Hola mi nombre es Tomás, soy estudiante de psicología. Suelo ser un chico algo antisocial, me gusta ser muy reservado incluso para hacer amistades. Mi grupo de amigos por lo general están conformados de dos personas más, sin embargo, aquello no quiere decir que simplemente me limito a no hablarle a los demás, solo digamos que prefiero no ser amigos de todos con quienes hablo. Cuando entre a la Universidad tuve que irme de la ciudad en donde me crecí y siempre había vivido, porque buscaba una nueva experiencia, de este modo me separe de mis dos colegas que había tenido en el colegio, sin embargo, eso no significó que nuestra amistad termino en ese momento, al contrario seguía igual de siempre, nos relatábamos lo que nos pasaba, ya sea en la ciudad en donde estamos estudiando o sobre nuestras carreras que habíamos elegido.
Voy a hacer una breve descripción de presentación de mí y mis amigos. Como dije al principio, yo estudio psicología, mido 1 metro y 70 centímetros, de tez blanca, pelo castaño, ojos de color almendra, soy delgado, pero no tengo un cuerpo atlético, incluso tengo un rollo. Por otra parte, mi amigo Cristian, de estatura era muy similara la mía, podía haber una diferencia de 1 o 2 centímetros tal vez, su cabello era negro, tez morena, ojos color negros y su cuerpo era atlético, pues siempre le había gustado el tema de los deportes, la salud y la pedagogía, así que decidió entrar a estudiar para profesor de educación física. Él era un tipo muy agradable y chistoso, de los tres amigos, él era el más sociable. Finalmente está Hugo, él también tiene el cabello de color negro, su tez es blanca, su color de ojos café es delgado mucho más que yo y de estatura era más alto que Cristian y yo, mide 1 metro y 85 centímetros. A él le encantaba los animales por lo cual había entrado a estudiar veterinaria. En el momento de entrar a la Universidad, los tres estábamos solteros, Cristian durante la época escolar tuvo un par de novias, con las cuales había intimado, en cambio Hugo, siempre había estado soltero, se llevaba bien con las chicas, pero con ninguna tuvo una relación o íntimo, por mi parte, yo tampoco había tenido novia o relaciones sexuales con una chica, pero todo cambio cuando entró a la Universidad.
Mi nuevo hogar fue un departamento que encontré, no era tan grande, pero era acogedor y lo más importante estaría solo. Ya que no tenía contemplado regresar a casa, quizás solo a fin de año para celebrar navidad y año nuevo, puesto que mi objetivo era comenzar con una vida independiente. La arrendadora era una mujer de 39 años, tenía un hijo de 16 años, estaba separada del padre de su hijo, el departamento que me arrendo fue donde vivió antes, pero como mencione no era tan amplio y ella es pastelera, había comprado un horno pero el espacio no le permitía instalarlo, fue por esa razón que ella se mudó al departamento que quedaba en frente, el cual si tenía un buen espacio para dejar diferentes utensilios, en ese momento ella estaba salieron con un hombre de unos 45 años, que media como 1 metro y 65 centímetros aproximadamente, su cabello era canoso, lo que lo hacía ver mucho más mayor de lo que era, tenía barriga cervecera y usualmente usaba la barba larga. Ahora voy hacer una breve descripción de mi casera, después de todo es la protagonista de esta historia, a pesar de tener 39 años, no lo representaba, es delgada, cabello liso y de color castaño, tez blanca, mide lo mismo que yo, 1 metro y 70 centímetros, sus ojos de color café oscuro, sus senos son redondos, firmes y grandes, su trasero no es tan destacable, pero aun así con cualquier prenda que ella se pusiera destacaba, principalmente por el tamaño de sus senos. Mi casera iba algunas veces a preguntarme si me faltaba algo y cada vez que la veía me quedaba embobado, no estoy seguro si ella sedaba cuenta de aquello, pero su comportamiento jamás cambiaba, ella seguía siendo muy amable y simpática.
Un día yo llegaba agotado, después de haber tenido que entregar un trabajo, realizar una disertación y para finalizar hacer una prueba, solo quería llegar a acostarme a mi cama, pero cuando iba llegando al departamento, escucho una discusión, una de las voces era de la señora Celeste, mi casera y la otra de su pareja, don Roberto. Hice oídos sordos, uno porque no era asunto mío las discusiones de parejas y dos por lo que ya había mencionado anteriormente, estaba totalmente agotado, así que pase directamente a mi departamento y me eche en la cama, en donde dormí aproximadamente una hora. No quería levantarme, pero tenía que prepararme algo para comer, entonces me di cuenta que me faltaban algunos ingredientes para mi comida, decidí salir a comprar al supermercado, y al salir del departamento, observe a la señora Celeste también abrir su puerta, ella tenía los ojos aún con lágrimas, en mi interior aquella imagen me destrozaba, pues aunque solo llevaba dos meses viviendo ahí, ya me había enamorado de ella, cuando la vi por primera vez solo la encontré atractiva, pero con el paso de los días y ver lo amable, lo sincera y lo alegre que era, termine enamorándome y como todos los demás hombres del edificio o fuera de este, la deseaba por su figura. Trague mi saliva y me acerque donde ella haciéndome el tonto, todas las veces que habíamos interactuado, yo terminaba arruinándolo por los nervios que me consumían.
Y: Hola, señora Celeste, ¿cómo ha estado?
C: Hola mi niño, yo estoy bien y a ti ¿cómo te ha ido?
Y: (Suspiro) Hoy ha sido un día de caos, tuve prácticamente tres evaluaciones, tuve que entregar un trabajo, luego disertar y por último dar una prueba.
C: Espero que te haya ido bien. (Tratando de desviar su rostro)
Y: Sí, me fue bien, después de todo me prepare mucho para aquello.
C: (Sonríe brevemente) Déjame felicitarte entonces Tomás.
Ella como que quiso abrazarme, pero yo retrocedí unos pasos, -a esto me refiero cuando dije siempre termino arruinando mis momentos con ella- la señora Celeste no dijo nada, pero su rostro volvió a estar triste. Me sentía mal y sabía que ella aún estaba apenada por la discusión que tuvo, y que el abrazo que intento darme era una forma de tener consuelo, yo quería saber qué paso y si el desgraciado de don Roberto, la había hecho algo, así que trate de tranquilizar mis nervios y me acerque nuevamente a ella.
Y: Señora Celeste, sé que no es asunto mío, pero usted no se ve tan bien como dice, en realidad se ve triste, si quiere, puede decirme el problema, después de todo estoy estudiando psicología y puede que la ayude en algo.
Ella me mira y sonríe, aquella sonrisa me mataba por dentro, se veía tan bella que me dejaba sin palabras.
C: Gracias mi niño, eres un amor, pero no quiero involucrarte en mis problemas y menos que te distraigan, ya tienes muchas cosas con que lidiar. (Suspira)
De manera ingenua deje salir de mi boca unas palabras que después de decirla hicieron que me sonrojada.
Y: Señora Celeste, detesto verla angustiada, permítame ayudarla, aunque sea oyendo un poco del problema que la agobia.
Ella se quedó en silencio, pensé que tal vez al oír aquellas palabras se sintió incomoda, pero fue todo lo contrario, ella se apegó a mi pecho y boto unas lágrimas de frustración, al sentir sus tetas muy cerca de mí, mis nervios comenzaban a querer jugarme una mala pasada, principalmente porque me estaba excitando. Ella levanta su mirada y nos quedábamos mirando como si fuéramos dos tortolitos, me pregunta si en realidad tenía tiempo para escucharla, yo tratando de hablar y que no se dé cuenta de mi erección o de lo caliente que estaba, le dije que sí. Ella menciono que la discusión que tuvo con don Roberto se debió a que ella encontró en el celular de él, varias fotos de chicas más jóvenes que ella y que estaban en posiciones provocativas, aquello produjo que se sintiera insegura de ella misma, que ya estaba vieja y por eso don Roberto miraba a otras mujeres. Aquello me produjo mucha rabia, porque cómo un hombre iba a preferir ver fotos de jovencitas, si tenía una maravillosa y espectacular Milf disponible para él.
Y: Señora Celeste, usted es muy hermosa, no tenga duda de aquello, puede volver loco a cualquier hombre.
Al terminar de decir eso, mi corazón no podía estar más acelerado y ya no podía controlar mis nervios, así que me separe de ella y al hacerlo, sentí el leve roce de mi pene con la vagina deella, me sonroje y ella también, no sabía si se había sonrojado, porque sintió aquel roce o había visto mi erección o tal vez mis palabras le habían llegado o simplemente era todo, avergonzado, mis nervios actuaron para que yo buscada la excusa más tonta y así irme de la situación morbosa que se estaba dando.
Y: Señora Celeste, discúlpeme, pero tengo que ir a comprar al supermercado, si quiere después seguimos hablando y lo más seguro que a don Roberto, le envían esas fotos, porque no tiene sentido que mire a otras mujeres.
C: (Sonríe de forma picará) Tal vez tengas razón. Ve a comprar, te voy a estar esperando, solo toca Tomás.
Ella volvió acercarse y se despidió de mí con un beso en la mejilla, caminando lentamente, cerró la puerta, su rostro aún estaba rojo, pero tenía una sonrisa de picardía. Aquello me dejo con un sentimiento agridulce, pues sentir aquellos suaves labios en mi mejilla y sus grandes senos apoyándose en mi pecho, hacía que mi corazón latiera muy rápido, pero el hecho que mis nervios nuevamente me habían jugado una mala pasada, buscando una excusa tan tonta para no seguir hablando ella y terminar con la morbosa situación que se estaba dando, que tal vez finalizaba con mi sueño hecho realidad es decir teniendo sexo. Me sentía como el sujeto más estúpido en ese momento, porque tenía una muy buena oportunidad, quizás la única que se me iba a presentar, pero aún quedaba algo de esperanza, ella había dicho que me iba a estar esperando. Durante mi caminata al supermercado iba reflexionando, sobre cómo quitarme aquella mujer de la cabeza, para poder comprar tranquilo, pero cada vez que trataba de hacerlo, la recordaba mirándome y aquellos besos en la mejilla que me daba, aquel roce que habíamos tenido y la invitación que me había hecho. Cuando volví al departamento, mire fijamente la puerta de la señora Celeste, quería tocar y dejar que todo fluya normalmente, pero decidí no hacerlo finalmente, porque no tuve las agallas, comencé a cocinarme y a leer un texto para la clase que tenía al día siguiente, después de eso me tire en la cama y les hable a mis dos colegas, a través del grupo de WhatsApp que tenemos, para así distraerme.
Y: Cómo va todo?
Cr: Todo bien aquí, extrañando tus idioteces.
Y: Podrás conocer varios tontos, pero jamás uno igual a mí.
Cr: Lo sé y por eso te extraño socio. Pero qué es lo que pasa, ya que es raro que tú inicies una conversación a menos que tengas algo que te confunda.
H: Par de tortolitos, me voy por un momento y ustedes ya coquetean a mi espalda.
Cr: Lo siento cariño, sé que Tomás es tu best friends, pero también es el mío y yo el tuyo.
H: Hablando seriamente, Cristian tiene razón, qué pasa Tomás.
Y: Bueno, chicos. Cómo se lo explicó, las palabras no se me vienen a la cabeza ahora mismo.
Cr: Vamos hombre, relájate, estás con nosotros, puedes dejar fluir tus sentimientos, adelante.
H: Sí, Tomás. No te preocupes de nada, solo dilo, nosotros vamos a apoyarte y ayudarte, después de todo somos como hermanos.
Y: Tienen razón. Bueno, es algo complicado de decir, pero
Cr: Pero qué
Y: Pero me he enamorado de mi casera.
Tras decir aquella confesión, mis amigos no hablaron por unos minutos y era normal, pues desde que me conocían jamás me había enamorado de alguien o expresado interés.
H: Vaya, eso es una gran revelación.
Cr: Tomás, no es una broma, verdad?
Y: Nop, en verdad quiero y deseo a esa mujer.
Cr: Siempre que hablabas de ella pensé que era en forma de broma, puedes enviarnos una foto de ella.
Y: Claro, esperen unos minutos.
Yo tenía un par de fotos de ella en mi celular, fue del día cuando había recién llegado al departamento, ella fue a dejarme un par de loza que le sobraba, vestía con un vestido rojo algo ajustado y con un escote muy revelador, de manera disimulada le tome esas fotos, luego de eso las use para masturbarme pensando en ella, en ese tiempo pensé que solo sería eso y no llegaría a sentir lo que estaba sintiendo. Tras enviar una de esas fotos los comentarios de mis colegas no tardaron.
Cr: Vaya milf.
H: Con razón la deseas.
Y: Y qué hago?
H: Tienes que pensar con la mente fría, aunque sea difícil.
Cr: Habías dicho que tenía una pareja, verdad?
Y: Sip y de hecho hoy discutió con él.
Cr: Ahí tienes una buena oportunidad para ir acercándote a ella, si la pelea fue grande, puede que hayan terminado y aunque no sea esa la situación, de seguro van a estar distanciados un par de días, lo suficiente para que tú ataques y trates de cautivarla.
H: Lo más importante es que note rindas, sigue insistiendo, en un momento ella va a bajar la guardia y tú podrás saborear sus melones.
Y: Ok, muchas gracias por sus consejos muchachos.
Cr: De nada bro, siempre puedes contar con nosotros.
Deje el celular para que se cargue, cerré los ojos y suspire, mientras decía en mi interior, "si ellos supieran la oportunidad de oro que tuve hoy, me estarían matando, porque no tuve el valor de continuar". Finalmente me puse a dormir, en aquel lapso tuve un sueño que solo me género más deseo por señora Celeste. El sueño era de nosotros dos en la misma situación de la tarde, pero en vez de huir, me queda a su lado diciéndole lo bella que era, después ella me miro con calidez y me invitaba a pasar a su casa, su hijo aún no llegaba, se encontraba en la casa de un amigo. Yo me sentaba en su sofá blanco que tenía, mientras que ella se ponía a calentar la tetera para servirme una taza de café, mientras pasaba aquello, ella me decía.
C: Tomás, ¿en verdad no te gusta verme triste?
Y: Sí, señora Celeste.
C: ¿Y puedo saber el motivo?
Y: ¿El motivo?
C: Sí, debe haber un motivo, más allá de que sea tu casera.
Y: (Nervioso) Bueno, detesto ver a una mujer triste.
Ella se acerca, haciendo que nuestra distancia sea de aproximadamente ocho o diez centímetros, podía sentir su respiración y sus grandes senos rozar mi pecho. Mirándome fijamente me dice.
C: Aquella respuesta para mí es un cliché, un tonto e ingenuo cliché.
Trague mi saliva, mi cabeza dejaba de pensar, al tenerla tan cerca, mi miembro comenzaba a levantarse, nervioso trataba de alejarme de ella y disimular para que no se diera cuenta de mi erección, mientras la tetera comenzaba a sonar para indicar que el agua estaba hirviendo.
Y: Señora Celeste, yo no sé qué decir al respecto.
C: (Sonríe) Solo dime tu verdadero motivo, no voy a comerte o algo por el estilo.
Mi momento de debilidad llego, baje un poco mi mirada, específicamente hacia sus senos, que solo eran tapados por la polera que llevaba puesta, ya que podía ver sus pezones, que en ese momento parecían estar duros, ella se da cuenta de mi mirada y se cubre los senos diciendo con una voz provocativa.
C: Tomás, eres todo un pervertido y yo que pensaba que tú eras un buen niño.
En ese instante, deseaba tener un poco más de valor, acercarme a ella y besarla, romper aquella polera y chupar sus maravillosas tetas, como si un bebé hambriento fuera, pero era cobarde y tímido, así que decidí cerrar los ojos y pensar en algo que me bajé la calentura, pero ella volvía hablar en un tono provocativo.
C: ¿En qué piensas mi niño? ¿En mis tetas o quizás en otra parte de mi cuerpo?
Y: (Con los ojos cerrado) Señora Celeste, discúlpeme.
C: ¿De qué? (Haciéndose la ingenua y se acerca)
Y: Por mirarle sus senos.
Entonces comienzo a sentir nuevamente su respiración tan cerca de mí, sus senos apegándose a mi pecho abro los ojos y la veo muy cerca de mí, sonriendo.
C: ¿Me deseas?
Ya no podía ocultar más mis sentimientos e intenciones, estaba tan caliente que no podía ocultarlo más y mientras la tetera seguía haciendo el ruido de estar hirviendo, dije.
Y: La deseo como nunca había deseado a otra, es la primera mujer que me pone así, tan caliente que siento que mi pene está a punto de explotar como un volcán en erupción. Por eso creo que don Roberto es un idiota, mirando jovencita teniendo una linda mujer para él solo.
C: Roberto es un completo idiota, no sabe lo que tiene, ¿verdad?
Y: Sí, señora Celeste.
Al decir aquello, ella ríe pícaramente, se levanta y se va hacia la cocina, pensé que toda mi confesión solo fue en vano y que ella solo se había burlado de mí, hasta que siento que el sonido de la tetera para y ella vuelve caminando de manera sensual, me mira y luego baja su mirada a mi polla.
C: Ese muchachito quiere divertirse y yo también quiero. Y tú Tomás, ¿quieres divertirte?
Y: Sí, señora Celeste, quiero divertirme.
Ella sonríe y comienza a sacarse lentamente su playera, dejando ver poco a poco su cuerpo maravilloso, no podía creer lo que veía, menos lo que pasaba, cuando ella finalmente terminó de sacar aquella prenda veo como su par de tetas rebotan y me tira su polera, de manera inmediata ella camina en cuatro como si fuera una leona acechando a su presa, llega hasta mí y me baja el cierre con su boca mientras que con sus manos me desabrocha el botón del pantalón.
C: Este muchacho está pidiendo auxilio a gritos, veamos qué tan maravilloso es.
Ella al bajarme el pantalón, lambe mi miembro aún en el bóxer, aquello se sintió de maravilla, suspire y solo quería que ella me bajara el bóxer por completo y se ponga a mamar mi polla y se deje de jueguitos.
C: Que rico sabor tiene. (Se muerde los labios)
Y: Señora Celeste, por favor, mame mi pene de una vez, no creo soportar mucho más.
C: Lo siento muchacho, a mí me gusta jugar antes de pasar al siguiente nivel, si no aguantas será una decepción.
Ella siguió con sus jueguitos, me masturbaba y pesé a que tenía el bóxer puesto, sentía la calidez de su mano, volvía a lamber mi polla y luego la mordía de manera suave, mientras que con su mano izquierda metida dentro de su pantalón se masturbaba, su par de senos rebotaban de un lado a otro, luego dejo de morder mi pene y se llevó una de sus tetas a la boca, ella se mordía un pezón y seguía masturbándose.
C: Mmmm, que rico. Ven Tomás, quiero que me comas el coñito primero.
Ella se sacaba el pantalón que llevaba y su braga, su vagina estaba muy mojada, era la primera que veía una tan cerca. Pero la deseaba tanto que no me sorprendía nada e hice lo que ella me pidió, comencé a darle sexo oral, ella gemía, mientras con sus manos jugaba con sus senos.
C: Oooh, síííí. Dios, sigue asííí mi niñooo.
Yo no paraba de jugar con su coño, lambia y mordisqueaba suavemente su clítoris, sentía como su vagina cada vez estaba más y más húmeda, ella continuaba gimiendo, dejaba de jugar con sus senos y con sus dos manos empujaba mi rostro más a su coño.
C: Tomás, sigue asííí. Nooo paaresss. Ooooh sííí. Más, más, más, más.
Me sentía algo asfixiado por su coño, pero no paraba, continuaba dándole placer, mientras se me ocurrió meter uno de mis dedos dentro de su culo, aprovechaba el jugo que caía de su vagina, para empapar mi dedo y luego de manera lenta le fui introduciendo en su ano, ella al sentir mi dedo entrando comenzó a gemir más alto.
C: Síííí, Toomás. Continuua asííí. Se siente taaan bieen. Ooooh, Diooss. Ooooh sííí. No parees, que ya me vengooo.
Ella comenzó a correrse como una loca, quedando acostada en el suelo, suspirando, yo me acerco a ella y la beso, le devoro la boca y ella me abrazaba, nuestras lenguas se entrelazaban y se sentía espectacular, no sé cuánto tiempo nos estuvimos dando ese beso, pero fue largo, ella me miro y sonrío.
C: Es hora de que yo te haga feliz.
Me siento en el sofá y me quito el bóxer, ella con sus enormes par de tetas comienza a pajearme, eran suave, se sentía como dos algodones, yo estaba en éxtasis.
Y: Usted es una Diosa, señora Celeste.
Tratando de tomar aire y que no todo se vaya con tanto jaleo. Ella seguía subiendo y bajando sus tetas y poco a poco, acercaba su boca a mi polla.
C: Es tan lindo tu pene, no es muy grande pero tampoco nada pequeño, un tamaño ideal para mí.
Y comenzaba a mamar mi polla, mientras continuaba pajeandome con sus tetas, sentía que ya estaba a punto de venirme, ya no podía aguantar más, su boca era de otro mundo, su lengua la movía de manera sorprendente.
Y: Señora Celeste, estoy por correermeee.
Ella al escuchar aquello se emocionó más y me pajeaba con sus tetas más rápido y me mamaba más y más, hasta que explote en su boca. Fue entonces cuando sonó el despertador y me di cuenta de mi triste realidad todo había sido un sueño, uno maravilloso, pero lo que no fue un sueño fue que me acababa de correr en mi bóxer. Me levante y me desnude, me metí a la ducha y tomo un baño, tratando de calmar mi calentura, sin embargo, mi pene se volvía a levantar, mientras en mis pensamientos decía. "Ojalá pueda follarme a esa Milf". Después de la ducha, me visto y sin desayunar salgo de manera rápida para irme a la U, pensando que llegaría tarde. Como la Universidad no quedaba tan lejos del departamento, me iba caminando, en ese momento iba corriendo, llegue al salón de clases, algo cansado, me siento en uno de los puestos, en un primer instante pensé que estaba solo, porque no había visto nadie. Tomo algo de aire con los ojos cerraros y luego miro mi celular, observe que aún faltaban diez minutos para que inicie la clase, levanto mi mirada y me doy vuelta, mirando a la puerta, entonces veo en el fondo a una chica que jamás había visto, yo suelo sentarme entre los primeros puesto para tomar más atención a lo que decía el profesor y por lo general aquellos puestos eran una disputa, porque algunos de mis compañeros de carrera, que se sentaban por la mitad, solían hacer ruido y así distraían a quienes estaban detrás de ellos o simplemente no se podía tomar mucha atención. Al principio me quede sorprendido y engatusado por su belleza, en voz muy baja pronuncie la palabra "Princesa", porque su rostro me recordaba a una, después de unos minutos, volví a la realidad. Me asuste y pensaba que me había equivocado de sala, así que me levanto algo avergonzado, camino hacia afuera de la sala con mi mochila, veo el número del salón y confirmo que ahí era mi clase, entonces pensé que tal vez, la chica se había equivocado, ya que como dije, jamás la había visto en estos meses de clases que llevábamos. Ella era rubia, su cabello liso y largo, sus ojos color grises, usaba anteojos, su tez blanca, no podía afirmar si era flaca o algo gorda, ya que llevaba puesto una especie de polerón amplio, el cual también no me permitía ver o juzgar el tamaño de sus senos y llevaba puesto un pantalón color negro. Nervioso, me acerco a ella y le pregunto.
Y: Hola, disculpa. ¿Qué clase estás esperando?
Ella se queda en silencio por un momento, como pensando en que responder, lo cual me incomodaba, entonces dijo "Psicología" con un acento muy inglés o gringo, supuse que era una estudiante de intercambio o algo por el estilo, aunque lo encontraba raro, porque prácticamente íbamos en la mitad de semestre, para que la intercambiaran, mientras me ajetreada tanto en pensar, comencé a darme cuenta que el salón se llenaba y el puesto que en un principio había elegido ya estaba ocupado, decidí quedarme al lado de la nueva estudiante. Me senté y luego de unos segundos comencé a darme cuenta de que todos estaban mirando hacia mí, pero en vez de mirarme, ellos fijaban su vista en la chica nueva, ella me toca el brazo me doy vuelta para mirarla, aprecio que tenía su mano extendida y me dice.
A: Hola, mi nombre es April, mucho gusto de conocerte.
Algo nervioso, extiendo mi mano y me presento ante ella.
Y: Disculpa por no haberme presentado antes, mi nombre es Tomás y el gusto es mío.
Ella sonrío y dijo mi nombre en un tono que me cautivo, era la primera vez que me sentía tan seguro y libre adelante de una extraña, ya que, durante estos meses aún había personas con las cuales no interactuaba en la carrera o no me sentía cómodo hablar con ellos. ¿Qué era este sentimiento que estaba palpitando en mi interior? En ese momento lo ignoraba o quería ignorarlo.
Este es mi primer relato y mi primera publicación, espero que les haya gustado, es una historia que he ido construyendo poco a poco y quise compartirles la primera parte.
Voy a hacer una breve descripción de presentación de mí y mis amigos. Como dije al principio, yo estudio psicología, mido 1 metro y 70 centímetros, de tez blanca, pelo castaño, ojos de color almendra, soy delgado, pero no tengo un cuerpo atlético, incluso tengo un rollo. Por otra parte, mi amigo Cristian, de estatura era muy similara la mía, podía haber una diferencia de 1 o 2 centímetros tal vez, su cabello era negro, tez morena, ojos color negros y su cuerpo era atlético, pues siempre le había gustado el tema de los deportes, la salud y la pedagogía, así que decidió entrar a estudiar para profesor de educación física. Él era un tipo muy agradable y chistoso, de los tres amigos, él era el más sociable. Finalmente está Hugo, él también tiene el cabello de color negro, su tez es blanca, su color de ojos café es delgado mucho más que yo y de estatura era más alto que Cristian y yo, mide 1 metro y 85 centímetros. A él le encantaba los animales por lo cual había entrado a estudiar veterinaria. En el momento de entrar a la Universidad, los tres estábamos solteros, Cristian durante la época escolar tuvo un par de novias, con las cuales había intimado, en cambio Hugo, siempre había estado soltero, se llevaba bien con las chicas, pero con ninguna tuvo una relación o íntimo, por mi parte, yo tampoco había tenido novia o relaciones sexuales con una chica, pero todo cambio cuando entró a la Universidad.
Mi nuevo hogar fue un departamento que encontré, no era tan grande, pero era acogedor y lo más importante estaría solo. Ya que no tenía contemplado regresar a casa, quizás solo a fin de año para celebrar navidad y año nuevo, puesto que mi objetivo era comenzar con una vida independiente. La arrendadora era una mujer de 39 años, tenía un hijo de 16 años, estaba separada del padre de su hijo, el departamento que me arrendo fue donde vivió antes, pero como mencione no era tan amplio y ella es pastelera, había comprado un horno pero el espacio no le permitía instalarlo, fue por esa razón que ella se mudó al departamento que quedaba en frente, el cual si tenía un buen espacio para dejar diferentes utensilios, en ese momento ella estaba salieron con un hombre de unos 45 años, que media como 1 metro y 65 centímetros aproximadamente, su cabello era canoso, lo que lo hacía ver mucho más mayor de lo que era, tenía barriga cervecera y usualmente usaba la barba larga. Ahora voy hacer una breve descripción de mi casera, después de todo es la protagonista de esta historia, a pesar de tener 39 años, no lo representaba, es delgada, cabello liso y de color castaño, tez blanca, mide lo mismo que yo, 1 metro y 70 centímetros, sus ojos de color café oscuro, sus senos son redondos, firmes y grandes, su trasero no es tan destacable, pero aun así con cualquier prenda que ella se pusiera destacaba, principalmente por el tamaño de sus senos. Mi casera iba algunas veces a preguntarme si me faltaba algo y cada vez que la veía me quedaba embobado, no estoy seguro si ella sedaba cuenta de aquello, pero su comportamiento jamás cambiaba, ella seguía siendo muy amable y simpática.
Un día yo llegaba agotado, después de haber tenido que entregar un trabajo, realizar una disertación y para finalizar hacer una prueba, solo quería llegar a acostarme a mi cama, pero cuando iba llegando al departamento, escucho una discusión, una de las voces era de la señora Celeste, mi casera y la otra de su pareja, don Roberto. Hice oídos sordos, uno porque no era asunto mío las discusiones de parejas y dos por lo que ya había mencionado anteriormente, estaba totalmente agotado, así que pase directamente a mi departamento y me eche en la cama, en donde dormí aproximadamente una hora. No quería levantarme, pero tenía que prepararme algo para comer, entonces me di cuenta que me faltaban algunos ingredientes para mi comida, decidí salir a comprar al supermercado, y al salir del departamento, observe a la señora Celeste también abrir su puerta, ella tenía los ojos aún con lágrimas, en mi interior aquella imagen me destrozaba, pues aunque solo llevaba dos meses viviendo ahí, ya me había enamorado de ella, cuando la vi por primera vez solo la encontré atractiva, pero con el paso de los días y ver lo amable, lo sincera y lo alegre que era, termine enamorándome y como todos los demás hombres del edificio o fuera de este, la deseaba por su figura. Trague mi saliva y me acerque donde ella haciéndome el tonto, todas las veces que habíamos interactuado, yo terminaba arruinándolo por los nervios que me consumían.
Y: Hola, señora Celeste, ¿cómo ha estado?
C: Hola mi niño, yo estoy bien y a ti ¿cómo te ha ido?
Y: (Suspiro) Hoy ha sido un día de caos, tuve prácticamente tres evaluaciones, tuve que entregar un trabajo, luego disertar y por último dar una prueba.
C: Espero que te haya ido bien. (Tratando de desviar su rostro)
Y: Sí, me fue bien, después de todo me prepare mucho para aquello.
C: (Sonríe brevemente) Déjame felicitarte entonces Tomás.
Ella como que quiso abrazarme, pero yo retrocedí unos pasos, -a esto me refiero cuando dije siempre termino arruinando mis momentos con ella- la señora Celeste no dijo nada, pero su rostro volvió a estar triste. Me sentía mal y sabía que ella aún estaba apenada por la discusión que tuvo, y que el abrazo que intento darme era una forma de tener consuelo, yo quería saber qué paso y si el desgraciado de don Roberto, la había hecho algo, así que trate de tranquilizar mis nervios y me acerque nuevamente a ella.
Y: Señora Celeste, sé que no es asunto mío, pero usted no se ve tan bien como dice, en realidad se ve triste, si quiere, puede decirme el problema, después de todo estoy estudiando psicología y puede que la ayude en algo.
Ella me mira y sonríe, aquella sonrisa me mataba por dentro, se veía tan bella que me dejaba sin palabras.
C: Gracias mi niño, eres un amor, pero no quiero involucrarte en mis problemas y menos que te distraigan, ya tienes muchas cosas con que lidiar. (Suspira)
De manera ingenua deje salir de mi boca unas palabras que después de decirla hicieron que me sonrojada.
Y: Señora Celeste, detesto verla angustiada, permítame ayudarla, aunque sea oyendo un poco del problema que la agobia.
Ella se quedó en silencio, pensé que tal vez al oír aquellas palabras se sintió incomoda, pero fue todo lo contrario, ella se apegó a mi pecho y boto unas lágrimas de frustración, al sentir sus tetas muy cerca de mí, mis nervios comenzaban a querer jugarme una mala pasada, principalmente porque me estaba excitando. Ella levanta su mirada y nos quedábamos mirando como si fuéramos dos tortolitos, me pregunta si en realidad tenía tiempo para escucharla, yo tratando de hablar y que no se dé cuenta de mi erección o de lo caliente que estaba, le dije que sí. Ella menciono que la discusión que tuvo con don Roberto se debió a que ella encontró en el celular de él, varias fotos de chicas más jóvenes que ella y que estaban en posiciones provocativas, aquello produjo que se sintiera insegura de ella misma, que ya estaba vieja y por eso don Roberto miraba a otras mujeres. Aquello me produjo mucha rabia, porque cómo un hombre iba a preferir ver fotos de jovencitas, si tenía una maravillosa y espectacular Milf disponible para él.
Y: Señora Celeste, usted es muy hermosa, no tenga duda de aquello, puede volver loco a cualquier hombre.
Al terminar de decir eso, mi corazón no podía estar más acelerado y ya no podía controlar mis nervios, así que me separe de ella y al hacerlo, sentí el leve roce de mi pene con la vagina deella, me sonroje y ella también, no sabía si se había sonrojado, porque sintió aquel roce o había visto mi erección o tal vez mis palabras le habían llegado o simplemente era todo, avergonzado, mis nervios actuaron para que yo buscada la excusa más tonta y así irme de la situación morbosa que se estaba dando.
Y: Señora Celeste, discúlpeme, pero tengo que ir a comprar al supermercado, si quiere después seguimos hablando y lo más seguro que a don Roberto, le envían esas fotos, porque no tiene sentido que mire a otras mujeres.
C: (Sonríe de forma picará) Tal vez tengas razón. Ve a comprar, te voy a estar esperando, solo toca Tomás.
Ella volvió acercarse y se despidió de mí con un beso en la mejilla, caminando lentamente, cerró la puerta, su rostro aún estaba rojo, pero tenía una sonrisa de picardía. Aquello me dejo con un sentimiento agridulce, pues sentir aquellos suaves labios en mi mejilla y sus grandes senos apoyándose en mi pecho, hacía que mi corazón latiera muy rápido, pero el hecho que mis nervios nuevamente me habían jugado una mala pasada, buscando una excusa tan tonta para no seguir hablando ella y terminar con la morbosa situación que se estaba dando, que tal vez finalizaba con mi sueño hecho realidad es decir teniendo sexo. Me sentía como el sujeto más estúpido en ese momento, porque tenía una muy buena oportunidad, quizás la única que se me iba a presentar, pero aún quedaba algo de esperanza, ella había dicho que me iba a estar esperando. Durante mi caminata al supermercado iba reflexionando, sobre cómo quitarme aquella mujer de la cabeza, para poder comprar tranquilo, pero cada vez que trataba de hacerlo, la recordaba mirándome y aquellos besos en la mejilla que me daba, aquel roce que habíamos tenido y la invitación que me había hecho. Cuando volví al departamento, mire fijamente la puerta de la señora Celeste, quería tocar y dejar que todo fluya normalmente, pero decidí no hacerlo finalmente, porque no tuve las agallas, comencé a cocinarme y a leer un texto para la clase que tenía al día siguiente, después de eso me tire en la cama y les hable a mis dos colegas, a través del grupo de WhatsApp que tenemos, para así distraerme.
Y: Cómo va todo?
Cr: Todo bien aquí, extrañando tus idioteces.
Y: Podrás conocer varios tontos, pero jamás uno igual a mí.
Cr: Lo sé y por eso te extraño socio. Pero qué es lo que pasa, ya que es raro que tú inicies una conversación a menos que tengas algo que te confunda.
H: Par de tortolitos, me voy por un momento y ustedes ya coquetean a mi espalda.
Cr: Lo siento cariño, sé que Tomás es tu best friends, pero también es el mío y yo el tuyo.
H: Hablando seriamente, Cristian tiene razón, qué pasa Tomás.
Y: Bueno, chicos. Cómo se lo explicó, las palabras no se me vienen a la cabeza ahora mismo.
Cr: Vamos hombre, relájate, estás con nosotros, puedes dejar fluir tus sentimientos, adelante.
H: Sí, Tomás. No te preocupes de nada, solo dilo, nosotros vamos a apoyarte y ayudarte, después de todo somos como hermanos.
Y: Tienen razón. Bueno, es algo complicado de decir, pero
Cr: Pero qué
Y: Pero me he enamorado de mi casera.
Tras decir aquella confesión, mis amigos no hablaron por unos minutos y era normal, pues desde que me conocían jamás me había enamorado de alguien o expresado interés.
H: Vaya, eso es una gran revelación.
Cr: Tomás, no es una broma, verdad?
Y: Nop, en verdad quiero y deseo a esa mujer.
Cr: Siempre que hablabas de ella pensé que era en forma de broma, puedes enviarnos una foto de ella.
Y: Claro, esperen unos minutos.
Yo tenía un par de fotos de ella en mi celular, fue del día cuando había recién llegado al departamento, ella fue a dejarme un par de loza que le sobraba, vestía con un vestido rojo algo ajustado y con un escote muy revelador, de manera disimulada le tome esas fotos, luego de eso las use para masturbarme pensando en ella, en ese tiempo pensé que solo sería eso y no llegaría a sentir lo que estaba sintiendo. Tras enviar una de esas fotos los comentarios de mis colegas no tardaron.
Cr: Vaya milf.
H: Con razón la deseas.
Y: Y qué hago?
H: Tienes que pensar con la mente fría, aunque sea difícil.
Cr: Habías dicho que tenía una pareja, verdad?
Y: Sip y de hecho hoy discutió con él.
Cr: Ahí tienes una buena oportunidad para ir acercándote a ella, si la pelea fue grande, puede que hayan terminado y aunque no sea esa la situación, de seguro van a estar distanciados un par de días, lo suficiente para que tú ataques y trates de cautivarla.
H: Lo más importante es que note rindas, sigue insistiendo, en un momento ella va a bajar la guardia y tú podrás saborear sus melones.
Y: Ok, muchas gracias por sus consejos muchachos.
Cr: De nada bro, siempre puedes contar con nosotros.
Deje el celular para que se cargue, cerré los ojos y suspire, mientras decía en mi interior, "si ellos supieran la oportunidad de oro que tuve hoy, me estarían matando, porque no tuve el valor de continuar". Finalmente me puse a dormir, en aquel lapso tuve un sueño que solo me género más deseo por señora Celeste. El sueño era de nosotros dos en la misma situación de la tarde, pero en vez de huir, me queda a su lado diciéndole lo bella que era, después ella me miro con calidez y me invitaba a pasar a su casa, su hijo aún no llegaba, se encontraba en la casa de un amigo. Yo me sentaba en su sofá blanco que tenía, mientras que ella se ponía a calentar la tetera para servirme una taza de café, mientras pasaba aquello, ella me decía.
C: Tomás, ¿en verdad no te gusta verme triste?
Y: Sí, señora Celeste.
C: ¿Y puedo saber el motivo?
Y: ¿El motivo?
C: Sí, debe haber un motivo, más allá de que sea tu casera.
Y: (Nervioso) Bueno, detesto ver a una mujer triste.
Ella se acerca, haciendo que nuestra distancia sea de aproximadamente ocho o diez centímetros, podía sentir su respiración y sus grandes senos rozar mi pecho. Mirándome fijamente me dice.
C: Aquella respuesta para mí es un cliché, un tonto e ingenuo cliché.
Trague mi saliva, mi cabeza dejaba de pensar, al tenerla tan cerca, mi miembro comenzaba a levantarse, nervioso trataba de alejarme de ella y disimular para que no se diera cuenta de mi erección, mientras la tetera comenzaba a sonar para indicar que el agua estaba hirviendo.
Y: Señora Celeste, yo no sé qué decir al respecto.
C: (Sonríe) Solo dime tu verdadero motivo, no voy a comerte o algo por el estilo.
Mi momento de debilidad llego, baje un poco mi mirada, específicamente hacia sus senos, que solo eran tapados por la polera que llevaba puesta, ya que podía ver sus pezones, que en ese momento parecían estar duros, ella se da cuenta de mi mirada y se cubre los senos diciendo con una voz provocativa.
C: Tomás, eres todo un pervertido y yo que pensaba que tú eras un buen niño.
En ese instante, deseaba tener un poco más de valor, acercarme a ella y besarla, romper aquella polera y chupar sus maravillosas tetas, como si un bebé hambriento fuera, pero era cobarde y tímido, así que decidí cerrar los ojos y pensar en algo que me bajé la calentura, pero ella volvía hablar en un tono provocativo.
C: ¿En qué piensas mi niño? ¿En mis tetas o quizás en otra parte de mi cuerpo?
Y: (Con los ojos cerrado) Señora Celeste, discúlpeme.
C: ¿De qué? (Haciéndose la ingenua y se acerca)
Y: Por mirarle sus senos.
Entonces comienzo a sentir nuevamente su respiración tan cerca de mí, sus senos apegándose a mi pecho abro los ojos y la veo muy cerca de mí, sonriendo.
C: ¿Me deseas?
Ya no podía ocultar más mis sentimientos e intenciones, estaba tan caliente que no podía ocultarlo más y mientras la tetera seguía haciendo el ruido de estar hirviendo, dije.
Y: La deseo como nunca había deseado a otra, es la primera mujer que me pone así, tan caliente que siento que mi pene está a punto de explotar como un volcán en erupción. Por eso creo que don Roberto es un idiota, mirando jovencita teniendo una linda mujer para él solo.
C: Roberto es un completo idiota, no sabe lo que tiene, ¿verdad?
Y: Sí, señora Celeste.
Al decir aquello, ella ríe pícaramente, se levanta y se va hacia la cocina, pensé que toda mi confesión solo fue en vano y que ella solo se había burlado de mí, hasta que siento que el sonido de la tetera para y ella vuelve caminando de manera sensual, me mira y luego baja su mirada a mi polla.
C: Ese muchachito quiere divertirse y yo también quiero. Y tú Tomás, ¿quieres divertirte?
Y: Sí, señora Celeste, quiero divertirme.
Ella sonríe y comienza a sacarse lentamente su playera, dejando ver poco a poco su cuerpo maravilloso, no podía creer lo que veía, menos lo que pasaba, cuando ella finalmente terminó de sacar aquella prenda veo como su par de tetas rebotan y me tira su polera, de manera inmediata ella camina en cuatro como si fuera una leona acechando a su presa, llega hasta mí y me baja el cierre con su boca mientras que con sus manos me desabrocha el botón del pantalón.
C: Este muchacho está pidiendo auxilio a gritos, veamos qué tan maravilloso es.
Ella al bajarme el pantalón, lambe mi miembro aún en el bóxer, aquello se sintió de maravilla, suspire y solo quería que ella me bajara el bóxer por completo y se ponga a mamar mi polla y se deje de jueguitos.
C: Que rico sabor tiene. (Se muerde los labios)
Y: Señora Celeste, por favor, mame mi pene de una vez, no creo soportar mucho más.
C: Lo siento muchacho, a mí me gusta jugar antes de pasar al siguiente nivel, si no aguantas será una decepción.
Ella siguió con sus jueguitos, me masturbaba y pesé a que tenía el bóxer puesto, sentía la calidez de su mano, volvía a lamber mi polla y luego la mordía de manera suave, mientras que con su mano izquierda metida dentro de su pantalón se masturbaba, su par de senos rebotaban de un lado a otro, luego dejo de morder mi pene y se llevó una de sus tetas a la boca, ella se mordía un pezón y seguía masturbándose.
C: Mmmm, que rico. Ven Tomás, quiero que me comas el coñito primero.
Ella se sacaba el pantalón que llevaba y su braga, su vagina estaba muy mojada, era la primera que veía una tan cerca. Pero la deseaba tanto que no me sorprendía nada e hice lo que ella me pidió, comencé a darle sexo oral, ella gemía, mientras con sus manos jugaba con sus senos.
C: Oooh, síííí. Dios, sigue asííí mi niñooo.
Yo no paraba de jugar con su coño, lambia y mordisqueaba suavemente su clítoris, sentía como su vagina cada vez estaba más y más húmeda, ella continuaba gimiendo, dejaba de jugar con sus senos y con sus dos manos empujaba mi rostro más a su coño.
C: Tomás, sigue asííí. Nooo paaresss. Ooooh sííí. Más, más, más, más.
Me sentía algo asfixiado por su coño, pero no paraba, continuaba dándole placer, mientras se me ocurrió meter uno de mis dedos dentro de su culo, aprovechaba el jugo que caía de su vagina, para empapar mi dedo y luego de manera lenta le fui introduciendo en su ano, ella al sentir mi dedo entrando comenzó a gemir más alto.
C: Síííí, Toomás. Continuua asííí. Se siente taaan bieen. Ooooh, Diooss. Ooooh sííí. No parees, que ya me vengooo.
Ella comenzó a correrse como una loca, quedando acostada en el suelo, suspirando, yo me acerco a ella y la beso, le devoro la boca y ella me abrazaba, nuestras lenguas se entrelazaban y se sentía espectacular, no sé cuánto tiempo nos estuvimos dando ese beso, pero fue largo, ella me miro y sonrío.
C: Es hora de que yo te haga feliz.
Me siento en el sofá y me quito el bóxer, ella con sus enormes par de tetas comienza a pajearme, eran suave, se sentía como dos algodones, yo estaba en éxtasis.
Y: Usted es una Diosa, señora Celeste.
Tratando de tomar aire y que no todo se vaya con tanto jaleo. Ella seguía subiendo y bajando sus tetas y poco a poco, acercaba su boca a mi polla.
C: Es tan lindo tu pene, no es muy grande pero tampoco nada pequeño, un tamaño ideal para mí.
Y comenzaba a mamar mi polla, mientras continuaba pajeandome con sus tetas, sentía que ya estaba a punto de venirme, ya no podía aguantar más, su boca era de otro mundo, su lengua la movía de manera sorprendente.
Y: Señora Celeste, estoy por correermeee.
Ella al escuchar aquello se emocionó más y me pajeaba con sus tetas más rápido y me mamaba más y más, hasta que explote en su boca. Fue entonces cuando sonó el despertador y me di cuenta de mi triste realidad todo había sido un sueño, uno maravilloso, pero lo que no fue un sueño fue que me acababa de correr en mi bóxer. Me levante y me desnude, me metí a la ducha y tomo un baño, tratando de calmar mi calentura, sin embargo, mi pene se volvía a levantar, mientras en mis pensamientos decía. "Ojalá pueda follarme a esa Milf". Después de la ducha, me visto y sin desayunar salgo de manera rápida para irme a la U, pensando que llegaría tarde. Como la Universidad no quedaba tan lejos del departamento, me iba caminando, en ese momento iba corriendo, llegue al salón de clases, algo cansado, me siento en uno de los puestos, en un primer instante pensé que estaba solo, porque no había visto nadie. Tomo algo de aire con los ojos cerraros y luego miro mi celular, observe que aún faltaban diez minutos para que inicie la clase, levanto mi mirada y me doy vuelta, mirando a la puerta, entonces veo en el fondo a una chica que jamás había visto, yo suelo sentarme entre los primeros puesto para tomar más atención a lo que decía el profesor y por lo general aquellos puestos eran una disputa, porque algunos de mis compañeros de carrera, que se sentaban por la mitad, solían hacer ruido y así distraían a quienes estaban detrás de ellos o simplemente no se podía tomar mucha atención. Al principio me quede sorprendido y engatusado por su belleza, en voz muy baja pronuncie la palabra "Princesa", porque su rostro me recordaba a una, después de unos minutos, volví a la realidad. Me asuste y pensaba que me había equivocado de sala, así que me levanto algo avergonzado, camino hacia afuera de la sala con mi mochila, veo el número del salón y confirmo que ahí era mi clase, entonces pensé que tal vez, la chica se había equivocado, ya que como dije, jamás la había visto en estos meses de clases que llevábamos. Ella era rubia, su cabello liso y largo, sus ojos color grises, usaba anteojos, su tez blanca, no podía afirmar si era flaca o algo gorda, ya que llevaba puesto una especie de polerón amplio, el cual también no me permitía ver o juzgar el tamaño de sus senos y llevaba puesto un pantalón color negro. Nervioso, me acerco a ella y le pregunto.
Y: Hola, disculpa. ¿Qué clase estás esperando?
Ella se queda en silencio por un momento, como pensando en que responder, lo cual me incomodaba, entonces dijo "Psicología" con un acento muy inglés o gringo, supuse que era una estudiante de intercambio o algo por el estilo, aunque lo encontraba raro, porque prácticamente íbamos en la mitad de semestre, para que la intercambiaran, mientras me ajetreada tanto en pensar, comencé a darme cuenta que el salón se llenaba y el puesto que en un principio había elegido ya estaba ocupado, decidí quedarme al lado de la nueva estudiante. Me senté y luego de unos segundos comencé a darme cuenta de que todos estaban mirando hacia mí, pero en vez de mirarme, ellos fijaban su vista en la chica nueva, ella me toca el brazo me doy vuelta para mirarla, aprecio que tenía su mano extendida y me dice.
A: Hola, mi nombre es April, mucho gusto de conocerte.
Algo nervioso, extiendo mi mano y me presento ante ella.
Y: Disculpa por no haberme presentado antes, mi nombre es Tomás y el gusto es mío.
Ella sonrío y dijo mi nombre en un tono que me cautivo, era la primera vez que me sentía tan seguro y libre adelante de una extraña, ya que, durante estos meses aún había personas con las cuales no interactuaba en la carrera o no me sentía cómodo hablar con ellos. ¿Qué era este sentimiento que estaba palpitando en mi interior? En ese momento lo ignoraba o quería ignorarlo.
Este es mi primer relato y mi primera publicación, espero que les haya gustado, es una historia que he ido construyendo poco a poco y quise compartirles la primera parte.
2 comentarios - La Milf de mis sueños. Capítulo I "El sueño"