Hola Poringuer@s! Acá les comparto este relato que está de chuparse sus fluidos!!!
Casting en el Departamento 33
Ella es trigueña, pelo ondulado, castaño y ojos pardos. Carne de todos lados, lleva el cabello húmedo, unos jeans, una sudadera y un bolso de notebook, sin notebook. Ella, acorralada, llega este día al departamento número 33 del edificio del Centro. Es Lunes, 9:45 de la mañana. La entrevista es a las 10:00 hrs. En la espera se encuentra con él.
Él es delgado, estatura media, ojos pardos, tez clara y pelo liso. Ese día lleva jeans y una sudadera, además de un banano de cuero. Él, acorralado, espera fuera del departamento 33 del edificio del Centro, cuando sucede el encuentro.
Ella: Disculpa. ¿Tienes hora?
Él: Como no. Un cuarto para las diez.
Ella: Gracias. Pensé que venía atrasada. Permiso.
Ella se sienta junto a él, en la banca de piedra, frente a la puerta del departamento 33.
Él: No ha entrado nadie todavía, parece. Llegué a las nueve y media.
Ella: ¿También vienes a la entrevista?
Él: No. Yo vengo a un casting.
Ella chequea el número del departamento.
Ella: Que raro. El viernes me enviaron un mail, citándome a una entrevista de trabajo.
Él: A mí me llegó un mail el sábado, diciéndome de un casting. Soy actor.
Ella: Yo también. O sea yo soy actriz, pero no me importa si el trabajo es para secretaria. Está mala la cosa.
Él: Mala está. ¿Qué decía tu mail?
Ella: Que habían revisado mi postulación y daba con el perfil de lo que se busca. Decía que me presentara el lunes a las 10:00, lo más natural posible. Igual me eché una manito de gato. ¿Y el tuyo qué decía?
Él: Que habían visto mi página en la Web y que daba con el perfil del actor que les faltaba.
Ella: Pero ¿De qué se trata?
Él: No sé. No salía en el mail. También decía algo de presentarse lo más natural posible.
Se abre la puerta del número 33. La luz de la mañana se refleja en el ventanal del fondo del departamento y se proyecta hasta el pasillo de espera. Se corta por la figura de una mujer, de pelo negro y lizo, alta y vestimenta informal.
Mujer: Buenos días. Tú debes ser…
Ella: Gloria.
Mujer: Y tú…
El: Javier
Mujer: Perfecto. Por favor, adelante.
Entran a una oficina blanca, decorada de manera funcional y minimalista. Los cuadros en las paredes muestran humanos desnudos. Hombres, mujeres, niños y niñas, todos ellos en posiciones sugerentes, son parte del decorado. Sin embargo, no es una oficina común, pues está repleta de cámaras y la luz plana, hace recordar un set de fotografía.
Mujer: Tomen asiento, por favor. En el sofá. Les doy la bienvenida en nombre de la productora naturalcasting. Los hemos llamado a esta entrevista para conocerlos un poco más y más que todo, para que ustedes se conozcan, pues si todo va bien, trabajarán juntos.
Gloria: Disculpa, ¿De qué se trata el trabajo?
Mujer: Para allá vamos. Sin ansiedad, por favor. Durante la entrevista, ustedes solo escucharán y hablarán solo si se solicita. Las preguntas, al final. Naturalcasting es una empresa que realiza trabajos audiovisuales, basados en la naturalidad, es decir, intentamos que nadie actúe, así que en este momento, vuestros dotes actorales no serán de mucha utilidad. Bien, lo primero que queremos saber es “por qué están aquí”.
Javier: Las damas primeros.
Gloria: Uf. Gracias. (Después de dudar un momento) Para ser sincera, necesito el dinero. Esa es la gran causa. Afuera le comentaba a Javier que me daba lo mismo si era un trabajo de actriz o de secretaria. Llevo tres meses cesante y necesito pagar ciertas deudas.
Mujer: ¿Y tú, Javier?
Javier: Misma razón. Aunque debo admitir que me atrae esto de que no nos hayas dicho de qué se trata el trabajo. El misterio me gusta.
Mujer: Entonces, dinero y misterio. Perfecto. Les cuento que posiblemente la primera razón que los trae acá esté bastante bien cubierta. Nosotros como empresa, sabemos que nuestros “actantes” necesitan “vivir”, pagar cuentas, comer, etc. Por lo tanto, pagamos bastante bien. Para esta ocasión los honorarios serán de $500.000.- por jornada trabajada.
Gloria: ¿Perdón?
Mujer: $500.000.- por jornada trabajada y me parece que para esta campaña será una semana de trabajo. Ahora, ¿Les interesa?
Javier: ¿A quién no?
Gloria: Pero, depende de lo que debamos hacer.
Mujer: Un muy buen punto. Nosotros trabajamos en base a la moralidad propia de los “actantes” y por ello, antes de citarlos a la entrevista, les enviamos un formulario en relación a su vida privada. Y eso es lo que me gustaría aclarar ahora. Empecemos por Gloria. En la información que nos enviaste dice que tienes 27 años, casada, Actriz de profesión y que tus virtudes son ser trabajadora y disciplinada.
Gloria: Correcto. ¿Vamos a revisar todo el formulario?
Mujer: Por supuesto. No te preocupes por Javier. Cuando terminen este trabajo se conocerán tanto que esto será un pelo de la cola. Continúo. Dice que tus fechas de menstruación son entre los 17 y los 21; Dice que perdiste tu virginidad a los 16 años, con un primo y que actualmente tu vida sexual, pese a estar casada es bastante pasiva. ¿Es eso correcto?
Gloria: Sí. Sorry, pero me da un poco de vergüenza.
Mujer: Dentro de las cosas que harías por dinero, dice que matarías, robarías, mentirías, tendrías sexo con un desconocido y estarías dispuesta a hacer trabajos pesados, correspondientes a un hombre. ¿Es así?
Gloria: Sí, pero depende de la suma de dinero.
Mujer: Obvio. Todos tenemos nuestro precio. Javier, 29 años, soltero, de profesión actor y de virtudes observador y empático.
Javier: Así es.
Mujer: Perfecto. Tu formulario también dice que perdiste la virginidad con una tía a los 13 años y que tu dotación es mayor a la normal, lo que te ha traído algunos problemas en ciertas relaciones. ¿Cómo es eso?
Javier: Ehm… Sí, es cierto. Con algunas ex – pololas no he podido llegar a… usted ya imagina, porque les asusta que sea tan grande.
Mujer: Ok. Ahora, por dinero dices que la única salvedad es hacer algo en contra de tu familia.
Javier: Sí. Eso no lo tranzo.
Mujer: Perfecto. Eso es el formulario. Ahora, necesito saber ciertas cosas respecto a sus gustos. Les haré una pregunta y ustedes me responderán, primero Gloria y luego Javier. Primera pregunta: ¿Cine o Teatro?
Gloria: Teatro.
Javier: Cine.
Mujer: ¿Los 80’ o los 90’?
Gloria: 80’.
Javier: 80’.
Mujer: ¿El campo o la playa?
Gloria: Playa.
Javier: Campo.
Mujer: ¿Dulce o salado?
Gloria: mmm… Salado.
Javier: Salado.
Mujer: ¿El sillón o la cama?
Gloria: Sillón.
Javier: Sillón.
Mujer: ¿Voyerista o exhibicionista?
Gloria: Exhibicionista… aunque no siempre.
Javier: Definitivamente voyerista.
Mujer: Ahora las respuestas deberán ser más elaboradas. Pareja amorosa ideal.
Gloria: Simpático, que me haga reír, buen bailarín y que le guste comer cosas chanchas conmigo.
Javier: Que entretenido… Mmm… Alegre, inteligente, que de espacio y le guste la aventura.
Mujer: Pareja sexual ideal (físico)
Gloria: ¿No sería lo mismo que la pregunta anterior?
Mujer: No.
Javier: Obvio que no.
Mujer: Hablamos del amante ideal.
Gloria: Entiendo. Delgado, ojos lindos, manos de pincel, a veces bruto y que tenga buen poto, además de que sepa besar bien. Ah… y obvio, buena herramienta. (Todos ríen)
Javier: Físicamente… que no sea muy delgada, que tenga carne y que no sea muy tímida. Ah… algo importante, debe oler bien y debe besar bien.
Mujer: Virtud sexual propia.
Gloria: Me atrevo a todo. No estoy cerrada a nada.
Javier: Resistencia. Puedo estar hasta una hora si quiero, dándole a la cosa. (Todos ríen).
Mujer: No sé si se han dado cuenta, pero nos debemos meter en vuestra vida sexual.
Gloria: ¿Se podría saber por qué?
Mujer: Más adelante van a entender. No se preocupen. Fantasía más recurrente.
Gloria: Mmm… yo creo que… Hacer un trío, no importa si con otra pareja o dos hombres… eso.
Javier: Hacerlo con una desconocida.
Mujer: Posición favorita
Gloria: Me da vergüenza… A lo perrito.
Javier: Ella arriba, dándome la espalda.
Mujer: Practicar sexo oral
Gloria: Siempre.
Javier: Siempre.
Mujer: Recibir sexo oral.
Gloria: Depende del día.
Javier: Siempre.
Mujer: Sexo anal.
Gloria: No me cierro a la posibilidad, aunque nunca lo he hecho. Igual me da susto.
Mujer: ¿Por qué?
Gloria: Porque soy un poco estrecha. No de mente… ¿Se entiende?
Mujer: ¿Y tú, Javier?
Javier: Yo también soy súper estrecho. (Todos ríen) Nunca he podido hacerlo… por mi problema.
Mujer: ¿Pero lo harías?
Javier: Me encantaría probarlo.
Mujer: Hacerlo con alguien del mismo sexo
Gloria: En un trío, creo que no tendría problemas.
Javier: Nunca y no lo haría… aunque por unas buenas lucas, quién sabe…
Mujer: Secreto culpable. Lo más cerdo que les guste hacer en la cama.
Gloria: Esto sí que me da vergüenza…
Javier: ¿Quieres que me tape los oídos?
Gloria: No, no es necesario… Ehm… Que acaben en mi cara o en mi boca y tragármelo.
Mujer: Interesante… ¿Y tú, Javier?
Javier: Beso negro. Lamer el orificio anal de mi pareja.
Mujer: Perfecto. Vamos súper bien en el tiempo. ¿Desean beber algo? ¿Agua? ¿Café?
Javier: Agua, por favor.
Gloria: ¿Tendrías un té?
Mujer: Por supuesto. Vuelvo en un momento. (Ella sale y quedan ellos solos)
Gloria: Puta, la entrevista rara.
Javier: Harto rara. Yo no conocía esta productora. Igual se ve que mueve harta plata.
Gloria: ¿En qué lo notas?
Javier: En los muebles. Son de diseño exclusivo. Se ve en el material y las líneas.
Gloria: Sí. Igual ella se ve decente. Es que he ido a unas productoras que dejan harto que desear.
Javier: Demás. Oye.
Gloria: Dime.
Javier: Sorry que te pregunte, pero me asalta la duda. ¿Por qué te gusta que acaben en tu cara o tu boca y tragártelo?
Gloria: (Ríe) No sé. Solo me gusta. El sabor, la textura, el hecho de que sea una acción un tanto prohibida es lo que más me gusta.
Javier: Buena. La suerte que tiene tu marido.
Gloria: ¿Por qué?
Javier: Porque no es un gusto muy común.
Gloria: ¿En serio?
Javier: Por ejemplo, yo nunca he podido hacerlo – acabar en la boca de alguien- Nunca me dejan.
Gloria: Mala onda. Igual lo descubrí hace poco.
Javier: ¿Tu marido te lo pidió?
Gloria: No. Lo vi en internet y me llamó la atención. Después se lo propuse a mi marido y así.
Javier: Y ahora eres fanática.
Gloria: Claro (Ríe. Javier mira los labios de ella, mientras ella ríe. Mientras eso sucede, entra la mujer con una bandeja en la que viene un vaso de agua y una taza con té).
Mujer: Le puse azúcar. ¿Está bien?
Gloria: Estupendo.
Mujer: ¿De qué hablaban?
Gloria: De nuestros gustos.
Mujer: Perfecto. Es bueno que se conozcan. Sírvanse, por favor. (Ellos lo hacen) Ahora seguiremos con la segunda parte de la entrevista. Gloria, ¿Por cuánto dinero matarías a alguien?
Gloria: Depende de quién.
Mujer: Una persona desconocida.
Gloria: No sé. Dos millones.
Mujer: Ok. ¿Y por cuanto robarías un banco?
Gloria: Por la mitad, por lo menos, del botín.
Mujer: Perfecto. ¿Por cuánto tendrías sexo con un desconocido?
Gloria: Depende del desconocido.
Mujer: Por ejemplo, Javier.
Gloria: ¿A dónde va todo esto?
Mujer: Es un análisis de tu moralidad. ¿Cuánto?
Gloria: Chuta, difícil.
Javier: Ahora sí me tapo los oídos.
Mujer: No, la gracia es que escuches.
Gloria: Un millón.
Mujer: Pero eso es una buena cantidad de dinero. Imagínate que es una ocasión real. Que alguien te propusiera que tengas sexo con Javier. Y que tiene para pagarte quinientos mil.
Gloria: Yo creo que es muy poco. Además, recién lo conozco.
Mujer: Es la idea. Es un desconocido.
Gloria: Pero ¿Qué incluiría tener sexo con él?
Mujer: Todo vale.
Javier: Sí. Todo vale.
Gloria: Mira. Así, sin saber cómo es – debajo de la ropa, quiero decir – yo pediría ochocientos mil. Y sin anal.
Mujer: Y si lo vieras sin ropa y te atrajera ¿Cuánto bajaría?
Gloria: Eso depende de cuánto me atrajera.
Mujer: Ok. Javier, ¿Qué precio tendría que te desnudaras para Gloria?
Javier: ¿Perdón?
Mujer: Imagínate que yo te ofrezco dinero para que te desnudaras ¿Cuánto me cobrarías?
Javier: ¿Esto es un juego, cierto?
Mujer: Más o menos.
Javier: Por doscientos mil, me sacaría todo. Y por cien mil me dejaría los calzoncillos.
Mujer: Perfecto (Ella se dirige a un cajón bajo su escritorio y vuelve con billetes en la mano) Ok, Javier. Toma, cien mil.
Javier: (Él ríe) Pero era una suposición.
Mujer: Lo sé, y ahora es la ocasión real.
Javier: (Mirando a Gloria) ¿Qué hago?
Gloria: No sé.
Mujer: ¿A cuántas entrevistas has ido en las que te ofrecen dinero tan rápido?
Javier: Ok. (Él se comienza a desvestir, partiendo por la sudadera y luego los jeans. La mujer mira cada movimiento de él y Gloria bebe su té, mirando de manera intermitente la acción de Javier) Ya. Estoy.
Mujer: Perfecto. Gloria.
Gloria: ¿Sí?
Mujer: ¿Cuánto cobrarías por tener sexo con Javier?
Gloria: Déjame ver, primero. (Gloria se pone de pie y mira el cuerpo de Javier, tonificado, moreno y poco vello. Lo rodea y se detiene un poco más que el resto en el trasero de él) Seiscientos mil.
Mujer: ¿Anal incluido?
Gloria: No. Me da susto.
Mujer: Pero si no lo has visto. Javier, toma. Aquí van otros cien mil. Sácate el calzoncillo.
Javier: Me da vergüenza.
Mujer: ¿Por qué?
Javier: Es que esta situación, me excita un poco y en este momento… ¿Me entiendes?
Mujer: Mejor. Así podemos apreciar mejor a qué se arriesga Gloria. Toma. (Él recibe el dinero y lo guarda. Cuando lo hace, mira de reojo a Gloria quien mira nerviosa a la mujer. Luego, cerrando los ojos, Javier se quita el calzoncillo, dejando ver un miembro grueso y de gran talla, medianamente erecto) Muy bien, Gloria. Javier está esperando a que lo mires. (Gloria sonríe y hace un gesto de negación con la cabeza. Vuelve a beber de su té y mira la pelvis de Javier)
Gloria: ¿Me puedo acercar?
Mujer: ¿Javier, se puede acercar? (Javier asiente)
Gloria: ¿Este es el máximo, cierto?
Javier: Así como el 100%, no. Está a medias.
Mujer: ¿Podrías mostrarnos el 100%?
Javier: Necesito ayuda.
Mujer: ¿Táctil o visual?
Javier: Visual
Mujer: Gloria, ¿cuánto me cobrarías por dejarme desnudarte y ayudar a Javier? Te ofrezco doscientos mil.
Gloria: Hecho. (Sin rodeos, Gloria termina su té y deja la tasa a un lado, mientras la mujer saca el dinero) ¿Tú me vas a desnudar?
Mujer: Así es. Javier, siéntate por favor. (Javier se sienta y la mujer comienza a subir la sudadera de Gloria, mientras la mira incesante y respira cerca de ella) Cierra los ojos, Gloria (Ella obedece y se deja llevar. Mientras la sudadera abandona su cuerpo, suspira. Luego, la mujer se ubica detrás de ella y desabotona el jeans suavemente. Lo desliza con precisión hasta los pies y se agacha para sacarlos completamente, mientras Javier mira concentrado el juego. Sin salir de detrás de ella, la mujer desabotona el sostén y lo saca, dejando a la vista dos senos grandes y naturales, de pezones rosados y medianos, los que están erectos. Luego se ubica frente a Gloria y se agacha. Con los dientes, de manera maestra, desliza el calzón de Gloria, dejando al descubierto un oscuro y recortado vello púbico. Al terminar de sacar el calzón de Gloria, la mujer percibe lo húmedo de este) listo. ¿Cómo estamos, Javier?
Javier: Más que listo.
Mujer: Veamos. Gloria, acércate a Javier. (Gloria hace caso de la indicación y se sienta junto a Javier) ¿Y? ¿Qué te parece?
Gloria puede ver un trozo de carne mucho más joven y vital que la de su marido, de casi el doble de tamaño y sin mucho vello. En ese momento se ve brillante, tiesa, algo mojada en la punta y venosa en la base.
Por la cabeza de Gloria pasan muchas cosas a la vez. Primero, el natural susto de ver algo tan grande, la curiosidad por saber qué textura tendrá, qué sabor tendrá. Luego, pasados el miedo y la curiosidad, las ganas vienen a ocupar la mente de Gloria: las ganas de tocar, besar y sentir aquella golosina dentro de ella.
Gloria: Espera. Creo que no es muy buena posición para verlo. (Se levanta y se pone de rodillas frente a Javier. Mira su objetivo de manera fija y siente que toda imagen alrededor desaparece. Lo ve grande y perfecto, como una escultura griega. Puede ver con lujos y detalles los surcos, las manchas y venas. Siente la necesidad imperiosa de hacer algo, pero prefiere distraer su atención). ¿Te la operaste? (Todos ríen)
Javier: No. Lo he pensado alguna vez, pero solo para quitarle tamaño.
Mujer: ¿Se parece a la de tu esposo?
Gloria: No.
Mujer: ¿Te gusta?
Gloria: ¿En qué medida a una le puede gustar un pene?
Javier: En la misma medida que a uno le gusta ver a una mujer desnuda. En la medida de cuán voyerista eres.
Gloria: Es que yo no soy muy voyerista.
Mujer: Entiendo lo que dices, Gloria. ¿Cómo se sabe si un pene gusta o no? Para poder responder a esa pregunta debes sentirlo, saber su textura, su sabor, su olor, su peso, su capacidad. ¿Quieres probar? A mí me encantaría.
Gloria: No es que me muera de ganas, pero ya que estamos… No sé si volveré a tener la oportunidad… de algo tan grande.
Mujer: Javier, ¿Te excita esta situación?
Javier: Lo diré así. Una mujer muy guapa está arrodillada y desnuda frente a mí, mirando mi pene y hablando de probarlo. Y otra mujer, tan guapa como la anterior, la está incitando a probarlo. Si esto no me excitara, es porque soy de palo.
Gloria: Esto parece de palo. (Todos vuelven a reír)
Mujer: Y ahora, Gloria, ¿Cuánto pedirías por tener sexo con Javier?
Gloria: ¿Cuánto me ofreces?
Mujer: Voy a ser sincera. En este momento, tengo un millón de pesos para pagarle a los dos. ¿Se animan?
Gloria: ¿Un millón cada uno?
Mujer: Dije un millón para los dos. Es decir, a repartir. Iré a buscar un vaso de agua mientras lo discuten. Esta situación me da sed. Recuerden, un millón.
Ella sale de la habitación y queda solo Javier y Gloria, desnudos, ella de rodillas frente a él. Se miran e intermitentemente, ella vuelve a mirar aquel trofeo, que está tan cerca.
Gloria: ¿Qué dices?
Javier: Yo creo que la pregunta es “qué dices tú”. A esta altura yo lo haría gratis. (Ella le sonríe)
Gloria: ¿Tan caliente estás?
Javier: Es un decir. Si es un millón, obvio que la mitad es para ti y la otra para mí, eso quiere decir quinientos mil y eso es más que suficiente para mí por follar contigo. Pero tú no pareces muy decidida.
Gloria: Es que reconozco que me da susto. No por ti, ni por tu pene. Si no, por todas las cámaras. Imagínate esto se cuela en internet. Yo estoy casada.
Javier: Es solo sexo.
Gloria: Lo sé. (Vuelven al silencio y a las miradas. La respiración de ella ahora es más profunda y su mirada más intensa)
Javier: ¿Te gustaría tocarlo?
Gloria: ¿Me dejarías?
Javier: Si eso te convence. Es todo tuyo.
Ella estira su temblorosa mano hacia el trofeo, lentamente. Cuando está a punto de llegar, detiene la mano, convenciéndose de lo incorrecto de su acción, pero no se puede detener. Su mano sigue hasta hacer contacto con el tonificado trozo de carne. No puede hacer más que tomarlo entre sus dos manos apretándolo un poco e inconscientemente moviendo la piel arriba y abajo. Ese rito que tan bien le enseñó su marido y que pone en práctica con este desconocido, pero tentador pene.
Gloria: ¿Te gusta así?
Javier: Supieras cuanto.
Ella se levanta un poco para acercarse a la cara de Javier. Él cree que ella lo quiere besar, pero ella se dirige a su oreja para hablarle. Cuando lo hace, los senos de ella rozan la punta mojada de su garrote.
Gloria: ¿Quieres que lo meta a mi boca?
Javier: ¿Quieres hacerlo?
Gloria: No. No quiero. Me haría sentir muy culpable. Pero lo deseo.
Javier: Hazlo. Solo un segundo, para que sepas qué sabor tiene.
Ella lo piensa, mientras sigue utilizando su mano. Mira a Javier y su cara desfigurada por la excitación, la impulsa a hacerlo. Vuelve a agacharse y entreabre sus labios para sentir el contacto suave. Cuando lo hace, percibe el sabor tan reconocible, salado y un poco agrio, de la excitación masculina. Aunque es solo la punta, ella siente que su boca está llena y siente la tentación de empujarla más adentro, pero debe frenarse al escuchar la voz de la mujer.
Mujer: ¿Adelantando trabajo?
Gloria se pone rápidamente de pie y limpia sus labios. Se sienta, pues siente que si no lo hace, caerá desfallecida por la excitación.
Mujer: Que no te de vergüenza. A mí desde que se sacó el pantalón, me han dado ganas de hacer lo mismo. ¿Lo tiene rico?
Gloria: Tan rico como puede ser un pene.
Mujer: ¿Salado?
Gloria: Un poco.
Mujer: ¿Agrio?
Gloria: Lo suficiente.
Mujer: ¿Muy duro?
Gloria: Parece de palo.
Mujer: ¿Y? ¿Qué dicen de mi propuesta? (La mujer se dirige al cajón, mientras Gloria saborea los últimos vestigios del sabor de Javier). Aquí está el millón. ¿Qué dicen?
Javier: Por mí, no hay problema.
Mujer: ¿Qué dices, Gloria?
Gloria está callada. Por su cabeza vuelan imágenes de su casamiento, de lo que acaba de saborear, de sus fantasías más degeneradas y de las cuentas atrasadas que debe pagar.
Mujer: Apúrate, Gloria. O el millón se lo pago solo a Javier, porque me deje follar con él. (Ante este último comentario, Javier se excita más, lo que se hace patente en su cuerpo y respiración)
Gloria: Antes tengo una pregunta. ¿Estás grabando todo esto?
Mujer: Obvio.
Gloria: Entonces, quiero una copia del video.
Javier: ¿No que no eras voyerista?
Gloria: A veces, lo soy. Y tengo una condición. Quiero que tú participes.
Mujer: Ok. Empecemos. Los preservativos, claro.
Gloria: Por mí no es necesario.
Mujer: ¿Alérgica?
Gloria: No. Algo así se debe disfrutar al natural.
Mujer: Perfecto. Aquí está el dinero. El set es todo para ustedes. Pueden ocupar lo que se les ocurra.
Gloria: Podemos.
Mujer: Ok. Pero tú me dirás qué hacer.
Gloria: Perfecto.
Mujer: ¿Me saco la ropa?
Gloria: No. Quiero que primero mires. (De manera imprevista, Gloria toma el dinero, lo cuenta y le da a Javier su parte) Espero que valga la pena.
Javier: Está valiendo la pena. (La Mujer se queda quieta y nerviosa, apoyada en el escritorio, mientras mira como Gloria se arrodilla para reanudar la labor que anteriormente fue interrumpida).
Gloria: Dices que duras harto, ¿cierto?
Javier: En general, sí. Pero hoy estoy muy excitado.
Mujer: Caliente. Se dice “caliente”.
Javier: Bueno. (Gloria aprovecha la distracción de Javier para introducir lo que desea en su boca) Hoy estoy muy caliente.
Gloria no sabe si es por el tamaño, el sabor, el olor o la textura, pero al introducirlo en su boca, siente como los poros de su piel se abren, sus pezones se ponen duros y un pequeño chorro de líquido comienza a correr por el interior de su muslo. Javier, a su vez, puede percibir la maestría de la boca de Gloria, aquella adquirida durante los años de matrimonio, intentando matar la rutina. Siente que los labios y la lengua de Gloria son un solo instrumento, que trabaja de manera coordinada y amistosa.
Mujer: ¿Cómo te sientes, Javier?
Javier: Como un actor porno.
Mujer: ¿Me podrías describir lo que está haciendo Gloria?
Javier: ¿No lo ves?
Mujer: Quiero que me mires a los ojos y me lo digas.
Javier: Lo tiene entre sus manos…
Mujer: Continúa.
Javier: Lo tiene entre sus manos, en la base. Lo mete en su boca. No le cabe todo, pero intenta meter lo más posible, aunque sus labios y lengua acarician de manera suave, delicada.
Mujer: ¿Qué más?
Javier: Mueve su cabeza de manera rítmica y un poco circular. Ahora lo saca para besar la parte de abajo…
Mujer: Continúa.
Javier: No puedo. Lo hace demasiado bien. Ahora le da golpecitos con él a su lengua.
Gloria: Pégame con él en la cara. (Javier lo hace)
Mujer: Javier, ¿Qué quieres hacer con ella, ahora?
Javier: Le quiero hacer sexo oral.
Gloria: ¿Me lo quieres chupar?
Javier: Mucho.
Gloria: Con la condición que me dejes seguir.
Sin esperar respuesta, ella se levanta, empuja lentamente a Javier, hasta dejarlo acostado en el sillón. Pone su mojada vagina en la boca de Javier y vuelve a introducir la gran golosina en su boca. Javier comienza su labor con ganas, con lengua, labios y dedos, respirando entrecortado y sintiendo la alta temperatura de la zona.
La Mujer, al ver esto, se empieza a desabrochar la blusa y a sacarse los zapatos. Con los primeros gemidos de placer de Gloria, el desvestirse se acelera y se pone torpe. La Mujer se da cuenta que está perdiendo el control, de la situación. Ver como esta pareja disfruta del rito oral, la ha descolocado, pues no había visto esas reacciones nunca desde que había comenzado a trabajar en la productora. Una vez desnuda y de manera inconsciente, lleva sus manos a la entrepierna, que está empapada, y estimula todo, no sabe si es clítoris, labios, ano o pubis, solo sabe que desea sentir algo en la zona.
Los gemidos de Gloria comienzan a ser más altos y los movimientos de su cintura más abruptos, fuertes y definidos. La Mujer se da cuenta lo que está por venir y se sorprende al sentir que en ella también vendrá. Cuando Gloria saca de su boca el pene de Javier para poder gritar libremente su orgasmo, La Mujer cae desfallecida en el piso por el suyo.
Durante algo más de un minuto, Gloria respira y tiembla encima del cuerpo de Javier, la Mujer mira al techo mientras toca sus duros senos y disfruta del momento post-orgasmo. Javier mientras, solo respira y ayuda con su mano a mantener el asta en alto.
Javier: ¿Eso qué hiciste se aprende o lo haces así de manera natural?
Gloria: De algo que sirvan los años de matrimonio.
Javier: ¿El millón incluye besos?
Mujer: ¿Quieres besarla?
Javier: Quiero besarlas.
Ante la respuesta de Javier, la Mujer impulsada por esa extraña y novedosa muestra de cariño, se pone de pie y delicadamente besa a Javier en la boca. Siente el sabor a hembra en la saliva de Javier y el olor a hombre del pecho. Gloria mira la acción y se siente tentada más allá de su sexualidad. Con la misma maestría que antes le dio placer a Javier, toma el cabello de la Mujer y la atrae hacia ella. En el momento que sus labios se contactan, sus pechos chocan y se atraen. Javier se siente en el paraíso.
Javier: Sigan.
Como una serpiente, Javier se desliza debajo de ellas y se pone de pie. Con una fuerza que no conocía, toma a la Mujer y la ubica en 4 patas, con sus rodillas en el sofá. A Gloria la ubica al lado, en la misma posición. Ellas no dejan de besarse. A Javier le cuesta decidir a quién penetrar primero. Finalmente, al ver aquella abertura sin probar, se decide por ella. Lo hace lentamente, consciente de su problema de tamaño. Cuando va por la mitad, la Mujer interrumpe su beso para hablar.
Mujer: Fuerte.
Él, obediente, empuja muy adentro y se asombra al ver que tiene la profundidad necesaria. Mientras eso ocurre, Gloria toma la mano derecha de Javier y la guía a su vagina. Javier puede sentir como sus dedos son una proyección de su miembro, pues el placer que siente al usarla, es similar al de la penetración. Con los quejidos y las respiraciones de sus compañeras, en Javier despierta un instinto animal. Siente que no es suficiente con penetrar a una y cambia de destinataria. Gloria, al sentir como es abierta por esa tremenda herramienta, suelta un gemido mayor a todos los anteriores y le comienza a costar trabajo respirar.
Mujer: ¿Habías tenido algo así, dentro, antes?
Gloria: No. Nunca.
Mujer: ¿Cómo se siente?
Gloria: Increíble. No preguntes más. Me cuesta hablar.
Mujer: Entonces, usarás tu boca para otra cosa.
La Mujer se sale de la posición en qué está y levanta su pelvis para dejarla a la altura de la cara de Gloria, quien entiende perfectamente lo que debe hacer y extiende su lengua al clítoris de la Mujer. Primero, tímidamente y luego con desesperación, lame la cuidada abertura, mientras Javier embiste de manera más salvaje cada vez. Por la forma en que las manos de Javier aprietan las caderas de Gloria, esta puede sentir que el orgasmo masculino está por llegar.
Javier: ¿Puedo acabar en tu boca?
Gloria: Por favor. No te perdonaría que no lo hicieras.
Mujer: ¿Quieres que te ayude?
Gloria: No. Es solo para mí.
Cuando Javier le saca su garrote, ella sabe que es el momento. Deja de lamer a la Mujer, para abrir su boca y sacar su lengua frente al gran trofeo. Ve a Javier como mueve su mano rápidamente y eso la calienta más. En el momento que el primer chorro sale, ella mira directamente a los ojos de Javier y siente como su boca se va inundando del caliente y salado líquido. Los gritos de placer de Javier son acallados por los gemidos de la Mujer y Gloria al ver la cantidad de líquido que sale.
Mujer: ¿Hace cuanto que no lo hacías?
Javier: La semana pasada.
Mujer: Un mes y llenamos una botella.
Gloria es sorda a cualquier comentario. Mira a Javier mientras saborea su líquido y lo va dejando pasar a través de su garganta, poco a poco. Cae un poco por su mejilla, pero con ayuda de sus manos, lo devuelve a la boca. La acción la repite muchas veces hasta que todo pasa a través de su garganta. Javier está fascinado con la acción de su compañera y no puede despegar su vista de esa bella y excitante cara. De una manera extraña, quiere seguir.
Javier: Límpiamelo todo.
Ante las palabras de Javier, y la forma de decirlas, Gloria no puede más que obedecer a la orden dada por su dueño pasajero. Abriendo la boca de manera maestra, comienza su tarea procurando ser cuidadosa y delicada. No quiere estropear su instrumento de placer. Mientras lo hace, no escucha nada, no ve nada, solo está concentrada en el sabor de los vestigios de la explosión de Javier. Su boca ya se acostumbró al tamaño y se pregunta si alguna vez podrá volver a gozar con un pene que no sea este.
Mujer: Eres una egoísta, Gloria. No me has dejado probar ni siquiera la punta.
Gloria: Es que no me dan ganas de dejarte.
Ante el comentario de Gloria, algo surge en las entrañas de Javier. Deseos de saciar las ganas de hacer todo lo que siempre ha querido con una mujer. Sea como sea, tiene dos a disposición. Mira fijo a Gloria y ella también lo mira. Se entienden. Él toma sus manos de manera firme, pero bondadosa.
Javier: Déjala. Ya sabes que te pertenece. Ahora solo comparte un poco con nuestra compañera.
Nuevamente, Gloria no puede rehusar a la orden dada por Javier y se aleja, dejando espacio a la excitada y temblorosa cabeza de la mujer. La mujer, a su vez, toma con su mano aquello que antes estuvo dentro de ella, lo mira incrédula y deseosa. De un solo movimiento lo introduce lo que más puede dentro de su boca. Aunque queda la mitad fuera, su boca está llena con ese trozo de carne, caliente, húmedo, hediondo a hombre y nuevamente duro. Le cuesta controlar el ritmo y la respiración se le agita más. Gloria a su vez, siente como esa imagen, de otra robándole lo que antes fue solo suyo, le provoca una rabia nueva, una rabia que se mezcla con un aumento de temperatura y unas ganas increíbles de usar su boca, besar, lamer, morder.
Gloria: Te quiero besar, Javier.
Javier: Hazlo.
Se amarran en un beso apasionado, que no es caricia oral, sino un escape animal a sus deseos de comer la carne del otro. Javier toca los senos de Gloria, que cada vez más duros se mueven a cada movimiento del beso. De manera inconsciente es ahora ella quien lleva su mano a sus entradas, no sabe qué toca, clítoris, labios o ano, lo importante es sentir algo. Al pasar por su ano, nota que la excitación lo ha mojado y ha hecho que se abra más de lo normal. Se acerca al oído de Javier.
Gloria: Chúpamelo, Javier. Por favor.
Los tres, como piezas de reloj saben lo que tienen que hacer para que esto sea posible. Javier se acuesta, la mujer se mueve abajo del sillón y queda de rodillas y Gloria se pone encima de la boca masculina como antes lo hizo. Sin embargo no es solo la vagina lo que se mueve en la boca de Javier, es todo: desde el oscuro pubis, hasta el rosado orificio anal. Mientras Gloria cierra los ojos, abandonándose a un cercano segundo orgasmo, la Mujer aprovecha para levantarse e introducir nuevamente el exquisito falo en ella. Lo hace de manera maestra, de una sola embestida. A ella y a Javier les duele un poco, pero ese dolor los calienta más y ella comienza a moverse de manera descontrolada, sabe que nuevamente viene por ella la “petit morte”. Es una carrera en la que cualquiera de las mujeres puede ganar.
Gloria: Voy a acabar de nuevo.
La Mujer, al ver la boca entreabierta de Gloria, exhalando aire mezclado con gemido, sabe lo que debe hacer y lo hace. Cuando comienza a sentir los estertores mortales de su orgasmo, se abalanza en un abrazo hacia Gloria, quien ya no sabe lo que hace. El beso que las une le indica a Javier que las ha llevado nuevamente al máximo placer. Eso lo calienta más y le da una sensación de poder sobre ellas, sabe que ellas harán todo lo que él quiera. Ellas resbalan desde donde están hasta quedar tendidas donde pueden, intentando recobrar el aliento. Javier mira su miembro incólume, proyección de sus instintos. Sabe que lo quiere volver a introducir en algún lado, pero no sabe cuál.
Javier: ¿Quién sigue?
Las dos mujeres se miran y no responden. Después de un momento de duda, La Mujer responde, incorporándose.
Mujer: Yo me siento.
Javier: ¿Quieres descansar?
Mujer: Me siento arriba tuyo.
Sin decir nada más, le da la espalda a Javier, abre sus piernas y comienza a bajar, pero esta vez pareciera no ir en la dirección correcta.
Javier: Más atrás.
Mujer: No. No más atrás.
Con una maestría propia de una actriz de PRIVATE, ella toma el miembro masculino y lo guía hasta la entrada de su ano.
Javier: Nunca lo he hecho por ahí.
Mujer: Siempre hay una primera vez. Despacio, no presiones muy fuerte, deja que se relaje mi abertura.
Él obedece, sintiendo esa presión no conocida hasta ahora y la deja hacer. Ella baja suavemente, poco a poco, gozando cada milímetro de avance, concentrándose en respirar y relajar.
Mientras esto ocurre, Gloria mira. Ve como algo tan grande sí puede entrar en un lugar tan pequeño, y de manera inconsciente toca su propio orificio anal, analizando si será posible en ella. No se siente convencida e intenta introducir un dedo, el que queda apretado por su musculatura. La mujer se da cuenta de lo que Gloria hace y la mira.
Mujer: Solo haz lo que te digo. No intentes meterlo más adentro. Déjalo ahí y respira.
Gloria obedece. Se siente una niña viendo a dos experimentados amantes. Mientras Javier no sabe como se pudo haber perdido algo tan exquisito. Si lo hubiera sabido antes, tal vez hubiera violado a alguien que no accedía a su petición de entrar por el agujero prohibido.
Javier: ¿Cómo puedes hablarle a Gloria teniéndome dentro de ti?
Mujer: La estoy preparando para ti. Pero antes quería que estuvieras dentro de mi culito. Cuando entres en ella no vas a durar ni un minuto.
Javier: ¿Por qué dices eso?
Mujer: Porque su culo es virgen y se ve lo estrecho que es.
Ante esta conversación, Gloria entiende que debe callar y concentrarse en relajar ciertos músculos. Luego de un rato de verlos así, de ver en primer plano como el garrote de Javier está completamente hundido en el otro orificio de la Mujer, ella se siente preparada y con ganas de sentir lo mismo que la Mujer está sintiendo. Se incorpora lentamente y con los dedos aún metidos en su orificio anal.
Gloria: Cambio en el equipo.
Mujer: Espera un poco que ya me corro.
Gloria: Yo te ayudo.
Gloria se pone de rodillas frente a los atletas de lo prohibido y lame el vacío orificio vaginal de la mujer, mientras siente en su boca como se tensan y distienden los músculos de la Mujer.
Javier: ¿Te lo está chupando?
Mujer: ¿No ves?
Javier: No. Tengo los ojos cerrados para concentrarme en lo rico de esto.
Mujer: Dime algo. Quiero irme y necesito que me digas cosas sucias.
Javier: ¿Quieres que te diga cómo estás saltando arriba de mi pene, como una perra?
Mujer: No, estoy saltando arriba de tu verga como una puta.
Javier: Una puta que le gusta que le revienten el culo.
Mujer: Me corro.
Al oír esto, Gloria acelera su acción, mientras estimula y abre cada vez más sus orificios. Siente como la Mujer está estallando. Lo siente en su lengua, en su mano que afirma una pierna y en el oído, pues el grito que da la Mujer es mayor a cualquiera que haya escuchado esa mañana.
Javier: ¿Terminaste?
La Mujer no puede hablar. Con ojos cerrados, mueve la cabeza asintiendo. Con mucho trabajo se sale de su posición, despacio y cuidadosamente. Al pararse, le habla al oído a Javier.
Mujer: Déjala bien abierta.
Ante este comentario, en Javier despierta un animal distinto, uno que no tiene piedad, uno que solo quiere sentir placer a cualquier costo y mira a Gloria, débil y caliente.
Javier: Ven. Siéntate en mí.
Ella obedece, apoyando su entrada recién auto-mojada en su querido garrote. Al sentir el contacto, se estremece.
Gloria: Hazlo con cuidado.
Javier siente que esta entrada está mejor preparada que la anterior y empuja más fuerte que antes. El grito de Gloria no se deja esperar.
Gloria: Me duele.
Ahora es La Mujer quien se arrodilla y dispone su lengua al sacrificio oral. Con círculos en el clítoris y tocando suavemente sus pezones, ayuda en desvirgar el ano de Gloria.
Gloria: Lo siento entrar todo.
Javier: Es solo la mitad.
Gloria: Entonces mételo todo.
Ante la súplica de Gloria, Javier empuja más y la hace gemir de dolor y placer. Ella no puede respirar. Siente que eso saldrá por su boca de tan adentro que está. La Mujer, quien se da cuenta de lo que sucede, mira a Javier y le ordena.
Mujer: Rómpele el culo a esta puta.
Gloria: Ya me lo rompió. Lo tiene tan grande. Chúpamelo, puta, me quiero venir en tu boca y en este pedazo de verga que me estoy comiendo.
Ante la orden de Gloria, los dos, la Mujer y Javier reanudan la tarea, pero esta vez de manera más animal.
Javier: Tenías razón. Esto está haciendo que me vaya más rápido. Lo tiene muy cerrado. Ponte en cuatro, Gloria, que te lo voy a meter todo.
Gloria ya no tiene voluntad. Solo hace lo que le ordenan y cada vez siente mayor placer. No lo ha dicho, pero desde que tiene ese pene dentro de su culo, ha sentido por lo menos 3 orgasmos. Al sentir la nueva embestida, esta vez estando en 4 patas, siente otro y la lengua de la Mujer lo puede sentir.
Javier: ¿Están listas?
Mujer: ¿Ya viene?
Javier: Y con mucha fuerza.
Mujer: ¿Alcanza para las dos?
Gloria: No.
Javier: Sí. De hecho, sobra… ahí voy.
Las últimas embestidas y el movimiento rápido al salirse, le indican a Gloria que necesita estar presta para recibir lo que viene. La Mujer la mira cómplice. Ya están juntas en esto. Se toman de la mano para recibir el baño de Javier. Gloria ayuda con su boca y la Mujer con su mano. Javier no sabe si está vivo o muerto al momento de sentir los estertores de su orgasmo. Su vista se nubla y el placer cotidiano de sus encuentros amorosos parece solo una cosquilla en comparación a esta nueva erección. Esta erección que es completa, que nace en la punta de sus pies y atraviesa su cuerpo, para desahogar en su vientre. En el momento que su primer chorro sale, se siente morir y Gloria se desespera por recibir el disparo. La Mujer se deleita viendo la sucia y gloriosa escena, para unirse en los siguientes lanzamientos. El juego de tiro al blanco termina con besos y lamidas por parte de las mujeres. Ahora la que gana es quien bebe más.
Javier: Uf.
Javier se lanza de espaldas al sillón. Las mujeres se acercan a él y comparten los últimos besos con él, a lo que él responde de manera tierna y silenciosa. Luego de un rato que pudo ser una hora o solo tres minutos, es La Mujer quien rompe el silencio.
Mujer: Voy a revisar la grabación.
Gloria solo descansa en el pecho de Javier. Javier siente la mojada cara de Gloria, pero no es la viscosidad de semen lo que siente. Al oír los sollozos, se da cuenta de lo que pasa.
Javier: ¿Nunca habías engañado a tu marido?
Gloria: No.
Javier: Pero no te sientas mal. Por mi parte, él nunca lo sabrá.
Gloria: No lloro por eso. Lloro porque me doy cuenta que nunca me podré llevar así con mi esposo en la cama y lo peor es que me doy cuenta ahora, que ya lo amo y decidí entregarle mi vida a él. Me queda el consuelo de haber podido tener el mejor polvo de mi vida. Hay personas que se mueren sin haber probado algo así. Además, queda el video. Lo podré recordar cuando quiera.
Javier: ¿No que no eras voyerista?
Gloria: Esta vez es distinto. Seré yo la que esté en lo que veré.
Javier: Yo nunca había estado así de caliente. Fue increíble.
Gloria: Obvio. Dos mujeres para ti solo.
Javier: Sí. Aunque debo reconocer que lo que me puso así, fue tu forma un poco salvaje, un poco aficionada, un poco torpe y maestra de hacerme todo lo que me hiciste.
Gloria: No tienes que ser caballero ahora. Ya conseguiste follar conmigo. Y lo hiciste cómo quisiste. Así que deja la galantería.
Javier: No lo digo de galán. Lo digo porque… Porque sí.
Entra la Mujer, con una blusa y apurada.
Gloria: ¿Estás bien?
Javier: ¿Rompí algo?
Mujer: No le puse REC a la máquina.
Se produce un silencio extraño. Cada uno en sus propias preocupaciones. Gloria se siente mejor. Ya no tendrá que contárselo a su marido, pero ya no lo podrá recordar, lo que era su único consuelo de haber conocido esto y tener que perderlo tan rápido.
Javier se lamenta de no poder verse como en una película porno, su sueño frustrado de adolescente, pero por otro lado, su intimidad ya no estará expuesta.
La Mujer se relame de lo que hicieron, de cómo sintió con este par de aficionados, pero sabe que sus jefes le pedirán explicaciones.
Todos sienten lo mismo: lamento por no poder volver a revivir lo sucedido.
Mujer: ¿Lo harían de nuevo?
Gloria: No. Estoy destruida.
Mujer: No. Mañana. O cuando sea.
Javier: No sé. Yo no sé si se pueda repetir la química que se dio hoy.
Gloria: ¿Y cuánto nos pagarías?
Mujer: No podría pagarles. El dinero del que disponía, ya se los di.
Gloria: Entonces, ni hablar.
Mujer: Por favor. Los productores me van a matar.
Es la venganza de Gloria. Ella nunca quiso compartir a Javier con ella, pero ella se llevó mucho de él en el encuentro. Mientras se viste, se asegura de guardar bien el dinero.
Javier: Yo lo haría de nuevo con Gloria, pero parece que ella no.
Gloria: Negocios son negocios.
La Mujer no halla palabras para poder convencer a Gloria, quien ya está lista para partir, limpia y vestida.
Gloria: Fue un verdadero placer, pero se me hace tarde. Ustedes saben que tengo que preocuparme de un hogar. Chao, Javier.
Se acerca a él, mientras él se viste. Se miran y se entienden. Se besan en la cara y ella sale de la oficina.
Mujer: No sé qué decirte. ¿Si consigo otra persona, lo harías?
Javier: Claro, llámame, tú tienes mi teléfono. También me tengo que ir.
Mujer: Gracias. Fue un placer, también.
Javier: Para mí mucho más que un placer.
La Mujer se acerca a él y lo besa en la boca, apasionadamente, intentando robarle un poco de eso que se va y que ella sabe, no volverá.
Javier: Chao.
Sale de la oficina ubicada en el Departamento 33 del edificio y camina hacia en ascensor. En el asiento frente al ascensor, Gloria lo espera con una sonrisa. Se miran y sienten vergüenza, esa sensación tan adolescente, casi olvidada.
Gloria: ¿Tomas metro?
Javier: Sí. ¿Tú?
Gloria: Obvio.
... Continuará
Casting en el Departamento 33
Ella es trigueña, pelo ondulado, castaño y ojos pardos. Carne de todos lados, lleva el cabello húmedo, unos jeans, una sudadera y un bolso de notebook, sin notebook. Ella, acorralada, llega este día al departamento número 33 del edificio del Centro. Es Lunes, 9:45 de la mañana. La entrevista es a las 10:00 hrs. En la espera se encuentra con él.
Él es delgado, estatura media, ojos pardos, tez clara y pelo liso. Ese día lleva jeans y una sudadera, además de un banano de cuero. Él, acorralado, espera fuera del departamento 33 del edificio del Centro, cuando sucede el encuentro.
Ella: Disculpa. ¿Tienes hora?
Él: Como no. Un cuarto para las diez.
Ella: Gracias. Pensé que venía atrasada. Permiso.
Ella se sienta junto a él, en la banca de piedra, frente a la puerta del departamento 33.
Él: No ha entrado nadie todavía, parece. Llegué a las nueve y media.
Ella: ¿También vienes a la entrevista?
Él: No. Yo vengo a un casting.
Ella chequea el número del departamento.
Ella: Que raro. El viernes me enviaron un mail, citándome a una entrevista de trabajo.
Él: A mí me llegó un mail el sábado, diciéndome de un casting. Soy actor.
Ella: Yo también. O sea yo soy actriz, pero no me importa si el trabajo es para secretaria. Está mala la cosa.
Él: Mala está. ¿Qué decía tu mail?
Ella: Que habían revisado mi postulación y daba con el perfil de lo que se busca. Decía que me presentara el lunes a las 10:00, lo más natural posible. Igual me eché una manito de gato. ¿Y el tuyo qué decía?
Él: Que habían visto mi página en la Web y que daba con el perfil del actor que les faltaba.
Ella: Pero ¿De qué se trata?
Él: No sé. No salía en el mail. También decía algo de presentarse lo más natural posible.
Se abre la puerta del número 33. La luz de la mañana se refleja en el ventanal del fondo del departamento y se proyecta hasta el pasillo de espera. Se corta por la figura de una mujer, de pelo negro y lizo, alta y vestimenta informal.
Mujer: Buenos días. Tú debes ser…
Ella: Gloria.
Mujer: Y tú…
El: Javier
Mujer: Perfecto. Por favor, adelante.
Entran a una oficina blanca, decorada de manera funcional y minimalista. Los cuadros en las paredes muestran humanos desnudos. Hombres, mujeres, niños y niñas, todos ellos en posiciones sugerentes, son parte del decorado. Sin embargo, no es una oficina común, pues está repleta de cámaras y la luz plana, hace recordar un set de fotografía.
Mujer: Tomen asiento, por favor. En el sofá. Les doy la bienvenida en nombre de la productora naturalcasting. Los hemos llamado a esta entrevista para conocerlos un poco más y más que todo, para que ustedes se conozcan, pues si todo va bien, trabajarán juntos.
Gloria: Disculpa, ¿De qué se trata el trabajo?
Mujer: Para allá vamos. Sin ansiedad, por favor. Durante la entrevista, ustedes solo escucharán y hablarán solo si se solicita. Las preguntas, al final. Naturalcasting es una empresa que realiza trabajos audiovisuales, basados en la naturalidad, es decir, intentamos que nadie actúe, así que en este momento, vuestros dotes actorales no serán de mucha utilidad. Bien, lo primero que queremos saber es “por qué están aquí”.
Javier: Las damas primeros.
Gloria: Uf. Gracias. (Después de dudar un momento) Para ser sincera, necesito el dinero. Esa es la gran causa. Afuera le comentaba a Javier que me daba lo mismo si era un trabajo de actriz o de secretaria. Llevo tres meses cesante y necesito pagar ciertas deudas.
Mujer: ¿Y tú, Javier?
Javier: Misma razón. Aunque debo admitir que me atrae esto de que no nos hayas dicho de qué se trata el trabajo. El misterio me gusta.
Mujer: Entonces, dinero y misterio. Perfecto. Les cuento que posiblemente la primera razón que los trae acá esté bastante bien cubierta. Nosotros como empresa, sabemos que nuestros “actantes” necesitan “vivir”, pagar cuentas, comer, etc. Por lo tanto, pagamos bastante bien. Para esta ocasión los honorarios serán de $500.000.- por jornada trabajada.
Gloria: ¿Perdón?
Mujer: $500.000.- por jornada trabajada y me parece que para esta campaña será una semana de trabajo. Ahora, ¿Les interesa?
Javier: ¿A quién no?
Gloria: Pero, depende de lo que debamos hacer.
Mujer: Un muy buen punto. Nosotros trabajamos en base a la moralidad propia de los “actantes” y por ello, antes de citarlos a la entrevista, les enviamos un formulario en relación a su vida privada. Y eso es lo que me gustaría aclarar ahora. Empecemos por Gloria. En la información que nos enviaste dice que tienes 27 años, casada, Actriz de profesión y que tus virtudes son ser trabajadora y disciplinada.
Gloria: Correcto. ¿Vamos a revisar todo el formulario?
Mujer: Por supuesto. No te preocupes por Javier. Cuando terminen este trabajo se conocerán tanto que esto será un pelo de la cola. Continúo. Dice que tus fechas de menstruación son entre los 17 y los 21; Dice que perdiste tu virginidad a los 16 años, con un primo y que actualmente tu vida sexual, pese a estar casada es bastante pasiva. ¿Es eso correcto?
Gloria: Sí. Sorry, pero me da un poco de vergüenza.
Mujer: Dentro de las cosas que harías por dinero, dice que matarías, robarías, mentirías, tendrías sexo con un desconocido y estarías dispuesta a hacer trabajos pesados, correspondientes a un hombre. ¿Es así?
Gloria: Sí, pero depende de la suma de dinero.
Mujer: Obvio. Todos tenemos nuestro precio. Javier, 29 años, soltero, de profesión actor y de virtudes observador y empático.
Javier: Así es.
Mujer: Perfecto. Tu formulario también dice que perdiste la virginidad con una tía a los 13 años y que tu dotación es mayor a la normal, lo que te ha traído algunos problemas en ciertas relaciones. ¿Cómo es eso?
Javier: Ehm… Sí, es cierto. Con algunas ex – pololas no he podido llegar a… usted ya imagina, porque les asusta que sea tan grande.
Mujer: Ok. Ahora, por dinero dices que la única salvedad es hacer algo en contra de tu familia.
Javier: Sí. Eso no lo tranzo.
Mujer: Perfecto. Eso es el formulario. Ahora, necesito saber ciertas cosas respecto a sus gustos. Les haré una pregunta y ustedes me responderán, primero Gloria y luego Javier. Primera pregunta: ¿Cine o Teatro?
Gloria: Teatro.
Javier: Cine.
Mujer: ¿Los 80’ o los 90’?
Gloria: 80’.
Javier: 80’.
Mujer: ¿El campo o la playa?
Gloria: Playa.
Javier: Campo.
Mujer: ¿Dulce o salado?
Gloria: mmm… Salado.
Javier: Salado.
Mujer: ¿El sillón o la cama?
Gloria: Sillón.
Javier: Sillón.
Mujer: ¿Voyerista o exhibicionista?
Gloria: Exhibicionista… aunque no siempre.
Javier: Definitivamente voyerista.
Mujer: Ahora las respuestas deberán ser más elaboradas. Pareja amorosa ideal.
Gloria: Simpático, que me haga reír, buen bailarín y que le guste comer cosas chanchas conmigo.
Javier: Que entretenido… Mmm… Alegre, inteligente, que de espacio y le guste la aventura.
Mujer: Pareja sexual ideal (físico)
Gloria: ¿No sería lo mismo que la pregunta anterior?
Mujer: No.
Javier: Obvio que no.
Mujer: Hablamos del amante ideal.
Gloria: Entiendo. Delgado, ojos lindos, manos de pincel, a veces bruto y que tenga buen poto, además de que sepa besar bien. Ah… y obvio, buena herramienta. (Todos ríen)
Javier: Físicamente… que no sea muy delgada, que tenga carne y que no sea muy tímida. Ah… algo importante, debe oler bien y debe besar bien.
Mujer: Virtud sexual propia.
Gloria: Me atrevo a todo. No estoy cerrada a nada.
Javier: Resistencia. Puedo estar hasta una hora si quiero, dándole a la cosa. (Todos ríen).
Mujer: No sé si se han dado cuenta, pero nos debemos meter en vuestra vida sexual.
Gloria: ¿Se podría saber por qué?
Mujer: Más adelante van a entender. No se preocupen. Fantasía más recurrente.
Gloria: Mmm… yo creo que… Hacer un trío, no importa si con otra pareja o dos hombres… eso.
Javier: Hacerlo con una desconocida.
Mujer: Posición favorita
Gloria: Me da vergüenza… A lo perrito.
Javier: Ella arriba, dándome la espalda.
Mujer: Practicar sexo oral
Gloria: Siempre.
Javier: Siempre.
Mujer: Recibir sexo oral.
Gloria: Depende del día.
Javier: Siempre.
Mujer: Sexo anal.
Gloria: No me cierro a la posibilidad, aunque nunca lo he hecho. Igual me da susto.
Mujer: ¿Por qué?
Gloria: Porque soy un poco estrecha. No de mente… ¿Se entiende?
Mujer: ¿Y tú, Javier?
Javier: Yo también soy súper estrecho. (Todos ríen) Nunca he podido hacerlo… por mi problema.
Mujer: ¿Pero lo harías?
Javier: Me encantaría probarlo.
Mujer: Hacerlo con alguien del mismo sexo
Gloria: En un trío, creo que no tendría problemas.
Javier: Nunca y no lo haría… aunque por unas buenas lucas, quién sabe…
Mujer: Secreto culpable. Lo más cerdo que les guste hacer en la cama.
Gloria: Esto sí que me da vergüenza…
Javier: ¿Quieres que me tape los oídos?
Gloria: No, no es necesario… Ehm… Que acaben en mi cara o en mi boca y tragármelo.
Mujer: Interesante… ¿Y tú, Javier?
Javier: Beso negro. Lamer el orificio anal de mi pareja.
Mujer: Perfecto. Vamos súper bien en el tiempo. ¿Desean beber algo? ¿Agua? ¿Café?
Javier: Agua, por favor.
Gloria: ¿Tendrías un té?
Mujer: Por supuesto. Vuelvo en un momento. (Ella sale y quedan ellos solos)
Gloria: Puta, la entrevista rara.
Javier: Harto rara. Yo no conocía esta productora. Igual se ve que mueve harta plata.
Gloria: ¿En qué lo notas?
Javier: En los muebles. Son de diseño exclusivo. Se ve en el material y las líneas.
Gloria: Sí. Igual ella se ve decente. Es que he ido a unas productoras que dejan harto que desear.
Javier: Demás. Oye.
Gloria: Dime.
Javier: Sorry que te pregunte, pero me asalta la duda. ¿Por qué te gusta que acaben en tu cara o tu boca y tragártelo?
Gloria: (Ríe) No sé. Solo me gusta. El sabor, la textura, el hecho de que sea una acción un tanto prohibida es lo que más me gusta.
Javier: Buena. La suerte que tiene tu marido.
Gloria: ¿Por qué?
Javier: Porque no es un gusto muy común.
Gloria: ¿En serio?
Javier: Por ejemplo, yo nunca he podido hacerlo – acabar en la boca de alguien- Nunca me dejan.
Gloria: Mala onda. Igual lo descubrí hace poco.
Javier: ¿Tu marido te lo pidió?
Gloria: No. Lo vi en internet y me llamó la atención. Después se lo propuse a mi marido y así.
Javier: Y ahora eres fanática.
Gloria: Claro (Ríe. Javier mira los labios de ella, mientras ella ríe. Mientras eso sucede, entra la mujer con una bandeja en la que viene un vaso de agua y una taza con té).
Mujer: Le puse azúcar. ¿Está bien?
Gloria: Estupendo.
Mujer: ¿De qué hablaban?
Gloria: De nuestros gustos.
Mujer: Perfecto. Es bueno que se conozcan. Sírvanse, por favor. (Ellos lo hacen) Ahora seguiremos con la segunda parte de la entrevista. Gloria, ¿Por cuánto dinero matarías a alguien?
Gloria: Depende de quién.
Mujer: Una persona desconocida.
Gloria: No sé. Dos millones.
Mujer: Ok. ¿Y por cuanto robarías un banco?
Gloria: Por la mitad, por lo menos, del botín.
Mujer: Perfecto. ¿Por cuánto tendrías sexo con un desconocido?
Gloria: Depende del desconocido.
Mujer: Por ejemplo, Javier.
Gloria: ¿A dónde va todo esto?
Mujer: Es un análisis de tu moralidad. ¿Cuánto?
Gloria: Chuta, difícil.
Javier: Ahora sí me tapo los oídos.
Mujer: No, la gracia es que escuches.
Gloria: Un millón.
Mujer: Pero eso es una buena cantidad de dinero. Imagínate que es una ocasión real. Que alguien te propusiera que tengas sexo con Javier. Y que tiene para pagarte quinientos mil.
Gloria: Yo creo que es muy poco. Además, recién lo conozco.
Mujer: Es la idea. Es un desconocido.
Gloria: Pero ¿Qué incluiría tener sexo con él?
Mujer: Todo vale.
Javier: Sí. Todo vale.
Gloria: Mira. Así, sin saber cómo es – debajo de la ropa, quiero decir – yo pediría ochocientos mil. Y sin anal.
Mujer: Y si lo vieras sin ropa y te atrajera ¿Cuánto bajaría?
Gloria: Eso depende de cuánto me atrajera.
Mujer: Ok. Javier, ¿Qué precio tendría que te desnudaras para Gloria?
Javier: ¿Perdón?
Mujer: Imagínate que yo te ofrezco dinero para que te desnudaras ¿Cuánto me cobrarías?
Javier: ¿Esto es un juego, cierto?
Mujer: Más o menos.
Javier: Por doscientos mil, me sacaría todo. Y por cien mil me dejaría los calzoncillos.
Mujer: Perfecto (Ella se dirige a un cajón bajo su escritorio y vuelve con billetes en la mano) Ok, Javier. Toma, cien mil.
Javier: (Él ríe) Pero era una suposición.
Mujer: Lo sé, y ahora es la ocasión real.
Javier: (Mirando a Gloria) ¿Qué hago?
Gloria: No sé.
Mujer: ¿A cuántas entrevistas has ido en las que te ofrecen dinero tan rápido?
Javier: Ok. (Él se comienza a desvestir, partiendo por la sudadera y luego los jeans. La mujer mira cada movimiento de él y Gloria bebe su té, mirando de manera intermitente la acción de Javier) Ya. Estoy.
Mujer: Perfecto. Gloria.
Gloria: ¿Sí?
Mujer: ¿Cuánto cobrarías por tener sexo con Javier?
Gloria: Déjame ver, primero. (Gloria se pone de pie y mira el cuerpo de Javier, tonificado, moreno y poco vello. Lo rodea y se detiene un poco más que el resto en el trasero de él) Seiscientos mil.
Mujer: ¿Anal incluido?
Gloria: No. Me da susto.
Mujer: Pero si no lo has visto. Javier, toma. Aquí van otros cien mil. Sácate el calzoncillo.
Javier: Me da vergüenza.
Mujer: ¿Por qué?
Javier: Es que esta situación, me excita un poco y en este momento… ¿Me entiendes?
Mujer: Mejor. Así podemos apreciar mejor a qué se arriesga Gloria. Toma. (Él recibe el dinero y lo guarda. Cuando lo hace, mira de reojo a Gloria quien mira nerviosa a la mujer. Luego, cerrando los ojos, Javier se quita el calzoncillo, dejando ver un miembro grueso y de gran talla, medianamente erecto) Muy bien, Gloria. Javier está esperando a que lo mires. (Gloria sonríe y hace un gesto de negación con la cabeza. Vuelve a beber de su té y mira la pelvis de Javier)
Gloria: ¿Me puedo acercar?
Mujer: ¿Javier, se puede acercar? (Javier asiente)
Gloria: ¿Este es el máximo, cierto?
Javier: Así como el 100%, no. Está a medias.
Mujer: ¿Podrías mostrarnos el 100%?
Javier: Necesito ayuda.
Mujer: ¿Táctil o visual?
Javier: Visual
Mujer: Gloria, ¿cuánto me cobrarías por dejarme desnudarte y ayudar a Javier? Te ofrezco doscientos mil.
Gloria: Hecho. (Sin rodeos, Gloria termina su té y deja la tasa a un lado, mientras la mujer saca el dinero) ¿Tú me vas a desnudar?
Mujer: Así es. Javier, siéntate por favor. (Javier se sienta y la mujer comienza a subir la sudadera de Gloria, mientras la mira incesante y respira cerca de ella) Cierra los ojos, Gloria (Ella obedece y se deja llevar. Mientras la sudadera abandona su cuerpo, suspira. Luego, la mujer se ubica detrás de ella y desabotona el jeans suavemente. Lo desliza con precisión hasta los pies y se agacha para sacarlos completamente, mientras Javier mira concentrado el juego. Sin salir de detrás de ella, la mujer desabotona el sostén y lo saca, dejando a la vista dos senos grandes y naturales, de pezones rosados y medianos, los que están erectos. Luego se ubica frente a Gloria y se agacha. Con los dientes, de manera maestra, desliza el calzón de Gloria, dejando al descubierto un oscuro y recortado vello púbico. Al terminar de sacar el calzón de Gloria, la mujer percibe lo húmedo de este) listo. ¿Cómo estamos, Javier?
Javier: Más que listo.
Mujer: Veamos. Gloria, acércate a Javier. (Gloria hace caso de la indicación y se sienta junto a Javier) ¿Y? ¿Qué te parece?
Gloria puede ver un trozo de carne mucho más joven y vital que la de su marido, de casi el doble de tamaño y sin mucho vello. En ese momento se ve brillante, tiesa, algo mojada en la punta y venosa en la base.
Por la cabeza de Gloria pasan muchas cosas a la vez. Primero, el natural susto de ver algo tan grande, la curiosidad por saber qué textura tendrá, qué sabor tendrá. Luego, pasados el miedo y la curiosidad, las ganas vienen a ocupar la mente de Gloria: las ganas de tocar, besar y sentir aquella golosina dentro de ella.
Gloria: Espera. Creo que no es muy buena posición para verlo. (Se levanta y se pone de rodillas frente a Javier. Mira su objetivo de manera fija y siente que toda imagen alrededor desaparece. Lo ve grande y perfecto, como una escultura griega. Puede ver con lujos y detalles los surcos, las manchas y venas. Siente la necesidad imperiosa de hacer algo, pero prefiere distraer su atención). ¿Te la operaste? (Todos ríen)
Javier: No. Lo he pensado alguna vez, pero solo para quitarle tamaño.
Mujer: ¿Se parece a la de tu esposo?
Gloria: No.
Mujer: ¿Te gusta?
Gloria: ¿En qué medida a una le puede gustar un pene?
Javier: En la misma medida que a uno le gusta ver a una mujer desnuda. En la medida de cuán voyerista eres.
Gloria: Es que yo no soy muy voyerista.
Mujer: Entiendo lo que dices, Gloria. ¿Cómo se sabe si un pene gusta o no? Para poder responder a esa pregunta debes sentirlo, saber su textura, su sabor, su olor, su peso, su capacidad. ¿Quieres probar? A mí me encantaría.
Gloria: No es que me muera de ganas, pero ya que estamos… No sé si volveré a tener la oportunidad… de algo tan grande.
Mujer: Javier, ¿Te excita esta situación?
Javier: Lo diré así. Una mujer muy guapa está arrodillada y desnuda frente a mí, mirando mi pene y hablando de probarlo. Y otra mujer, tan guapa como la anterior, la está incitando a probarlo. Si esto no me excitara, es porque soy de palo.
Gloria: Esto parece de palo. (Todos vuelven a reír)
Mujer: Y ahora, Gloria, ¿Cuánto pedirías por tener sexo con Javier?
Gloria: ¿Cuánto me ofreces?
Mujer: Voy a ser sincera. En este momento, tengo un millón de pesos para pagarle a los dos. ¿Se animan?
Gloria: ¿Un millón cada uno?
Mujer: Dije un millón para los dos. Es decir, a repartir. Iré a buscar un vaso de agua mientras lo discuten. Esta situación me da sed. Recuerden, un millón.
Ella sale de la habitación y queda solo Javier y Gloria, desnudos, ella de rodillas frente a él. Se miran e intermitentemente, ella vuelve a mirar aquel trofeo, que está tan cerca.
Gloria: ¿Qué dices?
Javier: Yo creo que la pregunta es “qué dices tú”. A esta altura yo lo haría gratis. (Ella le sonríe)
Gloria: ¿Tan caliente estás?
Javier: Es un decir. Si es un millón, obvio que la mitad es para ti y la otra para mí, eso quiere decir quinientos mil y eso es más que suficiente para mí por follar contigo. Pero tú no pareces muy decidida.
Gloria: Es que reconozco que me da susto. No por ti, ni por tu pene. Si no, por todas las cámaras. Imagínate esto se cuela en internet. Yo estoy casada.
Javier: Es solo sexo.
Gloria: Lo sé. (Vuelven al silencio y a las miradas. La respiración de ella ahora es más profunda y su mirada más intensa)
Javier: ¿Te gustaría tocarlo?
Gloria: ¿Me dejarías?
Javier: Si eso te convence. Es todo tuyo.
Ella estira su temblorosa mano hacia el trofeo, lentamente. Cuando está a punto de llegar, detiene la mano, convenciéndose de lo incorrecto de su acción, pero no se puede detener. Su mano sigue hasta hacer contacto con el tonificado trozo de carne. No puede hacer más que tomarlo entre sus dos manos apretándolo un poco e inconscientemente moviendo la piel arriba y abajo. Ese rito que tan bien le enseñó su marido y que pone en práctica con este desconocido, pero tentador pene.
Gloria: ¿Te gusta así?
Javier: Supieras cuanto.
Ella se levanta un poco para acercarse a la cara de Javier. Él cree que ella lo quiere besar, pero ella se dirige a su oreja para hablarle. Cuando lo hace, los senos de ella rozan la punta mojada de su garrote.
Gloria: ¿Quieres que lo meta a mi boca?
Javier: ¿Quieres hacerlo?
Gloria: No. No quiero. Me haría sentir muy culpable. Pero lo deseo.
Javier: Hazlo. Solo un segundo, para que sepas qué sabor tiene.
Ella lo piensa, mientras sigue utilizando su mano. Mira a Javier y su cara desfigurada por la excitación, la impulsa a hacerlo. Vuelve a agacharse y entreabre sus labios para sentir el contacto suave. Cuando lo hace, percibe el sabor tan reconocible, salado y un poco agrio, de la excitación masculina. Aunque es solo la punta, ella siente que su boca está llena y siente la tentación de empujarla más adentro, pero debe frenarse al escuchar la voz de la mujer.
Mujer: ¿Adelantando trabajo?
Gloria se pone rápidamente de pie y limpia sus labios. Se sienta, pues siente que si no lo hace, caerá desfallecida por la excitación.
Mujer: Que no te de vergüenza. A mí desde que se sacó el pantalón, me han dado ganas de hacer lo mismo. ¿Lo tiene rico?
Gloria: Tan rico como puede ser un pene.
Mujer: ¿Salado?
Gloria: Un poco.
Mujer: ¿Agrio?
Gloria: Lo suficiente.
Mujer: ¿Muy duro?
Gloria: Parece de palo.
Mujer: ¿Y? ¿Qué dicen de mi propuesta? (La mujer se dirige al cajón, mientras Gloria saborea los últimos vestigios del sabor de Javier). Aquí está el millón. ¿Qué dicen?
Javier: Por mí, no hay problema.
Mujer: ¿Qué dices, Gloria?
Gloria está callada. Por su cabeza vuelan imágenes de su casamiento, de lo que acaba de saborear, de sus fantasías más degeneradas y de las cuentas atrasadas que debe pagar.
Mujer: Apúrate, Gloria. O el millón se lo pago solo a Javier, porque me deje follar con él. (Ante este último comentario, Javier se excita más, lo que se hace patente en su cuerpo y respiración)
Gloria: Antes tengo una pregunta. ¿Estás grabando todo esto?
Mujer: Obvio.
Gloria: Entonces, quiero una copia del video.
Javier: ¿No que no eras voyerista?
Gloria: A veces, lo soy. Y tengo una condición. Quiero que tú participes.
Mujer: Ok. Empecemos. Los preservativos, claro.
Gloria: Por mí no es necesario.
Mujer: ¿Alérgica?
Gloria: No. Algo así se debe disfrutar al natural.
Mujer: Perfecto. Aquí está el dinero. El set es todo para ustedes. Pueden ocupar lo que se les ocurra.
Gloria: Podemos.
Mujer: Ok. Pero tú me dirás qué hacer.
Gloria: Perfecto.
Mujer: ¿Me saco la ropa?
Gloria: No. Quiero que primero mires. (De manera imprevista, Gloria toma el dinero, lo cuenta y le da a Javier su parte) Espero que valga la pena.
Javier: Está valiendo la pena. (La Mujer se queda quieta y nerviosa, apoyada en el escritorio, mientras mira como Gloria se arrodilla para reanudar la labor que anteriormente fue interrumpida).
Gloria: Dices que duras harto, ¿cierto?
Javier: En general, sí. Pero hoy estoy muy excitado.
Mujer: Caliente. Se dice “caliente”.
Javier: Bueno. (Gloria aprovecha la distracción de Javier para introducir lo que desea en su boca) Hoy estoy muy caliente.
Gloria no sabe si es por el tamaño, el sabor, el olor o la textura, pero al introducirlo en su boca, siente como los poros de su piel se abren, sus pezones se ponen duros y un pequeño chorro de líquido comienza a correr por el interior de su muslo. Javier, a su vez, puede percibir la maestría de la boca de Gloria, aquella adquirida durante los años de matrimonio, intentando matar la rutina. Siente que los labios y la lengua de Gloria son un solo instrumento, que trabaja de manera coordinada y amistosa.
Mujer: ¿Cómo te sientes, Javier?
Javier: Como un actor porno.
Mujer: ¿Me podrías describir lo que está haciendo Gloria?
Javier: ¿No lo ves?
Mujer: Quiero que me mires a los ojos y me lo digas.
Javier: Lo tiene entre sus manos…
Mujer: Continúa.
Javier: Lo tiene entre sus manos, en la base. Lo mete en su boca. No le cabe todo, pero intenta meter lo más posible, aunque sus labios y lengua acarician de manera suave, delicada.
Mujer: ¿Qué más?
Javier: Mueve su cabeza de manera rítmica y un poco circular. Ahora lo saca para besar la parte de abajo…
Mujer: Continúa.
Javier: No puedo. Lo hace demasiado bien. Ahora le da golpecitos con él a su lengua.
Gloria: Pégame con él en la cara. (Javier lo hace)
Mujer: Javier, ¿Qué quieres hacer con ella, ahora?
Javier: Le quiero hacer sexo oral.
Gloria: ¿Me lo quieres chupar?
Javier: Mucho.
Gloria: Con la condición que me dejes seguir.
Sin esperar respuesta, ella se levanta, empuja lentamente a Javier, hasta dejarlo acostado en el sillón. Pone su mojada vagina en la boca de Javier y vuelve a introducir la gran golosina en su boca. Javier comienza su labor con ganas, con lengua, labios y dedos, respirando entrecortado y sintiendo la alta temperatura de la zona.
La Mujer, al ver esto, se empieza a desabrochar la blusa y a sacarse los zapatos. Con los primeros gemidos de placer de Gloria, el desvestirse se acelera y se pone torpe. La Mujer se da cuenta que está perdiendo el control, de la situación. Ver como esta pareja disfruta del rito oral, la ha descolocado, pues no había visto esas reacciones nunca desde que había comenzado a trabajar en la productora. Una vez desnuda y de manera inconsciente, lleva sus manos a la entrepierna, que está empapada, y estimula todo, no sabe si es clítoris, labios, ano o pubis, solo sabe que desea sentir algo en la zona.
Los gemidos de Gloria comienzan a ser más altos y los movimientos de su cintura más abruptos, fuertes y definidos. La Mujer se da cuenta lo que está por venir y se sorprende al sentir que en ella también vendrá. Cuando Gloria saca de su boca el pene de Javier para poder gritar libremente su orgasmo, La Mujer cae desfallecida en el piso por el suyo.
Durante algo más de un minuto, Gloria respira y tiembla encima del cuerpo de Javier, la Mujer mira al techo mientras toca sus duros senos y disfruta del momento post-orgasmo. Javier mientras, solo respira y ayuda con su mano a mantener el asta en alto.
Javier: ¿Eso qué hiciste se aprende o lo haces así de manera natural?
Gloria: De algo que sirvan los años de matrimonio.
Javier: ¿El millón incluye besos?
Mujer: ¿Quieres besarla?
Javier: Quiero besarlas.
Ante la respuesta de Javier, la Mujer impulsada por esa extraña y novedosa muestra de cariño, se pone de pie y delicadamente besa a Javier en la boca. Siente el sabor a hembra en la saliva de Javier y el olor a hombre del pecho. Gloria mira la acción y se siente tentada más allá de su sexualidad. Con la misma maestría que antes le dio placer a Javier, toma el cabello de la Mujer y la atrae hacia ella. En el momento que sus labios se contactan, sus pechos chocan y se atraen. Javier se siente en el paraíso.
Javier: Sigan.
Como una serpiente, Javier se desliza debajo de ellas y se pone de pie. Con una fuerza que no conocía, toma a la Mujer y la ubica en 4 patas, con sus rodillas en el sofá. A Gloria la ubica al lado, en la misma posición. Ellas no dejan de besarse. A Javier le cuesta decidir a quién penetrar primero. Finalmente, al ver aquella abertura sin probar, se decide por ella. Lo hace lentamente, consciente de su problema de tamaño. Cuando va por la mitad, la Mujer interrumpe su beso para hablar.
Mujer: Fuerte.
Él, obediente, empuja muy adentro y se asombra al ver que tiene la profundidad necesaria. Mientras eso ocurre, Gloria toma la mano derecha de Javier y la guía a su vagina. Javier puede sentir como sus dedos son una proyección de su miembro, pues el placer que siente al usarla, es similar al de la penetración. Con los quejidos y las respiraciones de sus compañeras, en Javier despierta un instinto animal. Siente que no es suficiente con penetrar a una y cambia de destinataria. Gloria, al sentir como es abierta por esa tremenda herramienta, suelta un gemido mayor a todos los anteriores y le comienza a costar trabajo respirar.
Mujer: ¿Habías tenido algo así, dentro, antes?
Gloria: No. Nunca.
Mujer: ¿Cómo se siente?
Gloria: Increíble. No preguntes más. Me cuesta hablar.
Mujer: Entonces, usarás tu boca para otra cosa.
La Mujer se sale de la posición en qué está y levanta su pelvis para dejarla a la altura de la cara de Gloria, quien entiende perfectamente lo que debe hacer y extiende su lengua al clítoris de la Mujer. Primero, tímidamente y luego con desesperación, lame la cuidada abertura, mientras Javier embiste de manera más salvaje cada vez. Por la forma en que las manos de Javier aprietan las caderas de Gloria, esta puede sentir que el orgasmo masculino está por llegar.
Javier: ¿Puedo acabar en tu boca?
Gloria: Por favor. No te perdonaría que no lo hicieras.
Mujer: ¿Quieres que te ayude?
Gloria: No. Es solo para mí.
Cuando Javier le saca su garrote, ella sabe que es el momento. Deja de lamer a la Mujer, para abrir su boca y sacar su lengua frente al gran trofeo. Ve a Javier como mueve su mano rápidamente y eso la calienta más. En el momento que el primer chorro sale, ella mira directamente a los ojos de Javier y siente como su boca se va inundando del caliente y salado líquido. Los gritos de placer de Javier son acallados por los gemidos de la Mujer y Gloria al ver la cantidad de líquido que sale.
Mujer: ¿Hace cuanto que no lo hacías?
Javier: La semana pasada.
Mujer: Un mes y llenamos una botella.
Gloria es sorda a cualquier comentario. Mira a Javier mientras saborea su líquido y lo va dejando pasar a través de su garganta, poco a poco. Cae un poco por su mejilla, pero con ayuda de sus manos, lo devuelve a la boca. La acción la repite muchas veces hasta que todo pasa a través de su garganta. Javier está fascinado con la acción de su compañera y no puede despegar su vista de esa bella y excitante cara. De una manera extraña, quiere seguir.
Javier: Límpiamelo todo.
Ante las palabras de Javier, y la forma de decirlas, Gloria no puede más que obedecer a la orden dada por su dueño pasajero. Abriendo la boca de manera maestra, comienza su tarea procurando ser cuidadosa y delicada. No quiere estropear su instrumento de placer. Mientras lo hace, no escucha nada, no ve nada, solo está concentrada en el sabor de los vestigios de la explosión de Javier. Su boca ya se acostumbró al tamaño y se pregunta si alguna vez podrá volver a gozar con un pene que no sea este.
Mujer: Eres una egoísta, Gloria. No me has dejado probar ni siquiera la punta.
Gloria: Es que no me dan ganas de dejarte.
Ante el comentario de Gloria, algo surge en las entrañas de Javier. Deseos de saciar las ganas de hacer todo lo que siempre ha querido con una mujer. Sea como sea, tiene dos a disposición. Mira fijo a Gloria y ella también lo mira. Se entienden. Él toma sus manos de manera firme, pero bondadosa.
Javier: Déjala. Ya sabes que te pertenece. Ahora solo comparte un poco con nuestra compañera.
Nuevamente, Gloria no puede rehusar a la orden dada por Javier y se aleja, dejando espacio a la excitada y temblorosa cabeza de la mujer. La mujer, a su vez, toma con su mano aquello que antes estuvo dentro de ella, lo mira incrédula y deseosa. De un solo movimiento lo introduce lo que más puede dentro de su boca. Aunque queda la mitad fuera, su boca está llena con ese trozo de carne, caliente, húmedo, hediondo a hombre y nuevamente duro. Le cuesta controlar el ritmo y la respiración se le agita más. Gloria a su vez, siente como esa imagen, de otra robándole lo que antes fue solo suyo, le provoca una rabia nueva, una rabia que se mezcla con un aumento de temperatura y unas ganas increíbles de usar su boca, besar, lamer, morder.
Gloria: Te quiero besar, Javier.
Javier: Hazlo.
Se amarran en un beso apasionado, que no es caricia oral, sino un escape animal a sus deseos de comer la carne del otro. Javier toca los senos de Gloria, que cada vez más duros se mueven a cada movimiento del beso. De manera inconsciente es ahora ella quien lleva su mano a sus entradas, no sabe qué toca, clítoris, labios o ano, lo importante es sentir algo. Al pasar por su ano, nota que la excitación lo ha mojado y ha hecho que se abra más de lo normal. Se acerca al oído de Javier.
Gloria: Chúpamelo, Javier. Por favor.
Los tres, como piezas de reloj saben lo que tienen que hacer para que esto sea posible. Javier se acuesta, la mujer se mueve abajo del sillón y queda de rodillas y Gloria se pone encima de la boca masculina como antes lo hizo. Sin embargo no es solo la vagina lo que se mueve en la boca de Javier, es todo: desde el oscuro pubis, hasta el rosado orificio anal. Mientras Gloria cierra los ojos, abandonándose a un cercano segundo orgasmo, la Mujer aprovecha para levantarse e introducir nuevamente el exquisito falo en ella. Lo hace de manera maestra, de una sola embestida. A ella y a Javier les duele un poco, pero ese dolor los calienta más y ella comienza a moverse de manera descontrolada, sabe que nuevamente viene por ella la “petit morte”. Es una carrera en la que cualquiera de las mujeres puede ganar.
Gloria: Voy a acabar de nuevo.
La Mujer, al ver la boca entreabierta de Gloria, exhalando aire mezclado con gemido, sabe lo que debe hacer y lo hace. Cuando comienza a sentir los estertores mortales de su orgasmo, se abalanza en un abrazo hacia Gloria, quien ya no sabe lo que hace. El beso que las une le indica a Javier que las ha llevado nuevamente al máximo placer. Eso lo calienta más y le da una sensación de poder sobre ellas, sabe que ellas harán todo lo que él quiera. Ellas resbalan desde donde están hasta quedar tendidas donde pueden, intentando recobrar el aliento. Javier mira su miembro incólume, proyección de sus instintos. Sabe que lo quiere volver a introducir en algún lado, pero no sabe cuál.
Javier: ¿Quién sigue?
Las dos mujeres se miran y no responden. Después de un momento de duda, La Mujer responde, incorporándose.
Mujer: Yo me siento.
Javier: ¿Quieres descansar?
Mujer: Me siento arriba tuyo.
Sin decir nada más, le da la espalda a Javier, abre sus piernas y comienza a bajar, pero esta vez pareciera no ir en la dirección correcta.
Javier: Más atrás.
Mujer: No. No más atrás.
Con una maestría propia de una actriz de PRIVATE, ella toma el miembro masculino y lo guía hasta la entrada de su ano.
Javier: Nunca lo he hecho por ahí.
Mujer: Siempre hay una primera vez. Despacio, no presiones muy fuerte, deja que se relaje mi abertura.
Él obedece, sintiendo esa presión no conocida hasta ahora y la deja hacer. Ella baja suavemente, poco a poco, gozando cada milímetro de avance, concentrándose en respirar y relajar.
Mientras esto ocurre, Gloria mira. Ve como algo tan grande sí puede entrar en un lugar tan pequeño, y de manera inconsciente toca su propio orificio anal, analizando si será posible en ella. No se siente convencida e intenta introducir un dedo, el que queda apretado por su musculatura. La mujer se da cuenta de lo que Gloria hace y la mira.
Mujer: Solo haz lo que te digo. No intentes meterlo más adentro. Déjalo ahí y respira.
Gloria obedece. Se siente una niña viendo a dos experimentados amantes. Mientras Javier no sabe como se pudo haber perdido algo tan exquisito. Si lo hubiera sabido antes, tal vez hubiera violado a alguien que no accedía a su petición de entrar por el agujero prohibido.
Javier: ¿Cómo puedes hablarle a Gloria teniéndome dentro de ti?
Mujer: La estoy preparando para ti. Pero antes quería que estuvieras dentro de mi culito. Cuando entres en ella no vas a durar ni un minuto.
Javier: ¿Por qué dices eso?
Mujer: Porque su culo es virgen y se ve lo estrecho que es.
Ante esta conversación, Gloria entiende que debe callar y concentrarse en relajar ciertos músculos. Luego de un rato de verlos así, de ver en primer plano como el garrote de Javier está completamente hundido en el otro orificio de la Mujer, ella se siente preparada y con ganas de sentir lo mismo que la Mujer está sintiendo. Se incorpora lentamente y con los dedos aún metidos en su orificio anal.
Gloria: Cambio en el equipo.
Mujer: Espera un poco que ya me corro.
Gloria: Yo te ayudo.
Gloria se pone de rodillas frente a los atletas de lo prohibido y lame el vacío orificio vaginal de la mujer, mientras siente en su boca como se tensan y distienden los músculos de la Mujer.
Javier: ¿Te lo está chupando?
Mujer: ¿No ves?
Javier: No. Tengo los ojos cerrados para concentrarme en lo rico de esto.
Mujer: Dime algo. Quiero irme y necesito que me digas cosas sucias.
Javier: ¿Quieres que te diga cómo estás saltando arriba de mi pene, como una perra?
Mujer: No, estoy saltando arriba de tu verga como una puta.
Javier: Una puta que le gusta que le revienten el culo.
Mujer: Me corro.
Al oír esto, Gloria acelera su acción, mientras estimula y abre cada vez más sus orificios. Siente como la Mujer está estallando. Lo siente en su lengua, en su mano que afirma una pierna y en el oído, pues el grito que da la Mujer es mayor a cualquiera que haya escuchado esa mañana.
Javier: ¿Terminaste?
La Mujer no puede hablar. Con ojos cerrados, mueve la cabeza asintiendo. Con mucho trabajo se sale de su posición, despacio y cuidadosamente. Al pararse, le habla al oído a Javier.
Mujer: Déjala bien abierta.
Ante este comentario, en Javier despierta un animal distinto, uno que no tiene piedad, uno que solo quiere sentir placer a cualquier costo y mira a Gloria, débil y caliente.
Javier: Ven. Siéntate en mí.
Ella obedece, apoyando su entrada recién auto-mojada en su querido garrote. Al sentir el contacto, se estremece.
Gloria: Hazlo con cuidado.
Javier siente que esta entrada está mejor preparada que la anterior y empuja más fuerte que antes. El grito de Gloria no se deja esperar.
Gloria: Me duele.
Ahora es La Mujer quien se arrodilla y dispone su lengua al sacrificio oral. Con círculos en el clítoris y tocando suavemente sus pezones, ayuda en desvirgar el ano de Gloria.
Gloria: Lo siento entrar todo.
Javier: Es solo la mitad.
Gloria: Entonces mételo todo.
Ante la súplica de Gloria, Javier empuja más y la hace gemir de dolor y placer. Ella no puede respirar. Siente que eso saldrá por su boca de tan adentro que está. La Mujer, quien se da cuenta de lo que sucede, mira a Javier y le ordena.
Mujer: Rómpele el culo a esta puta.
Gloria: Ya me lo rompió. Lo tiene tan grande. Chúpamelo, puta, me quiero venir en tu boca y en este pedazo de verga que me estoy comiendo.
Ante la orden de Gloria, los dos, la Mujer y Javier reanudan la tarea, pero esta vez de manera más animal.
Javier: Tenías razón. Esto está haciendo que me vaya más rápido. Lo tiene muy cerrado. Ponte en cuatro, Gloria, que te lo voy a meter todo.
Gloria ya no tiene voluntad. Solo hace lo que le ordenan y cada vez siente mayor placer. No lo ha dicho, pero desde que tiene ese pene dentro de su culo, ha sentido por lo menos 3 orgasmos. Al sentir la nueva embestida, esta vez estando en 4 patas, siente otro y la lengua de la Mujer lo puede sentir.
Javier: ¿Están listas?
Mujer: ¿Ya viene?
Javier: Y con mucha fuerza.
Mujer: ¿Alcanza para las dos?
Gloria: No.
Javier: Sí. De hecho, sobra… ahí voy.
Las últimas embestidas y el movimiento rápido al salirse, le indican a Gloria que necesita estar presta para recibir lo que viene. La Mujer la mira cómplice. Ya están juntas en esto. Se toman de la mano para recibir el baño de Javier. Gloria ayuda con su boca y la Mujer con su mano. Javier no sabe si está vivo o muerto al momento de sentir los estertores de su orgasmo. Su vista se nubla y el placer cotidiano de sus encuentros amorosos parece solo una cosquilla en comparación a esta nueva erección. Esta erección que es completa, que nace en la punta de sus pies y atraviesa su cuerpo, para desahogar en su vientre. En el momento que su primer chorro sale, se siente morir y Gloria se desespera por recibir el disparo. La Mujer se deleita viendo la sucia y gloriosa escena, para unirse en los siguientes lanzamientos. El juego de tiro al blanco termina con besos y lamidas por parte de las mujeres. Ahora la que gana es quien bebe más.
Javier: Uf.
Javier se lanza de espaldas al sillón. Las mujeres se acercan a él y comparten los últimos besos con él, a lo que él responde de manera tierna y silenciosa. Luego de un rato que pudo ser una hora o solo tres minutos, es La Mujer quien rompe el silencio.
Mujer: Voy a revisar la grabación.
Gloria solo descansa en el pecho de Javier. Javier siente la mojada cara de Gloria, pero no es la viscosidad de semen lo que siente. Al oír los sollozos, se da cuenta de lo que pasa.
Javier: ¿Nunca habías engañado a tu marido?
Gloria: No.
Javier: Pero no te sientas mal. Por mi parte, él nunca lo sabrá.
Gloria: No lloro por eso. Lloro porque me doy cuenta que nunca me podré llevar así con mi esposo en la cama y lo peor es que me doy cuenta ahora, que ya lo amo y decidí entregarle mi vida a él. Me queda el consuelo de haber podido tener el mejor polvo de mi vida. Hay personas que se mueren sin haber probado algo así. Además, queda el video. Lo podré recordar cuando quiera.
Javier: ¿No que no eras voyerista?
Gloria: Esta vez es distinto. Seré yo la que esté en lo que veré.
Javier: Yo nunca había estado así de caliente. Fue increíble.
Gloria: Obvio. Dos mujeres para ti solo.
Javier: Sí. Aunque debo reconocer que lo que me puso así, fue tu forma un poco salvaje, un poco aficionada, un poco torpe y maestra de hacerme todo lo que me hiciste.
Gloria: No tienes que ser caballero ahora. Ya conseguiste follar conmigo. Y lo hiciste cómo quisiste. Así que deja la galantería.
Javier: No lo digo de galán. Lo digo porque… Porque sí.
Entra la Mujer, con una blusa y apurada.
Gloria: ¿Estás bien?
Javier: ¿Rompí algo?
Mujer: No le puse REC a la máquina.
Se produce un silencio extraño. Cada uno en sus propias preocupaciones. Gloria se siente mejor. Ya no tendrá que contárselo a su marido, pero ya no lo podrá recordar, lo que era su único consuelo de haber conocido esto y tener que perderlo tan rápido.
Javier se lamenta de no poder verse como en una película porno, su sueño frustrado de adolescente, pero por otro lado, su intimidad ya no estará expuesta.
La Mujer se relame de lo que hicieron, de cómo sintió con este par de aficionados, pero sabe que sus jefes le pedirán explicaciones.
Todos sienten lo mismo: lamento por no poder volver a revivir lo sucedido.
Mujer: ¿Lo harían de nuevo?
Gloria: No. Estoy destruida.
Mujer: No. Mañana. O cuando sea.
Javier: No sé. Yo no sé si se pueda repetir la química que se dio hoy.
Gloria: ¿Y cuánto nos pagarías?
Mujer: No podría pagarles. El dinero del que disponía, ya se los di.
Gloria: Entonces, ni hablar.
Mujer: Por favor. Los productores me van a matar.
Es la venganza de Gloria. Ella nunca quiso compartir a Javier con ella, pero ella se llevó mucho de él en el encuentro. Mientras se viste, se asegura de guardar bien el dinero.
Javier: Yo lo haría de nuevo con Gloria, pero parece que ella no.
Gloria: Negocios son negocios.
La Mujer no halla palabras para poder convencer a Gloria, quien ya está lista para partir, limpia y vestida.
Gloria: Fue un verdadero placer, pero se me hace tarde. Ustedes saben que tengo que preocuparme de un hogar. Chao, Javier.
Se acerca a él, mientras él se viste. Se miran y se entienden. Se besan en la cara y ella sale de la oficina.
Mujer: No sé qué decirte. ¿Si consigo otra persona, lo harías?
Javier: Claro, llámame, tú tienes mi teléfono. También me tengo que ir.
Mujer: Gracias. Fue un placer, también.
Javier: Para mí mucho más que un placer.
La Mujer se acerca a él y lo besa en la boca, apasionadamente, intentando robarle un poco de eso que se va y que ella sabe, no volverá.
Javier: Chao.
Sale de la oficina ubicada en el Departamento 33 del edificio y camina hacia en ascensor. En el asiento frente al ascensor, Gloria lo espera con una sonrisa. Se miran y sienten vergüenza, esa sensación tan adolescente, casi olvidada.
Gloria: ¿Tomas metro?
Javier: Sí. ¿Tú?
Gloria: Obvio.
... Continuará
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