2 de marzo de 2020
Querido diario, quedar con Lucia a la salida de su trabajo para pasar la tarde con ella es pasar una buena tarde.
Había quedado con Lucia a las 18:30 en un hotel cercano a su trabajo. La esperaba en el bar del hotel tomando una cerveza cuando esta entro. Venia guapísima con un vestido verde oscuro, de manga larga, tableado entero, pero con finas líneas, hasta un poco más arriba de las rodillas, marcando sus buenos pechos y ancho por la falda. Además, llevaba unas sensuales medias negras transparentes resaltando sus preciosas piernas.
Nos dimos un beso, sintiendo sus gorditos labios pintados de rojo fuerte. Se sentó a mi lado en otra banqueta alta y pude comenzar a acariciar su pierna mientras hablábamos y tomábamos una cerveza. Al subir mi mano y meterla por su vestido pude descubrir que sus medias finalizaban en sus muslos y que llevaba un liguero.
Subiendo en el ascensor a nuestra habitación nos besamos acaloradamente y la acaricie el culo y los muslazos. Al entrar en la habitación nos quitamos las cazadoras el uno al otro y comencé a acariciarla los pechos. Nos tiramos en la cama donde seguimos besándonos muy apasionadamente, mientras mis manos recorrían de arriba abajo sus muslazos.
Me desnudé de cintura para abajo y me senté en el borde de la cama. Lucia se colocó a gatas a mi lado y comenzó a comerme la polla, muy ricamente. Comencé a acariciarla el culo y poco a poco fui subiéndola el vestido hasta dejar su culo al aire. Llevaba un tanga negro de encaje diminuto, que, junto al liguero, también negro, la queda precioso.
Me puso un condón y se sentó sobre mí. Echo su tanga a un lado y se metió bien dentro mi polla. Comenzamos a follar y nos besamos mientras acariciaba sus piernas. Agarré el vestido y se lo fui subiendo hasta quitárselo. Lucia llevaba un precioso sujetador negro de encaje a juego con el tanga. La mordí sus redondas y ricas tetas con el puesto. Sus pezones se transparentaban y poco a poco se fueron endureciendo, marcándose magníficamente. Tras unos mordiscos a los pezones puntiagudos cubiertos, Lucia se desabrocho y quito el sujetador. Seguí comiéndoselos y acariciándoselos con más ganas aun que antes.
Me levanté cogiéndola en vilo, con mi polla dentro de su coño, y la senté sobre un pequeño escritorio. Seguimos follando mientras nos besábamos, la acariciaba las piernas y la comía las tetas. La giré un poco levantando una de sus piernas y metí mi polla por su culo. Con una mano acariciaba su pierna y con la otra agarraba y apretaba sus tetas.
Lucia se bajó y se colocó dándome la espalda, apoyada con sus manos en el escritorio. Aparte su tanguita y Volví a metérsela por el culo. Pase mis manos por debajo sus brazos, agarrando fuerte sus pechos, mientras la besaba el cuello. Lucia gemía fuerte y eso a mí me ponía a mil, follándola el culo cada vez más fuerte. De vez en cuando giraba la cabeza para besarnos. Mi polla también fue entrando en su coño follándoselo duro.
Cuando Lucia se corrió volvimos a la cama. La tumbe y me tire sobre ella. Retire de nuevo el tanga para volver a meterle mi polla en su mojadísimo coño. Mientras nos besábamos y la acariciaba de arriba abajo, mi polla se movía despacito entrando y saliendo de él.
Me iba a correr y me coloque de pie. Lucia se sentó en el borde de la cama. Me quito el condón y coloco mi polla entre sus tetas. Las apretó, haciéndome una cubana y comenzó a lamerme el glande. Decidí no avisarla, por lo que cuando me corrí, llené su cara de mi semen y esta se echó a reír tras proferirme algún insulto. Tras comérmela para limpiármela bien, esta se fue al baño a limpiarse la cara.
Cuando Lucia volvió, yo la esperaba sentado en la cama contra el cabecero. Se sentó de rodillas contra mí y estuvimos charlando, mientras la acariciaba las piernas tan sexys con aquellas medias y el culazo. Al rato una de mis manos se introdujo por un lateral de su tanga y comencé a masturbarla mientras charlábamos de las razones por las que era infiel a su marido.
Lucia se colocó de pie en la cama y apoyo sus manos en la pared, dejando su coño frente a mi cara. Le agarre del culo y lo aprete contra mi cara, pasando su coño, tapado por el tanga, por mi cara. Mordisqueé el tanga cogiendo sus labios y di varias lamidas al tanga en esa zona. Lo eché a un lado y comencé a comerla el clítoris, mientras la volvía a masturbar. Cuando metí mi lengua bien dentro de su coño, lo que empecé a masturbar fue su culo metiéndola un par de dedos.
La coloqué a gatas en la cama y me puse de rodillas tras ella. Me puse un condón y, tras pasar mi polla por su culo y coño golpeándoselos, lo metí en su mojado coño. Comencé a follarla despacito, bien agarrada a su cintura. Pase mis manos por sus muslos acariciando sus medias y el liguero. Me incline sobre su espalda para agarrar y jugar con sus pechos, mientras la besaba el cuello y la empezaba a follar más fuerte.
Nos colocamos los dos de rodillas, ella aun dándome la espalda y metí mi polla en su culo. Mientras se lo follaba, nos besamos y mis manos seguían disfrutando de sus deliciosos pechos. Sus pezones estaban durísimos y era maravilloso poder agarrarlos y pellizcárselos.
Tumbe a Lucia en la cama y me eche sobre ella. Seguimos follando y besándonos cada vez mas apasionadamente con nuestras manos tocándonos de arriba abajo. Mi cabeza se agachaba cada poco para comerla las tetas. Volví a colocarme de rodillas, y levanté sus piernas colocándolas en mis hombros. La folle el culo y el coño mientras acariciaba sus muslos.
Volví a tumbarme y nos colocamos de lado, yo detrás de ella. Levante una de sus piernas para poder follarla el coño y el culo, mientras acariciaba la pierna elevada con una mano y las tetas con la otra. Lucia giro la cabeza y nos besamos.
Cuando me corrí en su coño, me senté en la cama y ella se coloco a gatas nuevamente. Me quitó el condón y me la volvió a comer para limpiármela, mientras yo la masturbaba. No pare de hacerlo hasta que ella se corrió. Entonces se sentó sobre mí y nos volvimos a besar y acariciar.
Tras darnos una ducha, donde no pudimos hacer gran cosa pues ella no quería mojarse el pelo, para q su marido no lo viera mojado y sospechara, nos vestimos y nos fuimos del hotel. Antes de separarnos nos volvimos a besar y no me pude resistir a subirla el vestido lo necesario para acariciarla el liguero.
Querido diario, quedar con Lucia a la salida de su trabajo para pasar la tarde con ella es pasar una buena tarde.
Había quedado con Lucia a las 18:30 en un hotel cercano a su trabajo. La esperaba en el bar del hotel tomando una cerveza cuando esta entro. Venia guapísima con un vestido verde oscuro, de manga larga, tableado entero, pero con finas líneas, hasta un poco más arriba de las rodillas, marcando sus buenos pechos y ancho por la falda. Además, llevaba unas sensuales medias negras transparentes resaltando sus preciosas piernas.
Nos dimos un beso, sintiendo sus gorditos labios pintados de rojo fuerte. Se sentó a mi lado en otra banqueta alta y pude comenzar a acariciar su pierna mientras hablábamos y tomábamos una cerveza. Al subir mi mano y meterla por su vestido pude descubrir que sus medias finalizaban en sus muslos y que llevaba un liguero.
Subiendo en el ascensor a nuestra habitación nos besamos acaloradamente y la acaricie el culo y los muslazos. Al entrar en la habitación nos quitamos las cazadoras el uno al otro y comencé a acariciarla los pechos. Nos tiramos en la cama donde seguimos besándonos muy apasionadamente, mientras mis manos recorrían de arriba abajo sus muslazos.
Me desnudé de cintura para abajo y me senté en el borde de la cama. Lucia se colocó a gatas a mi lado y comenzó a comerme la polla, muy ricamente. Comencé a acariciarla el culo y poco a poco fui subiéndola el vestido hasta dejar su culo al aire. Llevaba un tanga negro de encaje diminuto, que, junto al liguero, también negro, la queda precioso.
Me puso un condón y se sentó sobre mí. Echo su tanga a un lado y se metió bien dentro mi polla. Comenzamos a follar y nos besamos mientras acariciaba sus piernas. Agarré el vestido y se lo fui subiendo hasta quitárselo. Lucia llevaba un precioso sujetador negro de encaje a juego con el tanga. La mordí sus redondas y ricas tetas con el puesto. Sus pezones se transparentaban y poco a poco se fueron endureciendo, marcándose magníficamente. Tras unos mordiscos a los pezones puntiagudos cubiertos, Lucia se desabrocho y quito el sujetador. Seguí comiéndoselos y acariciándoselos con más ganas aun que antes.
Me levanté cogiéndola en vilo, con mi polla dentro de su coño, y la senté sobre un pequeño escritorio. Seguimos follando mientras nos besábamos, la acariciaba las piernas y la comía las tetas. La giré un poco levantando una de sus piernas y metí mi polla por su culo. Con una mano acariciaba su pierna y con la otra agarraba y apretaba sus tetas.
Lucia se bajó y se colocó dándome la espalda, apoyada con sus manos en el escritorio. Aparte su tanguita y Volví a metérsela por el culo. Pase mis manos por debajo sus brazos, agarrando fuerte sus pechos, mientras la besaba el cuello. Lucia gemía fuerte y eso a mí me ponía a mil, follándola el culo cada vez más fuerte. De vez en cuando giraba la cabeza para besarnos. Mi polla también fue entrando en su coño follándoselo duro.
Cuando Lucia se corrió volvimos a la cama. La tumbe y me tire sobre ella. Retire de nuevo el tanga para volver a meterle mi polla en su mojadísimo coño. Mientras nos besábamos y la acariciaba de arriba abajo, mi polla se movía despacito entrando y saliendo de él.
Me iba a correr y me coloque de pie. Lucia se sentó en el borde de la cama. Me quito el condón y coloco mi polla entre sus tetas. Las apretó, haciéndome una cubana y comenzó a lamerme el glande. Decidí no avisarla, por lo que cuando me corrí, llené su cara de mi semen y esta se echó a reír tras proferirme algún insulto. Tras comérmela para limpiármela bien, esta se fue al baño a limpiarse la cara.
Cuando Lucia volvió, yo la esperaba sentado en la cama contra el cabecero. Se sentó de rodillas contra mí y estuvimos charlando, mientras la acariciaba las piernas tan sexys con aquellas medias y el culazo. Al rato una de mis manos se introdujo por un lateral de su tanga y comencé a masturbarla mientras charlábamos de las razones por las que era infiel a su marido.
Lucia se colocó de pie en la cama y apoyo sus manos en la pared, dejando su coño frente a mi cara. Le agarre del culo y lo aprete contra mi cara, pasando su coño, tapado por el tanga, por mi cara. Mordisqueé el tanga cogiendo sus labios y di varias lamidas al tanga en esa zona. Lo eché a un lado y comencé a comerla el clítoris, mientras la volvía a masturbar. Cuando metí mi lengua bien dentro de su coño, lo que empecé a masturbar fue su culo metiéndola un par de dedos.
La coloqué a gatas en la cama y me puse de rodillas tras ella. Me puse un condón y, tras pasar mi polla por su culo y coño golpeándoselos, lo metí en su mojado coño. Comencé a follarla despacito, bien agarrada a su cintura. Pase mis manos por sus muslos acariciando sus medias y el liguero. Me incline sobre su espalda para agarrar y jugar con sus pechos, mientras la besaba el cuello y la empezaba a follar más fuerte.
Nos colocamos los dos de rodillas, ella aun dándome la espalda y metí mi polla en su culo. Mientras se lo follaba, nos besamos y mis manos seguían disfrutando de sus deliciosos pechos. Sus pezones estaban durísimos y era maravilloso poder agarrarlos y pellizcárselos.
Tumbe a Lucia en la cama y me eche sobre ella. Seguimos follando y besándonos cada vez mas apasionadamente con nuestras manos tocándonos de arriba abajo. Mi cabeza se agachaba cada poco para comerla las tetas. Volví a colocarme de rodillas, y levanté sus piernas colocándolas en mis hombros. La folle el culo y el coño mientras acariciaba sus muslos.
Volví a tumbarme y nos colocamos de lado, yo detrás de ella. Levante una de sus piernas para poder follarla el coño y el culo, mientras acariciaba la pierna elevada con una mano y las tetas con la otra. Lucia giro la cabeza y nos besamos.
Cuando me corrí en su coño, me senté en la cama y ella se coloco a gatas nuevamente. Me quitó el condón y me la volvió a comer para limpiármela, mientras yo la masturbaba. No pare de hacerlo hasta que ella se corrió. Entonces se sentó sobre mí y nos volvimos a besar y acariciar.
Tras darnos una ducha, donde no pudimos hacer gran cosa pues ella no quería mojarse el pelo, para q su marido no lo viera mojado y sospechara, nos vestimos y nos fuimos del hotel. Antes de separarnos nos volvimos a besar y no me pude resistir a subirla el vestido lo necesario para acariciarla el liguero.
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