CINDY
Si hay alguien en quien confié a veces mucho ms que en mi propia esposa o familia ella es Cindy, somos amigos desde hace 15 años y somos mutuamente confidentes y amantes.
Decidí contarle lo que sucedió con Susana, Dante y recientemente mi experiencia con la transexual Zulema, ella solo se rio, pero me dijo estar preocupada, que tal vez había adquirido un trauma por tanto sexo y cosas así de graciosas, pero le comenté que no era si, que el estar dentro de Zulema fue una experiencia rica de hecho le dije que era similar a lo que sentía ella estando con otras, a lo que me dijo que yo necesitaba ayuda.
No sé muy bien que planeaba, pero me dijo que el viernes cercano me invitaba a tomar a su casa, yo honestamente quería darle a mi nueva funda Zulema, pero ella insistió y tuve que ir más por obligación de amigos que por ganas.
Al llegar ella no estaba sola, la acompañaba Tristán, un hombre maduro de 1,90 con cabello cano de unos cincuenta y tantos años, físicamente bien conservado y muy elegante, ella me lo presento como su socio y me comenzaron a plantear un proyecto de mercadotecnia mientras bebíamos unas cervezas.
Yo un poco confundido, les resolvía sus dudas y bebía cerveza, tratando de comprender porque estaba yo ahí.
Pasaron las horas, ya teníamos música y estábamos más alegres y en fiesteados, note lo cerquita que estaban ellos, era obvio que Tristán era su nuevo picador y ella luciendo sus ricas piernas en su mini short, permitía todo lo que le hacia el maduro bigotón.
Ya más en la madrugada, el ambiente era de peda, ellos bailaban muy sexy, no pude evitar tener una excitación al imaginarlos cogiendo, la cogidota que se llevaría ese viejo con mi amiga, pero ya estaba cansado y quería irme a casa.
Fue entonces que al parecer ellos estaban poniéndose de acuerdo para coger, supe que tenía que irme, pero Cindy me detuvo:
C: ¿Adónde vas?
L: Pues ya me voy, ¡te dejo que la pases bien!
C: No espera, esto es lo que quería decirte, sube a mi cuarto ya acomódate en el sofá reclinable, ahorita subo, déjame hablar con Tristán.
Un poco molesto subí a su recámara, sentía que se despediría de él y subiría a sermonearme, al entrar a su cuarto me fui al sofá que tiene en la esquina más alejada y me senté, estaba mandando mensajes cuando ella entró, pero no entró sola, tenía de la mano a Tristán, me miró me hizo una seña de que guardara silencio y comenzó a darse tremendo agasaje con el viejo.
Él estaba como perro en celo, sus manos grandes apretaban las nalgas de Cindy y ella lazaba gemidos de satisfacción al sentirse presa de aquel veterano hombre, yo como espectador en silencio miraba lo que sucedía.
La cargó y la llevó la cama y se despojó de su camisa, el viejo era un hombre lobo, peludo de todo su torso, ella se quitó su short y él fue a besarle las piernas mientras con sus manos le quitaba la blusa y sacaba las hermosas tetas que tienen Cindy.
Yo continuaba mirando, poco a poco mi pene comenzó a reaccionar a los gemidos de Cindy al recibir un tremendo oral, ella me miraba de reojo y más gemía y más se movía, coloqué mi mano en mi verga y acariciándola disfrutaba la escena.
C: ¡Ah, sí, así!!!
Eran las palabras y exclamaciones que salían de la boca de Cindy, el viejo continuaba dándose el gusto con mi amiga, mientras que yo en silencio comenzaba a sacar mi verga de mi pantalón.
Finalmente, luego de que Tristán hiciera gozar riquísimo Cindy, se quitó el pantalón y trusa y sacó su verga, era de unos 20 cm, morena y peluda, tomó a Cindy de la cabeza y la puso a mamarle la verga.
Cindy, que es especialista en ello, la devoraba muy bien, el viejo gemía al sentirse dentro de la boca, Cindy me miraba fijo mientras mamaba la verga de aquel maduro y yo me la jalaba cada más.
T: ¡Si, uhm que rico!
C: ¡Me encanta tu verga!!!
Típica frase cliché de algunas mujeres y es que conociéndola puede que a todos les decía lo mismo mientras se las chupaba.
Continuaba mirando la felación que Cindy le daba a Tristán, hasta que este hombre, la tomó de sus brazos, la levantó, la tiró en la cama y salvajemente abriéndole las piernas, metió su verga peluda en la depilada y hermosa vagina de Cindy.
Ella lanzó un quejido fenomenal, nunca le había escuchado unos gemidos así, el tipo le besaba sus pies y se empujaba fuerte, yo masturbándome miraba fijo la escena.
C: ¡Ah, sí, así, uhm!!
T: ¡Agh, ya te quería coger!
Ambos exclamaban por la acción, Cindy subió a cabalgarlo, podía ver como se movía rico en el cuerpo peludo de Tristán, que cerraba los ojos y gozaba los movimientos de Cindy, por mi parte yo estaba a mil, me excitaba verla encima de Tristán y creo que lo que planeaba era que recordara lo rico que era estar con una mujer.
Ahora él estaba sentado en la cama y Cindy prácticamente frente a mí, se dejaba caer de sentones en él, él le apretaba las tetas, le juagaba el clítoris, le besaba el cuello, se deleitaba con todo el cuerpo de Cindy, mientras ella, me miraba fio y más se movía y más movimientos ricos le daba, le encantaba que la mirara coger.
C: ¿Ah, te gusta?
T: ¡Me encanta!
C: ¡Uhm goza, mírame como lo hago!!
T: ¡Uhm, si nena, uf!!
Esas palabras fueron para mí, Cindy se puso en cuatro y se empinó mirándome, mientras que Tristán, que aún no se percataba de mi presencia, la tomaba de su cintura y la comenzaba a embestir.
Yo miraba la escena jalándomela con todo, los gemidos de Cindy, los de Tristán, el sonido de las nalgas chocando con el pelvi, el olor a sexo todo me tenía a mil, miraba la cara de satisfacción de mi amiga al ser atravesada por ese maduro, ella lo estaba haciendo por mi quería quitarme esas ideas de coger con Zulema y para ello me había invitado a ver como se la cogían, con el único fin de regresar a estar solo con mujeres.
Tristán la tenía bien empalada, se movía muy bien, de hecho, me masturbaba imaginado que también se cogía a mi esposa, disfrutaba la imagen de las embestidas sobre Cindy, le jalaba el cabello, le daba de nalgadas, era el macho y mi amiga su puta.
C: ¡Ah, sí, así, cógeme, uhm!!
T: ¡Agh, toma, uhm!!
C: ¡Que rico, uhm, soy tuya, uhm!!
T: i, uhm, toma, toma mi dura verga!!!
Ese diálogo me puso am caliente, no podía contenerme más, sentía que mi verga se inflaba, estaba a punto de venirme.
C: ¡Mas, papi, más!
T: ¡Ah!!! ¡Me vengo mija, me vengo!!!
C: ¡Ah!!!!
Tristán comenzó a venirse dentro de Cindy ella recibía moviendo las nalgas el rico néctar de su macho, yo no pude más y expulsé mi leche conteniendo mi grito de placer.
Tomé la tanga que Cindy se había quitado y comencé a limpiarme el semen, dejándolo embarrado en la sexy ropa interior.
Cindy me miró mientras Tristán le besaba la espalda, me guiñó el ojo y continuó con su hombre, yo sin hacer ruido me levanté y salí de su habitación, pasé a limpiarme con agua y salí rumbo a mi casa.
Mi amiga me había dejado verla coger para quitarme las ideas que tenía, pero solo consiguió que fuera directo con Zulema y le diera verga hasta llenarle el culo de semen.
Pese a que su intento fue en vano, no puedo negar que fue muy rico ver como se la cogían, me recordó el hecho de porque me moría por ella en el pasado y porque muchos están locos por ella, pero bueno, simplemente no pude dejar de cogerme a Zulema.
Si hay alguien en quien confié a veces mucho ms que en mi propia esposa o familia ella es Cindy, somos amigos desde hace 15 años y somos mutuamente confidentes y amantes.
Decidí contarle lo que sucedió con Susana, Dante y recientemente mi experiencia con la transexual Zulema, ella solo se rio, pero me dijo estar preocupada, que tal vez había adquirido un trauma por tanto sexo y cosas así de graciosas, pero le comenté que no era si, que el estar dentro de Zulema fue una experiencia rica de hecho le dije que era similar a lo que sentía ella estando con otras, a lo que me dijo que yo necesitaba ayuda.
No sé muy bien que planeaba, pero me dijo que el viernes cercano me invitaba a tomar a su casa, yo honestamente quería darle a mi nueva funda Zulema, pero ella insistió y tuve que ir más por obligación de amigos que por ganas.
Al llegar ella no estaba sola, la acompañaba Tristán, un hombre maduro de 1,90 con cabello cano de unos cincuenta y tantos años, físicamente bien conservado y muy elegante, ella me lo presento como su socio y me comenzaron a plantear un proyecto de mercadotecnia mientras bebíamos unas cervezas.
Yo un poco confundido, les resolvía sus dudas y bebía cerveza, tratando de comprender porque estaba yo ahí.
Pasaron las horas, ya teníamos música y estábamos más alegres y en fiesteados, note lo cerquita que estaban ellos, era obvio que Tristán era su nuevo picador y ella luciendo sus ricas piernas en su mini short, permitía todo lo que le hacia el maduro bigotón.
Ya más en la madrugada, el ambiente era de peda, ellos bailaban muy sexy, no pude evitar tener una excitación al imaginarlos cogiendo, la cogidota que se llevaría ese viejo con mi amiga, pero ya estaba cansado y quería irme a casa.
Fue entonces que al parecer ellos estaban poniéndose de acuerdo para coger, supe que tenía que irme, pero Cindy me detuvo:
C: ¿Adónde vas?
L: Pues ya me voy, ¡te dejo que la pases bien!
C: No espera, esto es lo que quería decirte, sube a mi cuarto ya acomódate en el sofá reclinable, ahorita subo, déjame hablar con Tristán.
Un poco molesto subí a su recámara, sentía que se despediría de él y subiría a sermonearme, al entrar a su cuarto me fui al sofá que tiene en la esquina más alejada y me senté, estaba mandando mensajes cuando ella entró, pero no entró sola, tenía de la mano a Tristán, me miró me hizo una seña de que guardara silencio y comenzó a darse tremendo agasaje con el viejo.
Él estaba como perro en celo, sus manos grandes apretaban las nalgas de Cindy y ella lazaba gemidos de satisfacción al sentirse presa de aquel veterano hombre, yo como espectador en silencio miraba lo que sucedía.
La cargó y la llevó la cama y se despojó de su camisa, el viejo era un hombre lobo, peludo de todo su torso, ella se quitó su short y él fue a besarle las piernas mientras con sus manos le quitaba la blusa y sacaba las hermosas tetas que tienen Cindy.
Yo continuaba mirando, poco a poco mi pene comenzó a reaccionar a los gemidos de Cindy al recibir un tremendo oral, ella me miraba de reojo y más gemía y más se movía, coloqué mi mano en mi verga y acariciándola disfrutaba la escena.
C: ¡Ah, sí, así!!!
Eran las palabras y exclamaciones que salían de la boca de Cindy, el viejo continuaba dándose el gusto con mi amiga, mientras que yo en silencio comenzaba a sacar mi verga de mi pantalón.
Finalmente, luego de que Tristán hiciera gozar riquísimo Cindy, se quitó el pantalón y trusa y sacó su verga, era de unos 20 cm, morena y peluda, tomó a Cindy de la cabeza y la puso a mamarle la verga.
Cindy, que es especialista en ello, la devoraba muy bien, el viejo gemía al sentirse dentro de la boca, Cindy me miraba fijo mientras mamaba la verga de aquel maduro y yo me la jalaba cada más.
T: ¡Si, uhm que rico!
C: ¡Me encanta tu verga!!!
Típica frase cliché de algunas mujeres y es que conociéndola puede que a todos les decía lo mismo mientras se las chupaba.
Continuaba mirando la felación que Cindy le daba a Tristán, hasta que este hombre, la tomó de sus brazos, la levantó, la tiró en la cama y salvajemente abriéndole las piernas, metió su verga peluda en la depilada y hermosa vagina de Cindy.
Ella lanzó un quejido fenomenal, nunca le había escuchado unos gemidos así, el tipo le besaba sus pies y se empujaba fuerte, yo masturbándome miraba fijo la escena.
C: ¡Ah, sí, así, uhm!!
T: ¡Agh, ya te quería coger!
Ambos exclamaban por la acción, Cindy subió a cabalgarlo, podía ver como se movía rico en el cuerpo peludo de Tristán, que cerraba los ojos y gozaba los movimientos de Cindy, por mi parte yo estaba a mil, me excitaba verla encima de Tristán y creo que lo que planeaba era que recordara lo rico que era estar con una mujer.
Ahora él estaba sentado en la cama y Cindy prácticamente frente a mí, se dejaba caer de sentones en él, él le apretaba las tetas, le juagaba el clítoris, le besaba el cuello, se deleitaba con todo el cuerpo de Cindy, mientras ella, me miraba fio y más se movía y más movimientos ricos le daba, le encantaba que la mirara coger.
C: ¿Ah, te gusta?
T: ¡Me encanta!
C: ¡Uhm goza, mírame como lo hago!!
T: ¡Uhm, si nena, uf!!
Esas palabras fueron para mí, Cindy se puso en cuatro y se empinó mirándome, mientras que Tristán, que aún no se percataba de mi presencia, la tomaba de su cintura y la comenzaba a embestir.
Yo miraba la escena jalándomela con todo, los gemidos de Cindy, los de Tristán, el sonido de las nalgas chocando con el pelvi, el olor a sexo todo me tenía a mil, miraba la cara de satisfacción de mi amiga al ser atravesada por ese maduro, ella lo estaba haciendo por mi quería quitarme esas ideas de coger con Zulema y para ello me había invitado a ver como se la cogían, con el único fin de regresar a estar solo con mujeres.
Tristán la tenía bien empalada, se movía muy bien, de hecho, me masturbaba imaginado que también se cogía a mi esposa, disfrutaba la imagen de las embestidas sobre Cindy, le jalaba el cabello, le daba de nalgadas, era el macho y mi amiga su puta.
C: ¡Ah, sí, así, cógeme, uhm!!
T: ¡Agh, toma, uhm!!
C: ¡Que rico, uhm, soy tuya, uhm!!
T: i, uhm, toma, toma mi dura verga!!!
Ese diálogo me puso am caliente, no podía contenerme más, sentía que mi verga se inflaba, estaba a punto de venirme.
C: ¡Mas, papi, más!
T: ¡Ah!!! ¡Me vengo mija, me vengo!!!
C: ¡Ah!!!!
Tristán comenzó a venirse dentro de Cindy ella recibía moviendo las nalgas el rico néctar de su macho, yo no pude más y expulsé mi leche conteniendo mi grito de placer.
Tomé la tanga que Cindy se había quitado y comencé a limpiarme el semen, dejándolo embarrado en la sexy ropa interior.
Cindy me miró mientras Tristán le besaba la espalda, me guiñó el ojo y continuó con su hombre, yo sin hacer ruido me levanté y salí de su habitación, pasé a limpiarme con agua y salí rumbo a mi casa.
Mi amiga me había dejado verla coger para quitarme las ideas que tenía, pero solo consiguió que fuera directo con Zulema y le diera verga hasta llenarle el culo de semen.
Pese a que su intento fue en vano, no puedo negar que fue muy rico ver como se la cogían, me recordó el hecho de porque me moría por ella en el pasado y porque muchos están locos por ella, pero bueno, simplemente no pude dejar de cogerme a Zulema.
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