Cada fin de semana se acostumbra en mi familia que vamos a un balneario del que somos socios desde hace muchos años. Es un buen lugar, ya que hay alberca, juegos, canchas de tenis, etc. En fin, todo lo que hay en un club deportivo.
Casi siempre acostumbramos ir a la alberca, ya que desde chico me ha gustado mucho nadar, y pues nos podemos estar ahí toda la tarde.
Un día, mi padre no pudo ir, porque es doctor y tenía una emergencia en el hospital. Así que fuimos mi madre y mis hermanas, y yo.
Llegamos y yo me metí al baño de hombres y ellas al de mujeres, para enjuagarnos antes de meternos a nadar, llegamos a la alberca y nos metimos, primero, mis hermanas y yo, y como siempre mi madre se quedó en la orilla, diciendo que el agua era muy fría, y simplemente se quedó tomando el sol.
En es entonces mis hermanas y yo aún éramos pequeños, por lo que teníamos prohibido ir a la parte honda de la alberca, y nada mas nadábamos en lo bajito. Mi madre mientras tanto, tomaba el sol con su sombrero tapándole la cara.
Mientras nadábamos pues jugábamos con una pelota y ésta se nos salió del agua y se fue a donde estaba mi madre y cuando la vi observe que su traje era bastante pequeño, y dejaba al aire sus piernas, su vientre y era muy escotado, pero no le di importancia.
Ya me iba a regresar a jugar cuando vi a un señor, sentado en la mesa de atrás de nosotros, que no le quitaba los ojos de encima a mi madre. Era como si quisiera verla a través de su pequeño traje de baño, hacía como que leía su periódico, pero no hacía mas que mirar los senos de mi madre, y sus piernas, y ella cubierta por el sombrero ni cuenta se daba, aunque yo era algo chico, no era tonto e imaginaba los pensamientos del señor.
El señor era bastante grande, casi un anciano, yo diría un anciano deportista, porque a pesar de que se veía bastante canoso, se veía fuerte.
Pasó el tiempo y el señor se veía cada vez más nervioso, hasta que de repente se levantó y se acercó hacia mi madre, cuando iba junto soltó deliberadamente un vaso con agua junto a ella, salpicándola, lo que provocó que ella se levantara de golpe, el señor se disculpó, alegando que había sido un accidente, ella le dijo que no había problema pero el señor estaba muy apenado.
Se quedaron platicando y el señor se sentó junto a ella, no podía escuchar lo que decían pero por lo que veía, era bueno para ligar, porque mi madre sonreía bastante e incluso se veía como se carcajeaba.
De repente ella se volvió a acostar, pensé que lo había despedido, pero me sorprendí al ver como el comenzaba a ponerle bronceador en la espalda, el señor se veía bastante excitado, y le untaba el bronceador en las piernas, ella se volteó y el le empezó a poner en la espalda y en la parte de atrás de las piernas. De repente el señor le desató la parte superior del bikini, pero mi madre se molestó, el señor se disculpó y se pretextó diciendo que era para que no se le marcara en la espalda, ella accedió y se lo quitó. Sus senos se aplastaban contra la toalla, dejando salir una parte.
Cuando acabo, le ató el bikini y se pusieron de pie. Se acercaron a la alberca y se metieron. Iban hacía nosotros pero se siguieron de largo, nadé hacia ellos pero mi madre me dijo que no fuera a lo hondo y se metieron a la parte más profunda.
Cuando llegaron al extremo el señor la acorraló contra la orilla, estaban muy juntos y ella se volteó, por lo que no podía verla de frente, de repente el le desató el bikini de nueva cuenta y le acariciaba la espalda, me salí de la alberca, pero no es posible rodearla, ya que la parte honda queda pegada a las canchas, así que me metí en la cancha y fui hacia los arbustos que colindan con la alberca, cuando logré ver, ví los senos de mi madre, cubiertos con las manos del viejo, que los sobaba con lujuria, el señor estaba pegadísimo al cuerpo de mi madre y se movía y hacían gestos y la apretaba más contra la orilla, el se alejaba de ella para empujarse con más fuerza apretándola fuerte. Mi madre bajó las manos e hizo un movimiento como para ponerse el traje, el señor le amarró la parte de arriba y salieron del agua. La erección del señor era enorme.
Salieron y fueron hacia las canchas de tenis.
Los seguí y se fueron a la cancha más lejana del club, que es de frontón, apenas llegaron fueron a las gradas, donde se besaron, y de inmediato, mi madre se quitó la parte de abajo del traje, el solo se bajó el traje y empezó a cogérsela como perro, ella gemía fuertemente mientras el señor la sacudía, agarrándola de la cintura, la hacía saltar a cada empujón que le daba con su enorme pene, y su cabello se agitaba cuando la bajaba. De repente le sacó el miembro todavía parado y lo colocó un poco más arriba, lo que me sorprendió porque nunca había siquiera oído del sexo anal, el ver que a mi madre le metían el pene por donde caga, me impactó, pero a ella le gustó, porque después de gritar cuando se lo metió de golpe, empezó a gritar que le diera más duro. El señor la tomó de los hombros para llegar más hondo.
Gruñó varias veces hasta que en medio de violentas sacudidas se vino adentro de su culo.
Se vistieron y regresaron a la alberca. Todavía en el camino el señor llevaba su mano dentro del bikini de mi madre, y antes de llegar se despidió, poniéndose de acuerdo para otra clase de tenis. O al menos eso fue lo que nos dijo.
Yo quiero ver esa clase de tenis, y la contaré a ustedes por supuesto
Casi siempre acostumbramos ir a la alberca, ya que desde chico me ha gustado mucho nadar, y pues nos podemos estar ahí toda la tarde.
Un día, mi padre no pudo ir, porque es doctor y tenía una emergencia en el hospital. Así que fuimos mi madre y mis hermanas, y yo.
Llegamos y yo me metí al baño de hombres y ellas al de mujeres, para enjuagarnos antes de meternos a nadar, llegamos a la alberca y nos metimos, primero, mis hermanas y yo, y como siempre mi madre se quedó en la orilla, diciendo que el agua era muy fría, y simplemente se quedó tomando el sol.
En es entonces mis hermanas y yo aún éramos pequeños, por lo que teníamos prohibido ir a la parte honda de la alberca, y nada mas nadábamos en lo bajito. Mi madre mientras tanto, tomaba el sol con su sombrero tapándole la cara.
Mientras nadábamos pues jugábamos con una pelota y ésta se nos salió del agua y se fue a donde estaba mi madre y cuando la vi observe que su traje era bastante pequeño, y dejaba al aire sus piernas, su vientre y era muy escotado, pero no le di importancia.
Ya me iba a regresar a jugar cuando vi a un señor, sentado en la mesa de atrás de nosotros, que no le quitaba los ojos de encima a mi madre. Era como si quisiera verla a través de su pequeño traje de baño, hacía como que leía su periódico, pero no hacía mas que mirar los senos de mi madre, y sus piernas, y ella cubierta por el sombrero ni cuenta se daba, aunque yo era algo chico, no era tonto e imaginaba los pensamientos del señor.
El señor era bastante grande, casi un anciano, yo diría un anciano deportista, porque a pesar de que se veía bastante canoso, se veía fuerte.
Pasó el tiempo y el señor se veía cada vez más nervioso, hasta que de repente se levantó y se acercó hacia mi madre, cuando iba junto soltó deliberadamente un vaso con agua junto a ella, salpicándola, lo que provocó que ella se levantara de golpe, el señor se disculpó, alegando que había sido un accidente, ella le dijo que no había problema pero el señor estaba muy apenado.
Se quedaron platicando y el señor se sentó junto a ella, no podía escuchar lo que decían pero por lo que veía, era bueno para ligar, porque mi madre sonreía bastante e incluso se veía como se carcajeaba.
De repente ella se volvió a acostar, pensé que lo había despedido, pero me sorprendí al ver como el comenzaba a ponerle bronceador en la espalda, el señor se veía bastante excitado, y le untaba el bronceador en las piernas, ella se volteó y el le empezó a poner en la espalda y en la parte de atrás de las piernas. De repente el señor le desató la parte superior del bikini, pero mi madre se molestó, el señor se disculpó y se pretextó diciendo que era para que no se le marcara en la espalda, ella accedió y se lo quitó. Sus senos se aplastaban contra la toalla, dejando salir una parte.
Cuando acabo, le ató el bikini y se pusieron de pie. Se acercaron a la alberca y se metieron. Iban hacía nosotros pero se siguieron de largo, nadé hacia ellos pero mi madre me dijo que no fuera a lo hondo y se metieron a la parte más profunda.
Cuando llegaron al extremo el señor la acorraló contra la orilla, estaban muy juntos y ella se volteó, por lo que no podía verla de frente, de repente el le desató el bikini de nueva cuenta y le acariciaba la espalda, me salí de la alberca, pero no es posible rodearla, ya que la parte honda queda pegada a las canchas, así que me metí en la cancha y fui hacia los arbustos que colindan con la alberca, cuando logré ver, ví los senos de mi madre, cubiertos con las manos del viejo, que los sobaba con lujuria, el señor estaba pegadísimo al cuerpo de mi madre y se movía y hacían gestos y la apretaba más contra la orilla, el se alejaba de ella para empujarse con más fuerza apretándola fuerte. Mi madre bajó las manos e hizo un movimiento como para ponerse el traje, el señor le amarró la parte de arriba y salieron del agua. La erección del señor era enorme.
Salieron y fueron hacia las canchas de tenis.
Los seguí y se fueron a la cancha más lejana del club, que es de frontón, apenas llegaron fueron a las gradas, donde se besaron, y de inmediato, mi madre se quitó la parte de abajo del traje, el solo se bajó el traje y empezó a cogérsela como perro, ella gemía fuertemente mientras el señor la sacudía, agarrándola de la cintura, la hacía saltar a cada empujón que le daba con su enorme pene, y su cabello se agitaba cuando la bajaba. De repente le sacó el miembro todavía parado y lo colocó un poco más arriba, lo que me sorprendió porque nunca había siquiera oído del sexo anal, el ver que a mi madre le metían el pene por donde caga, me impactó, pero a ella le gustó, porque después de gritar cuando se lo metió de golpe, empezó a gritar que le diera más duro. El señor la tomó de los hombros para llegar más hondo.
Gruñó varias veces hasta que en medio de violentas sacudidas se vino adentro de su culo.
Se vistieron y regresaron a la alberca. Todavía en el camino el señor llevaba su mano dentro del bikini de mi madre, y antes de llegar se despidió, poniéndose de acuerdo para otra clase de tenis. O al menos eso fue lo que nos dijo.
Yo quiero ver esa clase de tenis, y la contaré a ustedes por supuesto
1 comentarios - Mi madre y el instructor