esto viene de acá: http://www.poringa.net/posts/relatos/3654017/Cogiendo-con-el-de-Airbnb-gay.html
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En eso, Felipe se sentó, me agarró de la cintura y me tiró en la cama. Empezamos a chapar y enseguida empecé a notar sus intenciones de ser totalmente dominante, a lo que me entregué completamente. Todavía con los boxers puestos, me puso boca abajo y me agarró muy fuerte por atrás, apoyándome sus 19 cm de carne en cola y haciendo movimientos pélvicos mientras me apretaba fuerte de la cintura y me decía guarangadas al oido.
-Querés sentir la pija de un macho? - me decía entre susurros. -Yo te voy a enseñar cosas que allá en Buenos Aires no aprenden.
El chabon era muy intenso y sexual. Me franeleaba todo, me tocaba todo el cuerpo. Yo volaba, sentía como el culo se me iba dilatando y todavía tenía el boxer puesto. Además, sentía los brazos fuertes y firmes del pibe y me enloquecía.
Después de un rato así, me soltó y me bajó de un tirón el boxer, dejándome en 4 y con el orto a disposición. Empezó a nalguearme fuerte con una mano, mientras que con la otra me acariciaba el agujero. Yo solo atinaba a gemir y pedir más. Estaba extasiado. Enseguida, empezó a besarme y morderme los cachetes del culo. Fue recorrriendo todo hasta llegar al agujero, donde estuvo dedicado un largo rato a comer y meter la lengua, intercalada con algun que otro dedo en un culo que ya le podían meter cualquier cosa de lo dilatado que estaba.
De un solo sacudón, me dió vuelta y quedé frente a su bulto. El se puso cómodo de rodillas y me exigió que me atragante con su pija. Ahí, tomé el control. Jugando un poco con la fuerza física de ambos, forcejeé para que se acueste en las almohadas. Fui bajando por su cuerpo, chupando cada pliegue de los músculos, hasta llegar al boxer hinchado. Saqué su pedazo de carne y empecé a chuparlo frenéticamente, escuchando los gemidos que el sanjuanino daba. Su pija era gruesa, levemente torcida a la izquierda, con los pelos recortados. Me excitaba lo oscura que era. Después de petear un rato, Felipe se incorporó y recuperó el dominio. Empezó a pegarme con la pija en la cara y a preguntarme porque no me había cruzado de habitación ayer.
Después de un rato así, lo volví a empujar para que se acueste. Le pedí los forros, que sacó de un cajón y me dio un sobre de gel. Se lo puse, me unté la cola de lubricante, y me senté en su carnosa pija. Fui bajando lentamente, hasta que sentí el tope. Mis ojos se volvieron blancos y Felipe, al percatarse, me agarró de la cintura y me empezó a guiar en el galope. Un rato largo estuvimos así, mientras yo estaba impresionado con el lomo del sanjuanino, el me dejaba el orto colorado de los bifes que me daba. Me di vuelta, dejándole el orto en primera plana y sus bifes se intensificaron. Estabamos super excitados los dos. EL se incorporó y me empezó a cojer en cuatro.
Depués de un rato, empecé a sentir que su pija se hinchaba como para acabar. Le pedí la leche en la cara, pero no aguantó y explotó en mi ojete. Sentía como se hinchaba esa pija al ritmo de un jadeo constante.
-Qué culo tenes porteñito- me dijo. Vamos a bañarnos que quiero más.
Yo, que todavía no había acabado y encima quería probarle la leche, accedí enseguida. Nos fuimos a bañar y eso sigue en otro relato.
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Espero les haya gustado! Quiero conocer algo de sus historias también!
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En eso, Felipe se sentó, me agarró de la cintura y me tiró en la cama. Empezamos a chapar y enseguida empecé a notar sus intenciones de ser totalmente dominante, a lo que me entregué completamente. Todavía con los boxers puestos, me puso boca abajo y me agarró muy fuerte por atrás, apoyándome sus 19 cm de carne en cola y haciendo movimientos pélvicos mientras me apretaba fuerte de la cintura y me decía guarangadas al oido.
-Querés sentir la pija de un macho? - me decía entre susurros. -Yo te voy a enseñar cosas que allá en Buenos Aires no aprenden.
El chabon era muy intenso y sexual. Me franeleaba todo, me tocaba todo el cuerpo. Yo volaba, sentía como el culo se me iba dilatando y todavía tenía el boxer puesto. Además, sentía los brazos fuertes y firmes del pibe y me enloquecía.
Después de un rato así, me soltó y me bajó de un tirón el boxer, dejándome en 4 y con el orto a disposición. Empezó a nalguearme fuerte con una mano, mientras que con la otra me acariciaba el agujero. Yo solo atinaba a gemir y pedir más. Estaba extasiado. Enseguida, empezó a besarme y morderme los cachetes del culo. Fue recorrriendo todo hasta llegar al agujero, donde estuvo dedicado un largo rato a comer y meter la lengua, intercalada con algun que otro dedo en un culo que ya le podían meter cualquier cosa de lo dilatado que estaba.
De un solo sacudón, me dió vuelta y quedé frente a su bulto. El se puso cómodo de rodillas y me exigió que me atragante con su pija. Ahí, tomé el control. Jugando un poco con la fuerza física de ambos, forcejeé para que se acueste en las almohadas. Fui bajando por su cuerpo, chupando cada pliegue de los músculos, hasta llegar al boxer hinchado. Saqué su pedazo de carne y empecé a chuparlo frenéticamente, escuchando los gemidos que el sanjuanino daba. Su pija era gruesa, levemente torcida a la izquierda, con los pelos recortados. Me excitaba lo oscura que era. Después de petear un rato, Felipe se incorporó y recuperó el dominio. Empezó a pegarme con la pija en la cara y a preguntarme porque no me había cruzado de habitación ayer.
Después de un rato así, lo volví a empujar para que se acueste. Le pedí los forros, que sacó de un cajón y me dio un sobre de gel. Se lo puse, me unté la cola de lubricante, y me senté en su carnosa pija. Fui bajando lentamente, hasta que sentí el tope. Mis ojos se volvieron blancos y Felipe, al percatarse, me agarró de la cintura y me empezó a guiar en el galope. Un rato largo estuvimos así, mientras yo estaba impresionado con el lomo del sanjuanino, el me dejaba el orto colorado de los bifes que me daba. Me di vuelta, dejándole el orto en primera plana y sus bifes se intensificaron. Estabamos super excitados los dos. EL se incorporó y me empezó a cojer en cuatro.
Depués de un rato, empecé a sentir que su pija se hinchaba como para acabar. Le pedí la leche en la cara, pero no aguantó y explotó en mi ojete. Sentía como se hinchaba esa pija al ritmo de un jadeo constante.
-Qué culo tenes porteñito- me dijo. Vamos a bañarnos que quiero más.
Yo, que todavía no había acabado y encima quería probarle la leche, accedí enseguida. Nos fuimos a bañar y eso sigue en otro relato.
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Espero les haya gustado! Quiero conocer algo de sus historias también!
1 comentarios - Cogiendo con el de Airbnb II (gay)