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Soy muy putito ..........

Me encontraba cursando el 2do año de la escuela técnica, el sexo era nuevo para mí ya que solo hacia muy poco había aprendido a masturbarme. Yo tenia los 14 años cumplidos y era bastante mal estudiante, pero igualmente lograba aprobar con lo justo. Cuando estaba en casa me deleitaba con mí más oscuro secreto probándome la ropa de mi mamá la cual conseguía después de mucho trabajo. Me encantaba verme en el espejo mientras disfrutaba de la sensación de la delicada tela de la tanga blanca que tanto me gustaba usar, además siempre le agregaba a esto medias de color piel las cuales sujetaba a un portaligas también blanco. Podía pasarme horas por la noche mirando mi imagen en aquel espejo.

Después de estos comienzos continué probando todo tipo de ropas, polleras cortas y ajustadas que obtenía de un balcón lo suficientemente desprotegido como para llevar mi morbo por la ropa de mujer al extremo. Ya contaba en su momento con una importante cantidad de ropa de todo tipo pero siempre bien sexy ya que en esa época estaba de moda usar el pelo largo no me costaba mucho peinarlo de manera femenina para que con algunos toques de maquillaje pudiera verme como una linda adolescente. Mis juegos consistían en vestirme para luego mientras me tocaba el cuerpo y sobre todo las piernas y la cola, me masturbaba viendo revista pornográficas donde comencé a darme cuenta que las mujeres que tanto me enloquecían en un principio no seguían haciéndolo sino que comenzaba a interesarme sobretodo en las fotos donde había sexo anal.

El problema era que ya no estaba mirando con detenimiento el cuerpo de las mujeres que eran poseídas sino que miraba mas los penes de los hombres que las penetraban por sus dilatados y lubricados agujeros. Empece a probar con palos de escoba que torneaba y suavizaba, ya no solo me vestía y maquillaba sino que tenía sexo anal con un amante que no existía, pero que me proporcionaba un placer que jamás pense pudiera sentir. Ya tomaba como rutina cuando esta solo por la tarde subir a mi habitación y me desnudaba poniéndome la ropa de nena que tanto me gustaba. Después que ya estaba vestida de forma cómoda, con una tanga pequeña de lycra blanca, un camisolín de raso y por supuesto medias con puño de encaje todo en el mismo tono.

Luego me lubricaba poco a poco la entrada de mi ano para dilatarlo bien ya que el grosor del consolador que me había fabricado era bastante considerable. Primero me acostaba de espaldas en la cama y abriendo bien mis piernas corría a un costado la tanga metiendo de a uno mis dedos hasta que lograba meter tres de ellos. Entonces apoyaba el consolador en la entrada, le colocaba un poco de lubricante en la punta y lo metía poco a poco en el interior de mi deseoso orificio.

Cuando me había abierto bien la colita y después de disfrutar un lento pero continuo vaivén en mi interior, me colocaba en cuatro patas en el piso con mi pecho en la cama; trabando el consolador en la tapa de un baúl para poder sentir lo que era ser bien culiada. Me mantenía en esa posición un buen rato gimiendo de placer mientras sentía el falo bombeándome bien mi cola, arqueando mi cintura para que entrara mas y más adentro. Jadeaba y gemía como si fuera una hembra, mientras se la cogían de buena manera. Mientras estaba en la escuela siempre fantaseaba con hacerlo de verdad, vestirme de hembra para algún chico. Pero obviamente nunca me animaba a confesarle a ningún chico mis gustos ya que igual me seguían gustando las chicas. 


Por esa época la casa de mi vecino de al lado la hicieron refaccionar dado que la medianera se había caído en una parte. Entonces tenía que cerrar la ventana de mi habitación cada vez que iba a vestirme y masturbarme analmente con mi consolador. Todo iba bárbaro hasta una tarde decidí hacerlo con la ventana abierta ya que esta lluvioso y no vi al obrero que estaba siempre en el andamio construyendo.

Todo fue hermoso y placentero como siempre pero cuando acabe manchando el piso de mi habitación con mi semen al pararme pude ver la mirada del obrero que si estaba en el andamio mirándome con el mayor de los gustos. Me tire en el piso y no pude alcanzar a cerrar la ventana para cuando este se acerca a la misma mirándome y diciendo:

Hola nena, si queres mañana a la tarde paso y te doy una dosis de lo que estas buscando.

Yo no lo podía creer como me había dejado ver como una boluda por el obrero de al lado, así que petrificada del miedo y la vergüenza pense en decirle que no que gracias y salir por el lado amable, cosa que no sucedió ya que cuando iba a responder él me dijo:

Y espero que me estés esperando así como estas vestida ahora, no te cojo ahora porque me tengo que ir, sino te iba a dar un buen rato, pero mañana no té salvas y más vale que estés bien putita para mi sino se entera todo el mundo de lo putito que sos, estamos.

No le llegue a decir ni si ni no, ya que se paso de nuevo al techo vecino. Si no le daba el gusto me iba a delatar pero esa no era mi idea de la primera vez como un hombre, aparte como ultima imagen del obrero, pude ver como desde la casa vecina me hacia gestos y se agarraba la entrepierna marcando su en ese momento marcado miembro contra su pantalón cosa que me éxito mucho. 

Al día siguiente me encontraba en la cocina de casa a media tarde sin saber si subir a mi habitación o no, pero al final me decidí y subí. La ventana seguía cerrada como a la mañana la había dejado pero no sabía todavía si la abría o no. Me quede un rato sentada en la cama sin saber que hacer, si él cumpliese su promesa de delatarme o solo se quedaría en palabras. Decidí no darle el gusto y deje la ventana cerrada, pero igual eso no me impedía hacer lo que hacía todas las tardes en mi cama.

Me puse algo cómodo, una tanga negra de algodón y lycra, unas medias al tono con su respectivo portaligas, por arriba un corset corto con tazas para rellenarlo, una sandalias de taco medio y un desaville corto en el mismo tono. Me puse a ojear unas revistas que había conseguido hace poco y eran mis favoritas ya que eran de travestis y hombres. A medida que pasaba las paginas me iba excitando cada vez mas, miraba mucho la abertura del ano de las traviesas cuando eran penetradas y mi fantasía volaba de nuevo. No aguante mas y busque el consolador para empezar a dilatarme la cola con el gel lubricante. Seguí un rato con mis dedos metiendo y sacando uno o dos de mi cola, ya acerque la punta del consolador a mi cola y con un apagado gemido lo hundí hasta la mitad de un solo golpe. A los pocos segundos de un lindo y placentero bombeo de mi cola siento unos golpes en la ventana.

No lo podía creer, el miedo me paralizo, pero mis ojos no miraron la ventana, miraron la revista y la cara de placer de la traviesa que era penetrada con las piernas bien abiertas y una de ellas en el hombro de su amante. Mi calentura de momento no pudo mas, mire por una de las rendijas y efectivamente era él quien golpeaba del otro lado. Levante la cortina y mirando con mirada picara le dije:

Pasa, dale, espero que te guste como estoy.-

Él me mira y no pudiendo creerlo me dijo:

Sos la putita más divina que vi nunca guacha.-


No hubo ninguna palabra más que ? arrodillate ? a lo cual obedecí sabiendo lo que iba a recibir. Cuando se abrió la bragueta y bajo el pantalón quedando con el slip pude ver como se marcaba en la fina tela una bien larga y gorda verga lista para atacar. Yo ya sabía lo que quería así que no me hice rogar, tome del elástico el slip bajando este y sacando la verga de su envase, la cual se puso recta directamente apuntando a mi cara. No tarde ni un segundo en empezar a masturbarla para meterla, entre besos y chupadas, bien adentro de mi boca.

Seguí chupando de arriba abajo esa terrible herramienta entre sus gemidos apagados y las groserías que me decía, como: que putita que sos, te voy a hacer bien el culo, te voy a partir bien el ojete, vas a sentir lo que es una pija adentro de tu culo y demás cosas que podía decir alguien en ese estado de calentura que le provocaba mi lengua y mi boca. Estaba disfrutando mas de lo que había imaginado en mis fantasías, la verdad era mucho mejor a solo soñarlo, sentía ese gusto tan rico, el grosor y la textura de la piel de ese miembro, todo me gustaba de estar chupándola.

Sentía como comenzaba a salir él liquido preseminal que le daba un gusto mas que rico, mientras yo disfrutaba de ese manjar en mi boca podía apreciar el rostro de mi hombre que mostraba un placer que yo no creía poder dar. Parece que ya no aguanto más porque me la saco de la boca y me hizo parar y girar poniéndome de espaldas a él. Me tomo de los hombros comenzando a deslizar sus curtidas manos por mi cuerpo; recorriéndolo con mucho cuidado bajando hasta mi cintura y deteniéndose un buen rato allí; para después bajar sus manos a mi cola, primero tocándola por sobre el desaville y después levantándolo y manoseando mis nalgas con mucha fuerza.

Casi se me escapaban ya los suspiros de placer por solo sentirlo a mi espalda y tocándome la cola, me sentía muy puta en ese momento y quería que me penetrara en ese momento. Con una mano fue corriendo a un lado la tanga que tenía puesta para notar la entrada de mi ano ya lubricada y abierta. Se sonrió y dijo:

- Se ve que estuviste jugando como el otro día no, ya tenes la cola abierta putita.-

No hubo mas palabras, me inclino sobre la cama y apunta su verga bien dura a la entrada de mi ano que seguía abriendo un poco mas con dos de sus dedos. Lo hacía bien bruto pero yo no sentía dolor ni me importaba mucho la forma por que estaba demasiado caliente y ya tenía el ano bastante dilatado. No tarde mucho en sentir algo duro y caliente que se apoyaba en mi agujero para abrirlo del todo. Apenas sentí una leve puntada cuando la empezó a meter, después la clavo hasta el fondo y yo caí de boca en la cama.

No me dejo ni incorporarme un poco que ya estaba acomodado a mi espalda dándome duro en un rico mete y saca de mi cola. No podía ni moverme en la posición que había quedado tenia mi trasero expuesto y parado recibiendo de muy buena forma lo que había soñado por tanto tiempo. Sentía sus manos tomando fuertemente mi cintura y manoseando con fuerza mis nalgas. Era un gemido tras otro de este macho que me estaba haciendo nena de una manera impresionante, por supuesto yo ya dejaba escapar sin ningún pudor mis gemidos de placer y exclamaciones de todo tipo como: 

Si papi seguí dándome así, soy tu puta, me encanta sentir tu verga en mi culo, me gusta mucho la pija.

El obviamente me decía todo tipo de groserías que en ese momento me calentaban muchisimo. No me dejo reaccionar de mi placer para dejar de penetrarme y girar mi cuerpo para que acueste de espaldas en la cama. Abrió mis piernas y apoyo mis pies en sus hombros, corriendo otro poco mi tanga a un costado y dejando mi pene atrapado por la tanga en un total estado de erección.

Me tomo de los tobillos y me comenzó a penetrar nuevamente con muchas ganas, mientras con cara de lujuria tocaba mi pene por sobre la tanga diciéndome: esta no la vas usar mas, ahora vas a ser mi putita y vas a usar solo tu culo para garchar. Yo estaba mas que caliente y no me importaba en lo mas mínimo usar mi pene en ese momento, sentía esa hermosa verga entrando y saliendo con fuerza de mi cola y lo único que podía hacer era solo gemir de placer. Parece que el bombear con tanto placer mi cola lo llevo al borde del orgasmo ya que pude sentir como se endurecía aun más esa verga en mi culo. No tarde mucho en sentir como me apretaba los muslos con fuerza y dejando salir su semen entre espasmos dentro de mi cola recién estrenada. Se sentía muy rico el tener la cola llena de leche que ya empezaba a chorrear por entre mis piernas. 

El se para y me dijo: dale nena anda a lavarte el culo que todavía tengo media hora mas para culearte.

A mí la verdad me encanto la idea de ser cogida nuevamente, así que no perdí tiempo y con mucho cuidado me puse unos pantalones amplios y un buzo para bajar al baño a lavarme. Mi colita me ardía un poco pero la verdad en lo único que pensaba era en el macho que me estaba esperando para darme otra dosis de su sexo. Me apure y lave bien mi cola para subir a mi habitación. Él estaba acostado en la cama esperando que volviera para darle otra dosis de mi cola que al parecer le había gustado mucho. Me miro bien y me dijo:

Sabes que me gustaría mucho que te pongas algo tipo pendeja de colegio, tenes pollerita de colegio, eso me calienta mucho nena.

Le di mi mejor sonrisa y fui hasta mi guardarropa para sacar una minifalda de colegiala y una camisa blanca muy corta. Se los enseñe y pude ver su cara de placer, no tarde demasiado tiempo en volver a arreglarme para convertirme en una muy sexy colegiala.

No me maquille demasiado y me coloque la mini escocesa y la camisa blanca, unas medias con liga de encaje blancas que me quedaban barbaras y unos zapatos de taco mediano para terminar el atuendo. Pero lo más importante era una vedettina blanca de algodón y lycra que se perdía entre mis nalgas. Me tomo del brazo y me acostó a su lado en la cama. No lo había hecho hasta el momento y tomo de mi cara para besarme con mucha pasión mientras con su otra mano me levantaba la mini y comenzaba a manosear mi cola. Sus dedos recorrían en forma intensa la entrada de mí ya dilatado ano, sentía como poco a poco metía uno o dos dedos alternadamente y los movía de forma circular.

Este masaje me estaba excitando mucho ya que mi pene buscaba sin éxito escapar a la tanga adolescente que usaba. Con el brazo que estaba bajo mi cabeza me tomo del hombre girando mi cuerpo para quedar de espaldas a él, no espere nada para sentir como levantaba la mini y corría bien a un costado mi tanga.

Primero apoyo su pene que estaba todavía lubricado por los restos de semen del primer polvo, lo tomo con su mano y lo empezó a pasar de arriba hacía abajo para que mi ano se lubricara mejor. Después tomo una de mis piernas y la levanto quedando aun más expuesta a la penetración. Ya no hubo mas preámbulos y sentí como esa hermosa verga entraba nuevamente en mi interior para darme placer. Pero este placer fue doble ya que no solo sentía la penetración de esa divina verga, sino que también me deleitaba observando por el espejo que se encontraba a un costado de mi cama como esta entraba y salía de mí.

Era como estar viendo y viviendo a la vez una película porno, ya que esa penetración se apreciaba en total plenitud, mientras sentía su miembro dentro de mí, apreciaba la hermosa escena de mis piernas enfundadas en las medias, la tanga corrida hacia el costado, uno de mis pies en el aire en un vaivén especial coronado con el zapato de taco, su mano que me tomaba la panza mientras con la camisa con los botones abiertos y lo mejor mi cara de placer que se parecía mas a la de una hembra gozando que a lo que yo era hasta ese momento. Sus jadeos de hacía más intensos y me pidió que antes de acabar quería que lo montara como una perra.

No me hice rogar para nada y me coloque arriba suyo con una pierna a cada uno de sus lados y mi cola apuntando a su tan gustosa verga. Ya no espere ni él tampoco, simplemente baje mi cadera y tome con mi mano su miembro para introducirlo de un solo golpe en mi ya muy dilatado ano. Solo me senté en ese pene y apoye mis manos en su pecho para seguir con mi dosis de sexo anal, subiendo y bajando mi cola, dejando que esa bruta herramienta de placer me sodomizára a su gusto. Sentía como entraba y salía con mucha facilidad y de a ratos tocaba el borde de mi ano para apreciar lo lubricado y abierto que este se encontraba. Me bajo se forma abrupta y me arrodillo en el piso, esa era una señal de lo que me esperaba. Me tomo de mi pelo masturbando su dura poronga a la altura de mi boca.

No tubo que pedírmelo solo abrí mi boca para en dos segundos sentir como me atragantaba casi ese mar de semen que salto dentro de mi boca. Me llego casi hasta la garganta los primeros chorros y el resto quedo sobre mi lengua. Solo pude cerrar la boca cuando él termino de acabar y mirándome con cara de lujuria me exigió que tragara toda su leche cosa que la verdad estaba haciendo sin mucho problema. Todavía tenía restos de semen en los costados de mi boca cuando él simplemente se puso su ropa y me apretó del mentón moviendo mi cara de un lado a otro, para decir que otra tarde vendría a cogerme si tenía tiempo.

Luego salió por la ventana tal como había entrado. En síntesis quede de rodillas en el piso de mi habitación, sintiendo como mi cola palpitaba todavía por la dura dosis de verga que había recibido, con restos de semen en mi cara y boca. Todo lo aprecie mucho mejor cuando gire mi rostro y pude ver mi imagen reflejada en el espejo. Lo que me decía esta imagen era que esta no sería la ultima vez que haría de mujer para un hombre, ya que de solo verme tome mi pene por sobre la tanga para sentir como acababa de manera bestial. Ya no solo tenía semen de otro hombre en mi, con solo apenas tocarme logre el mejor orgasmo de mi vida. Solo me quedaba guardar todo y limpiar el desorden, pero había valido la pena.-

2 comentarios - Soy muy putito ..........

Osval2233
Me gusto relato de cómo te cojio y gozaste mucho bb t van los 10
Sotingo22
Que lindo sería tener una experiencia parecida