Todo comenzó cuando me mudé a un departamento en el centro de la ciudad de Rosario, yo soy de un pueblo dela ciudad de Santa Fe y tenía que mudarme para estudiar educación física en esa ciudad.
Mi nombre es camila y tengo 20 años por ese entonces tenía 18. Llegue al edificio con pocas cosas, ya que el departamento estaba amueblado y solo llevé varios bolsos con ropa y un somier que mis padres me compraron nuevo.
El día de la mudanza viaje sola y la cama me llegaba ese mismo día, la gente que la traía me la dejo en el Hall de el edificio. Ahí lo conocí a Oscar mi vecino. Era un hombre de unos 50 años, canoso de 1,80 aprox, grandote con algo de panza pero bastante bien por su edad. Muy amable y enseguida se ofreció para ayudarme a subir la cama al departamento. Sola no hubiese podido, yo soy de 1,65, morocha, con un físico bastante bueno. Piernas fuertes, una cola y pechos que siempre llaman la atención. Y esta ocacion no fue la excepción para Óscar, que noté en varias ocasiones como me miraba, por lo general soy muy malhumorada cuando me pasa esto, pero era mi única ayuda y también pensé que como estaba con unas calzas negras que realzaban mi cola era lógico que el no pudiese resistir mirarla.
Al finalizar el me dijo que lo que necesite estaba a mi disposición, le agradecí y charlamos un rato, era la primer y única persona con la que hablaba del edificio. Le comenté de donde venía y a que y el me dio su número para lo que yo necesitara.
Fueron pasando los días, nos cruzamos varias veces, el siempre re amable, hasta un día le escribí por si tenía una herramienta que necesitaba y el realizó el trabajo. Nos llevábamos muy bien. Me invito a comer un asado un domingo, y como yo estaba sola, y pese a mis prejuicios aveces de tildar a la gente como " me mira mucho" o cosas así, accedi. Y luego del asado mis malos pensamientos desaparecieron. Súper Cortez, me contó que estaba viudo hace algunos años, que no tuvo hijos y que no se llevaba muy bien con muchos del edificio, (gente mayor y mala onda) pude comprobarlo, que estaba muy feliz con mi amistad. Así pasaron varios asados, charlas en el Hall, y comencé a notar una especie de deseo, hacia mucho que no tenía sexo. Al principio me lo negaba a mi misma. Como podía ser que me sienta atraída por algo que siempre repudie en cierta forma?, pero era una mezcla me caía tan pero tan bien y estaba tan falta de sexo que creo que ese combo me llevo un día a darme cuenta que quería terminar en su cama, o mejor en la mía, ya que una noche decidí invitarlo a cenar.
Le escribí esa misma tarde y el me dijo que a las 21 estaba en mi depto. Estaba exaltadisima y nerviosa. Me duche, busque una tanga bien chiquita y un short que hiciera que se me notara, una musculosa escotada que realzara mi pecho. Una de las causas de la que sintiera tanto deseo por el, creo que fue el que el no me mirara tanto como yo creía que lo hacía, quizás eso fue lo que más me molestaba y a la vez me atrajo tanto a este hombre con todas las letras.
Llego la hora y el estaba ahí, tan bien vestido, con su perfume tan varonil y siempre bien peinado. Busque varias formas de llamar su atención agarraba cosas parando la cola y en varias oportunidades note que me miraba, ya era un gran paso, pero sabía que el jamás iba a dar el primero. Termino la cena y nos sentamos en el sofá, mis pechos saltaban de la remera y el lo noto, me acerqué bastante ,el se sorprendió, y lo besé!
Y no pude creer que me parara! Me dijo que no sabía si era lo que deseaba realmente, le dije que yo tampoco y lo volví a besar, ahora si, el beso duro unos segundos, me pare, tome su mano y me lo lleve a la habitación, si, la prejuiciosa se estaba llevando a un hombre mayor a su cama. Nos besamos frente a la cama, cerré la puerta y en esa oscuridad sentí su bulto sobre mi pierna, estaba bien duro y eso me encantó. Me besaba tan bien, lo toque por encima del pantalón y era algo bastante grande, pero enseguida me pidió que me acostara, como que eso lo puso nervioso. Le dije que si y aunque no se veía bien baje mi short frente a él y me acoste boca abajo. Escuche el ruido de su cinturón y mi ansiedad y latidos aumentaron, tire mis brazos hacia atrás y me baje la tanga, dejando la cola parada y ansiosa de sentir a mi hombre. Hubo unos segundos de silencio que me parecierón una eternidad, mi respiración se aceleraba. Y de pronto, sentí su mano apoyada al lado de mi brazo, su otra mano en mi espalda, bajando y sorprendida de encontrar mi cola hacia arriba, bajo con sus dedos y los paso por mi ya muy húmeda vagina. Sentí sus muslos sobre mi pierna y de golpe
Una presión fuerte y muy grande, no alcance a terminar mi exclamación de placer, ah..que ya estaba casi totalmente penetrada,. no se si cuenta que no tenía demasiada experiencia , pero nunca había sentido algo tan grande, debe ser mi excitación, el hecho de haber estado en la oscuridad, levantando la cola, sintiéndome indefensa ante lo que ya sabía que se venía, ese silencio y yo tan entregada tan dispuesta, que permitió que todo eso entrara, tenía una pija de unos 20 cm y como 5 de ancho, con una cabeza bien marcada, y dios que la sabia usar.
Vinieron embestidas tras embestidas, yo tratando que contener mis gemidos, no se por que, pero era imposible, era un ahh! Ay! Tras otro y eso lo ponía más y más duro, su cabeza surcaba mi concha de tal manera que me vine dos veces antes de los 5 minutos, me agarraba de la almohada como queriendo escapar, pero a la vez levantaba más y más la cola para sentirlo todo. Óscar me tomaba de los pechos y sentía su jadeo en mi oreja, nunca me sentí tan excitada y tan abierta porque en una de las embestidas y justo antes de tener mi tercer orgasmo la saco y sentí una catarata caliente y hermosa que llego hasta mis hombros, quedé en esa pose disfrutando como gemía el y como me chorreaba toda su acabada, me di vuelta y le agarre su verga y me la metí en la boca, (lo que entraba) saboreando toda su hombría y lo que quedaba de leche, mientras, que para mi sorpresa, tres de mis dedos entraron en mi vagina, acabé por tercera vez y estuve un rato masturbandolo con su cabezota en mi boca. Nos abrazamos un rato, me besó tan dulcemente, nos cambiamos y se fue. Quede en la cama sin poder dormir y preguntándome que había pasado? Cuando me había sentido tan perra? Cuando volvería a verlo?, creo que estaba casi enamorada, o no tan casi.
Al otro día lo confirmé, cuando por la mañana el golpea mi puerta y me da en la mano una caja de anticonceptivos. Lo mire sonrojada con una sonrisa pícara, lo besé y se fue. El resto se los puedo contar más adelante.
Gracias por leer y dejar compartirles esta historia, relato, tan lindo que viví.
Mi nombre es camila y tengo 20 años por ese entonces tenía 18. Llegue al edificio con pocas cosas, ya que el departamento estaba amueblado y solo llevé varios bolsos con ropa y un somier que mis padres me compraron nuevo.
El día de la mudanza viaje sola y la cama me llegaba ese mismo día, la gente que la traía me la dejo en el Hall de el edificio. Ahí lo conocí a Oscar mi vecino. Era un hombre de unos 50 años, canoso de 1,80 aprox, grandote con algo de panza pero bastante bien por su edad. Muy amable y enseguida se ofreció para ayudarme a subir la cama al departamento. Sola no hubiese podido, yo soy de 1,65, morocha, con un físico bastante bueno. Piernas fuertes, una cola y pechos que siempre llaman la atención. Y esta ocacion no fue la excepción para Óscar, que noté en varias ocasiones como me miraba, por lo general soy muy malhumorada cuando me pasa esto, pero era mi única ayuda y también pensé que como estaba con unas calzas negras que realzaban mi cola era lógico que el no pudiese resistir mirarla.
Al finalizar el me dijo que lo que necesite estaba a mi disposición, le agradecí y charlamos un rato, era la primer y única persona con la que hablaba del edificio. Le comenté de donde venía y a que y el me dio su número para lo que yo necesitara.
Fueron pasando los días, nos cruzamos varias veces, el siempre re amable, hasta un día le escribí por si tenía una herramienta que necesitaba y el realizó el trabajo. Nos llevábamos muy bien. Me invito a comer un asado un domingo, y como yo estaba sola, y pese a mis prejuicios aveces de tildar a la gente como " me mira mucho" o cosas así, accedi. Y luego del asado mis malos pensamientos desaparecieron. Súper Cortez, me contó que estaba viudo hace algunos años, que no tuvo hijos y que no se llevaba muy bien con muchos del edificio, (gente mayor y mala onda) pude comprobarlo, que estaba muy feliz con mi amistad. Así pasaron varios asados, charlas en el Hall, y comencé a notar una especie de deseo, hacia mucho que no tenía sexo. Al principio me lo negaba a mi misma. Como podía ser que me sienta atraída por algo que siempre repudie en cierta forma?, pero era una mezcla me caía tan pero tan bien y estaba tan falta de sexo que creo que ese combo me llevo un día a darme cuenta que quería terminar en su cama, o mejor en la mía, ya que una noche decidí invitarlo a cenar.
Le escribí esa misma tarde y el me dijo que a las 21 estaba en mi depto. Estaba exaltadisima y nerviosa. Me duche, busque una tanga bien chiquita y un short que hiciera que se me notara, una musculosa escotada que realzara mi pecho. Una de las causas de la que sintiera tanto deseo por el, creo que fue el que el no me mirara tanto como yo creía que lo hacía, quizás eso fue lo que más me molestaba y a la vez me atrajo tanto a este hombre con todas las letras.
Llego la hora y el estaba ahí, tan bien vestido, con su perfume tan varonil y siempre bien peinado. Busque varias formas de llamar su atención agarraba cosas parando la cola y en varias oportunidades note que me miraba, ya era un gran paso, pero sabía que el jamás iba a dar el primero. Termino la cena y nos sentamos en el sofá, mis pechos saltaban de la remera y el lo noto, me acerqué bastante ,el se sorprendió, y lo besé!
Y no pude creer que me parara! Me dijo que no sabía si era lo que deseaba realmente, le dije que yo tampoco y lo volví a besar, ahora si, el beso duro unos segundos, me pare, tome su mano y me lo lleve a la habitación, si, la prejuiciosa se estaba llevando a un hombre mayor a su cama. Nos besamos frente a la cama, cerré la puerta y en esa oscuridad sentí su bulto sobre mi pierna, estaba bien duro y eso me encantó. Me besaba tan bien, lo toque por encima del pantalón y era algo bastante grande, pero enseguida me pidió que me acostara, como que eso lo puso nervioso. Le dije que si y aunque no se veía bien baje mi short frente a él y me acoste boca abajo. Escuche el ruido de su cinturón y mi ansiedad y latidos aumentaron, tire mis brazos hacia atrás y me baje la tanga, dejando la cola parada y ansiosa de sentir a mi hombre. Hubo unos segundos de silencio que me parecierón una eternidad, mi respiración se aceleraba. Y de pronto, sentí su mano apoyada al lado de mi brazo, su otra mano en mi espalda, bajando y sorprendida de encontrar mi cola hacia arriba, bajo con sus dedos y los paso por mi ya muy húmeda vagina. Sentí sus muslos sobre mi pierna y de golpe
Una presión fuerte y muy grande, no alcance a terminar mi exclamación de placer, ah..que ya estaba casi totalmente penetrada,. no se si cuenta que no tenía demasiada experiencia , pero nunca había sentido algo tan grande, debe ser mi excitación, el hecho de haber estado en la oscuridad, levantando la cola, sintiéndome indefensa ante lo que ya sabía que se venía, ese silencio y yo tan entregada tan dispuesta, que permitió que todo eso entrara, tenía una pija de unos 20 cm y como 5 de ancho, con una cabeza bien marcada, y dios que la sabia usar.
Vinieron embestidas tras embestidas, yo tratando que contener mis gemidos, no se por que, pero era imposible, era un ahh! Ay! Tras otro y eso lo ponía más y más duro, su cabeza surcaba mi concha de tal manera que me vine dos veces antes de los 5 minutos, me agarraba de la almohada como queriendo escapar, pero a la vez levantaba más y más la cola para sentirlo todo. Óscar me tomaba de los pechos y sentía su jadeo en mi oreja, nunca me sentí tan excitada y tan abierta porque en una de las embestidas y justo antes de tener mi tercer orgasmo la saco y sentí una catarata caliente y hermosa que llego hasta mis hombros, quedé en esa pose disfrutando como gemía el y como me chorreaba toda su acabada, me di vuelta y le agarre su verga y me la metí en la boca, (lo que entraba) saboreando toda su hombría y lo que quedaba de leche, mientras, que para mi sorpresa, tres de mis dedos entraron en mi vagina, acabé por tercera vez y estuve un rato masturbandolo con su cabezota en mi boca. Nos abrazamos un rato, me besó tan dulcemente, nos cambiamos y se fue. Quede en la cama sin poder dormir y preguntándome que había pasado? Cuando me había sentido tan perra? Cuando volvería a verlo?, creo que estaba casi enamorada, o no tan casi.
Al otro día lo confirmé, cuando por la mañana el golpea mi puerta y me da en la mano una caja de anticonceptivos. Lo mire sonrojada con una sonrisa pícara, lo besé y se fue. El resto se los puedo contar más adelante.
Gracias por leer y dejar compartirles esta historia, relato, tan lindo que viví.
3 comentarios - Mi vecino maduro