Hola banda, escribi un cuento erotico llamado Peligro. SI les gusta pueden comentar sino tambien. Que esten bien.
Peligro
 Desperté muy agitada. Sentà que algo malo ibaa pasar. Me sentÃa insegura. Coloqué la mano izquierda en mi frente y meencontré sudando. No estaba enferma. Estoy seguro, era algo más. Aun asÃ, deboir a mi trabajo.
   Me levanté de la cama, puse los pies en elsuelo frÃo y caminé desnuda hacia la ducha. Estaba toda empapada, pero tras laducha me sentà aliviada. SeguÃa extraña. No sé qué estaba pasando. Algo medecÃa que no debÃa salir de casa. Pero, las cuentas se amontonan dÃa a dÃa yademás hace tiempo que decidà independizarme por completo.
   El desayuno era sencillo. Bastaba un téazucarado, un tostado y dos medialunas. Ni bien lo terminé, empecé a vestirme.Unos tacos color café, un jean transparente para que resalte la cola y unaremera rosada. Que combinaba perfectamente con mi cabello rubio y mis ojos celestes.
   Salà a la calle. La vereda era angosta. HabÃapasillos por todos lados, y la suciedad la asediaba por doquier. Antes de pasardebajo de un puente, sentà algo en mi cintura. Suspirándome al oÃdo, me ordenóque no haga nada. Me bajó los pantalones, luego se bajó los suyo y me laintrodujo con fuerza mientras se agarraba de mis hombros.
   Lloraba fuertemente. Pedà ayuda hasta elcansancio. A pesar de estar sangrando, el miserable seguà con lo suyo. Fueronminutos angustiantes en los que él sintió mi cuerpo con todas sus fuerzas.
   Cuando terminó, estaba shockeada. Me subÃlos pantalones de inmediato. Cuando me doy vuelta para ver quién era, era unsueño. Que me hacÃa sentir insegura. Me mostraba que algo malo iba a pasar.
Peligro
 Desperté muy agitada. Sentà que algo malo ibaa pasar. Me sentÃa insegura. Coloqué la mano izquierda en mi frente y meencontré sudando. No estaba enferma. Estoy seguro, era algo más. Aun asÃ, deboir a mi trabajo.
   Me levanté de la cama, puse los pies en elsuelo frÃo y caminé desnuda hacia la ducha. Estaba toda empapada, pero tras laducha me sentà aliviada. SeguÃa extraña. No sé qué estaba pasando. Algo medecÃa que no debÃa salir de casa. Pero, las cuentas se amontonan dÃa a dÃa yademás hace tiempo que decidà independizarme por completo.
   El desayuno era sencillo. Bastaba un téazucarado, un tostado y dos medialunas. Ni bien lo terminé, empecé a vestirme.Unos tacos color café, un jean transparente para que resalte la cola y unaremera rosada. Que combinaba perfectamente con mi cabello rubio y mis ojos celestes.
   Salà a la calle. La vereda era angosta. HabÃapasillos por todos lados, y la suciedad la asediaba por doquier. Antes de pasardebajo de un puente, sentà algo en mi cintura. Suspirándome al oÃdo, me ordenóque no haga nada. Me bajó los pantalones, luego se bajó los suyo y me laintrodujo con fuerza mientras se agarraba de mis hombros.
   Lloraba fuertemente. Pedà ayuda hasta elcansancio. A pesar de estar sangrando, el miserable seguà con lo suyo. Fueronminutos angustiantes en los que él sintió mi cuerpo con todas sus fuerzas.
   Cuando terminó, estaba shockeada. Me subÃlos pantalones de inmediato. Cuando me doy vuelta para ver quién era, era unsueño. Que me hacÃa sentir insegura. Me mostraba que algo malo iba a pasar.
0 comentarios - Escribà un relato erótico y te lo muestro