Había acercado la silla a la ventana del hotel, para mirar la lluvia.
Era una especie de sueño o de trance:
estaba enamorada y a la vez
no quería nada.
Tocarte parecía innecesario, también volver a verte.
Sólo quería esto:
la habitación, la silla, el ruido de la lluvia que caía
hora tras hora, en esa noche cálida de primavera.
Yo no necesitaba nada más, estaba totalmente satisfecha.
Se me había achicado el corazón, se llenaba con muy poco.
Miraba caer la lluvia en gruesas láminas sobre la ciudad a oscuras:
[no era asunto tuyo, te podía dejar vivir
lo que fuera necesario.
Cuando ya amanecía, empezó a llover menos. Me puse a hacer las cosas
que se hacen a plena luz del día, me absolví de culpa y cargo,
pero iba por ahí como sonámbula.
]Me alcanzaba con esto, y ya no tenía nada que ver con vos.
Un par de días en una ciudad desconocida.
Una conversación, el roce de una mano.
Y después me saqué el anillo de casada.
Eso era lo que yo necesitaba: estar desnuda.
Era una especie de sueño o de trance:
estaba enamorada y a la vez
no quería nada.
Tocarte parecía innecesario, también volver a verte.
Sólo quería esto:
la habitación, la silla, el ruido de la lluvia que caía
hora tras hora, en esa noche cálida de primavera.
Yo no necesitaba nada más, estaba totalmente satisfecha.
Se me había achicado el corazón, se llenaba con muy poco.
Miraba caer la lluvia en gruesas láminas sobre la ciudad a oscuras:
[no era asunto tuyo, te podía dejar vivir
lo que fuera necesario.
Cuando ya amanecía, empezó a llover menos. Me puse a hacer las cosas
que se hacen a plena luz del día, me absolví de culpa y cargo,
pero iba por ahí como sonámbula.
]Me alcanzaba con esto, y ya no tenía nada que ver con vos.
Un par de días en una ciudad desconocida.
Una conversación, el roce de una mano.
Y después me saqué el anillo de casada.
Eso era lo que yo necesitaba: estar desnuda.
3 comentarios - Eros (Louise Glück)