Tengo unos padres muy religiosos y nunca nos dejaron a mi hermana y a mí hacer lo que queríamos, por suerte cuando nos fuimos a estudiar a un piso solos esto cambio.
Al contrario de mi hermana nunca tuve muchos amigos, me centraba más en estudiar y sacar buenas notas y a lo mejor tenía uno o dos amigos, mientras mi hermana era bastante popular pero también era amable y humilde.
Puedo decir que ella era mi mejor amiga, es unos pocos años más pequeña, por eso me fui a estudiar solo antes y cuando llego nos pusimos al día.
El primer día que llegó aprovechamos que era mitad de verano y nos sentamos en el sofá del salón y buscamos una peli de Netflix, la pusimos para que hubiera sonido porque en realidad no la veíamos solo hablábamos, estaba muy cambiada, se puso más alta, el pelo se le oscureció un poco, sus labios seguían siendo carnosos (no mucho) y sus ojos verdes seguían siendo los mismos de siempre.
No hablamos cosas importantes, pero por lo que me contó, mis padres seguían siendo iguales.
Nos fuimos a dormir cada uno a nuestra habitación, al día siguiente me levanté por las nueve de la mañana y para mi sorpresa me la encontré con una remera apretada y con unos pantalones de deporte haciendo yoga, la saludé y ella me devolvió el saludó con una sonrisa, mientras desayunaba no podía dejar de mirarle el culo, esto nunca me había pasado y era muy incómodo.
Esa misma noche repetimos el plan pero hablamos de cosas más intimas, le pregunté si había tenido novio y ella me dijo que nuestros padres no la dejarían, me preguntó lo mismo y le respondí: aproveche estar lejos para estar con alguna chica, lo decía con una sonrisa pero mi hermana parecía algo incómoda.
Me pregunto si podíamos dormir juntos, no me tomo por sorpresa antes lo hacíamos, y así nos quedamos en el sofá, ella llevaba otra remera pero estilo pijama y para abajo solo tenía puestas unas bragas, yo por mi parte llevaba unos boxers. Me desperté por la madrugada porque escuché unos gemidos, no tarde en darme cuenta de que mi hermana se estaba masturbando, le pregunté que hacía y parece que le di un susto, ella se giró algo nerviosa pero al ver su cara colorada por la excitación y sus ojos brillantes no me pude resistir a besarla, se sentía cálido y ella no tardó mucho en corresponderme, estuvimos así un tiempo asta que dirigí mi mano hacia su entrepierna, estaba muy caliente y mojada, yo también estaba demasiado caliente y me hacia ilusión ese depilado que tenía como si nunca hubiera crecido vello, con mi otra mano y sin dejar de besarla cogí su mano para ponerla dentro de mi boxer, ahora nos estabámos masturbando mutuamente mientras no besábamos.
Quite la manta que teníamos para irle bajando las bragas del todo y empezar a probar su dulce vagina, gemía de la manera más dulce que se pueda imaginar, mientras yo estaba en su entrepierna ella se iba quitando la remera, me senté para subirla encima mío y empezar a saborear esas dulces tetas, tengo que decir que no eran muy grandes pero si eran preciosas.
En un rato ya estaba frotando mi pija con su vagina mientras agarraba su entrenado culo para empezar a meterla con delicadeza, ella soltó un gemido de dolor al mismo tiempo que placer, le acariciaba el pelo con delicadeza y le daba besos, empezaba a moverme más duro y ella gemía como loca, seguimos en esa posición un rato asta que la tumbe para darle un poco más fuerte pero sin llegar a tirarle del pelo, lo máximo que hacía era darle nalgadas, tampoco le decía lo putita que era y tengo que decir que no lo hacía solo porque era mi hermana.
Después de tantos gemidos la bese para sacar mi pene y correrme sobre su vientre.
Al contrario de mi hermana nunca tuve muchos amigos, me centraba más en estudiar y sacar buenas notas y a lo mejor tenía uno o dos amigos, mientras mi hermana era bastante popular pero también era amable y humilde.
Puedo decir que ella era mi mejor amiga, es unos pocos años más pequeña, por eso me fui a estudiar solo antes y cuando llego nos pusimos al día.
El primer día que llegó aprovechamos que era mitad de verano y nos sentamos en el sofá del salón y buscamos una peli de Netflix, la pusimos para que hubiera sonido porque en realidad no la veíamos solo hablábamos, estaba muy cambiada, se puso más alta, el pelo se le oscureció un poco, sus labios seguían siendo carnosos (no mucho) y sus ojos verdes seguían siendo los mismos de siempre.
No hablamos cosas importantes, pero por lo que me contó, mis padres seguían siendo iguales.
Nos fuimos a dormir cada uno a nuestra habitación, al día siguiente me levanté por las nueve de la mañana y para mi sorpresa me la encontré con una remera apretada y con unos pantalones de deporte haciendo yoga, la saludé y ella me devolvió el saludó con una sonrisa, mientras desayunaba no podía dejar de mirarle el culo, esto nunca me había pasado y era muy incómodo.
Esa misma noche repetimos el plan pero hablamos de cosas más intimas, le pregunté si había tenido novio y ella me dijo que nuestros padres no la dejarían, me preguntó lo mismo y le respondí: aproveche estar lejos para estar con alguna chica, lo decía con una sonrisa pero mi hermana parecía algo incómoda.
Me pregunto si podíamos dormir juntos, no me tomo por sorpresa antes lo hacíamos, y así nos quedamos en el sofá, ella llevaba otra remera pero estilo pijama y para abajo solo tenía puestas unas bragas, yo por mi parte llevaba unos boxers. Me desperté por la madrugada porque escuché unos gemidos, no tarde en darme cuenta de que mi hermana se estaba masturbando, le pregunté que hacía y parece que le di un susto, ella se giró algo nerviosa pero al ver su cara colorada por la excitación y sus ojos brillantes no me pude resistir a besarla, se sentía cálido y ella no tardó mucho en corresponderme, estuvimos así un tiempo asta que dirigí mi mano hacia su entrepierna, estaba muy caliente y mojada, yo también estaba demasiado caliente y me hacia ilusión ese depilado que tenía como si nunca hubiera crecido vello, con mi otra mano y sin dejar de besarla cogí su mano para ponerla dentro de mi boxer, ahora nos estabámos masturbando mutuamente mientras no besábamos.
Quite la manta que teníamos para irle bajando las bragas del todo y empezar a probar su dulce vagina, gemía de la manera más dulce que se pueda imaginar, mientras yo estaba en su entrepierna ella se iba quitando la remera, me senté para subirla encima mío y empezar a saborear esas dulces tetas, tengo que decir que no eran muy grandes pero si eran preciosas.
En un rato ya estaba frotando mi pija con su vagina mientras agarraba su entrenado culo para empezar a meterla con delicadeza, ella soltó un gemido de dolor al mismo tiempo que placer, le acariciaba el pelo con delicadeza y le daba besos, empezaba a moverme más duro y ella gemía como loca, seguimos en esa posición un rato asta que la tumbe para darle un poco más fuerte pero sin llegar a tirarle del pelo, lo máximo que hacía era darle nalgadas, tampoco le decía lo putita que era y tengo que decir que no lo hacía solo porque era mi hermana.
Después de tantos gemidos la bese para sacar mi pene y correrme sobre su vientre.
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