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Fui su putita todo el fin de semana 1

Hola mi nombre es Marina, actualmente tengo 29 años, soy tapatía y me encanta el sexo.

Soy una chica blanca, de estatura promedio (1.65), con tetas pequeñas y grandes nalgas.Mis piernas son gruesas y torneadas. No soy una supermodelo, pero me encanta mi cuerpo.


En esta ocasión les quiero contar sobre mi fin de semana con Alexis, quien me trato como la putita que me gusta ser.


Alexis y yo fuimos amigos con derechos por varios meses, en una ocasión decidimos darnos una escapada a unas cabañas en un pueblo cercano... Pero para ir me dijo que tenía que acceder a ser su puta por un fin de semana, el iba a pagar todo, y yo tenía que acceder a hacer todo lo que el quisiera conmigo. Esta era una fantasía que yo tenía, la cual con gusto dije que sí, aunque debo decir que estaba un poco nerviosa.


Emprendimos el viaje, el paso a mi casa en su auto. Yo estaba esperándolo vestida tal como me pidió, con una mini falda de algodon azul, tan corta que no podía agacharme sin mostrar mis nalgas, sin ropa interior, y una blusa de tirantes blanca, la cual marcaba mis pezones, y mis tetitas, sin brasier.


Subí al coche y nos dirijimos a nuestro viaje. Ibamos platicando, de todo y nada. En medio de la carretera me pidió que abrierá la guantera, lo hice. Vi un vibrador, me pidió que lo sacará y empezará a masturbarme. Lo cual hice, abrí mis piernas y lo puse en mi concha, lo encendí y sentía como vibraba mi clitoris, empecé a mojarme. Él seguía manejando. Me ordeno que bajará mi blusa para ver mis tetas, lo cual hice, deje mis tetas al aire mientras me daba place con el vibrador. Estaba a punto de llegar al orgamso, cuando el me pidió detenerme. Yo no quería, pero lo obedecí. Justo iba a acomodar mi blusa, pero me dijo que no, que dejará mis tetitas al aire hasta que llegaramos a la cabaña.


Llegamos a la cabaña, nos bajamos, dejamos las maletas en la sala, y el me puso contra la pared, empezó a acariciar mi concha, la cual seguía húmeda.
A - Vas a ser mi puta, y harás todo lo que yo te diga ¿correcto?
M - Sí, haré lo que tu me pidas
A - Perfecto. Me encanto verte usar el vibrador, y se que te quedaste con ganas.- Me dijo mientras ponía su verga dura presionando mis nalgas


Me abrio las nalgas, saco su verga del pantalón y le empezó a meter en mi concha mojada. Yo gemía, le pedía más.
A - La putita quiere más verga, pues más verga le voy a dar.
Termino de meterla de golpe y yo di un grito de placer. Durante unos minutos me tuvo contra la pared. Después nos movimos al sillón. 


A - Desnúdate - me ordeno, lo cual hice. - Ahora sientate en mi verga.
Me puse de espaldas a él y me senté en su verga. Alexis tenía una verga grande, 25 cm, gruesa. La verdad me encantaba. Empecé a brincar en su verga, moviendome, y el masturbaba mi concha. Mi orgasmo estaba cerca, mis gemidos cada ves eran más.


A - Si, putita, correté en mi verga. - Lo cual hice, mi orgasmo fue largo. Cuando termine me ordeno que me incará delante de él. No lo tuvo que pedir más,lo hice e inmediatamente mi boca fue directo a su verga. ( Ya Saben que me encanta chupar vergas). El estaba por venirse pero no lo hizo en mi boca, lo hizo en mis tetitas, su lechita caliente cayó en ellas, lo cual me encanta. 


A - Ahora zorrita, no te vas a limpiar ni vestir hasta que yo diga, quiero que mi semen escurra por tu cuerpo. 


Él se vistió pero yo me quede completamente desnuda, oliendo a mi orgasmo, y su semen bajando de mis tetas por mi abdomen. Honestamente no esperaba que me pidierá eso, no sabía que más esperar.


Mientras estuvimos platicando, acomodando nuestras cosas, como si todo fuera normal. Después de unas horas, estábamos preparando todo para cocinar algo. Él me empezó a besar. Nuestros besos eran con pasión, sus manos fueron a mis nalgas, las acariciaba, las apretaba. 


A - Súbete a la mesa - Me ordeno, lo cual hice sin cuestionar. Su boca fue directo a mi concha, la empezó a lamer, su lengua jugaba con mi clitoris.


A - Putita ya estás mojada otra vez. Cómo se nota que no tienes llenadera. - Yo sólo gemia, mientras su boca y sus dedos jugaban en mi concha. En eso el se detuvo, se dirigió al refrigerador, y con el trajo unos hielos. Los cuales empezó a meter dentro de mi. La sensación era maravillosa. Pasaba sus dedos fríos en mi concha, su lengua jugaba con mi clitoris, y la sensación fría me tenía más que excitada. Mi orgasmo empezó a llegar, mis gemidos inundaban el lugar. Sentí como todo mi cuerpo estaba por explotar, y tuve un delicioso orgasmos con squirt en su boca y sus dedos. 


A - Zorrita, tus orgamos saben deliciosos. - Me besó la boca, pude probar mis fluidos, lo cual me fascina. Empezó a masturbarse delante de mi, esta vez no me dejo chuparle la verga ni mastubarlo.


M - Por favor, necesito tu verga. Damela.
A - ¿Eres una puta con hambre de verga?
M -  Si, lo soy.
A - No te desesperés zorrita, te llenaré de verga estos días, pero será cuando yo quiera.


En eso su semen salió disparado a mis tetas y mi abdomen. Nuevamente me ordeno no limpiarme. Mi olor a orgasmo era fuerte, y sentía la necesidad de una verga... Pero me hizo esperar.


Hicimos de comer una pasta rápido, comimos, después de unos minutos me pidió subir al cuarto. Lo cual obedientemente hice. 


A - Ya que te quedaste con ganas de verga, ponte en cuatro y abreté las nalgas, quiero verte. - Lo cual obedecí. - Hasta ahorita has sido una buena putita. Espero continués así.


Su verga ya estaba erecta, y de golpe me penetró, yo grite. Sus embestidas eran fuertes, mis gritos y gemidos no paraban de pedir más. El me nalgueba fuerte, sentía ardor, pero no quería que parará, seguía penetrándome, y jalaba mi cabello. 

A - Te voy a romper toda puta. - Cuando dijo eso sus dedos estaban en mi culito, empezó a meter uno, después dos. Yo le pedía que siguiera, gemía como loca. Estaba a punto de correrme otra vez, lo cual sucedió. Tuve otro orgasmo, pero él no paró, el seguía penetrandome con fuerza y ahora metiendo tres dedos en mi ano. Nuevamente llego un orgasmo. En eso, el sacó su verga y sus dedos, y puso su verga en mi culo. La empezó a meter, me dolía, era enorme.


M - Me esta doliendo, me vas a romper el culo, para por favor.
A - Eres mi puta, y te quiero romper el culo. Cuando termino de decir eso, termino de meter fuertemente su verga. Un grito de dolor salió de mi. 


A - Si puta, grita. Que aquí nadie te escucha. Te dije que te iba a romper.


Y empezó a entrar y salir de mi culito, el dolor estaba mezclado con placer. Mis gritos y gemidos seguían. El seguía penetrandome con fuerza y dejando sus manos marcadas en mis nalgas. Yo no podía más, tuve más orgasmos y squirts, sentía las sábanas debajo de mi como se empezaban a empapar de mis fluidos. Yo no podía más, me estaba agotando. Cuando sentí que el llenaba mi culito de su leche. Quedamos los dos tirados en la cama, con olor a sexo. 


Después de un rato, los dos recuperamos el aliento. 


A - ¿Ves cómo si querías por el culo zorrita? Si yo sé que te encanta, pero esto apenas empieza. Ahora báñate y vístete, que vamos a salir. 


Lo obedecí, me bañé, y me vestí con la ropa que el eligió para mi, y no me creía la ropa que él eligió para que saliéramos.


Continuará...

3 comentarios - Fui su putita todo el fin de semana 1

PatricioCAU +1
Placer ser el 1ª, muy buena historia !!!!!! se espera la continuacion.....
pantera2393
k rico relato
ya kiero leer el otro