Cómo están comunidad? La siguiente saga de relatos está dirigida al público admirador del género Cuckold, o Cornudos. Está basada en experiencias personales, en mi camino a ser el mejor cornudo del mundo.
Busca hurgar sobretodo en el sentir del cornudo, pero también en el de la hotwife, si es posible.
Segunda toma. Episodio 1.
Hola! Hacía mucho tiempo no me decidía a escribir nada. Debe ser porque la cosa quedó en pausa después del último relato. Pero en pausa literaria, pues cosas siguieron pasando. En sentidos dispersos, sin una dirección clara, pero pasando. Hubo momentos en que íbamos a 150 Km/h y otros en que sentíamos necesidad de poner reversa, pues registrábamos miedos, y no queríamos perder lo nuestro.
Uno de esos sentimientos de reversa se dio cuando conocimos al Corneador que más se ha ajustado al ideal.
La fantasía del cuckold llegó a mí hace muchos años, cuando por casualidad ví un vídeo porno dónde unos negros con vergas gigantes sometían a una rubia, mientras su marido o hijo miraba, realmente en ese momento no entendía muy bien el diálogo, por lo que no sabía diferenciar qué decían.
Pero algo me quedó claro al instante. Qué posición envidiable la de el señor, cuando placer al sentirse tan oprimido, quebrado en su voluntad al punto de que la mujer más significativa en su vida gozaba de dos vergas gigantes en su cara.
La humillación de esa persona me resultó excitante. Me apropié de esa fantasía y la mantuve escondida de mis parejas de turno, porque no encontraba una comodidad digna de la reina que necesitaba.
Hasta que la conocí a ella (A, de aquí en más). Ella se me presentó por una de esas casualidades. Todo indicaba que iba a ser un garché de algunas veces, e iba a quedar ahí. Hasta que la tuve en frente. Me enamoré perdidamente de su sensualidad. Luego vino toda su personalidad, su humor, su inteligencia. Que hacían un combo increíble, todo lo que me encantaba.
Durante un tiempo la fantasía no se me atravesó en la mente. Disfrutaba de la seducción mutua que llevábamos. Ella es una bomba, y nuestro sexo es realmente muy bueno. Hasta que su cuerpo empecé a sentir que su cuerpo necesitaba más placer. Que su deseo estaba preparado para más.
Entonces, fue como pisar una mina. La fantasía explotó en mi cabeza de nuevo. Apropiándose de todo, creía yo en ese entonces. Con esta mujer voy a ser el mejor cornudo del mundo. Más que ese tipo que arrodillado sufría mientras partían en 4 a su rubia esposa.
Cada vez que la veía entangada en la casa pensaba en cómo podían otros hombres desearla, y cómo ella podía desear otras pijas.
Adoraba ir a la playa con ella, en mi mente siempre terminaban proyectándose películas donde un grupo de pendejos que estaba para la joda y se los terminaba garchando a todos mientras yo hacía el asado, como buen cornudo.
Lo sabía. Entonces se lo propuse.
Cómo todos saben, al principio fue costoso. Asumió en primera instancia que lo hacía para yo poder estar con otras minas, mientras yo negaba y argumentaba para convencerla de dar el paso. Hasta que lo habló con una amiga. El momento en que me enteré me llenó de adrenalina. Ya alguien ajeno a la oreja sabia que yo era un cornudo. Y creo que los cornudos coincidirán conmigo. Queremos mantener la discreción, pero nos prende fuego la idea de que la gente nos señale y nos diga cornudo, que se nos rían en la cara porque nuestra mujer goza de otras pijas. Al igual que añoramos que ella misma nos humille a más no poder con esa idea.
Esa conversación con su amiga, donde alguien le dijo que aprovechara esta oportunidad única la empujó hacia el vacío. Decidió saltar a la adrenalina y el placer de la vida Cuckold junto conmigo. Para nosotros los cornudos no debe haber sensación más maravillosa que tu amada le dé el Sí a tus cuernos.
Y fue el comienzo de un camino hermoso. Empezó a contactarse con ex salientes, conoció gente en boliches, y hasta se cogió a su ex por toda nuestra casa, haciéndole ordenar a mi todo el desorden cuando llegué.
Estábamos en nuestra en pleno ascenso, nos veníamos convirtiendo en algo que los dos deseábamos. Yo de manera muy manifiesta, y ella de manera latente, cómo pidiendo cada vez menos permiso para disfrutar del sexo libre. Ella cómo hotwife dominante y yo cómo cornudo sumiso.
El tiempo de los parciales y exámenes fue llegando y la cosa se enfrió como debía.
Yo mientras me dedicaba a buscar un candidato que cubriera los rubros que yo entendía necesarios para hacerla llegar a ser todo lo que yo soñaba que fuera.
Y podría haber sido, si yo no me hubiese asustado. Aunque ahora siento haciendo el trabajo Atlas, pero con el arrepentimiento en mis hombros.
Lo encontré en una página de encuentros sexuales dónde entraba seguido a ver si pescaba algo. Hablé un poco con él. Me dio buena espina y decidí pasar al Whatsapp. Me envió un par de fotos, que reenvié a ella. Automáticamente me pidió el número del potencial corneador.
La química se generó prácticamente al instante. Hablaron un par de días, intercambiaron fotos. Y yo notaba que ella ya estaba caliente con la idea de cojerlo todo.
Esos días me cogía muy caliente, mientras me gritaba que iba a ser tremendo cornudo con la pija del nuevo corneador. Gritaba su nombre mientras acababa. Y acababa más que nunca. Yo estaba en el cielo.
Hasta que concretaron una cita. Iba a ser a la tarde, misma hora que yo estaría en un congreso, en la casa de él.
Estaba claro que yo no participaría. Pero pedí a ambos que por favor me mandaran fotos y vídeos. Que me tuvieran presente. Pobre cornudo, no? Mendigándole al macho de su novia que lo tenga presente.
El congreso al otro día se me pasó volando. Con la idea de que llegara rápido la hora del encuentro no me pude concentrar en casi nada de lo expuesto. Estaba en una nube.
Se hizo la hora del encuentro, ella me confirmaba que estaba llegando a encontrarse con él.
Al rato un, “Llegué bien amor. Te escribo más tarde”.
No hay forma de describir la velocidad de mi corazón y la adrenalina que me corría.
(Continuará)
Nuestro proceso está vigente y en ascenso hacia cada vez disfrutar más de esto.
Los invito a dejar gotas de su imaginación en los comentarios. Así nos dan ideas para gozar esto, y pasarlas a la tinta virtual.
Gracias!!
Busca hurgar sobretodo en el sentir del cornudo, pero también en el de la hotwife, si es posible.
Segunda toma. Episodio 1.
Hola! Hacía mucho tiempo no me decidía a escribir nada. Debe ser porque la cosa quedó en pausa después del último relato. Pero en pausa literaria, pues cosas siguieron pasando. En sentidos dispersos, sin una dirección clara, pero pasando. Hubo momentos en que íbamos a 150 Km/h y otros en que sentíamos necesidad de poner reversa, pues registrábamos miedos, y no queríamos perder lo nuestro.
Uno de esos sentimientos de reversa se dio cuando conocimos al Corneador que más se ha ajustado al ideal.
La fantasía del cuckold llegó a mí hace muchos años, cuando por casualidad ví un vídeo porno dónde unos negros con vergas gigantes sometían a una rubia, mientras su marido o hijo miraba, realmente en ese momento no entendía muy bien el diálogo, por lo que no sabía diferenciar qué decían.
Pero algo me quedó claro al instante. Qué posición envidiable la de el señor, cuando placer al sentirse tan oprimido, quebrado en su voluntad al punto de que la mujer más significativa en su vida gozaba de dos vergas gigantes en su cara.
La humillación de esa persona me resultó excitante. Me apropié de esa fantasía y la mantuve escondida de mis parejas de turno, porque no encontraba una comodidad digna de la reina que necesitaba.
Hasta que la conocí a ella (A, de aquí en más). Ella se me presentó por una de esas casualidades. Todo indicaba que iba a ser un garché de algunas veces, e iba a quedar ahí. Hasta que la tuve en frente. Me enamoré perdidamente de su sensualidad. Luego vino toda su personalidad, su humor, su inteligencia. Que hacían un combo increíble, todo lo que me encantaba.
Durante un tiempo la fantasía no se me atravesó en la mente. Disfrutaba de la seducción mutua que llevábamos. Ella es una bomba, y nuestro sexo es realmente muy bueno. Hasta que su cuerpo empecé a sentir que su cuerpo necesitaba más placer. Que su deseo estaba preparado para más.
Entonces, fue como pisar una mina. La fantasía explotó en mi cabeza de nuevo. Apropiándose de todo, creía yo en ese entonces. Con esta mujer voy a ser el mejor cornudo del mundo. Más que ese tipo que arrodillado sufría mientras partían en 4 a su rubia esposa.
Cada vez que la veía entangada en la casa pensaba en cómo podían otros hombres desearla, y cómo ella podía desear otras pijas.
Adoraba ir a la playa con ella, en mi mente siempre terminaban proyectándose películas donde un grupo de pendejos que estaba para la joda y se los terminaba garchando a todos mientras yo hacía el asado, como buen cornudo.
Lo sabía. Entonces se lo propuse.
Cómo todos saben, al principio fue costoso. Asumió en primera instancia que lo hacía para yo poder estar con otras minas, mientras yo negaba y argumentaba para convencerla de dar el paso. Hasta que lo habló con una amiga. El momento en que me enteré me llenó de adrenalina. Ya alguien ajeno a la oreja sabia que yo era un cornudo. Y creo que los cornudos coincidirán conmigo. Queremos mantener la discreción, pero nos prende fuego la idea de que la gente nos señale y nos diga cornudo, que se nos rían en la cara porque nuestra mujer goza de otras pijas. Al igual que añoramos que ella misma nos humille a más no poder con esa idea.
Esa conversación con su amiga, donde alguien le dijo que aprovechara esta oportunidad única la empujó hacia el vacío. Decidió saltar a la adrenalina y el placer de la vida Cuckold junto conmigo. Para nosotros los cornudos no debe haber sensación más maravillosa que tu amada le dé el Sí a tus cuernos.
Y fue el comienzo de un camino hermoso. Empezó a contactarse con ex salientes, conoció gente en boliches, y hasta se cogió a su ex por toda nuestra casa, haciéndole ordenar a mi todo el desorden cuando llegué.
Estábamos en nuestra en pleno ascenso, nos veníamos convirtiendo en algo que los dos deseábamos. Yo de manera muy manifiesta, y ella de manera latente, cómo pidiendo cada vez menos permiso para disfrutar del sexo libre. Ella cómo hotwife dominante y yo cómo cornudo sumiso.
El tiempo de los parciales y exámenes fue llegando y la cosa se enfrió como debía.
Yo mientras me dedicaba a buscar un candidato que cubriera los rubros que yo entendía necesarios para hacerla llegar a ser todo lo que yo soñaba que fuera.
Y podría haber sido, si yo no me hubiese asustado. Aunque ahora siento haciendo el trabajo Atlas, pero con el arrepentimiento en mis hombros.
Lo encontré en una página de encuentros sexuales dónde entraba seguido a ver si pescaba algo. Hablé un poco con él. Me dio buena espina y decidí pasar al Whatsapp. Me envió un par de fotos, que reenvié a ella. Automáticamente me pidió el número del potencial corneador.
La química se generó prácticamente al instante. Hablaron un par de días, intercambiaron fotos. Y yo notaba que ella ya estaba caliente con la idea de cojerlo todo.
Esos días me cogía muy caliente, mientras me gritaba que iba a ser tremendo cornudo con la pija del nuevo corneador. Gritaba su nombre mientras acababa. Y acababa más que nunca. Yo estaba en el cielo.
Hasta que concretaron una cita. Iba a ser a la tarde, misma hora que yo estaría en un congreso, en la casa de él.
Estaba claro que yo no participaría. Pero pedí a ambos que por favor me mandaran fotos y vídeos. Que me tuvieran presente. Pobre cornudo, no? Mendigándole al macho de su novia que lo tenga presente.
El congreso al otro día se me pasó volando. Con la idea de que llegara rápido la hora del encuentro no me pude concentrar en casi nada de lo expuesto. Estaba en una nube.
Se hizo la hora del encuentro, ella me confirmaba que estaba llegando a encontrarse con él.
Al rato un, “Llegué bien amor. Te escribo más tarde”.
No hay forma de describir la velocidad de mi corazón y la adrenalina que me corría.
(Continuará)
Nuestro proceso está vigente y en ascenso hacia cada vez disfrutar más de esto.
Los invito a dejar gotas de su imaginación en los comentarios. Así nos dan ideas para gozar esto, y pasarlas a la tinta virtual.
Gracias!!
17 comentarios - El mejor cornudo del mundo (1)
Que % de veracidad a todo lo contado le pondrias?. de onda te lo pregunto