Ya ha pasado tiempo desde nuestro último encuentro, y eso que vivía en mi casa y la veía diario, pero no habíamos tenido la oportunidad, mi esposa y mis hijos están todo el día en casa, pues bueno, era muy arriesgado hacer algo.
Pero este sábado fue distinto, mis hijos querían ir a ver a la abuela, así que le dije a mi esposa que los llevaba y regresaba para hacer las cosas de la casa, y como me imaginé la tía también se quedó.
Sabíamos que iba a pasar, pero para que nadie sospechara la tía dijo que iba a ver a su hijo un rato y regresaba en la noche, así que lleve a mi esposa con su mamá, y según iba a llevar a la tía, pero me la traje a la casa.
Me ayudó a hacer el aseo de la casa, meter a lavar la ropa y limpiar la cocina, y después ella se metió a bañar para después yo, pero antes de que saliera, busque algo de lencería de mi esposa, que hace años no usaba y la lleve al cuarto de la tía, era un liguero de encaje, medias de red y un sostén de encaje transparente, todo negro.
La tía me dijo que ya había terminado así que me fui a bañar, termine y me dirigí a mi habitación, cuál fue mi sorpresa que la tía estaba recostada en mi casa, con la lencería puesta, esperándome.
Me quite la toalla y me lance sobre ella, besándola y acariciando su hermoso cuerpo, sus tetas grandes, sintiendo la lencería en su piel, casi al instante tuve una tremenda erección.
Me recosté, y la tía tomo mi verga, me masturbo y me hizo un delicioso oral, garganta profunda que me dejó empapada de saliva, era delicioso, estuve a punto de venirme pero aguante.
Ahora era mi turno, la tía se recostó, sus muslos se abrieron para mí, su vagina húmeda me esperaba, se la comí con unas ganas, sus fluidos inundaron mi boca.
Y ahora estábamos listos, acomode sus piernas en mis hombros, y de un empujón la penetre, soltó un suspiro de placer, nos moviamos al ritmo, le acariciaba sus tetas y las besaba, mordía sus grandes y obscuros pezones, todo un manjar.
Pero lo bueno seguí a continuación, amo poner a las chicas en cuatro, y más cuando tienen buenas caderas, se marca más su figura, y la tía no era lo contrario, sus grandes nalgas y sus caderas era un deleite a los ojos.
Mis manos fueron directo a sus caderas, tomándola con fuerza, y la penetre nuevamente, no aguantes y ella tampoco así que nuestro orgasmo fue al mismo tiempo.
Saque mi pene de su vagina dilatada que goteaba mi semen, era delicioso, disfruto estar mucho con la tía, es toda una milf, sexy, gordibuena, caderona, nalgona y tetona, un manjar.
Pero este sábado fue distinto, mis hijos querían ir a ver a la abuela, así que le dije a mi esposa que los llevaba y regresaba para hacer las cosas de la casa, y como me imaginé la tía también se quedó.
Sabíamos que iba a pasar, pero para que nadie sospechara la tía dijo que iba a ver a su hijo un rato y regresaba en la noche, así que lleve a mi esposa con su mamá, y según iba a llevar a la tía, pero me la traje a la casa.
Me ayudó a hacer el aseo de la casa, meter a lavar la ropa y limpiar la cocina, y después ella se metió a bañar para después yo, pero antes de que saliera, busque algo de lencería de mi esposa, que hace años no usaba y la lleve al cuarto de la tía, era un liguero de encaje, medias de red y un sostén de encaje transparente, todo negro.
La tía me dijo que ya había terminado así que me fui a bañar, termine y me dirigí a mi habitación, cuál fue mi sorpresa que la tía estaba recostada en mi casa, con la lencería puesta, esperándome.
Me quite la toalla y me lance sobre ella, besándola y acariciando su hermoso cuerpo, sus tetas grandes, sintiendo la lencería en su piel, casi al instante tuve una tremenda erección.
Me recosté, y la tía tomo mi verga, me masturbo y me hizo un delicioso oral, garganta profunda que me dejó empapada de saliva, era delicioso, estuve a punto de venirme pero aguante.
Ahora era mi turno, la tía se recostó, sus muslos se abrieron para mí, su vagina húmeda me esperaba, se la comí con unas ganas, sus fluidos inundaron mi boca.
Y ahora estábamos listos, acomode sus piernas en mis hombros, y de un empujón la penetre, soltó un suspiro de placer, nos moviamos al ritmo, le acariciaba sus tetas y las besaba, mordía sus grandes y obscuros pezones, todo un manjar.
Pero lo bueno seguí a continuación, amo poner a las chicas en cuatro, y más cuando tienen buenas caderas, se marca más su figura, y la tía no era lo contrario, sus grandes nalgas y sus caderas era un deleite a los ojos.
Mis manos fueron directo a sus caderas, tomándola con fuerza, y la penetre nuevamente, no aguantes y ella tampoco así que nuestro orgasmo fue al mismo tiempo.
Saque mi pene de su vagina dilatada que goteaba mi semen, era delicioso, disfruto estar mucho con la tía, es toda una milf, sexy, gordibuena, caderona, nalgona y tetona, un manjar.
1 comentarios - El segundo encuentro con la tía