Las cosas habían sucedido conforme a lo planeado, Javier y Marcos estaban a unos minutos de aterrizar, se encontraban algo aburridos, pues al ser personas acostumbradas al deporte y a la actividad física, estar tantas horas sin hacer nada les resultaba negativo. Sin embargo, justo al aterrizar y mientras esperaban el permiso para bajar, retomaron un poco el animo, al punto que Javier comenzó a bromear.
J- Oye Marcos.
M- ¿Si?
J- ¿Cómo crees que sea la tía Vanessa?
M- No lo sé, supongo que una señora normal, solo espero que no se muy estricta.
J- ¿Te imaginas que sea una milf? Después de tanto aburrimiento viajando creo que sí podría “descargar mis tensiones" con ella.
M- Jajaja ¿Qué cosas dices?
J- ¿Qué tiene?
M- No, nada, ojala sea así.
No pasó mucho tiempo antes de que se les pidiera a los pasajeros bajar del avión, posteriormente se les dirigió a la zona de entrega del equipaje y les enseñaron dónde se encontraba la sala de espera principal.
Mientras eso sucedía, Vanessa estaba entrando al aeropuerto en busca de sus sobrinos, su ropa se conformaba por un pantalón de mezclilla ajustado, unos zapatos rojos y una blusa negra con un pronunciado escote, cosa que propicio el que más de un trabajador del aeropuerto se ofreciera a ayudarla de algún modo.
A pesar de todo, ella sabía muy bien a lo que iba, por lo que no tardó en llegar a la zona de espera, curiosamente esto pasó justo en el momento en que sus sobrinos llegaron, de manera que, inmediatamente después de ubicarlos, se acercó a ellos para saludarlos.
V- ¡Javier! ¡Marcos! ¿Cómo están? ¿Qué tal les fue en su viaje?
J- ¿Tia Vanessa?
M- Hola tía, nos fue muy bien, gracias por venir a recibirnos.
V- No hay nada que agradecer sobrino, es mi deber cuidar de ustedes, por cierto, ¡Que grandes se han puesto! Son todo unos galanes, ya no son los niños que conocí.
J- Gracias tía, es un gusto verte.
M- No nos halagues tanto tía, tu igual te ves muy hermosa, no estás nada mal.
V- Vas a hacer que me sonroje Marcos y no hay tiempo para eso, vamos al auto y volvamos a casa.
J- Claro tía.
Los 3 se dirigieron al auto tal como Vanessa dijo. Marcos y Javier se encontraban sorprendidos por la belleza de su tía, aún así, sabían que no era adecuado que expresen los pensamientos que comenzaban a surgir en su cabeza en ese momento.
Cuándo llegaron a la casa, Vanessa les dijo a sus sobrinos que iba a preparar la comida y les pidió que descansen un rato, no sin antes asignarles una habitación, siendo Marcos quien dormiría en el cuarto de Alexander y Javier quien ocuparía el cuarto de huéspedes, así que los hermanos se dirigieron cada uno a su cuarto para ordenar sus equipaje.
Mientras tanto Vanessa se encontraba en la cocina, cocinaba con tranquilidad y actuaba de la misma manera, sin embargo, había en pensamiento que le rondaba de manera disimulada en su cabeza, el cuál, a pesar de querer controlarlo permanecía inconscientemente. Este pensamiento era indigno, pero al mismo tiempo placentero y emocionante, pues, a pesar de los lazos familiares, es innegable que a cualquier mujer (en especial cuando lleva mucho tiempo sin tener relaciones sexuales) le parecería excitante el hecho de estar a solas con 2 jóvenes atractivos.
Mientras tanto, Marcos y Javier se habían reunido en uno de los cuartos que les habían sido entregados. Ambos sentían desesperación por comentar sus pensamientos a sobre su tía con el otro, de alguna manera sabían que, aunque lo que querían decir era impropio, el otro lo entendería e incluso lo compartiría, así que cuando al fin se encontraban frente a frente y con la puerta cerrada, transmitieron sin censura su mensaje.
M- Javi, ¿Ya viste a la tía Vanessa? ¡Está buenísima!
J- Si ya la ví, no está nada mal.
M- ¿Nada mal? Tiene un cuerpo excelente, esta muy moldeado y voluptuoso, si se me insinuará, no sé si me podría controlar, aunque claro, igual y soy yo quien intenta algo.
J- Pues no te preocupes, eso nunca pasará, es nuestra tía, jamás lo haría, además, es algo muy enfermo por tu parte.
M- Pero antes de que la viéramos, tu mismo bromeaste en el aeropuerto sobre la posibilidad de que ella fuera una milf que te podrías coger.
J- Claro, fue una broma, solo eso. Entiendo que le eches alguna mirada, yo mismo lo haré, no te lo voy a negar. Pero no tengo intenciones sexuales.
M- ¿No eras tú el que le traía enormes ganas a nuestra prima e incluso te pajeabas con sus fotos? ¿Cuál es el problema de que me llame la atención nuestra tía? Prácticamente no la conocemos, además, tu mismo puedes salir beneficiado, no me molesta compartir ¿Sabes?
J- Debo admitir que con eso me callaste la boca, aún así trata de controlarte, si llegarás a insinuarte y ella se molesta, cosa que pasará, nos meteremos en un lío tremendo.
M- Claro, no soy imbécil. Tendré cuidado, tampoco es que este planeando directamente cogermela, solo quiero divertirme un poco.
J- Pues eso, ten cuidado.
Vanessa había terminado de cocinar y poner la mesa, antes de llamar a sus sobrinos, decidió cambiarse de ropa para estar más cómoda, de manera que entró a su habitación. Seleccionó una blusa amarilla con un sosten del mismo color, el cuál, realzaba de buena manera sus bellos pechos haciéndolos ver grandes y firmes. Para acompañar se puso unos jeans de mezclilla que cuál la anterior prenda, mejoraba sus atributos, en esta caso sus apetecibles muslos.
Finalmente hizo el llamado que los 2 jóvenes esperaban. Ellos acudieron rapidamente y se sentaron, de repente ella apareció y se sentó junto a ellos. De inmediato, Javier y Marcos dirigieron su atención a los pechos de Vanessa, pues su escote los hacia especialmente apetecibles, pero sabiendo que podrían estar siendo demasiado obvios, decidieron tratar de platicar con ella mientras comían.
J- La comida está deliciosa tía ¿Verdad Marcos?
M- Si, para nada extrañaré a mamá estando usted aquí.
V- Muchas gracias niños, pero no tienen que ser tan amables ni formales.
J- Claro que sí tía, nuestra madre nos dijo que seamos educados.
V- Tranquilos, nada que pase aquí lo sabrá, pueden llamarme Vanessa o simplemente Vanne.
M- ¿Segura Vanne?
V- Claro Marcos, veanme como su amiga más que como su tía.
J- Está bien Vannesa, entonces trataremos de ser más informales.
M- Exactamente, por mi no se preocupe, entro muy rápido en confianza, espero después no se arrepienta haha.
V- Hahaha, claro, lo mismo digo, aunque tampoco se pasen de la raya.
Después de terminar de comer, siguieron platicando durante unos minutos más, para después ir cada quien a realizar sus labores. Javier y especialmente Marcos se encontraban muy alegres los la actitud de su nueva tía, de hecho, el segundo ya había empezado a hacerse ilusiones de lograr algo con ella, la cuales, culminaron en la noche cuando descargó su excitación masturbándose más de una ves, cosa que se repitió durante casi todas las noches del resto de la semana.
J- Oye Marcos.
M- ¿Si?
J- ¿Cómo crees que sea la tía Vanessa?
M- No lo sé, supongo que una señora normal, solo espero que no se muy estricta.
J- ¿Te imaginas que sea una milf? Después de tanto aburrimiento viajando creo que sí podría “descargar mis tensiones" con ella.
M- Jajaja ¿Qué cosas dices?
J- ¿Qué tiene?
M- No, nada, ojala sea así.
No pasó mucho tiempo antes de que se les pidiera a los pasajeros bajar del avión, posteriormente se les dirigió a la zona de entrega del equipaje y les enseñaron dónde se encontraba la sala de espera principal.
Mientras eso sucedía, Vanessa estaba entrando al aeropuerto en busca de sus sobrinos, su ropa se conformaba por un pantalón de mezclilla ajustado, unos zapatos rojos y una blusa negra con un pronunciado escote, cosa que propicio el que más de un trabajador del aeropuerto se ofreciera a ayudarla de algún modo.
A pesar de todo, ella sabía muy bien a lo que iba, por lo que no tardó en llegar a la zona de espera, curiosamente esto pasó justo en el momento en que sus sobrinos llegaron, de manera que, inmediatamente después de ubicarlos, se acercó a ellos para saludarlos.
V- ¡Javier! ¡Marcos! ¿Cómo están? ¿Qué tal les fue en su viaje?
J- ¿Tia Vanessa?
M- Hola tía, nos fue muy bien, gracias por venir a recibirnos.
V- No hay nada que agradecer sobrino, es mi deber cuidar de ustedes, por cierto, ¡Que grandes se han puesto! Son todo unos galanes, ya no son los niños que conocí.
J- Gracias tía, es un gusto verte.
M- No nos halagues tanto tía, tu igual te ves muy hermosa, no estás nada mal.
V- Vas a hacer que me sonroje Marcos y no hay tiempo para eso, vamos al auto y volvamos a casa.
J- Claro tía.
Los 3 se dirigieron al auto tal como Vanessa dijo. Marcos y Javier se encontraban sorprendidos por la belleza de su tía, aún así, sabían que no era adecuado que expresen los pensamientos que comenzaban a surgir en su cabeza en ese momento.
Cuándo llegaron a la casa, Vanessa les dijo a sus sobrinos que iba a preparar la comida y les pidió que descansen un rato, no sin antes asignarles una habitación, siendo Marcos quien dormiría en el cuarto de Alexander y Javier quien ocuparía el cuarto de huéspedes, así que los hermanos se dirigieron cada uno a su cuarto para ordenar sus equipaje.
Mientras tanto Vanessa se encontraba en la cocina, cocinaba con tranquilidad y actuaba de la misma manera, sin embargo, había en pensamiento que le rondaba de manera disimulada en su cabeza, el cuál, a pesar de querer controlarlo permanecía inconscientemente. Este pensamiento era indigno, pero al mismo tiempo placentero y emocionante, pues, a pesar de los lazos familiares, es innegable que a cualquier mujer (en especial cuando lleva mucho tiempo sin tener relaciones sexuales) le parecería excitante el hecho de estar a solas con 2 jóvenes atractivos.
Mientras tanto, Marcos y Javier se habían reunido en uno de los cuartos que les habían sido entregados. Ambos sentían desesperación por comentar sus pensamientos a sobre su tía con el otro, de alguna manera sabían que, aunque lo que querían decir era impropio, el otro lo entendería e incluso lo compartiría, así que cuando al fin se encontraban frente a frente y con la puerta cerrada, transmitieron sin censura su mensaje.
M- Javi, ¿Ya viste a la tía Vanessa? ¡Está buenísima!
J- Si ya la ví, no está nada mal.
M- ¿Nada mal? Tiene un cuerpo excelente, esta muy moldeado y voluptuoso, si se me insinuará, no sé si me podría controlar, aunque claro, igual y soy yo quien intenta algo.
J- Pues no te preocupes, eso nunca pasará, es nuestra tía, jamás lo haría, además, es algo muy enfermo por tu parte.
M- Pero antes de que la viéramos, tu mismo bromeaste en el aeropuerto sobre la posibilidad de que ella fuera una milf que te podrías coger.
J- Claro, fue una broma, solo eso. Entiendo que le eches alguna mirada, yo mismo lo haré, no te lo voy a negar. Pero no tengo intenciones sexuales.
M- ¿No eras tú el que le traía enormes ganas a nuestra prima e incluso te pajeabas con sus fotos? ¿Cuál es el problema de que me llame la atención nuestra tía? Prácticamente no la conocemos, además, tu mismo puedes salir beneficiado, no me molesta compartir ¿Sabes?
J- Debo admitir que con eso me callaste la boca, aún así trata de controlarte, si llegarás a insinuarte y ella se molesta, cosa que pasará, nos meteremos en un lío tremendo.
M- Claro, no soy imbécil. Tendré cuidado, tampoco es que este planeando directamente cogermela, solo quiero divertirme un poco.
J- Pues eso, ten cuidado.
Vanessa había terminado de cocinar y poner la mesa, antes de llamar a sus sobrinos, decidió cambiarse de ropa para estar más cómoda, de manera que entró a su habitación. Seleccionó una blusa amarilla con un sosten del mismo color, el cuál, realzaba de buena manera sus bellos pechos haciéndolos ver grandes y firmes. Para acompañar se puso unos jeans de mezclilla que cuál la anterior prenda, mejoraba sus atributos, en esta caso sus apetecibles muslos.
Finalmente hizo el llamado que los 2 jóvenes esperaban. Ellos acudieron rapidamente y se sentaron, de repente ella apareció y se sentó junto a ellos. De inmediato, Javier y Marcos dirigieron su atención a los pechos de Vanessa, pues su escote los hacia especialmente apetecibles, pero sabiendo que podrían estar siendo demasiado obvios, decidieron tratar de platicar con ella mientras comían.
J- La comida está deliciosa tía ¿Verdad Marcos?
M- Si, para nada extrañaré a mamá estando usted aquí.
V- Muchas gracias niños, pero no tienen que ser tan amables ni formales.
J- Claro que sí tía, nuestra madre nos dijo que seamos educados.
V- Tranquilos, nada que pase aquí lo sabrá, pueden llamarme Vanessa o simplemente Vanne.
M- ¿Segura Vanne?
V- Claro Marcos, veanme como su amiga más que como su tía.
J- Está bien Vannesa, entonces trataremos de ser más informales.
M- Exactamente, por mi no se preocupe, entro muy rápido en confianza, espero después no se arrepienta haha.
V- Hahaha, claro, lo mismo digo, aunque tampoco se pasen de la raya.
Después de terminar de comer, siguieron platicando durante unos minutos más, para después ir cada quien a realizar sus labores. Javier y especialmente Marcos se encontraban muy alegres los la actitud de su nueva tía, de hecho, el segundo ya había empezado a hacerse ilusiones de lograr algo con ella, la cuales, culminaron en la noche cuando descargó su excitación masturbándose más de una ves, cosa que se repitió durante casi todas las noches del resto de la semana.
1 comentarios - Amor, sexo y pasión filial: Vanessa e Ingrid. (Capitulo #2)