Al terminar de decir esto se dejo caer poco a poco. Era mi primera enculada y no me quise perder detalle, ella estaba con los ojos cerrados su cara tenia una mueca de dolor y mucho placer. Noté cuando mi glande venció la resistencia de su esfínter su boca se abrió en un gesto de gustazo y sentí como poco a poco su culo engulló toda mi polla.
—Jo…der cariño, es que es una pasada la polla que tienes, la noto en el estómago.
Subió un poco hasta casi sacarla y metió sus dedos en mi boca.
—Chúpalos muy bien mi amor, llénalos de saliba.
Eso hice, al poco los saco y embadurnó bien mi polla con mi saliba dejándose caer de nuevo y emitiendo un gemido gutural. Me miró herida de placer y empezó a cabalgarme de nuevo, mi mano fue en busca de su coñito y mis dedos encontraron su clítoris. La volví loca, aullaba como una perra mientras botaba sobre mi polla, noté como mi orgasmo crecía dentro de mí, ya no se podía parar había aguantado mucho y el solo hecho de saber que me estaba follando ese culito era lo más morboso que había sentido.
—No…Noelia… no aguanto mucho más…ufffff…me…me voy a correr.
—Dámelo mi amor, córrete y regálame otro orgasmo gimió Noelia.
Vi como sus muslos temblaban y exploté en sus intestinos llenándolos de leche.
—Noeliaaaaa…me corroooooo…
—Siiiiiii mi vidaaa…damelooooo lléname de lecheeeeee
Mi prima tuvo un orgasmo brutal que no terminaba. Literalmente estaba estrangulando mi polla con su esfínter pero el placer era enorme, creo que nunca me había corrido de esa manera, mi polla parecía una manguera que no dejaba de llenar su culito con mi corrida, de su coño salían fluidos que empaparon mi tripa y mis huevos y mancharon la tapicería, pero me dio exactamente igual.
Nos quedamos abrazados durante un buen rato, mimándonos, besándonos mientras recuperábamos nuestra respiración. Noelia me miraba con un brillo especial en sus ojos, mientras hacia que la abrazase para darle calor, estaba muy a gusto con ella y creo que ella conmigo también, pero presentía que nos tendríamos que ir, vi como miraba mi teléfono móvil y hacia un mohín de fastidio.
—Cielo, nos tenemos que ir, son cerca de las cuatro de la mañana y tienes tres llamadas perdidas de casa que imagino serán de mi madre.
Me dio un morreo que me dejo temblando y sin aire. Mi polla estaba otra vez pétrea, mi prima la agarró y la pajeó amorosamente. Nos vestimos en silencio y limpié los cristales empañados de nuestra transpiración. Cuando iniciamos la marcha hacia casa, Noelia apoyo su cabeza amorosamente en mi hombro mientras besaba mi mejilla.
—Vaya tela, pensé, hace una semana que están aquí y ya me he follado a mi tía y a mi prima Noelia ¿y ahora que va a pasar? ¿También me follaré a mi primita Alba?.
La idea no me desagrado en absoluto, mi prima Alba cada día me parecía mas guapa y más apetecible, además su manera de ser, cariñosa, dulce y algo infantil me ponía a cien.
—Luismi, dijo mi prima, no quiero enamoramientos ni exclusividades. Quiero que esto quede claro, hemos follado y ha sido fantástico, no me arrepiento en absoluto y te aseguro que habrá muchas mas veces. Así que no te enamores de mi y no lo fastidies…¿vale?
—Lo tengo claro Noelia, no entra en mis planes enamorarme de mi prima, pero eso también va por ti…no te enamores de mí.
—Jajajajaja, rió mi prima, cariño, soy muy golfa y me encanta follar, utilizo a los hombres para lo que quiero y luego los dejo tirados.
Noelia volvió a apoyar su cabeza en mi hombro y lo besó acariciando mi brazo. Sus palabras no se correspondían con sus actos, aunque lo que me ha dicho ya lo adivinaba en su forma de ser, fría, sin corazón, manipuladora y egoísta. Bueno, mientras quiera follarme la dejaré, que tontería, a quien le amarga un dulce.
Antes de llegar a casa me hizo parar el coche y nos dimos un morreo largo que nos dejó excitados otra vez. Sabia lo que me había dicho mi prima pero su mirada sus gestos, parecían que decían todo lo contrario.
—Me gustaría pasar la noche contigo, dijo mi prima, pero se que eso es imposible, así que me quería despedir de ti como te mereces y darte un beso de buenas noches.
Acarició mi polla por encima de la ropa mientras gemía en mi boca. Mi mano se coló entre sus piernas y alcance su ya inundado coñito, aparté la braguita y metí un dedo en su vagina.
—Para Luismi, para, no sigas…ufffffff…te follaba otra vez.
Noelia sacó mi mano de entre sus piernas y adecentó su vestimenta, arranqué de nuevo y al poco entrabamos en casa. Todo estaba en silencio, subimos a nuestras habitaciones y cuando entre en la mía tuve que masturbarme, mi prima me había dejado al rojo vivo. Cuando terminé me fui al cuarto de baño a lavarme los dientes y a asearme la polla, todavía tenia restos de heces, de cuando follé el culo de mi primita, solo el hecho de recordarlo de nuevo hizo que me volviese a empalmar como un animal, era mi primera enculada a una mujer y no la olvidaría en mi vida.
No se muy bien a que hora me dormí, pero algo me despertó. Algo agradable que hacia que mi polla se irguiese dura, desafiante. Cuando abrí los ojos y enfoqué lo que veía casi me corro, un coño imberbe, rosadito y abierto lo tenia frente a mis ojos, un culo perfecto con un anito que llamaba a ser lamido se abría y se cerraba ante mis ojos y sobre todo esa sensación de calidez cuando te hacen una buena mamada. Sabia que era Noelia, mi tía trabajaba y Alba no creo que se lanzase de esa manera, además el esfínter de mi tía lo conocía y no era ese.
Hundí mi cara en ese paraíso y me dedique a lamer y chupar desde su clítoris hasta su anito, me agarraba a los cachetes de su culo, para abrirlos y meter mi lengua por todos sus recovecos. Olía a gel de baño, a recién duchada y eso me excitó aún más.
—Noelia…Noelia…paraaa, esto es una locura y tu hermana nos puede descubrir.
—No mi amor, tu madre ha salido temprano, Alba se ha ido con mi madre al centro comercial y nos llamará para ir a buscarla…estamos solos cielo, vamos a follar como dios manda.
Me abandoné a ella, hundí mi cara entre sus piernas hasta que oí como gritaba su orgasmo. Creo que ella juiciosamente me mantuvo al límite porque quería mi polla en su interior y así fue. Cuando se recuperó de su orgasmo se puso a horcadas sobre mi polla y la apuntó a su coñito dejándose caer con cara de placer.
—Diooooos mi amor, como necesitaba sentirte otra vez, gemía Noelia. Esta noche no he podido dormir bien pensando en ti y en tu preciosa polla.
Mi prima subía y bajaba sobre mi balano, dándose y dándome placer. Ponía sus tetas al alcancé de mi boca y no dude en apoderarme de ellas y lamer y chupar sus pezones hasta ponerlos duros como diamantes. Mis manos se fueron a su prefecto culo, lo amasé y profané su anito con mis dedos mientras la atraía hacia mi haciendo más profunda la penetración.
—Ahhhhhhhh…cariño me encanta como me follas. Vamos dame fuerte revienta a la zorra de tu primita.
Empecé a mover mis caderas follandola con fuerza. Me encantaba ver la cara de placer de mi prima cuando le clavaba mi verga hasta el fondo, notaba como mi polla abría ese coñito sin problemas y sentía su lubricación escurriéndose por mis huevos. Note cuando empezó a correrse, como apretaban los músculos de su vagina sobre mi polla, dios, era delicioso sentir ese coñito apretado intentando aferrarse a mí para no dejarme escapar y mi orgasmo estalló empezando a lanzar latigazos de semen en su interior.
Noelia cayó sobre mi agotada, sus temblores cesaron poco a poco, mientras la mimaba, besaba y acariciaba para que se relajase. Cuando me quise dar cuenta vi como se había dormido sobre mi con mi polla aún metida en su interior. Estaba a gusto así con ella, eché el edredón por encima nuestra y la abracé, quedándonos dormidos de semejante manera.
No sé si habían pasado cuatro minutos o cuarenta, unos labios me besaban delicadamente y su lengua volaba sobre los míos. Sus manos me acariciaban y al abrir los ojos vi la preciosa cara de mi prima mirándome risueña.
—Nunca me había pasado esto, quedarme dormida encima de mi amante después del orgasmo, pero es que contigo estoy tan a gusto.
Mi polla seguía en su interior, seguía dura como el mejor acero y las caderas de mi prima se movían lentamente. La piel de su vagina era puro fuego y su lubricación y mi corrida seguía cayendo por mis huevos. Miré a mi prima con cariño, tenia su cara colorada y una sonrisilla traviesa, pero unos de mis sueños con ella era ponerla a cuatro y follarme sus dos agujeritos. La levanté saliéndome de ella y puso cara de disgusto pero que cabio enseguida.
—Ponte en cuatro mi vida te voy a reventar el coño y ese culo que me vuelve loco.
—Mi cuerpo es tuyo, decía mi prima excitada, follatelo.
Noelia hundió sus riñones y pego su pecho y su cara al colchón, esto dejo su coñito y su anito expuestos para mí, la visión era de lo mas morbosa y mi polla se metió de tirón en el coño de mi prima hasta que hizo tope en algún lugar de su matriz, ella alzo la cabeza gimiendo me miro boqueando como un pez, agarré su melena y tiré fuertemente de ella y gimió aún más fuerte arqueando su cuerpo de manera sensual.
—Follame fuerte mi amor…eso es…fóllate a tu zorra, a tu puta…diooooos…amo tu polla, más fuerte maaaas.
Mi prima estaba fuera de sí. Solté su melena y me agarré a sus nalgas, mis dedos se hundían en su carne aferrándome a ella para que mis embestidas fueran mas profundas, era excitante ver como mi verga desparecía en su interior hasta que mis huevos golpeaban su clítoris. Su esfínter se abría y se cerraba reclamando mi atención, ensalivé mi dedo gordo y se lo clavé hasta el final, mi prima gimoteaba, gritaba, parecía una fiera herida. Sabia que su orgasmo se acercaba así que lo alargué un poco más, o eso creí por que a continuación saqué mi polla de su coñito y se la metí por el culo sin preguntarle y sin parar hasta que mis huevos golpearon su perineo.
—Cabrooon…que dolor más ricoooo…sigueeee…sigueeeeeeeeee.
Yo estaba ya al límite de aguante, pensé que después de la corrida aguantaría mucho más, pero ver como mi polla desparecía en el perfecto culo de mi prima era morboso y excitante y hacía que mi orgasmo creciese imparable y más aún cuando noté como la mano de mi prima se metía entre sus piernas para acariciar su clítoris y mis huevos. Miré al techo intentando acordarme de fórmulas matemáticas y así aguantar más, pero eran tantas las sensaciones que llegaban por mis sentidos que era imposible.
—Mi amor…me corroooooooooo…me corrooooooo, gritó mi prima. Te quierooo…no me dejes nuncaaaaa.
Mi polla empezó a llenar sus intestinos de leche hirviente, que mi prima acogió con otro grito de placer. Sus caderas se movían a una velocidad endiablada haciendo que mi polla entrase y saliese de ella provocándonos un orgasmo largo y brutal que nos dejo agotados y sudorosos. Mi prima cayó boca abajo haciendo que saliese mi polla de su interior y yo me tumbe a su lado boca arriba. Ella me miró agradecida y se puso encima de mi comiéndome a besos, la abrace y busqué su boca dándonos un beso largo, húmedo y lleno de deseo.
—¿Me quieres? Pregunté extrañado.
Noelia se echo a reír y me miró con esos ojazos color miel que me embrujaban.
—Te quiero, afirmó, claro que te quiero. ¿Y tú a mí?
—Mucho mi vida, mas de lo que puedas imaginar. Pero…tu dijiste que nada de enamoramientos.
—A ver mi amor, dijo mi prima con cariño, yo te quiero, pero no te amo, no estoy enamorada de ti, eso es algo que debes de diferenciar…aunque…a la mierda con lo que dije, lo que tenga que ocurrir, ocurrirá.
Esto ultimo lo dijo abrazándose a mi y apoyando su cabecita entre mi hombro y mi cuello. Nos estuvimos acariciando durante interminables minutos y según lo veía desde mi punto de vista es esos gestos había mucho amor. Pensé en mi tía, en mi verdadero amor. A ella si que la amaba, estaba perdidamente enamorado de ella aun sabiendo que era un imposible, seria más fácil que Noelia y yo terminásemos juntos, antes de que mi tía y yo pudiésemos compartir nuestra vida.
Los dos estábamos muy a gusto sintiéndonos, y de seguro que nos gustaría quedarnos así toda la mañana pero había que ponerse en marcha, mire la hora y eran las 11.30, de seguro mi tía llamaría de un momento a otro.
—Me tengo que duchar Noelia, huelo a tigre y tu madre llamará en el momento menos pensado.
Oí como mi prima aspiraba mi aroma abrazándose a mi y frotando su cuerpo con el mío lascivamente.
—Mi vida hueles muy bien, hueles a hombre y eso me pone cachonda, ¿me puedo duchar contigo?
Yo solo sonreí, me levanté y la cargué en brazos llevándola hacia la ducha.
—Como me sigas tratando así, va a ser inevitable que me enamore de ti, dijo riéndose.
Duchándonos nos volvió a entrar el calentón y follamos de nuevo, llenado su coñito de la poca leche que ya salía de mis huevos, pero que nos hizo tener un orgasmo muy placentero. Al poco rato ya vestidos estábamos en la cocina desayunado entre miradas de cariño cuando sonó el teléfono. Era mi tía para pedirnos si podíamos ir a por mi prima Alba, ya había terminado lo que tenia que hacer. Su voz sonaba seca, fría, cortante y eso me puso de mal humor. De la misma manera fría, seca y cortante, la respondí y la colgué el teléfono sin dejarla decir nada más. Era imperativo, que hablase con mi tía y aclarase lo que estaba ocurriendo. Esa tarde iría a por ella al trabajo y hablaríamos…o eso esperaba.
Hasta cuando fuimos a recoger a Alba, mi prima nos comentó que no sabia lo que le pasaba a su madre que estaba muy rara. Sin salir del centro comercial, invité a mis primas a un Burger y así comeríamos, no nos apetecía ponernos a hacer comidas y cuando llegásemos a casa yo por lo menos podría descansar, estaba algo cansado.
Esa tarde dejé en casa a mis primas y me fui a buscar a mi tía al trabajo. Salía a las nueve de la noche, y dependiendo como fuese la cosa la llevaría a cenar, aunque no las tenia todas conmigo. Entre en la tienda cuando estaban a punto de cerrar y una preciosa morena de ojos verdes y un cuerpo de infarto se acercó a mi con cara de pocos amigos imaginando que era un cliente intentando comprar un regalo de última hora.
—Buenas noches señor, ¿en que puedo ayudarle? Dijo solícita la morena.
—Hola, no en nada, solo vengo a buscar a mi tía Paula, soy su sobrino.
—¡¡¿Eres Luismi?!! Exclamó la morena con una gran sonrisa. Yo soy Olga, tu tía habla mucho de ti. ¡¡PAULAAAA!! Voceo la morena, MIRA QUIEN HA VENIDO A BUSCARTE.
Mi tía apareció por una especie de pasillito donde estaban los probadores. Cuando me vio se sorprendió mucho, pero esbozó una sonrisa de compromiso y vino a saludarme dándome un beso en la mejilla.
—¿A que se debe esta sorpresa? Preguntó mi tía algo nerviosa.
—Pues mira, estaba en casa y me dije que por que no venia a buscarte y si te apetece invitarte a cenar. Necesitas distraerte y creo que esta es una noche perfecta. ¿Te apetece?
—¡¡AYYY!! Pero que cielo por dios, dijo Olga con una mano en su pecho, es un amor de niño, ojala mi novio tuviese estos detalles.
—Ya te he dicho que dejes a ese patán mujeriego y te enamores de alguien que merezca la pena y te corresponda como te mereces, eres muy buena chica. Le comentó mi tía.
Olga era una joven de metro sesenta, pero con un cuerpo muy cuidado. Tenia buenas tetas y un culo que pedía ser follado cientos de veces, era imposible no fijarse en semejante mujer.
—Es complicado Paula dijo Olga con algo de tristeza, además mira, hablando del rey de Roma, ahí esta mi novio esperándome. ¿De verdad no te importa quedarte y cerrar tu? Preguntó a mi tía.
—En absoluto cariño, anda ve y diviértete.
Olga cogió sus cosas y se despidió de nosotros con un beso. Mentiría si dijese que no me gustó, esa mujer me encantó pero estaba ahí por mi tía, mi amor platónico. Fue hacia un cuadro de interruptores y accionó unos cuantos apagando las luces de la tienda. Luego pulsó un interruptor y bajó el cierre exterior, dejando la tienda cerrada cara al público.
—Te agradezco que hayas venido a buscarme, pero prometí a Olga que yo daría entrada al pedido que ha venido hoy. Lo siento pero todavía no puedo salir.
—Bueno Paula, estoy aquí y puedo ayudarte, si me dices lo que hacer lo hare encantado.
Vi como me miraba mi tía y como sus ojos se iban humedeciendo, su mentón temblaba sin control y sus ojos no pudieron retener la avalancha de lagrimas que se desató a continuación mientras de su boca salían reproches sin sentido y entre hipidos me decía que había jugado con ella.
—No entiendo por que te has portado así conmigo, decía con congoja, yo te quiero y tu en cambio me has tratado con frialdad, como si no existiese. Conseguiste follarte a tu tía y ahora ya no tiene sentido quererla ¿no?
Aunque estaba molesto con sus reproches y sus acusaciones me estaba rompiendo el alma verla así de triste. Me limité a abrazarla y llenar su cara de besos. Ella se abrazó a mi y continuó llorando en mi pecho hasta que levantó su cabeza y me miró a los ojos. Nuestros labios se fueron acercando y nos fundimos en un beso lleno de amor y de cariño, nuestras lenguas se enredaron entre ellas y hasta que no nos faltó el aire no nos separamos.
—¿Estas mas tranquila mi amor? Pregunté con cariño.
Ella asintió con la cabeza mientras yo limpiaba sus lágrimas y besaba sus parpados.
—Paula, yo no he jugado contigo y si me he portado fríamente es porque tu después de lo del domingo pasado te mostraste fría y distante. Quizás no te darías cuenta pero es que ni me mirabas a la cara.
—Lo hacia para que nadie se diese cuenta de que estaba loca por ti, deseaba en todo momento abrazarte y besarte.
—Pues lo hiciste fatal, porque mi madre se dio cuenta enseguida y me preguntó si habíamos discutido. Sabía que teníamos que hablar, así que después de tu frialdad esta mañana al teléfono decidí venir hoy a buscarte y aclarar todo esto.
Volvimos a besarnos, su pasión y su cariño me tenían en una nube, pero mi polla iba por libre y no entendía que ese momento era especial. Aunque Noelia me había dejado seco por la mañana, mi verga se pego al pubis de mi tía que lo noto y emitió un gemidito muy sensual.
—Entonces ¿La he fastidiado con mi actitud? Dijo susurrando.
—Paula, tu siempre desde que tengo uso de razón has sido muy cariñosa y muy cercana conmigo. Siempre dándome cariño, besos, abrazándome. Eso es a lo que nos tienes acostumbrados a todos los que nos rodean y lo ven como algo normal. Lo raro, lo anormal ha sido tu actitud de esta semana.
—Bueno me tendré que acostumbrar, espero que no se me note que estoy coladita por mi sobrino. Anda vamos a dar entrada a el pedido que luego quiero enseñarte algo.
No me costó nada el entender lo que tenia que hacer. Mientras mi tía abría cajas y sacaba su contenido, me iba diciendo el código de la prenda y la talla y yo lo metía en la base de datos. Tardamos poco menos de una hora y entre los dos doblamos las cajas de cartón y lo fui a llevar al reciclado. Cuando llegue mi tía no estaba en el despacho donde habíamos estado trabajando y la llamé.
—Estoy en al baño, me dijo, ahora salgo.
Me senté en el sillón que había en el despacho y ojeé una revista de lencería que me volvió a poner palote al ver las modelos con unas prendas de ensueño. Tangas, culotts, ligueros, medias, corpiños, sujetadores, todos preciosos y sobre cuerpos que eran una pasada, vi cómo se abría la puerta y un ángel apareció ante ella. Mi tía aparecía solo con un conjunto de lencería blanco que era increíble, el sujetador realzaba sus ya de por si grandes tetas, un tanga de encaje cubría mínimamente su sexo y el conjunto lo remataba un liguero, medias blancas y unos zapatos de tacón blancos que estilizaban sus piernas y le hacían un culito precioso. Su pelo lo llevaba suelto cayendo por su espalda sensualmente, giró sobre si misma y vino hacia mí con cara traviesa.
—Esto lo tenia reservado para ti, me hubiese gustado enseñártelo en otro sitio mas confortable, pero dado lo mal que lo tenemos para poder tener intimidad, creo que este es un buen momento.
Estaba alucinado de tener a semejante mujer frente a mí, mi polla ya dolía dentro de mis pantalones y esto solo era el principio. Mi tía me puso en pie y me beso con deseo mientras desabrochaba mis pantalones y metía su mano dentro de mi ropa interior apoderándose de mi polla.
—Ahhhhh mi amor, no te imaginas lo que deseaba sentirla de nuevo otra vez, tocar su dureza.
Mis manos recorrían su cuerpo y se apoderaban de su culo atrayéndola hacia mí. Nos besábamos como desesperados y me agaché para poder quitarle su tanga. Su olor me inundaba, era el olor del deseo, cuando tuve su coñito desnudo pase mi lengua a lo largo arrancando un gemido de mi tía.
—Cariño desnúdate, rogó mi tía, no podemos estar aquí pero necesito que me folles, necesito sentirte de nuevo dentro de mí.
Follamos como animales, mi tía sacaba lo mejor de mí, y era gelatina entre sus brazos. Se tumbó sobre la moqueta de ese despacho y se abrió de piernas para mi dejándome ver ese coño perfecto que tenía, brillante, lleno de jugos que salían de su interior. Follamos a lo misionero, y según penetré a mi tía se aferró a mi con brazos y piernas hasta que los dos estallamos en un orgasmo largo que nos dejó con ganas de más. No dejamos de besarnos y darnos cariño, pero estar allí ya empezaba a ser peligroso y nos teníamos que ir.
—Odio decirte esto mi amor, pero nos tenemos que vestir ya. Empiezo a estar algo asustada de que pueda venir alguien, se supone que cuando ponga la alarma mi jefa recibe un aviso en su móvil y es ya muy tarde, debía de haber terminado hace tiempo.
Nos vestimos rápidamente y al poco veía a mi tía suspirar de alivio al activar la alarma del local. Estaba guapísima, me miro sugerente y se acercó a mi seductoramente con una gran sonrisa en su cara.
—Y bien caballero ¿Qué te apetecería hacer ahora?
—Irnos a un hotel y no dormir en toda la noche. Me quiero aprender tu cuerpo de memoria. La dije enfebrecido.
Mi tía me miró con amor mientras se mordía su labio inferior en un gesto de deseo.
—Algún día Luismi, algún día lo podremos hacer te lo prometo.
Solo la sonreí y sin importarme si nos veía alguien o no, agarre su mano y nos fuimos al parking a por mi coche. Esa noche la invité a cenar a un restaurante que conocía muy romántico y luego la llevé a tomar una copa. Poco antes de la una de la mañana me dijo que estaba cansada y que nos fuésemos a casa, lo entendía, llevaba desde las diez de la mañana sin parar y sabiendo que al día siguiente era domingo dormiría a pierna suelta hasta tarde.
Pero me equivoqué, nos montamos en el coche y ella amorosamente se apoyó en mi hombro mientras su mano subía por mi pierna peligrosamente hasta posarse en mi ya crecida polla.
—Paula, como sigas así, paro en el primer sitio y te violo. Dije jadeando de excitación.
—Bueno, dijo seductora, si coopero, no será una violación…¿verdad?
No se si iba mas pendiente de la carretera o de la mano de mi tía sobándome a conciencia la polla. Algo distrajo su atención sobre mi anatomía y con un claro «¡¡METETE POR AQUÍ!!» hizo que girase y me metiese en una calle mínimamente iluminada, me hizo parar el coche en el punto donde ella me dijo y mirando hacia todos los lados quitó las llaves del contacto y se lanzó a besarme con desesperación. Con premura me bajó los pantalones y mi ropa interior, mientras me besaba y acariciaba mi polla con gula, remangó su falda a la cintura y vi que ni llevaba ropa interior.
—Me encanta, dije vicioso, vas sin bragas.
—Desde que hemos salido de la tienda te necesitaba dentro de mi otra vez, dijo echándose a reír. A mis 43 años y follando en un coche como cuando era adolescente, me encanta.
Mi tía echo su asiento todo lo que pudo hacia la parte trasera y abatió su respaldo. Me pidió que me sentase en su asiento. Fue un momento muy divertido por lo estrecho del habitáculo, y mis pantalones impidiéndome moverme con libertad. Ella intentaba hacerme sitio pero éramos dos personas adultas y el coche no daba mas de sí. Fui practico, además estaba ansioso por dejar que esa mujer increíble hiciese de mi lo que gustase. Me bajé del coche, lo rodeé y abriendo la puerta del copiloto me fui a sentar pero antes me despojé de mi pantalón y mi ropa interior.
Antes de sentarme mi tía agarro mi polla y me dio un par de profundas mamadas que casi hacen que me corriese en su boca, pero se que ella quería otra cosa, hizo que me sentase y poniéndose a horcajadas sobre mí, se fue metiendo mi verga poco a poco hasta que su coñito se la tragó toda.
—Ahhhhh mi vida, gimió mi tía, nunca me cansaré de sentir la sensación de tu polla abriéndome por dentro, sintiéndola donde nunca antes había sentido nada.
La vagina de mi tía ardía, tenia un calor y una suavidad que haría perder la cabeza a cualquier hombre que estuviese en mi situación. Por suerte llevaba 24 horas follando, primero con mi prima Noelia y ahora con su madre, mis huevos estaban prácticamente secos y la sensibilidad en mi polla había casi desaparecido dejando paso a un ligero dolorcillo debido a la irritación. Mis manos agarraron ese culo perfecto y lo empecé a sobar y a amasar sin contemplaciones, pasando mis dedos por su anito, que agradecía mis caricias.
—Mi amoooor que ricoooo…no pares de follarme, no lo dejes de hacer nuncaaaaa.
Mi polla entraba y salía de ella con un ritmo constante, nuestras bocas se buscaban con desesperación besándonos, Mi tía se levantó la camiseta que llevaba y dejo sus grandes tetas en mi boca que las devoraron y chuparon hasta que sus pezones se pusieron duros como el diamante. Note su respiración agitada y su cuerpo que empezaba a temblar presa del inminente orgasmo que se gestaba en su interior.
—Me corrooooo…mi vida me corrooooo, gimió mi tía en mi oído.
Noté sus convulsiones, como su vagina se aferraba a mi polla para no dejarla escapar. Sentí como su corrida bajaba por mis huevos humedeciéndolos, aproveche y empape mis dedos para seguidamente meterle un dedo en el culo. Noté su resistencia pero también como seguidamente gemía aun mas fuerte y empezaba a correrse de nuevo sin haber terminado su orgasmo anterior.
—Que me haceees malvado…diooooos no puedo dejar de corrermeee…maaas mi amor…maaas.
La follé con desesperación, con fuerza, mi aguante era excepcional y estaba llevando al amor de mi vida al olimpo de los placeres, pero todo tiene un límite y aunque estaba mas seco que la cecina mi orgasmo estalló en su interior como un volcán.
—Paulaaaa me corrooooo…te amoooo.
Cuando terminé de correrme, abracé a mi tía con fuerza mientras buscaba su boca y nos besábamos con amor. Seguía notando palpitar su coño sobre mi polla y la humedad de sus corridas bajando ya por mi culo. En ese momento fui consciente que había dicho a mi tía que la amaba y no sé qué consecuencias traería, mi tía era bastante vulnerable debido a su situación y no se como se lo tomaría. Dejamos de besarnos y vi como separándose de mi miraba a mis ojos con la poca luz que había del exterior
—¿Me amas? ¿Sabes lo que significa eso? Preguntó en un susurro, mirándome asustada.
—Lo se perfectamente Paula, dije con temor, se que eres mi tía, pero no puedo evitar quererte, amarte mas que a mi vida.
Mi tía apoyó su cabeza en mi hombro y permaneció así, con mi polla en su interior, un buen rato. Mis manos acariciaban desde su cabeza hasta su culo, mientras mis labios besaban su cabeza e intentaba transmitirle amor y cariño, pero su silencio me estaba matando aunque no rechazaba mis caricias. Se irguió, me miro seria y me dio un pico en los labios.
—Anda cariño, vamos a vestirnos, es tarde.
Se que quiso parecer cariñosa, que lo que le había dicho no significaba nada, pero mis sentidos todo mi cuerpo era receptor de las sensaciones que recibía de la mujer que había amado desde hacía años y esa reacción por parte de ella no me gustaba.
Nos vestimos en silencio y me dispuse a limpiar los cristales empañados por nuestra pasión desmedida. No cruzamos una palabra. Inicié la marcha y cuando llegamos a casa, nos bajamos en silencio y cuando entramos solo Noelia estaba despierta y enseguida vino a saludarnos. Notaba a mi tía sin ganas de hablar y con cariño se despidió de nosotros y se fue a su habitación.
—¿Qué le pasa a mi madre? La noto muy extraña. Preguntó Noelia.
—Esta jodida, dije pensando en lo que habíamos hecho. Tu madre no logra superar lo que ha pasado ni lo que esta pasando. Esta preocupada por vosotras y eso no la deja vivir tranquila.
—Bueno, dijo Noelia con tranquilidad, solo el tiempo será el que nos vaya ayudando a olvidar, de momento todo esta muy reciente y como te dije nuestra vida tal como la conocíamos ha dado un giro de 180° ahora solo tenemos que mirar al frente y seguir adelante, la vida no se acaba aquí.
—¡¡¿PERDONA?!!, Enfaticé con ironía, ¿Dónde esta mi prima Noelia? ¿Qué has hecho con ella? Nunca hablaría de esa manera.
Mi prima se echó a reír y se abrazó a mi dándome un morreo que me dejo sin aire.
—Por que esta mi madre y mi hermana que si no te subía a mi habitación y te follaba hasta dejarte seco, dijo mi prima con lascivia.
Agradecí a los dioses que esas dos mujeres estuviesen en casa, si no creo no haber aguantado otra sesión de sexo con mi prima, mi polla me dolía y de verdad que mis huevos parecían dos ciruelas pasas…estaban secos.
Nos despedimos y yo me fui a dormir, realmente me hacia falta. Me costó dormirme pensando en mi tía y adivinando que la había fastidiado al decirle que la amaba, pero no pensaba pedirla disculpas por algo que era verdad. No sabia que hora era cuando noté como alguien se metía en mi cama y me abrazaba, pensé que era mi prima Noelia y me iba a enfadar con ella, pero cuando me di la vuelta y encendí la luz de mi mesilla me encontré con mi tía. Ella solo puso un dedo sobre mis labios
—Dímelo otra vez mi amor, necesito oírlo de nuevo. Rogó mi tía en un susurro.
Sabia a lo que se refería mi tía y se lo diría una y mil veces si hacia falta. Besé sus labios y acaricie su cara, sus ojos tenían un brillo especial que deslumbraba.
—Te amo Paula, te amo con toda mi alma.
Mi tía me besó con cariño, en un beso dulce lleno de ternura, se abrazó a mí con fuerza dejándome notar su cuerpo fundido con el mío.
—Yo también te amo mi niño, he querido negarlo, pero es un sentimiento que no puedo explicar, solo se que estar lejos de ti es un martirio y que necesitaría verte y estar contigo a todas horas. Esto es una locura, continuo mi tía, estamos locos los dos, tengo 43 años y tu solo 20, pero no quiero dejar de sentir lo que estoy sintiendo contigo. De alguna forma me he ido enamorando de ti poco a poco, cuando pasabais los veranos con nosotros o nos veíamos en navidades. Era algo que no podía evitar.
—Bueno Paula, puestos a sincerarnos yo llevo enamorado de ti desde que inicie mi pubertad. Creo que no te haces una idea de lo que sentía cuando te tenia cerca, o me abrazabas contra tu pecho o me llenabas de besos. Y ahora no quiero que esto acabe, de hecho si hace falta nos fugamos.
Mi tía se echó a reír por lo bajo, se abrazó a mí y así estuvimos unos minutos. Todo me gustaba de esa mujer, su aroma, su cuerpo, su ternura, su cariño, el tono de su voz…todo.
—Me gustaría quedarme contigo y despertarme viendo tu preciosa carita mi amor, pero esto que he hecho es una temeridad y debemos de ir con mucho cuidado.
Mi tía me dio un beso lleno de cariño y se levantó mostrándome su cuerpo solo cubierto por una camiseta y unas braguitas muy sexys. Se dirigió hacia la puerta moviendo ese culito que me volvía loco de deseo, cuando llegó a la puerta, se giró y me lanzó un beso.
—Apaga la luz mi amor, susurró.
Apagué la luz de mi mesilla y sigilosamente salió de mi habitación. Me dormí feliz, feliz por que mi amada se había sincerado conmigo y aunque estaba de acuerdo con ella, que esto era una locura lo mirases por donde lo mirases, no deseaba que acabara. Solo hacia una semana que estaban viviendo con nosotros y aparte de confesar mi amor por mi tía, había follado mas que en los últimos tres años. Si esto seguía así creo que no daría abasto.
El primer mes pasó rápidamente y parece ser que todo se tranquilizó mucho. El tiempo queramos o no va menguando el sufrimiento de las personas aunque no desparezca del todo. A mi tía la veía feliz dentro de su desgracia. Nuestros encuentros se hicieron más febriles y buscábamos cualquier momento para amarnos y follar como desesperados. Con Noelia follé unas cuantas veces más, pero era la que mas me preocupaba, siempre metida en casa y sin saber que hacer con su vida. Y Alba, Alba iba por libre, en el instituto había hecho su grupo de amigos y salían de vez en cuando aparte que se dedicaba a estudiar de forma obsesiva bajo mi parecer, pero ella era feliz de esa manera.
Fue poco antes del verano. Como os he comentado iba dos veces por semana al gimnasio, ya era un cliente conocido ya que llevaba cuatro años yendo regularmente. Conocía a la gente, conocía al dueño y casi conocía los entresijos que se cocían allí, aunque yo no me metiese en ellos.
Un día estando en una de las maquinas oí como el dueño comentaba a uno de los asiduos al gimnasio que estaba jodido por que el monitor de spinning dejaba ese trabajo y se quedaba sin clase para los que estaban apuntados a ella.
—Veras como empiezan a pedirme el dinero por no recibir las clases y pierdo a un montón de gente…esto va a ser mi ruina.
Enseguida pensé en mi prima Noelia. Si conseguía que el dueño se interesase, seria una manera de que ocupase su tiempo, se distrajese y que ganase algún dinero para sus vicios.
—Perdonad, dije interrumpiendo su conversación. No he podido evitar escuchar lo que comentabas, dije al dueño, y creo que tengo a la persona que necesitas.
Le hable de Noelia y de que ya había hecho suplencias en gimnasios. Aunque un poco reticente al tratarse de una chica tan joven, me dijo que quería conocerla y ver sus aptitudes, así que quedamos en ir al día siguiente. Cuando llegué a casa y se lo comenté a Noelia se mostró entusiasmada por la oportunidad que tenía y me aseguro que la iba a aprovechar y no me defraudaría.
Al día siguiente me presente con mi prima Noelia en el gimnasio y se que al dueño le gustó por el repaso que la dio, pero es que mi prima estaba tremenda, estuvieron charlando un buen rato y de repente se lo soltó sin más.
—Bien Noelia, reconozco que me has sorprendido y quiero ver de lo que eres capaz, ¿Te sientes preparada para dar una clase de spinning ahora?
—Por supuesto que sí, respondió sin dudar, lo malo es que no llevo la ropa adecuada.
—Eso no es problema, dijo el dueño, yo te proporciono la ropa.
A los quince minutos, salía mi prima de los vestuarios con mallas, sujetador deportivo, y zapatillas. Estaba buenisima y el dueño al verla babeó, lo mismo que muchos de los chicos que había en ese momento, se fue directa a la clase de spinning y sin dudarlo se puso el micro, se presentó y poniendo música, empezó el calentamiento. Sorprendente, esa es la palabra, dio una clase de 45 minutos a las doce personas que había en ese momento y al final todos la aplaudieron por lo bien que lo había hecho. La cara risueña del dueño me dijo que se había ganado el puesto. Cuando Noelia llegó a nuestra altura y vio nuestras caras supo que ya tenía trabajo.
Parece ser que las cosas se iban arreglando poco a poco. Lo único negativo, entre comillas, fue que ese año no tuvimos vacaciones, nos quedamos en casa y aprovechamos la piscina que teníamos para poder refrescarnos y pasar los largos días de verano. Mi madre fue la única que se escapó unos cuantos días, según ella por adelantar un juicio que tenía en septiembre, pero sabía de sobra que se iba con su amante a pasar unos días a la playa.
En esos días, mi prima Alba y yo tomamos mucha mas confianza al pasar casi todo el día juntos viendo películas o pasando el día en la piscina mientras su madre y su hermana trabajaban. La primera vez que vi en bikini a mi prima vi como había cambiado, esos muslazos gordos y esas lorzas habían dejado paso a un cuerpo mas moldeado y muy atractivo. Tenia un culazo y unas tetas que era imposible dejar de mirar, pero ella parecía cohibida y como siempre poco segura de sí misma.
—Alba, estas impresionante, has adelgazado un montón y estas para comerte.
Ella se puso colorada como un tomate y me dio un golpe en el hombro mientras me miraba seria.
—Estoy gorda y lo sabes, dijo disgustada, no hace falta que me mientas.
—¿Alguna vez te he mentido? La dije mirándola a los ojos.
—Nunca, dijo mirando al suelo. ¿De verdad me ves guapa?
—Prima estas guapísima, como te he dicho, para comerte.
Al terminar de decir esto agarre una nalga suya mientras la apretaba con mi mano. Ella dio un grito de sorpresa y antes de dejarla reaccionar la tomé en brazos y me fui al agua directamente con ella.
—¡¡NO LUISMI…NOOOOO!! Grito mi prima, pero no le sirvió de nada.
—Jo…der cariño, es que es una pasada la polla que tienes, la noto en el estómago.
Subió un poco hasta casi sacarla y metió sus dedos en mi boca.
—Chúpalos muy bien mi amor, llénalos de saliba.
Eso hice, al poco los saco y embadurnó bien mi polla con mi saliba dejándose caer de nuevo y emitiendo un gemido gutural. Me miró herida de placer y empezó a cabalgarme de nuevo, mi mano fue en busca de su coñito y mis dedos encontraron su clítoris. La volví loca, aullaba como una perra mientras botaba sobre mi polla, noté como mi orgasmo crecía dentro de mí, ya no se podía parar había aguantado mucho y el solo hecho de saber que me estaba follando ese culito era lo más morboso que había sentido.
—No…Noelia… no aguanto mucho más…ufffff…me…me voy a correr.
—Dámelo mi amor, córrete y regálame otro orgasmo gimió Noelia.
Vi como sus muslos temblaban y exploté en sus intestinos llenándolos de leche.
—Noeliaaaaa…me corroooooo…
—Siiiiiii mi vidaaa…damelooooo lléname de lecheeeeee
Mi prima tuvo un orgasmo brutal que no terminaba. Literalmente estaba estrangulando mi polla con su esfínter pero el placer era enorme, creo que nunca me había corrido de esa manera, mi polla parecía una manguera que no dejaba de llenar su culito con mi corrida, de su coño salían fluidos que empaparon mi tripa y mis huevos y mancharon la tapicería, pero me dio exactamente igual.
Nos quedamos abrazados durante un buen rato, mimándonos, besándonos mientras recuperábamos nuestra respiración. Noelia me miraba con un brillo especial en sus ojos, mientras hacia que la abrazase para darle calor, estaba muy a gusto con ella y creo que ella conmigo también, pero presentía que nos tendríamos que ir, vi como miraba mi teléfono móvil y hacia un mohín de fastidio.
—Cielo, nos tenemos que ir, son cerca de las cuatro de la mañana y tienes tres llamadas perdidas de casa que imagino serán de mi madre.
Me dio un morreo que me dejo temblando y sin aire. Mi polla estaba otra vez pétrea, mi prima la agarró y la pajeó amorosamente. Nos vestimos en silencio y limpié los cristales empañados de nuestra transpiración. Cuando iniciamos la marcha hacia casa, Noelia apoyo su cabeza amorosamente en mi hombro mientras besaba mi mejilla.
—Vaya tela, pensé, hace una semana que están aquí y ya me he follado a mi tía y a mi prima Noelia ¿y ahora que va a pasar? ¿También me follaré a mi primita Alba?.
La idea no me desagrado en absoluto, mi prima Alba cada día me parecía mas guapa y más apetecible, además su manera de ser, cariñosa, dulce y algo infantil me ponía a cien.
—Luismi, dijo mi prima, no quiero enamoramientos ni exclusividades. Quiero que esto quede claro, hemos follado y ha sido fantástico, no me arrepiento en absoluto y te aseguro que habrá muchas mas veces. Así que no te enamores de mi y no lo fastidies…¿vale?
—Lo tengo claro Noelia, no entra en mis planes enamorarme de mi prima, pero eso también va por ti…no te enamores de mí.
—Jajajajaja, rió mi prima, cariño, soy muy golfa y me encanta follar, utilizo a los hombres para lo que quiero y luego los dejo tirados.
Noelia volvió a apoyar su cabeza en mi hombro y lo besó acariciando mi brazo. Sus palabras no se correspondían con sus actos, aunque lo que me ha dicho ya lo adivinaba en su forma de ser, fría, sin corazón, manipuladora y egoísta. Bueno, mientras quiera follarme la dejaré, que tontería, a quien le amarga un dulce.
Antes de llegar a casa me hizo parar el coche y nos dimos un morreo largo que nos dejó excitados otra vez. Sabia lo que me había dicho mi prima pero su mirada sus gestos, parecían que decían todo lo contrario.
—Me gustaría pasar la noche contigo, dijo mi prima, pero se que eso es imposible, así que me quería despedir de ti como te mereces y darte un beso de buenas noches.
Acarició mi polla por encima de la ropa mientras gemía en mi boca. Mi mano se coló entre sus piernas y alcance su ya inundado coñito, aparté la braguita y metí un dedo en su vagina.
—Para Luismi, para, no sigas…ufffffff…te follaba otra vez.
Noelia sacó mi mano de entre sus piernas y adecentó su vestimenta, arranqué de nuevo y al poco entrabamos en casa. Todo estaba en silencio, subimos a nuestras habitaciones y cuando entre en la mía tuve que masturbarme, mi prima me había dejado al rojo vivo. Cuando terminé me fui al cuarto de baño a lavarme los dientes y a asearme la polla, todavía tenia restos de heces, de cuando follé el culo de mi primita, solo el hecho de recordarlo de nuevo hizo que me volviese a empalmar como un animal, era mi primera enculada a una mujer y no la olvidaría en mi vida.
No se muy bien a que hora me dormí, pero algo me despertó. Algo agradable que hacia que mi polla se irguiese dura, desafiante. Cuando abrí los ojos y enfoqué lo que veía casi me corro, un coño imberbe, rosadito y abierto lo tenia frente a mis ojos, un culo perfecto con un anito que llamaba a ser lamido se abría y se cerraba ante mis ojos y sobre todo esa sensación de calidez cuando te hacen una buena mamada. Sabia que era Noelia, mi tía trabajaba y Alba no creo que se lanzase de esa manera, además el esfínter de mi tía lo conocía y no era ese.
Hundí mi cara en ese paraíso y me dedique a lamer y chupar desde su clítoris hasta su anito, me agarraba a los cachetes de su culo, para abrirlos y meter mi lengua por todos sus recovecos. Olía a gel de baño, a recién duchada y eso me excitó aún más.
—Noelia…Noelia…paraaa, esto es una locura y tu hermana nos puede descubrir.
—No mi amor, tu madre ha salido temprano, Alba se ha ido con mi madre al centro comercial y nos llamará para ir a buscarla…estamos solos cielo, vamos a follar como dios manda.
Me abandoné a ella, hundí mi cara entre sus piernas hasta que oí como gritaba su orgasmo. Creo que ella juiciosamente me mantuvo al límite porque quería mi polla en su interior y así fue. Cuando se recuperó de su orgasmo se puso a horcadas sobre mi polla y la apuntó a su coñito dejándose caer con cara de placer.
—Diooooos mi amor, como necesitaba sentirte otra vez, gemía Noelia. Esta noche no he podido dormir bien pensando en ti y en tu preciosa polla.
Mi prima subía y bajaba sobre mi balano, dándose y dándome placer. Ponía sus tetas al alcancé de mi boca y no dude en apoderarme de ellas y lamer y chupar sus pezones hasta ponerlos duros como diamantes. Mis manos se fueron a su prefecto culo, lo amasé y profané su anito con mis dedos mientras la atraía hacia mi haciendo más profunda la penetración.
—Ahhhhhhhh…cariño me encanta como me follas. Vamos dame fuerte revienta a la zorra de tu primita.
Empecé a mover mis caderas follandola con fuerza. Me encantaba ver la cara de placer de mi prima cuando le clavaba mi verga hasta el fondo, notaba como mi polla abría ese coñito sin problemas y sentía su lubricación escurriéndose por mis huevos. Note cuando empezó a correrse, como apretaban los músculos de su vagina sobre mi polla, dios, era delicioso sentir ese coñito apretado intentando aferrarse a mí para no dejarme escapar y mi orgasmo estalló empezando a lanzar latigazos de semen en su interior.
Noelia cayó sobre mi agotada, sus temblores cesaron poco a poco, mientras la mimaba, besaba y acariciaba para que se relajase. Cuando me quise dar cuenta vi como se había dormido sobre mi con mi polla aún metida en su interior. Estaba a gusto así con ella, eché el edredón por encima nuestra y la abracé, quedándonos dormidos de semejante manera.
No sé si habían pasado cuatro minutos o cuarenta, unos labios me besaban delicadamente y su lengua volaba sobre los míos. Sus manos me acariciaban y al abrir los ojos vi la preciosa cara de mi prima mirándome risueña.
—Nunca me había pasado esto, quedarme dormida encima de mi amante después del orgasmo, pero es que contigo estoy tan a gusto.
Mi polla seguía en su interior, seguía dura como el mejor acero y las caderas de mi prima se movían lentamente. La piel de su vagina era puro fuego y su lubricación y mi corrida seguía cayendo por mis huevos. Miré a mi prima con cariño, tenia su cara colorada y una sonrisilla traviesa, pero unos de mis sueños con ella era ponerla a cuatro y follarme sus dos agujeritos. La levanté saliéndome de ella y puso cara de disgusto pero que cabio enseguida.
—Ponte en cuatro mi vida te voy a reventar el coño y ese culo que me vuelve loco.
—Mi cuerpo es tuyo, decía mi prima excitada, follatelo.
Noelia hundió sus riñones y pego su pecho y su cara al colchón, esto dejo su coñito y su anito expuestos para mí, la visión era de lo mas morbosa y mi polla se metió de tirón en el coño de mi prima hasta que hizo tope en algún lugar de su matriz, ella alzo la cabeza gimiendo me miro boqueando como un pez, agarré su melena y tiré fuertemente de ella y gimió aún más fuerte arqueando su cuerpo de manera sensual.
—Follame fuerte mi amor…eso es…fóllate a tu zorra, a tu puta…diooooos…amo tu polla, más fuerte maaaas.
Mi prima estaba fuera de sí. Solté su melena y me agarré a sus nalgas, mis dedos se hundían en su carne aferrándome a ella para que mis embestidas fueran mas profundas, era excitante ver como mi verga desparecía en su interior hasta que mis huevos golpeaban su clítoris. Su esfínter se abría y se cerraba reclamando mi atención, ensalivé mi dedo gordo y se lo clavé hasta el final, mi prima gimoteaba, gritaba, parecía una fiera herida. Sabia que su orgasmo se acercaba así que lo alargué un poco más, o eso creí por que a continuación saqué mi polla de su coñito y se la metí por el culo sin preguntarle y sin parar hasta que mis huevos golpearon su perineo.
—Cabrooon…que dolor más ricoooo…sigueeee…sigueeeeeeeeee.
Yo estaba ya al límite de aguante, pensé que después de la corrida aguantaría mucho más, pero ver como mi polla desparecía en el perfecto culo de mi prima era morboso y excitante y hacía que mi orgasmo creciese imparable y más aún cuando noté como la mano de mi prima se metía entre sus piernas para acariciar su clítoris y mis huevos. Miré al techo intentando acordarme de fórmulas matemáticas y así aguantar más, pero eran tantas las sensaciones que llegaban por mis sentidos que era imposible.
—Mi amor…me corroooooooooo…me corrooooooo, gritó mi prima. Te quierooo…no me dejes nuncaaaaa.
Mi polla empezó a llenar sus intestinos de leche hirviente, que mi prima acogió con otro grito de placer. Sus caderas se movían a una velocidad endiablada haciendo que mi polla entrase y saliese de ella provocándonos un orgasmo largo y brutal que nos dejo agotados y sudorosos. Mi prima cayó boca abajo haciendo que saliese mi polla de su interior y yo me tumbe a su lado boca arriba. Ella me miró agradecida y se puso encima de mi comiéndome a besos, la abrace y busqué su boca dándonos un beso largo, húmedo y lleno de deseo.
—¿Me quieres? Pregunté extrañado.
Noelia se echo a reír y me miró con esos ojazos color miel que me embrujaban.
—Te quiero, afirmó, claro que te quiero. ¿Y tú a mí?
—Mucho mi vida, mas de lo que puedas imaginar. Pero…tu dijiste que nada de enamoramientos.
—A ver mi amor, dijo mi prima con cariño, yo te quiero, pero no te amo, no estoy enamorada de ti, eso es algo que debes de diferenciar…aunque…a la mierda con lo que dije, lo que tenga que ocurrir, ocurrirá.
Esto ultimo lo dijo abrazándose a mi y apoyando su cabecita entre mi hombro y mi cuello. Nos estuvimos acariciando durante interminables minutos y según lo veía desde mi punto de vista es esos gestos había mucho amor. Pensé en mi tía, en mi verdadero amor. A ella si que la amaba, estaba perdidamente enamorado de ella aun sabiendo que era un imposible, seria más fácil que Noelia y yo terminásemos juntos, antes de que mi tía y yo pudiésemos compartir nuestra vida.
Los dos estábamos muy a gusto sintiéndonos, y de seguro que nos gustaría quedarnos así toda la mañana pero había que ponerse en marcha, mire la hora y eran las 11.30, de seguro mi tía llamaría de un momento a otro.
—Me tengo que duchar Noelia, huelo a tigre y tu madre llamará en el momento menos pensado.
Oí como mi prima aspiraba mi aroma abrazándose a mi y frotando su cuerpo con el mío lascivamente.
—Mi vida hueles muy bien, hueles a hombre y eso me pone cachonda, ¿me puedo duchar contigo?
Yo solo sonreí, me levanté y la cargué en brazos llevándola hacia la ducha.
—Como me sigas tratando así, va a ser inevitable que me enamore de ti, dijo riéndose.
Duchándonos nos volvió a entrar el calentón y follamos de nuevo, llenado su coñito de la poca leche que ya salía de mis huevos, pero que nos hizo tener un orgasmo muy placentero. Al poco rato ya vestidos estábamos en la cocina desayunado entre miradas de cariño cuando sonó el teléfono. Era mi tía para pedirnos si podíamos ir a por mi prima Alba, ya había terminado lo que tenia que hacer. Su voz sonaba seca, fría, cortante y eso me puso de mal humor. De la misma manera fría, seca y cortante, la respondí y la colgué el teléfono sin dejarla decir nada más. Era imperativo, que hablase con mi tía y aclarase lo que estaba ocurriendo. Esa tarde iría a por ella al trabajo y hablaríamos…o eso esperaba.
Hasta cuando fuimos a recoger a Alba, mi prima nos comentó que no sabia lo que le pasaba a su madre que estaba muy rara. Sin salir del centro comercial, invité a mis primas a un Burger y así comeríamos, no nos apetecía ponernos a hacer comidas y cuando llegásemos a casa yo por lo menos podría descansar, estaba algo cansado.
Esa tarde dejé en casa a mis primas y me fui a buscar a mi tía al trabajo. Salía a las nueve de la noche, y dependiendo como fuese la cosa la llevaría a cenar, aunque no las tenia todas conmigo. Entre en la tienda cuando estaban a punto de cerrar y una preciosa morena de ojos verdes y un cuerpo de infarto se acercó a mi con cara de pocos amigos imaginando que era un cliente intentando comprar un regalo de última hora.
—Buenas noches señor, ¿en que puedo ayudarle? Dijo solícita la morena.
—Hola, no en nada, solo vengo a buscar a mi tía Paula, soy su sobrino.
—¡¡¿Eres Luismi?!! Exclamó la morena con una gran sonrisa. Yo soy Olga, tu tía habla mucho de ti. ¡¡PAULAAAA!! Voceo la morena, MIRA QUIEN HA VENIDO A BUSCARTE.
Mi tía apareció por una especie de pasillito donde estaban los probadores. Cuando me vio se sorprendió mucho, pero esbozó una sonrisa de compromiso y vino a saludarme dándome un beso en la mejilla.
—¿A que se debe esta sorpresa? Preguntó mi tía algo nerviosa.
—Pues mira, estaba en casa y me dije que por que no venia a buscarte y si te apetece invitarte a cenar. Necesitas distraerte y creo que esta es una noche perfecta. ¿Te apetece?
—¡¡AYYY!! Pero que cielo por dios, dijo Olga con una mano en su pecho, es un amor de niño, ojala mi novio tuviese estos detalles.
—Ya te he dicho que dejes a ese patán mujeriego y te enamores de alguien que merezca la pena y te corresponda como te mereces, eres muy buena chica. Le comentó mi tía.
Olga era una joven de metro sesenta, pero con un cuerpo muy cuidado. Tenia buenas tetas y un culo que pedía ser follado cientos de veces, era imposible no fijarse en semejante mujer.
—Es complicado Paula dijo Olga con algo de tristeza, además mira, hablando del rey de Roma, ahí esta mi novio esperándome. ¿De verdad no te importa quedarte y cerrar tu? Preguntó a mi tía.
—En absoluto cariño, anda ve y diviértete.
Olga cogió sus cosas y se despidió de nosotros con un beso. Mentiría si dijese que no me gustó, esa mujer me encantó pero estaba ahí por mi tía, mi amor platónico. Fue hacia un cuadro de interruptores y accionó unos cuantos apagando las luces de la tienda. Luego pulsó un interruptor y bajó el cierre exterior, dejando la tienda cerrada cara al público.
—Te agradezco que hayas venido a buscarme, pero prometí a Olga que yo daría entrada al pedido que ha venido hoy. Lo siento pero todavía no puedo salir.
—Bueno Paula, estoy aquí y puedo ayudarte, si me dices lo que hacer lo hare encantado.
Vi como me miraba mi tía y como sus ojos se iban humedeciendo, su mentón temblaba sin control y sus ojos no pudieron retener la avalancha de lagrimas que se desató a continuación mientras de su boca salían reproches sin sentido y entre hipidos me decía que había jugado con ella.
—No entiendo por que te has portado así conmigo, decía con congoja, yo te quiero y tu en cambio me has tratado con frialdad, como si no existiese. Conseguiste follarte a tu tía y ahora ya no tiene sentido quererla ¿no?
Aunque estaba molesto con sus reproches y sus acusaciones me estaba rompiendo el alma verla así de triste. Me limité a abrazarla y llenar su cara de besos. Ella se abrazó a mi y continuó llorando en mi pecho hasta que levantó su cabeza y me miró a los ojos. Nuestros labios se fueron acercando y nos fundimos en un beso lleno de amor y de cariño, nuestras lenguas se enredaron entre ellas y hasta que no nos faltó el aire no nos separamos.
—¿Estas mas tranquila mi amor? Pregunté con cariño.
Ella asintió con la cabeza mientras yo limpiaba sus lágrimas y besaba sus parpados.
—Paula, yo no he jugado contigo y si me he portado fríamente es porque tu después de lo del domingo pasado te mostraste fría y distante. Quizás no te darías cuenta pero es que ni me mirabas a la cara.
—Lo hacia para que nadie se diese cuenta de que estaba loca por ti, deseaba en todo momento abrazarte y besarte.
—Pues lo hiciste fatal, porque mi madre se dio cuenta enseguida y me preguntó si habíamos discutido. Sabía que teníamos que hablar, así que después de tu frialdad esta mañana al teléfono decidí venir hoy a buscarte y aclarar todo esto.
Volvimos a besarnos, su pasión y su cariño me tenían en una nube, pero mi polla iba por libre y no entendía que ese momento era especial. Aunque Noelia me había dejado seco por la mañana, mi verga se pego al pubis de mi tía que lo noto y emitió un gemidito muy sensual.
—Entonces ¿La he fastidiado con mi actitud? Dijo susurrando.
—Paula, tu siempre desde que tengo uso de razón has sido muy cariñosa y muy cercana conmigo. Siempre dándome cariño, besos, abrazándome. Eso es a lo que nos tienes acostumbrados a todos los que nos rodean y lo ven como algo normal. Lo raro, lo anormal ha sido tu actitud de esta semana.
—Bueno me tendré que acostumbrar, espero que no se me note que estoy coladita por mi sobrino. Anda vamos a dar entrada a el pedido que luego quiero enseñarte algo.
No me costó nada el entender lo que tenia que hacer. Mientras mi tía abría cajas y sacaba su contenido, me iba diciendo el código de la prenda y la talla y yo lo metía en la base de datos. Tardamos poco menos de una hora y entre los dos doblamos las cajas de cartón y lo fui a llevar al reciclado. Cuando llegue mi tía no estaba en el despacho donde habíamos estado trabajando y la llamé.
—Estoy en al baño, me dijo, ahora salgo.
Me senté en el sillón que había en el despacho y ojeé una revista de lencería que me volvió a poner palote al ver las modelos con unas prendas de ensueño. Tangas, culotts, ligueros, medias, corpiños, sujetadores, todos preciosos y sobre cuerpos que eran una pasada, vi cómo se abría la puerta y un ángel apareció ante ella. Mi tía aparecía solo con un conjunto de lencería blanco que era increíble, el sujetador realzaba sus ya de por si grandes tetas, un tanga de encaje cubría mínimamente su sexo y el conjunto lo remataba un liguero, medias blancas y unos zapatos de tacón blancos que estilizaban sus piernas y le hacían un culito precioso. Su pelo lo llevaba suelto cayendo por su espalda sensualmente, giró sobre si misma y vino hacia mí con cara traviesa.
—Esto lo tenia reservado para ti, me hubiese gustado enseñártelo en otro sitio mas confortable, pero dado lo mal que lo tenemos para poder tener intimidad, creo que este es un buen momento.
Estaba alucinado de tener a semejante mujer frente a mí, mi polla ya dolía dentro de mis pantalones y esto solo era el principio. Mi tía me puso en pie y me beso con deseo mientras desabrochaba mis pantalones y metía su mano dentro de mi ropa interior apoderándose de mi polla.
—Ahhhhh mi amor, no te imaginas lo que deseaba sentirla de nuevo otra vez, tocar su dureza.
Mis manos recorrían su cuerpo y se apoderaban de su culo atrayéndola hacia mí. Nos besábamos como desesperados y me agaché para poder quitarle su tanga. Su olor me inundaba, era el olor del deseo, cuando tuve su coñito desnudo pase mi lengua a lo largo arrancando un gemido de mi tía.
—Cariño desnúdate, rogó mi tía, no podemos estar aquí pero necesito que me folles, necesito sentirte de nuevo dentro de mí.
Follamos como animales, mi tía sacaba lo mejor de mí, y era gelatina entre sus brazos. Se tumbó sobre la moqueta de ese despacho y se abrió de piernas para mi dejándome ver ese coño perfecto que tenía, brillante, lleno de jugos que salían de su interior. Follamos a lo misionero, y según penetré a mi tía se aferró a mi con brazos y piernas hasta que los dos estallamos en un orgasmo largo que nos dejó con ganas de más. No dejamos de besarnos y darnos cariño, pero estar allí ya empezaba a ser peligroso y nos teníamos que ir.
—Odio decirte esto mi amor, pero nos tenemos que vestir ya. Empiezo a estar algo asustada de que pueda venir alguien, se supone que cuando ponga la alarma mi jefa recibe un aviso en su móvil y es ya muy tarde, debía de haber terminado hace tiempo.
Nos vestimos rápidamente y al poco veía a mi tía suspirar de alivio al activar la alarma del local. Estaba guapísima, me miro sugerente y se acercó a mi seductoramente con una gran sonrisa en su cara.
—Y bien caballero ¿Qué te apetecería hacer ahora?
—Irnos a un hotel y no dormir en toda la noche. Me quiero aprender tu cuerpo de memoria. La dije enfebrecido.
Mi tía me miró con amor mientras se mordía su labio inferior en un gesto de deseo.
—Algún día Luismi, algún día lo podremos hacer te lo prometo.
Solo la sonreí y sin importarme si nos veía alguien o no, agarre su mano y nos fuimos al parking a por mi coche. Esa noche la invité a cenar a un restaurante que conocía muy romántico y luego la llevé a tomar una copa. Poco antes de la una de la mañana me dijo que estaba cansada y que nos fuésemos a casa, lo entendía, llevaba desde las diez de la mañana sin parar y sabiendo que al día siguiente era domingo dormiría a pierna suelta hasta tarde.
Pero me equivoqué, nos montamos en el coche y ella amorosamente se apoyó en mi hombro mientras su mano subía por mi pierna peligrosamente hasta posarse en mi ya crecida polla.
—Paula, como sigas así, paro en el primer sitio y te violo. Dije jadeando de excitación.
—Bueno, dijo seductora, si coopero, no será una violación…¿verdad?
No se si iba mas pendiente de la carretera o de la mano de mi tía sobándome a conciencia la polla. Algo distrajo su atención sobre mi anatomía y con un claro «¡¡METETE POR AQUÍ!!» hizo que girase y me metiese en una calle mínimamente iluminada, me hizo parar el coche en el punto donde ella me dijo y mirando hacia todos los lados quitó las llaves del contacto y se lanzó a besarme con desesperación. Con premura me bajó los pantalones y mi ropa interior, mientras me besaba y acariciaba mi polla con gula, remangó su falda a la cintura y vi que ni llevaba ropa interior.
—Me encanta, dije vicioso, vas sin bragas.
—Desde que hemos salido de la tienda te necesitaba dentro de mi otra vez, dijo echándose a reír. A mis 43 años y follando en un coche como cuando era adolescente, me encanta.
Mi tía echo su asiento todo lo que pudo hacia la parte trasera y abatió su respaldo. Me pidió que me sentase en su asiento. Fue un momento muy divertido por lo estrecho del habitáculo, y mis pantalones impidiéndome moverme con libertad. Ella intentaba hacerme sitio pero éramos dos personas adultas y el coche no daba mas de sí. Fui practico, además estaba ansioso por dejar que esa mujer increíble hiciese de mi lo que gustase. Me bajé del coche, lo rodeé y abriendo la puerta del copiloto me fui a sentar pero antes me despojé de mi pantalón y mi ropa interior.
Antes de sentarme mi tía agarro mi polla y me dio un par de profundas mamadas que casi hacen que me corriese en su boca, pero se que ella quería otra cosa, hizo que me sentase y poniéndose a horcajadas sobre mí, se fue metiendo mi verga poco a poco hasta que su coñito se la tragó toda.
—Ahhhhh mi vida, gimió mi tía, nunca me cansaré de sentir la sensación de tu polla abriéndome por dentro, sintiéndola donde nunca antes había sentido nada.
La vagina de mi tía ardía, tenia un calor y una suavidad que haría perder la cabeza a cualquier hombre que estuviese en mi situación. Por suerte llevaba 24 horas follando, primero con mi prima Noelia y ahora con su madre, mis huevos estaban prácticamente secos y la sensibilidad en mi polla había casi desaparecido dejando paso a un ligero dolorcillo debido a la irritación. Mis manos agarraron ese culo perfecto y lo empecé a sobar y a amasar sin contemplaciones, pasando mis dedos por su anito, que agradecía mis caricias.
—Mi amoooor que ricoooo…no pares de follarme, no lo dejes de hacer nuncaaaaa.
Mi polla entraba y salía de ella con un ritmo constante, nuestras bocas se buscaban con desesperación besándonos, Mi tía se levantó la camiseta que llevaba y dejo sus grandes tetas en mi boca que las devoraron y chuparon hasta que sus pezones se pusieron duros como el diamante. Note su respiración agitada y su cuerpo que empezaba a temblar presa del inminente orgasmo que se gestaba en su interior.
—Me corrooooo…mi vida me corrooooo, gimió mi tía en mi oído.
Noté sus convulsiones, como su vagina se aferraba a mi polla para no dejarla escapar. Sentí como su corrida bajaba por mis huevos humedeciéndolos, aproveche y empape mis dedos para seguidamente meterle un dedo en el culo. Noté su resistencia pero también como seguidamente gemía aun mas fuerte y empezaba a correrse de nuevo sin haber terminado su orgasmo anterior.
—Que me haceees malvado…diooooos no puedo dejar de corrermeee…maaas mi amor…maaas.
La follé con desesperación, con fuerza, mi aguante era excepcional y estaba llevando al amor de mi vida al olimpo de los placeres, pero todo tiene un límite y aunque estaba mas seco que la cecina mi orgasmo estalló en su interior como un volcán.
—Paulaaaa me corrooooo…te amoooo.
Cuando terminé de correrme, abracé a mi tía con fuerza mientras buscaba su boca y nos besábamos con amor. Seguía notando palpitar su coño sobre mi polla y la humedad de sus corridas bajando ya por mi culo. En ese momento fui consciente que había dicho a mi tía que la amaba y no sé qué consecuencias traería, mi tía era bastante vulnerable debido a su situación y no se como se lo tomaría. Dejamos de besarnos y vi como separándose de mi miraba a mis ojos con la poca luz que había del exterior
—¿Me amas? ¿Sabes lo que significa eso? Preguntó en un susurro, mirándome asustada.
—Lo se perfectamente Paula, dije con temor, se que eres mi tía, pero no puedo evitar quererte, amarte mas que a mi vida.
Mi tía apoyó su cabeza en mi hombro y permaneció así, con mi polla en su interior, un buen rato. Mis manos acariciaban desde su cabeza hasta su culo, mientras mis labios besaban su cabeza e intentaba transmitirle amor y cariño, pero su silencio me estaba matando aunque no rechazaba mis caricias. Se irguió, me miro seria y me dio un pico en los labios.
—Anda cariño, vamos a vestirnos, es tarde.
Se que quiso parecer cariñosa, que lo que le había dicho no significaba nada, pero mis sentidos todo mi cuerpo era receptor de las sensaciones que recibía de la mujer que había amado desde hacía años y esa reacción por parte de ella no me gustaba.
Nos vestimos en silencio y me dispuse a limpiar los cristales empañados por nuestra pasión desmedida. No cruzamos una palabra. Inicié la marcha y cuando llegamos a casa, nos bajamos en silencio y cuando entramos solo Noelia estaba despierta y enseguida vino a saludarnos. Notaba a mi tía sin ganas de hablar y con cariño se despidió de nosotros y se fue a su habitación.
—¿Qué le pasa a mi madre? La noto muy extraña. Preguntó Noelia.
—Esta jodida, dije pensando en lo que habíamos hecho. Tu madre no logra superar lo que ha pasado ni lo que esta pasando. Esta preocupada por vosotras y eso no la deja vivir tranquila.
—Bueno, dijo Noelia con tranquilidad, solo el tiempo será el que nos vaya ayudando a olvidar, de momento todo esta muy reciente y como te dije nuestra vida tal como la conocíamos ha dado un giro de 180° ahora solo tenemos que mirar al frente y seguir adelante, la vida no se acaba aquí.
—¡¡¿PERDONA?!!, Enfaticé con ironía, ¿Dónde esta mi prima Noelia? ¿Qué has hecho con ella? Nunca hablaría de esa manera.
Mi prima se echó a reír y se abrazó a mi dándome un morreo que me dejo sin aire.
—Por que esta mi madre y mi hermana que si no te subía a mi habitación y te follaba hasta dejarte seco, dijo mi prima con lascivia.
Agradecí a los dioses que esas dos mujeres estuviesen en casa, si no creo no haber aguantado otra sesión de sexo con mi prima, mi polla me dolía y de verdad que mis huevos parecían dos ciruelas pasas…estaban secos.
Nos despedimos y yo me fui a dormir, realmente me hacia falta. Me costó dormirme pensando en mi tía y adivinando que la había fastidiado al decirle que la amaba, pero no pensaba pedirla disculpas por algo que era verdad. No sabia que hora era cuando noté como alguien se metía en mi cama y me abrazaba, pensé que era mi prima Noelia y me iba a enfadar con ella, pero cuando me di la vuelta y encendí la luz de mi mesilla me encontré con mi tía. Ella solo puso un dedo sobre mis labios
—Dímelo otra vez mi amor, necesito oírlo de nuevo. Rogó mi tía en un susurro.
Sabia a lo que se refería mi tía y se lo diría una y mil veces si hacia falta. Besé sus labios y acaricie su cara, sus ojos tenían un brillo especial que deslumbraba.
—Te amo Paula, te amo con toda mi alma.
Mi tía me besó con cariño, en un beso dulce lleno de ternura, se abrazó a mí con fuerza dejándome notar su cuerpo fundido con el mío.
—Yo también te amo mi niño, he querido negarlo, pero es un sentimiento que no puedo explicar, solo se que estar lejos de ti es un martirio y que necesitaría verte y estar contigo a todas horas. Esto es una locura, continuo mi tía, estamos locos los dos, tengo 43 años y tu solo 20, pero no quiero dejar de sentir lo que estoy sintiendo contigo. De alguna forma me he ido enamorando de ti poco a poco, cuando pasabais los veranos con nosotros o nos veíamos en navidades. Era algo que no podía evitar.
—Bueno Paula, puestos a sincerarnos yo llevo enamorado de ti desde que inicie mi pubertad. Creo que no te haces una idea de lo que sentía cuando te tenia cerca, o me abrazabas contra tu pecho o me llenabas de besos. Y ahora no quiero que esto acabe, de hecho si hace falta nos fugamos.
Mi tía se echó a reír por lo bajo, se abrazó a mí y así estuvimos unos minutos. Todo me gustaba de esa mujer, su aroma, su cuerpo, su ternura, su cariño, el tono de su voz…todo.
—Me gustaría quedarme contigo y despertarme viendo tu preciosa carita mi amor, pero esto que he hecho es una temeridad y debemos de ir con mucho cuidado.
Mi tía me dio un beso lleno de cariño y se levantó mostrándome su cuerpo solo cubierto por una camiseta y unas braguitas muy sexys. Se dirigió hacia la puerta moviendo ese culito que me volvía loco de deseo, cuando llegó a la puerta, se giró y me lanzó un beso.
—Apaga la luz mi amor, susurró.
Apagué la luz de mi mesilla y sigilosamente salió de mi habitación. Me dormí feliz, feliz por que mi amada se había sincerado conmigo y aunque estaba de acuerdo con ella, que esto era una locura lo mirases por donde lo mirases, no deseaba que acabara. Solo hacia una semana que estaban viviendo con nosotros y aparte de confesar mi amor por mi tía, había follado mas que en los últimos tres años. Si esto seguía así creo que no daría abasto.
El primer mes pasó rápidamente y parece ser que todo se tranquilizó mucho. El tiempo queramos o no va menguando el sufrimiento de las personas aunque no desparezca del todo. A mi tía la veía feliz dentro de su desgracia. Nuestros encuentros se hicieron más febriles y buscábamos cualquier momento para amarnos y follar como desesperados. Con Noelia follé unas cuantas veces más, pero era la que mas me preocupaba, siempre metida en casa y sin saber que hacer con su vida. Y Alba, Alba iba por libre, en el instituto había hecho su grupo de amigos y salían de vez en cuando aparte que se dedicaba a estudiar de forma obsesiva bajo mi parecer, pero ella era feliz de esa manera.
Fue poco antes del verano. Como os he comentado iba dos veces por semana al gimnasio, ya era un cliente conocido ya que llevaba cuatro años yendo regularmente. Conocía a la gente, conocía al dueño y casi conocía los entresijos que se cocían allí, aunque yo no me metiese en ellos.
Un día estando en una de las maquinas oí como el dueño comentaba a uno de los asiduos al gimnasio que estaba jodido por que el monitor de spinning dejaba ese trabajo y se quedaba sin clase para los que estaban apuntados a ella.
—Veras como empiezan a pedirme el dinero por no recibir las clases y pierdo a un montón de gente…esto va a ser mi ruina.
Enseguida pensé en mi prima Noelia. Si conseguía que el dueño se interesase, seria una manera de que ocupase su tiempo, se distrajese y que ganase algún dinero para sus vicios.
—Perdonad, dije interrumpiendo su conversación. No he podido evitar escuchar lo que comentabas, dije al dueño, y creo que tengo a la persona que necesitas.
Le hable de Noelia y de que ya había hecho suplencias en gimnasios. Aunque un poco reticente al tratarse de una chica tan joven, me dijo que quería conocerla y ver sus aptitudes, así que quedamos en ir al día siguiente. Cuando llegué a casa y se lo comenté a Noelia se mostró entusiasmada por la oportunidad que tenía y me aseguro que la iba a aprovechar y no me defraudaría.
Al día siguiente me presente con mi prima Noelia en el gimnasio y se que al dueño le gustó por el repaso que la dio, pero es que mi prima estaba tremenda, estuvieron charlando un buen rato y de repente se lo soltó sin más.
—Bien Noelia, reconozco que me has sorprendido y quiero ver de lo que eres capaz, ¿Te sientes preparada para dar una clase de spinning ahora?
—Por supuesto que sí, respondió sin dudar, lo malo es que no llevo la ropa adecuada.
—Eso no es problema, dijo el dueño, yo te proporciono la ropa.
A los quince minutos, salía mi prima de los vestuarios con mallas, sujetador deportivo, y zapatillas. Estaba buenisima y el dueño al verla babeó, lo mismo que muchos de los chicos que había en ese momento, se fue directa a la clase de spinning y sin dudarlo se puso el micro, se presentó y poniendo música, empezó el calentamiento. Sorprendente, esa es la palabra, dio una clase de 45 minutos a las doce personas que había en ese momento y al final todos la aplaudieron por lo bien que lo había hecho. La cara risueña del dueño me dijo que se había ganado el puesto. Cuando Noelia llegó a nuestra altura y vio nuestras caras supo que ya tenía trabajo.
Parece ser que las cosas se iban arreglando poco a poco. Lo único negativo, entre comillas, fue que ese año no tuvimos vacaciones, nos quedamos en casa y aprovechamos la piscina que teníamos para poder refrescarnos y pasar los largos días de verano. Mi madre fue la única que se escapó unos cuantos días, según ella por adelantar un juicio que tenía en septiembre, pero sabía de sobra que se iba con su amante a pasar unos días a la playa.
En esos días, mi prima Alba y yo tomamos mucha mas confianza al pasar casi todo el día juntos viendo películas o pasando el día en la piscina mientras su madre y su hermana trabajaban. La primera vez que vi en bikini a mi prima vi como había cambiado, esos muslazos gordos y esas lorzas habían dejado paso a un cuerpo mas moldeado y muy atractivo. Tenia un culazo y unas tetas que era imposible dejar de mirar, pero ella parecía cohibida y como siempre poco segura de sí misma.
—Alba, estas impresionante, has adelgazado un montón y estas para comerte.
Ella se puso colorada como un tomate y me dio un golpe en el hombro mientras me miraba seria.
—Estoy gorda y lo sabes, dijo disgustada, no hace falta que me mientas.
—¿Alguna vez te he mentido? La dije mirándola a los ojos.
—Nunca, dijo mirando al suelo. ¿De verdad me ves guapa?
—Prima estas guapísima, como te he dicho, para comerte.
Al terminar de decir esto agarre una nalga suya mientras la apretaba con mi mano. Ella dio un grito de sorpresa y antes de dejarla reaccionar la tomé en brazos y me fui al agua directamente con ella.
—¡¡NO LUISMI…NOOOOO!! Grito mi prima, pero no le sirvió de nada.
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