Hola mi nombre es Marina, actualmente tengo 29 años, soy tapatía y me encanta el sexo.
Soy una chica blanca, de estatura promedio (1.65), con tetas pequeñas y grandes nalgas. Mis piernas son gruesas y torneadas. No soy una supermodelo, pero me encanta mi cuerpo.
Este relato sucedió hace un par de años, en mi anterior trabajo, con mi compañero Josué.
Estábamos en la oficina, donde nos sentábamos por cubículos, en ese entonces nos tocaba sentarnos uno al lado del otro. Ese día yo llevaba un vestido corto azul, y un cachetero negro.
Ambos estábamos trabajando, cuando de repente me pidió mi ayuda para el análisis de un reporte, me acerque más a él para los dos ver lo que veía la pantalla, y le empecé a explicar, estábamos cerca, y el empezó a tocar mis muslos, algo que usualmente hacía, así que no me moleste, lo deje continuar. Sus manos cada vez subían más por mis piernas, sus caricias me encantaban. Subió hasta donde terminaba mi vestido, de manera inmediata mis piernas se abrieron un poco, fue algo que no pensé, y él no se detuvo, metió su mano bajo mi vestido, llegando a mi entrepierna. Iniciaron sus caricias por encima de mi cachetero, yo trataba de concentrarme en el trabajo, pero ya no podía. Ya estaba húmeda, obviamente el lo noto.
Me acerque a él y le sugerí ir al baño, lo cual no dudo en seguirme. Nos dirigimos al baño del 3er piso, ya que sabíamos casi nadie lo utilizaba. Entramos en el baño, revisamos que no hubiera nadie más, y atrancamos la puerta.
Nos besamos, sus manos subían mi vestido, acaricia mis nalgas, mientras yo frotaba su verga con mis manos. Me volteó, me puso contra el lavabo, bajo mi cachetero, se bajo el pantalón y los boxers dejando salir su verga, y la puso en la entrada de mi concha, me penetró de golpe, yo ya estaba súper mojada por lo cual entro con facilidad. Con su mano ahogo mis gritos, mientras veía mi cara en el espejo. Me penetraba con fuerza, yo a mis adentro pedía más, porque sus manos me impedían gritar. Sentía que yo no aguantaba más, la situación y sus movimientos me volvían loca. Mis piernas tembablan, el orgasmo me invadía, el estaba apunto de llegar, y lo hizo dentro de mi. Llenó mi conchita de su caliente leche. Acomode mi ropa interior, sentí como su semen salía y escurría un poco por mis piernas, lo limpie, en lo que él se acomodaba su ropa. Salimos del baño, y nos sentamos nuevamente a trabajar. Todo el día sentí su leche dentro y como salía.
Posterior a ese tuvimos algunos otros encuentros, los cuales les contaré en otra ocasión.
Espero lo hayan disfrutado, tanto como yo.
XOXO
Soy una chica blanca, de estatura promedio (1.65), con tetas pequeñas y grandes nalgas. Mis piernas son gruesas y torneadas. No soy una supermodelo, pero me encanta mi cuerpo.
Este relato sucedió hace un par de años, en mi anterior trabajo, con mi compañero Josué.
Estábamos en la oficina, donde nos sentábamos por cubículos, en ese entonces nos tocaba sentarnos uno al lado del otro. Ese día yo llevaba un vestido corto azul, y un cachetero negro.
Ambos estábamos trabajando, cuando de repente me pidió mi ayuda para el análisis de un reporte, me acerque más a él para los dos ver lo que veía la pantalla, y le empecé a explicar, estábamos cerca, y el empezó a tocar mis muslos, algo que usualmente hacía, así que no me moleste, lo deje continuar. Sus manos cada vez subían más por mis piernas, sus caricias me encantaban. Subió hasta donde terminaba mi vestido, de manera inmediata mis piernas se abrieron un poco, fue algo que no pensé, y él no se detuvo, metió su mano bajo mi vestido, llegando a mi entrepierna. Iniciaron sus caricias por encima de mi cachetero, yo trataba de concentrarme en el trabajo, pero ya no podía. Ya estaba húmeda, obviamente el lo noto.
Me acerque a él y le sugerí ir al baño, lo cual no dudo en seguirme. Nos dirigimos al baño del 3er piso, ya que sabíamos casi nadie lo utilizaba. Entramos en el baño, revisamos que no hubiera nadie más, y atrancamos la puerta.
Nos besamos, sus manos subían mi vestido, acaricia mis nalgas, mientras yo frotaba su verga con mis manos. Me volteó, me puso contra el lavabo, bajo mi cachetero, se bajo el pantalón y los boxers dejando salir su verga, y la puso en la entrada de mi concha, me penetró de golpe, yo ya estaba súper mojada por lo cual entro con facilidad. Con su mano ahogo mis gritos, mientras veía mi cara en el espejo. Me penetraba con fuerza, yo a mis adentro pedía más, porque sus manos me impedían gritar. Sentía que yo no aguantaba más, la situación y sus movimientos me volvían loca. Mis piernas tembablan, el orgasmo me invadía, el estaba apunto de llegar, y lo hizo dentro de mi. Llenó mi conchita de su caliente leche. Acomode mi ropa interior, sentí como su semen salía y escurría un poco por mis piernas, lo limpie, en lo que él se acomodaba su ropa. Salimos del baño, y nos sentamos nuevamente a trabajar. Todo el día sentí su leche dentro y como salía.
Posterior a ese tuvimos algunos otros encuentros, los cuales les contaré en otra ocasión.
Espero lo hayan disfrutado, tanto como yo.
XOXO
2 comentarios - En la oficina
m recalientas