Un par de semanas atrás, tuve que ir a hacer trámites al banco. Como había, en ese entonces, paro de colectivos en Rosario, Lucas "amablemente" se ofreció a llevarme. En resumen, terminamos en su casa con un siestero rapidito, siguió trabajando y aproveché para quedarme a dormir con él. El viernes a la mañana volví a mi casa. En uno de los polvos, dejé que me acabara adentro. Fue la primera vez en mi vida que sentí eso. Más allá de ese hecho, había sido todo muy tranquilo y "standard" para mi gusto.
El sábado organizamos para salir a la tarde, y luego a la noche me quedaba dormir con él nuevamente. Cuando estábamos yendo a su habitación, lo arrinconé y luego de besarlo apasionadamente le dije "haceme tu puta. Cogeme como a una puta regalada, rompeme toda hijo de puta".
La cara de Lucas se transformó de sorpresa a lujuria cuando vio que del bolsillo sacaba dos sogas. Me besó agarrándome del pelo y apretándome con la otra mano el culo me tiró en la cama. Me desvistió y ató mis manos arriba de mi cabeza (lamentablemente, no tiene respaldar).
Besaba mis tetas mientras sus manos recorrían todo mi cuerpo. Se quedó en bolas, con su vergón ya duro para someterme. Se arrodilló sobre mi pecho y empezó a pegarme con su pija en la cara. Yo trataba de agarrarla con la boca, para chuparla, pero él la manejaba a su gusto, y su deseo era someterme con su pedazo un rato más. Cuando él quiso, apoyó la punta de su verga en mis labios y yo obediente abrí grande la boca para tragarla.
Sus manos se apoyaron en mi cabeza y empujaban su verga hacia adentro. No le importó que empezara a toser y las arcadas que largaba cada vez que sus casi 22 cm sometían mi garganta. Cuando la sacó, un hilo de saliva quedó uniendo mi boca con su tronco brillante y chorreando.
Se acomodó entre mis piernas, y luego de chupármela un rato y verificar con sus dedos lo mojada que estaba, me clavó la pija de una, provocando un grito de placer que pronto ahogó con un beso.
Su cadera se movía cada vez más y más fuerte. Aceleraba, me la clavaba, la dejaba enterrada y volvía a sacarla para seguir con sus movimientos. Yo no podía articular palabras; entre gemidos a veces me salía un "dale" o "si si"... pero esa verga rompiéndome por dentro no dejaba que pudiera hablar mucho.
No paró de cogerme de las formas que quiso. Puso mis piernas sobre sus hombros, abría mis piernas, las cerraba; luego me movió de costado, hasta dejarme boca abajo con la colita parada.
Se deleitó un rato amasándome las nalgas, para luego seguir con movimientos cortitos y profundos clavándomela y pegándome con ganas en el culo. "AY! dale dale... ay!!" gritaba yo con cada chirlo. "Así que querés sentirte una puta hoy, pendeja" decía mientras su verga se enterraba con más ganas. "Si... quiero ser tu putita hoy... haceme tu putita" le suplicaba, mientras la sacaba para acomodarme en 4, y dejarme expuesta como a una perrita.
Mis manos quedaron estiradas (y aún atadas) hacia adelante, mi cola levantada y regalada a sus deseos. Pasó su lengua por toda mi concha. Me la chupó un ratito hasta que volvió a acomodarse arriba mío. Me desató por un instante, para acomodar mis manos atrás en mi espalda. Volvió a atarme, dejando mi cara apoyada contra la cama, en 4, con las piernas separadas y la cola parada; él arriba, apuntando su verga hacia mi concha que ya estaba abierta por la garchada previa.
Sentí como su pija se resbalaba y entraba fácil dentro mío. La dejó enterrada y se acomodó. Se agarró con una mano de mi pelo, haciendo que levante un poco mi cabeza, y la otra agarraba mis manos atadas atrás. Así comenzó un sometimiento que me rompió toda.
Sus manos tiraban de mi pelo hacia su cuerpo, y él empujaba su cuerpo contra el mío provocando que se chocaran con violencia. "Acá tenés pendeja puta" me repetía cada vez que su pija golpeaba dentro mío. "No pares no pares" gritaba yo desesperada, con medio cuerpo suspendido en el aire. Las nalgadas tampoco se hicieron esperar. Abrí más la cola y él aprovechó para empezar a cogerme con sus dedos en mi ano.
"Uy también le vas a hacer la colita a tu putita" le dije cuando sentí un dedo meterse por atrás. "Yo se que lo querés. Esta cola siempre pide mi pija", y la verdad que tiene razón. Él fue el primero. Es el dueño absoluto y puede hacer lo que quiera. Y lo hizo. Sacó su verga y sentí un lechazo violento sobre mi espalda. Me dejé caer sobre la cama cuando me soltó. Con su pija desparramó la leche por mi espalda mientras me liberaba de las ataduras. Pero no era su intención frenar.
Me volvió a poner en 4, y ahora se dedicó a darme placer con su lengua. Así, sometida como una perra puta, acabé con su lengua en mi concha y sus dedos en mi cola. Me tiré en la cama, recuperando el aliento, hasta que me dio vuelta y se tiró encima mío para besarme.
Se incorporó, y metió dos dedos en mi boca. "Chupalos" me ordenó metiéndolos más adentro hasta provocarme arcadas. "Chupalos que te van a empezar a romper el orto". Esa forma sucia de hablar me hizo largar unos suspiros de placer de solo imaginar lo que venía.
Me volví a acomodar en 4, y otra vez sus dedos abrieron mi colita. Con paciencia, la dejó preparada para recibir su verga. Se acomodó, me relajé y mordí la almohada cuando sentí la punta de su pija empezar a abrirme el culo. "Ay si... siiii" decía entre gemidos y suspiros cuando sentí que mi cola se acostumbraba al pedazo de mi macho. Sentí como la sacaba casi por completo y un chorro de lubricante frio caía sobre su tronco y mi cola. Otra vez, más adentro.
La culeada fue ganando en intensidad a medida que mi cola se estiraba y se acostumbraba a ese pijón moviéndose dentro mío. No puedo describir por qué esa sensación ser destrozada por ese pijón me calienta y me provoca tanto. Y menos pedir como una puta regalada que me de más fuerte. Lucas no tuvo piedad con mi cola, al punto que tuve que tirarme en la cama y pedir que frenara.
Quedé tirada con la cola latiendo. Se fue a limpiar, mientras yo descansaba (desde que volví, empezamos a coger siempre sin forro). Cuando volvió me puso la pija en la boca. Se la chupé hasta dejarla a punto de explotar. "Acabame adentro" le supliqué sacándome todo su tronco de la garganta.
Se acomodó arriba mío, me clavó la pija y empezó a moverse salvajemente, hasta que dejó enterrada toda la verga y empecé a sentir como latía contra las paredes de mi vagina para luego explotar inundándome toda la concha. Me siguió cogiendo un rato más, con la pija toda llena de su acabada hasta que la sacó y empezó a chorrear todo su semen sobre mi cuerpo.
Nos acostamos sin poder hablar ninguno de los dos. Luego de una pequeña siestita, nos levantamos otra vez bien franeleros. Me hizo una paja mientras me besaba, provocando un orgasmo y mojándome toda la concha nuevamente. Esta vez, tomé un poco la iniciativa yo.
Lo acosté boca arriba y me senté sobre su verga. Aún no estaba del todo dura, pero así media muertita, me la refregué por mi concha y la clavé despacio, hasta enterrarla toda. El calor de mi vagina provocó que su verga creciera dentro mío hasta ponerse bien dura, lo que me hizo mojar aún más al sentir como me abría de nuevo.
Empecé a cabalgar despacio, hasta terminar acelerando levantando mi cuerpo para dejarme caer sobre su verga. Con la pija clavada, refregaba mi clítoris sobre su piel hasta provocar otro orgasmo más. Me agarré fuerte de sus hombros, y luego de pasar esa electricidad que me provocó el orgasmo seguí cabalgando.
Me di vuelta, y quedé de espaldas a él. Mientras me movía, sus manos se fueron derecho a mis nalgas, primero acariciándolas, luego apretando fuerte, para terminar pegándome cada vez más fuerte. "Dale putita movete, dale pendeja puta rompeme la pija dale" me incentivaba él. Yo, totalmente entregada, me movía más y más fuerte con su verga enterrada casi por completo.
Volví a girar, me puse otra vez de frente, me tiré sobre él y lo besé. Levanté mi cuerpo y con dos movimientos más de cadera sentí otra vez su descarga dentro mío. Mi concha se inundaba de su semen caliente y empezaba a chorrear por el tronco de la pija de Lucas. La saqué y la dejé caer sobre su cuerpo aun dura, y toda mojada. La chupé sintiendo el gusto de mis flujos mezclados con su leche y me excité tanto que la chupaba cada vez con más ganas.
Después de un descanso, volvimos a franelearnos y a calentarnos. Dormíamos un rato y nos volvíamos a calentar. Cuando su lengua se pasó por mi cola largué un suspiro de aprobación. "Otra vez?" me preguntó mientras su dedo se metía en la cola, ya abierta. Solo respondí levantando mis caderas y parando la colita. "Soy tu puta hoy", le recordé. "Ufff pendeja te voy a romper el orto" dijo mientras se acomodaba para destrozarme nuevamente. Y literalmente, estuve 2 días con la concha ardiendo y la cola destruida.
Una semana después (ayer), nos volvimos a ver. Ya recuperada, estaba necesitando otra buena revolcada con él. La semana anterior le había pedido que me someta y me coja como a una puta. Y lo hizo. Pero esta vez, quería ser yo la que dominara. Extrañaba un poco eso también. Y había algo que no había hecho, y que me hubiese hecho sentir más puta. Y tenía que castigarlo.
Luego de la cena, nos fuimos a la habitación. Lo acosté en la cama y luego de desvestirlo y besarle todo el cuerpo, saqué de nuevo las sogas y le até las manos. Me subí arriba suyo, ahora ya no lo besaba. Lo mordía. "Que pasa Juli, querés ser una putita de nuevo?" me decía mientras mi boca se acercaba a su abdomen. Me levanté y lo besé.
- No. Ya tuviste tu oportunidad. Hoy mando yo. Y estoy enojada - le decía mientas mis manos suavemente agarraban su pija y lo pajeaban
- Por?
- Te pedí que me trataras como una puta. Que me cogieras como una puta... - mis manos lo pajeaban más fuerte
- No te gustó?
- Me encantó... me rompiste toda - le respondí mordiéndome los labios. - Pero no hiciste algo... no me acabaste en la boca. Quería que me metieras esta verga inmensa en la boca y me la llenes de leche hasta que me rebalse por los labios. Eso me hubiese hecho sentir bien puta.
La cara de Lucas volvió a transformarse. No me gusta que me acaben en la boca, y en general trato de evitarlo, y por eso se sorprendió ante mi pedido.
- Soltame que te lleno la boca de leche puta dale - decía desesperado mientras trataba de soltarse.
Pero lo volví a tirar sobre la cama y le prohibí moverse. Bajé hasta su verga y se la chupé hasta dejarla temblando a punto de acabar. Me trepé sobre su cuerpo, hasta llegar mi concha a su cara. Lo agarré de los pelos y le enterré su boca entre mis piernas.
Su lengua se movía desesperada en mi concha, mientras con mis manos acariciaba suavemente mis tetas. Me mordía los labios sintiendo cada vez más placer. "Dale dale que acabo dale" lo incentivaba, justo antes de agarrarme de la pared porque mi cuerpo empezó a temblar.
Lo besé y sentí su lengua y sus labios húmedos por mi conchita. Me calenté aun más. Me di vuelta, me puse para hacer 69 pero con mi cola lejos de su alcance. Solo podía mirar. Sus manos, que las tenía aun atadas sobre su cabeza, cayeron sobre mi cola pegándole chirlos bien fuertes mientras yo seguía con el pete.
"Me vas hacer acabar pendeja" susurraba mientras yo seguía pajeando su pijón con la mitad del tronco en mi boca. Sentí un fuerte chorro de semen caliente golpear contra mi garganta. Guardé lo más que pude, tragué un poco y el resto dejé que se escurriera de mis labios sobre su verga.
Me di vuelta, con la boca llena de semen, lo miré fijo a los ojos y empecé a dejar caer sobre mi cuerpo un poco de toda la lechita que me había guardado en la boca. Con las manos lo desparramaba por mis tetas. Dejé caer otro poco sobre su cuerpo y el resto, se la mostré y me la tragué.
Lucas estaba agitado viendo toda esta escena. "Desatame que te re cojo" me decía, pero yo seguía sin hacerle caso. "Jodete... perdiste la oportunidad" le decía mientras volvía a la carga besándolo y masajeándole las bolas. Su pija estaba dura de nuevo.
Me senté encima y lo cabalgué un rato, quedándome luego de costado refregando mi clítoris contra su cuerpo hasta hacerme acabar. Lo solté y me acosté a su lado. Nos abrazamos en cucharita y empezó a cogerme bien duro. Mientras me cogía, sus manos amasaban mis tetas y mi concha.
A pesar que había acabado hacía un instante, seguía re caliente y acabé de nuevo. Lucas sacó la pija, metió dos dedos y luego los metió en mi boca. "Mirá como acabaste con mi verga adentro otra vez" me decía mientras no paraba de cogerme. Yo le chupé los dedos, como si fuera una pija, hasta dejarlos limpios.
La sacó por completo y la apuntó a la cola. "Acostumbrala un poco" le pedí. Pero no me hizo caso. Solo metió un dedo para abrir mi ano y apuntó de una la verga. Así mojada de mi concha me la metió de golpe en la cola. Para mi sorpresa, no solo que no me dolió sino que empecé a moverme como loca provocando que acabara casi al toque. "Acabá adentro... llename de leche dale" gritaba yo mientras me movía sobre su pija.
No se pudo aguantar y me dejó toda la descarga adentro de mi colita. Luego de bañarnos, volvimos a franelearnos como dos adolescentes en celo. Lo acosté boca arriba y le chupé la pija desesperada. Escupí la punta y fui desparramando toda la saliva por el tronco. La recorría con la lengua y metía hasta donde podía.
Con las manos la agarraba de la base y le acariciaba las bolas, y de a poquito empecé a probar hasta donde dejaba ir mis manos. Con mis dedos húmedos por la saliva que chorreaba, fui llevándolos más allá de las bolas hasta casi llegar a su ano. La respuesta solamente fue agarrarme de los pelos y acompañar los movimientos de la cabeza sobre su verga.
"Me vas hacer acabar si seguís así", me decía. Me saqué la pija de la boca y me acariciaba las mejillas con la punta toda ensalivada mientras me mordía los labios. Me trepé arriba y me senté sobre su pija. Me hice la paja moviéndome sobre su tronco. No aguantó mucho esos movimientos y acabó sobre su panza. Yo seguí pajeándome sobre su pija acabada y ensalivada hasta llegar a mi orgasmo y terminar abrazados. Así, nos quedamos dormidos. Desnudos y enchastrados.
A la mañana siguiente nos levantamos con más ganas, pero mi cuerpo ya casi pedía basta. Solo uno cortito que terminó otra vez con mi cola penetrada. Segundo fin de semana seguido que termino con la concha destruida, literalmente. Aun siento como me arde.
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Indice
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El sábado organizamos para salir a la tarde, y luego a la noche me quedaba dormir con él nuevamente. Cuando estábamos yendo a su habitación, lo arrinconé y luego de besarlo apasionadamente le dije "haceme tu puta. Cogeme como a una puta regalada, rompeme toda hijo de puta".
La cara de Lucas se transformó de sorpresa a lujuria cuando vio que del bolsillo sacaba dos sogas. Me besó agarrándome del pelo y apretándome con la otra mano el culo me tiró en la cama. Me desvistió y ató mis manos arriba de mi cabeza (lamentablemente, no tiene respaldar).
Besaba mis tetas mientras sus manos recorrían todo mi cuerpo. Se quedó en bolas, con su vergón ya duro para someterme. Se arrodilló sobre mi pecho y empezó a pegarme con su pija en la cara. Yo trataba de agarrarla con la boca, para chuparla, pero él la manejaba a su gusto, y su deseo era someterme con su pedazo un rato más. Cuando él quiso, apoyó la punta de su verga en mis labios y yo obediente abrí grande la boca para tragarla.
Sus manos se apoyaron en mi cabeza y empujaban su verga hacia adentro. No le importó que empezara a toser y las arcadas que largaba cada vez que sus casi 22 cm sometían mi garganta. Cuando la sacó, un hilo de saliva quedó uniendo mi boca con su tronco brillante y chorreando.
Se acomodó entre mis piernas, y luego de chupármela un rato y verificar con sus dedos lo mojada que estaba, me clavó la pija de una, provocando un grito de placer que pronto ahogó con un beso.
Su cadera se movía cada vez más y más fuerte. Aceleraba, me la clavaba, la dejaba enterrada y volvía a sacarla para seguir con sus movimientos. Yo no podía articular palabras; entre gemidos a veces me salía un "dale" o "si si"... pero esa verga rompiéndome por dentro no dejaba que pudiera hablar mucho.
No paró de cogerme de las formas que quiso. Puso mis piernas sobre sus hombros, abría mis piernas, las cerraba; luego me movió de costado, hasta dejarme boca abajo con la colita parada.
Se deleitó un rato amasándome las nalgas, para luego seguir con movimientos cortitos y profundos clavándomela y pegándome con ganas en el culo. "AY! dale dale... ay!!" gritaba yo con cada chirlo. "Así que querés sentirte una puta hoy, pendeja" decía mientras su verga se enterraba con más ganas. "Si... quiero ser tu putita hoy... haceme tu putita" le suplicaba, mientras la sacaba para acomodarme en 4, y dejarme expuesta como a una perrita.
Mis manos quedaron estiradas (y aún atadas) hacia adelante, mi cola levantada y regalada a sus deseos. Pasó su lengua por toda mi concha. Me la chupó un ratito hasta que volvió a acomodarse arriba mío. Me desató por un instante, para acomodar mis manos atrás en mi espalda. Volvió a atarme, dejando mi cara apoyada contra la cama, en 4, con las piernas separadas y la cola parada; él arriba, apuntando su verga hacia mi concha que ya estaba abierta por la garchada previa.
Sentí como su pija se resbalaba y entraba fácil dentro mío. La dejó enterrada y se acomodó. Se agarró con una mano de mi pelo, haciendo que levante un poco mi cabeza, y la otra agarraba mis manos atadas atrás. Así comenzó un sometimiento que me rompió toda.
Sus manos tiraban de mi pelo hacia su cuerpo, y él empujaba su cuerpo contra el mío provocando que se chocaran con violencia. "Acá tenés pendeja puta" me repetía cada vez que su pija golpeaba dentro mío. "No pares no pares" gritaba yo desesperada, con medio cuerpo suspendido en el aire. Las nalgadas tampoco se hicieron esperar. Abrí más la cola y él aprovechó para empezar a cogerme con sus dedos en mi ano.
"Uy también le vas a hacer la colita a tu putita" le dije cuando sentí un dedo meterse por atrás. "Yo se que lo querés. Esta cola siempre pide mi pija", y la verdad que tiene razón. Él fue el primero. Es el dueño absoluto y puede hacer lo que quiera. Y lo hizo. Sacó su verga y sentí un lechazo violento sobre mi espalda. Me dejé caer sobre la cama cuando me soltó. Con su pija desparramó la leche por mi espalda mientras me liberaba de las ataduras. Pero no era su intención frenar.
Me volvió a poner en 4, y ahora se dedicó a darme placer con su lengua. Así, sometida como una perra puta, acabé con su lengua en mi concha y sus dedos en mi cola. Me tiré en la cama, recuperando el aliento, hasta que me dio vuelta y se tiró encima mío para besarme.
Se incorporó, y metió dos dedos en mi boca. "Chupalos" me ordenó metiéndolos más adentro hasta provocarme arcadas. "Chupalos que te van a empezar a romper el orto". Esa forma sucia de hablar me hizo largar unos suspiros de placer de solo imaginar lo que venía.
Me volví a acomodar en 4, y otra vez sus dedos abrieron mi colita. Con paciencia, la dejó preparada para recibir su verga. Se acomodó, me relajé y mordí la almohada cuando sentí la punta de su pija empezar a abrirme el culo. "Ay si... siiii" decía entre gemidos y suspiros cuando sentí que mi cola se acostumbraba al pedazo de mi macho. Sentí como la sacaba casi por completo y un chorro de lubricante frio caía sobre su tronco y mi cola. Otra vez, más adentro.
La culeada fue ganando en intensidad a medida que mi cola se estiraba y se acostumbraba a ese pijón moviéndose dentro mío. No puedo describir por qué esa sensación ser destrozada por ese pijón me calienta y me provoca tanto. Y menos pedir como una puta regalada que me de más fuerte. Lucas no tuvo piedad con mi cola, al punto que tuve que tirarme en la cama y pedir que frenara.
Quedé tirada con la cola latiendo. Se fue a limpiar, mientras yo descansaba (desde que volví, empezamos a coger siempre sin forro). Cuando volvió me puso la pija en la boca. Se la chupé hasta dejarla a punto de explotar. "Acabame adentro" le supliqué sacándome todo su tronco de la garganta.
Se acomodó arriba mío, me clavó la pija y empezó a moverse salvajemente, hasta que dejó enterrada toda la verga y empecé a sentir como latía contra las paredes de mi vagina para luego explotar inundándome toda la concha. Me siguió cogiendo un rato más, con la pija toda llena de su acabada hasta que la sacó y empezó a chorrear todo su semen sobre mi cuerpo.
Nos acostamos sin poder hablar ninguno de los dos. Luego de una pequeña siestita, nos levantamos otra vez bien franeleros. Me hizo una paja mientras me besaba, provocando un orgasmo y mojándome toda la concha nuevamente. Esta vez, tomé un poco la iniciativa yo.
Lo acosté boca arriba y me senté sobre su verga. Aún no estaba del todo dura, pero así media muertita, me la refregué por mi concha y la clavé despacio, hasta enterrarla toda. El calor de mi vagina provocó que su verga creciera dentro mío hasta ponerse bien dura, lo que me hizo mojar aún más al sentir como me abría de nuevo.
Empecé a cabalgar despacio, hasta terminar acelerando levantando mi cuerpo para dejarme caer sobre su verga. Con la pija clavada, refregaba mi clítoris sobre su piel hasta provocar otro orgasmo más. Me agarré fuerte de sus hombros, y luego de pasar esa electricidad que me provocó el orgasmo seguí cabalgando.
Me di vuelta, y quedé de espaldas a él. Mientras me movía, sus manos se fueron derecho a mis nalgas, primero acariciándolas, luego apretando fuerte, para terminar pegándome cada vez más fuerte. "Dale putita movete, dale pendeja puta rompeme la pija dale" me incentivaba él. Yo, totalmente entregada, me movía más y más fuerte con su verga enterrada casi por completo.
Volví a girar, me puse otra vez de frente, me tiré sobre él y lo besé. Levanté mi cuerpo y con dos movimientos más de cadera sentí otra vez su descarga dentro mío. Mi concha se inundaba de su semen caliente y empezaba a chorrear por el tronco de la pija de Lucas. La saqué y la dejé caer sobre su cuerpo aun dura, y toda mojada. La chupé sintiendo el gusto de mis flujos mezclados con su leche y me excité tanto que la chupaba cada vez con más ganas.
Después de un descanso, volvimos a franelearnos y a calentarnos. Dormíamos un rato y nos volvíamos a calentar. Cuando su lengua se pasó por mi cola largué un suspiro de aprobación. "Otra vez?" me preguntó mientras su dedo se metía en la cola, ya abierta. Solo respondí levantando mis caderas y parando la colita. "Soy tu puta hoy", le recordé. "Ufff pendeja te voy a romper el orto" dijo mientras se acomodaba para destrozarme nuevamente. Y literalmente, estuve 2 días con la concha ardiendo y la cola destruida.
Una semana después (ayer), nos volvimos a ver. Ya recuperada, estaba necesitando otra buena revolcada con él. La semana anterior le había pedido que me someta y me coja como a una puta. Y lo hizo. Pero esta vez, quería ser yo la que dominara. Extrañaba un poco eso también. Y había algo que no había hecho, y que me hubiese hecho sentir más puta. Y tenía que castigarlo.
Luego de la cena, nos fuimos a la habitación. Lo acosté en la cama y luego de desvestirlo y besarle todo el cuerpo, saqué de nuevo las sogas y le até las manos. Me subí arriba suyo, ahora ya no lo besaba. Lo mordía. "Que pasa Juli, querés ser una putita de nuevo?" me decía mientras mi boca se acercaba a su abdomen. Me levanté y lo besé.
- No. Ya tuviste tu oportunidad. Hoy mando yo. Y estoy enojada - le decía mientas mis manos suavemente agarraban su pija y lo pajeaban
- Por?
- Te pedí que me trataras como una puta. Que me cogieras como una puta... - mis manos lo pajeaban más fuerte
- No te gustó?
- Me encantó... me rompiste toda - le respondí mordiéndome los labios. - Pero no hiciste algo... no me acabaste en la boca. Quería que me metieras esta verga inmensa en la boca y me la llenes de leche hasta que me rebalse por los labios. Eso me hubiese hecho sentir bien puta.
La cara de Lucas volvió a transformarse. No me gusta que me acaben en la boca, y en general trato de evitarlo, y por eso se sorprendió ante mi pedido.
- Soltame que te lleno la boca de leche puta dale - decía desesperado mientras trataba de soltarse.
Pero lo volví a tirar sobre la cama y le prohibí moverse. Bajé hasta su verga y se la chupé hasta dejarla temblando a punto de acabar. Me trepé sobre su cuerpo, hasta llegar mi concha a su cara. Lo agarré de los pelos y le enterré su boca entre mis piernas.
Su lengua se movía desesperada en mi concha, mientras con mis manos acariciaba suavemente mis tetas. Me mordía los labios sintiendo cada vez más placer. "Dale dale que acabo dale" lo incentivaba, justo antes de agarrarme de la pared porque mi cuerpo empezó a temblar.
Lo besé y sentí su lengua y sus labios húmedos por mi conchita. Me calenté aun más. Me di vuelta, me puse para hacer 69 pero con mi cola lejos de su alcance. Solo podía mirar. Sus manos, que las tenía aun atadas sobre su cabeza, cayeron sobre mi cola pegándole chirlos bien fuertes mientras yo seguía con el pete.
"Me vas hacer acabar pendeja" susurraba mientras yo seguía pajeando su pijón con la mitad del tronco en mi boca. Sentí un fuerte chorro de semen caliente golpear contra mi garganta. Guardé lo más que pude, tragué un poco y el resto dejé que se escurriera de mis labios sobre su verga.
Me di vuelta, con la boca llena de semen, lo miré fijo a los ojos y empecé a dejar caer sobre mi cuerpo un poco de toda la lechita que me había guardado en la boca. Con las manos lo desparramaba por mis tetas. Dejé caer otro poco sobre su cuerpo y el resto, se la mostré y me la tragué.
Lucas estaba agitado viendo toda esta escena. "Desatame que te re cojo" me decía, pero yo seguía sin hacerle caso. "Jodete... perdiste la oportunidad" le decía mientras volvía a la carga besándolo y masajeándole las bolas. Su pija estaba dura de nuevo.
Me senté encima y lo cabalgué un rato, quedándome luego de costado refregando mi clítoris contra su cuerpo hasta hacerme acabar. Lo solté y me acosté a su lado. Nos abrazamos en cucharita y empezó a cogerme bien duro. Mientras me cogía, sus manos amasaban mis tetas y mi concha.
A pesar que había acabado hacía un instante, seguía re caliente y acabé de nuevo. Lucas sacó la pija, metió dos dedos y luego los metió en mi boca. "Mirá como acabaste con mi verga adentro otra vez" me decía mientras no paraba de cogerme. Yo le chupé los dedos, como si fuera una pija, hasta dejarlos limpios.
La sacó por completo y la apuntó a la cola. "Acostumbrala un poco" le pedí. Pero no me hizo caso. Solo metió un dedo para abrir mi ano y apuntó de una la verga. Así mojada de mi concha me la metió de golpe en la cola. Para mi sorpresa, no solo que no me dolió sino que empecé a moverme como loca provocando que acabara casi al toque. "Acabá adentro... llename de leche dale" gritaba yo mientras me movía sobre su pija.
No se pudo aguantar y me dejó toda la descarga adentro de mi colita. Luego de bañarnos, volvimos a franelearnos como dos adolescentes en celo. Lo acosté boca arriba y le chupé la pija desesperada. Escupí la punta y fui desparramando toda la saliva por el tronco. La recorría con la lengua y metía hasta donde podía.
Con las manos la agarraba de la base y le acariciaba las bolas, y de a poquito empecé a probar hasta donde dejaba ir mis manos. Con mis dedos húmedos por la saliva que chorreaba, fui llevándolos más allá de las bolas hasta casi llegar a su ano. La respuesta solamente fue agarrarme de los pelos y acompañar los movimientos de la cabeza sobre su verga.
"Me vas hacer acabar si seguís así", me decía. Me saqué la pija de la boca y me acariciaba las mejillas con la punta toda ensalivada mientras me mordía los labios. Me trepé arriba y me senté sobre su pija. Me hice la paja moviéndome sobre su tronco. No aguantó mucho esos movimientos y acabó sobre su panza. Yo seguí pajeándome sobre su pija acabada y ensalivada hasta llegar a mi orgasmo y terminar abrazados. Así, nos quedamos dormidos. Desnudos y enchastrados.
A la mañana siguiente nos levantamos con más ganas, pero mi cuerpo ya casi pedía basta. Solo uno cortito que terminó otra vez con mi cola penetrada. Segundo fin de semana seguido que termino con la concha destruida, literalmente. Aun siento como me arde.
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30 comentarios - La puta entregada y su venganza
gracias por comentar!
gracias por comentar!
gracias por pasar
Buen post, van diez puntos.
Destruida pero feliz jajajajaj
gracias por comentar!
gracias por pasar
gracias por comentar!
gracias por pasar!
Besos hermosa
gracias por pasar!
gracias por pasar!
las fotos son para los que me insisten que suba algunas. no me gusta subir fotos. disfruten lo que hay, sin penar por lo que podria ser. 😉
gracias por comentar
gracias por comentar