Me llamo Julián, tengo 22 años, soy de Quilmes, soy bisexual, hago deporte por lo que tengo buen cuerpo. Soy castaño, de piel bien latina y soy super lampiño, no me salen casi pelos.
***
Este verano me fui de vacaciones al Norte con amigos. Pero antes de arrancar para Salta, nos encontrabamos con amigos de otra parte del país en Córdoba. Para eso, alquilé una habitación en Airbnb en plena Nueva Córdoba. Iba a pasar dos noches ahí, mientras terminábamos de encontrarnos los 5 amigos que saldríamos para el norte.
Cuando llegué, me recibió Felipe, un sanjuaniano de unos 25 años, estudiante de Contabilidad, no muy fachero, pero si muy simpático y con un muy buen cuerpo. Al menos, eso dejaba ver la ajustada remera que llevaba. Después de indicarme las cosas que tenía que saber de la casa, me indicó cuál era mi habitación, que estaba en un pasillo al lado de la de él y frente al baño.
Mientras me terminaba de acomodar, apareció en la habitación con ropa deportiva y me dijo que se iba al gimnasio que volvía tipo 20hs. Me sugirió lugares para salir a comer y tomar algo y se fue.
Enero en Córdoba es bastante caluroso y húmedo, por lo que iban a ser dos días bravos. Para peor, solo había aire en el comedor, por lo que pensé que iba a estar jodido. Me bañe, salí y tomar. La noche no tuvo ningún momento destacado. Cuando volví, cerca de las 12 de la noche, Felipe ya se había acostado. Me cepillé los dientes y cuando iba a mi habitación vi que su puerta estaba entreabierta y el dormía boca abajo solo con boxer y destapado, dejando ver un tremendo ojete parado y unas gambas muy peludas. Me detuve un ratito a mirarlo. Yo también estaba en boxer y me empecé a acariciar la pija. Me daba muchísimo morbo la situación. Me metí en la habitación y agarré el celular. Me bajé Grindr, lo configuré y para mi sorpresa, vi que tenía a alguien a 0 metro de distancia, con una foto de un cuerpo bien laburado. Habían muchísimas posibilidades de que fuera él. Me hice una terrible paja pensando en cruzarme de habitación para cogermelo, pero cuando acabé me di cuenta que la estaba colgando, y desinstalé la app.
Al otro día, cuando me desperté, me clavé otra paja pensando en la situación de la noche anterior y pensando mil escenarios posibles para terminar clavando con ese pibe. Me levanté, fui al baño, me cambié y luego al comedor donde estaba Felipe en el sillón, en cuero y short de fúltbol.
-Disculpame loco que estoy así, es que estoy cagado de calor y el aire anda mas o menos - me dijo.
-No hay drama- le contesté. El aire acondicionado funcionaba, pero no era mjy potente.
Tomamos unos mates y nada más. Yo salí, porque me empezaba a encontrar con los pibes que venían llegando. Al otro día, salían nuestro tren a Tucumán. Estuve todo el día fuera de la casa. Volví a bañarme, y salí de nuevo a cenar y tomar algo con mis amigos. Apenas cruzamos unas palabras con Felipe.
Después de una noche divertida, volví al depto, bastante entonado. Cuando estoy medio escabio, me pongo más morboso de lo normal, tenía ganas de cojer. Subí, y cuando entré, para mi decepción, estaban todas las luces apagadas. Eran cerca de las 2 de la mañana. Mi tren salía al otro día a las 2 de la tarde y habíamos quedado en encontrarnos con is amigos al mediodía. Fui a mi habitación, busqué un boxer blanco que tengo y me fui a bañar. A la pasada, vi que Felipe estaba despierto, acostado con la notebook mirando algo. Lo saludé desde el pasillo, a lo que me preguntó a que hora me iba mañana.
-Me baño y paso a organizar bien- le dije a la pasada.
Me bañe, me lavé bien y me puse el boxer. Me cepillé los dientes y pensé: - Le caigo así, si me mirá mucho, me lo clavo. La cola la tenía lista y en mi habitación tenía gel y forros.
Golpeé la puerta entreabierta, y me dijo que pase. En boxer y en actitud provocadora, me apoyé en el marco de la puerta mientras le explicaba a que hora me iba al día siguiente. En un acto reflejo, noté como me había mirado de arriba a abajo y había soltado una indisimulable risita. Me acerqué a la cama, para ver que pasaba. El cerró la compu y la dejó en el piso. Esa fue mi señal de que tenía que subirme a la cama. Puse una rodilla arriba, de la cama, luego la otra y me quedé mirandolo fijo. El acomodó los almohadones sobre el respaldo de la cama. Vi como bajo el boxer celeste se iba hinchando su pija.
Felipe estaba acostado sobre los almohadones, con las piernas abiertas y estiradas. Yo estaba arrodillado en los pies de la cama, y con las manos empecé a acariciarles las piernas. Puso las dos manos detrás de su cabeza, en posición de entrega. Tenía un lomazo, una espalda bárbara y los abdominales re marcados.
-Parece que el porteñito hoy come pija- me dijo. Lo miré, me reí y el resto se los cuento en otro relato.
*****
Si les gustó, comenten! Vivieron alguna situación parecida? Cuál fue la situación más rara que vivieron?
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Este verano me fui de vacaciones al Norte con amigos. Pero antes de arrancar para Salta, nos encontrabamos con amigos de otra parte del país en Córdoba. Para eso, alquilé una habitación en Airbnb en plena Nueva Córdoba. Iba a pasar dos noches ahí, mientras terminábamos de encontrarnos los 5 amigos que saldríamos para el norte.
Cuando llegué, me recibió Felipe, un sanjuaniano de unos 25 años, estudiante de Contabilidad, no muy fachero, pero si muy simpático y con un muy buen cuerpo. Al menos, eso dejaba ver la ajustada remera que llevaba. Después de indicarme las cosas que tenía que saber de la casa, me indicó cuál era mi habitación, que estaba en un pasillo al lado de la de él y frente al baño.
Mientras me terminaba de acomodar, apareció en la habitación con ropa deportiva y me dijo que se iba al gimnasio que volvía tipo 20hs. Me sugirió lugares para salir a comer y tomar algo y se fue.
Enero en Córdoba es bastante caluroso y húmedo, por lo que iban a ser dos días bravos. Para peor, solo había aire en el comedor, por lo que pensé que iba a estar jodido. Me bañe, salí y tomar. La noche no tuvo ningún momento destacado. Cuando volví, cerca de las 12 de la noche, Felipe ya se había acostado. Me cepillé los dientes y cuando iba a mi habitación vi que su puerta estaba entreabierta y el dormía boca abajo solo con boxer y destapado, dejando ver un tremendo ojete parado y unas gambas muy peludas. Me detuve un ratito a mirarlo. Yo también estaba en boxer y me empecé a acariciar la pija. Me daba muchísimo morbo la situación. Me metí en la habitación y agarré el celular. Me bajé Grindr, lo configuré y para mi sorpresa, vi que tenía a alguien a 0 metro de distancia, con una foto de un cuerpo bien laburado. Habían muchísimas posibilidades de que fuera él. Me hice una terrible paja pensando en cruzarme de habitación para cogermelo, pero cuando acabé me di cuenta que la estaba colgando, y desinstalé la app.
Al otro día, cuando me desperté, me clavé otra paja pensando en la situación de la noche anterior y pensando mil escenarios posibles para terminar clavando con ese pibe. Me levanté, fui al baño, me cambié y luego al comedor donde estaba Felipe en el sillón, en cuero y short de fúltbol.
-Disculpame loco que estoy así, es que estoy cagado de calor y el aire anda mas o menos - me dijo.
-No hay drama- le contesté. El aire acondicionado funcionaba, pero no era mjy potente.
Tomamos unos mates y nada más. Yo salí, porque me empezaba a encontrar con los pibes que venían llegando. Al otro día, salían nuestro tren a Tucumán. Estuve todo el día fuera de la casa. Volví a bañarme, y salí de nuevo a cenar y tomar algo con mis amigos. Apenas cruzamos unas palabras con Felipe.
Después de una noche divertida, volví al depto, bastante entonado. Cuando estoy medio escabio, me pongo más morboso de lo normal, tenía ganas de cojer. Subí, y cuando entré, para mi decepción, estaban todas las luces apagadas. Eran cerca de las 2 de la mañana. Mi tren salía al otro día a las 2 de la tarde y habíamos quedado en encontrarnos con is amigos al mediodía. Fui a mi habitación, busqué un boxer blanco que tengo y me fui a bañar. A la pasada, vi que Felipe estaba despierto, acostado con la notebook mirando algo. Lo saludé desde el pasillo, a lo que me preguntó a que hora me iba mañana.
-Me baño y paso a organizar bien- le dije a la pasada.
Me bañe, me lavé bien y me puse el boxer. Me cepillé los dientes y pensé: - Le caigo así, si me mirá mucho, me lo clavo. La cola la tenía lista y en mi habitación tenía gel y forros.
Golpeé la puerta entreabierta, y me dijo que pase. En boxer y en actitud provocadora, me apoyé en el marco de la puerta mientras le explicaba a que hora me iba al día siguiente. En un acto reflejo, noté como me había mirado de arriba a abajo y había soltado una indisimulable risita. Me acerqué a la cama, para ver que pasaba. El cerró la compu y la dejó en el piso. Esa fue mi señal de que tenía que subirme a la cama. Puse una rodilla arriba, de la cama, luego la otra y me quedé mirandolo fijo. El acomodó los almohadones sobre el respaldo de la cama. Vi como bajo el boxer celeste se iba hinchando su pija.
Felipe estaba acostado sobre los almohadones, con las piernas abiertas y estiradas. Yo estaba arrodillado en los pies de la cama, y con las manos empecé a acariciarles las piernas. Puso las dos manos detrás de su cabeza, en posición de entrega. Tenía un lomazo, una espalda bárbara y los abdominales re marcados.
-Parece que el porteñito hoy come pija- me dijo. Lo miré, me reí y el resto se los cuento en otro relato.
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Si les gustó, comenten! Vivieron alguna situación parecida? Cuál fue la situación más rara que vivieron?
4 comentarios - Cogiendo con el de Airbnb (gay)