi novio...
La terminó ahí, sin mencionar el hecho de que terminó esa noche con la cara lecheada y por pedido personal. María notó mi cara de confusión, y me hizo una seña como pidiendo que me quede callado.
Camila- Y bueh... El ahora está enojado y me anda ignorando...
Yo- ¿Es por eso nada más? Emmm... ¿No pasó más nada?
María me miró con rabia, seguramente de haber estado más cerca me hubiera callado con un codazo.
Camila- Emmm...S-si eso... - se empezó a poner colorada - ¿Qué más podría ser?
El ambiente se puso más pesado de un minuto al otro, así que como cualquier hombre inteligente... Decidí escapar.
Yo- No nada nada... Uh se terminaron las papitas, esperen que traigo más.
Corrí hacia la cocina, en el camino escuché la voz de María diciendo que iba a pasar al baño.
Mientras seguía rearmando la picada escuché el sonido de pasos en la entrada de la cocina, asumía que se trataba de Camila que vendría a pedir algo pero para mi sorpresa era María.
María- Shhh
Sigilosamente caminó hacia mi y se agachó.
María- Me pusiste cachonda hablando con Camila...
Yo- No quiso contarme sus hazañas...
María- Es medio tímida en realidad... Se pone zorra cuando toma nomas.
Con cuidado de no hacer mucho sonido me bajó el cierre y me agarró la poringa, masturbandola con cariño y mirándome sonriente.
María- Con lo que le dijiste me parece que se dio cuenta que sabes cosas... Y la verdad me re calentó eso.
Con una lengüeteadada empezó un pete muy rico con el valor agregado de hacerlo a escondidas. Camila estaba del otro lado de la pared esperándonos y si se le ocurría entrar a la cocina se iba a topar con su amiga de rodillas dándome placer con la boquita, y aunque me encantaba la idea de que nos pescara también me daba un poco de miedo.
María- además ya estaba necesitada de verga... Tampoco puedo pasar tanto tiempo sin comer che.
Agarrada de mi pantalón deslizaba la boca por la enteridad de mi falo, dejando caer sin preocupación gotitas de saliva al piso.
Yo- Que rico divina... - sabía que tenía que pararlo pero no podía negarme a esta petera, al menos un ratito más - nos está esperando... Tampoco podemos estar acá todo el día.
María dio unos cupones más y en el último se llevó toda la verga a la boca, me miró y fue sacandola de a poquito. Al llegar a la punta culminó con una vueltita de lengua por el glande y se levantó del piso.
María- Aprontate que en un rato la seguimos.
Dijo mientras me abrochaba el pantalón.
III
La tarde pasó bastante bien considerando todo, y si pude tener un momentito de pete secreto con María sin que Camila se diera cuenta estaba seguro que nada podría pasar que me pudiera arruinar lo que terminaría siendo un gran día.
La puesta del sol señalaba el final del día y daba pasó a la oscuridad de la noche.
Cambiamos la Coca Cola por la cerveza y charlamos con más comodidad. Una confianza que parecería imposible para cualquiera que haya visto como actuaba Camila en la tarde.
Camila- A mi me gusta cuando me dan besitos y me apretan el culo con amor... Pero todos los pibes que estuve fueron bien bruscos, era cojer y cojer nada más, ¿dónde está el cariñito previo?
Increíble como se abría esta pendeja con un poco de alcohol.
Camila- Y a vos cómo te gustan las minas Matías?
Yo- Y bueh... Mi ex novia era una pelirroja tetona...
Reímos los tres.
Camila- ¡Dah! No te digo eso, ¿cómo te gusta que te traten?
No lo había pensado mucho la verdad, me gustaba lo que me gustaba en el momento supongo, todo dependía de las oportunidades que me llegaban.
Yo- Hmmm, no sé... Que sean buena onda supongo... Digo, si coincidimos con gustos y tenemos eso para compartir está bueno, pero no obligo a mi pareja a que sea yo en femenino ¿entendés?
Asintió con la cabeza, María por su parte parecía muy concentrada en lo que decía.
Yo- Me gusta que me la chupen...
Tiré medio de atrevido.
Se perdió la concentración de María en una carcajada ruidosa.
Camila- ¿Qué te pasa boluda?
María- Nada, lo que dice este atrevido nomas jajaja.
Camila se levantó
Camila- A vos ni te pregunto porque ya se lo que te gusta - dio unos pasos hacia afuera de la sala - me sorprende que no te le hayas tirado encima a Matías jajaj... Capaz que es porque le gustan tetonas jajajaja... Bueno voy al baño que me estoy meando.
Camila desapareció de la imagen.
Cuando se escuchó el sonido de la puerta del baño cerrándose María se abalanzó sobre mi, rápidamente liberando mi pene.
Yo- ¡Pará! ¿Estás loca?
Dije en un grito susurrado.
María- Se tarda una vida esta en el baño, dejame jugar que me quedé con ganitas...
Se la comió entera y volvió a cabecear, como si en su memoria muscular hubiera quedado el movimiento del pete que empezó en la cocina. Quería ser más inteligente y hacerla parar pero la calentura me ganaba, le acomodé el pelo como haciéndole una colita con la mano y acompañé el movimiento de la mamada.
De todos los petes que María me había hecho hasta el momento este era definitivamente el más delicioso, por ese factor sorpresa de estar haciéndolo en la sala de estar cuando teníamos invitados. Era realmente el extasis.
María- ¿Ya no te quejas más?
La volví a bajar a mi verga.
Yo- Preocupate por chupar vos... Todita Todita...
Estaba bajando por todo el tronco haciendo que mi glande se metiera de lleno en su garganta, y babiandome los huevos más y más con cada chupada.
Había entrado al paraíso y ya casi ni recordaba que me estaba peteando tan públicamente en la sala.
...
Camila- ¡Epa! Supongo que mucho drama no tenes con las tetas chicas.
Apareció Camila para encontrarse a su amiga de rodillas en el sillón, apuntandole con el culo y tragando pija como desesperada.
Saltamos cuando notamos su presencia y me sorprendió que no me haya lastimado con los dientes María sacándose mi verga de la boca a esa velocidad.
María- ¡Uh! Perdón boluda... No me di cuenta que saliste del baño.
Camila- Osea que querías comer un ratito en secreto zorra... ¿Hace cuánto que están garchando?
Nos acomodamos la ropa.
María- Bueno... En realidad no estamos garchando... Bah, una vez sí, pero más que nada me comprometí a ser su petera personal en la cuarentena.
Me sorprendió la naturalidad con la que dijo esas palabras, se ve que eran amigas de toda la vida porque compartían muchísimo.
Camila- ¡Aaaaah! Mirala a la zorrita... Y vos encantado seguro.
Yo- Jajaj y... No me puedo quejar.
Nos volvimos a sentar como antes para dejarle su lugar a Camila.
María- Y bueno, lo tenía medio en penitencia al nene pero ahora me ganó el hambre jejeje...
Camila- ¿Así que lo tenías en sequía de pete?
María- Mmm-hmmm.
Camila- ¿Y qué te parece si te ayudo a solucionarlo?
No te puedo creer, no estaba pasando eso... ¿Dijo lo que escuché?
María- Mmm, ¿te gustaría eso?
Camila- A el le gustaría eso - dijo señalandome - vení galán, sentate acá.
Me cedió su lugar al medio del sillón y casi como bailando me abrió las piernas e invitó a maría a bajar con ella.
Camila- Fuiste muy buenito aguantando sin tu petecito - decía con voz de nena - así que esto te lo ganaste.
Entre las dos se ayudaron para bajarme el cierre y desprenderme de mi pantalón, yo las acompañé sacándome la remera y en un segundo estaba desnudo frente a dos preciosidades.
Entre besos se fueron sacando la ropita, se tocaban las tetas, la cola y la conchita mientras dejaban a un lado el pantalón, después los buzitos, los corpiños.... Se quedaron en tanga y tetas y volvieron a agacharse.
Vale la pena tomarse un tiempito para describir a Camila. La petera era una diosa rubia de tez blanquita pálida, con tetas firmes y de un tamaño parecido al de Inés, de esas que escotadas te obligan a mirarlas, y un culito precioso como el de María pero con un poquito menos de cadera.
Con los deditos entrelazados comenzaron a hacerme una paja cooperativa mientras continuaban jugando entre ellas. Yo no podía creer la situación, esta otra petera que tanto había deseado e imaginado ahora estaba jugando con María y conmigo en el día que me conocía.
Desprendieron sus labios y me regalaron una sonrisa gatuna.
Camila- Hoy tenes dos peteritas de cuarentena.
Y al terminar su oración se comió todo mi pedazo, tal cual su hacia en su ya famoso video.
María observaba con placer a su amiga la petarda hacer lo que mejor sabía hacer, pero lentamente empezó a sumar sus habilidades para duplicar mi placer. Posó una mano sobre mis huevos y con la otra envolvió mi pija, dejando a Camila defustandome el glande mientras ella me masajeaba muy rico.
María- ¿Te gusta esto atrevido?
Yo- No te podes hacer una idea, que delicia por dios.
Continuaron así por unos segundos.
María- Entonces esto te va a encantar...
Al decir eso se acercó a su compañera de pete y cambio sus manos por su boquita, mientras Camila continuaba los chupones María se encargaba de lamer el tronco con devoción, regalandose unos sefunditos para bajar a darme amor a mis bolas.
Yo- ¿Les puedo pedir algo bebés?
Con un sonoro chasquido mi glande salió de la boca de Camila, y rápidamente pasó a la de María.
Camila- Lo que quieras papito.
Me mató como me habló, era lo más zorra que vi en mi vida.
Yo- ¿Se pueden dar un besito con mi pija entre medio?
Camila rió y sin contestar volvió a mi pija, María le concedió la labor de chupar y ella retornó al mástil y los huevos.
Unos minutitos estuvieron dándome placer así hasta que María comenzó a subir hacia mi cabeza. Al llegar lamió en la zona que conectaba mi pija y los labios de Camila y después le dio dos besitos rápidos en el cachete a su amiga.
Esta comprendió por dónde venía la mano y dejó medio glande a disposición de María, ahora ambas se encontraban chupandome la puntita.
Y ahí llegó lo mejor.
Respondiendo un poco tardía mi pregunta las dos zorritas conectaron sus labios en un húmedo beso con mi verga entre medio. Cada chasquido de sus labios separándose, cada latigueo de sus lenguas se sentía como un cosquilleo irresistible en la punta de mi pija, y dejaban caer gotitas de su babita por el tronco de mi pene.
Por más que quisiera que esto hubiera durado eternamente, los indicios del clímax no tardaron en llegar.
Yo- Estoy para acabar.
Ambas se despegaron un segundito y dijeron en sincronía
- Danos la lechita bebé -
Retomaron su sesión de besos mientras yo me la sacudía un poco desde la base.
Yo- Arrrgg.
Acabé como nunca antes, chorro tras chorro cayendo entre los labios de mis perfectas pendejas, lo que no se tomaban volvía a caer por mi pija.
Siguieron su beso y luego entre las dos me miraron.
Camila- Bien rica tu lechita.
María- Como siempre. ;)
Caí rendido en el sillón y cerré los ojos, aún con la imagen de María y su amiguita saboreando semen de la punta de mi pija.
¿Se acuerdan como había dicho que iba a ser un gran día?
Pues no lo fue...
Fue perfecto.
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