El Re-encuentro

Hoy, viernes, me levanté descompuesta , con fuertes dolores en el vientre. Llame a la Señora Romina ( que estaba en la clínica) y le conté lo que me estaba pasando. 
Me pidió que saque un permiso extraordinario para poder salir en plena cuarentena, y que vaya a un hospital.
Cómo no tenía mucho dinero para un remis , llame a mi hijo mayor para que me pasara a buscar. El permiso tardo 8 horas y ya los dolores se me estaban retirando. Tal vez fue un síndrome menopausico. No sé, siempre fui muy irregular en mis ciclos menstruales.
Frente a la casa se detuvo un auto, mire por la ventana y Vi que se bajaba del automóvil , mi ex marido. Mi hijo mayor me había jugado una mala pasada, siempre quiso que volviera con su padre y creo que encontró la escusa perfecta para forzarme a un encuentro con El.
Mi marido me ayudó a bajar las escaleras, se lo veía muy compungido. Me explico que El también saco el permiso para poder llevarme. Supuestamente mi hijo no pudo venir. ( Dudo). Nos pusimos los barbijos y Nos fuimos al hospital público de San Isidro.
Me atendieron con todos los protocolos y me dieron unos medicamentos para el dolor estomacal que ya no sentía. El doctor me derivo a unas series de análisis y que lo volviera a ver para descartar dudas. No podía confirmar si era algo de la menopausia hasta no ver los resultados.
Joaquín, mi ex, me llevo de regreso hasta la casa. 
Me acompaño hasta la puerta y me empezó a rogar que volviera con El. Le dije que no, que para mí se había roto algo en mi interior. 
Me abrazo y se largo a llorar como una criatura. Era horrible ver a un hombre adulto doblegarse por cariño. Siempre lo ví como una persona segura y recia. 

Para salir del mal momento le prometí que lo iba a pensar. Que por favor me de un poco de aire y tal vez encontraríamos una solución. En definitiva era el padre de mis hijos y debía considerarlo.
Nos empezamos a besar con la pasión de nuestros primeros años de matrimonio y una cosa llevo a la otra. Me penetró detrás de la puerta..mientras lo hacíamos no podía dejar de pensar en Andresito. La diferencia era notable.
Su barriga me molestaba y la flacidez del pene hacia que se saliera muy seguido. 
Me costaba llegar al climax. 
Sentí que le temblaban las piernas y con un esfuerzo sobre humano largo sus gotitas de semen. 
Me volvió a besar y se fue con cierto aire de orgullo, que me molestó.
Volví a sentir náuseas y en ese momento me di cuenta que no lo quería volver a ver.
Al entrar a la cocina lo ví desayunando a Andresito y me alegro verlo.

@soniadora1962