Después del recibimiento con que me sorprendió tía Sol, esa noche teníamos la fiesta del colegio Profesional.
Ya teníamos elegida la ropa para la fiesta, un lindo baño, a cambiarse y al evento.
Cuando me estoy duchando entra al baño tía Sol, me dice que se hace pis, si me molesta.
Sol: no daba más, te molesta?
Yo: no tía. Dale nomás.
La ducha tiene un vidrio de mampara, la miro sentada en el inodoro con la tanga en los tobillos, mirándome bañarme.
Sol: te puedo decir algo?
Yo: si tía, dale.
Sol: bueno, se ve que no saliste a tu familia, la tenés más grande que tu tío. Mira lo que tenés ahí!
Yo: si, te parece grande?
Le dije haciéndome el boludo, se que la tengo grande.
Sol: y... Te diría que si.... Mira que probé algunas y ninguna así como la tuya.
Me decía esas cosas y a mí me volaba la cabeza, se hacía la nena, me daba cuenta.
Se paró, se sacó la tanguita de los pies, la remera y así, desnuda, se metió en la ducha conmigo.
Era divina tía Sol, con ese metro cincuenta, morocha, flaquita y culona, poquitas tetas. Una delicia de mujer a sus 39 años. Su conchita depilada por completo, ni un pelito.
Sol: me puedo bañar con vos?
Cuando me decía eso, se puso de espaldas a mí, dio vueltas su cabeza mirándome por sobre su hombro.
Sol: o tenés en mente otra cosa?
Me decía mientras apoyaba sus manos contra la pared, se reclinaba hacia adelante y levantaba la cola a más no poder. Que perra!!!
Me agarró la verga con una mano, ya la tenía redura, se la pasaba por la conchita, así de espaldas a mí. Me encantaba como la cabeza se perdía entre esos gorditos labios vaginales. Se quedó quieta, apoyo las manos en la pared, gemia como una gatita. Que monumento a la hembra en celo que es tía Sol!
Sol: te gusta así?
Yo: me encanta tía!!
Mientras le decía eso, la agarré de la cinturita, y fui empujando despacito, sentía la conchita apretada, también porque la tengo gordita.
Sol: me encanta, metemos despacito si? No me hagas doler... Te confieso algo... Nunca me metieron una tan grande.
No sé si me mentía para hacerme sentir un súper hombre, pero yo me la creía y me encantaba que lo haga.
La cojia despacito, sentía apretadita sus tremulas carnes. Estuve un rato así y le acabe las gotas de semen que me quedaban esa tarde adentro de su vagina.
Terminamos de bañarnos y ahora a prepararse para la fiesta. Ya les voy a ir contando lo que siguió esa noche. Noche de fiesta con tía Sol.
Ya teníamos elegida la ropa para la fiesta, un lindo baño, a cambiarse y al evento.
Cuando me estoy duchando entra al baño tía Sol, me dice que se hace pis, si me molesta.
Sol: no daba más, te molesta?
Yo: no tía. Dale nomás.
La ducha tiene un vidrio de mampara, la miro sentada en el inodoro con la tanga en los tobillos, mirándome bañarme.
Sol: te puedo decir algo?
Yo: si tía, dale.
Sol: bueno, se ve que no saliste a tu familia, la tenés más grande que tu tío. Mira lo que tenés ahí!
Yo: si, te parece grande?
Le dije haciéndome el boludo, se que la tengo grande.
Sol: y... Te diría que si.... Mira que probé algunas y ninguna así como la tuya.
Me decía esas cosas y a mí me volaba la cabeza, se hacía la nena, me daba cuenta.
Se paró, se sacó la tanguita de los pies, la remera y así, desnuda, se metió en la ducha conmigo.
Era divina tía Sol, con ese metro cincuenta, morocha, flaquita y culona, poquitas tetas. Una delicia de mujer a sus 39 años. Su conchita depilada por completo, ni un pelito.
Sol: me puedo bañar con vos?
Cuando me decía eso, se puso de espaldas a mí, dio vueltas su cabeza mirándome por sobre su hombro.
Sol: o tenés en mente otra cosa?
Me decía mientras apoyaba sus manos contra la pared, se reclinaba hacia adelante y levantaba la cola a más no poder. Que perra!!!
Me agarró la verga con una mano, ya la tenía redura, se la pasaba por la conchita, así de espaldas a mí. Me encantaba como la cabeza se perdía entre esos gorditos labios vaginales. Se quedó quieta, apoyo las manos en la pared, gemia como una gatita. Que monumento a la hembra en celo que es tía Sol!
Sol: te gusta así?
Yo: me encanta tía!!
Mientras le decía eso, la agarré de la cinturita, y fui empujando despacito, sentía la conchita apretada, también porque la tengo gordita.
Sol: me encanta, metemos despacito si? No me hagas doler... Te confieso algo... Nunca me metieron una tan grande.
No sé si me mentía para hacerme sentir un súper hombre, pero yo me la creía y me encantaba que lo haga.
La cojia despacito, sentía apretadita sus tremulas carnes. Estuve un rato así y le acabe las gotas de semen que me quedaban esa tarde adentro de su vagina.
Terminamos de bañarnos y ahora a prepararse para la fiesta. Ya les voy a ir contando lo que siguió esa noche. Noche de fiesta con tía Sol.
2 comentarios - Vacaciones con mi tía Sol IV