Sus manos me recorrían entera, era como un instrumento musical en sus manos y un temblor me recorría todo el cuerpo. Me levantó el vestido lentamente hasta dejarme en lencería y en sus manos calientes y firmes me empezaba a sentir una mujer en toda su dimensión y también un animal deseoso de todo.
-Me volves loca!- Alcancé a decir ahogadamente justo antes de que con su lengua empezara a lamerme las tetas lentamente pero con una certera presión en mis pezones, succionando con sus labios humectados de nuestra baba ardiente.
-Sí bebé, chupalas todas, lameme como a una perra...- cuando me acomodaba a la nueva situación cambiaba y me sorprendía. Con sus manos abría mis nalgas y de golpe empezaba a sentir como penetraba mi concha empapada con la punta de sus dedos muy sutilmente y permanecía masajeándome con las yemas suaves de artista, otra vez me sentía un instrumento vibrando a su antojo.
-Ves a esos señores tan calientes?- me susurró con esa voz dulzona y agitada...-Te vas a acercar a las ventanas y los vas a observar detenidamente...
No podía hacer otra cosa que obedecerle, me tenía en sus manos. Me incorporé como pude, sintiendo mis piernas chorreadas de calentura y me coloqué en un ángulo en el que podía observar las 4 ventanas a la vez que formaban una especie de semicírculo a mi alrededor, un mini anfiteatro morboso.
Apenas podía distinguir las caras que se notaban extasiadas por la situación, la iluminación favorecía que sus miembros,por no decir sus pijas, estuvieran expuestas ante mí en detalle, con gran definición. Cuatro pijas duras masajeadas con total impunidad y de golpe sentirme desnuda y su boca caliente en mi concha por detrás, su lengua jugueteando con desparpajo y empapándola hasta lo indecible, estaba de pie chorreando desesperada y mirando, en mi salsa. Parecía como si leyera mis pensamientos...
-Me volves loca!- Alcancé a decir ahogadamente justo antes de que con su lengua empezara a lamerme las tetas lentamente pero con una certera presión en mis pezones, succionando con sus labios humectados de nuestra baba ardiente.
-Sí bebé, chupalas todas, lameme como a una perra...- cuando me acomodaba a la nueva situación cambiaba y me sorprendía. Con sus manos abría mis nalgas y de golpe empezaba a sentir como penetraba mi concha empapada con la punta de sus dedos muy sutilmente y permanecía masajeándome con las yemas suaves de artista, otra vez me sentía un instrumento vibrando a su antojo.
-Ves a esos señores tan calientes?- me susurró con esa voz dulzona y agitada...-Te vas a acercar a las ventanas y los vas a observar detenidamente...
No podía hacer otra cosa que obedecerle, me tenía en sus manos. Me incorporé como pude, sintiendo mis piernas chorreadas de calentura y me coloqué en un ángulo en el que podía observar las 4 ventanas a la vez que formaban una especie de semicírculo a mi alrededor, un mini anfiteatro morboso.
Apenas podía distinguir las caras que se notaban extasiadas por la situación, la iluminación favorecía que sus miembros,por no decir sus pijas, estuvieran expuestas ante mí en detalle, con gran definición. Cuatro pijas duras masajeadas con total impunidad y de golpe sentirme desnuda y su boca caliente en mi concha por detrás, su lengua jugueteando con desparpajo y empapándola hasta lo indecible, estaba de pie chorreando desesperada y mirando, en mi salsa. Parecía como si leyera mis pensamientos...
0 comentarios - Cumpliendo mi fantasía Swinger (Ep.2)