Me puse una falda corta y una blusa abotonada al frente e intencionadamente deja una par de botones sin prender.
Me recibió con un beso húmedo en la mejilla y mientras me sirvió una copa me invitó sentarme en el sillón principal del espacioso living con vista al parque trasero.
que sexi estas nuerita me dijo mirándome el escote
Sin moverse de su lugar y sonriendo maliciosamente me dice:
—Sácate la ropa. Quiero ver como lo haces.
—Hazlo que me muero por verte hacerlo y tenerte por fin —murmuró.
Desprendí los botones de la blusa lentamente, él con la vista brillándole no perdía detalle. Bajé el cierre de mi falda y la dejé caer en la alfombra. Quedé en tanga y sujetador.
—Sácate el resto —dijo sin moverse todavía.
Se deshizo de la bata que traía y del bóxer que cubría su abultado miembro. Se acercó y terminó de dejarme desnuda también a mí. Lentamente me recostó en el enorme sillón. Le deje hacer sin oponer resistencia. Había llegado a un punto sin retorno y no dejaba de algo excitarme el ser deseada de esa manera por otro que no fuera mi marido.
Mi marido, últimamente no me buscaba sexualmente y el estar tendida con mi suegro besando mi pelvis, me estaba excitando soberanamente. Mi respiración se agitaba por momentos y él lo percibió inmediatamente.
—Te gusta, putita —me dijo.
Besó mis pechos y chupaba mis pezones con frenesí. Puso frente a mis labios su enorme y rígido pene. Lo excitada que estaba, hizo que le succionara apasionada.
—Así. Me enloquece como lo haces.
Abriendo mis piernas, se ubicó frente a mí y lento, muy lento, me fue penetrando. Yo, estaba tan excitada que mi entrega era total. mi suegro me enloquecía de lujuria y placer.
—No pares. Dios mío, me siento muy caliente. Hazme lo que quieras
Su mete y saca, era sereno y profundo. Mis manos tomaban su espalda y sus nalgas apretando su cuerpo al mío.
—Dios mío. Sigue. Asiii dame más, dame más. —le pedía ya fuera de control.
—¡¡Cómo te deseaba sami ! —gemía en mi oído— Te daré todo cuanto quieras.
La pasión desesperada me nublaba el razonamiento .Él, respondía a mis pedidos y yo a sus deseos. Tuvimos sexo anal
Quedamos tendidos en el sillón, empapados en jugos vaginales, orgasmos y eyaculaciones.
Nos bañamos juntos y antes de vestirnos, nuevamente lo hicimos.
Me recibió con un beso húmedo en la mejilla y mientras me sirvió una copa me invitó sentarme en el sillón principal del espacioso living con vista al parque trasero.
que sexi estas nuerita me dijo mirándome el escote
Sin moverse de su lugar y sonriendo maliciosamente me dice:
—Sácate la ropa. Quiero ver como lo haces.
—Hazlo que me muero por verte hacerlo y tenerte por fin —murmuró.
Desprendí los botones de la blusa lentamente, él con la vista brillándole no perdía detalle. Bajé el cierre de mi falda y la dejé caer en la alfombra. Quedé en tanga y sujetador.
—Sácate el resto —dijo sin moverse todavía.
Se deshizo de la bata que traía y del bóxer que cubría su abultado miembro. Se acercó y terminó de dejarme desnuda también a mí. Lentamente me recostó en el enorme sillón. Le deje hacer sin oponer resistencia. Había llegado a un punto sin retorno y no dejaba de algo excitarme el ser deseada de esa manera por otro que no fuera mi marido.
Mi marido, últimamente no me buscaba sexualmente y el estar tendida con mi suegro besando mi pelvis, me estaba excitando soberanamente. Mi respiración se agitaba por momentos y él lo percibió inmediatamente.
—Te gusta, putita —me dijo.
Besó mis pechos y chupaba mis pezones con frenesí. Puso frente a mis labios su enorme y rígido pene. Lo excitada que estaba, hizo que le succionara apasionada.
—Así. Me enloquece como lo haces.
Abriendo mis piernas, se ubicó frente a mí y lento, muy lento, me fue penetrando. Yo, estaba tan excitada que mi entrega era total. mi suegro me enloquecía de lujuria y placer.
—No pares. Dios mío, me siento muy caliente. Hazme lo que quieras
Su mete y saca, era sereno y profundo. Mis manos tomaban su espalda y sus nalgas apretando su cuerpo al mío.
—Dios mío. Sigue. Asiii dame más, dame más. —le pedía ya fuera de control.
—¡¡Cómo te deseaba sami ! —gemía en mi oído— Te daré todo cuanto quieras.
La pasión desesperada me nublaba el razonamiento .Él, respondía a mis pedidos y yo a sus deseos. Tuvimos sexo anal
Quedamos tendidos en el sillón, empapados en jugos vaginales, orgasmos y eyaculaciones.
Nos bañamos juntos y antes de vestirnos, nuevamente lo hicimos.
6 comentarios - visitando a mi suegro
http://www.poringa.net/posts/gif/3655318/Entregan-la-cola-sin-problema.html?notification#comment-179500
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