Y llegó por fin el 6to capítulo de esta nueva temporada, en este capítulo, Sandra se lleva el protagonismo y tiene el momento estelar, además de ser un poquito más largo (por eso la tardanza). También, a diferencia de otros episodios, tiene más fotos dado que juegan un papel importante, solo diré que habrá intercambio de packs entre los protagonistas.
Ya saben que uso imágenes de la instagramer Bee_farmer como ejemplo de la protagonista Tamara, y de Xev Bellringer para Sandra, su madre. Consideren que de existir un live action ellas sería mi primera opción 😉 igual, pueden imaginar las cosas como quieran.
¡Espero que lo disfruten!
Starring:
Tamara
Sandra
Los niveles del iceberg
Tras una cena bastante tensa en la que la única que actuaba como siempre era Tammy, me fui a bañar aunque más que asearme pensaba ensuciarme el alma con una nueva perversión: enviarle un pack a mamá. Sonaba sacado aunque ella lo había pedido para presumirle a una 3era en discordia, esa tal Nayla, que se nos había adelantado en cumplir los sueños de Edipo.
Le pregunte por esa tal Nayla. Habían pensado hasta en denunciarla entre el círculo de amigas cuando confesó que tenía sexo con su retoño, hasta que decidieron dejar todo así como estaba. Solían ser tan cercanas como para confesarse esas cosas y tomar medidas legales tan rastreras habría sido de poco amigas. O como digo yo, de mal cogidas.
Con el tiempo la amistad se diluyó un poco, algunas no quisieron saber más nada de ella, otras simplemente hicieron distancia por cuestiones de la vida. Hacía años que no la veía en los cumpleaños de mamá, por ejemplo. No obstante, ella fue la más tiempo le siguió hablando e incluso charlaron sobre el incesto en repetidas ocasiones. Hasta tenía fotos y cuando se las estaba por pedir, papa habló:
- Amor, deja el telefonito. Que no te jodan a esta hora. ¿Te sirvo más papas?- Interrumpió papa que creía que la molestaban desde la oficina acercándole la fuente con papas al horno.
- Bueno, las que tengo en el plato se enfriaron. – Aceptó.
- ¿Te molestan del trabajo? – Curioseó papá.
- Ella tiene sus asuntos no te pongas celoso.- Intervino Tamara bastante inoportuna, mamá le dedicó una mirada asesina, más que anda porque cuando estaban divorciados y a punto de irse cada cual para su rancho, los rumores decían que mamá había sido infiel.
- ¿Qué decías Tamara? ¿Qué precisas acuarelas?- Aunándose al hilo de la conversación.
- No, acrílicos y un lienzo al menos de 70cm por 50cm. Si no lo consigo por internet voy a ir con papa a comprarlo. Tengo en mente una pintura.
- ¿Hace cuanto que no vendes una?
- Del principio de la cuarentena. Un amigo me compro unos dibujos y otro un cuadro. Obviamente se piensan que así me van a coger.
- ¿Son esas forma de hablar en la mesa, carajo?- La reprimió mamá.
- Es joven, amor, ella es más directa que nosotros, no seamos viejos chotos.
- Sí, cuando te conviene te haces el pendejo. Falta que uses Tik Tok o esas pavadas.
Vislumbré una discusión fuerte en el horizonte, pero contra todo pronóstico, Sandra la cortó en seco:
- Aprovecha la inspiración y compra todo lo que precises, llévala mañana a tu consentida, podes pedir un día libre para tu hijita, me imagino.- Se mostró bastante receptiva aunque también derrochó despreció cuando dijo “consentida” e “hijita”.
- Bueno, no pierdo nada preguntando. Para aprovechar el día también me tenés que acompañar a hacer las compras de la semana.
- Dejame en la librería y anda a comprar la comida, después me pasas a buscar.- Lo manipuló Tamara, siempre tan directa y papá aceptó.
- No quiero que hagas muchos viajes, si precisas plata te presto. Compra lo que precises para un par de cuadros, exprimilos bien a esos que te tienen ganas, plata es plata.
Todos se sorprendieron, incluso mi hermana, que le agradeció con un abrazo y un beso en la mejilla. Aunque yo entendí el motivo tras el gesto y supe que quería sacárselos de encima.
- Buen provecho, me voy a dar un baño.- Levantándome de la mesa tras dejar mis trastos en la pileta.
- ¿Te queres salvar de lavar las cosas turrito?- Me peleó mi hermana.- ¿Otra vez me toca a mí que soy tu criada?
- Dejalo, Tamara. Yo lavo hoy.- Interrumpió papa.
Casi parecía una casa normal, aunque si se buceaba profundo, se revelaría ante los ojos curiosos que esa cena había sido solo la punta del iceberg.
Debajo de la línea del agua, debajo de la máscara de una familia normal, estaban las primeras relaciones incestuosas entre mi hermana y yo, su doble vida en patreon vendiendo cosplays libidinosos y nudes… más abajo dónde la luz de la decencia no llega, estaba la vez que junto a Tammy hicimos un directo incestuoso y la escapada a Mar del Plata para coger como conejos, mi aventura con mamá que termino en una paja y chupada de teta, la aventura de Tamara con papá que llegó mucho más lejos hasta un cunnilingus y anilingus precisamente.
En un escalón más profundo del iceberg, morada de las criaturas y acciones más extremas, estaban mamá satisfaciendo su fetichismo de pies conmigo y queriendo hacerme una visita sexual aprovechando la casa sola dado que papá planeaba una escapada en auto junto a Tamara con resultados sexuales. En el fondo, donde el frío es tanto que quema y no llega ninguna luz, estaba la orgía junto a mi hermana, mi tío Nacho y su pareja Valeria en su casa, como si fuéramos parte de la comunidad swinger.
Mientras que yo, abría la canilla de la ducha desnudo pensando en una buena toma para enviarle a mi madre. El vapor se elevó por el baño mientras analizaba la situación, sintiéndome ganador. Saber que mañana Tammy y papá nos dejarían la casa sola era como meter un gol desde el vestuario, me sentía un total ganador.
Cuando salí, puse me saqué una foto con la toalla puesta, aunque muy abajo, casi en la línea en la que mi panza perdía el nombre. También una foto sentado en el inodoro apuntando desde arriba, con la toalla apenas tapándome el bulto (que por el morbo de fotografiarme, estaba creciendo) y repetí esas fotos sin toalla en el espejo y sentado. El vapor del baño me vestía bastante, no obstante, pensé que así eran más sensuales como esas típicas instagramers que muestran poquito y tienen talento para ocultar sus atributos, mostrando lo justo y necesario para atraer. Para tener y enviar cuando la situación lo amerite, también me saqué unas fotos bien zarpadas de mi pija en primer plano, manoteándola semierecta con la cabeza pelada, mostrando las bolas y todo.
Por el morbo de fotografiarme y pensar en lo que ocurriría mañana, se me puso en “full power” y aproveché para fotografiarla, algo que nunca había hecho.
- Se ve enorme desde abajo. Este es el truco que usan en internet para que parezca que tienen altos manubrios, chamuyeros.
Mientras me vestía, también me sacaba fotos, con la pija saliendo de la bragueta o bajándome la ropa. Antes de levantar sospechas, salí del baño teniéndola toda agarrotada y le envié a mamá las fotos más “ligths” pidiendo que cuando pueda, sin pedir permiso, me obsequie algunas ella.
- Me gustaron mucho. Se las voy presumir a Nayla, tomate varias que salís muy lindo.- Me elogió por whatsapp. Casi al instante, le envié las dos en las que salí desnudo pero el vapor me ocultaba un poco y esas le gustaron más.
Hasta la noche estuvimos meta palo y palo. Yo le mandaba fotos de mi mini sesión en el baño (y era lo único mini, no tengo una berenjena pero tampoco me quejo) y ella me mandaba de su hermoso cuerpo desnudo de a poco, fotos que se había sacado en el pasado, en las vacaciones y en la intimidad con papá. Me hicieron delirar. Debe ser de las primeras noches en las que me fui a dormir sin pensar en mi hermana y como si ella lo supiera o tuviera un sensor que le avisaba cuándo dejaba de recordarla, recibí la visita del hada del incesto cerca de la 1.
"Las fotos que mamá me envió, todas en una noche. Aunque insistí por una de su culo abierto me dijo que para esa tuviera paciencia. "
- No prendas la luz, va a ser rapidito.- Susurró mientras se acomodaba al lado mío.- ¿Te estuviste meta mensajear con mamá no? Nunca la vi tan pegada al teléfono.- Preguntó acercándose a la pantalla de mi celular para chusmear la conversación hot con nuestra madre.
- Mucho mejor. Nos pasamos packs.- Y le enseñe el chat con las fotos. No podía creer que nuestra madre, que solía ser muy recatada en casa, hubiera caído en la red y ya aprendía a moverse en ella como una araña más. También le conté sobre su amiga Nayla, que parecía ser una pieza clave.
- Ella parece que fue la que le planto la semilla de la curiosidad. Si su amiga no hubiera confesado el incesto no sé si mamá se interesaría en esto, la noto muy comprometida con intercambiar fotos con ella, fotos en las que soy el protagonista.
- Es de la familia, sin dudas.- Y mientras finiquitaba la conversación, me mandaba mano por dentro del pantalón. – Saliste re lindo, después envíamelas a mi también… me da cosita que me hayas dejado afuera, podrías habérmelas enviado a mi también.
- No me di cuenta, no fue de mezquino, te iba a mostrar todo igual. Estamos juntos en esto aunque vayamos por distintos objetivos.
- Somos como dos jugadores online en el mismo mapa pero haciendo distintas misiones, sin separarnos demasiado.- Reflexiono como si hubiera hecho la analogía más brillante del mundo.
- Pará Nobel de literatura… te comiste un Borges parece.
- Hablando de comer tenes todo servido en bandeja de plata hermanito, parece que vamos a lograr nuestro cometido. – Y mientras susurraba, me masajeaba los testículos y el rabo con sus suaves manos que tanto conocían de mi intimidad. Le encantaba tocarme, no solo cuando la tenía erecta, también dormida, y juguetear con mi miembro como si fuera la primera vez mientras hablaba.
- Mmm Tammy, no creas que mi aventura con mamá me va a hacer olvidar nuestro pequeño proyecto.- Imitando su gesto, metiendo mi mano en su entrepierna para acariciarle la conchita, hundiendo mis dedos entre sus carnosos y porosos labios. Para aumentarle la temperatura posicioné mi mano entera sobre su vulva, como si formara un conchero con ella.
- Ni vos creas que porque coja mañana con papá en el auto te voy a hacer a un lado. Vas a ser el papá de mis hijos, ya le dije que si me la quiere meter va a tener que usar un condón o acabarme en otro lado. Es mi única condición.
- ¿El aceptó?- Encontrando su clítoris, para masajearlo y despertar las primeras reacciones de placer en mi hermana mayor, que empezó a retorcerse como una culebra asolándose. Nos excitábamos con movimientos y palabras por igual últimamente.
- Por supuesto, siempre lo voy a tener agarrado de la chota.- Tras acariciar mis testículos, me tomó dela pija y la apretó con su mano.- Como te tengo a vos ahora.
- Podrías entregarle el culito, que tanto nos gusta a los hombres.- Propuse mientras hundía más mi mano hacia la raja para acariciarle el anito con la yema por fuera.- Lo único que te pido solo para mi es que me dejes siempre venirme adentro para así un día preñarte.
- Mmm como me gusta que me hables así, como quisiera que esta cuarentena termine, conseguir un trabajo, que vos consigas otro, para dejarme preñar por vos hermanito… Y mi cola también es tuya, te considero mi hermano y mi novio, mi papá puede conformarse con todo lo demás que no es poco.- Me tranquilizó llenándome de amor.
- ¿Hay algo de mí que solo quieras para vos? ¿Querés que con mama tenga mis restricciones?- Le pregunté, estableciendo que mi prioridad seguía siendo ella en todo sentido.
- No, ninguna mi amor.- Dándome un tierno beso- Ya no está en edad de embarazarse, podes hacerle lo que quieras siempre y cuando no me ocultes nada. ¿Okey? Nada de juegos secretos entre ustedes, tus aventuras tienen que ser las mías por igual.
- Okey. Nada de avanzar el juego a tus espaldas.
- Exacto.
A modo de celebración, me descubrí la pija y llevé la cabeza de Tammy hacia ella, que me la chupó por enésima vez, yo me escurrí bajo ella como un insecto bajo una roca en el clásico 69 que tanto nos gustaba. Todo nos salía a pedir de boca. Me encantaba sentir todo su peso de hermana mayor sobre mi cuerpo, abrirle el culo con las manos, cerrarlo y volverlo a abrir apretujándole bien las nalgas bajo su jugosa vagina ideal para darme un lavado de cara con sus jugos, conectando mis labios con los de ella, pulposos y gruesos.
Dado que confesó que su culo era mío, aproveche el momento para meterle un dedo bien adentro de la cola, sintiendo el anillo de cuero abrazándome el dedo mientras lo giraba en su interior. Y no era lo único de ella que me apretujaba, sus labios me apresaron el glande y bajaron hasta la base llevándose toda mi pija hasta la garganta. Sentí el final de su lengua generando saliva contra mi cabeza, inundándole la boquita mientras metía mi dedo casi hasta el nudillo, sacándolo solo para meterlo acompañado de otro dedo más, girándolos y haciendo ganchitos por todo su interior.
Gracias a su siempre placentera felatio, el sabor delicioso de su vagina y mi piedra libre para jugar con su culo como se me dé la gana mientras le lamia toda la vagina, me vine en su boca llenándole la boquita con mi semen, que como me tenía acostumbrado, bebió sin desperdiciar una sola gota. Ya había llegado al punto en el que contar las veces en las que se había tomado mi leche era impensable, hasta me resultaba raro verla escupirlo o pedirme que me venga en otra parte. Siempre iba toda adentro.
- Quiero una prueba de cuánto me queres.- Exigió Tammy prendiendo la luz antes de irse para dejarme a solas de cara a mi siguiente aventura materna- Llévate esos dedos a la boca como hacen los actores porno.
- ¿Te parece?
- Dale, quiero una prueba de amor.
Sonreí ante tal pedido, y sin pensarlo mucho le concedí el deseo hundiéndolos en mi boca y pasándolos por mi lengua y mejillas por dentro. Mi hermana ahogó un gritito y dejó la habitación orgullosa “te entrene bien, ototo-san, mañana tenés tu graduación”.
Papeles invertidos
- ¿Y bien que tal me veo?- Me despertó mi madre entrando, dando una vueltita y abriendo la ventana. Mi cabeza aún se debatía entre si seguía soñando o vivía la realidad cuando los rayos del sol entraron.- No perdamos tiempo, salieron hace unos minutos y aunque van a estar comprando toda la mañana aprovechemos el rato a solas.
Tras recuperarme por el encandilamiento (sentía que me habían hecho un taiyoken de frente) observé a mamá. Estaba usando un conjunto de lencería erótica muy osado, de color blanco con tirantes estirados por ser que le quedaba casi chico. Toda una delicia visual hasta para mí que soy su retoño.
- ¿Te gustaron las fotitos que te mandé anoche? Dale decime algo o será que te arrepentiste.
- Perdón, es que estás buenísima, no puedo creer lo afortunado que soy.- Expresé admirándola de arriba abajo. Sus enormes tetas casi que se desprendían del conjunto como frutos maduros a punto de caer. El color de sus pezones se notaba a través de la tela de encaje.
- Me alegro. Ahora tengo algo que mostrarte.- Acercando su teléfono y mostrándome su diálogo con su amiga Nayla.- Aunque hacía bastante que no hablamos, de a poco me fui soltando y le conté lo nuestro. Está muy interesada, dice que las fotos que me enviaste son muy lindas. No viene al caso pero me mostró fotos de su hijo durmiendo, al que desnuda, y se me ocurrió hacer lo mismo.
- ¿Queres que me vuelva a dormir? – Haciéndome el tonto.- Después de verte así no creo que pueda.
- No, no, con que te hagas el dormido y me dejes sacarte unas fotitos estoy satisfecha. Después me pongo a tu disposición.
Aunque en las fotos tenía que dar la ilusión de que me agarraba dormido, verla así vestida, con sus pulposas carnes naturales, tan erótica, tan milf, me la estaba endureciendo bastante antes de tiempo. De todas formas me acosté de perfil y mamá me destapó justo hasta la entrepierna y casi como haría alguien que quiere espiar sin despertar al otro, tomó con cuidado mi short y lo bajo revelando mi pija.
- Ahí está, buena toma, se te ve apenitas… - Tomando un par de fotos de mi pija medio guardada entre mis piernas- La tenes muy guardadita, a ver sácala más, pone tu cadera derecha para que cuelgue.- Indicándome que la exponga. Me había posicionado como solía dormir, con las piernas juntas medio dobladas y la chota calentita entre ellas. Para complacerla me acosté más tipo tablón y la dejé colgando contra una pierna.
“Que morbosa resulto ser mamá, me cuesta creer que este tan metida en esto.” – pensé mientras me acomodaba boca arriba y mamá se fotografiaba estaba vez, agarrándomela con bolas y todo. “Si supiera que ayer Tamara también me la manoteó. Me siento como en los hentai que mira mi hermana, donde el varón de la casa tiene un harén de familiares para él… solo a un psicópata le puede salir una historia de esas”
- Si no salgo en alguna foto la otra va a pensar que la saqué de internet. Salgamos los tres, nosotros y tu amigo.- Posicionando primero mi pija entre su mano como si hubiera cazado un pez, después ella, y por último yo, todavía despeinado, con cara de recién levantado y medio dopado.
- ¿No serás de las que le ponen nombre no?- Pregunté ansioso por comenzar, por comerme todo su cuerpo, acariciarlo, besarlo, hacerle de todo. Ella seguía sacando fotos, muy cerca de mi amigo.
- Se te está parando, no estás nada de nervioso a pesar de que soy tu madre.- Dándose cuenta de ese pequeño detalle a esta altura del partido.
- ¿Y por casa como andamos? – Retruqué.- No sabía que te gustaban estas cosas, me parece que Nayla es una mala influencia para vos.
- Me descubriste. – Admitió mientras a modo de recompensa, como si fuera un perro que por hacer bien su truco merecía una galleta, descubrió sus enormes tetas frente a mi.- Ella con sus fetiches me contagió y no coronavirus. Además está casa estaba tan aburrida, necesitaba algo que me moviera la estantería, que me genere cosas nuevas.
- Pensé que con papá las cosas habían mejorado.- Acoté mientras la mano de mama envolvía mi miembro viril comenzando con una paja perezosa.- No quiero incomodarte, se escuchaban cosas en la noche.
- Voy a ser sincera, tuvimos un reencuentro fuerte, sentí que le había vuelto toda la pasión perdida o que tomaba viagra a escondidas pero creo que es por otra cosa...- acariciándome la cabeza mientras la veía a los ojos escuchándola con atención.- Creo que él me cogía porque se calienta con Tamara, he dicho.
- Es una deducción fuerte. Él caliente con ella, vos haciendo esto conmigo, la casa está patas arriba de ser así.
- Vos lo viste todo baboso viéndola andar en tanga de acá para allá, sentándola en la falda como a una bebita, acariciándole las piernitas por debajo de la mesa, consintiéndola sin parar. – Describiendo la situación al detalle, casi como tentándome a confesar que todas sus sospechas eran ciertas. - Algo les pasa y me toman de tonta, ella lo busca, lo calienta con sus juegos por algún motivo y claro, el otro me despierta a las 5 de la mañana cogiéndome como en nuestra adolescencia. Siempre que se pasea en tanga él está al palo todo el día, a veces hasta se pajea en el baño y se piensa que no lo sé.
- Intenso, te das cuenta de todo, no se te escapa nada y en vez de confrontar, se te ocurrió algo mejor, mucho mejor.- Poniéndome de su lado mientras me sentaba. Mamá no dejaba de masturbarme mientras me contaba su versión de los hechos sin saber que estaba en lo cierto en todo. Había sido tonto de parte de mi hermana y mía subestimarla y creer que podía manipularse sin que ella lo supiera.
- No me quería quedar atrás, sino iba a ser una simple ama de casa aburrida, una boluda, viendo a esos dos degenerados felices divirtiéndose a mis espaldas en especial cando me toca trabajar. Si no podes contra ellos úneteles, dicen, y acá estoy, haciéndote una paja, sacándote fotos de tu pito para morbosearme con Nayla, en fin.
- En fin, la hipocresía.
- ¿Qué?- Olvidando que era mi madre y de memes cero.
- Nada, cosas mías.- Saliendo de ese momento incómodo con uno más cómodo, yo besando los labios de mi madre.
Sus cabellos rubios cayeron sobre mí mientras nuestras bocas se encontraban. Si ella quería revivir una experiencia adolescente, mis besos eran ideales, tenían mucha baba, mucha lengua y no me importaba nada, sin tapujos le mande lengua como un muerto de sed que bebe de un cuenco. La mano de mamá se acelero y me pajeó con mayor velocidad y firmeza mientras redirigí mi boca hacia su cuello, su pecho, y sus colgantes tetas, que suaves e infladas, apuntaban con sus pezonacos al suelo.
Sus tetas eran blandas y blancas, de cerca mientras succionaba de su pezón, vi como se le inflaban unas venitas. Me encantaba vérselas en primer plano con lujo de detalle mientras saboreaba sus mamas una vez más, llenándome la boca con la fuente de la que me alimente en mi más tierna infancia.
- Ahh, ahah, ahah, mmm no puedo creer lo que hago, lo que me gusta.- Gimió mamá inclinada sobre mí, como si me diera la teta para alimentarme.- Ahaha, uh, uh, uh, uh, uh, mmm.- Gemía desatada gracias a que estábamos solos, y gracias a eso, es que mis manos no se quedaron quietas.- ¿Qué haces?
- Yo también quiero masturbarte ¿Me dejas?
- No me puse esta ropita sexy nomás para pajearte, date el gustito.- Me permitió acariciarle la concha por sobre la microscópica telita de encaje que la vestía en un 25%.
La telita estaba tan pegada a su empanadita que ni bien le acaricie la conchita, esta se hundió entre sus labios, era como tocársela con solo papel higiénico mojado interponiéndose entre su vulva y mis dedos, así de finita era la tanguita que se había puesto para mi, su retoño. Ella no dejó de pajearme y de darme de su ubre mientras yo se la acariciaba.
Dibuje la imagen mental de una conchita que, a pesar de traer a dos maravillosos seres humanos al mundo, tenía labios suaves y pulposos que ocultaban muy bien unas alitas de mariposa minúsculas. No podía verla, pero se me vino a la mente el rosa salmón típico de las rubias que mi hermana no había heredado por algún motivo.
La temperatura de todo iba en aumento, de la mano de mamá alrededor de mi pija tirándome el cuerito, mis dedos frotándose contra su sexo, sintiendo su pequeño clítoris bajo las yemas, de mi boca succionando con devoción de su pezones erectos y besando sus tetas hasta dejar marca… toda mi habitación era un caldero al rojo vivo en el que nos habíamos vertido voluntariamente.
- Tomame una foto chupándote las tetas.- Le ofrecí golpeteando sus pezones con la lengua y ella aceptó estirándose para alcanzar el celular.
- Le voy a poner de epígrafe “dándole la mema a mi bebé” ¿Te gusta? Uuh, que atrevido.
- Sos una mama morbosa, como me gustaría volver a tomar tu leche.- Le confesé mientras aprovechaba el momento para introducir mis dedos bajo tanga, tocándole los labios vaginales por primera vez sin nada que se interponga entre ellos y mi mano.- Te voy a tocar la concha, espero que no te importe.
- Y yo te la voy a mamar, quiero la lechita que te di por años de vuelta. Espero que no te importe.- Cuando la vi llevar sus labios lascivos a mi miembro casi me da un paro cardíaco, nervioso, cerebral, general. Era mucha suerte para una sola vida que semejante mamá, semejante milf, me hiciera una mamada mientras le colaba un dedo en la vagina.
- Uuuh, mmm, que rico Dios, me encanta, que buen pete.- Expresé con los ojos en blanco, paralizado con su acción oral. Su estilo era el de un taladro giratorio. Usaba su cabeza para envolverme con sus labios la chota y bajar mientras giraba el cuello de manera peligrosa para sus vértebras. En serio, giraba haciéndome retorcer todo el cuero desde la punta de mi hongo hasta mi base, sin usar las manos que las tenía apoyadas como pilares contra la cama. El placer era tanto que me estaba costando darle placer con mi mano, tenía la mano boba como todo mi cuerpo, me hizo acordar a cuando en Dragon Ball agarraban a Gohan del rabo y este quedaba fuera de combate.
- ¿Te gusta cómo te la chupa mami?- Me dijo tomando una pausa de su cabeceo de metalera giratorio y escupiéndomela con violencia, esparciendo su espesa y pegajosa saliva con la mano.
- Mucho, mucho, seguí por favor, seguí.- Y recogiendo su pelo, se lo junte atrás de la cabeza para verle la expresión de puta mientras me la mamaba, con sus mejillas hundidas por la succión y labios formando un círculo perfecto. No contento con eso, con la mano libre, le saqué varias fotitos en pleno pete y ella, que notó que la fotografiaba, no se inmuto y siguió chupando. Le saqué tantas fotos que casi me olvidé de que ella también merecía cariño.
- Perdón, mejor dejo el celular para otro momento, cosas de mi generación.- Expresé soltando el celular en el colchón para pasarle a masajear las tetas. Ella seguía concentrada en la felatio incestuosa, muy compenetrada en usar su boquita en darme placer.
Para no dejarla haciendo el trabajo sin recibir nada a cambio, retome la masturbación de su vagina mandándole mano sin tapujos refregando mis dedos contra toda su vulva, sus labios, sus orificios y su pequeño clítoris. Luego, con los sabores y olores impregnados en mi mano, me la llevé a mi nariz y boca para oler y saborear todo lo que su entrepierna tenía para ofrecer. Repetí el proceso otras tres veces extasiado como un drogadicto rehabilitado en una recaída severa reencontrándose con su tormento.
- No seas ansioso, dejame terminar y te voy a dejar algo mejor que unos dedos saborizados.
- Ya lo sé, es que quería sentirte el olorcito y el sabor, no podía esperar.
- Que bebe cochino.- Me dijo encendiéndome aún más. Y lo que me encendió todavía más fue que me sacó de la cama para dejarme de pie contra la ventana para mamármela de cuclillas. Verla en esa posición obscena, con sus globos bamboleándose en todas direcciones y sus sabrosos pezones viendo al suelo, provocaron que mantener el semen en su lugar me sea casi imposible.
- Me vengo, me voy a venir uuugh, Dios, que buen pete…- Sin que ella detuviera su cabeceo. Parecía especialista en mamarla sin usar las manos, desde que había empezado que sus manos no me habían tocado nada más que las piernas donde las apoyaba. La habilidad de su boca evidenciaba su experiencia superior, a veces por ser parte de una generación desenfrenada, más precoz, solíamos subestimar las habilidades de nuestros mayores. “¿Cómo le digo a Tammy que el pete de mama es mejor? No necesito decírselo a no ser que eso haga que quiera superarse.”
- ¿Qué estás esperando? Báñame toda.- Exigió como una Afrodita pidiendo un tributo a un simple mortal mientras se estrujaba las tetas, como usándolas como bolas anti-stress. Su aprobación fue casi como si abriera una canilla en mí.
- Ahí sale, uhh, uhh, mmm, sí, sí, uuuh.- Dije confiando en su boca, sin usar mis manos para correrme en sus labios, su boca, y su rostro, completando así, un pete 100% hecho con la boca.
Mamá ni se preocupó por las incómodas gotas de leche que habían llegado a su pelo, su ceja, o colgaban como tela de araña de Spider-Man de su barbilla. Se las limpió con la lengua y a dónde no pudo llegar, lo juntó con los dedos para llevárselos a la boca y tragarse mi lechita.
- Rica, muy rica, mi bebé me dejó satisfecha a mí, como para variar las cosas. Se invirtieron los papeles.
Casi desesperado por que llegue mi turno, la levanté y poniéndola de pie, cambie de posición pasando a ser el arrodillado que daba placer y ella la que recibía de pie. Hundí mi nariz en su concha con la tanguita puesta y respire tan fuerte que hasta se me metió un poco de tela en la nariz, sintiendo el olor obsceno y morboso del sexo de mamá mientras me refregaba contra ella.
- ¿Sabes que tengo puesta la tanga todavía no?- Se preocupó cuando se la chupé por sobre la erótica prenda, sin saber que en realidad, intentaba sacársela con los dientes.- Cuidado, no la rompas, es de mis favoritas.
Una vez que la húmeda tanguita estuvo enganchada en mis dientes, tiré para abajo como un perro jugando con un trapo y le despegue el hilito dental que estaba perdido entre su culo. Con su sexo descubierto, volví a la carga piel contra piel, labio contra labio para chuparle la vagina con todos mis conocimientos sobre el tema sobre la mesa. Como había dibujado en mi mente, su jugosa vagina de rubia era muy blanca, tierna, y rosada entre los pulposos labios. Casi o tenía alitas de mariposa o estaban metidas adentro, sin querer salir a volar.
- Uuh, aha, ahah, ah, ah, uuuh, que bien la chupás pendejo ¿lo aprendiste del porno o dónde?
- ¿Te hiciste reconstrucción vaginal o algo así? La tenés como una quinceañera. – Desvié la conversación para dejar tras un velo de misterio la fuente de mis conocimientos.
- Son los genes, maleducado ¿esperabas un boquete de prisión? No soy una puta.- Me dijo mientras ahora era ella laque me fotografiaba rindiéndole culto oral a mi nuevo Dios, aunque por el movimiento debían de salirle re movidas.
- Deberías ser más puta, no le niegues este cuerpazo a la humanidad.- Mi boca entera estaba perdida entre sus labios, enjuagándome contra sus ardientes aceites caseros. Era por demás, deliciosa, podía haber estado chupándosela por horas sin dificultades, en cada resquicio, cada orifico, no obstante, no era el único plato en el menú.
- Me encanta, que rica concha tenés por favor.- La elogié tomando distancia para admirar su obra de arte, que entre sus piernas, era un simple tajito depilado, demasiado sublime para una milf, que en los video porno que veía, solían tener dos aletas de foca.- Date vuelta, te quiero ver el culo.
- ¿Qué tenés en mente bebé?- Preguntó con desconfianza aunque para mí se hacía la boba.
Es que tras llenarle la concha de besos la fui dando vuelta con las manos y realicé lo mismo en sus portentosas nalgas blancas, suaves, grandes, perfectas para ser una mujer de su edad. Ver un culo así, tan natural como perfecto sacaba el modo berserk de mi y ni una orden judicial iba a impedirme hacer lo que tenía entre ojo y ojo.
Si comerle el culo a una hermana era más o menos atrevido que comérselo a mi madre, se lo dejo a los analistas de estas situaciones, si es que los hay, la cuestión es que ante tremenda zanja, rebosante de carne y redondez, pude contener mis malsanos instintos y tras besar sus nalgas por minutos, coloqué mis manos en ellas, con los pulgares apuntando al orificio, y separé sus carnes.
Ante mi estaba la preciosa gema negra que las mujeres ocultaban en lo más profundo de ellas y que tanto me desvelaban, el orificio quedo expuesto y pude notar por como retrajo la cadera, que estar expuesta así ante su hijo la incomodaba. Yo acerqué mis pulgares a él apretujando más las nalgas, las separé aún más hasta abrirle un poco el ano.
- Tenes un culo precioso, no puedo creer que pueda verlo.
- Hay, Tomás, estás peor de lo que creí. Los hombres y los culos, son su obsesión… ya me imagino lo que sigue.
No necesitó imaginarlo por mucho tiempo porque hundí mi nariz en su orificio y tras una profunda inhalación pasé a besárselo con mis labios de forma muy sonora (schuick, schuick, schuick…) con la libertad que tener la casa para nosotros nos confería. Mamá dejó escapar gemiditos muy agudos con cada beso negro obsequiado hasta que pase introducir mi lengua en su centro y trató de separarme de su orificio con la mano.
- Tomás, no… no lo hagas, no es necesario, estás yendo muy rápido.- Me dijo compungida mientras intentaba apartarme sin éxito. Quizás ella decía no y con su brazo intentaba despegar mi boca de su ano, sin embargo, no cambiaba la posición de sus piernas ni su cadera. El cuerpo no mentía. Tras desistir de sus intentos de separarme, se rindió (bastante rápido) me dejo comerle el culito a mi antojo.
Me aferre a su cadera con las manos y deje que sus nalgas me envolvieran las mejillas mientras le lamía el nudo de globo con ganas, con la nariz bien hundida en su raja. No tarde en frotarme contra ella desde el nacimiento de la raya hasta cuando se volvía vagina, sin dejar de presionarme contra su piel ardiente como si quisiera impregnarme su esencia en la piel.
- Tomás, estás enfermo, que manera de chupar, te va a hacer mal bebé…- Se preocupó sin darse vuelta, con las manos contra la pared y las piernas medio abiertas, quizás demasiado avergonzada para verme devorarle el culo pero sin hacer nada para impedírmelo.
- Aah, aha, ahah.- Me despegue respirando agitado como si hubiera corrido una maratón.- Tanto tiempo viéndote el culo en calzas, desando hacer esto, no puedo creer que se me dio.
- Bueno, bueno, ya nos estamos conociendo mejor, te pasa lo mismo con los culos que a mí me pasa con los pies.- Dijo acostándose en mi cama y abriendo las piernas.- Perdimos como quince minutos con lo de recién, dale, metésela a mamá, no la hagas esperar…
Sin decir una palabra, admirando el espectáculo de una mujer semejante abierta de piernas, expectante para recibir su inyección de incesto, acerqué mi glande y lo frote bien contra su vulva húmeda, casi como si lo untara de lubricante. Cuando lo sentí todo embadurnado, se la mandé a guardar de a poco.
Lo malo de coger contra reloj era que las cosas sucedían demasiado rápido. No caí en cuenta de mis actos ni en lo que hacía, solo iba tras un objetivo antes de que el tiempo se nos terminará. Mamá me había hecho un pete, le había chupado la concha, el culo, y ahora ya estaba cogiendo con sus pies en mi hombro, bombeándole pibes en la vagina, viendo con éxtasis a sus tetas ir desde su panza hasta sus hombros como peras de boxeo siendo golpeadas.
- Aha, ah, ahh, ah, ahaa, uuh, uuh, dale, dame, dame, uuuh. Gemía mamá y gimió aún mas fuerte cuando agarré un pie del talón y sin dejar de bombear, le pase la lengua por toda la planta. – Así me gusta, ya me conoces el punto débil bebé, uuuh, uuh, mmm.
- Vos conociste el mío recién, yo ya conocía el tuyo.- Expresé entre jadeos mientras balanceaba mi cadera como un péndulo mientras metía sus dedos en mi boca, abriéndole el pulgar y el dedo grande para pasarle la lengua ellos. No sabía mucho cómo funcionaba el fetichismo de pies pero parecía que mis métodos daban resultados, a juzgar por sus ojos cerrados y expresión de completo goce mientras nuestras caderas chocaban.
Era increíble como la tenía dominada bajo mis términos, cogiéndola sin parar, a mi propia madre, mientras le lamia la comisura entre los dedos y el talón, de un pie y pasando al siguiente. Tras obtener lo que quería, no tenía problemas hasta en dejar que me camine por la cara si quisiera. Me había dado un festín que no olvidaría y que jamás creí que desearía.
Zambulléndome entre sus piernas abiertas y sobre sus increíbles tetas, le acabe adentro sin aviso, sin reparos, disparando como cuatro tiros de esperma en ese útero más prohibido que ningún otro.
- Sos un peligro, venirte así, tanto, sin avisar, estás loco.- Me reprimió agitada, secándose la traspiración de la frente con la sábana.
- Estamos locos. – Dije mientras la sacaba dejando un hilillo de semen que debía de ir desde el fondo hasta fuera.- Aunque fue una locura intensa, lo admito. Capaz hasta dejaste a Nayla atrás.
- No te creas, me lleva años de ventaja. Hay detalles que prefiero no dar.- Conversó como intentando evitar el hecho de que había tenido sexo con su hijo y este se había corrido adentro. Casi que se comportaba con la misma naturalidad de Tammy después de realizar sus fechorías conmigo.
De repente, no sé si por fortuna o no, escuchamos un auto entrar en la cochera. Eso significaba que en cualquier momento Tamara entraría con sus compras, si es que ya no estaba girando la llave en la cerradura.
- ¡Mierda! ¡Voy a cambiarme! Hacete el dormido o algo, tira perfume.- Me aconsejó muy nerviosa.
- Nos dieron el tiempo justo.- Pensé viendo a mi madre correr a su habitación con la tanga en la mano y todas sus carnes sueltas bambolearse haciéndome delirar. En efecto, se escucharon pasos abajo y el ruido de bolsas apoyarse en la mesa.
- ¡Llegamos! – Gritó mi hermana, seguro que para avisarme de que estaban en casa y evitar que me descubran.
Botines de guerra
Los días pasaron y con mi hermana encontramos los momentos para ponernos al tanto de nuestras misiones por separados en ese mapa salvaje que recién comenzábamos a explorar. Aunque yo tardé más en completar la misión de concretar incesto con un progenitor, llegué más lejos dado que conservaba evidencia de mi botín y además, gozamos de mucha más libertad.
El escenario que jugaron papá y Tammy no había sido el más satisfactorio. Coger en el asiento trasero de un auto a la mañana, bajo la sombra de un árbol del conurbano no era lo más aconsejable y tras lo que ella describió como un “pete y chupadas de concha rapiditas” cogieron en la parte trasera con papá sentado y Tammy montándolo como a los toros mecánicos de los cumpleaños. Aunque no había un alma a esa hora y en el lugar elegido, el riesgo era demasiado grande y no pudieron sacarle todo el jugo a la experiencia, además de que ausentarse demasiado de casa hubiera sido sospechoso.
- Tremendas, resultó ser re puta mamá, por lo menos confirma que no soy adoptada.- Dijo tras verlas fotos de mi celular y el hilo de conversación con ella tras nuestro primer revolcón salvaje madre e hijo.
- Vamos, no sos adoptada. Puede ser rubia pero sus cuerpos se parecen, ahora lo confirmé.- Dije viéndola dibujar su manga en su habitación. Tenía algo abandonada su historia de incesto debido a que había vuelto a ocuparse en vivirlas más que en escribirlas.
- Con papá estábamos tan apretados atrás y con tanto miedo de que nos pesquen que no tomamos fotos y fue bastante rápido.- Admitió algo desilusionada.- Sigue diciendo que cuando pueda me a llevar a un motel. Viejo pervertido, tiene la fantasía de tener una noche de desenfreno con su hija.
Aunque no parecía muy emocionada por lo vivido de solo imaginarme a papá cogiéndola en el asiento trasero de un auto como a una simple puta barata elevó mis niveles de morbo como si se me subiera la glucosa.
- Hasta se llevó un recuerdito, me refregó la tanga bien por todos lados y se la guardo para él.
- No lo culpo.- Admití recordando esa vez que, tras dormir con ella la noche en que me confesó sus ratoneos con el incesto y se masturbó con un video en mi presencia, tomé su bombachita con dibujos de frutillitas y la usé para masturbarme oliéndola. Ahora a la distancia, me vi en 3era persona oliendo su prenda íntima y pajeándome a su lado en la oscuridad de la habitación y me reí dado que parecía una escena sacada de una parodia porno de Actividad Paranormal.
– Hablando de tu aventura… ¿Usaste condón?
- No seas cuida, Tommy, y sí, usó condón.- Me confirmó algo desilusionada.- ¿Estuviste reuniendo valor todo este tiempo para preguntarme eso no? Por eso estás pegado a mí como una segunda sombra, por poco ni me dejas ir a cagar tranquila.
Así había sido casi desde que llegó de su pequeña aventura disfrazada de salida de compras. Quería reunir cada detalle, que me confesara todo así como yo había hecho con mi episodio con mamá.
- Hasta parecías un detective privado.
- Bueno, no es tan así, no seas mal pensada. Solo quería ver que hacías, tanto morbo, tanto amor prohibido, tanta locura me hizo extrañar nuestros viejos tiempos, cuando charlábamos sobre anime despreocupados o mirábamos Netflix, peleando de vez en cuando.
- Uuuh, Tommy, mi amor.- Se conmovió dándome un pico muy cariñoso.- Pensaba lo mismo cuando tuvimos el párate. Me sentía desilusionada porque habíamos perdido ese tipo de relación tan linda. Hoy venite a ver algo conmigo, podemos ver algún anime interesante, juntitos, cómodos, sin necesidad de nada más.
- Quiero ver “God Eater”, ya que me gustan los juegos quiero ver qué onda el anime si es que te va la idea.
- Dale, me encanta, después quiero ver los últimos capítulos de “Little Witch Academia”, y más vale que no hagas comentarios desubicados de ese, pendejo degenerado.- Haciéndome reír con su advertencia y la caraduréz de decirme degenerado.
En eso, justo cuando estábamos por darnos un pico entre risas cariñosas, papá entró para decirnos que la cena estaba lista. Lo noté algo fastidiado con mi presencia.
- ¿Vos también dibujas ahora?- Me preguntó bastante hostil.
- No, no, solamente hablamos, le doy ideas.- Viendo de reojo que minimizaba todas las ventanas de dibujo en Ilustrator. Si supiera la clase de historias que recreaba su nena mimada.
- Acordate que tenés que estudiar, hace bastante que no te veo agarrar los libros.- Me reprimió.- Bajen que se enfría.
Con Tammy nos miramos y reímos a carcajadas. Había sido tan obvio.
- Viejo pervertido, siempre que viene te encuentra a vos, va a terminar mandándote al servicio militar si seguís así de cuida.
- ¡Que no lo hago de cuida! – Me exasperé dado que había sido sincero y de verdad quería pasar tiempo de calidad con mi hermana mayor a la vieja usanza. – O capaz te duerme con cloroformo y se escapa con vos en el baúl.
- ¡No le des ideas!- Hablando de ideas, me dio la espalda y se sacó el short de gimnasia apretadito que tenía puesto y se acomodó la tanga, ajustándosela contra la empanada para que se le remarquen los gajos y también, procurando que el triangulito de tela este bien en el comienzo de la vagina. Un milímetro más abajo y se le hubiera notado el tajo.
- ¿Otras vez querés calentar a papá?
- Quiero ver si mamá se enoja o ahora que cogió con vos le chupa un huevo. Es un experimento social, ponele. Bajemos, hermanito.
Abrazándome de improviso y dándome un pico. Pensar que todo había empezado así, con un abrazo y un pico en esa misma habitación, ahora no sabía cómo iba a terminar.
Continuara
¡Gracias por leer! En el próximo episodio va a pasar algo notable, se van a terminar los juegos y la historia va a empezar a complicarse. Después de todo la vienen teniendo fácil los personajes, todo muy tranquilo para ellos ¿no?
Si les gustó esta nueva historia muéstrenme su apoyo dejando puntos y/o comentarios, lo que gusten. Si pueden mandar a favoritos también pueden dejar puntos, no sean ratas que esto se hace a pulmón y para ustedes ;)
Capítulos anteriores:
Hermana Otaku 2da Temporada 1: http://www.poringa.net/posts/relatos/3727751/Hermana-Otaku-2da-Temporada.html?notification#comment-185844
Hermana Otaku 2da Temporada 2:http://www.poringa.net/posts/relatos/3750217/Hermana-Otaku-2da-Temporada-Capitulo-2.html
Hermana Otaku 2da Temporada 3:http://www.poringa.net/posts/relatos/3776003/Hermana-Otaku-2da-Temporada-Capitulo-3.html
Hermana Otaku 2da Temporada 4:http://www.poringa.net/posts/relatos/3800384/Hermana-Otaku-2da-Temporada-Capitulo-4.html
Hermana Otaku 2da Temporada 5:http://www.poringa.net/posts/relatos/3810293/Hermana-Otaku-2da-Temporada-Capitulo-5.html
Ya saben que uso imágenes de la instagramer Bee_farmer como ejemplo de la protagonista Tamara, y de Xev Bellringer para Sandra, su madre. Consideren que de existir un live action ellas sería mi primera opción 😉 igual, pueden imaginar las cosas como quieran.
¡Espero que lo disfruten!
Starring:
Tamara
Sandra
Los niveles del iceberg
Tras una cena bastante tensa en la que la única que actuaba como siempre era Tammy, me fui a bañar aunque más que asearme pensaba ensuciarme el alma con una nueva perversión: enviarle un pack a mamá. Sonaba sacado aunque ella lo había pedido para presumirle a una 3era en discordia, esa tal Nayla, que se nos había adelantado en cumplir los sueños de Edipo.
Le pregunte por esa tal Nayla. Habían pensado hasta en denunciarla entre el círculo de amigas cuando confesó que tenía sexo con su retoño, hasta que decidieron dejar todo así como estaba. Solían ser tan cercanas como para confesarse esas cosas y tomar medidas legales tan rastreras habría sido de poco amigas. O como digo yo, de mal cogidas.
Con el tiempo la amistad se diluyó un poco, algunas no quisieron saber más nada de ella, otras simplemente hicieron distancia por cuestiones de la vida. Hacía años que no la veía en los cumpleaños de mamá, por ejemplo. No obstante, ella fue la más tiempo le siguió hablando e incluso charlaron sobre el incesto en repetidas ocasiones. Hasta tenía fotos y cuando se las estaba por pedir, papa habló:
- Amor, deja el telefonito. Que no te jodan a esta hora. ¿Te sirvo más papas?- Interrumpió papa que creía que la molestaban desde la oficina acercándole la fuente con papas al horno.
- Bueno, las que tengo en el plato se enfriaron. – Aceptó.
- ¿Te molestan del trabajo? – Curioseó papá.
- Ella tiene sus asuntos no te pongas celoso.- Intervino Tamara bastante inoportuna, mamá le dedicó una mirada asesina, más que anda porque cuando estaban divorciados y a punto de irse cada cual para su rancho, los rumores decían que mamá había sido infiel.
- ¿Qué decías Tamara? ¿Qué precisas acuarelas?- Aunándose al hilo de la conversación.
- No, acrílicos y un lienzo al menos de 70cm por 50cm. Si no lo consigo por internet voy a ir con papa a comprarlo. Tengo en mente una pintura.
- ¿Hace cuanto que no vendes una?
- Del principio de la cuarentena. Un amigo me compro unos dibujos y otro un cuadro. Obviamente se piensan que así me van a coger.
- ¿Son esas forma de hablar en la mesa, carajo?- La reprimió mamá.
- Es joven, amor, ella es más directa que nosotros, no seamos viejos chotos.
- Sí, cuando te conviene te haces el pendejo. Falta que uses Tik Tok o esas pavadas.
Vislumbré una discusión fuerte en el horizonte, pero contra todo pronóstico, Sandra la cortó en seco:
- Aprovecha la inspiración y compra todo lo que precises, llévala mañana a tu consentida, podes pedir un día libre para tu hijita, me imagino.- Se mostró bastante receptiva aunque también derrochó despreció cuando dijo “consentida” e “hijita”.
- Bueno, no pierdo nada preguntando. Para aprovechar el día también me tenés que acompañar a hacer las compras de la semana.
- Dejame en la librería y anda a comprar la comida, después me pasas a buscar.- Lo manipuló Tamara, siempre tan directa y papá aceptó.
- No quiero que hagas muchos viajes, si precisas plata te presto. Compra lo que precises para un par de cuadros, exprimilos bien a esos que te tienen ganas, plata es plata.
Todos se sorprendieron, incluso mi hermana, que le agradeció con un abrazo y un beso en la mejilla. Aunque yo entendí el motivo tras el gesto y supe que quería sacárselos de encima.
- Buen provecho, me voy a dar un baño.- Levantándome de la mesa tras dejar mis trastos en la pileta.
- ¿Te queres salvar de lavar las cosas turrito?- Me peleó mi hermana.- ¿Otra vez me toca a mí que soy tu criada?
- Dejalo, Tamara. Yo lavo hoy.- Interrumpió papa.
Casi parecía una casa normal, aunque si se buceaba profundo, se revelaría ante los ojos curiosos que esa cena había sido solo la punta del iceberg.
Debajo de la línea del agua, debajo de la máscara de una familia normal, estaban las primeras relaciones incestuosas entre mi hermana y yo, su doble vida en patreon vendiendo cosplays libidinosos y nudes… más abajo dónde la luz de la decencia no llega, estaba la vez que junto a Tammy hicimos un directo incestuoso y la escapada a Mar del Plata para coger como conejos, mi aventura con mamá que termino en una paja y chupada de teta, la aventura de Tamara con papá que llegó mucho más lejos hasta un cunnilingus y anilingus precisamente.
En un escalón más profundo del iceberg, morada de las criaturas y acciones más extremas, estaban mamá satisfaciendo su fetichismo de pies conmigo y queriendo hacerme una visita sexual aprovechando la casa sola dado que papá planeaba una escapada en auto junto a Tamara con resultados sexuales. En el fondo, donde el frío es tanto que quema y no llega ninguna luz, estaba la orgía junto a mi hermana, mi tío Nacho y su pareja Valeria en su casa, como si fuéramos parte de la comunidad swinger.
Mientras que yo, abría la canilla de la ducha desnudo pensando en una buena toma para enviarle a mi madre. El vapor se elevó por el baño mientras analizaba la situación, sintiéndome ganador. Saber que mañana Tammy y papá nos dejarían la casa sola era como meter un gol desde el vestuario, me sentía un total ganador.
Cuando salí, puse me saqué una foto con la toalla puesta, aunque muy abajo, casi en la línea en la que mi panza perdía el nombre. También una foto sentado en el inodoro apuntando desde arriba, con la toalla apenas tapándome el bulto (que por el morbo de fotografiarme, estaba creciendo) y repetí esas fotos sin toalla en el espejo y sentado. El vapor del baño me vestía bastante, no obstante, pensé que así eran más sensuales como esas típicas instagramers que muestran poquito y tienen talento para ocultar sus atributos, mostrando lo justo y necesario para atraer. Para tener y enviar cuando la situación lo amerite, también me saqué unas fotos bien zarpadas de mi pija en primer plano, manoteándola semierecta con la cabeza pelada, mostrando las bolas y todo.
Por el morbo de fotografiarme y pensar en lo que ocurriría mañana, se me puso en “full power” y aproveché para fotografiarla, algo que nunca había hecho.
- Se ve enorme desde abajo. Este es el truco que usan en internet para que parezca que tienen altos manubrios, chamuyeros.
Mientras me vestía, también me sacaba fotos, con la pija saliendo de la bragueta o bajándome la ropa. Antes de levantar sospechas, salí del baño teniéndola toda agarrotada y le envié a mamá las fotos más “ligths” pidiendo que cuando pueda, sin pedir permiso, me obsequie algunas ella.
- Me gustaron mucho. Se las voy presumir a Nayla, tomate varias que salís muy lindo.- Me elogió por whatsapp. Casi al instante, le envié las dos en las que salí desnudo pero el vapor me ocultaba un poco y esas le gustaron más.
Hasta la noche estuvimos meta palo y palo. Yo le mandaba fotos de mi mini sesión en el baño (y era lo único mini, no tengo una berenjena pero tampoco me quejo) y ella me mandaba de su hermoso cuerpo desnudo de a poco, fotos que se había sacado en el pasado, en las vacaciones y en la intimidad con papá. Me hicieron delirar. Debe ser de las primeras noches en las que me fui a dormir sin pensar en mi hermana y como si ella lo supiera o tuviera un sensor que le avisaba cuándo dejaba de recordarla, recibí la visita del hada del incesto cerca de la 1.
"Las fotos que mamá me envió, todas en una noche. Aunque insistí por una de su culo abierto me dijo que para esa tuviera paciencia. "
- No prendas la luz, va a ser rapidito.- Susurró mientras se acomodaba al lado mío.- ¿Te estuviste meta mensajear con mamá no? Nunca la vi tan pegada al teléfono.- Preguntó acercándose a la pantalla de mi celular para chusmear la conversación hot con nuestra madre.
- Mucho mejor. Nos pasamos packs.- Y le enseñe el chat con las fotos. No podía creer que nuestra madre, que solía ser muy recatada en casa, hubiera caído en la red y ya aprendía a moverse en ella como una araña más. También le conté sobre su amiga Nayla, que parecía ser una pieza clave.
- Ella parece que fue la que le planto la semilla de la curiosidad. Si su amiga no hubiera confesado el incesto no sé si mamá se interesaría en esto, la noto muy comprometida con intercambiar fotos con ella, fotos en las que soy el protagonista.
- Es de la familia, sin dudas.- Y mientras finiquitaba la conversación, me mandaba mano por dentro del pantalón. – Saliste re lindo, después envíamelas a mi también… me da cosita que me hayas dejado afuera, podrías habérmelas enviado a mi también.
- No me di cuenta, no fue de mezquino, te iba a mostrar todo igual. Estamos juntos en esto aunque vayamos por distintos objetivos.
- Somos como dos jugadores online en el mismo mapa pero haciendo distintas misiones, sin separarnos demasiado.- Reflexiono como si hubiera hecho la analogía más brillante del mundo.
- Pará Nobel de literatura… te comiste un Borges parece.
- Hablando de comer tenes todo servido en bandeja de plata hermanito, parece que vamos a lograr nuestro cometido. – Y mientras susurraba, me masajeaba los testículos y el rabo con sus suaves manos que tanto conocían de mi intimidad. Le encantaba tocarme, no solo cuando la tenía erecta, también dormida, y juguetear con mi miembro como si fuera la primera vez mientras hablaba.
- Mmm Tammy, no creas que mi aventura con mamá me va a hacer olvidar nuestro pequeño proyecto.- Imitando su gesto, metiendo mi mano en su entrepierna para acariciarle la conchita, hundiendo mis dedos entre sus carnosos y porosos labios. Para aumentarle la temperatura posicioné mi mano entera sobre su vulva, como si formara un conchero con ella.
- Ni vos creas que porque coja mañana con papá en el auto te voy a hacer a un lado. Vas a ser el papá de mis hijos, ya le dije que si me la quiere meter va a tener que usar un condón o acabarme en otro lado. Es mi única condición.
- ¿El aceptó?- Encontrando su clítoris, para masajearlo y despertar las primeras reacciones de placer en mi hermana mayor, que empezó a retorcerse como una culebra asolándose. Nos excitábamos con movimientos y palabras por igual últimamente.
- Por supuesto, siempre lo voy a tener agarrado de la chota.- Tras acariciar mis testículos, me tomó dela pija y la apretó con su mano.- Como te tengo a vos ahora.
- Podrías entregarle el culito, que tanto nos gusta a los hombres.- Propuse mientras hundía más mi mano hacia la raja para acariciarle el anito con la yema por fuera.- Lo único que te pido solo para mi es que me dejes siempre venirme adentro para así un día preñarte.
- Mmm como me gusta que me hables así, como quisiera que esta cuarentena termine, conseguir un trabajo, que vos consigas otro, para dejarme preñar por vos hermanito… Y mi cola también es tuya, te considero mi hermano y mi novio, mi papá puede conformarse con todo lo demás que no es poco.- Me tranquilizó llenándome de amor.
- ¿Hay algo de mí que solo quieras para vos? ¿Querés que con mama tenga mis restricciones?- Le pregunté, estableciendo que mi prioridad seguía siendo ella en todo sentido.
- No, ninguna mi amor.- Dándome un tierno beso- Ya no está en edad de embarazarse, podes hacerle lo que quieras siempre y cuando no me ocultes nada. ¿Okey? Nada de juegos secretos entre ustedes, tus aventuras tienen que ser las mías por igual.
- Okey. Nada de avanzar el juego a tus espaldas.
- Exacto.
A modo de celebración, me descubrí la pija y llevé la cabeza de Tammy hacia ella, que me la chupó por enésima vez, yo me escurrí bajo ella como un insecto bajo una roca en el clásico 69 que tanto nos gustaba. Todo nos salía a pedir de boca. Me encantaba sentir todo su peso de hermana mayor sobre mi cuerpo, abrirle el culo con las manos, cerrarlo y volverlo a abrir apretujándole bien las nalgas bajo su jugosa vagina ideal para darme un lavado de cara con sus jugos, conectando mis labios con los de ella, pulposos y gruesos.
Dado que confesó que su culo era mío, aproveche el momento para meterle un dedo bien adentro de la cola, sintiendo el anillo de cuero abrazándome el dedo mientras lo giraba en su interior. Y no era lo único de ella que me apretujaba, sus labios me apresaron el glande y bajaron hasta la base llevándose toda mi pija hasta la garganta. Sentí el final de su lengua generando saliva contra mi cabeza, inundándole la boquita mientras metía mi dedo casi hasta el nudillo, sacándolo solo para meterlo acompañado de otro dedo más, girándolos y haciendo ganchitos por todo su interior.
Gracias a su siempre placentera felatio, el sabor delicioso de su vagina y mi piedra libre para jugar con su culo como se me dé la gana mientras le lamia toda la vagina, me vine en su boca llenándole la boquita con mi semen, que como me tenía acostumbrado, bebió sin desperdiciar una sola gota. Ya había llegado al punto en el que contar las veces en las que se había tomado mi leche era impensable, hasta me resultaba raro verla escupirlo o pedirme que me venga en otra parte. Siempre iba toda adentro.
- Quiero una prueba de cuánto me queres.- Exigió Tammy prendiendo la luz antes de irse para dejarme a solas de cara a mi siguiente aventura materna- Llévate esos dedos a la boca como hacen los actores porno.
- ¿Te parece?
- Dale, quiero una prueba de amor.
Sonreí ante tal pedido, y sin pensarlo mucho le concedí el deseo hundiéndolos en mi boca y pasándolos por mi lengua y mejillas por dentro. Mi hermana ahogó un gritito y dejó la habitación orgullosa “te entrene bien, ototo-san, mañana tenés tu graduación”.
Papeles invertidos
- ¿Y bien que tal me veo?- Me despertó mi madre entrando, dando una vueltita y abriendo la ventana. Mi cabeza aún se debatía entre si seguía soñando o vivía la realidad cuando los rayos del sol entraron.- No perdamos tiempo, salieron hace unos minutos y aunque van a estar comprando toda la mañana aprovechemos el rato a solas.
Tras recuperarme por el encandilamiento (sentía que me habían hecho un taiyoken de frente) observé a mamá. Estaba usando un conjunto de lencería erótica muy osado, de color blanco con tirantes estirados por ser que le quedaba casi chico. Toda una delicia visual hasta para mí que soy su retoño.
- ¿Te gustaron las fotitos que te mandé anoche? Dale decime algo o será que te arrepentiste.
- Perdón, es que estás buenísima, no puedo creer lo afortunado que soy.- Expresé admirándola de arriba abajo. Sus enormes tetas casi que se desprendían del conjunto como frutos maduros a punto de caer. El color de sus pezones se notaba a través de la tela de encaje.
- Me alegro. Ahora tengo algo que mostrarte.- Acercando su teléfono y mostrándome su diálogo con su amiga Nayla.- Aunque hacía bastante que no hablamos, de a poco me fui soltando y le conté lo nuestro. Está muy interesada, dice que las fotos que me enviaste son muy lindas. No viene al caso pero me mostró fotos de su hijo durmiendo, al que desnuda, y se me ocurrió hacer lo mismo.
- ¿Queres que me vuelva a dormir? – Haciéndome el tonto.- Después de verte así no creo que pueda.
- No, no, con que te hagas el dormido y me dejes sacarte unas fotitos estoy satisfecha. Después me pongo a tu disposición.
Aunque en las fotos tenía que dar la ilusión de que me agarraba dormido, verla así vestida, con sus pulposas carnes naturales, tan erótica, tan milf, me la estaba endureciendo bastante antes de tiempo. De todas formas me acosté de perfil y mamá me destapó justo hasta la entrepierna y casi como haría alguien que quiere espiar sin despertar al otro, tomó con cuidado mi short y lo bajo revelando mi pija.
- Ahí está, buena toma, se te ve apenitas… - Tomando un par de fotos de mi pija medio guardada entre mis piernas- La tenes muy guardadita, a ver sácala más, pone tu cadera derecha para que cuelgue.- Indicándome que la exponga. Me había posicionado como solía dormir, con las piernas juntas medio dobladas y la chota calentita entre ellas. Para complacerla me acosté más tipo tablón y la dejé colgando contra una pierna.
“Que morbosa resulto ser mamá, me cuesta creer que este tan metida en esto.” – pensé mientras me acomodaba boca arriba y mamá se fotografiaba estaba vez, agarrándomela con bolas y todo. “Si supiera que ayer Tamara también me la manoteó. Me siento como en los hentai que mira mi hermana, donde el varón de la casa tiene un harén de familiares para él… solo a un psicópata le puede salir una historia de esas”
- Si no salgo en alguna foto la otra va a pensar que la saqué de internet. Salgamos los tres, nosotros y tu amigo.- Posicionando primero mi pija entre su mano como si hubiera cazado un pez, después ella, y por último yo, todavía despeinado, con cara de recién levantado y medio dopado.
- ¿No serás de las que le ponen nombre no?- Pregunté ansioso por comenzar, por comerme todo su cuerpo, acariciarlo, besarlo, hacerle de todo. Ella seguía sacando fotos, muy cerca de mi amigo.
- Se te está parando, no estás nada de nervioso a pesar de que soy tu madre.- Dándose cuenta de ese pequeño detalle a esta altura del partido.
- ¿Y por casa como andamos? – Retruqué.- No sabía que te gustaban estas cosas, me parece que Nayla es una mala influencia para vos.
- Me descubriste. – Admitió mientras a modo de recompensa, como si fuera un perro que por hacer bien su truco merecía una galleta, descubrió sus enormes tetas frente a mi.- Ella con sus fetiches me contagió y no coronavirus. Además está casa estaba tan aburrida, necesitaba algo que me moviera la estantería, que me genere cosas nuevas.
- Pensé que con papá las cosas habían mejorado.- Acoté mientras la mano de mama envolvía mi miembro viril comenzando con una paja perezosa.- No quiero incomodarte, se escuchaban cosas en la noche.
- Voy a ser sincera, tuvimos un reencuentro fuerte, sentí que le había vuelto toda la pasión perdida o que tomaba viagra a escondidas pero creo que es por otra cosa...- acariciándome la cabeza mientras la veía a los ojos escuchándola con atención.- Creo que él me cogía porque se calienta con Tamara, he dicho.
- Es una deducción fuerte. Él caliente con ella, vos haciendo esto conmigo, la casa está patas arriba de ser así.
- Vos lo viste todo baboso viéndola andar en tanga de acá para allá, sentándola en la falda como a una bebita, acariciándole las piernitas por debajo de la mesa, consintiéndola sin parar. – Describiendo la situación al detalle, casi como tentándome a confesar que todas sus sospechas eran ciertas. - Algo les pasa y me toman de tonta, ella lo busca, lo calienta con sus juegos por algún motivo y claro, el otro me despierta a las 5 de la mañana cogiéndome como en nuestra adolescencia. Siempre que se pasea en tanga él está al palo todo el día, a veces hasta se pajea en el baño y se piensa que no lo sé.
- Intenso, te das cuenta de todo, no se te escapa nada y en vez de confrontar, se te ocurrió algo mejor, mucho mejor.- Poniéndome de su lado mientras me sentaba. Mamá no dejaba de masturbarme mientras me contaba su versión de los hechos sin saber que estaba en lo cierto en todo. Había sido tonto de parte de mi hermana y mía subestimarla y creer que podía manipularse sin que ella lo supiera.
- No me quería quedar atrás, sino iba a ser una simple ama de casa aburrida, una boluda, viendo a esos dos degenerados felices divirtiéndose a mis espaldas en especial cando me toca trabajar. Si no podes contra ellos úneteles, dicen, y acá estoy, haciéndote una paja, sacándote fotos de tu pito para morbosearme con Nayla, en fin.
- En fin, la hipocresía.
- ¿Qué?- Olvidando que era mi madre y de memes cero.
- Nada, cosas mías.- Saliendo de ese momento incómodo con uno más cómodo, yo besando los labios de mi madre.
Sus cabellos rubios cayeron sobre mí mientras nuestras bocas se encontraban. Si ella quería revivir una experiencia adolescente, mis besos eran ideales, tenían mucha baba, mucha lengua y no me importaba nada, sin tapujos le mande lengua como un muerto de sed que bebe de un cuenco. La mano de mamá se acelero y me pajeó con mayor velocidad y firmeza mientras redirigí mi boca hacia su cuello, su pecho, y sus colgantes tetas, que suaves e infladas, apuntaban con sus pezonacos al suelo.
Sus tetas eran blandas y blancas, de cerca mientras succionaba de su pezón, vi como se le inflaban unas venitas. Me encantaba vérselas en primer plano con lujo de detalle mientras saboreaba sus mamas una vez más, llenándome la boca con la fuente de la que me alimente en mi más tierna infancia.
- Ahh, ahah, ahah, mmm no puedo creer lo que hago, lo que me gusta.- Gimió mamá inclinada sobre mí, como si me diera la teta para alimentarme.- Ahaha, uh, uh, uh, uh, uh, mmm.- Gemía desatada gracias a que estábamos solos, y gracias a eso, es que mis manos no se quedaron quietas.- ¿Qué haces?
- Yo también quiero masturbarte ¿Me dejas?
- No me puse esta ropita sexy nomás para pajearte, date el gustito.- Me permitió acariciarle la concha por sobre la microscópica telita de encaje que la vestía en un 25%.
La telita estaba tan pegada a su empanadita que ni bien le acaricie la conchita, esta se hundió entre sus labios, era como tocársela con solo papel higiénico mojado interponiéndose entre su vulva y mis dedos, así de finita era la tanguita que se había puesto para mi, su retoño. Ella no dejó de pajearme y de darme de su ubre mientras yo se la acariciaba.
Dibuje la imagen mental de una conchita que, a pesar de traer a dos maravillosos seres humanos al mundo, tenía labios suaves y pulposos que ocultaban muy bien unas alitas de mariposa minúsculas. No podía verla, pero se me vino a la mente el rosa salmón típico de las rubias que mi hermana no había heredado por algún motivo.
La temperatura de todo iba en aumento, de la mano de mamá alrededor de mi pija tirándome el cuerito, mis dedos frotándose contra su sexo, sintiendo su pequeño clítoris bajo las yemas, de mi boca succionando con devoción de su pezones erectos y besando sus tetas hasta dejar marca… toda mi habitación era un caldero al rojo vivo en el que nos habíamos vertido voluntariamente.
- Tomame una foto chupándote las tetas.- Le ofrecí golpeteando sus pezones con la lengua y ella aceptó estirándose para alcanzar el celular.
- Le voy a poner de epígrafe “dándole la mema a mi bebé” ¿Te gusta? Uuh, que atrevido.
- Sos una mama morbosa, como me gustaría volver a tomar tu leche.- Le confesé mientras aprovechaba el momento para introducir mis dedos bajo tanga, tocándole los labios vaginales por primera vez sin nada que se interponga entre ellos y mi mano.- Te voy a tocar la concha, espero que no te importe.
- Y yo te la voy a mamar, quiero la lechita que te di por años de vuelta. Espero que no te importe.- Cuando la vi llevar sus labios lascivos a mi miembro casi me da un paro cardíaco, nervioso, cerebral, general. Era mucha suerte para una sola vida que semejante mamá, semejante milf, me hiciera una mamada mientras le colaba un dedo en la vagina.
- Uuuh, mmm, que rico Dios, me encanta, que buen pete.- Expresé con los ojos en blanco, paralizado con su acción oral. Su estilo era el de un taladro giratorio. Usaba su cabeza para envolverme con sus labios la chota y bajar mientras giraba el cuello de manera peligrosa para sus vértebras. En serio, giraba haciéndome retorcer todo el cuero desde la punta de mi hongo hasta mi base, sin usar las manos que las tenía apoyadas como pilares contra la cama. El placer era tanto que me estaba costando darle placer con mi mano, tenía la mano boba como todo mi cuerpo, me hizo acordar a cuando en Dragon Ball agarraban a Gohan del rabo y este quedaba fuera de combate.
- ¿Te gusta cómo te la chupa mami?- Me dijo tomando una pausa de su cabeceo de metalera giratorio y escupiéndomela con violencia, esparciendo su espesa y pegajosa saliva con la mano.
- Mucho, mucho, seguí por favor, seguí.- Y recogiendo su pelo, se lo junte atrás de la cabeza para verle la expresión de puta mientras me la mamaba, con sus mejillas hundidas por la succión y labios formando un círculo perfecto. No contento con eso, con la mano libre, le saqué varias fotitos en pleno pete y ella, que notó que la fotografiaba, no se inmuto y siguió chupando. Le saqué tantas fotos que casi me olvidé de que ella también merecía cariño.
- Perdón, mejor dejo el celular para otro momento, cosas de mi generación.- Expresé soltando el celular en el colchón para pasarle a masajear las tetas. Ella seguía concentrada en la felatio incestuosa, muy compenetrada en usar su boquita en darme placer.
Para no dejarla haciendo el trabajo sin recibir nada a cambio, retome la masturbación de su vagina mandándole mano sin tapujos refregando mis dedos contra toda su vulva, sus labios, sus orificios y su pequeño clítoris. Luego, con los sabores y olores impregnados en mi mano, me la llevé a mi nariz y boca para oler y saborear todo lo que su entrepierna tenía para ofrecer. Repetí el proceso otras tres veces extasiado como un drogadicto rehabilitado en una recaída severa reencontrándose con su tormento.
- No seas ansioso, dejame terminar y te voy a dejar algo mejor que unos dedos saborizados.
- Ya lo sé, es que quería sentirte el olorcito y el sabor, no podía esperar.
- Que bebe cochino.- Me dijo encendiéndome aún más. Y lo que me encendió todavía más fue que me sacó de la cama para dejarme de pie contra la ventana para mamármela de cuclillas. Verla en esa posición obscena, con sus globos bamboleándose en todas direcciones y sus sabrosos pezones viendo al suelo, provocaron que mantener el semen en su lugar me sea casi imposible.
- Me vengo, me voy a venir uuugh, Dios, que buen pete…- Sin que ella detuviera su cabeceo. Parecía especialista en mamarla sin usar las manos, desde que había empezado que sus manos no me habían tocado nada más que las piernas donde las apoyaba. La habilidad de su boca evidenciaba su experiencia superior, a veces por ser parte de una generación desenfrenada, más precoz, solíamos subestimar las habilidades de nuestros mayores. “¿Cómo le digo a Tammy que el pete de mama es mejor? No necesito decírselo a no ser que eso haga que quiera superarse.”
- ¿Qué estás esperando? Báñame toda.- Exigió como una Afrodita pidiendo un tributo a un simple mortal mientras se estrujaba las tetas, como usándolas como bolas anti-stress. Su aprobación fue casi como si abriera una canilla en mí.
- Ahí sale, uhh, uhh, mmm, sí, sí, uuuh.- Dije confiando en su boca, sin usar mis manos para correrme en sus labios, su boca, y su rostro, completando así, un pete 100% hecho con la boca.
Mamá ni se preocupó por las incómodas gotas de leche que habían llegado a su pelo, su ceja, o colgaban como tela de araña de Spider-Man de su barbilla. Se las limpió con la lengua y a dónde no pudo llegar, lo juntó con los dedos para llevárselos a la boca y tragarse mi lechita.
- Rica, muy rica, mi bebé me dejó satisfecha a mí, como para variar las cosas. Se invirtieron los papeles.
Casi desesperado por que llegue mi turno, la levanté y poniéndola de pie, cambie de posición pasando a ser el arrodillado que daba placer y ella la que recibía de pie. Hundí mi nariz en su concha con la tanguita puesta y respire tan fuerte que hasta se me metió un poco de tela en la nariz, sintiendo el olor obsceno y morboso del sexo de mamá mientras me refregaba contra ella.
- ¿Sabes que tengo puesta la tanga todavía no?- Se preocupó cuando se la chupé por sobre la erótica prenda, sin saber que en realidad, intentaba sacársela con los dientes.- Cuidado, no la rompas, es de mis favoritas.
Una vez que la húmeda tanguita estuvo enganchada en mis dientes, tiré para abajo como un perro jugando con un trapo y le despegue el hilito dental que estaba perdido entre su culo. Con su sexo descubierto, volví a la carga piel contra piel, labio contra labio para chuparle la vagina con todos mis conocimientos sobre el tema sobre la mesa. Como había dibujado en mi mente, su jugosa vagina de rubia era muy blanca, tierna, y rosada entre los pulposos labios. Casi o tenía alitas de mariposa o estaban metidas adentro, sin querer salir a volar.
- Uuh, aha, ahah, ah, ah, uuuh, que bien la chupás pendejo ¿lo aprendiste del porno o dónde?
- ¿Te hiciste reconstrucción vaginal o algo así? La tenés como una quinceañera. – Desvié la conversación para dejar tras un velo de misterio la fuente de mis conocimientos.
- Son los genes, maleducado ¿esperabas un boquete de prisión? No soy una puta.- Me dijo mientras ahora era ella laque me fotografiaba rindiéndole culto oral a mi nuevo Dios, aunque por el movimiento debían de salirle re movidas.
- Deberías ser más puta, no le niegues este cuerpazo a la humanidad.- Mi boca entera estaba perdida entre sus labios, enjuagándome contra sus ardientes aceites caseros. Era por demás, deliciosa, podía haber estado chupándosela por horas sin dificultades, en cada resquicio, cada orifico, no obstante, no era el único plato en el menú.
- Me encanta, que rica concha tenés por favor.- La elogié tomando distancia para admirar su obra de arte, que entre sus piernas, era un simple tajito depilado, demasiado sublime para una milf, que en los video porno que veía, solían tener dos aletas de foca.- Date vuelta, te quiero ver el culo.
- ¿Qué tenés en mente bebé?- Preguntó con desconfianza aunque para mí se hacía la boba.
Es que tras llenarle la concha de besos la fui dando vuelta con las manos y realicé lo mismo en sus portentosas nalgas blancas, suaves, grandes, perfectas para ser una mujer de su edad. Ver un culo así, tan natural como perfecto sacaba el modo berserk de mi y ni una orden judicial iba a impedirme hacer lo que tenía entre ojo y ojo.
Si comerle el culo a una hermana era más o menos atrevido que comérselo a mi madre, se lo dejo a los analistas de estas situaciones, si es que los hay, la cuestión es que ante tremenda zanja, rebosante de carne y redondez, pude contener mis malsanos instintos y tras besar sus nalgas por minutos, coloqué mis manos en ellas, con los pulgares apuntando al orificio, y separé sus carnes.
Ante mi estaba la preciosa gema negra que las mujeres ocultaban en lo más profundo de ellas y que tanto me desvelaban, el orificio quedo expuesto y pude notar por como retrajo la cadera, que estar expuesta así ante su hijo la incomodaba. Yo acerqué mis pulgares a él apretujando más las nalgas, las separé aún más hasta abrirle un poco el ano.
- Tenes un culo precioso, no puedo creer que pueda verlo.
- Hay, Tomás, estás peor de lo que creí. Los hombres y los culos, son su obsesión… ya me imagino lo que sigue.
No necesitó imaginarlo por mucho tiempo porque hundí mi nariz en su orificio y tras una profunda inhalación pasé a besárselo con mis labios de forma muy sonora (schuick, schuick, schuick…) con la libertad que tener la casa para nosotros nos confería. Mamá dejó escapar gemiditos muy agudos con cada beso negro obsequiado hasta que pase introducir mi lengua en su centro y trató de separarme de su orificio con la mano.
- Tomás, no… no lo hagas, no es necesario, estás yendo muy rápido.- Me dijo compungida mientras intentaba apartarme sin éxito. Quizás ella decía no y con su brazo intentaba despegar mi boca de su ano, sin embargo, no cambiaba la posición de sus piernas ni su cadera. El cuerpo no mentía. Tras desistir de sus intentos de separarme, se rindió (bastante rápido) me dejo comerle el culito a mi antojo.
Me aferre a su cadera con las manos y deje que sus nalgas me envolvieran las mejillas mientras le lamía el nudo de globo con ganas, con la nariz bien hundida en su raja. No tarde en frotarme contra ella desde el nacimiento de la raya hasta cuando se volvía vagina, sin dejar de presionarme contra su piel ardiente como si quisiera impregnarme su esencia en la piel.
- Tomás, estás enfermo, que manera de chupar, te va a hacer mal bebé…- Se preocupó sin darse vuelta, con las manos contra la pared y las piernas medio abiertas, quizás demasiado avergonzada para verme devorarle el culo pero sin hacer nada para impedírmelo.
- Aah, aha, ahah.- Me despegue respirando agitado como si hubiera corrido una maratón.- Tanto tiempo viéndote el culo en calzas, desando hacer esto, no puedo creer que se me dio.
- Bueno, bueno, ya nos estamos conociendo mejor, te pasa lo mismo con los culos que a mí me pasa con los pies.- Dijo acostándose en mi cama y abriendo las piernas.- Perdimos como quince minutos con lo de recién, dale, metésela a mamá, no la hagas esperar…
Sin decir una palabra, admirando el espectáculo de una mujer semejante abierta de piernas, expectante para recibir su inyección de incesto, acerqué mi glande y lo frote bien contra su vulva húmeda, casi como si lo untara de lubricante. Cuando lo sentí todo embadurnado, se la mandé a guardar de a poco.
Lo malo de coger contra reloj era que las cosas sucedían demasiado rápido. No caí en cuenta de mis actos ni en lo que hacía, solo iba tras un objetivo antes de que el tiempo se nos terminará. Mamá me había hecho un pete, le había chupado la concha, el culo, y ahora ya estaba cogiendo con sus pies en mi hombro, bombeándole pibes en la vagina, viendo con éxtasis a sus tetas ir desde su panza hasta sus hombros como peras de boxeo siendo golpeadas.
- Aha, ah, ahh, ah, ahaa, uuh, uuh, dale, dame, dame, uuuh. Gemía mamá y gimió aún mas fuerte cuando agarré un pie del talón y sin dejar de bombear, le pase la lengua por toda la planta. – Así me gusta, ya me conoces el punto débil bebé, uuuh, uuh, mmm.
- Vos conociste el mío recién, yo ya conocía el tuyo.- Expresé entre jadeos mientras balanceaba mi cadera como un péndulo mientras metía sus dedos en mi boca, abriéndole el pulgar y el dedo grande para pasarle la lengua ellos. No sabía mucho cómo funcionaba el fetichismo de pies pero parecía que mis métodos daban resultados, a juzgar por sus ojos cerrados y expresión de completo goce mientras nuestras caderas chocaban.
Era increíble como la tenía dominada bajo mis términos, cogiéndola sin parar, a mi propia madre, mientras le lamia la comisura entre los dedos y el talón, de un pie y pasando al siguiente. Tras obtener lo que quería, no tenía problemas hasta en dejar que me camine por la cara si quisiera. Me había dado un festín que no olvidaría y que jamás creí que desearía.
Zambulléndome entre sus piernas abiertas y sobre sus increíbles tetas, le acabe adentro sin aviso, sin reparos, disparando como cuatro tiros de esperma en ese útero más prohibido que ningún otro.
- Sos un peligro, venirte así, tanto, sin avisar, estás loco.- Me reprimió agitada, secándose la traspiración de la frente con la sábana.
- Estamos locos. – Dije mientras la sacaba dejando un hilillo de semen que debía de ir desde el fondo hasta fuera.- Aunque fue una locura intensa, lo admito. Capaz hasta dejaste a Nayla atrás.
- No te creas, me lleva años de ventaja. Hay detalles que prefiero no dar.- Conversó como intentando evitar el hecho de que había tenido sexo con su hijo y este se había corrido adentro. Casi que se comportaba con la misma naturalidad de Tammy después de realizar sus fechorías conmigo.
De repente, no sé si por fortuna o no, escuchamos un auto entrar en la cochera. Eso significaba que en cualquier momento Tamara entraría con sus compras, si es que ya no estaba girando la llave en la cerradura.
- ¡Mierda! ¡Voy a cambiarme! Hacete el dormido o algo, tira perfume.- Me aconsejó muy nerviosa.
- Nos dieron el tiempo justo.- Pensé viendo a mi madre correr a su habitación con la tanga en la mano y todas sus carnes sueltas bambolearse haciéndome delirar. En efecto, se escucharon pasos abajo y el ruido de bolsas apoyarse en la mesa.
- ¡Llegamos! – Gritó mi hermana, seguro que para avisarme de que estaban en casa y evitar que me descubran.
Botines de guerra
Los días pasaron y con mi hermana encontramos los momentos para ponernos al tanto de nuestras misiones por separados en ese mapa salvaje que recién comenzábamos a explorar. Aunque yo tardé más en completar la misión de concretar incesto con un progenitor, llegué más lejos dado que conservaba evidencia de mi botín y además, gozamos de mucha más libertad.
El escenario que jugaron papá y Tammy no había sido el más satisfactorio. Coger en el asiento trasero de un auto a la mañana, bajo la sombra de un árbol del conurbano no era lo más aconsejable y tras lo que ella describió como un “pete y chupadas de concha rapiditas” cogieron en la parte trasera con papá sentado y Tammy montándolo como a los toros mecánicos de los cumpleaños. Aunque no había un alma a esa hora y en el lugar elegido, el riesgo era demasiado grande y no pudieron sacarle todo el jugo a la experiencia, además de que ausentarse demasiado de casa hubiera sido sospechoso.
- Tremendas, resultó ser re puta mamá, por lo menos confirma que no soy adoptada.- Dijo tras verlas fotos de mi celular y el hilo de conversación con ella tras nuestro primer revolcón salvaje madre e hijo.
- Vamos, no sos adoptada. Puede ser rubia pero sus cuerpos se parecen, ahora lo confirmé.- Dije viéndola dibujar su manga en su habitación. Tenía algo abandonada su historia de incesto debido a que había vuelto a ocuparse en vivirlas más que en escribirlas.
- Con papá estábamos tan apretados atrás y con tanto miedo de que nos pesquen que no tomamos fotos y fue bastante rápido.- Admitió algo desilusionada.- Sigue diciendo que cuando pueda me a llevar a un motel. Viejo pervertido, tiene la fantasía de tener una noche de desenfreno con su hija.
Aunque no parecía muy emocionada por lo vivido de solo imaginarme a papá cogiéndola en el asiento trasero de un auto como a una simple puta barata elevó mis niveles de morbo como si se me subiera la glucosa.
- Hasta se llevó un recuerdito, me refregó la tanga bien por todos lados y se la guardo para él.
- No lo culpo.- Admití recordando esa vez que, tras dormir con ella la noche en que me confesó sus ratoneos con el incesto y se masturbó con un video en mi presencia, tomé su bombachita con dibujos de frutillitas y la usé para masturbarme oliéndola. Ahora a la distancia, me vi en 3era persona oliendo su prenda íntima y pajeándome a su lado en la oscuridad de la habitación y me reí dado que parecía una escena sacada de una parodia porno de Actividad Paranormal.
– Hablando de tu aventura… ¿Usaste condón?
- No seas cuida, Tommy, y sí, usó condón.- Me confirmó algo desilusionada.- ¿Estuviste reuniendo valor todo este tiempo para preguntarme eso no? Por eso estás pegado a mí como una segunda sombra, por poco ni me dejas ir a cagar tranquila.
Así había sido casi desde que llegó de su pequeña aventura disfrazada de salida de compras. Quería reunir cada detalle, que me confesara todo así como yo había hecho con mi episodio con mamá.
- Hasta parecías un detective privado.
- Bueno, no es tan así, no seas mal pensada. Solo quería ver que hacías, tanto morbo, tanto amor prohibido, tanta locura me hizo extrañar nuestros viejos tiempos, cuando charlábamos sobre anime despreocupados o mirábamos Netflix, peleando de vez en cuando.
- Uuuh, Tommy, mi amor.- Se conmovió dándome un pico muy cariñoso.- Pensaba lo mismo cuando tuvimos el párate. Me sentía desilusionada porque habíamos perdido ese tipo de relación tan linda. Hoy venite a ver algo conmigo, podemos ver algún anime interesante, juntitos, cómodos, sin necesidad de nada más.
- Quiero ver “God Eater”, ya que me gustan los juegos quiero ver qué onda el anime si es que te va la idea.
- Dale, me encanta, después quiero ver los últimos capítulos de “Little Witch Academia”, y más vale que no hagas comentarios desubicados de ese, pendejo degenerado.- Haciéndome reír con su advertencia y la caraduréz de decirme degenerado.
En eso, justo cuando estábamos por darnos un pico entre risas cariñosas, papá entró para decirnos que la cena estaba lista. Lo noté algo fastidiado con mi presencia.
- ¿Vos también dibujas ahora?- Me preguntó bastante hostil.
- No, no, solamente hablamos, le doy ideas.- Viendo de reojo que minimizaba todas las ventanas de dibujo en Ilustrator. Si supiera la clase de historias que recreaba su nena mimada.
- Acordate que tenés que estudiar, hace bastante que no te veo agarrar los libros.- Me reprimió.- Bajen que se enfría.
Con Tammy nos miramos y reímos a carcajadas. Había sido tan obvio.
- Viejo pervertido, siempre que viene te encuentra a vos, va a terminar mandándote al servicio militar si seguís así de cuida.
- ¡Que no lo hago de cuida! – Me exasperé dado que había sido sincero y de verdad quería pasar tiempo de calidad con mi hermana mayor a la vieja usanza. – O capaz te duerme con cloroformo y se escapa con vos en el baúl.
- ¡No le des ideas!- Hablando de ideas, me dio la espalda y se sacó el short de gimnasia apretadito que tenía puesto y se acomodó la tanga, ajustándosela contra la empanada para que se le remarquen los gajos y también, procurando que el triangulito de tela este bien en el comienzo de la vagina. Un milímetro más abajo y se le hubiera notado el tajo.
- ¿Otras vez querés calentar a papá?
- Quiero ver si mamá se enoja o ahora que cogió con vos le chupa un huevo. Es un experimento social, ponele. Bajemos, hermanito.
Abrazándome de improviso y dándome un pico. Pensar que todo había empezado así, con un abrazo y un pico en esa misma habitación, ahora no sabía cómo iba a terminar.
Continuara
¡Gracias por leer! En el próximo episodio va a pasar algo notable, se van a terminar los juegos y la historia va a empezar a complicarse. Después de todo la vienen teniendo fácil los personajes, todo muy tranquilo para ellos ¿no?
Si les gustó esta nueva historia muéstrenme su apoyo dejando puntos y/o comentarios, lo que gusten. Si pueden mandar a favoritos también pueden dejar puntos, no sean ratas que esto se hace a pulmón y para ustedes ;)
Capítulos anteriores:
Hermana Otaku 2da Temporada 1: http://www.poringa.net/posts/relatos/3727751/Hermana-Otaku-2da-Temporada.html?notification#comment-185844
Hermana Otaku 2da Temporada 2:http://www.poringa.net/posts/relatos/3750217/Hermana-Otaku-2da-Temporada-Capitulo-2.html
Hermana Otaku 2da Temporada 3:http://www.poringa.net/posts/relatos/3776003/Hermana-Otaku-2da-Temporada-Capitulo-3.html
Hermana Otaku 2da Temporada 4:http://www.poringa.net/posts/relatos/3800384/Hermana-Otaku-2da-Temporada-Capitulo-4.html
Hermana Otaku 2da Temporada 5:http://www.poringa.net/posts/relatos/3810293/Hermana-Otaku-2da-Temporada-Capitulo-5.html
8 comentarios - Hermana Otaku 2da Temporada: Capítulo 6
MUCHÍSIMAS GRACIAS AMIGO, SALUDOS👍👍😃😃