Hace mucho que estoy en la cuenta, pero jamás me animé a escribir nada. Seguramente somos muchos los que leemos relatos, y muchos a los que les gustaría contar su experiencia. Pues aquí me encuentro, por primera vez, y por contar los comienzos en el mundo swinger.
Como dice nuestro usuario, somos una pareja de Uruguay, pronto tendrán la posibilidad de conocernos por fotos, pero eso lo dejaremos para más adelante. Somos jóvenes, 23 años tiene Jani, y yo, Martin tengo 27. Jani tiene una tetas hermosas, grandes, de esas que se notan y dan ganas de chuparlas por bastante rato, además tiene una cola riquísima, que al apretarla se nota la dureza de la misma. Ambos somos de complexción delgada y atléticos, pues ella hace pool dance (baila en el caño) y yo voy al gimnasio 3 veces a la semana y además juego al fútbol todos los domingos. Estudiamos ambos, nos conocimos en la Facultad, y ese es otro lugar del que después les contaremos, porque claro, también pasaron cosas ahí, pero volvamos a nuestra historia, verídica por cierto, que pasó hace 1 año atrás.
Siempre miraba películas o leía relatos sobre cuckold, tríos, cuartetos, orgías y todo los relacionado a sexo entre muchas personas, siempre rondó en mi cabeza la posibilidad de participar, aunque sea ver. y fue así que un día, se lo comenté a mi pareja, que incluso, ni siquiera sabía que significaba la palabra swinger. Después de explicarle con detalle de que consistía, de que podíamos ir un día a un boliche swinger que había en Montevideo, un no rotundo recibí de su parte, y sin ánimos de convencer, desistí de la idea. Sin dudas que ella no quería saber nada con ese mundo, chicas estando con chicas, luego intercambiar parejas, que era eso se preguntaba, realmente existe eso? pueden parejas estar con otras parrejas?, muchas preguntas le surgían y las respuestas le hacían afirmar que no quería experientar eso.
Pasaron los días hasta que llegó un martes, en el cual hablando con mi novia ella me dijo:
- che, querés ir este finde al boliche?
- al boliche? si a cual?
- a uno de esos
- mm, no se a cual te referis, a uno del centro de la capital?
- no no, al bolciche swinger.
Mi cara quedo helada ante esa propuesta, acaso había escuchado bien? quería ir a un boliche swinger?
- segura que querés ir a ese lugar?
- si si quiero, quiero ver, me intriga.
Fue ahí que me di cuenta, había plantado una semilla, de aquella vez que le había comentado todo sobre ese mundo, jamás iba a pensar que esa semilla florecería como lo hizo, y comenzara a intrigarla, de saber de que se trataba, claro, después me di cuenta que ella había investigado en el tema, había leído sobre lo que era ese ambiente, que se hacía, de que se trataba.
Los días no pasaban más, fue eterna la distancia entre el martes y el sábado, el día en que conoceríamos por primera vez, un boliche swinger. Hasta que el día llegó. Nos vestimos para la ocación, yo un pantalón jeans negro, una camisa blanca y championes blancos, ella, mi novia, con una minifalda de jeans de infarto, de esas que cada vez que se sentaba se le veía el frente de la tanga blanca, una tanguita con un pequeño triángulo en la cola, arriba usaba un top blanco con bastante escote y no llevaba sutién, a pesar de que el top no se transparentaba, si se le notaban los pezones, o más bien, lo que se notaban eran los pircing de estos, algo que ya lo verán en siguientes post.
Llegamos al boliche Punto Encuentro, que tenía una entrada que no decía nada, parecía una casa común y corriente, esto debido a que era un club exclusivo para parejas y chicas solas, al cual se llegaba con previa coordinación. Adentro es grande, con un salón para bailar, una barra de tragos y el deejay, y claro, infaltable un caño para bailar. Si seguís adentrandote hay un pasillo el cual conecta a los baños y 2 cuartos, reservados para que las parejas puedan darse amor, amor y algo más. De luz tenue, con sillones y una cama central, y pequeños apartados para aquellas parejas que no se animan al sexo en público, un espacio como para 2 parejas máximo, mini reservados dentro de un reservado.
Bailamos cada canción que sonaba, habíamos terminado los 2 tragos que venían de regalo con la entrada y ya hacían efecto, se le notaba en mi novia, la cual bailaba cada vez más provocativa, con cada meneo se le subía más la minifalda, eso hacía que se le notara la tanguita, cosa que no pasó desapercibida para una de las parejitas que se encontraba en el lugar, que nos miró, se acercó, y nos empezo a hablar. Eran jóvenes, ella rubia con lindas tetas, flaquita y cola redondita, el grande, de cuerpo atlético, castaño, seguro hacia deporte o gimnasio. Se acercaron y hablaron con nosotros, nos contaron de su vida, de sus fantasías, pero por cuestiones de verguenza, y nerviosismo, no nos animamos a más que una charla. Nuestra idea era ir a bailar, tomar algo y ver, divertirnos un poco y nada más, conocer el ambiente en otras palabras, sin embargo, sabíamos de aquellos reservados, y la curiosidad era más fuerte que los miedos, por lo que nos acercamos a ver que pasaba en aquellos cuartos.
Decidimos entrar a uno, y la sorpresa fue mutua al ver lo que pasaba allí, parejas teniendo sexo sin problema, sin tabu, solo disfrutando de ver y ser vistos, sin duda la sensación más placentera, tener sexo en frente de las personas, ver y ser vistos. Nosotros nos sentamos en uno de los sillones, no tan alejados de los otros, veíamos a cada pareja, recuerdo a una con el chico en el sillón, su novia arrodillada en el piso mientras le comía toda la pija, recorría de arriba a abajo toda esa poronga mientras lo miraba a los ojos y podía ver la cara de placer de su pareja. en otro sillón, la chica montaba a su novio, saltaba con ganas mientras que este sontenía su cintura para que la pija no saliera de su vagina. Más alejados, en un sillón compartido, se encontraban 4 personas, no supimos si cada una con su pareja o era un intercambio entre ellos, pero si sabíamos que las mujeres se gustaban, pues estas estaban fundidas en un beso, largo, con mucha lengua, mientras en 4, los chicos le daban pija, uno más fuerte que el otro, sin piedad dándole pija a esa putita que ahogaba los gemidos en el beso con la otra chica, la cual recibía suaves embestidas de otra pija, seguramente aguantando de no largar toda la leche.
El fuego entre nosotros empezó a prenderse, sabíamos que no dabamos más, queríamos cojer entre nosotros después de ver todo ese show, por lo que decidimos ir a esos mini reservado que se encontraban ahí adentro, para estar mas íntimos y tranquilos. Apenas entramos yo arrincone a mi novia contra la pared, comencé a comerle el cuello, le pasaba la lengua meintras me apretaba la respalda, deseosa de pija, me comenzó a besar, mientras sus manos bajaban a tocarme. no le resultó dificil desprender el pantalón, menos aun sacar la verga que ya estaba muy dura, apenas me masturbó, cuando decidió bajar para comerme toda la pija. empezó a pasarle la lengua, muy suave por todo el tronco hasta la cabeza que se encontraba hinchada, roja por la exitacion. no aguantaba más esa chupada, sentía que iba a acabar en cualquier momento, así que la agarre del pelo, y la levante, apenas nos fundimos en un beso con mucha lengua, y la di vueltas, le puse la cara contra la pared y sacando colita, le subí la minifalda, apenas, ya que la misma ya se encontraba en la espalda casi. Eran tantas las ganas que ni me preocupe en bajarle tanga, simplemente se la corrí al costado, me agaché y empecé a comerle la colita, ella ayudaba abriendose la cola con las manos, me dejaba todo el ano a merced de mi lengua, la cual metía y cuando la sacaba se la pasaba por todo el orificio anal, apenas le toque la concha con la lengua y me di cuenta de su estado, estaba mojadísima, pronta para la penetración, y apenas sintío mi lengua, me lo dijo, " cojeme por favor", y así fue como la levanté, apoyé la cabeza de mi pija en la entrada de su concha empapada, y se la metí hasta el fondo.
Estuvimos cojiendo así 5 minutos, bombeaba fuerte e intercalaba con pequeños movimientos para no acabar rápido, queria cojerla toda, darle pija contra todo, en 4, arriba mío y que se tome la leche como suele hacer, como le gusta, sin dejar que nada caiga en el piso, pues ella es muy golosa y le encanta mucho la leche. Estabamos en plena cojida, metiéndole la pija mientras su pelo estaba en mis manos, cuando alguien entró, eso nos paralizó ya que no esperábamos visitas. cuando giramos ambos la cabeza nos dimos cuenta de quien era, o más bien quienes eran. Había entrado aquella pareja que nos habló en la pista de baile, que sin mediar palabra, y entendiendo la situación, se empezaron a besar muy cerca de nosotros, luego ella nos miró, sonrió y le comió todo el cuello a su pareja, mientras le agarraba la pija por encima del pantalón, la cual ya se veía semi parada, y con la recorrida de la mano, se notaba bastante grande. Quién iba a decir, pensamos, tendremos sexo frente a otra pareja que también iba a tener sexo, pero lo que pasó estaba lejos de ese pensamiento, pero eso será historia de otro relato, en el cual contaremos, nuestro primer intercambio.
Ya está la continuación, nuestro segundo relato que tiene un regalito para ustedes ⬇ ⬇
http://www.poringa.net/posts/relatos/3652640/Nuestro-primer-intercambio-de-parejas.html
Como dice nuestro usuario, somos una pareja de Uruguay, pronto tendrán la posibilidad de conocernos por fotos, pero eso lo dejaremos para más adelante. Somos jóvenes, 23 años tiene Jani, y yo, Martin tengo 27. Jani tiene una tetas hermosas, grandes, de esas que se notan y dan ganas de chuparlas por bastante rato, además tiene una cola riquísima, que al apretarla se nota la dureza de la misma. Ambos somos de complexción delgada y atléticos, pues ella hace pool dance (baila en el caño) y yo voy al gimnasio 3 veces a la semana y además juego al fútbol todos los domingos. Estudiamos ambos, nos conocimos en la Facultad, y ese es otro lugar del que después les contaremos, porque claro, también pasaron cosas ahí, pero volvamos a nuestra historia, verídica por cierto, que pasó hace 1 año atrás.
Siempre miraba películas o leía relatos sobre cuckold, tríos, cuartetos, orgías y todo los relacionado a sexo entre muchas personas, siempre rondó en mi cabeza la posibilidad de participar, aunque sea ver. y fue así que un día, se lo comenté a mi pareja, que incluso, ni siquiera sabía que significaba la palabra swinger. Después de explicarle con detalle de que consistía, de que podíamos ir un día a un boliche swinger que había en Montevideo, un no rotundo recibí de su parte, y sin ánimos de convencer, desistí de la idea. Sin dudas que ella no quería saber nada con ese mundo, chicas estando con chicas, luego intercambiar parejas, que era eso se preguntaba, realmente existe eso? pueden parejas estar con otras parrejas?, muchas preguntas le surgían y las respuestas le hacían afirmar que no quería experientar eso.
Pasaron los días hasta que llegó un martes, en el cual hablando con mi novia ella me dijo:
- che, querés ir este finde al boliche?
- al boliche? si a cual?
- a uno de esos
- mm, no se a cual te referis, a uno del centro de la capital?
- no no, al bolciche swinger.
Mi cara quedo helada ante esa propuesta, acaso había escuchado bien? quería ir a un boliche swinger?
- segura que querés ir a ese lugar?
- si si quiero, quiero ver, me intriga.
Fue ahí que me di cuenta, había plantado una semilla, de aquella vez que le había comentado todo sobre ese mundo, jamás iba a pensar que esa semilla florecería como lo hizo, y comenzara a intrigarla, de saber de que se trataba, claro, después me di cuenta que ella había investigado en el tema, había leído sobre lo que era ese ambiente, que se hacía, de que se trataba.
Los días no pasaban más, fue eterna la distancia entre el martes y el sábado, el día en que conoceríamos por primera vez, un boliche swinger. Hasta que el día llegó. Nos vestimos para la ocación, yo un pantalón jeans negro, una camisa blanca y championes blancos, ella, mi novia, con una minifalda de jeans de infarto, de esas que cada vez que se sentaba se le veía el frente de la tanga blanca, una tanguita con un pequeño triángulo en la cola, arriba usaba un top blanco con bastante escote y no llevaba sutién, a pesar de que el top no se transparentaba, si se le notaban los pezones, o más bien, lo que se notaban eran los pircing de estos, algo que ya lo verán en siguientes post.
Llegamos al boliche Punto Encuentro, que tenía una entrada que no decía nada, parecía una casa común y corriente, esto debido a que era un club exclusivo para parejas y chicas solas, al cual se llegaba con previa coordinación. Adentro es grande, con un salón para bailar, una barra de tragos y el deejay, y claro, infaltable un caño para bailar. Si seguís adentrandote hay un pasillo el cual conecta a los baños y 2 cuartos, reservados para que las parejas puedan darse amor, amor y algo más. De luz tenue, con sillones y una cama central, y pequeños apartados para aquellas parejas que no se animan al sexo en público, un espacio como para 2 parejas máximo, mini reservados dentro de un reservado.
Bailamos cada canción que sonaba, habíamos terminado los 2 tragos que venían de regalo con la entrada y ya hacían efecto, se le notaba en mi novia, la cual bailaba cada vez más provocativa, con cada meneo se le subía más la minifalda, eso hacía que se le notara la tanguita, cosa que no pasó desapercibida para una de las parejitas que se encontraba en el lugar, que nos miró, se acercó, y nos empezo a hablar. Eran jóvenes, ella rubia con lindas tetas, flaquita y cola redondita, el grande, de cuerpo atlético, castaño, seguro hacia deporte o gimnasio. Se acercaron y hablaron con nosotros, nos contaron de su vida, de sus fantasías, pero por cuestiones de verguenza, y nerviosismo, no nos animamos a más que una charla. Nuestra idea era ir a bailar, tomar algo y ver, divertirnos un poco y nada más, conocer el ambiente en otras palabras, sin embargo, sabíamos de aquellos reservados, y la curiosidad era más fuerte que los miedos, por lo que nos acercamos a ver que pasaba en aquellos cuartos.
Decidimos entrar a uno, y la sorpresa fue mutua al ver lo que pasaba allí, parejas teniendo sexo sin problema, sin tabu, solo disfrutando de ver y ser vistos, sin duda la sensación más placentera, tener sexo en frente de las personas, ver y ser vistos. Nosotros nos sentamos en uno de los sillones, no tan alejados de los otros, veíamos a cada pareja, recuerdo a una con el chico en el sillón, su novia arrodillada en el piso mientras le comía toda la pija, recorría de arriba a abajo toda esa poronga mientras lo miraba a los ojos y podía ver la cara de placer de su pareja. en otro sillón, la chica montaba a su novio, saltaba con ganas mientras que este sontenía su cintura para que la pija no saliera de su vagina. Más alejados, en un sillón compartido, se encontraban 4 personas, no supimos si cada una con su pareja o era un intercambio entre ellos, pero si sabíamos que las mujeres se gustaban, pues estas estaban fundidas en un beso, largo, con mucha lengua, mientras en 4, los chicos le daban pija, uno más fuerte que el otro, sin piedad dándole pija a esa putita que ahogaba los gemidos en el beso con la otra chica, la cual recibía suaves embestidas de otra pija, seguramente aguantando de no largar toda la leche.
El fuego entre nosotros empezó a prenderse, sabíamos que no dabamos más, queríamos cojer entre nosotros después de ver todo ese show, por lo que decidimos ir a esos mini reservado que se encontraban ahí adentro, para estar mas íntimos y tranquilos. Apenas entramos yo arrincone a mi novia contra la pared, comencé a comerle el cuello, le pasaba la lengua meintras me apretaba la respalda, deseosa de pija, me comenzó a besar, mientras sus manos bajaban a tocarme. no le resultó dificil desprender el pantalón, menos aun sacar la verga que ya estaba muy dura, apenas me masturbó, cuando decidió bajar para comerme toda la pija. empezó a pasarle la lengua, muy suave por todo el tronco hasta la cabeza que se encontraba hinchada, roja por la exitacion. no aguantaba más esa chupada, sentía que iba a acabar en cualquier momento, así que la agarre del pelo, y la levante, apenas nos fundimos en un beso con mucha lengua, y la di vueltas, le puse la cara contra la pared y sacando colita, le subí la minifalda, apenas, ya que la misma ya se encontraba en la espalda casi. Eran tantas las ganas que ni me preocupe en bajarle tanga, simplemente se la corrí al costado, me agaché y empecé a comerle la colita, ella ayudaba abriendose la cola con las manos, me dejaba todo el ano a merced de mi lengua, la cual metía y cuando la sacaba se la pasaba por todo el orificio anal, apenas le toque la concha con la lengua y me di cuenta de su estado, estaba mojadísima, pronta para la penetración, y apenas sintío mi lengua, me lo dijo, " cojeme por favor", y así fue como la levanté, apoyé la cabeza de mi pija en la entrada de su concha empapada, y se la metí hasta el fondo.
Estuvimos cojiendo así 5 minutos, bombeaba fuerte e intercalaba con pequeños movimientos para no acabar rápido, queria cojerla toda, darle pija contra todo, en 4, arriba mío y que se tome la leche como suele hacer, como le gusta, sin dejar que nada caiga en el piso, pues ella es muy golosa y le encanta mucho la leche. Estabamos en plena cojida, metiéndole la pija mientras su pelo estaba en mis manos, cuando alguien entró, eso nos paralizó ya que no esperábamos visitas. cuando giramos ambos la cabeza nos dimos cuenta de quien era, o más bien quienes eran. Había entrado aquella pareja que nos habló en la pista de baile, que sin mediar palabra, y entendiendo la situación, se empezaron a besar muy cerca de nosotros, luego ella nos miró, sonrió y le comió todo el cuello a su pareja, mientras le agarraba la pija por encima del pantalón, la cual ya se veía semi parada, y con la recorrida de la mano, se notaba bastante grande. Quién iba a decir, pensamos, tendremos sexo frente a otra pareja que también iba a tener sexo, pero lo que pasó estaba lejos de ese pensamiento, pero eso será historia de otro relato, en el cual contaremos, nuestro primer intercambio.
Ya está la continuación, nuestro segundo relato que tiene un regalito para ustedes ⬇ ⬇
http://www.poringa.net/posts/relatos/3652640/Nuestro-primer-intercambio-de-parejas.html
13 comentarios - Comienzos en el mundo swinger
Esperar a próximo