Bueno, antes que nada, quiero aclarar que soy nuevo, y busco calentar a mucha gente con mis relatos. Lo siguiente será un encuentro donde exploto la tensión sexual que tanto tenía con un vecina, espero les guste.
Era una tarde donde como de costumbre llegaba a mi casa cansado del laburo, con mucho estrés, pero sobre todo cansancio, la verdad solo quería tirarme en el sillón y jugar a la play. Después de relajarme, y bañarme, me llega un WhatsApp de mi vecina, ella es una chica muy bella, con grandes pechos, un culito bien parado, mide 1,55m, pelo castaño, ojos lindos, y una boquita perfecta para chupar pijas. Ella quería pasar por mi casa a realizar un trabajo de la facultad ya que el internet de su casa andaba mal y como de costumbre, me venía a pedir favores, yo no tenía drama, aparte quería compañía ese día, todo cerraba.
Mientras la espero, me termino de cambiar, me puse un poco de perfume, ya estaba depilado y me vestí casual pero arreglado para recibirla con buena presencia, ella golpeo la puerta y la hago pasar.
Mientras me contaba de la facultad, yo no paraba de mirar esos pechos tan grandes para su tamaño corporal, el escote que tenía no dejaba nada a la imaginación. Hablamos un rato y se va a mi habitación para hacer su trabajo, la deje sola y de vez en vez, me llamaba para que la ayudara con algunas cosas que no entendía. Se hizo de noche y empecé a cocinar, le preparé una rica comida, porque me parecía lo más lógico si quería estar con ella, la llame comer y acepto media avergonzada. Comimos, fui a lavar las cosas mientras ella seguía con su trabajo, sin que antes de ir a sentarse frente al monitor, me diera un abrazo por la espalda y pude sentir esas hermosos pechos apoyados en mi espalda, se me paro de tal forma que era inútil ocultarlo, ella lo noto y me dijo:
-Si queres pone a calentar el agua y tomamos unos mates.
no lo dude dos veces y lo hice.
Mi habitación es grande y la compu esta al lado de mi cama, me senté en la cama y empezamos a tomar mates, entre charla y charla, fuimos tirando indirectas y ella me dice:
-Y la chica con la que te veías?
Yo respondí:
-No la veo más, hace meses no me veo con alguien.
Ella hizo una cara que me dieron ganas de desvestir ese hermoso cuerpo y hacerla mía, pero me aguante y seguí jugando a la charla.
Entonces ella decide tomar un break, gira la silla y me mira, frente a esos pechos, yo era débil.
-Querés ver algo?
Me preguntó, yo solo acepté con la cabeza, se saco la remera, me miró a los ojos y me dijo;
-Vos sos como un hermano mayor para mi, pero como me gustaría cojerte.
En ese momento no lo pensé más y como todo un caballero, cumplí sus deseos.
Comencé por agarrarla de esa diminuta cintura y subirla arriba mi pito, ya duro como una piedra, al sentirla dura ella soltó un gemido que hasta el día de hoy al recordarlo, me calienta. Los besos estaban de más, pero que no falten nunca, la temperatura de mi cuerpo subió, en ese momento solo quería cogerme a esa diosa. Sus pechos fueron los primeros en ser mojados por mi lengua, eran duros, redondos y el perfume que tenía puesto era un plus. La besé por todas partes, mientras ella me apretaba la espalda con sus uñas y movía su cadera como queriendo tener mi pija adentro suyo de una vez por todas. Mientras seguíamos aprentando, la recosté sobre mi cama y empecé a besar sus pechos de nuevo, su abdomen hasta llegar a la gloria, le saque los pantalones con delicadeza, la besé en sus piernas, su entrepierna y rozaba mis labios muy sutilmente en su ropa interior de encaje negro. Solo para luego, sentir su dulce aroma y el calor que emitía de su vagina (Era el momento de hacer lo que mejor me sale). Con mis labios sentí su humedad caliente, mi lengua trazó círculos en todas las direcciones, mientras ella me agarraba la cabeza fuerte para que la haga acabar varias veces, descubrí que era multiorgasmica, entonces la quería dejar delirando de tantos orgasmos. Su carita ya no daba más y sus gritos eran muy fuertes, entonces dijo las palabras mágicas:
-Quiero que me garches!
No lo dude, me saqué el pantalón, mi pija estaba tan dura y caliente que ya no daba más, cuando apoye la cabeza de la verga en su vagina húmeda, me miro y con la mirada me dijo todo, mientras nos mirábamos la penetre, el calor de su interior era más que el mío, eso me volvió loco. Mientras la garchaba en todas las poses posibles para ver su cuerpo perfecto desde todos los ángulos, ella gritaba y me rasguñaba, repitiendo que yo era su mayor fantasía, eso me impulsaba a darle más duro y más rico. Cuando la puse en cuatro, toque el cielo con las manos, fue la perfección, su culito era grande y firme, la marqué a cachetazos, para que acuerde de mi los próximos días. Luego ella se subió arriba mío, y por fin me cogio como quería, tan rico, ver sus pechos rebotando y su cara llena de placer, mordiéndose los labios, eso me calentaba mucho. Estuvimos un largo rato cogiendo y le digo:
-Voy a acabar!
Ella se arrodilló en el piso y empezó a petearme, su lengua era la llave para el placer, me succiono tanto la verga que no aguantaba más, ella lo notó y me dijo:
-La quiero en la boca.
Entonces descargué todo mi leche en su boca perfecta para luego ver como se la tragaba sin dejar nada afuera.
Yo me acosté y ella se acostó arriba mío, nos dormimos, hasta que ella se despertó apurada, porque su hermano la llamaba. Mientras veía como se vestía me doy cuenta que su tanga y su corpiño hacían juego, en ese momento me di cuenta que yo no la garche a ella, ella me garcho a mí.
Era una tarde donde como de costumbre llegaba a mi casa cansado del laburo, con mucho estrés, pero sobre todo cansancio, la verdad solo quería tirarme en el sillón y jugar a la play. Después de relajarme, y bañarme, me llega un WhatsApp de mi vecina, ella es una chica muy bella, con grandes pechos, un culito bien parado, mide 1,55m, pelo castaño, ojos lindos, y una boquita perfecta para chupar pijas. Ella quería pasar por mi casa a realizar un trabajo de la facultad ya que el internet de su casa andaba mal y como de costumbre, me venía a pedir favores, yo no tenía drama, aparte quería compañía ese día, todo cerraba.
Mientras la espero, me termino de cambiar, me puse un poco de perfume, ya estaba depilado y me vestí casual pero arreglado para recibirla con buena presencia, ella golpeo la puerta y la hago pasar.
Mientras me contaba de la facultad, yo no paraba de mirar esos pechos tan grandes para su tamaño corporal, el escote que tenía no dejaba nada a la imaginación. Hablamos un rato y se va a mi habitación para hacer su trabajo, la deje sola y de vez en vez, me llamaba para que la ayudara con algunas cosas que no entendía. Se hizo de noche y empecé a cocinar, le preparé una rica comida, porque me parecía lo más lógico si quería estar con ella, la llame comer y acepto media avergonzada. Comimos, fui a lavar las cosas mientras ella seguía con su trabajo, sin que antes de ir a sentarse frente al monitor, me diera un abrazo por la espalda y pude sentir esas hermosos pechos apoyados en mi espalda, se me paro de tal forma que era inútil ocultarlo, ella lo noto y me dijo:
-Si queres pone a calentar el agua y tomamos unos mates.
no lo dude dos veces y lo hice.
Mi habitación es grande y la compu esta al lado de mi cama, me senté en la cama y empezamos a tomar mates, entre charla y charla, fuimos tirando indirectas y ella me dice:
-Y la chica con la que te veías?
Yo respondí:
-No la veo más, hace meses no me veo con alguien.
Ella hizo una cara que me dieron ganas de desvestir ese hermoso cuerpo y hacerla mía, pero me aguante y seguí jugando a la charla.
Entonces ella decide tomar un break, gira la silla y me mira, frente a esos pechos, yo era débil.
-Querés ver algo?
Me preguntó, yo solo acepté con la cabeza, se saco la remera, me miró a los ojos y me dijo;
-Vos sos como un hermano mayor para mi, pero como me gustaría cojerte.
En ese momento no lo pensé más y como todo un caballero, cumplí sus deseos.
Comencé por agarrarla de esa diminuta cintura y subirla arriba mi pito, ya duro como una piedra, al sentirla dura ella soltó un gemido que hasta el día de hoy al recordarlo, me calienta. Los besos estaban de más, pero que no falten nunca, la temperatura de mi cuerpo subió, en ese momento solo quería cogerme a esa diosa. Sus pechos fueron los primeros en ser mojados por mi lengua, eran duros, redondos y el perfume que tenía puesto era un plus. La besé por todas partes, mientras ella me apretaba la espalda con sus uñas y movía su cadera como queriendo tener mi pija adentro suyo de una vez por todas. Mientras seguíamos aprentando, la recosté sobre mi cama y empecé a besar sus pechos de nuevo, su abdomen hasta llegar a la gloria, le saque los pantalones con delicadeza, la besé en sus piernas, su entrepierna y rozaba mis labios muy sutilmente en su ropa interior de encaje negro. Solo para luego, sentir su dulce aroma y el calor que emitía de su vagina (Era el momento de hacer lo que mejor me sale). Con mis labios sentí su humedad caliente, mi lengua trazó círculos en todas las direcciones, mientras ella me agarraba la cabeza fuerte para que la haga acabar varias veces, descubrí que era multiorgasmica, entonces la quería dejar delirando de tantos orgasmos. Su carita ya no daba más y sus gritos eran muy fuertes, entonces dijo las palabras mágicas:
-Quiero que me garches!
No lo dude, me saqué el pantalón, mi pija estaba tan dura y caliente que ya no daba más, cuando apoye la cabeza de la verga en su vagina húmeda, me miro y con la mirada me dijo todo, mientras nos mirábamos la penetre, el calor de su interior era más que el mío, eso me volvió loco. Mientras la garchaba en todas las poses posibles para ver su cuerpo perfecto desde todos los ángulos, ella gritaba y me rasguñaba, repitiendo que yo era su mayor fantasía, eso me impulsaba a darle más duro y más rico. Cuando la puse en cuatro, toque el cielo con las manos, fue la perfección, su culito era grande y firme, la marqué a cachetazos, para que acuerde de mi los próximos días. Luego ella se subió arriba mío, y por fin me cogio como quería, tan rico, ver sus pechos rebotando y su cara llena de placer, mordiéndose los labios, eso me calentaba mucho. Estuvimos un largo rato cogiendo y le digo:
-Voy a acabar!
Ella se arrodilló en el piso y empezó a petearme, su lengua era la llave para el placer, me succiono tanto la verga que no aguantaba más, ella lo notó y me dijo:
-La quiero en la boca.
Entonces descargué todo mi leche en su boca perfecta para luego ver como se la tragaba sin dejar nada afuera.
Yo me acosté y ella se acostó arriba mío, nos dormimos, hasta que ella se despertó apurada, porque su hermano la llamaba. Mientras veía como se vestía me doy cuenta que su tanga y su corpiño hacían juego, en ese momento me di cuenta que yo no la garche a ella, ella me garcho a mí.
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