Una de las terribles locurasde María Teresa, una tipa que no tiene límites a la hora de sexo, sola,acompañada, lo que venga le viene bien. Resulta que, como tantos sábados, lagordota entonces aún rubia estaba muy elegante, campera de cuero, pollera,tacos, maquillada bien, perfume fuerte, todo, lista para salir con su maridoJuan Carlos. Y así como estaba elegante estaba caliente. Cuando salió de suhabitación lista con la cartera al hombro y se juntó con Juan para ir al auto ysalir, éste se excitó con ella y la elogió por lo linda, por su pintura yperfume, todo, y eso que ya está acostumbrado de tantos años de verla linda yfuerte. Tere se copó con él, le devolvió los piropos, que estás lindo,perfumadito, vestidito, mi amor, todo. Cuestión que ella a él, él a ella,empezaron a hacerse mimos, caricias con las manos, pera, abracitos, abrazotes,y de pronto empezaron a besarse, pero no romántico sino partiéndose la boca.Juan excitado por la pintura de labios abundante de María Teresa, ella por superfume y lo grandote. Más mimos, más besos y de repente, María Teresa empezó ajadear mal. Y su marido también, y empezaron a decirse cositas, que la vamos apasar bárbaro esta noche, que una noche intensa, que esto, que el otro. Y deahí a las cosas fuertes, vagina, pene, sexo, esto, lo otro.
Y María Teresa, que seexcita con el soplar del viento, no aguantó y explotó. Sin siquiera salir de sucasa, la gordota le dio al sexo nomás. Empezó a pasar las manos por el pene yel cuerpo a su marido, y al mismo tiempo pidió ser toqueteada. Juan seenganchó, sí, miralo al otro, y tras manosearla, tetas, vagina, culo, manos bienpor el culo, excitado le bajó la pollera. "Ay mi amor, violame, violametoda", gimió Teresa. El marido, sacadísimo, con el pene erectísimo, laaplastó furioso contra una pared, le pasó las manos por la bombacha, enseguidase bajó su pantalón, su calzón, sacó su pija tremendamente gruesa, le bajónomás la bombacha y se la metió por la cola a María Teresa, que se hizo encimade la locura y gritó de placer. Y Juan le dio con tutti, adelante y atrás, daleque te dale, fricción de su pene adentro del ano de Tere, ella gemía, él ni tecuento cómo jadeaba y puteaba de la locura, y al final, tras quince de sexo,Juan Carlos eyaculó tremendo semen en la cola de María Teresa, que acabó suflujo a torrentes manchando sus piernas y un poco la bombacha y la pollera.
Pero la señora, sí,señora, quiso más, se dio vuelta, provocó a su marido llevándole las manos a suvagina. Juan entendió que quería por adelante, le bajó la bombacha de nuevo,María Teresa abrió bien sus piernas y el marido se la enchufoneó tremendo salchichónde 25 cm,duro como si no hubiera cogido nunca, por su concha. Juan se la dio terrible yeyaculó su espeso semen en la vagina de María Teresa, que gozó como loca ychocha de placer, satisfecha como siempre y como nunca. Terminaron, se besaron,Tere le pidió un ratito para ir al baño, lavarse, limpiarse y/o cambiarse, seretocó el maquillaje y otra vez espléndida, María Teresa salió del baño, sejuntó con su marido, ya acomodado de la garchada, y juntos salieron qué sé yoadónde. Imagino si cogieron así antes de salir, lo que habrán hecho en el telo,no les alcanzó pernoctar, chicas. Así es el amor. Coger antes de coger. ComoMaría Teresa y su marido.
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