Me mataba la curiosidad de conocer el cine porno por dentro, que pasaba, quienes iban, que secretos guardaban esas filas de acientos maltrechas
Soy un varón abierto a las experiencias de todo tipo, quizás la mencionada curiosidad me arrastro esa noche.
Ir a un lugar que pocos admiten haber ido, es alucinante.
Antes de ir, averigüe todo lo que pude encontrar en internet respecto al lugar, hay un interesante artículo de la gaceta salta, donde un cronista relata paso a paso el traspaso de la vereda de frente al cine, a la sala donde pasa todo.
Pues fui...
Antes de que sigas leyendo, quiero aclararte que no fui con intenciones de nada más que conocer el lugar... pero la noche me sorprendió.
Llegue, me cobro la entrada un agradable sujeto, había un olor a humo de tabaco impregnado en esas cortinas pesadas que prohíben la entrada de la luz fluorescente del pasillo al salón principal.
Había silencio, no se escuchaba más que una vieja película pornográfica, amarillenta, donde los gemidos se mezclaban con música ochentero, y el brillo de la pantalla era muy bajo, ahora que lo pienso quizás intencional.
Me senté en una de las sillas lado el pasillo derecho y me quedé a observar y escuchar...
Se oían gemidos de alguien que estaba pasándola bien justo debajo de la pantalla. Mientras tanto di con un extraño lenguaje de los asistentes más añejos, pues existe una rara manera de ofrecer y pedir sexo, de comunicar si das o recibís, vi también una fila llegando al escenario del teatro donde están los postulantes al sexo pasajero, delante de la fila se pasean los postulantes a concretar eso que estaban buscando.
Recibí muchas ofertas, las rechazaba. Hasta que pensé: pues estoy aquí, veremos que sucede.
Así que pasé a una silla más cerca del escenario, y pues se trasladaron todos más cerca mío, creo que sabían que estaba por suceder, hasta que paso un chico, cari lindo, afeminado, y se me acercó con buena onda a preguntarme que hacía allí, pues le conte de mi aventura, se sentó a mi lado, y con suavidad, se fue acercando a mi, puso su mano en mi rodilla, y empezó a subirla lentamente a mi entrepierna...
Uuuuuh eso fue calentandome... y lo que menos esperaba empezaba a suceder...
Me masajea mi miembro y mis huevos, tan lento que empecé a sentir que mi pantalón estallaba, me calentaba ver que había unos 5 o 6 tipos viéndonos, cuando me di cuenta de eso, se me puso al máximo poder, que no se contuvo de no sacarmelo, la tenía al aire en la oscuridad, el sonrió, me miró a los ojos como avisandome que bajaría, y así lo hizo, se puso de rodillas frente a mi, dio un beso a mi glande, y tan cariñosamente, trago mi pene hasta la base, y empezó a mover su boca de un lado a otro con mi pene dentro, no puede evitar gemir, empezó a lamer con una sintonía, como si el y mi pene se conocieran. Y empezó más fuerte, golpeaba a propósito su rostro con mi entrepierna, abandonó la lentitud para entregarse al perro momento, cuando veo que uno de los videntes si acerca para chupar mi pene junto con el, el lo empujó y se lo sacó de encima, quería mi pene para el solo, en un momento dado paro de repente y ya no podía parar yo, enfermé de la ira y y la calentura que me dio, que decidí darle su merecido...
Mientras el resto seguía observándolo levante y lo lleve bajo la pantalla en medio del escenario para que todos vieran lo que estaba por hacerle, el enloqueció, y se volvió mi nena, era ella, ella me pedía que la llame así...
Me apoye en el escenario mirando las sillas semivacias, el brillo de la película proyectada, encandilaba de a momentos mi visión, pero vi que nos estaban viendo, ya no 5o 6, sino 20 o 25, cuando volví en mi, me di cuenta que ella me había bajado el pantón y arrodillada ante mi, no paraba de dar embestidas con su boca a mi miembro, quería cogermelo...
Saque un preservativo de mi bolsillo de los que siempre llevaba, y ella al verlo me lo sacó de la mano, lo abrió, lo introdujo en su boca, y mirándome, trago mi pene para abrigar lo con el látex, ella estaba lista, quería que me la coja allí mismo.
Invadido por la calentura que instaló en mi, la saque levante del suelo y apoyando la en el escenario, le bajé sus pantalones, vi su hermoso culo, suave, cuidado, lo agarré de las caderas, escupi en su ano, mientras oía que me decía que la quería yaaaaaaah dentro de ella.... mmmmm...
Me ubique y empecé a empujar, sentía el calor de ella, lo apretada que estaba, y lento empuje hasta la mitad de mi pene, ella se desesperó y me agarró de de mis cadera y me apretó a ella, quería sentirme todo dentro, eso me calentó tanto, que bombee tanto, ella gemía gemía de placer, estaba rabiosa, con sus manos abría sus nalga para que entre más y más, todo el salón recibió esos gritos de placer que ella daba, me di cuenta que seguían viendo los demás, y entre tanto bombeo, acabé... Dios! Como acabé!!!
Ella seguía moviéndose aún sabiendo que había acabado, era mi perra en celo, el se entregó a mi, fue mi perra.
Me pidió mi número, no se lo di, el entendio que fue esa noche y nada más, sonreímos, nos saludamos, nos fuimos...
Soy un varón abierto a las experiencias de todo tipo, quizás la mencionada curiosidad me arrastro esa noche.
Ir a un lugar que pocos admiten haber ido, es alucinante.
Antes de ir, averigüe todo lo que pude encontrar en internet respecto al lugar, hay un interesante artículo de la gaceta salta, donde un cronista relata paso a paso el traspaso de la vereda de frente al cine, a la sala donde pasa todo.
Pues fui...
Antes de que sigas leyendo, quiero aclararte que no fui con intenciones de nada más que conocer el lugar... pero la noche me sorprendió.
Llegue, me cobro la entrada un agradable sujeto, había un olor a humo de tabaco impregnado en esas cortinas pesadas que prohíben la entrada de la luz fluorescente del pasillo al salón principal.
Había silencio, no se escuchaba más que una vieja película pornográfica, amarillenta, donde los gemidos se mezclaban con música ochentero, y el brillo de la pantalla era muy bajo, ahora que lo pienso quizás intencional.
Me senté en una de las sillas lado el pasillo derecho y me quedé a observar y escuchar...
Se oían gemidos de alguien que estaba pasándola bien justo debajo de la pantalla. Mientras tanto di con un extraño lenguaje de los asistentes más añejos, pues existe una rara manera de ofrecer y pedir sexo, de comunicar si das o recibís, vi también una fila llegando al escenario del teatro donde están los postulantes al sexo pasajero, delante de la fila se pasean los postulantes a concretar eso que estaban buscando.
Recibí muchas ofertas, las rechazaba. Hasta que pensé: pues estoy aquí, veremos que sucede.
Así que pasé a una silla más cerca del escenario, y pues se trasladaron todos más cerca mío, creo que sabían que estaba por suceder, hasta que paso un chico, cari lindo, afeminado, y se me acercó con buena onda a preguntarme que hacía allí, pues le conte de mi aventura, se sentó a mi lado, y con suavidad, se fue acercando a mi, puso su mano en mi rodilla, y empezó a subirla lentamente a mi entrepierna...
Uuuuuh eso fue calentandome... y lo que menos esperaba empezaba a suceder...
Me masajea mi miembro y mis huevos, tan lento que empecé a sentir que mi pantalón estallaba, me calentaba ver que había unos 5 o 6 tipos viéndonos, cuando me di cuenta de eso, se me puso al máximo poder, que no se contuvo de no sacarmelo, la tenía al aire en la oscuridad, el sonrió, me miró a los ojos como avisandome que bajaría, y así lo hizo, se puso de rodillas frente a mi, dio un beso a mi glande, y tan cariñosamente, trago mi pene hasta la base, y empezó a mover su boca de un lado a otro con mi pene dentro, no puede evitar gemir, empezó a lamer con una sintonía, como si el y mi pene se conocieran. Y empezó más fuerte, golpeaba a propósito su rostro con mi entrepierna, abandonó la lentitud para entregarse al perro momento, cuando veo que uno de los videntes si acerca para chupar mi pene junto con el, el lo empujó y se lo sacó de encima, quería mi pene para el solo, en un momento dado paro de repente y ya no podía parar yo, enfermé de la ira y y la calentura que me dio, que decidí darle su merecido...
Mientras el resto seguía observándolo levante y lo lleve bajo la pantalla en medio del escenario para que todos vieran lo que estaba por hacerle, el enloqueció, y se volvió mi nena, era ella, ella me pedía que la llame así...
Me apoye en el escenario mirando las sillas semivacias, el brillo de la película proyectada, encandilaba de a momentos mi visión, pero vi que nos estaban viendo, ya no 5o 6, sino 20 o 25, cuando volví en mi, me di cuenta que ella me había bajado el pantón y arrodillada ante mi, no paraba de dar embestidas con su boca a mi miembro, quería cogermelo...
Saque un preservativo de mi bolsillo de los que siempre llevaba, y ella al verlo me lo sacó de la mano, lo abrió, lo introdujo en su boca, y mirándome, trago mi pene para abrigar lo con el látex, ella estaba lista, quería que me la coja allí mismo.
Invadido por la calentura que instaló en mi, la saque levante del suelo y apoyando la en el escenario, le bajé sus pantalones, vi su hermoso culo, suave, cuidado, lo agarré de las caderas, escupi en su ano, mientras oía que me decía que la quería yaaaaaaah dentro de ella.... mmmmm...
Me ubique y empecé a empujar, sentía el calor de ella, lo apretada que estaba, y lento empuje hasta la mitad de mi pene, ella se desesperó y me agarró de de mis cadera y me apretó a ella, quería sentirme todo dentro, eso me calentó tanto, que bombee tanto, ella gemía gemía de placer, estaba rabiosa, con sus manos abría sus nalga para que entre más y más, todo el salón recibió esos gritos de placer que ella daba, me di cuenta que seguían viendo los demás, y entre tanto bombeo, acabé... Dios! Como acabé!!!
Ella seguía moviéndose aún sabiendo que había acabado, era mi perra en celo, el se entregó a mi, fue mi perra.
Me pidió mi número, no se lo di, el entendio que fue esa noche y nada más, sonreímos, nos saludamos, nos fuimos...
5 comentarios - Cine Rex Salta part.1 (RELATO REAL)