Buenas, gente, esta vez no les traigo un relato, esta vezles presento una fantasía que tengo ganas de cumplir con alguien, y que si todosale bien la cumpliré jaja bueno pues sin más explicación más que eso, esto esuna fantasía al 100% y no ha sucedido… aun xD
Yo tengo una mascota, su nombre, Lucy. A Lucy todo el mundola ve con ternura, y no sé porque, ella es una perra mala a la que tengo quecastigar constantemente, también piensan que es muy tranquila, pero no, si medescuido se la pasa haciendo travesuras, finalmente, todos piensan que Lucy esuna chica común y corriente, pero se equivocan, Lucy no es una chica, nisiquiera es una persona, ella no es más que una sucia zorra adicta a la verga.
Conocí a Lucy en internet, rogando por ser violada sinpiedad, la primera vez que quedamos de vernos en persona, le rompí el culo sinimportarme que rogaba por el dolor que sentía, a pesar de esto, ella volvió pormás, mejor aún, se volvió adicta al sexo anal, siendo esto casi lo único quequería. Sin embargo, Lucy no existe para ser feliz, desde que la conocí, Lucysolo existe para servirme y darme placer, le guste o no eso es lo que hará,esto lo aprendió el día que pidió que le rompiera el culo, pero lo pidió demala manera, así que me decidí a darle una lección. Primero la amarré a lacama, de brazos y piernas, de manera que no pudiera hacer nada más que arquearsu espalda hacia adelante, ella estaba muy asustada, y más aún cuando me viosacar distintos objetos que me servirían para castigarla como merecía.
Con las piernas bien abiertas debido a los amarres previos,me acerqué a esa panocha suya que ya casi no utilizaba debido a su enormeadicción por ser desgarrada analmente, así que, como castigo por olvidarse desu panocha, la violé un momento rápido, y, antes de que ella pudiera tener unorgasmo, se la saqué, y aproveché su excitación para dejarle una pinza muyapretada en su clítoris, cosa que, si no le hubiera tapado la boca antes, lahabría hecho soltar un enorme grito de dolor, aun así, el simple hecho de haberintentado quejarse, era merecedor de un castigo, así que comencé a darlecachetadas sin parar, haciéndola soltar lágrimas.
Ya con la perra más tranquila, decidí centrarme en el anoque ella tanto deseaba complacer, así que, como buen amo, le cumplí su deseo,aunque bajo mis términos. Tres consoladores fueron los que le metí a la fuerzapor el ano a Lucy, durante este proceso, ella sufrió mucho, su ano nunca habíasido tan abierto y ahora yo lo hacía sin piedad alguna. Una vez bienintroducidos, dejé los vibradores activados en su ano, y así, amarrada, con unapinza en su clítoris y tres consoladores en su ano, la dejé, y me fui atrabajar.
Pasaron alrededor de nueve horas hasta mi regreso, cuandoentré en la habitación que había dejado a Lucy, ya no encontré una puta congusto por el sexo anal, encontré una perra esclava sexual, completamente obedientesin ningún deseo más que el de servirme, hoy en día ya no trabajo, solo vendo aLucy, ella no se queja, solo hace lo que le ordeno, al fin y al cabo, es mimascota y así se quedará.
Bueno gente, espero les haya gustado, gracias por leer, bye.
Yo tengo una mascota, su nombre, Lucy. A Lucy todo el mundola ve con ternura, y no sé porque, ella es una perra mala a la que tengo quecastigar constantemente, también piensan que es muy tranquila, pero no, si medescuido se la pasa haciendo travesuras, finalmente, todos piensan que Lucy esuna chica común y corriente, pero se equivocan, Lucy no es una chica, nisiquiera es una persona, ella no es más que una sucia zorra adicta a la verga.
Conocí a Lucy en internet, rogando por ser violada sinpiedad, la primera vez que quedamos de vernos en persona, le rompí el culo sinimportarme que rogaba por el dolor que sentía, a pesar de esto, ella volvió pormás, mejor aún, se volvió adicta al sexo anal, siendo esto casi lo único quequería. Sin embargo, Lucy no existe para ser feliz, desde que la conocí, Lucysolo existe para servirme y darme placer, le guste o no eso es lo que hará,esto lo aprendió el día que pidió que le rompiera el culo, pero lo pidió demala manera, así que me decidí a darle una lección. Primero la amarré a lacama, de brazos y piernas, de manera que no pudiera hacer nada más que arquearsu espalda hacia adelante, ella estaba muy asustada, y más aún cuando me viosacar distintos objetos que me servirían para castigarla como merecía.
Con las piernas bien abiertas debido a los amarres previos,me acerqué a esa panocha suya que ya casi no utilizaba debido a su enormeadicción por ser desgarrada analmente, así que, como castigo por olvidarse desu panocha, la violé un momento rápido, y, antes de que ella pudiera tener unorgasmo, se la saqué, y aproveché su excitación para dejarle una pinza muyapretada en su clítoris, cosa que, si no le hubiera tapado la boca antes, lahabría hecho soltar un enorme grito de dolor, aun así, el simple hecho de haberintentado quejarse, era merecedor de un castigo, así que comencé a darlecachetadas sin parar, haciéndola soltar lágrimas.
Ya con la perra más tranquila, decidí centrarme en el anoque ella tanto deseaba complacer, así que, como buen amo, le cumplí su deseo,aunque bajo mis términos. Tres consoladores fueron los que le metí a la fuerzapor el ano a Lucy, durante este proceso, ella sufrió mucho, su ano nunca habíasido tan abierto y ahora yo lo hacía sin piedad alguna. Una vez bienintroducidos, dejé los vibradores activados en su ano, y así, amarrada, con unapinza en su clítoris y tres consoladores en su ano, la dejé, y me fui atrabajar.
Pasaron alrededor de nueve horas hasta mi regreso, cuandoentré en la habitación que había dejado a Lucy, ya no encontré una puta congusto por el sexo anal, encontré una perra esclava sexual, completamente obedientesin ningún deseo más que el de servirme, hoy en día ya no trabajo, solo vendo aLucy, ella no se queja, solo hace lo que le ordeno, al fin y al cabo, es mimascota y así se quedará.
Bueno gente, espero les haya gustado, gracias por leer, bye.
3 comentarios - Mi mascota Lucy