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Conocí a una Sirena #5

Conocí a una Sirena #5
Bonita comunidad, esta vez les traigo la continuación de esta historia, el link del capitulo anterior, está acá abajo, dejen comentarios y puntitos, Chao! 

Parte cuatro:
https://m.poringa.net/posts/relatos/3651113/Conoci-a-una-Sirena-4.html

Viernes. 
Por primera vez en todos estos días, desperté en ropa interior, y no desnudo, desperté sonriendo y con un cálido abrazo, no con temores y si con paz, a mi lado estaba la figura de la sirena, en ese momento me parecía la más bella mujer que podría conocer en toda mi vida. 

Desperté cuando sentí la luz del sol sobre nosotros, debían de ser las once o doce de la mañana, con cuidado despeje del rostro de Katherine sus cabellos y acaricie su mejilla, podría jurar, que era la primera vez que ella dormida, tenía ella en su rostro, un gesto de paz y sonrisa, la bese suavemente en los labios, y ella sin abrir los ojos, correspondió el beso, sentí sus manos salir de las sábanas y abrazarme del cuello, su beso fue lento, fue suave, y acabó con una pequeña sonrisa. 
(Y: Yo, K: Ella) 


Y: Buenos días Katherine. 

K: Jejeje… Así que la final, si sabes dar besos de buenos días… 

Y: Tú me enseñaste a dar un buen beso. 

K: Pero yo no te enseñe a dar besos de enamorado. 

Y: Cierto, solo te puedo culpar de enamorarme. 

K: Debes de estar loco para enamorarte de mi… 

Y: Estoy casi seguro que exageras, pero ya a estas alturas, seguramente, ya estoy loco.

K: Ay ya, jaja no seas así… Te quiero Arthur… Eres un chico muy especial… Me encantas. 

Y: Te amo Katherine… No se porque, no se si esta bien, no se si es muy premeditado , pero te amo. 

Ella mantuvo un minuto de silencio y luego me miró a los ojos. 

K: ¿Qué pretendes al decirme eso? 

Y: No se, solo quería decírtelo, deseaba que lo supieras, y tal vez nada más, no puedo proponerte nada, porque dudo que tu me ames. 

K: ¿Acaso crees que no te amo? Pues no, realmente no lo creo hacerlo. 

Y: No es que lo crea o no, estoy seguro que no me amas, pero no puedo culparte, apenas y sé más allá de tu nombre y fragmentos de tu vida, superficialmente, pero no hay manera de negar el cariño que nos hemos ganado uno por el otro.


K: Puede que tengas razon en eso, ¿Qué será de nosotros entonces, con este cariño?

Y: Puedes enamorarte, si nos enamoramos, hay una oportunidad de que nazca algo bueno, un mayor romance, un noviazgo, y con la mejor de las suertes, un poco más que eso.

K: Tu si crees en el amor, ¿no es verdad? tu esperas hallar a la mujer perfecta, sonrisa tan brillante como sus pensamientos, de vestido largo, pero sin bragas, y que estornude como gatita pero gima como perrita.

Y: ¡Claro que no! No digas tales tonterías, yo buscaría únicamente a una chica que me corresponda el amor que le dé, por ejemplo, tú.

K: Ay arthur… eres un estúpido soñador y eso es lo más hermoso que tienes en tu vida, pero, no voy a ser yo quien te quite tus ilusiones.

Y: Mira, es muy temprano, no deseo pelear contigo, ¿qué te parece si mejor nos vayamos a desayunar?

K: Está bien, vamos a desayunar, pero, tu invitas.

Y: Llevo toda la semana invitando las cosas, no te parece un poco tarde para decir eso.

K: Quien quiere enamorarme, eres tu a mi, ¿no es así? No te quejes y mejor sé un caballero conmigo, anda, vete a cambiar en lo que yo me visto.

No podía argumentar en lo absoluto contra su lógica, así que solamente me levanté y fui a vestirme, un pantalón gris y una camisa roja sería un conjunto perfecto para esta misión auto impuesta, que era enamorarla.

Por su parte, ella mantenía a flor de piel, mí fascinación por verle las piernas desnudas, esta vez a cortesía de una hermosa falda negra, acompañada de una blusa blanca acampanada con decoraciones plateadas en forma de diamantes alrededor del cuello.

Y: ¿Tienes acaso alguna fijación con verte tan hermosa conmigo como tu íntimo espectador?

K: Amo vestirme bien, arreglarme y mirarme en el espejo, coquetearme un poco con la mirada y acabar diciendo honestamente a mi misma “te ves perfecta”, de hecho, mi vanidad está opacada temporalmente por tu presencia, así, que si no puedes soportar mi encanto, voy a coquetearme al espejo, estoy segura que me haría la difícil, más tiempo que tú ante mis propios coqueteos.

Y: Eso lo dices únicamente porque tu reflejo no puede disfrutar de tus labios.

K: ¿Y quien te dijo que no puede? El frío del cristal reflejante bajo los labios, es algo simplemente increíble.

Y: ¿Eres capaz de tener la boca pegada al espejo durante tanto tiempo? [dije abriendo la puerta para que ella saliera antes que yo]

K: ¿La boca? ¿quien dijo que bese el espejo? Yo solo dije que es increíble tener el cristal del espejo bajo los labios, nunca te dije cuales labios…jajaja [respondió entre risas mientras me guiñaba el ojo y me daba la espalda para emprenden el camino a desayunar.]

Como todas las mañanas, o la mayoría, acompañamos el desayuno con café y una amena plática, pero esta vez, experimenté lo que llamaremos “amor”, este “Amor” que sentí por ella era sumamente fuerte, no sabía si tanta actividad sexual habría influenciado mi juicio a lo que ella respectaba, pero sabía que estaba de verdad encantado, le platique de mis pensamientos, mis sueños y hasta mis miedos con tanta pasión que el ver el brillos en sus ojos del asombro, de la curiosidad, de la risa, de burla, satisfacía mi alma.
Estaba superando el enamoramiento espontáneo, y trágicamente estaba cayendo en el amor, me estaba enamorando de verdad, y ese estimados lectores, es lo más peligroso que puede pasarle a un hombre si no esta con la mujer indicada.

Las horas pasarón, las risas, el hambre y el alcohol, se fueron consumiendo, pronto, ya nos reíamos uno del otro, ella estaba mucho más alcoholizada que yo, la mayoría de las personas se habían ido del comedor, y Eduardo hoy no estaba en el restaurante, me levanté y fui al baño, para cuando regresé, Katherine ya estaba dormida sobre la mesa, viendo su estado, fui a pagar nuestros consumos y luego la cargué en el hombro, agradezco increíblemente, que la casa de ella estaba cerca del comedor, porque si un policia nos hubiera visto, seguramente me hubieran detenido a hacer algunas preguntas que terminarían costando bastante dinero para quitarmelos de encima.

Al volver a su casa, la acosté en la cama (que estaba deshecha) y luego la tapé con la colcha que tenía al lado.
Mientras ella roncaba con dulzura (por no decir que roncaba como perro) yo me puse a leer, deseaba seguir despierto para cuidarla, tenía en el fondo miedo de ir a dormir y despertar con la noticia de haber soñado todo, de despertar en la cama de la habitación sencilla donde todo esto comenzó, no quería  despertar con tal realidad más cruda y dolorosa.
Sin embargo, la lectura me duró no más allá de 20 minutos, pues el sueño me invadió y cuando menos me di cuenta, Katherine estaba parada delante de mí, y me besaba la mejilla con dulzura.

K: ¡Despierta dormilón! ¿No crees que hubiera sido más cómodo dormir en la cama, y no en esa silla?

Y: ¿Mande? rayos, y yo que segun, estaba despierto para cuidarte.

K: Mnhta, ya me hubiera muerto y tu ni te enteras,eso de cuidador de dormidos, como que no se te da en lo absoluto.

Y: Ya ya… y a todo esto, ¿que hora es? [Me senté y mire a la nada durante unos segundos, dejando mi libro a un lado de la silla] 

K: Son las 9, gracias por traerme hasta mi cama, sin embargo no me deberías de tratar como una princesa. 

Y: ¿Y por qué no? Una linda princesa como tu, debería de recibir un trato como el que te trato de dar. 

K: Si… Una princesa estaría encantada, pero, yo no soy una princesa, soy yo, y prefiero cosas más atrevidas qué una princesa. 

Y: ¿A qué te refieres? 

K: Quiero que me conquistes, pero no trates de hacerlo como a una niña, tratame como soy, incluso si eres rudo… pero no te excedas o te mataré. 

Y: Okey… Prefiero no averiguar el alcance real de tus palabras. Pero prometo hacer un buen esfuerzo. 

Me levante y la abrace, luego sin decir nada, le di un buen beso y para pronto separar nuestros labios, ella expresaba confusión en su rostro, al verme distanciarme, solo le di la vuelta y la abrace de la cintura. 

K: ¿Qué haces Arthur? 

Y: Para conquistarte, quiero hacerte sentir especial, pero no como una vil princesa. 

La cargue con cuidado y la lleve frente a un espejo grande que tenía ella junto a su armario. Delante del espejo, nuestros reflejos nos hacían ver mejor la realidad, ella al lado mío, se veía pequeña, tanto que mi silueta podía tapar la de ella, luego, manteniendo el silencio y mi mirada sobre la suya en el reflejo, la bese, bese su cuello mientras mi mano exploraba su piel debajo de su blusa, subiendo por su suave abdomen hasta sus pechos, allí descubrí que su sostén no se encontraba. 

Y: ¿No te parece muy atrevido el no llevar sostén todo el día? 

K: E-el calor es fuerte, se siente más fresco el no usar tanta ropa… 

Y: Veamos que otras cosas no llevas puestas… 

Mi otra mano descendió hasta su pierna, con delicadeza, recorrió su muslo subiendo poco a poco hasta hallarse debajo de su falda. 
Sin saberlo, estaba aplicando el amor a los actos que ella me había enseñado, y aunque era lo mismo que ella hacía conmigo, yo conseguí mi objetivo al ponerle delante el espejo, ambos podíamos vernos, ver directamente nuestras reacciones, yo gozaba de ver su carita ponerse roja. Ella se avergonzaba de ver cómo mis manos la recorrían, y la forma en la que ella reaccionaba. 
Baje mi mano de su pecho y subí su playera hasta dejar expuesto uno de sus pechos, a este, le acaricie la aureola con suavidad y después, pellizque con delicadeza su pezón, repetí este "masaje" un par de veces, hasta que su cuerpo correspondió a mis caricias y su pezón se endureció, por otra parte, mi otra mano, tomó sus bragas y las bajó con cuidado, hasta que estuvieron a la altura de medio muslo, y con delicadeza levante su falda, exponiendo su intimidad. 

Y: Mira que bonita tu depilada vagina… [dedee, con suavidad su intimidad hasta conseguir extender hilos de sus fluidos al aire, los hilos de sus jugos, destellaban levemente en el reflejo] ¿estás mojandote por mi? Qué linda..

Mis dedos empezaron a invadir su intimidad en busca de su clítoris, al hallarlo, con mi pulgar lo frote en círculos mientras mordía con suavidad su cuello, mi otra mano ahora había destapado su otro seno y lo masageaba de la misma forma que el anterior, con la intención de endurecer de la misma manera su pezón. Los dos no podíamos despegar la mirada del espejo, mientras yo le buscaba los ojos, ella evadía los míos, esto me excitaba apenas menos que a ella, con cuidado y con una mano, le quite totalmente la blusa y acaricié su espalda, con delicadeza, soplaba a su nuca y podía ver su piel erizarse, ella estaba sintiendo placer y yo no iba a dejar que eso se esfumara, tome su falda y la desabroche, haciéndola caer hasta sus pies, sus bragas cayeron junto con la falda, una vez ella desnuda, podía verla más roja que nunca, y con un poco de nervioso en su mirada, había hallado la debilidad de su valor, y planeaba romperla un poco. 

Y: ¿No te parece bellísimo lo que ves? Unos pechos tan suaves, tan lindos...podía chuparlos y morderlos… ¿No te molestaría si te dejo un poco marcada? 

K: N-No seas hablador, no lo harías… 

Y: ¿Y quien dijo que no lo haría? Podía hacerlo… Aunque me encanta mucho más la idea, de abrir tu intimidad…[dije bajando mi mano a su vagina y abrir con suavidad sus labios, exponiendo el brillante color rosa de su placentera y jugosa vagina] y llenarla de mi leche… Mira nada más, se ve tan vacía, estas babeando aquí abajo por recibir lechita… 

Ella volteo a verme y en su mirada se veía un poco de molestia, tal vez me excedía, o simplemente no era suficientemente para ella las palabras, así que la bese, con pasión justo como ella lo hacía, ella trato de separarse, pero la detuve y apegue a mi,  mientras la abrazaba, mantenía un beso tan largo y tan profundo, su lengua estaba confundida al ahora ser atacada por la mía, chupaba sus labios y los mordía con suavidad, para luego separarme yo de ella, en su mirada, ahora ella pedía más, y yo, sin hacerme de rogar, le bese de nuevo. Entre beso y beso, volvimos a la cama, en un recorrido donde la ropa quedó atrás, para cuando llegamos a la cama, los besos eran desesperados, y la piel emanaba tal calor, ella estaba caliente y yo no aguantaba las ganas de cogerla, entre una respiración cortada por los besos, me acomode y me adetré en su carne, mientras recorría de nuevo su húmedo interior, mi boca paso a buscar sus pechos y al hallarlos, los devoré. 
Besos, lamidas y fuertes chupadas avanzaban al rito que su corazón, latía y su respiración aceleraba, sus gemidos se escapaban como traiciones al silencio de su boca, y una palabra se escapó de sus labios. "Te amo". Era la primera vez que escuchaba de esa voz un "te amo" por un instante me hizo ceder, pero no permitiría que me confundiera, así que regrese casi al instante mi ritmo, mi cadera se movía con fuerza contra ella, y pequeñas marcas de dientes quedaron alrededor de sus senos, mi boca subió hasta su oído y con un gran esfuerzo, le susurré. 

Y: T-Te voy a coger, hasta que me ames de verdad… 

Ella no dijo nada, solo hizo un gesto de preocupación en medio de su sonrojo e incontrolable gemir. 
 
Bombee un par de veces más contra ella en esta posición y me separé, le dije que quería cambiar de posición, y ella siguiendo las indicaciones de mis manos, se puso en cuatro. Tome un condón de la mesa de noche, y me lo puse listo para seguir, tomé acaricie con suavidad su espalda y con cuidado le hice recostar la cabeza sobre la cama, dejando únicamente su trasero parado frente a mí, tomé sus caderas y empecé a penetrar su delicioso trasero, ella estaba tan excitada, y su trasero ya habría recibió cientos de penes, pues el mio pasaba con facilidad a sus adentros, ella despegaba sus gemidos de vuelta, tan pronto sintió toda mi carne dentro de ella, empecé de gentil manera, con un ritmo algo lento, y en cuanto ella empezó a disfrútalo más, comencé a nalguearla un poco al ritmo que aumentaba mi penetración  su trasero recibía mis embestidas al igual que las nalgadas, su piel tornarse poco a poco roja, y ella pidiendo un poco más, era sumamente excitante, mantuve un rato el ritmo así, hasta que sentí mi corrida próxima, en ese momento me separe y me quite el condón. 

Y: Katherine, quiero que me des una mamada. 

K: Qué atrevido… No te conocía este lado tuyo cariño. 

Me senté a la orilla de la cama, y ella se deslizó por la cama hasta hallar mi pene, lo tomó y lo hizo desaparecer por completo en su boca, ella no iba con rodeos y rápidamente lo devoraba hasta llegar a la base, quería decir que duré un rato, pero en cuestión de minutos descargue mi leche en su boca, ella no se quejo, apretó los labios con mi verga dentro de su boca y lamió la punta mientras bebía mi leche. 

K: Me bebí toda tu lechita amor. 

Y: ¿En serio? ¿Toda mi lechita te la tomaste? 

K: Shi Mira [abrió la boca y sacó la lengua, sin rastros de mi semen] 

Me acerque a ella y la bese, pero ella rápidamente se alejó hasta topar con la cabecera de la cama, abrió bien las piernas y con sus dedos abrió también sus labios íntimos. 

K: Pero aquí abajo aun quiero lechita… 

La noche continuó entre sexo con amor, sexo atrevido, y sexo despiadado, ahora los dos amábamos el sexo, y podíamos hacerlo hasta el cansancio, sin violar a nadie. 
No sabría decir a qué hora termino todo, pero nos quedamos dormido, abrazados, y desnudos no solo físicamente, sino desnudos ante la honestidad, uno del otro. 


Continuará. 

3 comentarios - Conocí a una Sirena #5

Mmextra
Muy bueno...como todos tus relatos
Kronnorial +1
Gracias, eso es lo que intento hacer.
Mmextra
Esperando otra parte...