PARTE 2
Primera parte: http://www.poringa.net/posts/relatos/3618310/Visita-de-verano.html
Mi tía Eva se marchó y la echaba mucho de menos. Cada noche tenía sueños eróticos con ella y cada día me masturbaba recordando su cuerpo desnudo. Y poco a poco se fue metiendo en mi cabeza un pensamiento sexual hacía mi madre, si había podido follarme a mi tia…¿Por qué no iba a poder con mi madre?
Al pueblo siempre volvíamos la familia alguna vez al año para visitar a mis abuelos que vivían en la otra punta del pueblo respecto a la casa de mi madre, donde yo estaba. Y cada vez que venían mis tias Eva o Marta, o mi prima Andrea, siempre pasaban la noche en casa de mi madre para evitar ser una carga para mis abuelos. Ya eran mayores.
Y como era verano y época de vacaciones mi tia Marta nos dio una sorpresa con su visita. Yo no lo esperaba para nada y fue toda una alegría. Y también iba a dormir en la otra cama de mi cuarto, donde dos semanas atrás mi tía Eva y yo follamos como animales. Marta era alta, con pechos pequeños, y delgada, parecía la hija adoptada por que no se parecía mucho a las mujeres de la familia, solo se parecía en el color del pelo, castaño, pero se lo pintaba y se lo ponía rubio. Siempre hubo bromas sobre su posible adopción, pero mis abuelos siempre lo negaron.
Marta era profesora en un colegio privado exclusivo para mujeres muy prestigioso. Era una muy buena docente.
Toda la familia especulaba con la homosexualidad de Marta, por que nunca se había casado y siempre había vivido con mujeres. Ella siempre decía que eran amigas o solo compañeras de piso, pero todos sabíamos que habían sido sus novias. Pero aunque lo sabíamos nunca hablamos con ella sobre el tema, sobretodo por que era una persona muy reservada sobre aspectos tan personales.
La tarde en la que llegó, mi madre se encontraba trabajando. Yo con mucha alegría la saludé con un gran abrazo. Y después de saludarnos y deja sus cosas en mi habitación comenzó el interrogatorio sobre mi vida, como me iba en la universidad, las asignaturas que mejor se me daban, si necesitaba ayuda, etc. Una verdadera profesora de cabo a rabo.
De repente comenzó el interrogatorio sobre mi vida amorosa. Le hablé sobre mi novia que vivía a cientos de kilómetros y se compadeció de mí.
—Estoy segura de que te mueres por verla. Conozco muy bien a los jóvenes de hoy en día. Les he dado clase—rio como ríen las mujeres de la familia, prueba de que no era adoptada—y seguro que estas perdiendo la cabeza, tanto en la mente como en el cuerpo. Se que los jóvenes tenéis ciertas necesidades. ¿Cómo manejas la falta de contacto físico? A tu edad debes de ser muy activo sexualmente. Y espero que siempre hayas usa protección sobrino.
—Claro que sí tia—dije sonrojándome—uso condones con las mujeres con las que tengo relaciones sexuales, aunque sería mucho más fácil si fuera gay.— En ese momento me quedé sin palabras, no sabía por que había dicho, la homosexualidad era algo tabú en casa y sobre todo con Marta.
Tía Marta me miró extañada—a ver sobrino, primero, los condones se deben usar tanto con hombres como mujeres, no son sólo para evitar embarazos, también para evitar enfermedades. Segundo, ¿me estás diciendo que tienes sexo con otras mujeres aparte de tu novia?. Y tercero, ¿qué sabes tú de la homosexualidad y por qué te has asustado al decírmelo?.
—Tía lo siento…no quería decir eso. A mí no me importa quién te guste, me importa que seas feliz.—dije con la cabeza gacha.
—Que tonto eres sobrino. Si fuera lesbiana no sería nada malo, pero no soy lesbiana. Soy bisexual. Me gustan tanto los hombres como las mujeres. Pero no me voy a la cama con cualquiera. Cuido mucho con quien me acuesto. Pero, dime, aparte de tu novia, ¿con quién has tenido relaciones?
—Tía…no sé si debería contártelo…
—Mira tengo muchos secretos, uno más no me va a hacer la vida imposible, pero no te voy a obligar, dímelo si quieres—y sonrió. Esa sonrisa me hizo sentir bien, a gusto y en confianza con mi tia Marta.
—Bueno…ya sabes que tia Eva estuvo aquí hace dos semanas. Y bueno…no se si le molestará que te lo cuente…pero ella y yo nos divertimos mucho juntos.
Marta rió—Por el amor de dios, que dos demonios tan traviesos. Tu tía siempre ha sido muy puta. Y sinceramente, en algún momento lo pensé, conociéndola y sabiendo el hombre en el que te has convertido, me imaginé que podría llegar a pasar, y mirándote, hasta yo habría caído en la tentación. Pero cuéntame, quiero sabe todo lo que hicieron. Tu tia marta guarda secretos muy bien.—sonrió y volvió a reírse.
—Bueno…lo primero que pasó fue que ella me masturbó una noche hasta hacerme correr.
—En otras palabras, te hizo una paja—y soltó una carcajada.
Esta charla, recordando a mi tía Eva, hizo que mi polla se pusiera dura. Y Marta se dio cuenta. Se acercó a mí, y agarrándome la polla dijo:—No te importará si compruebo lo que Eva disfrutó, ¿no?.
Sacó mi polla de mi pantalón, escupió sobre su mano y empezó a masturbarme. Llevaba dos semanas pajeándome pensando en mi tia Eva, pero nunca imaginé sentir la mano de mi tia Marta alrededor de mi polla, y no podía aguantar mucho más, solo llevaba un minuto pajeándome, pero yo estaba muy excitado.
Marta sintió que iba a eyacular, y rápidamente se puso de rodillas, acercó su boca a mi polla y recibió toda mi leche dentro de ella. Pasó su lengua por todo miembro dejándolo totalmente limpio, se levantó y me sonrió.
—Tu semen está verdaderamente rico y tu polla no es para nada pequeña. Ya sé por qué Eva disfrutó tanto.
En aquél momento oímos una llave entrar en la cerradura de la puerta de casa. Instantáneamente guardé mi polla en el pantalón. Segundos después mi madre entró, y empezó a gritar de alegría al ver a mi tia Marta, y corriendo se abrazaron. Nuestra familia era muy cariñosa, en muchos sentidos, cada vez estaba más claro.
Pasamos una noche agradable. Mientras cenábamos, Marta de vez en cuando tocaba mi pierna por debajo de la mesa. Estaba claro que quería jugar, y quería jugar conmigo. Ella reía viendo como yo me moría de la vergüenza e intentando disimular mi excitación delante de mi madre.
—¿De qué te ríes Marta? Pareces muy animada. Es agradable.
—No sé hermanita, simplemente soy feliz.— giró su mirada a mi y me sonrió.
Al final de la noche, mi tía y mi madre empezaron a beber alcohol y yo me fui a darme mi típica ducha nocturna y me tiré a dormir. Quedé totalmente en k.o.
A la mañana siguiente sentí calor humano a mi lado y me fui despertando poco a poco. Extendí mi mano, todavía con los ojos cerrados, y toqué un cuerpo desnudo. Me incorporé lentamente, retiré con suavidad las sábanas hacía abajo para ver quien estaba mi lado. Y por supuesto era mi tia Marta.
Ella seguía dormida, con una mano entre las piernas y el dedo pulgar en la boca. Era muy entrañable. Una profesora de treinta y ocho años de edad dormía chupándose un dedo. Empecé a sonreír observándola y sus ojos se fueron abriendo poco a poco. Me sonrió y estiró su brazos hacía mí.
Una muy buena manera de empezar el día. Abracé a mi tia y nos fundimos abrazándonos con los brazos y las piernas. Sentía el calor de su cuerpo y sus tetas y sus pezones sobre mi pecho. Nuestros labios se buscaron y se encontraron en un duelo donde nuestras lenguas era las beligerantes y luchaban ente ellas. Acaricié su liso pelo y ella pasó su mano por mis rebeldes rizos. Mi polla estaba dura y empecé a rozarla con su piel desnuda, Marta, se giró y de su pantalón en el suelo sacó un condón, lo abrió y los deslizó por mi miembro y lo guió hacía su húmedo coño. Empecé a penetrarla suavemente, disfrutando de su humedad.
Se puso encima de mi y comenzó a cabalgarme, subía y bajaba. Primero lentamente pero fue aumentando el ritmo, subiendo y bajando con fuerza, dejándose caer con fuerza sobre mi polla y mi pelvis. Empezó a hacerlo cada vez más rápido, fuerte y profundo, mientras gemía y gritaba con pasión.
Acariciaba, apretaba y chupaba sus tetas, tanto como podía y ella me pedía que las chupara y las apretara más fuerte y así hice, con toda la fuerza que podía le apretaba y le chupaba las tetas mientras ella chillaba de dolor y pasión.
Empecé a sentir los flujos de mi tia Marta cayendo por mis testículos y hasta adentrarse por mis nalgas. Estaba muy mojada y goteando. Sabía que estaba disfrutando de mi polla. Sentí mi inminente eyaculación y con mucha fuerza, cogiendo por la cintura a Marta, la penetré hasta que llené el condón con mi semen.
Mi tia se levantó y se dejó caer a mi lado. Me quitó el condón y lo puso en la mesita de noche. Se acercó a mi polla y empezó a lamerla de arriba abajo. La chupaba muy bien, que equivocada estaba mi familia sobre su lesbianismo.
Saltó fuera de la cama con una sonrisa de oreja a oreja y se dirigió al baño.
Me quedé en la cama mirando hacía el techo y disfrutando del momento.
Minutos después fui al baño. Oía a Marta ducharse, pero la puerta no estaba cerrada con llave. Entré y empecé a orinar. Concentrándome en no tener una erección.
Mi madre se fue a trabajar, era imposible que no nos hubiera escuchado, pero si nos escuchó tampoco dijo nada. Marta y yo fuimos a visitar a mis abuelos. Pasamos el día charlando y disfrutando de nuestra compañía.
Los siguientes días Marta visitó a familiares y amigos igual que hizo Eva. Cada día cenábamos juntos y por la noche acostados en las camas me contaba encuentros con sus exnovios y exnovias. Me contaba que todas las posturas que hacía, que le encantaba comer coños, y mientras ella me contaba todas sus experiencias yo me masturbaba delante de ella hasta correrme, pero ella solo miraba, nunca me tocaba, alguna vez me dejaba ver sus tetas o su coño, pero nada más.
Pero llegó la última noche que ella estaría en casa. Y acostados, Marta se sentó en la cama y dijo:
—Bueno sobrino. Esta es tu oportunidad. ¿Me quieres comer el coño? Estoy mojada…y es todo tuyo.
Mi polla se puso dura en seguida y me excité como nunca.
—Claro tía…no sabes las ganas que tengo, pensé que nunca me lo pedirías.
—Perfecto, por que yo también quiero comerte la polla…podemos hacerlo a la vez.
Marta se puso de pie y deslizó por su cuerpo la bata que llevaba hasta que cayó al suelo y quedo totalmente desnuda. Sus pezones erectos. Su coño como poco vello pero muy mojado hasta el punto de que la luz de la luna se reflejaba en su humedad.
Me levanté y me acerqué ella empezando a acariciar su cuerpo, besando sus labios y disfrutando de su juguetona lengua. La tiré en mi cama, poniéndome encima de mi tia de un saltó puse mi polla a la altura de su boca y su coño a la altura de la mía. Empecé a lamer y succionar su clítoris mientras mis dedos penetraban su coño. Ella empezó a acariciar mi polla con ambas manos con mi glande metido en su boca y dándole lamidas. Comenzó a apretarme suavemente los testículos y empecé a gemir por el dolor y el placer. Empecé a meter mi polla en su boca…tanto como podía…ella no se resistía dejaba que la metiera hasta la profundidad que deseara. Empecé a meter mis dedos en su coño con fuerza, mientras lamia su clítoris y empecé a follar su boca.
Yo seguía comiéndole el coño y un escalofrío atravesó todo mi cuerpo al sentir un dedo de mi tia marta introduciéndose por mi culo mientras mi polla follaba su boca, pero me gustó la sensación y deje que siguiera. Ella me lo metía hasta el fondo, parecía una venganza por esta metiendo mi polla hasta su esófago. Su coño sabía delicioso. No paraba de expulsar flujo dejando toda la cama mojada.
Tenía su dedo pulgar y el índice alrededor de la base de polla, apretando como un anillo y evitaba que me corriese, aunque tuviera mi leche apunto de expulsarla. Siguió penetrándome con su dedo y mi polla seguía follando su boca.
—Tía…por favor, déjame correrme…voy a estallar.
Aflojó sus dedos, metió dos de sus dedos en mi culo y mi polla empezó a expulsar chorros y chorros de leche, todos en su boca. Atraganta como pudo se tragó toda mi leche.
Me sentía muy cansado, me di la vuelta y le di un beso en los labios. Un beso con sabor a mi semen y a su flujo. Y nos fundimos en un abrazo mezcla de amor familiar y sexual.
Más relatos eróticos y muy morbosos en mi blog mr-taboo.com
Primera parte: http://www.poringa.net/posts/relatos/3618310/Visita-de-verano.html
Mi tía Eva se marchó y la echaba mucho de menos. Cada noche tenía sueños eróticos con ella y cada día me masturbaba recordando su cuerpo desnudo. Y poco a poco se fue metiendo en mi cabeza un pensamiento sexual hacía mi madre, si había podido follarme a mi tia…¿Por qué no iba a poder con mi madre?
Al pueblo siempre volvíamos la familia alguna vez al año para visitar a mis abuelos que vivían en la otra punta del pueblo respecto a la casa de mi madre, donde yo estaba. Y cada vez que venían mis tias Eva o Marta, o mi prima Andrea, siempre pasaban la noche en casa de mi madre para evitar ser una carga para mis abuelos. Ya eran mayores.
Y como era verano y época de vacaciones mi tia Marta nos dio una sorpresa con su visita. Yo no lo esperaba para nada y fue toda una alegría. Y también iba a dormir en la otra cama de mi cuarto, donde dos semanas atrás mi tía Eva y yo follamos como animales. Marta era alta, con pechos pequeños, y delgada, parecía la hija adoptada por que no se parecía mucho a las mujeres de la familia, solo se parecía en el color del pelo, castaño, pero se lo pintaba y se lo ponía rubio. Siempre hubo bromas sobre su posible adopción, pero mis abuelos siempre lo negaron.
Marta era profesora en un colegio privado exclusivo para mujeres muy prestigioso. Era una muy buena docente.
Toda la familia especulaba con la homosexualidad de Marta, por que nunca se había casado y siempre había vivido con mujeres. Ella siempre decía que eran amigas o solo compañeras de piso, pero todos sabíamos que habían sido sus novias. Pero aunque lo sabíamos nunca hablamos con ella sobre el tema, sobretodo por que era una persona muy reservada sobre aspectos tan personales.
La tarde en la que llegó, mi madre se encontraba trabajando. Yo con mucha alegría la saludé con un gran abrazo. Y después de saludarnos y deja sus cosas en mi habitación comenzó el interrogatorio sobre mi vida, como me iba en la universidad, las asignaturas que mejor se me daban, si necesitaba ayuda, etc. Una verdadera profesora de cabo a rabo.
De repente comenzó el interrogatorio sobre mi vida amorosa. Le hablé sobre mi novia que vivía a cientos de kilómetros y se compadeció de mí.
—Estoy segura de que te mueres por verla. Conozco muy bien a los jóvenes de hoy en día. Les he dado clase—rio como ríen las mujeres de la familia, prueba de que no era adoptada—y seguro que estas perdiendo la cabeza, tanto en la mente como en el cuerpo. Se que los jóvenes tenéis ciertas necesidades. ¿Cómo manejas la falta de contacto físico? A tu edad debes de ser muy activo sexualmente. Y espero que siempre hayas usa protección sobrino.
—Claro que sí tia—dije sonrojándome—uso condones con las mujeres con las que tengo relaciones sexuales, aunque sería mucho más fácil si fuera gay.— En ese momento me quedé sin palabras, no sabía por que había dicho, la homosexualidad era algo tabú en casa y sobre todo con Marta.
Tía Marta me miró extañada—a ver sobrino, primero, los condones se deben usar tanto con hombres como mujeres, no son sólo para evitar embarazos, también para evitar enfermedades. Segundo, ¿me estás diciendo que tienes sexo con otras mujeres aparte de tu novia?. Y tercero, ¿qué sabes tú de la homosexualidad y por qué te has asustado al decírmelo?.
—Tía lo siento…no quería decir eso. A mí no me importa quién te guste, me importa que seas feliz.—dije con la cabeza gacha.
—Que tonto eres sobrino. Si fuera lesbiana no sería nada malo, pero no soy lesbiana. Soy bisexual. Me gustan tanto los hombres como las mujeres. Pero no me voy a la cama con cualquiera. Cuido mucho con quien me acuesto. Pero, dime, aparte de tu novia, ¿con quién has tenido relaciones?
—Tía…no sé si debería contártelo…
—Mira tengo muchos secretos, uno más no me va a hacer la vida imposible, pero no te voy a obligar, dímelo si quieres—y sonrió. Esa sonrisa me hizo sentir bien, a gusto y en confianza con mi tia Marta.
—Bueno…ya sabes que tia Eva estuvo aquí hace dos semanas. Y bueno…no se si le molestará que te lo cuente…pero ella y yo nos divertimos mucho juntos.
Marta rió—Por el amor de dios, que dos demonios tan traviesos. Tu tía siempre ha sido muy puta. Y sinceramente, en algún momento lo pensé, conociéndola y sabiendo el hombre en el que te has convertido, me imaginé que podría llegar a pasar, y mirándote, hasta yo habría caído en la tentación. Pero cuéntame, quiero sabe todo lo que hicieron. Tu tia marta guarda secretos muy bien.—sonrió y volvió a reírse.
—Bueno…lo primero que pasó fue que ella me masturbó una noche hasta hacerme correr.
—En otras palabras, te hizo una paja—y soltó una carcajada.
Esta charla, recordando a mi tía Eva, hizo que mi polla se pusiera dura. Y Marta se dio cuenta. Se acercó a mí, y agarrándome la polla dijo:—No te importará si compruebo lo que Eva disfrutó, ¿no?.
Sacó mi polla de mi pantalón, escupió sobre su mano y empezó a masturbarme. Llevaba dos semanas pajeándome pensando en mi tia Eva, pero nunca imaginé sentir la mano de mi tia Marta alrededor de mi polla, y no podía aguantar mucho más, solo llevaba un minuto pajeándome, pero yo estaba muy excitado.
Marta sintió que iba a eyacular, y rápidamente se puso de rodillas, acercó su boca a mi polla y recibió toda mi leche dentro de ella. Pasó su lengua por todo miembro dejándolo totalmente limpio, se levantó y me sonrió.
—Tu semen está verdaderamente rico y tu polla no es para nada pequeña. Ya sé por qué Eva disfrutó tanto.
En aquél momento oímos una llave entrar en la cerradura de la puerta de casa. Instantáneamente guardé mi polla en el pantalón. Segundos después mi madre entró, y empezó a gritar de alegría al ver a mi tia Marta, y corriendo se abrazaron. Nuestra familia era muy cariñosa, en muchos sentidos, cada vez estaba más claro.
Pasamos una noche agradable. Mientras cenábamos, Marta de vez en cuando tocaba mi pierna por debajo de la mesa. Estaba claro que quería jugar, y quería jugar conmigo. Ella reía viendo como yo me moría de la vergüenza e intentando disimular mi excitación delante de mi madre.
—¿De qué te ríes Marta? Pareces muy animada. Es agradable.
—No sé hermanita, simplemente soy feliz.— giró su mirada a mi y me sonrió.
Al final de la noche, mi tía y mi madre empezaron a beber alcohol y yo me fui a darme mi típica ducha nocturna y me tiré a dormir. Quedé totalmente en k.o.
A la mañana siguiente sentí calor humano a mi lado y me fui despertando poco a poco. Extendí mi mano, todavía con los ojos cerrados, y toqué un cuerpo desnudo. Me incorporé lentamente, retiré con suavidad las sábanas hacía abajo para ver quien estaba mi lado. Y por supuesto era mi tia Marta.
Ella seguía dormida, con una mano entre las piernas y el dedo pulgar en la boca. Era muy entrañable. Una profesora de treinta y ocho años de edad dormía chupándose un dedo. Empecé a sonreír observándola y sus ojos se fueron abriendo poco a poco. Me sonrió y estiró su brazos hacía mí.
Una muy buena manera de empezar el día. Abracé a mi tia y nos fundimos abrazándonos con los brazos y las piernas. Sentía el calor de su cuerpo y sus tetas y sus pezones sobre mi pecho. Nuestros labios se buscaron y se encontraron en un duelo donde nuestras lenguas era las beligerantes y luchaban ente ellas. Acaricié su liso pelo y ella pasó su mano por mis rebeldes rizos. Mi polla estaba dura y empecé a rozarla con su piel desnuda, Marta, se giró y de su pantalón en el suelo sacó un condón, lo abrió y los deslizó por mi miembro y lo guió hacía su húmedo coño. Empecé a penetrarla suavemente, disfrutando de su humedad.
Se puso encima de mi y comenzó a cabalgarme, subía y bajaba. Primero lentamente pero fue aumentando el ritmo, subiendo y bajando con fuerza, dejándose caer con fuerza sobre mi polla y mi pelvis. Empezó a hacerlo cada vez más rápido, fuerte y profundo, mientras gemía y gritaba con pasión.
Acariciaba, apretaba y chupaba sus tetas, tanto como podía y ella me pedía que las chupara y las apretara más fuerte y así hice, con toda la fuerza que podía le apretaba y le chupaba las tetas mientras ella chillaba de dolor y pasión.
Empecé a sentir los flujos de mi tia Marta cayendo por mis testículos y hasta adentrarse por mis nalgas. Estaba muy mojada y goteando. Sabía que estaba disfrutando de mi polla. Sentí mi inminente eyaculación y con mucha fuerza, cogiendo por la cintura a Marta, la penetré hasta que llené el condón con mi semen.
Mi tia se levantó y se dejó caer a mi lado. Me quitó el condón y lo puso en la mesita de noche. Se acercó a mi polla y empezó a lamerla de arriba abajo. La chupaba muy bien, que equivocada estaba mi familia sobre su lesbianismo.
Saltó fuera de la cama con una sonrisa de oreja a oreja y se dirigió al baño.
Me quedé en la cama mirando hacía el techo y disfrutando del momento.
Minutos después fui al baño. Oía a Marta ducharse, pero la puerta no estaba cerrada con llave. Entré y empecé a orinar. Concentrándome en no tener una erección.
Mi madre se fue a trabajar, era imposible que no nos hubiera escuchado, pero si nos escuchó tampoco dijo nada. Marta y yo fuimos a visitar a mis abuelos. Pasamos el día charlando y disfrutando de nuestra compañía.
Los siguientes días Marta visitó a familiares y amigos igual que hizo Eva. Cada día cenábamos juntos y por la noche acostados en las camas me contaba encuentros con sus exnovios y exnovias. Me contaba que todas las posturas que hacía, que le encantaba comer coños, y mientras ella me contaba todas sus experiencias yo me masturbaba delante de ella hasta correrme, pero ella solo miraba, nunca me tocaba, alguna vez me dejaba ver sus tetas o su coño, pero nada más.
Pero llegó la última noche que ella estaría en casa. Y acostados, Marta se sentó en la cama y dijo:
—Bueno sobrino. Esta es tu oportunidad. ¿Me quieres comer el coño? Estoy mojada…y es todo tuyo.
Mi polla se puso dura en seguida y me excité como nunca.
—Claro tía…no sabes las ganas que tengo, pensé que nunca me lo pedirías.
—Perfecto, por que yo también quiero comerte la polla…podemos hacerlo a la vez.
Marta se puso de pie y deslizó por su cuerpo la bata que llevaba hasta que cayó al suelo y quedo totalmente desnuda. Sus pezones erectos. Su coño como poco vello pero muy mojado hasta el punto de que la luz de la luna se reflejaba en su humedad.
Me levanté y me acerqué ella empezando a acariciar su cuerpo, besando sus labios y disfrutando de su juguetona lengua. La tiré en mi cama, poniéndome encima de mi tia de un saltó puse mi polla a la altura de su boca y su coño a la altura de la mía. Empecé a lamer y succionar su clítoris mientras mis dedos penetraban su coño. Ella empezó a acariciar mi polla con ambas manos con mi glande metido en su boca y dándole lamidas. Comenzó a apretarme suavemente los testículos y empecé a gemir por el dolor y el placer. Empecé a meter mi polla en su boca…tanto como podía…ella no se resistía dejaba que la metiera hasta la profundidad que deseara. Empecé a meter mis dedos en su coño con fuerza, mientras lamia su clítoris y empecé a follar su boca.
Yo seguía comiéndole el coño y un escalofrío atravesó todo mi cuerpo al sentir un dedo de mi tia marta introduciéndose por mi culo mientras mi polla follaba su boca, pero me gustó la sensación y deje que siguiera. Ella me lo metía hasta el fondo, parecía una venganza por esta metiendo mi polla hasta su esófago. Su coño sabía delicioso. No paraba de expulsar flujo dejando toda la cama mojada.
Tenía su dedo pulgar y el índice alrededor de la base de polla, apretando como un anillo y evitaba que me corriese, aunque tuviera mi leche apunto de expulsarla. Siguió penetrándome con su dedo y mi polla seguía follando su boca.
—Tía…por favor, déjame correrme…voy a estallar.
Aflojó sus dedos, metió dos de sus dedos en mi culo y mi polla empezó a expulsar chorros y chorros de leche, todos en su boca. Atraganta como pudo se tragó toda mi leche.
Me sentía muy cansado, me di la vuelta y le di un beso en los labios. Un beso con sabor a mi semen y a su flujo. Y nos fundimos en un abrazo mezcla de amor familiar y sexual.
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